capitulo 15
Nota: tema delicado leer bajo su responsabilidad.
No se apoya este tipo de problemas sociales y mucho menos se romantiza u normaliza.
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Que arias si cada que pasas por un pasillo de la escuela sientes una rara presencia vigilando por dónde caminas o donde estás, sintiendo unos ojos penetrantes detrás tuyo y cuando volteas estás sola, no hay nadie a tu al rededor.
Era confuso para mí.
Sentir aquella sensación de estar siendo vigilada pero la soledad era lo único que me acompañaba a dónde yo iba, podía ver sus expresiones lujuriosas y subidas de tono, esos gestos tan ofensivos a su vez que jugaba con el doble sentido, si lenguaje corporal hablaba por si misma.
Al principio era sutil y amable; nadie sospecha de un maestro, menos siendo quien te da terapias gratis o por medio de una orden del director, al principio no lo notas y piensas que es normal hasta que sientes como acerca sus silla frente a ti.
Sin darte cuenta sientes una ligera sensación, un cosquilleo que sube desde tus rodillas hasta tu clavícula.
Leves roces de piel con piel cada que la puerta era cerrada o abierta; sentir un roce en la parte trasera y escuchar un lamento suyo o como aquella incómoda situación pasa desapercibida frente a sus narices.
Pasan los días.
Sientes que esta presente pero a la vez no, con el tiempo mancha tu piel poco a poco hasta sentirte sucia cada que miras ese frágil y asqueroso cuerpo en el espejo del baño.
Cada que te pruebas ropa no evitas el pensamiento donde aquella bestia puede comerte con los ojos para finalmente tenerte bajo sus garras filosas.
¿Enfermo, no?.
Se pone peor cuando disfrutas de su aprobación después de cada terapia donde los últimos diez minutos son de roces entre la ropa o sientes su sucio pedazo de piel dentro tuyo, hasta satisfacer su cuerpo.
Dónde el dolor y el llanto se vuelve placer y lujuria, sientes que nadie más te amara más que solo ese monstruo.
Quieres más.
Deseas más.
Pides más.
Duele y te lástima aún más.
Finalmente, te das cuenta que te gusta pero termina siendo un infierno.
La amo pero la odio.
Detesto sentirla dentro mío pero sus ojos azules siempre transmitían una paz en cada sesión o luego de verla después de las jornadas de trabajo para maestro.
Termine en su casa, termine en su cama y ella terminó conmigo.
Las frágiles sábanas eran lo único que cubría mi desnudo cuerpo mientras su brazo me amarraba cada vez a ella, donde finalmente, se volvería a repetir el patrón.
Otra vez en su auto donde sus deliciosos pero enfermizos labios tocaban los míos.
Finalmente.
Acabo conmigo.
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Una rubia caminaba por los pasillos de aquella escuela secundaria y preparatoria; mientras acomodaba un poco su corbata para evitar ser asfixiada por está misma, tenía un traje color crema y una camisa formal negra debajo del saco tan elegante.
Un obsequio de Mugre después de ser aceptada como psicóloga en una que otra escuela pública o privada.
Sasha iba lo más formal posible pues era novata en su trabajo, luego de un tiempo en terapia decidió estudiar psicología para apoyar y escuchar a los más pequeños o adolescentes.
Esta era una ocasión.
Sasha entro a su oficina donde espero a su primer paciente pues el director le ordenó en platicar con una alumna con ciertos problemas.
La rubia sonriente acepto y justo ahora saco una libreta de apuntes y un libro de psicología.
checo el reloj de su bolsillo notando que ya pasaban cinco minutos de la cita y su paciente no se presentaba.
— no debe tardar recuerda Sasha solo son diez minutos de tolerancia, si no se presenta tendrá un reporte — dijo para si misma mientras tomaba su café pues estaba nerviosa.
De repente escucho la puerta abrirse donde miro a una alumna de primer grado de preparatoria.
— bueno días señorita....— hizo una pausa para esperar a que la alumna respondiera.
— Ramona — respondió sin importancia para entrar de brazos cruzados.
Sasha anoto aquello en su expediente la primera impresión era que tenía una vestimenta un tanto "rebelde" a ojos del director, pues era todo de negro y uno que otro accesorio brillante de plata.
La rubia no sabía si llamarlo emo de todos modos ella lo anoto.
