Toc-toc
Mi nombre es Kamado Tanjiro, soy un estudiante de apenas 17 años, estudio en la preparatoria Kimetsu.
Anteriormente tenía dos amigos en el mismo salón, me refiero al tímido Agatsuma Zenitsu y al extrovertido y ruidoso Hashibira Inosuke. Pero... Este año se mudaron y me quedé solo.
Mis amigos se negaron mucho a irse, pero no pudieron quedarse, a veces los extraño mucho.
Estoy en el último año, a un paso de cumplir la mayoría de edad...
Soy presidente del consejo estudiantil y llevo buenas notas en todas las materias.
Desde que entré a esta escuela, hay un grupo de maestros populares, me refiero al maestro de educación física, Tomioka Giyuu, el de Matemáticas Sanemi Shinazugawa, el de expresión literaria Uzui Tengen y... Él, nuestro maestro de historia, Rengoku Kyojuro, quién siempre va a todas partes por el entrenador de artes marciales: Akaza.
La mayoría lo supone y muy pocos lo saben a ciencia cierta, que el profesor Rengoku y el entrenador están en una relación.
Se preguntarán el porque estoy hablando de esa relación, es muy sencillo, me enamoré del profesor de historia desde el primer año, antes mis amigos me hacían la vida más amena tratando de que no me hiciera daño este sentimiento, pero ahora que no están, es difícil controlar este enamoramiento, aún sueño con que sea un sentimiento pasajero.
Olvidé decirlo, tuve hermanos, y padres, pero fallecieron en un accidente automovilístico hace mucho tiempo y la única hermana que tengo se llama Nezuko, pero el abuelo Urokodaki, es decir, quién nos adoptó después de que mis padres fallecieron, se mudó hace poco y no pude irme con él por los puntos académicos que necesito para entrar a la universidad a la que deseo ir.
Yo jamás me imaginé que pasarían tantas cosas en este año, porque de haberlo sabido, muchas de estas las hubiera evitado.
Mi vida al principio era monótona, todo se trataba de ir a la escuela, volver a casa... Y listo.
Esta mañana el timbre sonó y escuché a mis compañeros entrar a la clase:
-De pie. Saluden.
-Buenos días.
-Tomen asiento.
Recibí un mensaje en el celular que olvide apagar antes, para mí suerte estaba en vibrador.
-Mi nieto volvió a casa, estará estudiando contigo porque repitió el año, ojalá y puedas ayudarlo. Urokodaki Sakonji.
La encargada del grupo, la profesora Mitsuri Kanroji empezó a hablar y levanté la vista para ver a la persona enfrente.
-Él es Urokodaki...
-¡Sabito!
*
El joven de cabellos melocotón alzó la mirada y vio al joven de cabellos burdeos de frente.
-¡Tanjiro!
La profesora se quedó callada y sonrió.
-Es correcto, es Urokodaki Sabito, y ya que se conocen deberían sentarse juntos, Tanjiro, lo dejo a tu cuidado.
-¡Si profesora!
La mujer le indico que tomara asiento y finalmente volvieron a la clase.
*
A la hora del descanso, salimos juntos a tomar el almuerzo, no podíamos parar de hablar y me extrañe de ver qué tenía una extraña bufanda en la cara, nadie le llamó la atención por ella, pero me dio curiosidad y pregunté.
-Nunca usabas eso en épocas de calor.
-Ah... Esto... Repetí año porque tuve una pelea y esto es lo que me quedó.
Cuando se quitó la bufanda le vi una gran cicatriz y su cara de tristeza.
-Sabito...
Le toqué la cara y luego le sonreí.
-Sigues siendo tú, no te pongas eso, eres perfecto sin ella.
Caminamos juntos a la cafetería y decidió quitarse la bufanda, al final sonreía mucho más abierto, como siempre, nos reíamos en la mesa mientras comíamos, ahora ya no me sentía solo.
De pronto vi esa escena y bajé la cara, Sabito siempre ha sido muy cercano a mí, él me conoce demasiado bien, es imposible mentirle. Su mirada buscó y encontró respuestas.
-Tanjiro tu... ¿De esa persona?
-Eh... No.
-Es imposible que me mientas, lo sabes.
-Si... Acertaste.
-Hablaremos de eso cuando lleguemos a casa.
-¡Cierto! Entonces vamos a vivir juntos.
-En la mañana dejé mis cosas en casa, nunca imaginé que te hubieras quedado a estudiar aquí, pensé que te habías ido con el abuelo y Nezuko, después de todo esa niña y tú son inseparables.
