V e i n t i u n o
Cuando desperté aquella mañana, no creí que me encontraría con todo lo que había visto en las noticias. Anunciaron a todo el país sobre unos nuevos homicidios en el motel del distrito de Jongno-gu, justo donde Jungkook estuvo en la madrugada con todos sus compañeros. Rápidamente me preocupé por la situación, al principio tuve un cuadro de ansiedad y crisis al pensar que aquellos asesinos tenían una lista de víctimas a las cuales iban a matar en orden, temía por mi vida; pero luego se me dio por hablarle a Jungkook y preguntarle cómo es que se sentía él. Me imagino que debe de sentirse más frustrado que antes al no poder acabar de una vez por todas con este problema, recuerdo que en la madrugada se veía muy agitado y cansado.
Es por ello que lo invité a salir un momento. Para que pudiese respirar un momento y alejarse del todo el caos de su trabajo. Quedamos en ir a una cafetería para que él comiera un poco, porque estoy muy segura que no ha comido nada por la angustia; y efectivamente así fue, Jungkook andaba inapetente y solo se alimentaba de vasos de café.
Ahora él está enfrente de mí, mirando hacia el exterior a través de la ventana del local. Su codo izquierdo se encontraba apoyado en la mesa mientras su mana rozaba levemente con sus labios. Su semblante era uno serio pero a la vez muy pacífico.
Pensé en miles de formas en cómo podría tranquilizarlo. Desde nos encontramos no hemos hablado mucho y realmente me interesaba saber lo que pasaba por su cabeza.
—Jungkook... —digo su nombre en un hilo de voz. Él regresa a mirarme sin dejar de posar como lo estaba haciendo—. ¿Te encuentras bien? ¿Seguro que no quieres comer?
Niega.
—Estoy bien así —musita.
—No lo estás —replico con un tono de voz más alto. Ahí es cuando él me da su total atención y coloca ambos brazos sobre la mesa—. Sé que tu trabajo está siendo una mierda justo ahora, que probablemente te sientas cansado y molesto... Pero no debes de descuidarte.
—No es tu problema —responde con un tono de voz aniñado.
Hago mi cabeza hacia atrás muy molesta. Pero solo yo tengo la culpa por tener pequeñas esperanzas de querer hacer razonar a un cabezota como lo es Jeon Jungkook. Era tan terco y necio que hasta un niño de cuatro años podría reaccionar mejor que él. Reparo en él una vez más y noto que otra vez está con el gesto pensativo; y es ahí cuando pensé que sí realmente estaba ido en sus pensamientos, no se dará cuenta cuando le ordene un sandwich para que coma.
Si Jungkook quería comportarse como un niño, que lo haga; no me molesta ser una madre para él.
Aprovecho aquella distracción de Jungkook y me disculpo con él diciéndole que debía de ir al baño, sin embargo, terminó yéndome a buscar al camarero que nos atendió para añadir el especial de sándwiches de la cafetería a nuestra cuenta. Aquel chico me lleva a la caja registradora para ir pagando de una vez por todas nuestra cuenta. No obstante, me llevo una gran sorpresa cuando veo a Jaesang entrar al lugar con un bolso de viaje de cuero enorme que llevaba cargando de cruzado en su hombro derecho, le da una barrida al lugar con su mirada hasta que da conmigo en medio de todos.
El enojo e incomodidad se puede percibir en ambos. El de cabello castaño se acerca a mí con seguridad.
—Volviste —digo sin pensarlo muy bien. En cambio Jaesang parece estar extraño con lo que le dije.
— ¿Qué? —inquiere—. ¿Cómo sabes que me fui?
—No por nada me llaman chismosa, Jae —sonrío de lado, felicitándome a mí misma por haber esquivando bien su pregunta—. Además que tu bolso lo dice. Nadie carga ese tipo de bolsos solo para salir a la calle.
—Tú cuando no metiéndote en la vida de los demás —bufa.
Encojo mis hombros y regreso a mirar al camarero, quien me entregó la máquina en donde debía de poner los dígitos claves de mi tarjeta para pagar la cuenta. Jaesang sigue a mi lado cruzado de brazos, supongo que está esperando a ser atendido luego de mí.
— ¿Ya te enteraste lo del motel? —pregunto solo para hacerle conversación.
