Capítulo 10
El sol de la tarde incidiendo directo en su rostro lo hizo hacer una mueca. La brisa fresca fue bien recibida, pues después de caminar por varios minutos una par de gotas de sudor comenzaban a correr por sus mejillas. El color verde era lo que más abundaba, siendo pasto y árboles todo lo que se podía ver alrededor.
—¿Qué estamos haciendo aquí? —preguntó ladeando la cabeza.
—Sé que estás acostumbrado a cosas lujosas, así que pensé en hacer algo diferente —comentó, recibiendo una sonrisa casi imperceptible por parte del pelinegro, pues le había conmovido que este se esforzara en buscar algo que disfrutara—. Vamos a montar a caballo.
—¡Espera! ¡¿Qué?! ¡Yo no sé!
—Es por eso que yo voy a enseñarte —comentó con una sonrisa coqueta en el rostro.
—No creo que sea buena idea, Eunwoo ¿Y si me caigo? ¿O si esa bestia me muerde?
El castaño soltó una carcajada al escuchar a Jungkook. En verdad podía llegar a ser muy dramático cuando tenía miedo, al parecer nunca había visto un caballo en su vida.
—¿Bestia? Eres un exagerado, Jungkookie —rió, viendo al más bajo hacer una mueca.
—Mejor hagamos algo más —pidió en un murmuro.
El contrario negó con una sonrisa, agarrándolo de la mano para caminar hacia el establo que estaba un par de metros más allá. El encargado los recibió amablemente, y enseguida fue a buscar un caballo para ambos chicos. El animal era totalmente blanco, y eso deslumbró un poco al más bajo.
—Eres muy bonito —acarició con cautela la cabeza del caballo, sonriendo al escucharlo relinchar bajito.
—¿Nos montamos? —preguntó el castaño extendiéndole la mano.
—¿Estás seguro de que sabes montarlo? —le preguntó con una ceja alzada.
—Venga, no seas miedoso.
Siendo ayudado por Eunwoo, finalmente se llenó de valor para subirse sobre "la bestia". El mencionado se acomodó detrás de él, sujetando las riendas y animando al caballo a trotar lento. Jungkook se sujetó de sus muslos, soltando un grito alto.
—¡Oh por Dios! ¡No vayas tan rápido!
—Solo estamos trotando —la risa del chico se coló en sus oídos, y si no estuviera tan asustado, hubiera reído junto con él—. No sabía que eras tan cobarde, Jungkookie.
—No soy cobarde —emitió con un puchero, molesto.
—Entonces iré más rápido —dijo, haciendo que el caballo comenzara a correr.
Jeon podía jurar que sus gritos se escuchaban por todo el lugar, se aferró como pudo a Eunwoo, rezando internamente para no caer del animal. Pasaron minutos para que dejara de gritar y comenzara a disfrutar en verdad de la cabalgata, abriendo los brazos, y sonriendo enormemente al sentir el viento impactar contra su rostro y despeinar sus rizados cabellos.
El castaño lo observó, pareciéndole tan hermosa la sonrisa del pelinegro, que ya no pudo volver a mirar al frente.
Después de un rato, encontraron un lago rodeado de un par de árboles. Decidieron descansar en el lugar, el agua viéndose bastante limpia, con los rayos del sol reflejándose en ella. Se sentaron uno junto al otro en el pasto, dejando al caballo acercarse al lago a tomar un poco de agua.
—Jungkook, hay algo que quiero decirte, aunque creo que soy demasiado obvio para que no lo notaras —él cómodo silencio que había fue roto por Cha—. Me gustas, mucho.
—Lo sé —el de ojos grisáceos dejó de observar el lago para voltearse a mirarlo a él.
—Me pareciste hermoso desde la primera vez que te vi, y luego de conocerte comenzaste a gustarme aún más.
—Eun woo eres un chico genial, eres apuesto, divertido, amable y único, en serio eres increíble...pero ya me gusta alguien —musitó avergonzado, la imagen de un Jimin sonriente colándose en su cerebro.
—¿Es Jimin? —preguntó, pero el contrario solo soltó un suspiro, ignorando la pregunta—. ¿Me dirás quién es?