-Si... La verdad es que discutimos mucho porque ella igual se quería quedar, pero el abuelo la convenció porque la carrera de medicina que ella quiere sería mejor que la estudiará en Tokio.
-Pues si...
*
Los dos chicos estuvieron juntos hasta el final del día, hablando hasta llegar a casa, su silencio duró únicamente durante las clases.
*
Desde ese dia no nos separamos ni a sol ni a sombra, y ya habían pasado unos 3 meses del ciclo cuando empezaron a suceder cosas extrañas.
Me quedé hipnotizado mirando por la ventana, el sol se estaba ocultando, sentí la mirada de alguien y volví la vista.
-Sabito...
-Tanjiro, deberíamos volver a casa ya, es tarde y se pone peligroso.
-Si... Tienes razón, volvamos.
De pronto la puerta se abrió y un compañero de otra clase me dijo que el director me estaba buscando.
El papeleo nunca terminaba, pero ese día en especial ya había avanzado bastante durante la mañana.
-Me convertiré en tu secretario, no me gusta que estés tan ocupado.
-¡Gracias por tu ayuda! ¿Estarás bien con eso?
-Si, lo estaré, así no me sentiré solo cuando te vas para cumplir con esas actividades.
-Entonces acepto tu ayuda.
Ambos salimos jugando y de pronto me tropecé con la esquina de una entrada a un aula, levanté la vista y... Estaban esos dos en medio de un fuerte abrazo, baje la vista y me salí rápido para no ser notado.
-Tienes esa mirada...
-¿Cuál?
-La que pones cuando vez a esos dos juntos Tanjiro.
-No es nada.
-¿Has pensado en decirle alguna vez como te sientes?
-No, nunca lo he pensado.
-Quizá sería bueno que lo dijeras para que te desahogues, así podrías olvidarlo y avanzar.
-No lo sé, es porque es un profesor y no quiero causar problemas.
-Pero yo no quiero seguir viéndote así, con esa tristeza poco propia de ti.
-Lo siento.
Caminamos de nuevo y recibí los documentos de las listas, el resumen del presupuesto de los clubes y demás materiales, hasta que llegue a la distribución de exámenes, estaban a la vuelta de la esquina.
Al terminar de ordenar los documentos y firmar todo en orden, nos fuimos a casa, era fin de semana.
-¿Quieres ver una película?
-¿De que quieres ver?
-¿Algo de acción?
-Entonces compremos algunas botanas.
Llegando a casa prendimos la tele, pusimos una de esas películas de acción pero me quedé en silencio cuando puso el mute y se sentó enfrente de mi.
-Tanjiro... ¿Cómo te enamoraste de él?
-No quiero hablar de eso.
-Vamos, he sido paciente durante estos tres meses, es hora que me digas.
-Es alegre, amable, siempre me apoyaba y parecía enorgullecerse por mi, un día me encontré mirándolo a escondidas y me di cuenta que podía verlo sin que lo notara.
-Nunca fuiste bueno mintiendo, me sorprende que pudieras ocultarlo.
-A mi igual me sorprende, pero más que ponerme nervioso, la verdad me causa dolor, así que supongo que eso ayudó.
-Lo sé... ¿Cómo descubriste que estaba saliendo con Akaza?
-Un día los vi besándose y me hice a un lado, sólo me recargue un rato en la pared y luego... Supe que este sería un amor platónico y unilateral.
-¿Y no has pensado en conquistarlo?
-Creo que me gusta lo suficiente como para desear verlo feliz. Estoy bien con ver su sonrisa en cada clase.
-No te entiendo... No comprendo cómo puedes amar a alguien y simplemente callar.
-¿Alguna vez te has comprado un par de zapatos que no te quedaban?
-Si... Y me he lamentado mucho cuando los he tenido que cambiar por otros.
-Pasa lo mismo con las relaciones Sabito, cuando una persona no te ama, no te ama y no puedes obligarla a estar contigo, porque si lo hicieras... Entonces esa persona te lastimaría como los calzados más pequeños te lastiman los tobillos.
-Para el profesor Rengoku tu eres... Un estudiante más.
-Lo sé y está bien, ya lo acepté.
*
Después de eso se durmieron en la cama tranquilamente, al final se veían como hermanos, así que no era extraño para ninguno de los dos.
A la mañana siguiente ambos se pusieron ropa cómoda después de darse un baño y salieron juntos al súper.
-¿Que vamos a comprar?