— bien Ramona — está acomodo sus pequeñas gafas— te pusieron reporte la semana pasada por fumar, está semana ahora fue por tu cabello pintado, veo que tus notas no son tal altas y el director supone que es algo debido a llamar la atención, cuéntame ¿Que te trae por aqui? — cruzó sus piernas para acomodarse mejor.
— para empezar ni siquiera quise venir y estoy obligada a estarlo o seré expulsada por tener más de dos reportes, el director es un idiota por sacarme solamente por mi manera de vestir ¿eso no sería discriminación? — hablo molesta mientras mantenía sus brazos cruzados.
Sasha anoto y asintió para tomar aire.
— entiendo tu frustración y la injusticia que estás pasando; lamentablemente en todo hay leyes y normas junto con las reglas, aquí hay un reglamento escolar de todos modos aplaudo tu valor por vestir como gustes — sonrió amablemente Sasha.
La peli morada se sonrojo pues tenía una confusión sobre su sexualidad y ver a su psicóloga de esa manera por una extraña razón le atraía.
Su plan sería ser grosera provocando su renuncia como lo hizo con la última psicóloga, pero está vez no quería eso.
— también supe que provocaste que una psicóloga renunciará solo al tener dos pláticas contigo ¿Porque? — pregunto para leer una hoja con las anotaciones de las fechorías de aquella jovencita.
— porque no me agradaba y....— ella se quedó en silencio pues si se puso a pensar — no lo sé supongo porque solo es divertido.
Miro a otro lado molesta ignorando la penetrante mirada atractiva de su psicóloga la cual ni siquiera hacía algo atractivo, ella con solo existir lo es.
— supongo que es parte de tu negacion al aceptar ayuda psicológica y que estás captando que no estás bien — hizo una pausa para beber su café — me pasó lo mismo hace tiempo atrás.
Jugo con su lapicero y Ramona la miraba fijamente.
— es la respuesta que te puedo ofrecer ¿Que dices Ramona? — pregunto a su vez la señaló con el bolígrafo.
— supongo que tiene razón pero no quiero continuar con esto solo escriba que estoy mejor y no necesito terapia — ordenó y solo obtuvo una leve risa de Sasha.
— me temo que no podrás hacerme cambiar de opinión, tendremos dos sesiones a la semana — anoto para ver nuevamente a su alumna — dime ¿Porque fumaste en pleno pasillo y después en plena clase?.
— porque es divertido y sabe bien — miro a otro lado evitando la mirada de la mayor.
— ambas sabemos que eso no es cierto, la nicotina no sabe bien por más que le modifiques su sabor a algo más dulce al final de cuentas termina siendo dañino y adictivo — junto sus manos frente suyo para hacer movimientos durante la explicación — el tabaco es de lo peor ¿Porque fumaste?.
Ramona suspiro pesadamente.
— porque mi grupo de amigas dicen que es lo mejor sabe ellas me dejaron de hablar y intente fumar como ellas pero note en su mirada su disgusto por mi, el sabor es desagradable.
— todo con tal de encajar ¿No es así? tranquila, ellas hacen lo mismo que tú y tampoco les gusta, ella no te merecen Ramona yo sé que eres más lista que ellas — sonrió animando a la menor — se que tú promedio de 5 y 6 puede subir de a poco a un 7 y 8, porque ambos sabemos que te esfuerzas y ahora harás el doble.
Así pasaron la hora charlando; Ramona le terminó agradando la libertad que le daba Sasha y su dulce al igual que amable forma de ser más aparte el espacio de libertad que le daba.
Así pasaron las primeras seis sesiones y Ramona empezaba a ver con ojos de amor a Sasha.
No quería que sus "amigas" notaran su enamoramiento por ella.
La peli morada cerraba su casillero para al darse la vuelta encontrarse con sucy.
— Ramona justo te buscaba en todas partes, no te veía en toda la semana — dijo la rubia con dos mechones de color mientras sostenía sus libros.
— Sucy ¿Que sucede? si es para la clase de química lo siento haré el trabajo sola — explico sin tanta importancia.
— no era eso, es sobre Jonathan.
Ramona llegó a tener un fuerte crush con Jonathan pero desde que conoció a su psicóloga Sasha dejo de sentir esa obsesión, pues él no le hacía sentir su estómago revuelto o su corazón latir, mucho menos las hormonas bajar en su monte de Venus.
