Capítulo 18
Miró su rostro en el espejo retrovisor, notando las grandes ojeras que se habían vuelto compañeras fieles en los últimos dos días. Las pesadillas lo habían estado molestando más que nunca, haciéndolo despertar en medio de la madrugada, respirando agitado y con su pijama pegado al cuerpo debido al sudor.
Las malas noches le habían pasado cuenta y ahora tenía un aspecto horrible, eso por no hablar de que no tenía ni deseos de salir de su habitación. Por eso se ausentó a la escuela durante ese intervalo, no deseando ver siquiera el rostro de Jimin.
Tomó de su mochila un estuche con algo de base en polvo, aplicándola en las zonas oscurecidas para disimular un poco la falta de sueño y no verse tan demacrado. Finalmente bajó de su auto, dirigiéndose al interior sin reparar en la presencia de sus compañeros, simplemente ignorándolos a todos.
—Gguk, hablemos por favor —justo antes de entrar al aula fue interceptado por la persona que menos quería ver. Sin embargo, solo decidió pasar de él y caminar hasta sentarse en la esquina opuesta a donde solía hacerlo—. Déjame explicarte las cosas ¿sí?
—Por favor, Jimin, déjame en paz —pidió con calma. A pesar de que se sentía tan traicionado y dolido, ni siquiera tenía energías para discutir con el mayor o simplemente mandarlo al carajo—. No desperdicies tu tiempo, para mí perdiste todo tipo de credibilidad.
El rubio lo miró con tristeza, apretando sus puños por la impotencia de no poder hacer absolutamente nada para que Jungkook al menos le escuchara. Soltó un suspiro, completamente rendido y con ganas de llorar. Si el pelinegro no quería hablar con él no le quedaba de otra más que aceptarlo.
—Bien, no volveré a molestarte, lo prometo.
Se marchó del aula, no soportando más la indiferencia de su trato. Su corazón latía de manera dolorosa en su interior, recordándole una sensación amarga que ya había experimentado antes aunque en diferentes circunstancias.
Se dirigió la estacionamiento y se encerró en su auto, apoyando su cabeza contra el volante mientras dejaba las lágrimas escapar de una vez.
[...]
En una situación similar se encontraba el ojigris, que no dudó en salir corriendo del salón cuando Jimin estuvo fuera de su vista. Se encerró en un cubículo del baño de chicos, dejando fluir las lágrimas que estaba reteniendo desde que escuchó la voz del mayor.
No pensó que verlo le afectaría tanto como lo estaba haciendo. Si alguien le hubiera advertido que el amor era tan doloroso, hubiera impuesto una distancia de al menos cincuenta metros entre él y el rubio. Dejó caer esa coraza que tanto le costó forjar, y ahora estaba pagando las consecuencias por ser tan crédulo e iluso.
Salió del cubículo minutos después, lavando su rostro para despejar las lágrimas de este. El sonido de la puerta abriéndose lo hizo voltear, topándose con la mirada de Taehyung.
—Jungkook...
—Si vas a abogar por tu mejor amigo mejor no me hables —interrumpió de manera tajante.
—Solo iba a preguntar si te encontrabas bien, tus ojos y nariz están rojos, lo que quiere decir que estabas llorando —comentó, viendo al más bajo aflojar su rostro tenso. Si bien no es que hubiera hecho una gran amistad con el chico, se preocupaba porque sabía que Jimin estaba más que perdido por él—. Perdona que lo diga, pero solo pareces la sombra del chico que eras hace un par de días.
—Bueno, hace un par de días todavía no sabía que me estaban utilizando —profirió sarcásticamente, secando su rostro con un pañuelo.
—Sé que no debería entrometerme, pero deberías al menos escuchar lo que te tiene que decir —intentó persuadirlo—. Jimin también la está pasando mal, no lo había visto así desde la muerte de Taemin.
—¿Por qué debería creerte? —alzó una ceja, cruzándose de brazos.