-Pues está semana toca traer el jabón de ropa y las cosas de la comida. Avísame si te falta algo para tu aseo personal Sabito.
-Si.
Al salir del super se fueron a comprar un helado y ya para salir, Tanjiro se quedó viendo un par de tennis rojos.
El contrario no se dio cuenta y bajó las escaleras hasta llegar a la planta baja y volver la vista para preguntar si podían ir a comprar ropa deportiva.
-¿Tanjiro?
El chico de cabellos burdeos se dio la vuelta y no encontró a su amigo, dio un paso hacia atrás para volver la vista y luego se estampó directo en los pectorales de alguien.
En silencio unos brazos lo separaron de su cuerpo y al verle la cara le dijo con voz gentil.
-¿Estás bien joven Kamado?
El menor volvió la vista hacia arriba y sus bolsas se cayeron de sus manos.
-¿Rengoku-sensei?
-¿Qué haces por aquí?
-Vine a comprar algunas cosas para la casa y para la comida de la semana ¿Y usted?
-Oh... Yo vine por aquí a...
El joven rubio se quedó en silencio cuando vio a Akaza coqueteando con un joven rubio de ojos arcoiris.
El silencio hizo que Tanjiro volviera la vista y le dijera al profesor...
-Veo que tiene un asunto que atender.
-No, no es nada importante.
El profesor volvió a dirigirle la mirada y le sonrió.
-Tambien vine a comprar cosas para la semana, pero igual quería comer algo. ¿Estás solo?
-Eh... No, perdí a Sabito desde que fui por ese par de tennis.
El mayor le sonrió y empezó a caminar llevando una plática con Tanjiro, hasta que escucharon una voz por detrás.
-¡Tanjiro! ¡¿Sabes lo preocupado que estaba cuando no te encontré?!
El chico de cabellos color del melocotón le puso una mano en la cintura a su amigo sin notar la presencia del profesor y se acercó a su cara para apretarle las mejillas.
-No vuelvas a desaparecer como si nada.
-Si... Lo siento.
El pelirrojo recibió un pequeño golpe en la frente y luego ambos se sonrieron.
-Cuando volvamos a casa tendrás que hacer la cena, como castigo por hacerme buscarte por todo el lugar.
-Lo único que quieres es que haga batatas para ti.
La conversación murió cuando el profesor carraspeo un poco y Tanjiro se acordó que estaban a la vista del maestro de historia.
-Veo que ya encontraste a tu amigo.
-Si, pero creo que él me encontró.
-Escuche algo de comer batatas.
-Si, a Sabito le gusta mucho cuando yo las cocino.
-¡Las batatas son mi comida favorita!
La felicidad de ambos se extendió cuando el pelirrojo bajo un poco el rostro...
-Si gusta... Le puedo ofrecer algunas...
-¡Sería genial!
Los dos se rieron al ver la cara del profesor por la felicidad, casi demostrando su amor por la comida.
Poco después, Kyojuro notó que Akaza ya había dejado de hablar con ese rubio y se dispuso a moverse.
-Entonces los veo en clases. ¡Estar esperando esa comida tuya!
-Buen fin de semana.
Para entonces Sabito le quitó la mano de la cintura a Tanjiro.
*
-¿Qué sucedió entre ustedes?
-Sólo nos encontramos cuando te estaba buscando.
-Tanjiro... Por favor no te hagas iluciones con el, viste que de verdad quiere a su novio y se fue corriendo tras él.
-No te preocupes, fui amable y él... Pero él nunca notaría mis sentimientos, porque no se fija en nadie más que no sea Akaza-san
Volvimos a casa y a la semana siguiente mi mundo se puso de cabeza.
En clases preste atención como siempre, la cara del profesor Rengoku se veía un poco diferente, casi... Triste.
Me quedé al final para preguntarle.
-¿Profesor Rengoku?
Volvió la vista para verme y me trató de poner una sonrisa fingida, ya todos se habían ido, incluyendo a Sabito a quien le pedí me diera unos minutos a solas con él.
-Por favor no finja, le pasa algo ¿No es así?
-No, todo está bien.
-¿Cómo se puede estar bien sí estaba llorando?
-Kamado... Yo...
-Le traje algo, si no quiere hablar, al menos me aseguraré de que coma.
Puse en el escritorio las batatas que había traído, prometí entregarlas, pero no había tenido valor para hacerlo, siempre dudaba, así que toda la semana había comido el mismo menú, aunque Sabito se horrorizada de verme haciendo eso.
-¿Batatas?