Sasha notaba eso pero ella decía que era ansiedad y Sasha ahora le explicaba ejercicios para calmar aquello.
— oh si...¿Que tiene? — está empezó a caminar como si nada al jardín siendo seguida por su amiga.
— él quiere invitarte al baile de bienvenida — hablo emocionada Sucy pues apoyaba aquella "pareja".
Sin embargo su sonrisa desapareció al ver un semblante sin emoción o típico grito de niña enamorada en su amiga.
— ¿Que pasa? ¿Porque ya no te emocionas o pones nerviosa por su nombre? — pregunto con desánimo y preocupación por su amiga.
— no es nada es solo que....— está hizo una pausa mirando abajo para después fijar su mirada en la rubia que almorzaba tranquilamente bajo un árbol mientras leía un libro acerca de la antigua Roma.
— ¿Si?.
— es solo que tengo otras preferencias y estoy concentrada en otras tareas, no creo ir al baile y menos con Jonathan — dijo con simpleza para mirar enamorada a Sasha quien la saludo y está le regreso el saludo.
Definitivamente, verla leer sobre la antigüedad o de psicología emocional provocaba que la enamorara más.
Su amiga la miro confundida.
— Ramona llevas desde secundaria muriendo por ese chico y justo cuando tienes tu oportunidad, lo niegas ¿Porque? — dijo confundida.
— quizás porque no es tan listo, no es tan alto, no es tan tranquilo y mucho menos sabe escuchar a una mujer si es así a simple vista no se cómo será de novio, además....— miro a simple vista a Sasha levantarse de su asiento y entrar a la escuela — no es mi tipo ya.
Finalizó aquello para entrar a la escuela ignorando los llamados de su amiga, pues su cita iba a comenzar en cinco minutos.
"Es porque no es Sasha."
Al entrar cerro la puerta detrás suyo notando a Sasha comer uno que otro chicle para disimular que terminaba de almorzar.
— buenos días, Ramona ¿Cómo va tu día hoy? — sonrió amablemente para dejar de lado su café — por favor toma asiento.
— buen día señora Sasha — respondió más emocionada de lo normal.
— noto una felicidad en ti cuéntame ¿A qué se debe?.
— no se simplemente pase de detestar la idea de la terapia a disfrutar de esta hora, me hace sentir escuchada por primera vez en mucho tiempo — respondió para ver fijamente los ojos azul cielo de Sasha.
Pero su mirada no pudo evitar fijarla en el bulto algo notorio del pantalón formal de esta, la hizo pensar cosas un tanto fuera de lo normal en ella pero parpadeó un par de veces al escuchar toser levemente.
Se sonrojo pues le apenaba saber que su psicóloga notará aquello.
— ¿Ramona? ¿Estás bien? — pregunto para acercarse levemente y tomar la frente de esta — estas roja y un poco caliente, deberás tener fiebre ¿Te parece si posponemos está cita y te acompaño a enfermería?.
— ¡No! — alzó la voz para acomodarse mejor en el viejo sofa.
— está bien pero si te sientes mal no dudes en decírmelo, ¿Okey?.
— claro pero sabe estás últimas semanas he pensado mucho en una persona y realmente no se...me gustaba mucho un chico desde secundaria pero ahora el me quiere invitar al baile de bienvenida pero....no quiero ir con él, deje de sentir esa sensación de amor por él.
— quizás es porque dejaste de idealizar lo después de mucho rechazo por él y justo ahora que estás trabajando más cosas en terapia y además ya no eres la misma de antes, ahora notas su falta de intelecto y porque no es tu tipo.
— claro... pero sabe — está jugo con sus dedos mordiendo su labio al mirar a la mayor — pienso que....¿Es normal si a una menor le gusta alguien mayor? — se atrevió a preguntar y solo cerro sus ojos nerviosa.
Escucho a Sasha poner sus lentes en el escritorio detrás suyo para sentarse al lado de ella.
Lo cual la puso más nerviosa.
— ¿A qué se debe eso? — pregunto confusa.
— es que usted.....usted me atrae y lamento si es incomodo pero me gusta, no se porque, solo se que Jonathan no es usted y por eso dejo de gustarme.
Esta agachó la cabeza mientras apretaba sus manos pero sintió la suave mano de Sasha tomar su rostro provocando que se mirarán mutuamente.
— es normal a tu edad.