Jungkook solo negó con la cabeza, arrancado un poco de hierba con sus manos por lo incómodo que se le hacía la situación. Eunwoo tomó su mano, deteniendo su acción y logrando que el pelirizo lo observara directo a los ojos.
—Yo creo que también te gusto —aseguró, llevando su otra mano al rostro del más bajo, dejando una caricia delicada en su mejilla.
—Por favor Eunwoo, no hagas esto...
Se vio interrumpido cuando los labios finos y suaves del más alto se acoplaron a los suyos, moviéndolos de manera dulce pero intensa al mismo tiempo. Si bien al principio se resistió un poco, terminó cediendo ante la bonita sensación que se instaló en su pecho. No podía negarlo, le gustaba ese beso, y también le gustaba el dueño de esos labios.
Se separaron segundos después, permaneciendo con las frentes unidas, respirando con tranquilidad mientras se observan a los ojos.
—Puede que te guste alguien más, pero no eres indiferente a mí —profirió el castaño con una dulce sonrisa.
—Eunwoo yo...
—Shhh, no arruines el momento, precioso.
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Jungkook se sentía confundido, tenía un gran conflicto entre manos. Estaba tan seguro de que le gustaba Park ¿entonces por qué ese beso con Eunwoo se había sentido tan bien? Se supone que no debería sentir nada, pero su corazón latió acelerado en cuanto los labios del más alto tocaron los suyos.
Solo había podido llegar a una conclusión, y es que ambos le gustaban.
«¿En verdad me gustan dos chicos? Que problema».
—Estás muy callado —la voz del castaño lo sacó de sus cavilaciones internas.
—Solo...me siento algo confundido —musitó sin levantar la cabeza. Para ese momento ya estaban volviendo a la ciudad en el auto del castaño.
—Tómalo con calma, no tienes que decidir ahora.
—¿Decidir qué? —lo miró con ambas cejas alzadas.
—Cual de los dos te gusta más.
El de ojos grisáceos solo frunció los labios asintiendo, el resto del camino hasta su hogar se mantuvo callado, pensando y analizando todos esos sentimientos que lo estaban confundiendo.
—Llegamos —dijo el castaño, estacionándose frente a la gran mansión, que lo dejó un poco aturdido.
¿Cuánto dinero tenían los Jeon?
—Ummh...gracias por lo de hoy, me gustó mucho —habló el contrario jugando con sus manos.
—Me alegra que te haya gustado.
—Bueno...nos vemos mañana —profirió con el objetivo de abrir la puerta del auto, pero el castaño lo detuvo, corriendo a abrirle.
Se bajó, dándole un asentimiento en forma de agradecimiento, dispuesto a entrar a su hogar, pero un agarre en su antebrazo lo detuvo. Eunwoo se acercó lentamente, dejando una mano en su cintura, con el objetivo de besarle. Negándose, puso ambas manos en su pecho para alejarle, necesitaba aclarar sus pensamientos, y besarlo en ese momento no le parecía una buena idea.
—Mejor no.
—Bien —el más alto soltó un suspiro dándose la vuelta para marcharse—. Pero aún así lo haré.
Se volteó de manera rápida, sujetando las mejillas del pelinegro para dejar un casto beso sobre sus labios antes de salir corriendo a su auto, soltando una pequeña carcajada en el proceso.
—Eres un idiota —expresó con una pequeña sonrisa.
—Claro, pero soy tu idiota —respondió con sus comisuras estiradas.
Cuando perdió el auto de vista, se adentró a su casa, recostando su espalda contra la puerta cerrada, soltando una risita baja y sintiendo sus latidos acelerados. Alzó la cabeza mirando a sus padres frente a él, ambos mirándolo como si hubiera enloquecido.
—¿Él...estaba riendo? —susurró no muy discretamente su madre, en el oído de su padre.
—Sí —asintió, "susurrando" también, bajo la mirada de su hijo, que los observaba con el ceño fruncido—, da miedo cuando ríe así.
—¡Déjenme en paz! —exclamó con las mejillas rojas y los puños apretados, corriendo hacia su habitación, escuchando las risas de sus padres.
Más tarde de lo usual, pero aquí está. Las cosas están comenzando a tomar forma, veamos que pasará más adelante entre estos tres.
Besitos 😗
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