Diez
Él ya estaba despierto desde antes de que saliera el sol. Había pedido a los sirvientes un tipo de bebida revitalizante hecha con algas. Le trajeron dos vasos calientes, creía que Thor necesitaría algo para apagar el dolor de cabeza que le causaría no dormir.
Cuando este salió de su habitación, Loki alcanzó a mirar por un segundo cómo sus ojos pasaban de un dorado extraño a su azul habitual. Ahora entendía por qué hablaba solo. Su baba le había explicado ese tipo de magia de inmersión.
—¿Algo caliente? —Levantó la taza para que el aesir la tomara.
—¿Qué demonios es esto?
—Es..., olvídalo —Se cruzó de brazos y se levantó del sillón.
Le había dado una tregua a su enojo contra el rubio pero ahora que había despreciado su buena voluntad había vuelto con más fuerza. Este lo siguió y se interpuso en su camino.
—¿En serio vas a enojarte por una bebida? —No había signo de cansancio en ninguno de los movimientos fluidos del general.
Ahora Loki se sentía estúpido por pensar que alguien perteneciente a la milicia podría claudicar por no dormir un día. Pero no se iba a enojar con él mismo, lo más fácil era enfadarse con Thor.
Después de una larga discusión o mejor dicho, tras Thor implorarle un rato para que le revelara sus razones, Loki explotó. Claro que no en voz alta porque no quería que sus amigos vinieran corriendo. Podía ser que estuvieran recuperándose pero eran soldados y acudirían.
—Te voy a decir por qué tengo ganas de lanzarte un hechizo y convertirte en una cabra. Estuvimos muchos días platicando de cosas sin sentido, en el que me llamaste "amigo" y nunca me contaste qué demonios le propondrías al rey, ¡todo lo deduje por mí mismo!
—¿De qué hablas? ¡Tú no quisiste contarme de tus padres cuando te pregunté! Y perdóname pero no tenía potestad para contarte un asunto tan delicado.
—¿Entonces tu puedes darte el lujo de ocultar cosas y yo no?
—Loki, lo que te pregunté es de ámbito personal. Cuando eres amigo de alguien quieres saber de él, de su vida, lo que quiere y lo que aspira. Tú sólo me hablas de tu cultura y no de ti. Yo te contaría lo que quisieras de mí, ¿pero acaso has preguntado?
No, no lo había hecho. No porque no quisiera, sino porque temía incomodar al aesir como este lo incomodaba preguntándole muchas cosas de su infancia. Él nunca había sido tan confianzudo con las personas, su lema era sobrevivir y para ello no ibas contándole cosas de ti a la gente.
—A veces pienso que buscas estar cerca de mí no porque quieras ser mi amigo, sino porque quieres saber más de la guerra.
Loki no dijo más y sólo se encerró en su cuarto.
...............
Aceptó lo que Skadi pedía, incluso si su padre y él sabían que era una trampa.
Sif era de la opinión de que aquello era insensato, que le estaban poniendo en bandeja de plata a los jötuns la posibilidad para destruirlos. Hogun decía no entender al Padre de Todos en su decisión y Volsstag sólo se mantuvo firme en apoyarlo en lo que fuera.
—Ya me siento mejor amigo, así que cuenta conmigo. —El pelirrojo puso su gran palma sobre el hombro del rubio.
—Para serte franca Thor, la pesadez no se me quita desde que la alimaña nos lanzara a ese lodazal.
—Yo lo he analizado y temo que lo que sea que nos haya puesto el jötun nos haya restado fuerza.
El príncipe recordó que tanto Sif como Hogun casi habían recibido la poción por todo el cuerpo, contrario a Volsstag que sólo lo hizo en la espalda y las piernas. Así que procedió a revelarles qué era lo que les pasaba en realidad.
Al final, los tres estaban asombrados por lo ventajoso de los efectos secundarios de la pócima. Sif seguía incrédula a creer que alguien de Jotunheim hubiera hecho algo bueno por ellos por partida doble y Hogun le recordó que el hechicero había sido quien los lanzara al foso en un principio.
A Thor le pareció gracioso como habían llegado al comienzo de nuevo en su idea sobre Loki. Él calló, le gustaba estar cerca del jötun. Algo le atraía de ese ser y no entendía todavía qué, pero deseaba ser su amigo.
Sin embargo, como general había algo que no le cuadraba del jötun aunque su parte sentimental le decía que era porque no sabía tratar con otros. Quería creer que la ternura que a ratos le causaba Loki con su asombro continuo no era un truco.
Entrada la tarde, pidió al rey llevar su propio trineo para agregarlo a la comitiva con la que irían a Utgard, el reino más antiguo de Jotunheim. Un emisario había salido antes, corriendo a pie para avisar al rey Laufey de su llegada a pesar de que Skadi ya había informado de las nuevas a través de un hechizo en el agua.
Le había parecido sospechoso que para efectuarlo pidiera a Loki, pero tampoco debía ser desconfiado. De hecho no tendía a serlo pero el hechicero causaba reacciones diferentes en él, cosa que le parecía graciosa y entretenida.
Su primera parada fue en una villa a las afueras del reino como en la que vivía Loki, esta pertenecía a Rahndoffh pero no estaba dentro de las murallas. La casa más grande fue la que les dio hospedaje, al menos a los miembros importantes. Los soldados rasos acamparon afuera.
Se sentó a propósito al lado de Loki durante la cena y se esforzó mucho por tocarlo cuando le pasaba el pan o la sal y de soltar una sonrisa cada que él le devolvía enfurruñado la vista. Se estaba haciendo el difícil pero Thor tenía paciencia de sobra. Con Freyja había aprendido a tenerla.