Finalizó aquello para besarla dulcemente lo cual le gusto a Ramona sintiendo nuevas emociones.
Aquel beso era tierno e inocente para las sensaciones de la peli morada; sintió la mano de la rubia posarse en su muslo lo cual provocó un tono carmesí en sus mejillas.
El beso fue interrumpido por la falta de aire y ambas se separaron, la rubia miraba los ojos de aquella jovencita de quinceaños.
— me temo que la terapia termino, te puedo sugerir ir a ese baile no necesariamente junto a ese chico —platico ignorando aquel beso, mientras la menor estaba analizando aquello.
La peli morada salió de aquel salón para cuándo cruzó el pasillo miro a su psicóloga salir para entrar a otro salón para maestros.
[. . .]
Paso la semana y el baile había llegado, fue complicado para Ramona aceptar la invitación al baile y ahora se encontraba dentro del enorme salón decorado con globos y el enorme cartel dando la bienvenida al nuevo semestre.
Esta miraba su celular con desesperación y ansiedad, su acompañante no llegaba, aquella chica portaba un vestido algo corto de color morado oscuro que combinaba con su cabello reñido.
La joven miraba fuera de las enormes puertas de la cancha a aquel muchacho, así pasaron dos horas donde se dio cuenta que habia sido plantada.
Se quitó la flor que le regaló aquel joven para tirarla mientras cruzaba a las parejas de alumnos; hacía un esfuerzo por no llorar en la calle de regreso a su casa hasta que noto un auto conducir cerca suyo.
Eso la alarmó hasta que escucho la voz grave y suave de su psicóloga quien manejaba un hermoso auto moderno color negro del cual brillaba.
— ¿Ramona? — pregunto amablemente mientras bajaba la ventana del auto.
— ¿Psic? — limpio su delineado corrido por las lágrimas que terminaron bajando provocando que sus mejillas se mancharan de negro.
— el baile es atrás, no te lo vayas a perder o dejaras plantado a tayler — señaló detrás suyo mientras el auto seguía a esta.
La menor gruño molesta al recordar cómo el chico que más a idealizado la dejo sola en pleno baile; justo la lluvia empezó a caer, pasando de leves gotas a un estruendo donde la peli morada se abrazo asi misma sintiendo el frío cubrir su cuerpo.
— es Jonathan y es un idiota.
Sasha se alarmo al escuchar su voz quebrada a su vez frustrada del coraje y resentimiento, detuvo el coche a un lado para abrir la puerta del copiloto.
— anda, ven sube, te llevo a tu casa — ofreció amablemente mientras la contraria miraba el cielo con duda si entrar o no.
Suspiro al saber que faltaba mucho para que el baile comenzará como tal y sin pensarlo dos veces entro al auto mientras cubría su cuerpo expuesto por el vestido de baile.
El camino era silencioso hasta que la rubia decidió romper el silencio.
— dime como es tu casa para dejarte en la entrada — dijo, atenta al frente mientras el parabrisas quitaba la lluvia que le estorbaba la vista.
— ¡No!, no quiero llegar a casa mejor....voy contigo — hablo nerviosamente.
Sasha pensó un momento para suspirar y manejar directo a su hogar.
Al bajar, esa cubrió con la sombrilla a la menor mientras con su otra mano sostenía bolsas de mandado, la menor aprecio lo linda que era aquella casa blanca con tonos grises, era hermosa, un hogar simple pero moderno. Finalmente ambas entraron.
— toma asiento, Ramona, mientras deja preparo algo de cenar — sonrió amablemente para prender las luces e ir directo a la cocina que era dividida por el comedor cerca de la sala.
Era ni muy grande y ni muy pequeño el cómodo lugar.
La peli morada se sentó apenada mirando a la mayor pasar de un lado a otro.
Finalmente ambas cenaron, degustaron de la comida china y reían por alguna experiencia graciosa por parte de la rubia, hasta tocar el tema de como la menor fue plantada pero sus penas se fueron al reír junto con Sasha.
— entonces ¿Porque te gustaba aquel chico si le apesta el aliento? — tomo de su copa de vino mientras las más baja reía por aquello, ambas sentadas en el cómodo sofá color carmesí.
— te juró que ni siquiera yo sé porque — limpio una lágrima a causa por la risa.