En vez de llorar me puso una cara muy amable, su sonrisa preocupada, pero cálida y amable.
-Gracias.
Lo vi comer y hacer su mismo gesto como de costumbre, gritar ¡Umai! A todo volumen, eso me hizo mirarlo y sonreírle, aunque por segundos me sonroje.
Al terminar de comer, estuvimos platicando un poco sobre la razón de que su color sea rubio con pequeños tintes rojizos, todo a causa del tempura que comió su antepasado.
El viento se colaba por la ventana moviendo las cortinas, me acerque en lo que él recogía sus cosas, planeaba acompañarlo hasta la oficina de maestros.
-¿Kamado?
-Lo siento, es que ver el viento así, me puso algo nostálgico.
-¿Pasa algo?
-No es nada. Sensei... Por favor no esté triste.
Le sonreí y en cosa de segundos... No sé cómo, ni porque, el mundo se detuvo cuando vi sus labios acercándose a mi, me dio un beso en la mejilla, me ruboricé de inmediato.
-Gracias Kamado.
En seguida me puso una sonrisa muy amplia, parecía que ya estaba mejor.
Lo lleve a la sala de maestros y me retiré, no pude hacer ningún comentario al respecto, salvo acariciarme la mejilla y agachar la cabeza, incluso al llegar a casa, deje las cosas en su lugar y me fui a sentar al sofá.
-¿Cómo te fue? ¿Por fin vas a dejar de comer batatas?
-Si, se las di.
-¿Y que más?
-Pues... Me dio un beso en la mejilla.
Dije como si no tuviera importancia, mis ojos estaban cerrados y mi cabeza colgaba en el respaldo del sillón. Sus manos frías se posaron en mis ojos para cubrirlos.
-¿Crees que te corresponda?
-No, parecía triste, si me correspondiera ahora, sería porque me estaría aprovechando de él, no me gustaría que fuera así. ¿Habrá pasado algo con Akaza? Quiero ayudarlo...
-Tanjiro... Si terminaran... Entonces cualquiera, no solo tú, tendría una oportunidad, no te contengas en intentarlo.
-Ya lo dije, voy a ayudarlo, pero no me aprovecharé.
Desde aquel día, Akaza y Rengoku-san parecían distantes, algunas veces me sorprendí de ver que discutían y el profesor que tanto amaba, siempre terminaba triste y con la mirada baja.
Su relación no estaba en un buen momento, yo no podía hacer nada para evitar que sufriera, pero trataba con todas mis fuerzas de alegrarle la vida.
Un mes después... Akaza terminó con Rengoku-sensei y lo vi salir de la escuela del brazo de otra persona, el rubio aquel de ojos arcoiris con el que lo vi en el super.
El estaba algo triste, como siempre, sabía que no lloraría porque no es muy común, parte de su personalidad, supongo la vez pasada fue porque no estaba listo para una discusión con Akaza.
-Rengoku-sensei...
-¿Kamado?
-Lo lamento, no quise ver esto, pero... Sería bueno que despejará un poco su mente...
-Soy un adulto Kamado-san, no es necesario que me trate como a un adolescente.
Su tono fue de ¿Molestia? Abrí los ojos un poco con preocupación y en seguida cerré mis puños, el dolor en mi pecho estaba punzando con fuerza.
-Lo lamento.
Me di la vuelta para retirarme, él tenía razón, yo era un simple mocoso y tal vez no estaba apto para ayudarlo.
Ni siquiera esperé una respuesta, salí huyendo de allí sin dejar que me viera así de la cara, justo ahora, el nudo en mi garganta está haciendo hueco en mi corazón también.
Al día siguiente, no fui capaz de sostenerle la mirada, me fui a mi asiento y Sabito me notó cabizbajo, lo sabía... Nada se le escapaba.
Ayer me preguntó, pero no le contesté, evadí el tema para no caer en cuenta de lo que había pasado.
-Tanjiro... La clase ya se terminó ¿Vamos a la cafetería? No he terminado la tarea de matemáticas y quiero concluirla antes de que llegue la siguiente clase.
-Si, te ayudaré.
-Me sorprendes, no creo poder aguantar tu ritmo, siempre tienes la tarea lista y nunca se cuando la haces.
Le sonreí un poco bajo y el también me sonrió ayudándome a salir un poco de mis pensamientos.
Deje el salón sin volver la vista, me estaba doliendo y no podía superarlo tan fácilmente, pero dejar de entrometerme sería una buena opción para que no esté enfadado conmigo.