Procuraba tener vigilado al jötun incluso cuando este evitaba quedarse a solas con él. Tal vez había hecho mal en dudar de él pero no había podido evitar esa..., ¿inseguridad?
Encontrarles una cama adecuada no había sido tan fácil como sillas así que se acordó que durmieran ellos 3 en una cama y otros dos en otra.
Como Volsstag era robusto se quedó con Hogun y Sif con ellos dos. Ella se durmió rápido e incluso para asombro de Thor se echó a roncar, algo que nunca había hecho antes.
Aunque había espacio de sobra Thor se pegó a la espalda de Loki, la cual este desde el principio le había dado y lo envolvió en sus brazos en torno a su cadera, causando que este brincara de susto.
—¿Qué diantres estás haciendo? —soltó mientras se retorcía dentro de su prisión.
—¿De qué hablas?
—¡De ti! ¡Tocándome sin que te dé permiso!
—Ah, normalmente duermo con un almohadón a mi costado al que me aferro.
—No sé si no te has dado cuenta, ¡pero resulta que yo no soy un almohadón!
El rubio estuvo tentado a morirse de la risa allí mismo por los movimientos poco gráciles que el jötun daba en sus fútiles intentos por liberarse de la fuerza con que lo sostenía. De hecho, sonrió ocultando dicho gesto en los hermosos cabellos negros de Loki.
El hechicero decidió que ya era suficiente pero cuando intentó convertir al hombre en una pulga, sintió un bajón y de la nada se quedó frío. Aquello preocupó al príncipe, no porque percibiera un cambio en la siempre fría piel de Loki, sino porque este de la nada se había quedado quieto.
—¿Loki? ¿Estás bien? —No hubo respuesta y aquello alarmó más al aesir—. Si es una treta para que te suelte no es divertido.
Los repentinos temblores lo hicieron voltearlo para que quedara frente a su pecho y cuando levantó su mentón para verlo, notó como respiraba como si estuviera corriendo una maratón. Parecía que no podía tragar y poco a poco comenzó a temblar.
—¿Qué pasa? —preguntó sin dejar de envolverlo en sus brazos—. Llamaré a alguien.
—No, está, bien. A veces, sucede, cuando, intento, usar, mi magia. —Fue tan pausada y suave la forma en que lo dijo que Thor tuvo que acabar de descifrarlo.
Aquello no era nada como el jötun lo intentó hacer pensar pues debido a que su respiración no disminuía, no acababa de quedarse dormido. El aesir tuvo un regusto de culpa en su paladar por haber sido él quien causara algo así y sin pedirle permiso, irrumpió en la habitación del sanador real al que arrastró a su habitación.
Para el curandero de nombre Padu, tales síntomas le parecieron no aptas para un hombre tan joven. Sin embargo, no descartaba la posibilidad de que había estado bajo ciertas condicione que causaran un ataque así. Su receta fue descanso y unas gotas disueltas en agua que le ayudarían con su problema y para dormir o al menos eso entendió Thor por las señas que este le hizo.
A la mañana siguiente la piel de Loki estaba tan caliente como él y el curandero no se explicaba qué había podido salir mal. Se suponía que los ataques como esos no tenían secuelas de esa índole y mucho menos si era poseedor de una magia como la que el rey Skadi le había comentado que el muchacho poseía.
La comitiva esperó un día más sin presenciar mejoras del jötun enano y Thor por su parte, cada día se frustraba más al no poder darse a entender con los otros. Algo debían hacer por él. El sanador le hizo una especie de gesto que indicaba que ya nada se podía intentar.
Skadi estaba estupefacto ante la situación fatalista que le auguraba su curandero. El chico parecía demasiado fuerte como para que algo tan súbito amenazara su vida. Loki ya le había contado de su frágil salud pero nunca le había creído por lo bien que se desenvolvía en su corte.
El rey dio la orden de partir y con figuras de hielo le explicó a Thor que debían dejar a Loki allí, que la familia se encargaría de atenderlo y que en la metrópolis que era Utgard de seguro encontrarían a alguien más que pudiera traducirle al rubio sus palabras. Fue cansado y Skadi decidió que sus descendientes debían aprender aesir, no como él que se había confiado del allspeak de los dioses.
Contra todo pronóstico, el Dios del Trueno se negó sin titubear a dejar al jötun allí por más que el rey insistiera con sus imágenes que allá encontrarían a alguien más. En su lugar, ofreció alcanzarlos una vez el hechicero estuviera recuperado o eso quiso transmitir al rey, quien asintió pero que le precisó que sólo tenía una semana de plazo o si no interpretaría que era un acto de guerra.
—No intervine para no faltarte al respeto como mi príncipe pero Thor, ¿te das cuenta de que cada decisión que tomas es decisión de Estado? —Los dos hombres restantes asintieron de acuerdo con su compañera y esta extendió los brazos con hartazgo—. ¡Lo que acabas de hacer no sólo atenta contra nuestra misión sino que da una imagen errónea de tu relación con el jötun!
—¿En serio crees que iba a dejar a nuestro amigo a merced de gente a la que le importa un comino? Ellos no se preocuparán en serio por sus necesidades.
—Thor, él no es nuestro amigo, es el traductor y ya.
—Bueno, pues es mi amigo y yo nunca dejo un amigo en circunstancias precarias para que él mismo se las arregle.
Silencio se instaló a un lado de la cama. Uno que fue interrumpido por los gemidos de agonía del jötun enfermo y que era un gesto que indicaba conformidad de todas las partes. Eso que el rubio decía era verdad y como tal, no sabían que responder. Al menos no Sif y Volsstag, quienes mantuvieran la discusión antes.
—Thor, si pasa una semana y él no se recupera, tendremos que dejarlo —le calaró Hogun.
—Lo sé —dijo mientras ponía un paño de agua helada en la frente de Loki.
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