—Está por todas partes. Es imposible hacerse de la vista gorda.
Inmediatamente pensé en una suposición extremadamente loca, pero el momento lo ameritaba. Si Jungkook había dicho que Jaesang había desaparecido hace semanas luego de la muerte de Yi-seul, las muertes que siguieron después de ella fueron la de Hye-joon y los últimos cinco chicos; llámenme loca y paranoica, pero a mí se me hace muy extraño todo eso. La desaparición y las nuevas muertes.
Además, no quería ponerme al nivel de Jungkook pero, ahora ya ni de tu propia sombra puedes confiar.
—Y supongo que también te enteraste de la muerte de Hye-joon —digo, cruzándome de brazos.
—Me lo dijeron por mensaje, sí.
Me río en la cara de él, Jaesang vuelve a fruncir su ceño y la dear su cabeza.
— ¿Qué es lo gracioso?
— ¿Adónde te fuiste exactamente? —Pregunto directamente—. ¿Dónde te has estado escondiendo?
— ¡Ay por favor! —espeta molesto—. ¿Ahora estás buscando de recriminarme a mí por todos los homicidios?
—Es que me parece muy curioso que cuando tú te fuiste, Hye-joo murió y ahora estos cinco chicos más. —Coloco mis dos manos en mi cintura. Jaesang se cruza de brazos, ladeando hacia un lado su cabeza—. ¿Dónde estuve ayer en la noche?
—Y ahora quieres jugar al policía y al ladrón —dice irritado—. Estuve cenando ayer con mi familia. ¿Y quieres saber a dónde me fui? A Japón, visité a unos primos míos. ¿Contenta?
—No te creo.
—Y a mí qué —Objeta. Ambos nos quedamos en silencio hasta que él me señala con su dedo índice—. ¿Y qué hay de Yoongi?
Aplano las comisuras de mis labios sin entender a lo que se refería. O quería aparentar no entenderle.
— ¿Dónde está ese cabrón? —vuelve a preguntar.
—En su casa de seguro, ¿qué sé yo?
Jaesang nota mi cambio de voz. Al instante sonríe y vuelve a señalarme.
—Han peleado.
—Eso no te importa.
—Ahora ya sabes lo que se siente que alguien se meta en tu vida. —Soltó.
Ya no me esfuerzo en responderle a Jaesang, ya que sabía que iba a ser una pérdida de tiempo. Y no estaba para eso, tenía a Jungkook esperándome en la mesa. Tuerzo mis ojos frente a su mirada y tomo mi tarjeta de crédito cuando el camarero se encarga de terminar de cobrar todo.
De regreso a la mesa, encuentro a Jungkook terminando de tomarse todo su café de un solo trago. Por suerte, los sándwiches llegan a tiempo para que él se los coma.
—No ordenamos...
—Sí los ordenamos —tajé ante la presencia de la camarera—. Muchas gracias. Ya se puede retirar.
Aquella chica se va y solo me quedo con la miradas de Jungkook puesta en mí mientras me ve sentarme a su lado. Acerco el plato rojo con blanco hacia nosotros y le entrego el primer pedazo a Jungkook, él mira lo que tiene en la palma de su mano y trata de dejarlo otra vez en el plato; no obstante, llego a evitar aquello y ayudo a Jungkook a comer. Hablaba en serio cuando dije que no me importaba hacer de mamá solo por Jungkook.
—Debes de comer —mis manos guían el pedazo de pan con carne de pavo a la boca de Jungkook—. Tomar siempre café no es bueno. Puede provocarte algún desorden nervioso.
—Blake... No puedo. —Me interrumpe abruptamente.
Sus ojos ni siquiera podían mirarme, pero parecía haberse quebrado, su postura y el hilo de voz con el que soltó las palabras... Él no estaba bien, pero no lograba entenderlo, en realidad nunca lo había entendido por completo y esta no sería la excepción.
Decidí tomar otra postura para afrontar la situación, una más tranquila.
—Oye... si puedes, ¿bien? —muestro una leve sonrisa de lado para él—. Comer es necesario, solo un mordisco y dejo de insistir.
Levantó la mirada por unos segundos y me miró, quizá tratando de saber si mentía.
—¿Jungkook? —Llamé cuando volvió a observar la mesa—. Es pan con pavo... Yo sé que te gustará, solo un poquito. ¿Porfis?