La rubia dejo su copa a un solo trago de ser acabado para mirar fijamente a la menor, pasando levemente sus dedos por la pierna de esta, Ramona sentia nuevamente esa emoción y lujuria en su cuerpo. Algo que ella no sabía lo que era.
— Jonathan es un idiota y él se pierde de estar con una chica tan lista y linda como tú — la rubia tomo el mentón de la contraria, sintiendo como su espacio personal se rompía.
Ramona sintió un escalofrío por todo su cuerpo al escuchar la voz grave y dominante de Sasha, donde ella fue la primera en empezar el beso con la rubia.
Sasha estaba confundida pero termino por dominar aquel beso tomando de las piernas a la menor, acariciando estás, levantando un poco aquel vestido de noche donde acariciaba mejor la pierna de esta.
Ramona estaba confundida de lo que hacía, no sabía exactamente aquel sentimiento en el aire pero se sentía viva, sentía que tenía todo bajo control con la rubia y sabía bien que si Sasha la hubiera acompañado al baile, ella no la dejaría plantada.
Sasha se poso encima de la menor aún estando en aquel sofá, la rubia besaba de manera posesiva y frenética a la peli morada que le costó un poco el mantener aquel ritmo.
Sentia la erección debajo del pantalón formal negro de la rubia; lo cual la sonrojaba aún más y asi vez se apenaba por la nula o simplemente el no tener la experiencia suficiente en situaciones tan subidas de tono.
Las escurridizas manos de la rubia subían por debajo de aquel vestido hasta acariciar levemente la zona íntima de la peli morada, está apretó la espalda de la mayor a causa de aquella rara y nueva sensación.
Quería detenerse porque aún tenía un mal presentimiento pero al mismo tiempo quería sentir nuevamente aquellas caricias ajenas.
— ¿Segura que quieres continuar? puedo detenerme — intervino la voz de la razón, Sasha miro con ligera preocupación a la contraria.
— si hubiera ido contigo a ese aburrido baile, tu no me dejarías plantada y estoy segura que tú serás gentil ahora, quiero que tú seas mi primera vez y no cualquier chico idiota — tomo el rostro de esta para besar con desesperación.
La rubia se separó a causa de la falta de aire, empezó a desabrochar su pantalón para bajar este junto con su boxer, la menor miro avergonzada aquella escena y más al ver aquel miembro viril saliendo de forma tosca entre aquellas prendas.
Esta se acercó aún sentada en el sofá, acaricio con duda y torpeza el genital ajeno mientras Sasha soltaba un jadeo, no sabía que hacer con aquello, era la primera vez que miraba una polla frente a frente.
Sasha miraba con espera a la menor y con cierta desesperación disfrazada de "ayuda", ayudo empujando levemente la cabeza de esta para con torpeza y miedo sentir el miembro dentro de su boca.
Se separó a causa de la falta de aire y decidió alejarse avergonzada, mientras sus brazos cubrían su cuerpo tenso.
— no puedo hacer....eso — miro el suelo evitando lagrimear en aquella candente situación.
— tranquila, está bien, no es necesario el sexo oral ahora mismo — la dulce voz de la rubia le hizo sentirse mejor para sentir los labios de esta encima suyo.
Volviendo a su posición inicial, de un momento a otro sintió como la rubia bajo su vestido dejando ver su brasier, animada por el apoyo frente a ella, termino de sacarse aquella única prenda que detestaba para así sentir las grandes manos tocar sus pechos en desarrollo.
Sintiendo como está bajaba hasta su ropa interior y quitarla para empezar a meter un dedo en su intimidad, grito por la sensación nueva para empezar a sentir excitación.
Los gemidos ahogados eran la música preferida de la rubia y más al venir de aquella joven debajo suyo, está apretaba con fuerza la espalda desnuda de la mayor mientras era penetrada de forma tosca.
El dolor paso a excitación y está solo gemía en el oído de la mayor quien se movía de forma rápida y luego lenta, sentía las paredes vaginales apretar el grosor de su miembro.
Dónde después de una media hora finalmente terminaron aquel acto con sus respiraciones agitadas y chocando entre sus rostros.
[. . .]
Desde ese momento hubo una relación a escondidas de los demás donde solo se veían en las terapias incluso repitiendo lo sucedido aquella noche en el baile.
Pero los problemas empezaron con los celos de ambas, Ramona al ver cómo maestras coqueteaban con Sasha y terminaban en una habitación o cuando un muchacho le coqueteaba a Ramona y resolvían esos celos, besándose.