La última semana Sabito y yo llegábamos a cenar en silencio y a terminar todas las tareas, nos ayudabamos con algunos temas y después cada quien se iba a su cuarto, porque los exámenes otra vez estaban cerca.
Al final de la semana, entregué el ensayo que nos habían solicitado en la clase de historia, no me di cuenta que era el último de la clase.
-Profesor, aquí le dejo el ensayo.
-Como siempre, eres el primero en entregarlo.
-Gracias.
Me incline para retirarme cuando su mano me detuvo la muñeca.
-Lo siento Kamado-san... Estaba inestable y me desquite contigo.
-No tiene que disculparse, está bien.
Quería salir de allí, había ignorado el dolor por todo este tiempo y justo ahora estaba tratando de salir. Rengoku-sensei no me soltaba la mano.
-Ah... Profesor... Debo irme.
-Kamado-san ¿Tan mal me porte que seguirás sin mirarme a la cara?
-No... Yo...
Subí el rostro y le puse la mejor sonrisa que pude, antes de volver a bajar la mirada.
-Eres un pésimo mentiroso ¿Lo sabías?
-Esta bien, no diga nada más, por favor, todo está bien.
Me jaló un poco y me dio un abrazo, trate de contener el temblor que podía salir.
-Lamento haberte contestado tan mal, de verdad.
Cómo pude, acumule fuerza en mis manos y cerré los ojos tratando de controlarme, alejé el temblor minimo de mi cuerpo y lo separe de mi.
-No se disculpe por favor, tenía razón, el adolescente soy yo. Lo digo de verdad.
Esta vez lo mire de frente, no estuve molesto, solo un poco triste porque era la persona a quien amaba con todo mi corazón, no podía hacer nada para ayudar a mi persona especial.
Soltó mi mano y lo vi intentar hablar, después cerró los labios y me contestó.
-Esta bien, entonces ¿Estamos bien?
-Si, no se preocupe.
La semana fue larga, con todo el papeleo, Sabito y yo llegábamos a casa con la energía desgastada, nos sentamos a ver la tele y todo nos pareció aburrido.
Al final la apagué y él se cambió de lugar, me recosté en su hombro.
-¿Ya puedo saber lo que te hizo?
-El no me hizo nada, yo... Metí mi cuchara donde no me llamaban, no fue personal.
-Adoro eso de ti.
-¿El que?
-Tu responsabilidad Tanjiro, es única. Siempre miras adelante por ti mismo.
-Las personas no te hacen daño, te haces daño solo. Me dolía verlo mal, porque rompió con Akaza y quise ayudar, le pregunté, creo que se ofendió porque lo hice sentir que no podía superarlo solo, es un adulto, parece que se sintió subestimado.
-Incluso lo comprendes...
-Estoy bien ahora.
-¿En verdad tienes 17?
-Los tengo.
Me acarició la cabeza y me recosté más en él.
-¿Dormimos juntos? No quiero estar solo.
-Esta bien Tanjiro.
Nos pusimos de pie y jugamos piedra, papel o tijera, yo gané, fui a mi cuarto a ponerme el pijama y nos fuimos a su habitación.
Nos acostamos juntos y me abrazó toda la noche, eso logró que mis ánimos se recuperaran por completo.
Al día siguiente me levanté temprano y de buen humor, fui a hacer el desayuno, era viernes, apenas las 7 de la mañana.
-¿Cómo amaneciste Sabito?
-Dormí tan bien que desperté de buen humor.
-El abuelo nos diría que no somos niños si nos viera dormir juntos.
-Pero solo estamos tu y yo y nadie nos dirá nada, no estamos haciendo nada malo.
-Me hablo preocupado por ti la semana pasada.
-Lo de la pelea fue un error, no volverá a suceder, no tiene que preocuparse tanto.
-Ya se lo dije, con eso se quedó más calmado.
-Eso espero, no quiero que se la pase todo el tiempo preocupado por mi.
-¿Quieres rollitos de huevo o prefieres carne asada?
-Carne asada. Mientras iré a lavar la ropa ¿Ya sacaste todo?
-Si, ya también separé la ropa.
-¡Eres muy rápido!
-Anda, no te tardes para que tomemos el desayuno juntos.
Nuestra convivencia podría ser un tanto extraña para quienes nos vieran, éramos un buen equipo en la casa.
Siempre estábamos juntos, incluso sus notas habían subido mucho, el abuelo me llamó cuando recibió las calificaciones y estaba orgulloso de nosotros dos.
