—Estoy cansada —suspiré pesadamente mientras arrastraba con pesadez mis zapatos sobre el pavimento

—Vamos a casa entonces —sonrió dirigiéndome la mirada

—¿Casa? —mis ojos se abrieron más de lo normal

No tenía una casa, tampoco dinero como para comprar una, siquiera para rentar una.

—Te quedarás en mi casa —sonrió tranquilo—Descuida, vivo solo

—Mmm esto, es, un poco, solo un poco ¿incomodo?, yo, no encuentro la palabra —comencé a ponerme nerviosa, un fuerte calor se hizo presente, seguramente mi cara ya parecía un tomate—Una mujer y un hombre, solos, en la misma casa mmm—no quise continuar

El solo comenzó a reír.

—No haré nada, lo prometo —hablo seguro —No haré nada que tu no quieras

•••••••

—Muy bien, mañana será un día interesante —comentó mientras acomodaba la cama —Por ahora, descansa Xia —y ahí estaba, esa linda sonrisa dibujada en su rostro. Con su mano derecha despeino mi cabello y después salió de la habitación, dejándome completamente sola.

Estaba cansada, pero no lograba conciliar el sueño.
Aún que quisiera, el sentimiento de pérdida estaba presente, sólo pensaba en eso.

Sabía que estaba atrapada en un sueño profundo.
Sabía que probablemente moriría.
Sabía que despertar dependía de mi. Pero no sabía cómo hacerlo.
Sabía tantas, tantas cosas, y comencé a sentir miedo.

3:00 am

El tiempo transcurrió rápidamente. Seguía sin poder dormir, tal vez ir a buscar un vaso de agua ayudaría, pensé, así que me levanté un poco indecisa y me dirigí a la cocina.

Pero estaba equivocada, nada estaba ayudándome.
Quería que todo esto terminará de una vez.

—¡Quiero despertar ya!—grité inconscientemente —¿Acaso es mucho pedir? —me tiré lentamente al suelo y tape mi rostro

Tengo mucho miedo. Pensé

—¿Te escuché gritar? ¿Todo bien? ¿Que hacés ahí? —su voz me sacó de mis pensamientos

Levante la mirada.

—No, nada está bien —contesté casi en susurro

El se coloco a mi altura, posó sus dos manos en mis mejillas, me dedico la mirada mas tierna y segura que alguna vez nadie me dedico. Me sentí más tranquila.

—Te prometo que el miedo sé esfumara, poco a poco, gradualmente, yo me encargaré de eso —frunció su ceño —No debes temer, mientras yo esté a tu lado.

Y por alguna extraña razón solo esas palabras bastaron, para que yo durmiera tranquilamente, esperando que a la mañana siguiente, todo volviera a la normalidad.

••••••

Talle mis ojos, mire mi alrededor, todo seguía igual, nada era diferente, excepto la luz que ahora entraba por el enorme ventanal, está alumbraba la habitación.

—¿Puedo pasar? —el dueño de esa voz, que por cierto, ya reconocería en cualquier lugar, provenía desde el otro lado de la puerta

—Pasa —dije en voz baja, pero logro escucharme

—Traje un poco de ropa, duchate y cambiate, saldremos en un par de horas.

Asentí lentamente, luego el salió de la que ahora era mi habitación.
¿A dónde iríamos? ¿Qué día era hoy? ¿Que estaba haciendo aquí?
Esas preguntas vinieron a mi cabeza, pero por más preguntas que hiciera, jamás hallaría una respuesta.
Decidí hacer lo que Renjun dijo, tomé una ducha un poco larga, y luego  forme un conjunto con las prendas que el me había llevado.

Llevava un par de minutos preguntando a donde nos dirigíamos, pero simplemente no recibía ninguna respuesta de su parte. La curiosidad me comía por dentro.

—¿Ya vamos a llegar? —dije con fastidio —Tengo mucha hambre, muero de sed y estoy cansada

—Ya falta menos, aguarda un poco más —contestó un tanto molesto, mientras miraba a todos lados

—Nos perdimos ¿cierto? —pregunté con el entrecejo fruncido

—No —respondió de mala gana —Yo nunca me pierdo, se perfectamente donde estamos y a donde nos dirigíamos

—Acéptalo, nos perdimos —comente cansada —llevamos mucho tiempo caminando en círculos

—Estaba seguro de que era aquí —dijo casi en susurro pero logré escucharlo, su ceño estaba fruncido, tal vez comenzaba a desesperarse, justo cuando creí que explotaria, una cálida sonrisa se formó en su rostro—Llegamos

—¿Enserio? —respondí sorprendida mientras lo miraba

—¿Tienes hambre cierto? —me mostró su dentadura en una sonrisa de oreja a oreja—vamos a comer algo

Nos adentramos al lugar, al parecer una cafetería, era muy bella, pero con tonos rosa pastel por todas partes, resulta que, no soy muy fan del rosa.

Nos sentamos en una mesa libre cerca del jardín que estaba en la parte trasera del establecimiento, por petición de Renjun, después de unos minutos una chica llegó a tomar nuestra orden, a decir verdad, era muy linda, cabello castaño hasta los hombros, labios gruesos y definidos, ojos grandes color miel, pero por mas claros que fueran tenía una mirada profunda y opaca, nariz respingada y un muy lindo cuerpo. No es que tuviera el autoestima tan baja como para sentirme menos al lado de la chica, pero desde que había llegado minutos atrás no dejaba de sonreírle a mi acompañante, ¿No podía ser un poco más discreta?. Empezaba a incomodarme.