No llegaban a algo más en esos encuentros, pues eran interrumpidas o la menor lo evitaba por sus límites de hacerlo en la escuela.
Hasta que una tarde, ese límite se quebró.
Ambas chicas se besaban a media terapia, era costumbre, pero está vez Ramona interrumpió aquel beso apasionado de la rubia.
— ¿Que sucede linda? — pregunto Sasha mientras miraba confundida a la menor.
— es suficiente, ahora sí quiero hablar de mis problemas sobre mis padres — dijo nerviosa pues durante el mes en qué empezó a salir con la rubia a espaldas de todo público, está detuvo las terapias a medias mientras el tiempo sobrante era de besos.
— ya hablamos de eso la semana pasada y te dije que lo mejor es que cortes relación con ellos por lo tóxicos que son contigo y más si no te prestan atención — se atrevió a decir Sasha para juntar mas el cuerpo de la menor con ella.
— lo sé pero ¿Dónde viviré?.
— conmigo ya te lo he dicho, que conmigo.
El tono de Sasha empezó a sonar desesperado para así tomar de la cintura a la peli morada; pasando su mano por su pierna acariciando está de forma provocadora la cual calentó a la menor.
Empezando a explorar su sexualidad nuevamente.
Ramona sintió los labios húmedos de Sasha en su boca para así de un momento a otro estar encima de ella donde sentía su erección tocar su intimidad.
La peli morada no sabía que hacer en aquella situación pues quería terminar aquel acto pero algo la detenía no sabía que era exactamente.
De un momento a otro sintió como su falda negra era bajada con facilidad por las escurridizas manos de la mayor donde acaricio su intimidad encima de su ropa.
Quería no gemir pero lo hizo y se sentía sucia, no sabía exactamente porque.
— solo no te tenses solo déjate fluir ¿Si? cómo te conté respecto a hacer nuevos amigos.
La menor no sabía que hacer o decir y de un momento a otro miro como Sasha bajaba su pantalón y su boxer dejando ver su erecto miembro.
Tapo sus ojos pues no estaba lista aún, no se sentía segura de si misma para volver a hacerlo con ella solo disfrutaba los besos y presumir en indirectas que ella estaba con alguien mayor incluso el rumor se esparció por un momento pero no duró mucho.
Salvando el sucio pellejo de la rubia.
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— ¡duele! — grito al sentir como Sasha entro de una vez, no por completo solo menos de la mitad.
— lo siento linda.
— ¡No! — grito para empujar a la rubia pero era en vano pues está la tomo con fuerza de las piernas antes de ser pateada.
— cállate o nos van a descubrir — dijo en un murmullo ocultando su disgusto.
— me duele además no estoy segura de esto — dijo al borde de las lágrimas pero a Sasha no le importo y abrió sus piernas obligándola a seguir en aquella posición.
— seré gentil lo aseguro.
Dicho aquello volvió a penetrarla con rapidez, la contraria solto un par de lágrimas para volver a patear llegando al rostro de la contraria.
— hija de perra...
Sasha la tomo por el cuello con fuerza para así voltearla de lado, tomando su pierna que iba directo a su pene.
Puso de su peso encima de Ramona con tal de quedarse quieta y finalmente meter todo su miembro de una embestida, empezando a moverse rápidamente.
La menor empezó a llorar y la rubia tapo su llanto con su mano para así disfrutar del placer.
Las embestidas le dolían y dejo de disfrutar de aquello; mientras sentía la fría lengua de Sasha en su cuello dejando leves mordidas para no ser tan notorias.
Después de unos minutos en la misma posición, finalmente sintió el caliente fluido en su interior.
— eres aprenda, justo como me gusta — Sasha acercó su miembro al rostro de la contraria y está solo la miro con una mirada perdida.
Se quedó callada pero la mayor no espero más y metió todo su miembro en la boca de esta que por más que movía sus manos con tal de sacarlo, no le importo, hizo presión, Ramona sentía como si fuera a asfixiarse y no podía contener más las lágrimas.
[. . .]
Desde que supe de las terapias después del descanso me moleste no quería hablar mis problemas personales con un extraño, después de que mi plan de que la psicóloga no soportara mi caso tuve una nueva psicóloga lo cual me molestó.
