Capítulo 21
Meses después
Jungkook observó alrededor con aburrimiento, encendiendo su teléfono para mirar la hora como por sexta vez en la última media hora. Estaban en la cafetería de la escuela, aprovechando la hora de almuerzo para reunirse con sus demás amigos.
Taehyung, Jimin y Soobin no habían dejado de hablar del último partido de fútbol del equipo nacional. Rodó los ojos, soltando un suspiro alto con la intención de llamar la atención de alguno de los tres chicos, pero ni siquiera su novio volteó a verlo. Se puso de pie haciendo una mueca de fastidio, viendo como esos tres ni siquiera reparaban en su presencia.
Bien, el tema le aburría y no pretendía seguir allí.
—Me adelantaré, debo hacer algo —arregló su camisa que estaba un poco arrugada. Finalmente, Park detuvo la conversación y lo miró.
—¿Qué tienes que hacer? —cuestionó curioso.
—Algo.
—¿No puedes decirme lo que harás? —lo observó fijamente, enarcando una ceja al ver el silencio del menor—. Bien —soltó un suspiro, haciendo un mohín poco después—, nos vemos en un rato. Te quiero.
En verdad, estaba más que claro que no tenía nada que hacer. Eso solo había sido una excusa para irse. Si fueran otros tiempos, quizás les hubiera gritado que dejaran el tema de una vez, pero no quería ofenderlos, además de que se veían bastante entretenidos. Su etapa de ser un grosero apático ya había pasado.
Decidió caminar hasta la cancha de baloncesto que se encontraba en el exterior de la institución, sacando sus airpods para escuchar un poco de música, mientras sentía la brisa fresca despeinar sus cabellos.
Los pocos minutos que quedaban del horario de almuerzo pasaron demasiado rápido para él. Guardó sus audífonos y comenzó a adentrarse a la preparatoria, caminando en dirección a su próxima clase.
Antes de llegar a su aula correspondiente, las voces de Jimin y Taehyung en el baño lo hicieron detenerse. Su nombre se escuchó claro y conciso, lo que le dio a entender que estaban hablando sobre él.
—¿Problemas con Jungkook?
—En realidad... no es como si hubiéramos discutido o algo, solo que... Gguk es tan frío —se quejó, y el pelinegro estaba seguro de que su ceño se encontraba fruncido y en su boca había un puchero—. Ni siquiera recibo un "yo también" de su parte cuando le digo que lo quiero. Creo que puedo contar con los dedos de una mano las veces que me ha dicho que me ama.
Rodó los ojos ante las palabras de su novio, pensando que en realidad Jimin era muy dramático. Es cierto que no era el novio más cariñoso del mundo, pero en las ocasiones importantes, siempre le había dejado claro lo mucho que le quería.
—Sabes que esa es su forma de ser, amigo, debes acostumbrarte.
—Lo sé, lo sé... solo que con Taemin todo era tan distinto, que a veces siento como si fuera yo el único enamorado.
Frunció el ceño por esas palabras, sintiéndose claramente ofendido por la comparación. Si tanto quería tener un novio pegajoso pues se hubiera quedado con Huening Kai.
—Yo creo que deberías hablar con él y explicarle como te sientes —aconsejó Tae.
—Tienes razón, lo haré.
Al notar que ya iban a salir del baño, rápido corrió hacia el aula, no queriendo enfrentar a Jimin y estando dispuesto a esperar a que su novio se sincerara con él. Si bien estaba molesto, quería darle la oportunidad de que hablara con él directamente, por eso no dudó en aceptar la propuesta del mayor de ir a tomar un café cuando salieran del instituto.
—Quiero hablar de algo contigo —dijo Jimin, sujetando su taza de expresso con ambas manos.
—Lo sé, te escuché hablar con Taehyung en los baños.
—¿Escuchaste? —alzó las cejas con los labios fruncidos. No pensaba decirlo con las mismas palabras con las que había hablado con su mejor amigo, pues sabía que sus palabras podrían llegar a malinterpretarse. Ahora daba igual, ya Jungkook lo había escuchado de todas forma—. Entonces sabes lo que quiero decirte.
—No soy Taemin, Jimin, lo siento, pero no voy a competir con tu novio muerto.
