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Estaba en su cama respondiendo mensajes, en pijama y con una tremenda flojera. Miro la hora, probablemente su hermano debía estar en su ultima hora de clase, se vistió acorde a la época del año y bajo las escaleras. Se despidió de su madre y al salir de la casa lo hizo con su padre el cual descansaba en el porche de la puerta. El frío de invierno la atacó, comenzó a caminar hacia su antigua preparatoria, donde ahora su hermanito estudiaba; espero pacientemente en la entrada y escuchó el timbre, seguramente él no pudo notar su presencia, los alumnos la miraban curiosos, ¿Que hacia una belleza como esta frente a un posilga dis que preparatoria?

Tenia en su rostro una enorme sonrisa de oreja a oreja, a la lejanía miro a su hermano menor caminar, mirando hacia el suelo, venia acompañado de un grandulon y un extraño chico, también venían tres chicas siguiéndolos, una irradiaba una enorme luz y lo admitía, era hermosa, otra miraba al extraño chico enamorada, y la tercera... ¡Tocaba a su hermanito arrimando sus enorme pechos a su espalda!

Kokomi la miro a la lejanía, tenia en la mente de que nadie era mas hermosa que ella, y ella no podría opacarla, ni se inmuto.

Kusuo levanto la mirada, se tenso, Aiura lo percibió, dejo de hablar y miro a Kurenai.

Kurenai tenia un plan en mente, camino a paso seguro hacia Kusuo, lo alejo de Aiura y lo jalo del cuello, planto un beso sobre sus labios, toda la escuela quedo en shock.

— ¡Ku-chaaaaan!, ¿Por que no me dijiste que ibas a tardar? — Hasta Kusuo Estaba en shock, algo extraño pero cierto, no era su primer beso, ya había dado antes, con ella obviamente, ¡Pero que llegara de la nada a besarlo asi frente a toda la escuela!, Kokomi y Aiura debían estar ardiendo en celos mientras que Kaido y Nendo estaban confundidos y Chiyo... Solo miraba con rabia al ver que la atención de su amado era opacada por esa chica. — ¿Estas listo para irnos?, ¿O dejaras a tu novia plantada como siempre?

— ¡¿Novia?! — Gritaron todos al unisono, Kurenai lo abrazo por el cuello sonriendo, sacó su lengua hacia Kokomi la cual ya sabia que gustaba de su hermanito.

— "No es mi novia" — Habló Kusuo.

— ¡Pero..!, ¡Te ha besado! — Su hermana era una molestia a veces y mas si ella fue educada con Kusuke. Ante las palabras de Kaido lo fulminó con la mirada.

— "Largo Kurenai" — Ordeno Kusuo, la chica, infló las mejillas.

— ¿No me presentaras a tus amigos? — El pelirosa negó y fruncio el ceño. — ¿Por que eres tan malo Kusuo?, Soy mayor que tu, debes de respetarme.

— ¡Entonces a Kusuo le gustan mayores! — Grito Aiura decepcionada, Kokomi ni se inmuto, pero estaba afligida. — ¡Por eso no me hace caso! — Arrugo su nariz, ¿Que esa chica no tenia vergüenza?

El burro hablando de orejas.

— "Los veo mañana" — Se despidio Kusuo y jalo el brazo de su hermana, esta levanto su mano contraria y la agito a manera de despedida. A estar a una distancia segura y sin nadie al rededor Kusuo dijo. — "¿Que diablos fue eso?"

— Un beso, es normal, siempre lo hacíamos. También lo hago con Kusuke. — La chica se alzo de hombros, era lo normal. — Somos familia, así que no esta mal.

— "Ahora es diferente, ahora todos pensaran de que somos pareja o algo así. Y ya tengo suficiente con esas dos para tener que soportar te a ti" — Kurenai se quedo callada, ¿No le gustaba  acaso su compañia?, ¿Era una molestia para su hermano? Se dio la media vuelta y comenzó a caminar con lágrimas en los ojos, era una psiquica, pero no quitaba el hecho de que seguía siendo una chica normal y frágil. Limpio esas enormes lágrimas de su rostro y siguió caminando ignorando a su hermano que la seguía. — "Kurenai, dejame explicarte" — Si algo no soportaba Kusuo o le ponía incomodo es ver llorar a la gente, y mucho mas a su hermana y madre.

— No esta bien. Te molesto y lo entiendo, te humille frente a la chica que te gusta. Solo venia a visitarlos pero ya veo que no me quieres aquí. — Había malinterpretado eso, no le gustaba nadie jamas, de los jamases. y Kusuo no sabia lo que estaba pensando al repelerse entre si.

— "Kurenai, no hagas esto en media calle"

— Yo hago lo que quiero, y tu no puedes decirme nada. — Exclamó ella.

— "Ahora mismo no puedes hacerlo que quieras, es Japón, tiene reglas. No se que reglas tendrá Rusia pero no puedes hacer un espectáculo en media calle" — Explico Kusuo, la gente los miraba a ambos,  murmurando de por que una chica tan linda estaba con un bastardo como el.

— Yo la trataría mejor...— Susurro uno de los chicos a su amigo.

— "Kurenai, hablemos esto en casa"

— No, me regreso a Rusia. Ya que tu no me quieres. No mejor aun, le diré a Kusuke — Genial, otro problema para Kusuo.

— "Vamos, no hagas esto, hablemos de esto en casa."

— No, me voy a comer tu gelatina de café que tienes en el refrigerador. No voy a hablar contigo. — Comenzó a caminar, Kusuo la siguió a paso veloz, no quería que su gelatina de café se fuera de ahí, era de los pocos alimentos que disfrutará. Aunque estaba un poco molesto por lo que su hermana había hecho incluso enfrente de Kokomi y Aiura. Bueno, podría usar eso a su favor y ellas dejarían de molestarlo tan constantemente. Siguio a su hermana La cual ni siquiera se molesto en teletransportarte cuando ya sus poderes no se repelian. Su hermana actuaba extraño, jamas haría un espectáculo como eso, y mucho menos se pondría a darlo a media calle. Kusuo no comprendía a las mujeres en su totalidad, pensé a que pude leer sus pensamientos todas seguían siendo extrañas, y mucho mas su hermana mayor la cual no podía leer sus pensamientos. — Kusuo. Eres un mal hermano, debi haber ido con Kusuke si hubiera sabido que me tratarías así. — Se quejaba tanto que tenia harto al chico. En un parpadear ya estaban en casa, abrió la puerta t se dirigió al refrigerador sacando la única gelatina que había.

— "Deja eso" — Menciono Kusuo, no quería gritar.

— Obligame. — Planto la cuchara sobre la gelatina para acto seguido sacarla y meterla a su boca. Que mas se le podía hacer, Kusuo se rindió con ella y fue a la sala de estar, donde miro a Kusuke. ¡No lo había sentido!

— Kusuo-chan, llegaste a casa. — Kusuke no debió hablar, a la velocidad de la luz Kurenai apareció y se lanzo contra él para abrazarlo y llenarlo de besos — Y mi princesa también llegó.

— ¡Kusuke!, ¡Te extrañe tanto! — Ahora son dos molestias.

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