Sus ojos, que ahora no tenían ese característico brillo, no se movieron ni un centímetro de la mesa y suspiré.
—Podemos compartirlo, una mordida tú, una mordida yo. Solo necesito que tengas algo en el estómago. —Insistí una vez más.
Al no tener reacción de su parte, me frustré un poco. Yo me había metido en esto, sí, pero no creí que sería tan difícil hacerlo hablar. Este no era mi Jungkook; o al menos al Jungkook con el que acostumbraba a lidiar.
No muevo ni un solo músculo en los próximos segundos por estar más al pendiente de querer descifrar aquella mirada que Jungkook muestra. Sus pupilas temblaban como nunca antes y cada vez más podía sentir esa sensación de repelencia a todo lo que estaba haciendo por él. De igual manera, aquel semblante apático y frío apareció en cuestión de segundos; pero luego se esfumó a la misma velocidad en la que apareció. Apoyó su cabeza entre sus manos antes de soltar un largo y cansado suspiro, sus ojos se cerraron e intentó descansar de aquella manera en la que estaba.
Y entonces lo entendí; Jungkook por primera vez se sintió agobiado y desesperado.
Lo mejor de todo es que me hizo verlo con tan solo profundizar en su mirada.
Las tareas y casos en conjunto que tiene a su cargo lo han llevado a este estado de ánimo. Al final no mentí cuando dije que Jungkook se ha estado descuidando mucho; y lo odio. No seré Jungkook y mucho menos pienso igual que él —afortunadamente—, pero no le veo sentido a eso de entregar todo por tu trabajo y ponerte a ti en el último lugar; las prioridades existen por algo, para que haya un gran equilibrio que pueda ayudar a cada persona a vivir su vida sin preocupaciones. Pero Jungkook ha hecho todo lo contrario y ahora está pagando las consecuencias de sus decisiones.
Acierto en darle un fuerte abrazo por detrás. Puedo deducir a las personas que son igual de frías que Jungkook no les gusta mucho que le demuestren afecto a través del tacto, ya que, según por ahí, y de lo que he leído, esa apariencia de frialdad y distancia del trato esconde a menudo una soledad que la persona ha cargado consigo misma por mucho tiempo; el distanciamiento y la frialdad siempre actuarán como un mecanismo de defensa para aquella persona que no quiere volver a repetir un evento en donde se ha sentido infravalorado. En el caso de Jungkook, podría interpretarlo como si luego de la muerte de su madre, sus sentimientos nunca más fueron los mismos después de rehacer su vida al lado de su padre, el señor Jeon.
Y hablando del señor Jeon, Jungkook jamás ha dicho una cosa linda sobre él en todo este tiempo que hemos llevado juntos. La mayoría de personas a veces les dan mala fama a sus padres por motivos totalmente absurdos, pero Jungkook no era como esa mayoría; a él sí lo pude ver enojado cada vez que se cruzaba con su padre, hasta cuando habla de él puedo notar la repugnancia que le tiene. Es por ello que me pongo a pensar que, quizá, cuando Jungkook todavía estaba en su etapa de crecimiento, su padre casi nunca estaba disponible para él y hablar de lo que le pasaba en su vida, o tal vez sólo minimizaba los problemas de Jungkook comparándolos con los suyos; aquello pudo provocar que él asumiese que sus necesidades emocionales no importen a diferencia de lo muy importante que es el deber laboral.
Ahí entendí lo muy fácil que se me hizo criticar a Jungkook por su forma de ser desde el principio de esta relación que hemos estado formando. Hasta me cuestionaba cómo es que él podía tener amigos con aquel carácter que mostraba frente a las demás personas. Me sentía muy celosa de Jungkook al saber que tenía más amigos de los que yo tengo. Ahora comprendo que ellos también conocen esta parte oculta de Jungkook y por eso es que siempre tratan de estar a su lado, a pesar de que este a veces los trate como basuras; al final lo hacían para no dejarlo solo y darle su tiempo para que se abriera libremente frente a ellos.
Me pregunto si ya lo hizo, o todavía tienen que hablarlo. Sus amigos parecen ser muy agradables, saben escuchar y a su vez saben dar consejos, y otras veces bromear con las cosas que suceden entre ellos. Como aquella vez con Taehyung y el tema de su amante.
