capitulo 11
Una pequeña rubia miraba el camino desde la ventana de un auto de policía apreciaba el clima frío de Alemania y los hermosos campos verdes que la rodeaban.
Esta miraba sus manos recordando las manchas de sangre que provenían de su difunto padre, a sus 10 años cometió su primer delito y el comienzo de una horrible era.
Alemania pego el grito en sus pueblos y ciudades más bajas tanto como altas donde no tardaron en hablar del horrible caso mientras que Sasha esperaba pacientemente una respuesta por parte de los policías que la tenían detrás suyo.
Justo se detuvieron en un orfanato que pudo re abrir sus puertas después de la segunda guerra mundial.
Sasha miro como uno de los oficiales abría su puerta y está bajaba con temor mientras era tomada del hombro con fuerza.
Caminaba junto con los oficiales mirando como unas rejas de puertas oxidadas eran abiertas gracias a un viejo guardia de tercera edad.
Miraba su alrededor con temor aunque su semblante era neutral; miraba los pocos árboles creciendo y un viejo tronco grueso cortado mientras el podador cortaba un hermoso campo de flores, mirando con asco a la menor.
Trago saliva pues lo que le dio temor fue ver a una vieja señora esperarla en la entrada de las escaleras, dando paso a su nuevo y espantoso hogar.
— Buenos días oficiales y buenos días para ti también señorita Sasha Waybrigth — se agachó un poco para ver con seriedad a la pequeña.
Sasha trago saliva y apretó sus puños mirando a aquella mujer vestida muy formal pero con apariencia de troncha toro.
— debemos hablar en privado con usted por algo la niña debe hospedarse aquí — informo el oficial de más edad.
— con gusto aceptamos la vivienda de la pequeña Sasha — está miro con sus ojos de par en par a la menor para sonreír, dejando su horrible aliento en el aire.
Entraron y lo primero que vio Sasha era el triste semblante que había en aquel lugar; paredes color gris claro junto con tonos azul oscuro, una que otra pared sin pintar dejando ver el ladrillo o concreto gris.
Miro unas cuantas fotos colgadas de militares al igual que grupos de personas durante la segunda guerra mundial siendo fotos muy viejas pero con buen marco.
Sasha hizo una mueca de disgusto pues no se atrevía a hablar, dejo de hacerlo desde la noche que sus padres murieron.
Teniendo un semblante más pálido con ojeras, una mirada perdida y el no poder hablar bien o quedarse con un nudo en su garganta incluso dejando de comer los emparedados que le ofrecían los policías durante esos dos días de camino sin descanso.
Noto que había más escaleras, unas cuantas habitaciones más al igual que un largo pasillo de infinitas puertas a su vista.
Todo estaba vacío hasta el momento y eso la hacia sentir en una prisión infantil.
— Sasha quédate aquí — ordenó un oficial para esposar a la pequeña en el barandal de la ventana mientras está se quedaba sentada, dejando su brazo estirado.
Se quedó callada para solo bufar y asi ver a los adultos entrar a la oficina.
— dígame ¿Que sucedió y porque deciden dejar a la pequeña a mi cargo? — se puso unas pequeñas gafas la mayor para así acomodarse en su asiento y cruzar sus manos.
— verá, usted sabe que las noticias han anunciado un asesinato por una niña de 10 años — hablo el más joven con nerviosismo pues aquella mujer intimidaba mucho.
— solamente en periódicos, no he visto las noticias ya que aquí no tenemos televisión — comento.
— bien, es ella, Sasha Waybrigth asesino a su padre luego de encontrar las huellas de este en el cuello de su mujer pero la pequeña no nos dice nada, solo está quieta y callada — comento el mayor.
— significa que puede tener un trauma ¿Han notado mala conducta en ella? — pregunto para sacar unos papeles de su escritorio.
— no, solo se queda quieta y callada como si de un cadáver se tratara, estos días de camino no a comido y se ve más pálida.
— a este paso puede tener anemia — respondió el más joven con preocupación.
— no se preocupe, nosotros le daremos atención médica y psicológica junto con un duro entrenamiento militar — está escribió todo en aquellos papeles.
— ¿Esta segura? tampoco queremos que sea dura con ella — hablo con preocupación el mas joven para recibir una mirada sería de su jefe.
— ella merece trato duro o será peor, necesito que la tenga vigilada por algo la traemos con usted — este se inclino para ver seriamente a la mujer frente suyo.