—Hay cosas que no se pueden fingir, Jungkook, y estar enamorado es una de ellas —puso una mano en su hombro, mirándolo con los labios fruncidos—. Si hay algo que puedo asegurar, es que Jimin brillaba cuando estabas a su alrededor, tanto como lo hacías tú cuando él estaba junto a ti. Piensa en ello.
Jungkook observó al chico con los ojos llenos de dudas y el corazón repleto de confusión. ¿Cómo podía estar seguro de lo qué Jimin sentía?
Pero aún con esa hipótesis, las palabras de Taehyung resonaron en su mente, y sintió un destello de esperanza. Tal vez había algo de verdad en lo que decía. Tal vez, solo tal vez, todavía había una oportunidad para entender lo que había sucedido ese día.
Decidido a encontrar respuestas, Jungkook salió en busca de Jimin, con la determinación palpable en cada paso que daba. Caminó por los pasillos de la escuela, su mente llena de pensamientos encontrados. ¿Debería confrontarlo directamente? ¿O debería escuchar su versión de los hechos antes de juzgarlo? Las preguntas se agolpaban en su cabeza, mientras su corazón latía con una mezcla de ansiedad y anticipación.
Sin embargo, en su camino, Jungkook se encontró con Eunwoo. Este le dirigió una sonrisa amistosa, pero había algo en su expresión que indicaba que sabía más de lo que parecía.
—Hola, Kook —saludó—. Supe que tú y Jimin terminaron.
Jungkook asintió con pesar, sintiendo un nudo en la garganta. La noticia de su ruptura se había extendido rápidamente por toda la escuela, y enfrentar esa realidad le resultaba difícil.
—Mmm...sí, parece que el rumor anda de boca en boca —murmuró cabizbajo, pero la mano reconfortante de Eunwoo en su mentón lo hizo alzar el rostro nuevamente.
—No vale la pena que estés triste por él.
Jungkook frunció el ceño, confundido por las palabras del castaño. Aunque se sentía agradecido por su preocupación, también estaba frustrado por su aparente falta de comprensión.
—No digas eso —respondió, su voz llena de determinación—. No puedes juzgarlo sin conocer su lado de la historia.
La mirada de Eunwoo se oscureció con incredulidad y enojo, y se acercó a Jungkook invadiendo su espacio personal. Se podía sentir la tensión en el aire mientras los dos chicos se enfrentaban.
—No puedo creer que lo defiendas después de lo que te hizo —espetó Eunwoo, su voz llena de frustración—. ¿En serio estás considerando perdonarlo?
Jungkook se sintió abrumado por la intensidad del momento. Sabía que debía encontrar una respuesta, pero también sabía que necesitaba tiempo para reflexionar y comprender sus propios sentimientos. No quería tomar una decisión apresurada basada en la ira o el dolor.
—No es tu problema si lo perdono o no, Eunwoo —respondió con calma, aunque su corazón latía con fuerza—. No entiendo tu enojo.
—¡Me enojo porque me gustas! —exclamó agarrándolo de los hombros.
Fue rápido en su accionar, porque cuando el pelinegro logró reaccionar, ya se encontraba acorralado contra la pared y con los labios del más alto moviéndose sobre los suyos.
Jeon luchó por separarse, removiéndose para apartarlo de su cuerpo, sin embargo, los brazos del castaño aferrándose con fuerza a su cintura impidieron que lograra su objetivo.
—Pensé que te había quedado claro cuando te rechazó para estar conmigo —la voz enfadada de Jimin hizo que Eunwoo se alejara, dejando finalmente libre al menor.
El ceño del recién llegado se encontraba fruncido, sus ojos y nariz estaban rojos por el llanto anterior, pero eso no quitaba el aura amenazante que lo rodeaba. Tenía los puños apretados y la mandíbula tensa, mientras miraba a uno y a otro de manera intensa.
—Te hacías el dolido por mi "traición" —dijo, acompañando sus palabras por la acción de sus manos—, pero estás a los dos días besándote con este imbécil.
