— Mi historia con Jimin nació cuando él tenía quince; años. Nosotros eramos los alumnos más sobresalientes y los mejores bailarines de la academia a la que acudíamos, nos defendíamos bien ya que es nuestra pasión la danza— aunque su voz seguía siendo algo baja y susurrante, mostrandose insegura; Yoongi notaba algo estraño en esta— así hicimos bastantes amigos, ellos nos acompañaron durante varios años convirtiéndose en personas que consideramos nuestra familia, Pero en todas las familias siempre hay personas mal intencionadas que desean verte mal y que son capaces de dañarte con tal de conseguir lo que desean— hizo una pausa, se le notaba que su tono cambiaba conforme la historia tomaba curso, su mirada perdida y aquella sonrisa dejaban ver que su actitud enmascaraba algo tétrico— Hobi y yo en el tiempo que nos conocimos nos hicimos realmente amigos, él era una persona que tenía bastante carisma, su danza iba enfocada al baile más contemporáneo, la danza urbana era su gran fuerte, con cada movimiento conseguía enamorar al completo en el escenario. Era una buena persona con un gran corazón al igual que su incomparable sonrisa que siempre te hacía sentir mejor y alegraba tus días grises— Yoongi comenzaba a preocuparse del giro que la historia tomaba— nosotros desde pequeños tomábamos clases de ballet clásico, con el tiemo y el comienzo de la universidad nos interesamos por la danza contemporánea pero sin abandonar nuestro estilo. Poder interpretar y reflejar nuestros sentimientos mediiante el movimiento era algo que amábamos— por primera vez levantó la vista y sus ojos que anteriormente le mostraban dulzura ahora eran turbios y oscuros— llegó el día en el que nuestro director tuvo que elegir entre toda la academia quien sería el protagonista de nuestra obra para el concurso nacional. Jimin estaba tan nervioso y alterado que decidí tomar el control en nuestra presentación tras su caída. Conseguí enmendar sus fallos y mostrar nuestro gran potencial, pero fue tarde. El papel principal fue otorgado a Hobi. Él y su estilo se ajustaba más a lo que buscaban, él si que encajaba, no como nosotros que eramos bichos raros— los nudillos de sus manos estaban blancos lo apretado que tenía los puños en ese momento— solo quedó una solución, la única que yo aceptaría para darnos el valor que nos merecíamos. Cuando salimos de las prácticas platicando cómodamente de nuestros proyectos de futuro vi la oportunidad. Había una obra cerca de nuestro camino de regreso a casa, aproveché que él siempre amaba caminar encima de pequeño muro y lo empojé— su mirada volvió a Yoongi con una sonrisa más amplia— resultó que desafortunadamente cayó encma de unas varillas que estaban clavadas en el suelo y falleció.

Un silencio se instauró nuevamente en la habitación; aunque no dejaban de mirarse había un ambiente bastante denso y tirante.

— Lo mataste— fue el comentario de Yoongi cuando pudo hablar tras la impresión de lo ocurrido.

— Solo defendía lo mío.

— No, tú lo mataste por aquel papel— los ojos oscuros y su tétrica sonrisa le dieron la respuesta— tú no eres bueno para Jimin.

— ¿Y tú si? Dejas que te encierren y te usen de puta ¿y me vienes a dar consejos moralistas?

Comenzó a golpear sin parar a Yoongi, los puñetazos y las patadas caían en su cuerpo sin más y lo único que podía hacer era tratar de protegerse la cabeza y el cuerpo lo mejor que podía mientras deseaba que aquel inifirno parase. Un grito sordo fue lo que medio pudo oir cuando los golpes cesaron y Jim se fue rápidamente; como pudo se metiió en la cama y dejó que su cuerpo se rindiera ante los golpes hasta caer inconsciente.