Esa tarde... Las cosas volvieron a cambiar. Sabito tuvo que ir al super por más cosas para la comida, pues la última vez compramos unos ingredientes con la fecha próxima a caducar y no nos dimos cuenta.
Yo me quedé en el salón del consejo organizando los resultados de los exámenes cuando...
Me di un golpe de frente con alguien. Me estampe en los pectorales de alguien por segunda vez...
Mire hacia arriba y vi al profesor Rengoku.
-Lo siento.
-Sigues igual de molesto, ya no se que decirte para que vuelvas a la normalidad Kamado-san.
-No estoy molesto.
Le dije con una sonrisa y luego me hice unos pasos más para atrás, puse distancia entre nosotros dos.
-¿Y Sabito?
-Ya se fue a casa.
-Entonces si se separan en algún momento....
Su voz fue ruidosa como antes y su cara parecía de mejor semblante, parece que lo ha superado, por eso le sonreí más abiertamente.
-Pues sólo cuando dormimos. Aunque a veces ni eso hacemos.
Sus ojos se abrieron de ¿Sorpresa? ¿Dije algo raro?
-¿Tú y él tienen esa clase de relación?
-¿Relación?
-Oh... Lo siento, supongo que fui muy curioso al preguntarte sobre tu noviazgo con Sabito.
-¿Qué? -pregunté muy asustado y nervioso -¡Sabito y yo no somos novios! Digo... Vivimos juntos porque somos hermanos, es mi hermano mayor... Fui adoptado por el abuelo Urokodaki y...
Su risa fue sonora y se tapó la boca.
-Ah... Ahora todo tiene sentido.
Después de esa aclaración, hablamos un poco más y luego nos separamos.
Al llegar a casa me reí mientras le contaba todo a Sabito, el puso una cara sería y me dijo algo que nunca me pasó por la cabeza.
-Tanjiro.... Esa pregunta... ¿Cómo fue su rostro cuando te lo dijo?
-Pues... Curioso, aunque algo fruncido del ceño.
-Mmmm.... Ya veo.
-¿Qué vez? ¿Qué pasa?
-Nada... Sólo me dio curiosidad.
Toda la semana estuvimos ocupados, llegábamos muy cansados a la casa, aunque él llegaba primero porque extrañamente yo me quedaba a hablar con Rengoku-san, habíamos estado coincidiendo mucho...
-¿Kamado-san?
-Hola profesor Rengoku.
-Veo que otra vez coincidimos.
-Como toda la semana, eso creo.
-En realidad... Quería asegurarme de que ya no estabas molesto, por eso te he buscado todo este tiempo, eres mi mejor alumno y una persona maravillosa, no quería que te vieras afectado por mi anterior actitud.
¿Porque soy su mejor alumno? Significa que me buscó por ¿Lo académico? Entonces... ¿No somos amigos sino solo profesor y alumno? Eso me dolió bastante, yo creía que éramos amigos... Pero... Que idiota soy, yo subí de nivel nuestros encuentros, cuando él sólo se preocupaba por mi desempeño académico.
-¿Kamado-san? ¿Kamado-san?
-Disculpe, divague un poco recordando algo.
-Esta bien. Entonces, como te decía, estoy más tranquilo de ver qué todo está bien y bueno... Si necesitas ayuda con algo, estaré en la sala de maestros siempre que me necesites.
-Si profesor, muchas gracias por su ayuda y no tiene que preocuparse más, como ya lo había dicho, todo está bien.
Al llegar a casa me metí a ducharme y al salir estaba parado frente a la puerta.
-¿Qué sucedió Tanjiro?
-No es nada.
-Esta vez dímelo justo ahora, no llegas y te bañas así ¿Qué te haría bañarte dos veces en el mismo día?
-Sabito... Estos encuentros fueron porque estaba preocupado por mi desempeño académico, no somos amigos ni nada por el estilo.
Se acercó a mi y me abrazó con fuerza.
-Si quieres llorar está bien, pero los hombres siempre hablamos con acciones.
-¿A qué te refieres?
-Deberías dejar de pensar en él y empezar a ver a otras personas, es mayor que tu, es un adulto, no se fijaría en un adolescente, por eso parece que juega contigo y eso no me gusta, estás sufriendo por eso y no es justo, deja de mirarlo tanto y enamórate de alguien de tu edad, alguien que pueda corresponderte y darte amor.
-Lo sé... Dejaré de amarlo de una vez por todas, este amor platónico no me está haciendo ningún bien.