Sus palabras pudieron sonar crudas y hasta algo crueles incluso, pero la verdad es que se estaba controlando para no decirle una sarta de ofensas a su novio. Desde que los escuchó hablando en el baño sus palabras no habían salido de su mente. Y puede que estuviera lastimándolo con esas palabras, pero no pensaba callar lo que sentía.
—No te he pedido eso, sé que tú y Taemin son dos personas distintas, con personalidades muy diferentes... pero tienes que entenderme. Solo quiero que me demuestres más lo que sientes.
—¿Más? —el pelirizado alzó una ceja, frunciendo el ceño poco después. Sí, había estado molesto cuando escuchó la conversación entre ambos amigos, pero escuchándolo hablar de esa manera ahora está enojándolo más aún—. Porque no te digo "te quiero" según tú ¿no te amo?
—Jungkook-
—Sabes que no soy el mismo desde que estoy contigo ¿Haz siquiera notado el cambio en mi comportamiento? —le cortó, alzando un poco la voz debido a la molestia que sentía. Jimin lo estaba haciendo sentir como si fuera un ser con corazón de hielo, y le dolía, porque se esforzó mucho para poder llevar bien su relación
—Sí, es cierto que te has vuelto una mejor persona, pero ¿qué tiene que ver eso conmigo? —contestó con confusión, y el ojigris solo se sintió más decepcionado. Tal parece que su esfuerzo no había valido de nada si el mayor le reclamaba por algo así.
—¡Qué lo hice para que lo nuestro funcionara, estúpido! —se puso de pie mirándolo con los ojos entrecerrados y las manos hechas puños—. ¿Sabes qué? Mejor dejemos esta conversación aquí, porque está tomando un rumbo que no me gusta.
Salió de la cafetería a paso rápido, dejando al más alto algo estupefacto e ido, pensando en todo lo que había dicho Jungkook. Estaba acostumbrado tanto a que su antiguo novio le dijera siempre lo que sentía, que se olvidó de ver cada sentimiento detrás de las acciones del pelinegro.
Jungkook era simplemente insoportable al inicio, sin embargo, decidió abrirse solo con él y contarle su tormentoso pasado. Si había alguien que podía disfrutar de la bonita sonrisa del chico, ese también era él, pues con una simple caricia ya obtenía una de su parte. Incluso confió lo suficiente en él para dejar sus miedos atrás y terminar teniendo la noche más maravillosa de sus vidas. Y él como un tonto no había sabido interpretar esas acciones.
Jungkook no dice te amo, él simplemente lo demuestra.
Salió corriendo sin dudar más, siguiendo el camino por el que había visto irse al pelinegro. Lo alcanzó poco después, abrazándolo con fuerza por la espalda y pidiéndole perdón. Jungkook se sobresaltó al sentir unos brazos apretar su cintura de golpe, pero se relajó al sentir el perfume del rubio inundar sus fosas nasales.
—Lo siento mucho. Taemin es parte de mi pasado, no estoy comparándote con él. Mi presente eres tú, y solo si tú quieres... serás mi futuro también —murmuró en su oído, Jungkook volteó a mirarlo con una pequeña sonrisa—. Te amo tal y como eres, Gguk.
—Jim yo-
—No tienes que decirlo —puso ambas manos en las mejillas del más bajo—. Lo sé, Pastelito, ahora lo sé.
Se abrazaron, sin tener en cuenta a las personas alrededor que no tardaron en cuchichear. Jimin sonrió en grande, dejando varios besos en el cabello rizado del contrario. Se separaron poco después, ambos mirándose con los ojos brillosos y enormes sonrisas.
—Hagamos algo ¿sí? —propuso, viendo a su lindo novio ladear la cabeza considerando sus palabras.
—¿Qué quieres hacer? —preguntó llevando uno de sus rebeldes rizos detrás de su oreja.
—Vamos al centro comercial que está aquí en la esquina, voy a comprar un regalo para ti.
Asintió soltando una risita, tomando la mano que le estiraba el rubio para luego correr, riendo como dos locos por las transitadas calles de Seúl.
—Espera aquí, te sorprenderé, ya verás.