Pero ignorando aquel momento, sigo abrazando a Jungkook en el rincón de su asiento. Acaricio toda la longitud de su espalda antes de apoyar mi cabeza en su hombro.
—Todo estará bien —musito cerca de su oreja. La timidez me invadía en aquel momento.
Jungkook se mueve sobre su lugar y vuelve a la postura de estar sentado correctamente. Yo me aparto de él para observarlo.
Algo que ahora me sorprendía es que, a pesar de no estar emocionalmente bien, Jungkook igual seguía manteniéndose con su gesto neutral y sin derramar alguna lágrima de tristeza o de cólera. Algunas personas están de acuerdo con el tema de llorar libremente para desahogarse; Jungkook debería de hacer lo mismo.
—Come un poco, ¿sí? —otra vez tomo el trozo de sandwich y se lo acerco. Jungkook gira su rostro a otra parte para evitar comer—. Jungkook...
—No tengo hambre —dice con firmeza—. Come tú si quieres.
— ¿Qué es lo que te pasa? ¿Qué sientes?
—No importa cómo me sienta. Solo quiero terminar con toda... —Jungkook se toma su tiempo para respirar, se había quedado sin aire— esta mierda —masculla.
En serio me daba tanta pena que por culpa del papá de Jungkook, él ahora esté así y piense que sus sentimientos no importan. Prefiere engullirse todos sus problemas antes que compartirlos.
—A mí sí me importan —contesto. Jungkook se sorprende y vuelve a mirarme inocente—. ¿Qué es lo que sientes?
— ¿Qué haces tú cuando sientes que estás a nada de colapsar? —Inquiere.
Sonrío de lado al haber logrado un avance con Jungkook.
—Te lo diré si le das una mordida al sandwich, yo te acompañaré a comer —digo con voz cálida. Jungkook agarra otro trozo de sandwich por su propia cuenta y lo muerde. Imito su acción y arrugo mi nariz de felicidad—. Bien, lo que yo hago cuando estoy triste es... Llorar. ¿Sabes lo que es eso?
—No soy estúpido, Blake.
—Está bien. —Río divertida—. A veces lloro o dejo que los demás me consuelen. A veces soy capaz de hablarlo con Byul o con algunos de mis hermanos.
Jungkook se queda en silencio luego de escucharme. Solo se dedica a comer de su sandwich entre pequeños bocados, y aquello me hizo sentir tan feliz. Lo estaba logrando.
—Creo saber quién es el asesino. —Fue lo que pudo decir después de unos largos minutos. A pesar de haberlo dicho en un murmullo, logré escucharlo—. Sé quienes son los asesinos —reafirma.
— ¿Y qué estás esperando? ¡Dale fin al caso! —digo con emoción.
—Necesito una prueba más fidedigna que les impida mostrarse inocente —añade.
—Entiendo. Puedo ayudarte si quieres —le digo sin pensarlo muy bien—. Dime quiénes son.
—Los del equipo de basquet —Jungkook me mira fijamente. Sus pupilas se dilatan y su iris tiembla—. Y... Otra persona más.
— ¿Quién? —Inquiero. Saco mi teléfono y abro la aplicación de Facebook, y a su vez, Instagram—. Quiero buscarlo.
— ¿Sabes si alguien del equipo de basquet tiene los fetiches sexuales como el sadomasoquismo? —Pregunta Jungkook, ignorando olímpicamente mi pedido de hace segundos.
Sin embargo, empiezo a buscar entre mis recuerdos algún dato que sea de importancia y que me sirva de respuesta para la pregunta de Jungkook. No llego a recordar absolutamente nada, empero, entro a mi Facebook y busco entre mis amigos a los chicos de basquet; se que en esta aplicación a veces hay páginas dedicadas a compartir cosas relacionadas a ese fetiche sexual, hasta existen sitios web que ponen en venta algunos juguetes sádicos. Si Jungkook cree y está seguro de que los criminales son los chicos del equipo de basquet, de seguro debe de haber uno —por lo menos— que siga estas mismas páginas.
No obstante, por mi mente pasa un recuerdo casi vago de una noche que pasé con Yoongi y su grupo de amigos, entre ellos estaban Juheon, Sunhee y su amiga. Si mal no recuerdo, creo que se llamaba Oh Suk-hee —ambas se llamaban “Las 2Hee”.