Luego de conocerla definitivamente supe que había algo nuevo en mi cada que yo la veía o pensaba en ella, Sasha Waybrigth, lindo nombre para una mujer tan formal.
Nadie debía saber de mi nuevo crush tanto fue así que desde la vez que hablé con sucy supe que olvide mi amorío sin sentido con Jonathan.
El no era Sasha.
Pasando el tiempo notaba miradas fuera de lo común que me lanzaba; o cada vez que ella se detenía a escribir algo sobre una respuesta o pregunta que le decía, notaba como la miraba fijamente lo cual me sonrojaba.
Todo empezó con miradas, luego empezó a haber coqueteo que yo comencé pues supuse que era igual de sencillo que coquetear a una persona de mi edad, tenía todo controlado.
Finalmente pasamos a toqueteos luego de que le confesé que me gustaba.
Después de aquello, me sentía sucia y asqueada de verme para mí mala suerte nuevamente debía verla, a ella con su sonrisa de mil demonio aparentando ser un ángel de dios.
Detestaba sentir sus labios en mi boca y peor luego sentir su pedazo de carne echado a perder mientras llegaba al fondo de mi garganta.
Las lágrimas, llantos y patadas no eran suficientes para ella.
¿En qué momento paso a apoyarme a ser la causante de ir a terapia por más años?.
No dejaba que nadie me tocará incluso deje de abrazar a Sucy y a utilizar ropa más ancha, los maestros hacían comentarios de ello pero no sabían nada.
No quería ser vista.
Nuevamente la mire a ella sentada frente mío con ese bulto que sobresalía y comenzaba a pegarme más pero luego me ponía su chaqueta o saco encima para estar arropada.
Me volvía a brindar apoyo sobre mis padres luego de escupir me en la cara lo perra que soy.
La odiaba pero no podía alejarme de ella o irme simplemente pues después de esos besos y penetrarme ella me abrazaba, me apoyaba, incluso antes de sus abusos.
Era confuso.
La detestaba pero la amaba.
Había paso dos meses que no me bajaba y me di cuenta gracias a ella que estaba embarazada, no podía, detestaba la idea y más cuando ella se hecho para atrás negando todo.
¿Dónde está la psicóloga que me brindaba apoyo y escuchaba en todo momento?.
Sin darme cuenta deje de asistir a clases y termine sola en casa a nada de ir a provocarme un aborto.
No quería tener el sucio bebé de una abusadora.
[. . .]
— entonces.....¿Sucy? — acomodo sus lentes para leer bien el nombre de su nueva paciente en aquel instituto — ¿Cómo te sientes hoy y porque vienes a tomar terapia?.
— porque me siento muy triste mis papás pelean todo el tiempo y mamá toma alcohol cada vez más mientras mi papá tarda demasiado fuera de casa, donde llega y vuelven a discutir — dijo cabizbaja aquella chica de cabello rosa teñido— además Ramona mi mejor amiga se salió de la escuela y no nos dicen la causa, me siento más sola.
Sasha abrió sus ojos pues le impresionó lo abierta que era aquella niña de 14 años.
Suspiro pesadamente para beber su café y mirar neutral a su paciente.
— tienes promedio de 10 pero tus maestros notan que bajaste a 7 o 6 ¿Cómo te sientes al respecto? ¿Crees que eso es causa de tus problemas con tus padres?.
— me siento una decepción yo siempre me esfuerzo en ser la mejor y no decepcionar a mi familia pero....es inevitable, ellos discuten y termino llorando porque incluso me gritan a mi también, las personas se alejan fácilmente de mi y de repente deje de prestar atención en clases.
Esta lloro y Sasha le dio una cajita de pañuelos.
— solo quiero dormir y no volver a escuchar los gritos de mis papás o como un maestro dice en voz alta mi baja calificación o como las demás niñas dicen que Ramona es una perra o me comparen con ella.
— descuida Sucy noto que tienes mucha presión en tus hombros siendo una chica de 14 años — explico para acomodar sus lentes.
— ¿Que debo hacer? estoy cansada y siento que a nada voy a dejar de venir a clases.
— para eso es que estás aquí Sucy.
No era la primera vez ni la última que aquella rubia se salía con la suya y lamentablemente, sabía cómo tener la situación controlada.
Sasha sonrió en muestra de apoyo mientras miraba a su paciente salir de la puerta con una expresión más relajada luego de hablar.
Finalmente se despidió de su próxima víctima.
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