— está en buenas manos, ahora el detalle ¿Tendrá otra familia?.
— para nada ella deberá quedarse aquí y cuando cumpla los 18 años pueden sacarla; lo importante es que deje de hacer esas cosas señora.
La mujer gruño con aquello y solo continuo anotando para después de un rato los adultos salieron mirando a la pequeña Sasha mirando un punto fijo.
Recordando una vez más la escena de su padre aplastar el fino cuello de su madre.
[....]
— Sasha Waybrigth, bienvenida a tu nuevo hogar — está abrió la puerta dejando ver su habitación solo para ella, apartando la de los demás niños a causa de aquel incidente.
La menor no dijo nada y entro a aquel pequeño cuarto con una cama sin colchón y solo una mesita de noche, junto con una pequeña ventana asegurada.
— ahorita le diré al conserje que traiga tu colchón y mañana empezarás un plan militar — dijo secamente la mayor para dejar a Sasha sola y asi cerrar la puerta detrás suyo.
Sasha miro esa habitación gris y solo se quedó ahí varada hasta que un viejo hombrecillo entro cargando un colchón junto con el jardinero de hace minutos.
Estos lo acomodaron y se fueron dejando sola a la pequeña sin antes recibir miradas de resignación.
Se sentó sintiendo el polvo indagar en sus fosas nasales para después suspirar, sin más se acostó.
Así paso aislada de todos incluso apesar que la directora del lugar la obligaba a socializar pero era en vano, ella se quedaba sola, así paso durante su primer año de estadía.
La directora se impactaba por su buena resistencia e inteligencia en aquel plan militar, pues el comandante que sobrevivió a la segunda guerra mundial afirmó que era su mejor comandante.
Sasha no le importaba esas palabras de orgullo pues no decía ni una palabra; los oficiales dejaron de insistir en su caso y lo dejaron en qué fue un accidente de violencia intrafamiliar.
Sasha cumplió por fin sus 15 años, donde la rebeldía y las hormonas comenzaron a florecer; mirando desde lejos a una maestra que dedicaba a atender y dar una que otra clase de regularización a los niños del orfanato.
Era una hermosa mujer de tan solo 20 años, Sasha la admiraba de lejos incluso se distraía con ella cada que pasaba con un grupo de infantes frente suyo durante su entrenamiento.
Sasha empezaba a hablar con los demás jóvenes incluso ocasionando una pelea.
— vamos ¿Porque no dices ni una palabra? — insisto un niño de 9 años mirando con inocencia a Sasha que solo comía su pollo con arroz.
Apesar de la mala comida el comandante dio la orden de darle las mejores proteínas a Sasha al ser una gran estudiante.
— dejala Timothy que no ves que está así porque su papá no amaba a su mamá — se burló un niño rubio de 13 años mientras miraba con una sonrisa de superioridad a Sasha.
Sasha solo miraba neutral a ambos niños, hasta que uno más mayor que aquel grupo se acercó.
— es porque sus papás nunca la amaron y su mamá era una arrastrada por eso ahora ella está aquí como todos nosotros — un chico de 17 años se acercó para así ponerse frente a ella — vamos Waybrigth ¿Porque estás aquí? vamos, no tienes valor de hablar y solo lloriqueas por matar a tus padres.
Se burló haciendo una mueca pero Sasha solo lo ignoraba hasta que esté le tiro su plato de comida.
— vamos di una palabra Waybrigth o quieres que le diga a tu mamá, espera, no puede porque tú...
Sin más recibió un golpe en el rostro luego de que la rubia mirará callada su comida en suelo y los otros dos niños se quedaban quietos con temor.
El más mayor tomo su nariz la cual empezó a sangrar y tomo por el cuello de la camisa a Sasha.
— ¿Te crees ruda, fenómeno?.
Aquello hizo hervir la sangre de Sasha pues ese apodo le recordaba las miles de veces que su padre le decía de esa forma.
Esta tomo el hombro del más alto y lo apretó con fuerza para así tomar su brazo para finalmente dislocar su hombro, no se quedó satisfecha con aquello y empezó a dar más de una patada en la entrepierna de aquel chico.
Los dos niños se fueron mientras que un grupo se amontonaba para ver como la niña nueva ganaba una pelea con uno más mayor.
Sasha tiro al contrario, este solo gritaba para después recibir las golpes en su rostro, Sasha quedó ilesa.