Al final no pude llorar, pero fijé claramente mi meta, entre a mi habitación y luego tocó la puerta, ya era tarde y me sorprendí, pero igual lo dejé pasar.
-Dormiré aquí.
Tenía su almohada en la mano y yo me puse a reír con pequeñas lagrimitas en mis ojos.
-Gracias Sabito, eres el mejor amigo que tengo.
Enseguida nos recostamos y dormimos cálidamente, me volvía a despertar de buen humor.
Hasta ahora había centrado mi vida en él, no había prestado atención en otras clases, ni en otros compañeros, había dejado de lado a todo el mundo por mirarlo.
Esa mañana me decidí a mirar el mundo por primera vez, lo miraría con otra perspectiva y sería feliz por mi mismo, sin depender de nada ni de nadie para ser feliz.
En la banca, estábamos sentados las mismas tres personas de siempre.
-Buenos días Genya-san
-Buenos días Tanjiro.
Al final los tres terminamos hablando mucho hasta que el maestro de matemáticas entró.
-El día de hoy vamos a ver derivadas.
El profesor Sanemi era un poco rudo, exigente, pero explicaba muy bien sus clases, nos dejaba muchas tareas para practicar los temas. Su voz era ronca y su presencia es bastante masculina. Es hermano de Genya.
Siempre que está dando clase pone mucho entusiasmo, normalmente es tranquilo hasta que otros alumnos hablan mucho y se enfada, entonces termina gritando.
Después de eso, la clase de educación física es animada, el profesor Tomioka siempre es exigente, aunque correr te ayuda a sacar los pensamientos de tu cabeza.
-Hoy daremos 5 vueltas a la pista y regresarán aquí en cuanto terminen para hacer ejercicios de enfriamiento.
El profesor Uzui escribe los mejores versos que le he escuchado decir cuando habla de los poetas más trágicos que conozco, uno de ellos es mexicano, se suicidó porque su amada no le hacía caso.
Las horas pasan, hoy no lo veré, su clase me toca hasta mañana, pero el día ha sido más alegre y dinámico que nunca.
Empiezo a hablar con mis demás compañeros y luego hacemos equipo con otras personas, aunque Sabito y yo siempre estaremos juntos.
Dos semanas después, la mesa en la que como siempre está llena de risas cuando le hacemos algunas burlas a Genya y sobre todo cuando le veo sonreír como lo hace su hermano mayor, se parecen en muchas cosas.
*
Mientras tanto, en el salón de maestros, 3 profesores hablan un poco preocupados.
-¿Tú también lo has notado Tomioka?
-Si Sanemi, al principio me pareció extraño, pero parece que está bien...
-Esto es muy extraño, la última vez que lo vi sonreír así, fue antes de que supiéramos que esos dos se iban de la escuela.
-Uzui... Pero está contento.
-No se trata de eso, me refiero a que algo debe estarle pasando.
Rengoku-sensei entró y los vio reunidos, eso movió su curiosidad y les preguntó.
-¿Hay algún problema?
-Estábamos hablando de Tanjiro.
-¿De Kamado-san?
-Pues si, es porque ha estado actuando raro.
-¿Raro?
-Por favor, no me digas que no lo has notado.
-Pues no, lo veo igual que siempre.
-¡Rengoku Kyojuro! ¡Eres un insensible!
El profesor de expresión le gritó como sólo hace cuando está hablando de un tema extravagante.
-Uzui tiene razón, después de todo Tanjiro te ama, al menos deberías ser más considerado.
El rubio soltó los libros que tenía en las manos y Sanemi chasqueo la lengua evitando ver en dirección del profesor de historia.
-¿Qué cosa dices Tomioka?
-Parece que el muy idiota no se había dado cuenta.
-¡Kamado-san es un estudiante y un niño!
-Por favor, hay que estar ciego para no ver lo mucho que te ama, se preocupa por ti, incluso te ayudó a superar lo de Akaza, te trajo comida y no se animó a dartela por una semana, era doloroso verlo comer lo mismo por una semana hasta que finalmente se animó a compartirla contigo. Siempre se pone nervioso contigo y le puso triste cuando le contestaste mal.
-¡Yo no les dije nada! ¡¿Nos estaban espiando?!
-Si, los estábamos viendo.
-Yo sólo porque estos idiotas me obligaron
-Su actitud cambió desde la última vez que le contestaste mal, parece que está vez si le afecto mucho.
-¿Cuando le contesté mal?
