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Una persona no cambiaba, así como así, recordemos el espectáculo que había hecho Kurenai hacia días atrás, claramente entendía que lo que hizo estuvo mal y parecía una niña caprichuda, pero no por eso iba a cambiar en su totalidad.
Se había calmado unos pocos días, solo por su madre, no volvería a mostrar la insolencia de su actitud frente a ella, peor no quería decir que no la mostraría frente a otros.
Como cualquier adolescente tenia problemas, pero sus problemas implicaban meter a otros en problemas. Quien la conociera de lejos diría que era una mujer tranquila, más para su hermano menor Kusuo era el terror, claramente sus padres no tenían la culpa de que fuera así, por que los habían criado de buena manera, desde que Kusuo descubrió sus poderes y mantiene esa infinita competencia contra Kusuke se fue llevando a Kurenai a sus planes malévolos.
No diremos que toda la culpa recae en él, por supuesto todos son conscientes de sus propias acciones y ella decidió ser así, que su hermano jamás le negara nada fue un problema que comenzó todo con su actitud, a veces hay que decirle que no a un niño, sus poderes tampoco ayudaron, ya que le gustaba ser el centro de atención de muchos motivos, académicos, deportivos incluso... De espectáculos.
Los constantes halagos que recibía y el que nada de le negaba le hicieron pensar que era perfecta, claro, a su interior, por que mantenía su coartada de niña buena, ciertamente lo creía, más no lo decía. Después de todo jamás le enseñaron a como expresarse correctamente más el creciente hecho de que su ego estaba por los cielos estaba ahí, y seguía subiendo.
No conocía la decepción, si le decían que no simplemente encontraba la forma de que le dijeran que sí, ya sea usando sus poderes, convertir esa palabra que odiaba por completo en algo que amaba era sin duda su especialidad.
—"Puedes engañar a todos menos a mí." —La voz de su hermano resonó en su cabeza, se encontraba el en su habitación y ella en el jardín apaleando la nieve. Curiosamente esa actividad la hacía sin ayuda de sus magnificas habilidades, también ponía sal en la entrada para que se derritiera más rápido.
—"No se de que hablas." —Le contestó, una sonrisa socarrona se asomo de entre sus labios, claro que sabía de que hablaba.
—"Nunca te pido nada, pero esta es la única vez que te lo pido, por favor trata de cambiar..." —Le interrumpió.
—"¿Cambiar y ser una persona aburrida como tú? No gracias, estoy bien ahora." —No, no lo estaba, podía tener el ego más inflado, pero detrás de esa mascara casi impenetrable que se había creado, había una chica frágil que le tenia miedo al mundo por completo.
—"Simplemente no me gusta que uses tus poderes para manipular gente."
—"Lo dice quien usa mi apariencia para manipular el corazón de esa pobre chica." —Tuche, había devuelto la jugada. —"Aunque no lo creas, tu puedes llegar a ser más egoísta que yo."
—"No soy tú. Vamos Kurenai, te traerá problemas después, solo me estoy preocupando por ti." —Lanzó lo ultimo que quedaba de nieve lejos, despejo por completo el camino, esas palabras la hicieron pensar unos segundos, pero no, no lo iba a aceptar.
—"Ya deberías saber que las personas no cambian por que sí." —Entro a la casa y se puso a ver televisión, esta vez ignorando todo lo que decía su hermano menor, ¿Cambiar? En esos momentos no lo necesitaba, estaba muy bien siendo la chica que era, dramática, egocéntrica, mimada, etcétera.
<Siempre hay gente por que yo>
Solía pensar, después de todo no le haría nada al mundo si había una persona más como ella.
Aunque odiaba aceptarlo era lindo que Kusuo se preocupara por ella, en lo más recóndito de su corazón lo apreciaba.
<No es mi problema>
Si ignoraba todo era lo mejor, aunque tenía la capacidad de confrontar todo el problema que alguna vez la rodearon prefería pasar de largo. Aunque estuviera viendo un robo frente a ella, no era su problema.
Kusuo siempre pensaba que su mentalidad siempre fue el problema, y la haría cambiar, le haría darse cuenta de su error y que sinceramente estaba echando a la basura su vida. Cuando la miraba no sentía más que lastima, y ver a alguien con lastima era por que realmente pensabas que estaba mal y necesitaba ayuda. Un ser tremendamente inseguro escondido detrás de alguien que puede hacer lo que quiera.
Sin duda su hermana estaba mal y la ayudaría lo más que pudiera. Con pequeños estímulos tal vez haría que poco a poco cambiara, cerro sus ojos y se puso a pensar en diversos escenarios para ayudarla.
Tal vez Aren pueda ayudarle... No, es una muy mala idea, y pensándolo bien no tenía a alguien que la hiciera cambiar de opinión. Divago en su mente hasta que lo recordó.
"Hizo amigos en Rusia."
Pensó, pero no podía llamarlos, así como así, tampoco sabia cómo es que ella hizo su coartada allá, debía investigar bien, primero tomaría su teléfono cunado durmiera o algo así, ya que su hermana jamás se despegaba de él ahora sospechaba que estuviera hablando con ellos.
Misión ayudar a Kurenai a cambiar comienza.
Esperaría que la noche cayera, aun faltaba rato para ello, tomo sus cosas y algo de dinero de sus ahorros, incluso su ropa para el frio y salió de la casa en dirección a la tienda de conveniencia, claramente iría por su postre favorito, esperaba no encontrarse a nadie molesto más falló en su tarea, siempre falla. Se oculto detrás de unos aparadores de frituras mientras la miraba a lo lejos, estaba en la sección de congelados, mirando los distintos tipos de helados que puede escoger, observa su cesto de compras, parece ser que tiene gelatina de café, lo ignora por completo y espera a que salga de la tienda, no es que le caiga mal ella, pero se le hace demasiado escandalosa para los limites establecidos como normales. Su extraño look la hacían sobresaltar mucho, cabello verde y piel acanelada, esperaba que no lo hubiera visto, se acerca al refrigerador donde están sus preciados dulces, mira que no hay ninguno.
—Yo tengo los últimos, ¿Los quieres? Debes besarme. —La voz de la chica resonó en su cabeza, ella lo había sentido llegar, ella tenia sus labios hacia arriba y se acercaba cada vez más a su rostro, simplemente la evitó.
—"Que fastidio."
Antes de lidiar con su hermana debía limpiar con esa loca de Aiura
"Trágame tierra" es la frase correcta para expresar lo que Kusuo sentía.
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Necesito un ligue para Kurenai, ¿Ideas?
Perdón por tardar.
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