— nadie....me dice fenómeno y nadie habla de mis padres — dijo fríamente para así quitarle una bandeja de comida a uno que pasaba y golpeaba con fuerza la cabeza del contrario.
— ¡Dios mío! ¿Pero que sucede aquí? — salió de la multitud la directora y miro con horror la escena de como Sasha tenía sus nudillos rojos y con sangre mientras el otro chico estaba desmayado.
Sasha Waybrigth a dirección.
Fue el grito que salió de la boca de aquella mujer mayor, donde ambas se miraban fijamente en aquel escritorio.
— ¿Que fue lo que ocurrió? llevas tiempo sin decir ninguna palabra y lo primero que haces es eso, tenías buena conducta y ahora solo te quedarás encerrada — ordenó enojada la mujer.
— él me molestó, hablo de mis padres ¿y yo soy la mala por defender me? — está se cruzó de brazos mirando molesta a la adulta mayor — es injusto, usted sabe lo delicado que es el tema y en lugar de poner orden con ese idiota lo hace conmigo.
La señora abrió sus ojos de par en par al oír la voz ronca y lo directa que es Sasha.
Primera vez que la escucha hablar en años y lo primero que dice es aquellas palabras.
— disculpe pero usted provocó que ese chico estuviera con la enfermera hasta que despierte — aclaro la garganta disimulando lo intimidada que se sintió — jovencita por el momento estarás encerrada en la hora de las comidas.
Sasha gruño para recibir el reporte y salir de la oficina; camino a su habitación solitaria hasta que en los pasillos se topo con la maestra que le alteraba las hormonas.
La rubia no sabía de sexualidad y mucho menos se habla de ese tema en donde ahora era su hogar.
Miro a aquella señorita sentada leyendo una revista de moda, se veía concentrada y Sasha solo regularizo su respiración para pasar al lado de la joven muchacha.
Para su buena suerte aquella mujer se dio cuenta de su presencia.
— Sasha Waybrigth, supe del accidente en la cafetería — hablo para dejar la revista de lado y ver con una sonrisa a la rubia.
Sasha se quedó parada hipnotizada por aquella mujer de cabello castaño lacio que le llegaba hasta la espalda baja, recogido con una banda para cabello que combinaba con su tono.
— yo....— balbuceo nerviosa y no evito ver de pies a cabeza a la joven maestra.
— ven, quiero que me cuentes que paso la señora Lucían no es muy buena en escuchar a los niños y mucho menos a los jóvenes, solo defiende al más dañado físicamente — se movió dándole un espacio al lado de ella a Sasha.
Sasha miro a su alrededor notando los vacíos pasillos y se sentó con ella nerviosa.
— bien...yo estaba comiendo y unos niños me hacían comentarios raros de mi por no hablar, me dio igual pero llegó ese sujeto ni siquiera se su nombre y dijo comentarios asquerosos de mi — está apretó sus puños los cuales aún tenía los nudillos rojos.
— entiendo, yo me encargaré de que se haga cargo a las consecuencias y voy a traer tus comidas — explico con una sonrisa a su vez miraba hipnotizada los ojos azul cielo de Sasha.
La rubia asintió por fuera se veía neutral pero por dentro moría por besar a la castaña y no sabía exactamente porque.
Pasaron las semanas después de aquel primer enfrentamiento uno de tantos, pues las burlas y agresiones físicas a Sasha eran continúas, gracias a la maestra, Sasha tenía más apoyo.
Ella empezó a cuidar de la rubia; sin percatarse la mayor empezó a curar las heridas que le provocaban a Sasha mientras está estaba en detención desde su solitario cuarto.
Sin darse cuenta ambas habían desarrollado un vínculo afectivo y eso fue en cuanto Sasha cumplió los 16.
La rubia evitaba la mirada de la señorita Abbey, mientras está vendaba su mano sangrando desde la palma pues se había lastimado al hacer dominadas en su entrenamiento militar.
Peor pues también llegó a pelear con un compañero que le agredió verbalmente, Sasha paso de reservada y callada a una bravucona cuando la provocaban.
Abbey miraba cada faccion de Sasha como de a poco se volvía más adulta; supo que empezó a gustar le pero no se atrevía a hablarlo con Sasha.
No hasta ese momento.
— listo, deja de golpear y asi podrás sanar tu mano abierta — palmeó con dulzura la mano de Sasha y está solo se sonrojo mirando a otro lado.