Volviendo al recuerdo, aquella noche a ellas se les había dado por jugar al “Yo nunca”, pero relacionado con las prácticas sexuales que hay. Todas sus oraciones iban desde la práctica de juegos de roles hasta lo que era el BDSM. Aquella noche, los que terminaron tomando casi nada fuimos Yoongi y yo.
—Lo único que puedo recordar ahora es que Juheon, Sunhee y Oh Suk-hee, era los que más se inclinaban con esas prácticas —respondo. Jungkook se queda confundido, supongo que por el nuevo nombre que aparece en esta historia.
— ¿Quién es Oh Suk-hee?
—Otra mejor amiga que Sunhee tenía. Ella era ex compañera de Sunhee, ahora la chica estudia artes plásticas —informo. Me dirijo a Instagram para buscar el usuario de aquella chica y mostrarle a Jungkook los tipos de pinturas y esculturas que ella realizaba, se podían resumir con la palabra “erotismo”—. Si ves, todos sus trabajos con de personas practicando aquellos juegos sexuales.
Jungkook deja su sandwich sobre el plato para tomar mi celular. Por mientras, yo intento comerme el último pedazo que él ha dejado; sin embargo, recibo un quejido tan pronto como mi mano está a nada de tocar la comida.
—Ni se te ocurra. Es mío —amenaza.
—Ahora sí quieres comer, ¿no? —replico. Apoyo mi brazo derecho sobre la mesa mientras que con la otra mano trato de extender la malteada de chocolates que me pedí—. ¿Qué opinas? —Pregunto, regresando al tema principal.
—Es probable; pero es extraño que a estas alturas ella tenga algo que ver aquí. —Responde confuso—. Si fuese una amiga de Sunhee, ya nosotros hubiésemos encontrado algo en su teléfono aquella vez.
— ¿Y si Sunhee tenía algo más con ella que no quiso guardar en su celular?
— ¿Cómo qué? —Pregunta Jungkook, interesado.
—No lo sé. Aquí tú eres el detective, no yo.
Jungkook curvea sus labios hacia abajo con su mirada seria, como sí me estuviese diciendo really? ¿Para eso abres la boca? Da igual lo que haya pensado, él sigue dándole un vistazo al perfil de Suk-hee mientras yo me deleitaba con tan deliciosa malteada.
Escucho un bostezo por parte de Jungkook. Me fijo unos segundos en él y, a mi perspectiva, sus ojeras se habían oscurecido mucho más. No era una buena imagen la que me estaba dando. Él debía de recuperar sus horas de sueño a como dé lugar.
«Deberíamos comprarle somníferos» —dice mi subconsciente.
Pienso muy buen en esa opción, al final creo que sería la más efectiva.
—También es amiga de Juheon —me informa Jungkook con su ceño fruncido—. En una de las cuatro habitaciones de ayer, encontramos la misma envoltura de la barra energética que Juheon consume.
— ¿Él es uno de los asesinos de Sunhee? —Inquiero asombrada. Jungkook demora en contestar, ladea su cabeza unas cuantas veces hasta que finalmente asiente—. ¡Es él! ¡Arréstalo ya!
—Te dije que debo de encontrar una prueba fidedigna que me dé la razón... Y baja la voz.
— ¡Pero tienes la envoltura de la barra energética! —susurro.
— ¡Pero Juheon no es el único ser humano que puede comer esas barritas! —responde Jungkook de la misma manera que yo.
— ¡Pero igual es una coincidencia!
— ¡No hay nada acertado hasta ahora!
— ¡Entonces por qué lo dijiste! —susurro malhumorada.
— ¡Porque puede o no ser!
— ¡Yyyy!
Jungkook sabe que ha perdido contra mí. Por eso aprieta sus labios y tuerce sus ojos. Un día de estos se quedará virolo.
—Silencio. Aquí el detective soy yo, no tú. Punto final —susurra colérico.
Media hora más tarde, Jungkook y fuimos recogiendo nuestras cosas de la mesa para ya irnos. Esta salida había sido todo un éxito, al menos pude calmar los demonios internos de Jungkook y hacer que este confiara en mí para buscar ayuda y apoyo. No iba a mentir que por un momento me sentí bastante importante para él, quiero que siga así conmigo.
