— "Oye, Jisung ¿Puedo besar a tu novia?"

—"¡Oh! ¡Por supuesto!"

La joven pareja castaña paseaban juntos por el parque, ambos con un helado de fresa derritiéndose en su lengua y sus manos entrelazadas. Caminando con lentitud, clase y ternura. ¡Eran tan lindos y tiernos los dos!

Con una escalofriante sincronización, ambos dejaron de lamer el helado propio y observaron una linda mariposita que revoloteaba sus alas frente a ellos. El hermoso insecto se posó sobre la nariz de la japonesa, haciendo sonreír al castaña. Este sopló suavemente con su aliento, ahora a fresas, la cara de Mina, ahuyentando a la mariposa.

En serio, eran tan lindos que daban miedo.

Dejando un suave beso de piquito sobre los labios ajenos, procedieron a reanudar sus pasos. Estaban acostumbrados a que sus besos fueran solo un pequeño roce.

Ellos como pareja eran la viva representación de la inocencia y ternura: inocentes besos, tiernos abrazos, dulces comportamientos infantiles, adorables apariencias. Eran diabetes tipo 2.

— ¡Minari, Jisung! — escucharon ambos el llamado de su amiga rubia.

— ¡Chaengie! — dijeron al unísono, palmeando sus manos.

Chaeyoung se acercó con paso eufórico a ellos, planteándose frente a Jisung y besando su linda frente. Luego colocándose frente a la nipona que ya tenía un sonrojo adorable en sus mejillas.

— Oye, Jisung ¿Puedo besar a tu novia? — preguntó, guiñando un ojo a Mina, coqueta.

— ¡Oh! ¡Por supuesto! — accedió al instante — ¡Bésala, bésala!

Chaeyoung se inclinó, dejando un tierno beso en cada moflete colorada, causando una tierna risilla en la receptora.

— Minari, tú también dale un beso a Chaeyoungie — pidió tiernamente Jisung. Era como un bebito al que tenían que cumplirle sus caprichos.

Mina se agachó un poquito, besando también las pálidas mejillas de Chaeyoung.

Jisung se frustró un poco.

— ¡Dale un beso en los labios! — ordenó, su ceño fruncido demasiado adorable.

Las amigas se sonrojaron, pero cumplieron la orden. Jisung enojado era bastante tierno, sí. Pero también bastante fastidioso e insistente.

Con un rapidito besito de pico en sus labios se separaron.

Jisung aún no estaba satisfecho.

— ¿Qué fue eso? ¡Bésense bien! — cruzó sus brazos puchereando.

Los labios femeninos volvieron a unirse, esta vez encajándolos como piezas de construcción y causando un chicloso sonido al separarse.

Jisung aún sentía que podían hacerlo mejor...

— ¿Saben? por cada segundo que dure el beso, son más años de amistad juntas — se inventó —. Vamos, ¡fortalezcan esa amistad! Yo les cuento hasta cinco.

Las chicas suspiraron entre cansadas pero divertidas, claro que harían lo que el castaño pedía. Mina lo hacía por su novio, y Chaeyoung por Mina.

Unieron sus labios de nueva cuenta, moviéndolos lenta y cálidamente mientras escuchaban al menor contar.

— Uno... Dos... Tres... Cuatro... — Jisung mordió su labio — Cuatro y un cuarto.... Cuatro y medio... Cuatro y tres cuartos....

Al final, Mina y Chaeyoung terminaron besándose como por dos minutos, pero no fue como si les asqueara o molestara.

El único problema era que sus labios estaban hinchados y adormecidos.

Ahora, un Jisung más feliz miraba satisfecho a su novia y la amiga de esta.

— ¡Jisung! — escuchó la voz masculina, sintiendo la emoción bombeando su sangre.

Se giró para correr a los brazos de su muy, muy, muuuy buen amigo.