Jungkook jadeó incrédulo ante la acusación. El rubio claramente había a visto que el castaño lo había obligado y él nunca correspondió, además, el que menos derecho tenía de reclamar algo era él, no cuando desde el principio lo estuvo engañando.
—Deberías ver lo bien que reacciona con mis...
Antes de que Eunwoo pudiera terminar de hablar, el puño de Jimin impactó con fuerza contra su rostro. En cuestión de segundos se enfrascaron en una pelea, con puñetazos y patadas volando de un lado para otro. Pronto una gran cantidad de alumnos se amontonaron en el pasillo para observar el espectáculo, animándolos para ver quién sería el vencedor.
—¡Deténganse ya, imbéciles! —gritó furioso al ver la humillación que le estaban haciendo pasar, pues no es secreto para nadie que ambos chicos están enamorados de él.
De entre la multitud salió Taehyung, que al instante sujetó a Jimin, empujándolo contra la pared para retenerlo ahí. El rubio tenía una ceja partida y el labio inferior sangraba un poco, pero eso no hacía que dejara de bufar como toro enjaulado. Su único deseo en ese momento era marcar su puño de manera permanente en el rostro de Cha.
—¡¿Qué son?! ¡¿Salvajes?! —el pelinegro los tomó a cada uno de la oreja, halándolos en dirección a la enfermería.
—¡Auch, Gguk, eso duele! —se quejó Park, pero al ver la mirada asesina que le dio el menor se quedó callado.
—¡Ya suéltame! —también exclamó Eunwoo en tono quejumbroso.
En cuanto entraron a la enfermería, la doctora los miró con el rostro serio, dándose cuenta rápidamente de la razón por la cual visitaban su oficina. Comenzó a curar al castaño, que fue el más afectado con la pelea; y como Jimin solo tenía un par de cortadas, ella terminó pidiéndole al pelinegro que lo curara.
—¿Puedes ser un poco más delicado? ¡Auch, Jungkook! —exclamó llevando una mano a su ceja. El chico no había dudado en presionar la herida con un algodón lleno de alcohol, haciéndolo casi chillar debido al dolor.
—Deja de quejarte, pareces una niña —regañó, pasando a desinfectar la herida en su labio inferior.
—Si lo hicieras con cuidado no me dolería.
—¿Quieres que me vaya en este instante? —cuestionó, poniendo rostro de fastidio. Jimin solo bufó, quedándose callado, observando atentamente el bonito rostro de Jeon, que se encontraba tentadoramente cerca.
Él no era alguien violento, es más, era muy raro verlo metido en una pelea, sin embargo, cuando vio al castaño besar al que aún considera su novio —porque obviamente lo va a recuperar—, una ira inmensa recorrió cada vena y arteria de su cuerpo. Sintió como si su cuerpo ardiera en llamas y su visión se hubiera tornado completamente roja.
—Deja de mirarme así —murmuró con el ceño ligeramente fruncido, pasando delicadamente una crema por la herida con su dedo índice.
Jimin inspiró profundamente antes de llevar una mano a la nuca del chico y terminar uniendo sus labios. El vaivén de sus belfos no fue correspondido por el pelinegro, que se mantuvo quieto y con los ojos bien abiertos por la sorpresiva acción del mayor.
Pasados unos segundos fue que actuó, mordiéndolo para que se alejara. Park soltó un quejido llevando una mano a su boca.
—¡¿Recuerdas qué estoy herido?!
—¿Recuerdas qué estoy enojado contigo? —profirió con aparente calma, organizando las cosas que utilizó en el botiquín de primeros auxilios. Su corazón en esos momentos latía demasiado rápido para su propio bienestar.
—¿Entonces por qué me curaste? —cuestionó mirándolo atentamente.
—Porque no me gusta verte lastimado, idiota.
Se puso de pie y llevó el botiquín a su lugar, marchándose después de la enfermería sin mirar atrás una vez siquiera.
Pronto quitarán el dm, así que si quieren ingresar al canal de WhatsApp aprovechen ahora y no duden en pedir el link. Lo dejaré en comentarios también.
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