—Necesito que me acompañes a la farmacia —Jungkook asiente sin preguntarme nada. Espero a que me alcance para entrelazar mi brazo con el suyo y andar juntos—. ¿Ya te encuentra mejor?
—Un poco —dice secante. De pronto, se detiene y otra vez vuelve esa mirada inocente que la ancla con la mía—. Blake, tú... —carraspea un poco antes de continuar hablando—. ¿Tú podrías... abrazarme?
Mi corazón latió bastante rápido en cuestión de segundos cuando escuché a Jungkook decirme su pedido. No lo pienso mucho y me acerco a él para enrollar mis brazos en su cuello y descansar mi cabeza en su hombro. Cierro mis ojos por unos segundos, solo para disfrutar mejor este tan importante e inusual momento; creo que la salida de anoche funcionó para que mi relación con Jungkook aumentara en confianza.
Me pregunto qué sucederá después de que todo esto termine. Espero que sea algo bueno, como que Yoongi y Jungkook olvidé sus diferencias y se hagan amigos. Eso sería lindo.
Abro mis ojos con una sonrisa de oreja a oreja. Ambos seguimos con el abrazo hasta que veo la mesa en la que mi vista está mirando, ahí estaba Jaesang con sus ojos abiertos y una sonrisa genuina en su rostro. Es ahí cuando me separo de Jungkook un poco tensa y me dirijo sola hasta el auto de él.
No tuvo nada de malo que abrazara a Jungkook enfrente de otras personas ya que somos amigos; pero personas como Jaesang simplemente podrían malterpretarlo y hacer que llegue a los oídos de Yoongi. A pesar de que este se encuentre lejos.
****
Blake me llevó a su casa luego de comprarme unas pastillas del sueño que quería que yo las probara hoy mismo. Dado esto, ahora me encuentro secuestrado en su casa sin apelación de salir de este lugar sin el consentimiento de ella.
Por suerte, pude negociar con ella sobre ir a mi departamento para sacar las cosas que necesitaría aquella noche. Ella no pudo decir que no, ya que sentía curiosidad cómo era el lugar en donde vivía. La sorpresa que se llevó fue la que yo me esperaba cuando notó que sólo se trataba de un cuarto pequeño en donde estaba mi armario, un escritorio de madera, mi cama y un pequeño sillón. También de sorprendió por lo pequeño que era mi baño.
«¡Esto es una puta ratonera!» fue lo único que llegó a decir antes de salirse del lugar y esperarme afuera del edificio.
Y bueno, mi casa sí era una ratonera; pero para el Jungkook de 22 años, ese lugar era su nuevo paraíso lejos de su padre. Pero ahora, más me gusta estar en la casa de Blake porque es más grande —exageradamente grande— y mucho más cómoda; además de que siempre hay comida gratis si no alcanzo a comer en la calle.
Ahora me encontraba sentado en las sillas de su comedor. La mesa cuadrada de vidrio estaba llena de hojas que pertenecían a mi trabajo, las carpetas de la autopsia de Kim Yeon-woo y Park Da-som estaban a mi izquierda, ocultando las imágenes que los médicos forenses tomaron de los cadáveres.
Minutos después, Blake aparece vistiendo su pijama de seda negra y de dos piezas junto a un abrigo delgado de algodón color blanco mientras iba llevando en sus brazos un estuche de lápices y un sketchbook canson. Con las justas podía ver hacia dónde se estaba dirigiendo.
— ¡Haz a un lado esas cosas! —me ordena entre quejidos agudos—. ¡Voy a poner mis cosas ahí!
Inmediatamente hago lo que me pide. Ella deja todo lo que trajo a mi costado.
La tira delgada de su blusa se resbaló por su hombro al igual que la manga del abrigo. Todo su hombro derecho estaba desnudo, miré fijamente esa parte cuando vi la facilidad con la que podía marcarse la clavícula de Blake.
Interesante.
— ¿Qué es todo eso? —Pregunto sin dejar de mirar su clavícula. ¿Qué me pasaba?
—Estoy aburrida. Me aburre verte trabajar —responde abultando sus labios—. ¡Así que voy a dibujar! —añade feliz. Se acomoda en el asiento de mi costado y abre su sketchbook—. Hace mucho que no lo hago.
— ¿Desde cuándo?
