Capítulo 11
Bajó del taxi con el ceño fruncido, observando a Jimin caminando tranquilamente hacia el interior de la preparatoria. El desgraciado lo escucharía. Se olvidó de pasar a buscarlo y él había estado esperándolo como un tonto, hasta que notando que comenzaba a hacerse tarde decidió llamar un taxi.
Caminó a paso rápido intentando alcanzarle, pero su objetivo se vio complicado por el mar de adolescentes que también intentaba entrar a la institución.
—¡Hey, Jimin! —exclamó, intentado llamar su atención.
El mencionado se quedó quieto, esperando a que el pelinegro llegara a su lado.
—¿Qué quieres? —farfulló con tono seco y un claro mal humor.
—¿Oye, por qué me tratas así?
—Solo déjame en paz ¿sí?
Siguió caminando, dejando atrás al pelirizado, que solo alzó las cejas con clara confusión.
El resto del día el mayor se comportó igual. Comenzaba a pensar que estaba enojado con él por haberse negado el día anterior a su petición. Era muy infantil de su parte, pues ya sabía que tenía planes con Eunwoo desde antes.
Para el final de la jornada escolar, ninguno de los dos se hablaba, pues durante la hora de almuerzo Park se comportó groseramente, y ahora no era el único molesto.
FLASHBACK
—Hola, chicos.
Llegó a la mesa que solían ocupar, sentándose al lado de Soobin. Taehyung y Jimin estaban sentados del otro lado de la mesa, comiendo sus almuerzos tranquilamente.
—Hola, Jungkook —Tae lo saludó levemente antes de volver a lo suyo.
—Hola, mi precioso príncipe —ese había sido Soobin, de meloso y adulador como siempre.
—¿Qué hacían? A parte de comer, obviamente —preguntó con curiosidad. Ese día se sentía relajado y feliz, lo suficiente como para mantener una conversación sin poner mala cara o utilizar un tono cortante.
—Solo hablábamos tonterías, pero ahora dime ¿tú cómo estás, mi príncipe?
—Genial —profirió, dibujando una sonrisa mediana en su rostro. Un bufido se escuchó después, y tres pares de ojos estuvieron sobre Jimin.
—¿A ti qué te sucede hoy? —cuestionó Taehyung alzando una ceja.
—Está insoportable desde la mañana —gruñó Jeon, aún enojado por el trato que había tenido con él horas atrás.
—Y tu pareces muy feliz desde ayer, por lo que veo tu cita terminó bien —escupió con tono bajo, pero no lo suficiente como para no ser escuchado por los demás.
Taehyung y Soobin solo se quedaron mirando de uno a otro, no entendiendo nada de lo que sucedía entre esos dos.
—Pues sí, fue genial. ¿Te molesta qué mi cita haya ido bien? —gruñó con molestia, cruzándose de brazos y con los hombros tensos.
—Chicos, no se peleen, por favor —volvió a intervenir el de ojos azules.
—¡Oh, para nada! —exclamó con claro sarcasmo, poniéndose de pie y chocando sus palmas contra la mesa—. ¡Les deseo mucha felicidad, qué se casen y tengan un montón de mocosos!
—Eres un idiota —masculló, poniéndose de pie para luego marcharse.
FIN DEL FLASHBACK.
—Hola bonito ¿A qué no adivinas quién soy?
Eunwoo lo había interceptado en los pasillos, tapando sus ojos con sus manos desde atrás.
—Eunwoo, sé que eres tú —profirió con tono neutro, volteándose a mirarlo cuando destapó sus ojos.
—Aishh, podías haber fingido un poco —se quejó, haciendo un puchero de manera infantil. Esperó que Jungkook riera o al menos bufara divertido, pero al verlo tan serio se preocupó—. ¿Qué sucedió? ¿Por qué estás molesto?
—Gguk...necesitamos hablar —Jimin había aparecido de pronto, sujetando su antebrazo y mirándolo intensamente.
—Él está hablando conmigo —masculló el castaño, deshaciendo el agarre que tenía el rubio en el brazo del más bajo.
—Piérdete Eunwoo, habló en serio —profirió de igual forma, acercándose a él de manera amenazante.