— gracias, Abbey....— poso su mano en su menton evitando que la viera de ese modo, roja.
— no agradezcas — está pensaba si tomar la mano de la rubia o no hasta que finalmente se atrevió.
Sasha la miro confundida para ver sus manos tomadas y solo se sonrojo, la castaña amaba verla de ese modo que a pesar de ser tan callada aún así sabía que Sasha tenía sentimientos gracias a esas mejillas coloradas.
— oh Sash ~ — dijo dulcemente, un tono tan lindo que la contraria la miro boquiabierta.
Ese tono de voz.
Le había recordado a esos tiempos donde su madre la abrazaba, le daba mimos y curaba sus heridas, la rubia sin darse cuenta empezó a sentir sus mejillas húmedas por tal doloroso recuerdo.
Abbey la miro confundida al notar lo vulnerable que Sasha se mostró.
La abrazo con cariño para dejar a Sasha acurrucarse mientras lloraba en silencio.
Su madre era lo único que estaba bien en su vida o lo fue, por eso no pensó dos veces en matar a su padre de tal manera.
Abbey no dijo nada y solo se quedaron un buen rato hasta que Sasha finalmente se calmó, ambas estaban abrazadas y ninguna quería separarse pues eran un lugar seguro.
Dónde la castaña sabía que había cierto abuso en los menores a causa de conserjes o el mismo jardinero pero por más que está quería hacer algo era amenazada pero seguía ahí, como si de un ángel se tratase.
Sasha por su parte, estaba sola.
No tenía a dónde más ir, pues había veces que buscaba una forma de escapar pero era imposible.
— Sasha...— se atrevió a hablar la castaña y solo miro los ojos de la contraria verla fijamente.
— ¿Si? — tallo sus ojos rojos para verla con confusión.
— me gustas....
Finalmente se atrevió a decir y sin más Sasha solo la miro sin emoción para simplemente tomar su rostro y besarla, era un beso inocente a su vez que inexperto pero eso le pareció adorable a la contraria.
Finalmente que Sasha tomo ritmo ese beso inexperto paso a uno más rápido, ambas se separaron por falta de aire.
— no se que hacer ¿Cómo debo reaccionar? — preguntó confusa Sasha para solo sentir la suave fina mano en su lastimado rostro.
— amarme y respetarme, así como te amo y respeto a ti — nuevamente ese dulce tono que provoco lágrimas en Sasha.
— pero yo no sé amar....ni siquiera me amo a mi misma — bajo la cabeza para así ser levantada está.
Ambas se miraban fijamente.
Sus miradas conectando.
— yo te enseñaré a amar, Sasha.
Sin más se besaron dulcemente y de un momento tierno a uno candente, Sasha sintió un extraño calor en todo su cuerpo.
Siempre sentía eso por aquella mujer de 21 años, sentía su pantalón militar apretar y como la sangre de sus mejillas bajo a su miembro.
Sasha puso su mano en su entrepierna para tapar aquel bulto, se sentía avergonzada y Abbey lo noto para así solo quitar su mano.
— no te preocupes por eso — hablo amable para sonreír lujuriosamente.
— no se que hacer en esta situación.
Sasha miro a otro lado apenada y sin más sintió la mano ajena tocar sus partes y apretar está.
De un momento a otro ambas pasaron a estar en la cama y asi fue como Sasha descubrió mejor su sexualidad y la causa de la tan llamada erección.
Pasaron más encuentros, donde ambas tenían una relación secreta y Sasha debía rechazar a una que otra chica de su edad o menos con tal de estar abrazada y acostada con aquella maestra.
Pero todo termino en tragedia en cuanto la castaña empezó con mareos y vómitos; Sasha no entendía aquello pues lamentablemente nunca supo del famoso condón.
Todo paso una de sus tantas noches casuales.
— Sasha ~ — gimió al sentir el pene bien formado hasta el momento de la menor, dentro suyo.
— estás apretada ~ — gruño la rubia para moverse más rápido.
La castaña mordía una almohada para no ser escuchada y Sasha solo mordía su labio gruñendo para no ser descubiertas.
— detente~ — poso su mano en el pecho de la contraria.
— no puedo, me voy a venir ~ — se detuvo conteniendo las ganas mientras sentía su miembro palpitar y como sus músculos se tensaban.
— Sasha....voy a vomitar — se separó de inmediato provocando que Sasha cayera al piso.
