Jim:


El día transcurrió sin que nadie entrara a su cuarto; la única vez que logró dormir fue cuando aprovecharon para dejarle la comida. Aunque le extrañó, no le dio demasiada importancia y la comió por hambre, después de ofrecerle un poco al ratón que habitaba en la habitación y así saber que no estaba envenenada.

Las pesadillas recurrentes sobre los diversos escenarios en los que perdía a Jimin mantenían a Yoongi en constante estado de alerta. Observar como cada una de sus personalidades evaluaba sus comportamientos y reacciones le revelaba que no solo intentaban protegerlo, sino que todo lo que Jimin había vivido en el pasado lo llevó a crear esos personajes en su vida para que lo resguardasen en sus momentos más difíciles.

Yoongi comprendía que, aunque la situación era aterradora, cada una de esas personalidades era un reflejo de los traumas y experiencias que Jimin había enfrentado. Ellos eran una parte esencial de él, una forma de defensa que le había permitido sobrevivir en un mundo que, en múltiples ocasiones, había intentado dañarlo.

A pesar del miedo y la incertidumbre, Yoongi sentía una creciente esperanza de poder demostrar que él también era capaz de cuidar y proteger a Jimin. No solo aceptaba este reto, sino que mostraría su amor incondicional por él. Sabía que, para estar juntos, primero debía ganarse la confianza de todas las partes que componían a Jimin.

Cada encuentro con una nueva personalidad era una prueba donde la clave para superarla radicaba en su capacidad para entender el profundo dolor que había dado origen a estas manifestaciones. Sabía que, al final de todo este camino, podría encontrar al verdadero Jimin.

Mientras reflexionaba sobre todo esto, Yoongi notó como alguien lo observaba desde la entrada; se incorporó algo para conocer a quien fuera aquella personalidad.

— Hola— Yoongi trataba de ver el rostro de aquella persona entre las sombras— ¿cómo te llamas?

Aquella figura dio un paso hacia atrás, queriendo retroceder en sus pasos.

— Lo sento, no quiero hacerte daño. Solo conocerte— con una sinrisa amable Yoongi trataba que no huyera de él— Yo me llamo Min Yoongi, encantado de conocerte.

Algo dudoso y a pequeños pasos se atrevió a dejarse ver. Era un chico de pelo castaño que acompañaba realmente bien a su rostro angelical y esos ojos color miel que vislumbraban su dulzura y pureza.

— ¿Quieres que hablemos?

Aunque Yoongi estaba dudoso de poder acercarse al chico, suguió tratando de mostrarse tranquilo y conciliador frente a la prsonalidad tímida de este.

— Hola— salió en un susurro de aquellos labios— mi nombre es Jim y la señora Park me envía para conocerte.

— Encantado, ¿deseas contarme tu historia con Jimin?

Aunque en un principio este negó, aceptó con un leve movimiento de cabeza; comportamiento que hicieron que el aura de la habitación se sintiera algo extraña, momento que no pasó desapercibido por el contrario.

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