Jeon rodó los ojos fastidiado. Era lo único que le faltaba para terminar de arruinar su día, ese par de idiotas peleando por su atención. Bufó, empujándolos a ambos por el pecho para que se alejaran.
—Ambos, cierren la boca, no pienso hablar con ninguno.
Espetó, levantando su dedo índice cuando Jimin hizo el intento de hablar. En ese momento ya estaba de mal humor y no quería saber de absolutamente nadie, así que simplemente comenzó a marcharse de allí, bajo la mirada triste de uno, y la mueca confusa del otro.
[...]
Pasaron tres días para que Jimin cayera en cuenta de que la había cagado. Jungkook no le había vuelto a hablar desde aquella discusión, y para ese momento, ya extrañaba la presencia del pelinegro revoloteando a su alrededor. Su único consuelo era que tampoco había hablado con Eunwoo.
En ese instante iban bajando del autobús bajo la supervisión de sus profesores. Por la escuela habían preparado una salida fuera de la cuidad, a un campamento situado en el interior del bosque. Él en realidad había tenido cero ganas de ir, sin embargo, cuando se enteró que Jungkook iba no dudó dos veces en hacer su maleta.
Quería arreglar las cosas con el pelinegro.
Lo primero que pudo observar fue el enorme complejo. Una gran cabaña bastante antigua era la fachada del lugar. Por el interior a pesar de ser acogedora era bastante elegante, con un estilo entre retro y moderno que encajaba bastante bien. Una vez todos se registraron, los profesores comenzaron a dividirlos por cabañas.
Habían un total de veinticinco, y cada una estaba hecha para cuatro personas. Estas eran pequeñas, no teniendo nada más dentro que las dos literas con sus colchones, y dos baños pequeños, uno para chicas y otro para chicos.
El comedor estaba situado en otro lugar, un poco más apartado de sus dormitorios pero cercano a la gran cabaña principal. También había un salón de juegos, donde solo podías encontrar tableros de ajedrez, juegos de cartas o una mesa de billar. Aunque afuera, al aire libre, había una pequeña cancha mixta, de fútbol y baloncesto.
No era de lo más lujoso, pero estaba bastante bien.
Una vez las cabañas fueron asignadas se dirigió a la suya, acompañado de Soobin, el cual también dormiría allí. Soltaron sus cosas en el suelo, esperando por los otros dos que faltaban para ver como se repartirían las camas.
—¡Oh, joder! —la voz de cierto pelinegro se escuchó en el diminuto portal del dormitorio.
Ambos salieron a ver qué sucedía, y encontraron a Jungkook mirando el suelo con frustración, donde yacía ahora su inservible teléfono con la pantalla rota.
—¡Oh, mi hermoso príncipe dormirá conmigo! —Soobin fue a abrazarlo, recibiendo un empujón de su parte nada más hizo acercarse.
—Soobin, aléjate de mí.
—Que cruel eres —dijo con un puchero, dando media vuelta con los brazos cruzados fingiendo estar enojado.
—Lo siento ¿sí? No estoy de humor —murmuró introduciéndose en la cabaña.
—Está bien, te perdono solo porque eres tú —lo siguió de cerca con una sonrisa infantil en el rostro, y el de ojos acaramelados solo pudo rodar los ojos por la actitud de su amigo.
Jungkook terminó dejando sus cosas en una de las literas, ocupando la cama de abajo. Era obvio que él no esperaría a que los demás escogieran, así que Jimin hizo lo mismo, poniendo sus cosas en la cama superior de la litera contraria, su acción fue copiada por Soobin, que ocupó la de abajo.
Unos segundos después Jisoo hizo aparición, haciendo una mueca bastante exagerada al ver que le había tocado con tres hombres. Y para colmo, ya cada uno había escogido su cama sin ella estar presente.
—Genial, tenía que tocarme con ustedes —soltó sarcásticamente, dándole una mirada a los chicos.
—Si no te gusta puedes irte, la puerta está abierta —respondió Jungkook de manera cortante. Definitivamente se había equivocado en ir a ese estúpido campamento.
—Ya que —se encogió de hombros, entrando su maleta a la cabaña.
Cada uno se acomodó en su cama, escuchando un par de quejas por parte de la chica porque ninguno fue lo suficientemente caballeroso como para cederle una de las camas de abajo. Después de un rato los llamaron para darle las orientaciones pertinentes, y después los dejaron utilizar su tiempo libre en el salón de juegos.
