Capítulo 16

Jungkook se preparaba para volver a su escuela. Ya habían pasado dos días desde la cena en casa de los Park donde anunciaron su noviazgo, y debía admitirlo, estaba feliz. Ahora podía tomar la mano de su novio frente a todos y demostrarles que el ansiado rey de la preparatoria Myungdong era suyo; pero también se sentía nervioso. Sabía que habría comentarios debido a lo ocurrido con Huening Kai, y el solo pensarlo le provocaba un profundo malestar. Era un tema que había enterrado en su corazón, pero que seguía siendo una herida abierta, el recuerdo de ese día años atrás, le demostraba lo que las personas eran capaces de hacer por dinero, y hasta dónde podían llegar por unos cuantos billetes.

Mientras se terminaba de alistar para ir a la escuela, respiró profundamente e intentó mantener la seguridad que la caracterizaba. Sin embargo, en lo más profundo de su ser, sentía una mezcla de emociones: ansiedad por enfrentarse a los comentarios y miradas de los demás, tristeza y rabia al recordar el doloroso episodio con Huening Kai, pero también determinación para no permitir que el pasado dictara su presente.

Por otro lado, Jimin esperaba ansioso ver llegar a su novio en cualquier momento. Cuando finalmente lo vio llegar en un lujoso auto blanco, no pudo evitar sentirse sorprendido y emocionado. La radiante presencia de su pareja lo llenó de alegría, pero al mismo tiempo, una preocupación latente se apoderó de él al recordar lo ocurrido con su último auto.

—¿Eso es un Audi R8? Es una belleza —profirió abriendo los ojos con asombro, rodeando el nuevo auto para admirarlo bien.

—Buenos días ¿no?

—Buenos días, Pastelito —se acercó, sujetándolo de la cintura para acercarse y dejar un casto beso sobre sus labios. Algunos alumnos que todavía deambulaban por la entrada de la institución se quedaron observando el intercambio entre ambos chicos, marchándose rápidamente cuando Jungkook les miró mal.

—Papá me lo regaló, ya no tendrás que ir a buscarme a diario. Se acabó tu trabajo como chofer.

—No es como si me molestara hacerlo —sonrió, acomodando un mechón de cabello rebelde detrás de su oreja, para luego proceder a besar su frente y alejarse—. Dame las llaves.

—¿Qué? No. Te las daré solo si tú también me das las tuyas.

—Ni loco, vi lo que le hiciste a tu antiguo auto —exclamó llevando una mano al bolsillo de su pantalón, donde se encontraban las llaves de su auto. Lo miró con los labios fruncidos, y asustado de lo que podría llegar a sufrir su flamante BMW a manos de un conductor loco como él.

—Oh vamos, no le pasará nada. Solo será por hoy, mañana te lo devolveré.

—Bien.

Cedió ante la tentadora sonrisa de su novio, que no dudó en lanzarle sus propias llaves, recibiendo las de él con una sonrisa de superioridad. Y ya lo sabía, Jungkook ya había descubierto que haría lo que él quisiera siempre y cuando lo mirara con esos ojitos de cervatillo brillantes y su sonrisita de conejo.

—¿Vamos dentro? —preguntó, extendiendo su mano con una sonrisa tranquilizadora. Jungkook suspiró y asintió, tomando su mando para comenzar a caminar.

Al adentrarse juntos en la escuela, respiraron profundamente como si estuvieran a punto de sumergirse en un mundo lleno de expectativas y desafíos. Esa respiración profunda simbolizaba un momento de preparación para enfrentar lo que vendría a continuación: los comentarios, las miradas indiscretas y los juicios externos. A pesar de todo ello, caminaron juntos con determinación, dispuestos a desafiar cualquier obstáculo que se les presentara, y el menor agradecía el apoyo que constituía Jimin en esos momentos.

Al entrar al salón de clases, Jungkook notó un grupo de chicos reunidos en un rincón. Todos los ojos se posaron sobre él en cuanto cruzó la puerta.

—Bienvenido, Jungkook —saludaron algunos con entusiasmo—. ¡Qué alegría verte de vuelta!

Soobin, mirándolos a ambos con sorpresa por sus manos entrelazadas, se acercó al pelinegro y besó delicadamente su mano —Estás precioso, mi príncipe. Deberías estar orgulloso de que vine aquí solo para darte la bienvenida —murmuró con ternura.

La confusión se reflejó en el rostro de Jungkook mientras agradecía tímidamente, sintiendo sus mejillas sonrojarse. Jimin frunció el ceño, empujando a Kai lejos y diciéndole que no tocará a su novio, recibiendo solo una risita traviesa de su amigo. Algunas personas se acercaron a él, diciéndole que había sido muy valiente al enfrentar a Huening Kai de esa forma y que lo apoyaban a él.

—Gracias, supongo —respondió, sin estar del todo seguro de cómo tomar los cumplidos repentinos y el apoyo de todos.

En ese momento, Huening Kai, el causante de todos sus problemas, apareció bajo el umbral de la puerta con una sonrisa desafiante en el rostro.

—Hola a todos, ya estoy de vuelta —anunció con una sonrisa triunfante, esperando que comenzaran a celebrar su llegada.

A medida que el pelirrojo se adentraba al aula, la multitud comenzó a dispersarse y tomar asiento en sus puestos, dejando tras de sí algunos murmullos y ofensas hacia él. Kai se retiró enfadado, dejando a la pareja en paz, al menos por ese momento.

[...]

La situación en la escuela se volvió un torbellino para él desde que Jeon había revelado la existencia de un vídeo de él con el profesor de Matemáticas. Su nombre estaba en boca de todos, y lamentablemente, contrario a lo que había esperado, muchos estudiantes recibían al egocéntrico de Jungkook como si fuera una celebridad. Sin embargo, Kai estaba decidido a no dejarse aplastar por él.

