Capítulo 01

Permaneció en silencio mientras su padre conducía hasta el pueblo.

Finas gotas de lluvia ensuciaban el parabrisas y para cuando llegaron a su destino, la tormenta se había desatado por completo.

-Toma.

Su padre le pasó un paraguas que llevaba en el asiento trasero y señaló con la cabeza hacia la puerta grande y marrón frente a la que se habían detenido.

-Ve a buscarla. No quiero que salga con este tiempo ella sola y se moje.

Adrian tomó aire y abrió la puerta de la camioneta antes de abrir el paraguas y salir bajo ese aguacero.

Las manos le sudaban, y sujetar el paraguas se le complicaba.

Antes de que pudiese llamar a la puerta, esta se abrió y una Dana muy sonriente apareció frente a él.

-¡Hola! No sabía que vendrías también. ¿Que tal todo? Ten, sujétame esto, por favor. ¡Mami, me voy!

Todavía no se había recuperado del primer vistazo que le dió cuando esta se volvió de nuevo hacia él, se cogió de su brazo y acercó su cuerpo al suyo para evitar mojarse.

La sensación era una auténtica tortura.

Su roce, su olor, e incluso su voz estaban haciendo estragos en él.

Con la bolsa de ella en la otra mano, Dana se sujetaba al brazo que llevaba el paraguas.

Casi tropezó un par de veces y maldijo en silencio su torpeza.

-¡Porras! ¿Estás bien Adrian?

-Si. Me resbaló el pie.

Una vez en el interior del coche, Dana empezó a hablar con su padre lo que le dejó a él tiempo para tomar aire y disfrutar del sonido de su voz.

Su padre, al igual que él, no era un hombre de muchas palabras, pero si era un buen oyente, además de muy perspicaz, así que aunque nunca habían hablado del tema, Adrian sospechaba que Jackson Stone sabía acerca de sus sentimientos por la mejor amiga de su hermana.

-Y entonces Lía y yo hablamos acerca de hacer un viaje cuando nos graduemos, pero no nos ponemos de acuerdo con nuestro destino.

-Todavía tenéis algo de tiempo para decidir sobre el lugar.

-Lo sé, pero me emociona pensar en todas las posibilidades. Tengo tantas ganas de viajar...

Un suspiro lleno de anhelo llenó el espacio trasero de la camioneta y por primera vez desde que la conocía, Dana permaneció en silencio.

Después de una rápida parada en la tienda del pueblo y más cargados que cuando llegaron, tomaron rumbo a casa.

Dana corrió hasta el porche, donde Amelia ya la esperaba y se fundieron en un enorme abrazo mientras ellos descargaban las compras.

-Escucha, hijo-su padre seguía sacando cosas del maletero y no le miró pero por el tono de su voz, supo que iba en serio.-Dana es una gran chica, pero no está lista para lo que tu quieres y sé que eres joven aun, pero eres igual que yo en muchos aspectos y sé como te sientes. Tú eres un chico inteligente que sabe lo que quiere y si quieres a esa chica, sabrás esperar.

-Es difícil.
-Lo sé, y lo entiendo, pero dar el paso ahora podría arruinarlo todo. Dana es una chica inteligente, pero muy impulsiva y me temo que no es de las que se queda quieta en el mismo lugar mucho tiempo. En cuanto empiece a viajar, nada la detendrá.
Y Adrian sabía que esas palabras eran muy ciertas.
Dando un último vistazo a la chica que amaba, decidió que haría cuanto estuviese en sus manos para olvidarse de ella.

Todo se vino abajo cuando aquella noche, en una visita rápida a la cocina a por un vaso de agua, encontró a Dana sentada en el suelo, junto al frigorífico, llorando desconsolada.

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Teneis a Dana en el multimedia 😘

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