Llegada la noche, Soobin sacó un par de botellas de soju que escondió en su maleta. Jimin y Jungkook continuaban sin hablarse, pero ninguno se negó cuando el pelinegro menor los invitó a jugar "verdad o reto"*.
Al principio solo empezaron presentando retos estúpidos o preguntas simples, fue Jungkook el que decidió romper el hielo al pedirle a Soobin que besara a Jisoo.
—¿Verdad o reto, Jeon? —preguntó Jisoo, sonriente por haber recibido un beso por parte del menor del grupo.
—Verdad.
—¿Haz tenido sexo con algún chico? —cuestionó con una sonrisa pícara en el rostro.
Jungkoook entrecerró los ojos, ignorando la pregunta de la chica al ponerse de pie y marcharse, todo bajo la mirada atónita del resto.
—Solo fue una simple pregunta, que chico más raro —la chica se encogió de hombros restándole importancia.
—Solo cierra la boca, Jisoo —espetó el rubio, no pensándolo mucho para ir detrás del ojigris.
Lo encontró a un par de metros de la cabaña, caminando de un lado para otro mientras pasaba sus manos repetidamente por su cabello y soltaba altos suspiros. Se acercó con cautela, observando lo mal que se veía el más bajo.
—¿Qué sucede, Gguk?
—Yo...déjame solo, Jimin —musitó entrecortadamente.
—No —negó, tomando la mano del contrario entre las suyas—. Sé que estás molesto conmigo, pero me tienes aquí para lo que sea.
Se sorprendió cuando los brazos contrarios abrazaron su cintura, y él solo terminó apoyando su cabeza en el pecho del más alto. Correspondió enseguida, apegándolo a su cuerpo lo más posible. Su corazón latió con fuerza y sus mejillas se sonrojaron en exceso al pensar que Jeon lo escuchara bombear con tanta intensidad.
—Nunca he tenido sexo —confesó escondiéndose más en su pecho—. N-no soporto que me toquen, yo...me dan ganas de vomitar y entro en pánico.
—Pero... —carraspeó apenado antes de decir—: nosotros incluso nos besamos.
—Sí, pero ya no puedo llegar más allá ¿entiendes? —se apartó, mirándolo con sus orbes grisáceos acuosos—. Cuando lo intento es como si de repente me trasladara a esa noche.
—Yo...no lo sabía.
El rubio no quería ni imaginar como se sentía su amigo en ese momento. Si había algo que odiaba, a pesar de que no sucediera mucho, era ver al pelinegro llorar. Si bien no reía mucho, prefería ver su rostro serio a sus brillantes ojitos llenos de lágrimas.
—Han pasado años desde eso, debería haberlo superado pero yo... simplemente no puedo —soltó un sollozo entrecortado bajando la cabeza, no deseando que lo vieran así de vulnerable.
—Hey, no te pongas así —lo tomó de la barbilla para que lo mirara—. Es un proceso, y cada quien va a su propio ritmo, Gguk, algún día lo superarás.
—¿Cómo estás tan seguro? —preguntó, dejando que el mayor limpiara la solitaria lágrima que había escapado de uno de sus ojos.
—Porque sé lo fuerte que eres, Jungkook, y me tendrás siempre para apoyarte —lo abrazó nuevamente—. Voy a protegerte de todo, Gguk, no dejaré que nadie vuelva a lastimarte.
El pelinegro apretó la camisa contraria entre sus puños, dejando paso a una ligera sonrisa cuando sintió los labios del más alto posarse en su sien. Se quedaron un rato allí, entre el espesor de la noche y la melodía dulce del viento contra las hojas, siendo simplemente la compañía del otro, su ancla a la realidad.
Verdad o reto*: es un juego en el que los participantes eligen entre responder una pregunta de manera honesta (verdad) o cumplir con un desafío propuesto por los demás (reto). Es una dinámica popular en reuniones sociales y fiestas, ya que puede generar momentos divertidos y entretenidos.
Agradezcan el cap de hoy a mi amix Tsuki_vmk porque la verdad es que había olvidado que hoy tocaba actu 😅
Espero les haya gustado, nos leemos el lunes <3
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