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- Dame su número. - Kurenai al ver a Aren inmediatamente la cautivo. Con alguna esperanza de que su hermano la comprendiera fue a pedir el numero telefónico del chico.

- "Jamás." - Una sola palabra llevo a Kurenai a hacer puchero, infló las mejillas y apretó su falda con ambas manos. -

- Lo conseguiré por mi cuenta. - Salio de la habitación de su hermano menor, corrió a su habitación tratando de usar su clarividencia para tal vez ver a Aren saliendo de ducharse o conseguir su numero para nada acosador.

Aunque no estaba sin camisa o desnudo estaba acostado en su cama mientras comía unas cuantas papas, doradas y crujientes mientras miraba televisión. No tenia gafas puestas y vestía ropa demasiado... Holgada para una persona normal. El teléfono del chico estaba a su lado, kurenai no podría ver nada si estaba apagado. Estuvo varios minutos mirando para ver cuando tomaba el móvil. Mas nunca lo tomo. Rendida y con cara de perro devastado fue nuevamente con su hermano a quitarle su teléfono para ver el contacto. Kusuo peleaba sin ánimos, a decir verdad no le importaba que tomaran su móvil para sacar el contacto. Le importaba mas si algo pasaba entre ellos Dos, ¡Tendria que soportar a Aren en Navidad, año nuevo, días libres y en los festivales!, Eso era lo que no quería que pasara. Pero Kurenai logro su objetivo y memorizo el numero en un santiamén. Saiki se resbalo y se cayo duramente contra el suelo por que su hermana dejo de hacer apoyo, y como no, no tenia poderes por que aun estaban en el rango de cinco metros de repulsión

Kurenai feliz con el número agrego el contacto a su enorme teléfono táctil el cual apenas cabían en los bolsillos de sus chaquetas. Obviamente, Kusuke se lo había dado. Dio un salto hacia su cama y rodó unas cuantas veces emocionada, tenia que pensar en como le llamaría. Podría inventar que Kusuo salio y no había regresado desde hace muchas horas y estaba preocupada por él ya que no contestaba su teléfono. Así mataría dos pájaros de un tiro, seria normal llamar a Aren y también quedaría como buena hermana mayor. Era buen plan, y el segundo era solo llamar y colgar al instante para que devuelva la llamada.

Marco el numero y puso el teléfono en su oreja con una enorme sonrisa pasmada en el rostro. A los dos tonos contestaron; Kurenai se estremeció al escuchar su sexy voz.

- "¿Hola?" - No sabia como ocultar la emoción que sentía así que se quedó unos segundos en silencio.

- ¿Hola?, Eres amigo de Kusuo, ¿Verdad? - dijo fingiendo preocupación.

- "¿Quien habla?" - Aren estaba confundido, si la chica hubiera estado un segundo mas en silencio hubiera gritado unas tremendas groserías por jugarle tan mala broma.

- Soy... Soy hermana de Saiki Kusuo, Saiki Kurenai. Él... Salio de casa hace varias horas y no ha regresado, ya es muy tarde y no contesta su teléfono... ¿No esta contigo? - Kurenai ya lloraba, le tenían que dar mejor a ella el premio a la mejor actriz del año y de los próximos diez siglos.

Aren se compadeció de ella, jamas había escuchado a una chica llorar por teléfono, por que había hecho llorar a muchas, pero esta vez no lo provocaba él.

- No, no esta aquí. Pero si lo veo de devolveré la llamada.

- ... Gracias. - Aun continuaba sollozando. Aren no podía cortar la llamada así por que sí, ni un caballero lo haría, pero Aren no es ni un caballero así que corto la llamada dejando a la chica con el sollozo en la boca. - ¡Me colgó! - Cuchicheo molesta.

- "Ya no lo intentes. Kuboyasu es un Idiota." - La voz de Kusuo resonó en la habitación de la chica.

- Hey, podría ser un idiota pero vale intentar. - Aún mantenía esperanza. Toda su semana estuvo marcándole a Aren, mas siempre fallaba al intentar coquetear, sus esperanzas se estaban agotando lentamente. Aren fue a casa de los Saiki, a buscar a Kusuo, estaba junto a Kaidou y Nendo. Kusuo intentaba parar a su hermana de ir a patearle el trasero a Aren por no captar sus indirectas. Por eso tardaba mucho en salir, Kurumi hacia platica con los chicos en la sala. Mientras que ellos dos estaban arriba peleando a muerte por ver quien llegaba primero. Se escuchaban pisadas fuertes y el correteo de ambos chicos. También como se caían al suelo y se quejaban.

- Es la primera vez que Ku-chan tiene tantos amigos. - Kurumi ignoraba el hecho de que era un desastre su casa arriba. Los chicos lo notaban, o al menos dos de ellos. - ¿Les gustaría probar unos chocolates?, Los compre para Kusuo, pero no se los ha comido. Así que no creo que le moleste compartir.

- "¡Mis dulces!" - Kusuo se levanto de un salto para correr hacia las escaleras, siendo tacleado por su hermana mientras ambos rodaban por las escaleras.

- ¡Mi futuro esposo es mas importante que unos simples chocolates! - Exclamo apenas llego al suelo, para Kusuo esta era la peor ofensa que podría existir, con menos razón la dejaría ir con Kuboyasu.

- "Tu futuro esposo en un imbécil" - Kurumi se estaba molestando, ellos no peleaban seguido, pero lo hacían. Más nunca lo habían hecho frente a otras personas que no fueran de la familia. - "¡No permitiré que estés con él si tratas así a mis preciados chocolates!"

- ¡A ti que te importa que este o no con él!, ¡Solo te importan los dulces!, ¡Jamas piensas en como me siento! - Kurenai estaba al borde de las lágrimas. - Eres un hermano muy malo, siempre me tratas como si fuera malo todo lo que yo hago. No me dejabas ni escuchar musica en mi habitación. Ahora no quieres que sea feliz.

- "La gente no se enamora así como así. Ni siquiera lo conoces. No puedes hablar de sentimientos cuando ni siquiera sabes que son." - Las duras palabras de Kusuo derramaron el agua del vaso, Kurenai comenzó a llorar y se dúo la media vuelta para subir la escalera sollozando, esta vez de verdad. - "¡Kurenai, espera!" - Otro problema para Kusuo. Se volteo hacia su madre y visitas, mi madre era ahora un demonio andante, y los chicos, estaban demasiado incomodo.

- Kusuo, ve ahora. - Dijo su madre, el sabia lo que significaba, o si no pasaría lo peor. Subió las escaleras resignado sintiendo el peso del mundo sobre sus hombros, toco la puerta de la habitación de la chica.

- "Kurenai... Sabes que es verdad lo que dije... No te puedes enamorar así de fácil... Y menos de Kuboyasu" - Sabia que lo escuchaba, estaba al pie de la puerta sentada mientras escondía su rostro entre sus piernas. Kusuo conocía bien esa pose de frustración. - "... No puedo dejarle a mi hermana a cualquier idiota." - Al no recibir respuesta bajo nuevamente al piso de abajo. Su madre seguía irradiando maldad. - "Lo intente."

- Bien. Ya te puedes ir. - Aunque sabia que después le llegaría una paliza de parte de su madre cuando llegara asintió saliendo con los chicos. Claro, no explico nada de la situación.

Aren estaba un poco enfadado, ¿Por que Kusuo era tan mal hermano con ella?, Se lo planteó desde la primera vez que lo llamo por teléfono preocupada por Kusuo.

Kurenai debía organizar su vida a partir de ahora.

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