Lo dejó fuera de una tienda de joyería. Rió levemente, pensando que siendo Jimin tan cursi, de seguro compraba unos anillos o cadenas de pareja. Decidió ver a través de algunas vitrinas en lo que esperaba que su pareja saliera de la tienda, observando algunos zapatos y camisas de marca. Tan entretenido estaba que no notó que venía alguien de frente, chocando con fuerza y provocando que cayera al piso.
Levantó la cabeza molesto, dispuesto a reclamar por el empujón, pero las palabras murieron en sus labios antes de poder pronunciarlas siquiera. Sintió todo su cuerpo enfriarse y su rostro se tornó excesivamente pálido. Su respiración se cortó de golpe, sus manos temblorosas apretando la tela de su pantalón con fuerza.
El rostro del hombre que pensó jamás volvería a presenciar se deformó en una sonrisa sarcástica y victoriosa, casi burlándose de su reacción tan patética.
—Mi bonito Jungkookie, no sabes cuánto esperé para poder verte —ladeó la cabeza, dando una leve caricia en el cabello rizado del mencionado. Jeon se tensó, abriendo los ojos asustado en exceso, sintiendo su cuerpo rígido—. Veo que me recuerdas bien.
«¡Corre, vamos, levántate y vete!», su mente ordenó, pero era incapaz de moverse un centímetro siquiera.
—¡Jungkook! —escuchó la voz de Jimin llamarlo, pero no fue capaz de responder, su garganta parecía haberse cerrado por completo.
El rubio lo había visto sentado en el piso, con ese hombre hablándole de cerca. Le pareció extraño, por eso decidió acercarse con rapidez, viéndose imposibilitado por el mar de personas que caminaban de un lado al otro.
—Volveremos a vernos, mi pequeño —dejó un beso en la sien del muchacho, marchándose a paso rápido después.
—Pastelito ¿quién era ese hombre?
Jungkook se mantenía mirando a la nada, apenas pestañeando. Su cuerpo tembloroso y rostro pálido le hicieron saber que no se encontraba bien. Lo tomó de los hombros, sacudiéndolo con cuidado para que saliera de esa ensoñación.
—Hey, ¿te encuentras bien?
Finalmente el pelinegro lo miró, no dudando un segundo en abrazarlo con fuerza, dejando salir el llanto que estaba atorado en su garganta con el rostro escondido en su cuello. Las personas comenzaron a amontonarse alrededor, extrañados y preocupados por la situación. El mayor paso una mano por debajo de sus muslos y la otra por su espalda, alzándolo en brazos.
Lo llevó hasta su auto, que estaba ubicado cerca de la cafetería en la que habían estado antes, no entendiendo nada y preocupado en exceso por su novio. Esperaba que pudiera explicarle cuando se calmara.
Jungkook seguía sollozando después de varios minutos, pero eso no le impidió hablar.
—E-era él —profirió, hipando debido al llanto anterior.
No fue difícil caer en cuenta de lo que decía, pues solo había alguien capaz de ponerlo así, y era ese maldito que lo había secuestrado cuando era solo un niño. Aguantó las ganas de maldecir y gritar las mil groserías que tenía en la mente, concentrándose en consolar al menor.
—¿Te hizo algo? —cuestionó. Jeon negó con la cabeza, limpiando sus lágrimas. Soltó un suspiro aliviado por ello, apretándolo entre sus brazos—. Ya pasó, todo estará bien, no te preocupes.
—¿Cómo estás tan seguro? —preguntó, recordando las últimas palabras de ese hombre.
—Te prometí que te protegería de todo, ¿recuerdas?
—Gracias, Jimin, muchas gracias por estar a mi lado.
Se dejó abrazar por el contrario, dándole consuelo a su turbada mente y agitado corazón. Agradecía que Jimin hubiera entrado en su vida, dándole esa paz y cariño que tanto necesitaba.
1/4 Mañana subiré dos caps y pasado mañana subiré el otro, con eso estaríamos terminando.
Me gustaría saber lo que piensan de la historia.
¿Les gusta? ¿Alguna teoría de lo que sucederá? ¿Piensan que el secuestrador está planeando algo? Díganme sus ideas :3
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