-Kyojuro, por favor, no te enteras nunca de nada. Debió dolerle que sólo te preocupes por él porque es el mejor estudiante, lo cual significa que la persona, quién es Kamado Tanjiro no te importa nada.
El rubio tomó asiento para recuperar el aire, con un semblante confundido.
-Ese mocoso te miraba de una forma apasionada de vez en cuando, guardaba silencio tratando de ocultarlo de ti, pensé que era evidente y que lo sabrías, pero parece que de no ser porque abrieron la boca, jamás te habrías dado cuenta.
-Kyojuro... Debes temer a su amigo, Sabito es una amenaza.
-¿Amenaza? Tomioka... Sabito también es un buen chico.
-¿Eres idiota o te haces? -refuto Sanemi.
-Creo que es idiota, no se da cuenta de nada -respondió Uzui.
-Explíquense de una vez por todas.
-Sabito y Tanjiro no son hermanos de sangre Rengoku, si se enamoran tendrían derecho a tener una relación, lo cual incluye amigo, que tú estarías fuera de su vida.
-Yo no tengo ningún interés por Kamado-san de esa forma, así que está bien si tiene una relación con ese niño, de hecho, eso es lo más apropiado, es lo normal, que salga con jóvenes de su edad, no con profesores ¿Se dan cuenta que estaría en graves problemas si el director supiera de los sentimientos del estudiante?
-De lo único de lo que me doy cuenta Rengoku-san es que tarde o temprano te vas a tragar esas palabras, espero que cuando veas que esos dos están juntos, no te entrometas.
-Estoy de acuerdo con Tomioka, hace falta ser necio, ciego e idiota para no darse cuenta que tú lo miras igual que él a ti. Con la boca dices una cosa, pero tú... Con acciones dices otras cosas, y como dice ese libro de los lenguajes del amor, a un hombre créele más cuando hace cosas incluso más que cuando las dice.
Después de la aseveración de Tengen, todos los profesores volvieron a sus labores.
Al recordar las palabras de todos Rengoku puso más atención, lo observó constantemente y empezó a notar las miradas furtivas, los sonrojos pequeños, la tristeza de su mirada cuando estaba hablando con alguien más.
También se notó a si mismo sonriendo cuando lo veía sonreír y preocupado cuando lo veía mal.
Unas semanas más tarde, Tanjiro hablaba con Sabito en casa, estaban viendo una película.
-Te he visto más feliz a últimas fechas.
-Si, me siento mejor, haré caso a lo que me dijiste, seré feliz y dejaré que el amor llegué por si solo a mi.
Entonces el joven de cabellos melocotón se puso frente al pelirrojo y le sonrió, para después hacer un gesto amable y decir.
-Toc-toc.
Tanjiro se rió y preguntó con ternura y una amable sonrisa
-¿Quién es?
Sabito le sonrió y le contestó con su mejor cara.
-El amor.
Al escucharlo Tanjiro se quedó en silencio con una sonrisa enorme hasta sentir la cálida mano de su mejor amigo en su rostro.
Los labios húmedos del contrario se estamparon con los suyos, fue acorralado en el sofá con los pies encogidos y una almohada en sus brazos, con nerviosismo y la persona que lo besaba tenía los ojos cerrados, no estaba bromeando, lo estaba besando con sentimientos reales.
Tanjiro cerró los ojos y se dejó llevar.
Cuando se separaron, ambos estaban sonrojados.
-No tienes que salir ahora, está bien si te tardas en aceptarme, me basta con que empieces a pensar en mí y me dejes entrar en ese lindo corazón tuyo.
El pelirrojo bajo la cabeza y se acercó a su amigo para recargarse en su pecho.
-Me gusta el aroma de tu colonia...
-Tanjiro...
El menor se acomodó entre sus brazos y el mayor lo abrazó fuerte, lo sostuvo con diligencia.
-Te pensaré con claridad para saber mis sentimientos por ti y saber si puede funcionar.
-Me alegra que seas honesto, así que si sientes que no puede haber nada entre nosotros, me lo dices y no insistiré.
La noche llegó y Sabito lo llevo a la puerta de su habitación.
-Que descanses.
-Gracias. También descansa.
Al día siguiente Kyojuro los vio, el sonrojo en Kamado era visible, llegaron tomados de las manos.
---
Hola a todos
Como nota curiosa, les va a parecer extraño, pero en un test de personalidad para saber a qué personaje de Kimetsu no Yaiba me parezco (lo hice por diversión), me aparece que mi personalidad es muy similar a la de Tanjiro, y si es así, definitivamente nuestro solecito reaccionaria así.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top