—Desde que empezaste a quitarme tiempo. —¿Era solo yo, o todo lo que dice Blake ahora se escucha más lindo?—. Pero estoy bien.
Asiento ligeramente antes de volver a regresar mi vista a mi computadora. Comencé a hacer la ficha de reporte que me pedirían ni bien atrapara a Yoongi y a Juheon, junto a los otros chicos involucrados del equipo de basquet; no obstante, Blake hace que salte sobre mi asiento cuando la oigo gritar de la emoción.
— ¡Cierto que había hecho fresas con chocolate! —dice "para sí misma". Deja su anillo de compromiso sobre su carpeta de dibujo antes de correr a la cocina por las fresas con chocolate—. ¡¡Hay unas que son especialmente para ti!! —dice.
—Como digas —respondo por lo bajo.
Aprovecho que Blake está distraída y se ha sacado su anillo para observarlo mejor. Siempre tuve curiosidad de saber cómo era realmente. Las piedras de diamante no parecían ser tan reales, es decir, no creo que Min Yoongi haya sido capaz de pagar una inconmensurable cantidad de dinero solo por un anillo de compromiso; lo único que parecía real eran los kilates del oro.
Sin embargo, veo algo extraño en el anillo: Yoongi grabó algo en árabe dentro del anillo. A simple vista no se podía ver, y de seguro Blake no lo ha visto.
— ¡Oye, Blake!
— ¡Dime!
—Creo que tu anillo tiene una mancha dentro —le digo para disimular—. ¿No lo habrás rallado con algo?
— ¿Te refieres a lo que está escrito adentro? —Asiento con un "sí"—. ¡No está rallado! ¡Yoongi lo grabó!
Segundos después, Blake está parada a mi izquierda para señalarme las letra árabes.
—A Yoongi siempre le ha gustado el idioma árabe. Una vez le pregunté por el significado y me dijo que decía «Te amo» —giro mi cabeza un poco y veo esa sonrisa que ha formado. Ella realmente lo quería, ¿pero Yoongi la quería de igual manera?—. Si mal no recuerdo, creo que se pronunciaba como 'ana 'uhibuk.
Luego, sin siquiera yo pedírselo, Blake se regresa a la cocina para seguir preparándose su infusión de la noche.
Hay algo en mí que me dice que probablemente Yoongi la ha engañado. Me atrevo a sacar mi celular y buscar en el traductor la escritura del supuesto “Te amo”, el Internet hace que demore en cargar hasta que finalmente me lo da. Realmente tengo un sexto sentido muy bien desarrollado.
Lo que Yoongi había escrito no había sido ningún “Te amo” o “Te quiero”, ya que las letras del árabe no eran las mismas que estaban en el anillo.
Rápidamente me descargo una aplicación de traducción con fotografía. Sabía que algo no me cuadraba y ahora debo saber el porqué, y también el significado de la palabra.
Le tomo foto al «جرو» escrito en el anillo.
La aplicación demora en traducir hasta después de unos segundos.
No me esperaba aquel resultado...
“Significado de «جرو» pronunciación «juru» «cachorro(a)»”.
Rápidamente mi cabeza me lanza un pequeño flashback de lo que había leído sobre el sadomasoquismo cuando quise investigar más.
“Algunos sádicos llegan a llamar a sus sumidos por apodos como «bebé» o por nombre de animales domésticos, ya que estos se asemejan a los seres más débiles que el ser humano ha tenido cerca”.
Esto, o bien podría ser una gran prueba de que a Yoongi también le guste el sadomasoquismo, o es que yo ya me estoy traumando con cada cosa que se relacione al tema.
*****
Este capítulo tiene un poco de todo 🥴
Siendo sincera, me divertí haciéndolo :D
Ojalá les haya gustado. Comenten, den estrellita, y compartan a sus amistades si creen que Psicópata es recomendable 😉🖤
Me sorprende lo mucho que estoy avanzando con Psicópata 👀 Supongo que son por unos cuantos capítulos que tengo ahí ya escritos y solo es mi morbo de saber cómo van a reaccionar ustedes.
Como sea, BESOS A TODOS USTEDES, ANDO MUY HAPPY HOY 📈📈
PD. Pueden acompañar este capítulo escuchando Your eyes tell —BTS, o con Jamais Vu —BTS :3
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