Entro al baño que tenía Sasha para si misma, pues después de crecer ya tenía una habitación nueva.
La rubia se levantó confundida del suelo para ver su miembro duro y solo se sentó esperando a su amante.
La castaña captó de inmediato y salió del baño preocupada.
— ¿Me la chupas? — dijo directa y sin descaro la rubia mientras se acomodaba mejor en la cama.
— dejemos eso después cariño, debo regresar a mi alcoba o la señora Lucían se dará cuenta que no estoy — hablo evitando preocupar a la rubia y está solo movió sus hombros sin importancia.
A la semana, la mayor le mostró la prueba de embarazo a la rubia y Sasha solo miraba confundida a esta.
— ¿Porque no me explicaste lo del condón? — se levantó confusa para ver las lágrimas bajar de la contraria.
— yo....lo siento — agachó la cabeza con preocupación.
— ¿Cómo se cuida un bebé? — dijo está pensando en ella y una criatura en sus brazos lo cual no le gustaba la idea.
— yo....no se que hacer, pienso que es mejor no tenerlo ¿O si? el bebé no tiene la culpa.
Sin más está lloro y Sasha de inmediato la abrazo.
Justo después de aquello, la castaña busco métodos para no tenerlo pues nadie debía saber o sería mal vista por su jefa.
Peor si sabían que el bebé es de una menor de edad.
Lamentablemente todo ese desespero termino en una tragedia a la mañana.
Los pasillos estaban vacíos pues era sábado y hoy la maestra no estaría trabajando pero ella igual vivía ahí desde la infancia.
Hasta que los gritos desgarradores sonaron en el pasillo dejando ver una monja con un semblante espantada, corrió a la oficina de la directora donde de inmediato fue a revisar que sucedía.
Sasha se levantó por aquel grito y solo tallo sus ojos confundida.
— ¿Ahora que sucede? — se pregunto así misma para estirarse de su cama.
Fue directo al baño para salir y subirse su boxer junto acomodarse el pantalón de su pijama.
— ¿Porque tanto escándalo? — salió de su habitación adormilada notando a una que otra estudiante correr por los pasillos.
Había una multitud en el baño de las mujeres, la rubia se acercó confundida mirando a su mayoría mujeres mientras que los hombres solo estaban afuera confundidos.
Sasha entro con la excusa que iba a hacer una de sus necesidades y miro la horrible escena.
La maestra quien era su amante, tirada en el piso cerca del retrete con sus piernas abiertas mientras se desangraba por su vagina; a su lado tenía tirado un gancho para abortar.
Sasha miro con los ojos abiertos aquella escena y solo tomo su pecho.
La mujer que despertó cosas nuevas y le ayudo a explorar esos sentimientos estaba muerta después de un intento de aborto.
— ¿Abortar? ¿La maestra Abbey estaba embarazada? — pregunto la directora a una enfermera que vino desde la ambulancia.
— encontramos el feto tirado y parece que intento hacerse un aborto instantáneo, ¿Sabe sobre el padre de ese "bebé"? — pregunto la enfermera.
— no, ni siquiera sabíamos que ella tenía un embarazo.
Sasha escuchaba la conversación desde los pasillos y solo suspiro para caminar a su habitación donde terminó encerrada.
Desde ahí ella se sentía confundida pues sin darse cuenta obtuvo un bloqueo emocional, Abbey era como su madre igual de dulce, amable y bondadosa.
Se enamoró de ella porque después del sexo era como si escuchara a su madre siendo cariñosa con ella pero igual que su difunta madre, ella está muerta.
Sasha dejo de ser curada por esa maestra y termino siendo una moja quien empezó a sustituir a esta.
Ahora iba a la enfermería gran parte del tiempo donde nuevamente notaron su falta de hablar, se sentía culpable nuevamente, la misma culpa de cuando sus padres murieron o cada que discutían.
Era difícil.
Se volvió a sentir sola.
Pero eso termino cuando la enfermera intentaba apoyarla pues está sentía cosas por Sasha a sus 17 años.
¿Que iba a hacer la rubia ahora?.
Se sentía incapaz de amar y ella seguía con esa duda, ¿Cómo puede amar?.
Si ella se odiaba y por más que fuera la envidia de todos los hombres y compañeros de la militarizada ya que ellos se sentían humillados por las habilidades de Sasha, ella se sentía vacía.
¿Que sería de su vida?.
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