—¿Qué ordenaras Xia? —su voz me sacó de mis pensamientos

—Ahh, mmm —¿cuanto tiempo me fui a la luna? ¿Era uno de mis viajes astrales acaso? Por que me quedé mirando a esa chica por mucho tiempo. Coloque mi mano en la nuca un tanto apenada y luego baje la mirada al menú del lugar.

—¿Estás escuchandome? —movió su mano una y otra vez frente a mi rostro tratando de llamar mi atención —¿Te encuentras bien?

—¿Qué? , ahhh, si, yo, mmm—apunte vagamente un plato que captó mi atención —Quiero esté, si, este está bien

—De acuerdo, traeré sus postres lo antes posible —recogió los menú de la mesa y se retiro, no sin antes guiñarle el ojo y brindarle una tierna sonrisa a Renjun.

—¿Qué demonios sucede con esa chica? —sonreí irónicamente mientras observaba cómo se alejaba —¿Era necesario hacer eso? ¿Ah? —comencé a guiñar mi ojo repetidas veces —Esto, ¿lo ves?—volví a guiñar—Parece que tiene un tic o parálisis facial —puse mis ojos en blanco y recargue mi cabeza en mi mano que se encontraba sobre la mesa.

—¿Enserio? —comenzó a reír despacio —Me pareció un gesto muy encantador

—¿Encantador? —solté una leve carcajada —Encantador mi trasero, yo soy encantadora —dije para mi misma —Al parecer alguien no conoce lo encantador —dirigí mi mirada al jardín

—¿Por qué estás celosa? —preguntó mientras sonreía brillante

—¿Celosa? —comencé a reír, no porqué fuera gracioso, tampoco porque me estuviera riendo de él, sino porque creo que tal vez había sido descubierta —No estoy celosa, es simplemente por respeto.

—¿Respeto? —sonrió de lado —De acuerdo, te creo

—Deberías —dije

Ok. No habían más excusas que dar, el lo había aceptado.
Pero. Dios. Si estaba celosa, ¿Por qué lo estaba? No lo sé. Acabo de conocer a este chico, bien podría ser un estafador, un trata de blancas, quizá nada de lo anterior y sólo era un chico normal, pero no debía pensar tanto en eso, debía estar concentrándome más en encontrar una salida de este mundo, en lugar de prestarle más atención a la chica que seguía mirándolo con esa estúpida y hermosa sonrisa en su rostro.
Ahhhhh volví a hacerlo.
Deja de mirarla. Tal vez son amigos, quizás conocidos, a lo mejor no era la primera vez que Renjun venía a este lugar. No sabía y en realidad me importaba poco, lo importante era saber, por que comenzaba a sentirme así y a comportarme de esa manera.

—Su orden esta lista —comentó la voz chillona de esa chica —pastel de chocolate para Renjun y pay de limón para —freno en seco —¿Como te llamas?

—No es de tu incumbencia, gracias—tomé el postre en mis manos y lo observé detenidamente, maldición, odio el pay de limón

—Mmm disfruten mucho sus postres —comentó la chica incomoda para después alejarse de nuestra mesa

—¿Hay algún problema? —preguntó el chico frente a mi mientras comía su rebanada de pastel

—No —respondí y metí el bocado en contra de mi voluntad, ahhh era muy ácido, odio el limón, enserio lo detesto maldita sea —Está—trague con dificultad —Delicioso, jamás había probado algo tan simple pero tan delicioso —el sarcasmo estaba presente, pero al parecer Renjun era tan ingenuo que no era capaz de notarlo, cosa que agradecía mucho.

—Me alegra saber que te gusto —me sonrió —Estaba nervioso ya que no se a que cafetería recurrías

—Es perfecta, gracias —era difícil asimilar todo lo que ocurrió, y el hecho de que el tratara de hacerme sentir como en casa, me conmovió bastante.

—Necesito ir al sanitario —dijo un poco avergonzado —No tardaré, lo prometo

—De acuerdo —sonreí y lo seguí con la mirada hasta que lo perdí, inmediatamente envolvi el postre que pedí en una servilleta y lo metí a mi bolso, lo sé, lo sé, nada higiénico, muy desagradable por cierto, pero era algo necesario. La próxima vez, pondré más atención en lo que pido.

Renjun llegó unos minutos después.

—Volví —tomó su lugar de nuevo —ohh, terminaste —me mostró una tierna sonrisa, estaba satisfecho

—Gracias por invitarme—sonreí —Es muy lindo de tu parte

—No es nada —bajo la cabeza tímido

—Aquí está la cuenta —dijo la misma chica de antes, ¿Acaso no había más meseras?

—Gracias —tomo el papel y dejó el dinero en la charola —Listo

—Este es para ti —le entregó un pedazo de hoja mientras trataba de ser discreta, pero por favor, seamos sinceros, eso no fue absolutamente nada discreto —Te veré luego—y se fue la muy atrevida

—¿Qué dice? —arrebate el pedazo de papel de sus manos, lo sé algo poco descortés, pero la curiosidad me invadió de inmediato, mi mandíbula se tensó al ver lo que esa mujer había escrito —¿Enserio?

—Tranquila —tomó el papel y visualizo lo que decía éste —Solo es un número de teléfono

—Llámala cuando yo no esté presente de acuerdo —estaba decidida a salir de ahí, pero me percate de la actitud que tuve, frene de golpe y voltee a verlo—Ya te lo dije, es por respeto.

Lo sé, tal vez exagere, pero ¿Cómo le explico a mis celos que él y yo, no somos absolutamente nada y que acabamos de conocernos?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top