—¿Y qué piensas hacer al respecto? —preguntó Jisoo, tomando la mano de Kai como consuelo mientras caminaban hacia la cafetería.

—Aún no lo sé con certeza, pero encontraré la manera de hacerle pagar a Jeon por todo —respondió el pelirrojo con una sonrisa maliciosa y una mirada determinada. Definitivamente se vengaría por lo que le hizo.

—Ellos se ven felices juntos —comentó Lisa, observando al ex-novio de su amigo junto con el ojigris, sentados juntos en una mesa.

Las palabras de su amiga resonaban en la mente de Kai mientras observaba a Jungkook con Jimin, reír de algún chiste que había contado el rubio mientras intercambiaban sus comidas. La rabia y la indignación aumentaban dentro de él, se suponía que quien debía estar ocupando ese lugar era él, no el idiota de Jeon.

—No puedo soportar ver como derraman amor, juro que me las van a pagar —confesó Huenung Kai entre dientes, apretando los puños y con la mandíbula tensa.

Sus clones asintieron comprensivamente, alentándolo a seguir adelante con su venganza.

—Así se habla, amigo. No dejes que salgan impunes de todo esto —animó Lisa.

Al finalizar las clases el pelirrojo regresó a casa, encontrándose al instante en que cruzó la puerta, con una acalorada discusión entre su padre y el padre de Jimin, Park Seung.

—Hola, señor Park —saludó tímidamente. Su ex-suegro siempre lo había intimidado un poco.

—Vete a tu cuarto. Ni siquiera puedo soportar verte después de haberte dejado humillar frente a toda la escuela —dijo su padre visiblemente molesto, desviando la mirada de su persona casi con asco. Pues sí, su progenitor no había tardado mucho en enterarse de la información que Jungkook había revelado de él frente a toda la institución.

Kai subió las escaleras, pero en el camino hacia su habitación escuchó una conversación interesante entre los dos hombres que no estaba dispuesto a desperdiciar, sacando su teléfono para grabar la discusión.

—Tu hijo dejó a mi hijo por ese chiquillo, Jeon Jungkook. ¡Y ahora vienes aquí tratando de deshacer nuestro acuerdo! —exclamó su padre con enojo.

—Mi hijo terminó con el tuyo porque así se lo ordené. Al parecer, estar del lado de los Jeon es un mejor negocio —respondió el padre de Jimin con cierto desdén.

Las palabras de ambos hombres resonaron en la mente de Huenung Kai mientras subía las escaleras hacia su habitación. La venganza comenzaba a tomar forma en su mente, y lo mejor de todo es que mataría dos pájaros de un tiro.

—Jimin solo está con ese estúpido narcisista por negocios de la empresa, no era inesperado viniendo de un títere como él, esto se pondrá muy interesante. Estoy deseando ver la reacción del gran Jeon Jungkook cuando la verdad le explote en la cara. Afortunadamente grabé todo, así nadie tendrá dudas —murmuró, con una sonrisa maliciosa y una determinación inquebrantable, iba a joderle la vida a esos dos.

Y sin saber absolutamente nada de los maquiavélicos planes de Huening Kai, Jungkook y Jimin disfrutaban de una agradable cita en el cine. Aunque tal vez para el mayor no resultaba tan agradable, pues el pelinegro se había empeñado en ver una película de terror llamada "El Conjuro 2", y él estaba a nada de terminar vaciando su vejiga en aquel sillón. Odiaba las películas de terror, y más aún si estas trataban sobre espíritus y demonios. Lo peor era esa música espantosa que utilizaban de fondo, era malditamente escalofriante y le erizaba los cabellos de la nuca.

—En verdad no puedo creer que le tengas miedo a una película —se burló Jeon al verlo sobresaltarse cuando un demonio apareció en la enorme pantalla.

—Podíamos haber hecho como una pareja normal y haber elegido una película romántica, así terminaríamos tomados de la mano y dándonos besitos —se quejó enfurruñado en el asiento—, pero no, el Pastelito quería ver una película de terror.

—¿Quieres irte? —le preguntó, observándolo negar después con un puchero. Si a Jungkook le gustaba iba a aguantar hasta que se terminara. El contrario extendió su mano abierta hacia él, mirándolo con ojos soñadores—. No es una película romántica, pero aún así podemos tomarnos de la mano, incluso puedes arrimarte a mí cuando tengas miedo.

—¡Oh, Gguk, eres tan bonito y dulce! —exclamó sonriente dejando varios besitos en el rostro de su novio, recibiendo un gran "¡Shhh!" de las personas alrededor.

Cerca de una hora después soltó un suspiro, aliviado al ver como ponían los créditos en la pantalla. Agradecía que esa tortura hubiera acabado. 

Después de haberse marchado del cine, decidieron ir a cenar al restaurante en el distrito Gangnam al que una vez Jimin le había invitado, justo el mismo día que le prometió a Eunwoo ir a una cita.
Durante la cena, el rubio no pudo evitar sentir como su corazón se llenaba de amor por esa chico tan único. Los matices de su personalidad lo cautivaron de una manera que nunca imaginó. Cada día que pasaba, sentía que sus sentimientos por él crecían más y más; y le sorprendía la rapidez con la que Jungkook había conquistado su corazón. Estaba decidido a hacer todo lo posible para verlo feliz y para mantenerlo a su lado para siempre.

Pero...¿sería capaz de hacerlo en verdad? En un futuro próximo se daría cuenta de que eso no sería tan sencillo como creía.












Ojito con esto último, ese texto encierra más cosas de las que creen. 😉  Y sí, en el próximo cap todo se va a la m...
Finalmente llegó mi momento *inserte risa malvada*

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