T r e i n t a y s e i s (I)

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Miro detenidamente el tablero de desaparecidos de la estación de policías. Dos chicas de la edad de 20 y 22 años estaban desaparecidas junto a tres adultos mayores, si se les puede decir así o sino esqueletos vivientes. La ficha de desaparición decía que una de las chicas jóvenes había desaparecido cuando yo me encontraba fuera de la ciudad con Blake, el resto de personas habían desaparecido en el transcurso de esta semana. Namjoon y Seokjin se encargaron de la desaparición de los adultos mayores —Namjoon tiene a la pareja de esposos de 81 y 87 años, mientras que Seokjin tiene a un guardaparques de 77 años—, Mireu por fin tiene un caso digno que resolver como la desaparición de la chica de 22 años que respondía al nombre de Do Mi-yeon, y finalmente estaba Jook-hyun con el caso de la chica más joven. Ninguno de los tres —sin contar a Mireu— dejó que lo ayudase.

Pero tenía un presentimiento que podría servirles a ellos si es que lo piensan mejor. Este se trataba básicamente de que el equipo de basquet tiene que ver con estas desapariciones, o mejor dicho, estos homicidios, por tan sólo distraer la atención de los policías del caso de Sunhee y las otras muertes.

¿Y esta deducción cómo la saqué? Bueno, para iniciar, debemos de centrarnos en la pareja anciana de casados: Geum Kyung-sik e Im Ha-kyung. Geum Kyung-sik es un pastor de iglesia del distrito sur de Yeongsu e Im Ha-kyung se encargaba de cuidar a sus nietos en la casa de su hijo hasta las seis de la tarde, que era la hora en donde su nuera llegaba del trabajo. Ambos ancianos vivían en un edificio por la zona central del distrito y eran muy buenos amigos de sus vecinos de otros pisos; por mi parte, comencé a investigar la ubicación de casa de esta pareja y saber qué lugares que podrían ser sospechosos están cerca de su hogar, pero nunca creí que a tan solos dos cuadras de la casa de ellos estaba la casa de Samuel, el chico satánico. Por lo tanto, luego de saber esto, comencé a revisar las declaraciones de vecinos y familiares, conocidos y amigos de esta pareja que Namjoon había recoletado; entre ellas me encontré la declaración de una señora llamada Yok Sully, quien era dueña de un pequeño restaurante de carne asada llamado “Buja Dwaeji”, esto, se lo llegué a contar a Blake y me aseguró que Samuel trabajaba de medio tiempo los fines de semana en aquel restaurante; la pareja de ancianos mayormente iba al restaurante cada fin de semana. Geum Kyung-sik es pastor de Iglesia, Park Samuel es ateo a la religión católica y, a parte, cree en satanás. Tal vez, y solo tal vez, Samuel, junto al equipo de basquet tienen que ver en la desaparición de esta pareja.

Luego, hablemos sobre Jin Woosik, guardaparques del bosque en el que hace meses había encontrado el cuerpo de Lee Hyun-joo. Este era la prueba más contundente que tenía para afirmar que los chicos del equipo de basquet tenían que estar involucrados en estas desapariciones; y esto lo digo porque fueron algunos de ellos quien le había ordenado a Hong Jang-suk que se deshiciera de los overoles y máscaras que habíamos encontrado en el mismo bosque.

Tal vez solo podía tratarse de una coincidencia, algo similar; pero durante todo este caso me he dado cuenta que nada sucede porque sí, todo tiene una relación y una explicación.

Los del equipo de basquet ya tenían muy bien estudiado aquel lugar, por lo que sería sencillo para ellos saber quienes trabajan ahí y algunos datos personales de estos. La mente sádica y criminal que este grupo de chicos poseían no me impresionaba en lo absoluto porque me lo veo venir; no exactamente de esta forma, pero sí puedo decir que los veo capaces de ser autores de estas desapariciones. Para ellos ahora puede resultar ser muy fácil planear un secuestro perfecto sin dejar rastro alguno para que no demos con ellos; pero no cuentan que yo tengo mis ojos puestos en ellos y están jugando con fuego para burlarse de mis capacidades.

En la ficha de desaparición de Jin Woosik decía que él no volvió a la casa de su hija a la mañana siguiente del día miércoles. Él, increíblemente, todavía podía hacer turnos de noche para cuidar el bosque. Aquello fue la ayuda perfecta hacia el equipo de basquet para escabullirse en el bosque de noche y raptar a su víctima. La deterioridad del cuerpo del mayor no podía hacer nada frente a cuerpos más jóvenes comos los del equipo de basquet, por eso es que fue pan comido para el grupo de jóvenes.

Seokjin me dijo que las cámaras de seguridad no habían detectado nada extraño en el lugar. De vez en cuando veía a Jin Woosik paseando delante de las cámaras, hasta que luego dejó de aparecer en ellas a partir de las dos con cuarenta de la madrugada. Esta hora coincide perfectamente cuando el tráfico es casi inexistente en las pistas de la ciudad; lo que se supone que haría más sencillo de averiguar el paradero del anciano y de sus secuestradores, pero en las cámaras de la ciudad no había nada que resultase sospechoso para Seokjin.

Yo no había visto las cámaras de seguridad, porque no tengo autorización para observarlas, por lo que ahora me tocaba confiar en la palabra de Seokjin.

Así que, para este punto, mis compañeros estaban perdidos y no sabían por dónde buscar a las víctimas. Y yo tampoco sabía dónde podían estar, pero al menos sí sabía quienes pudieron secuestrarlos.

Le doy un último vistazo al tablero antes de caminar hacia mí oficina. Cerca de las escaleras me encuentro a Mireu con un gesto de cansancio mientras tomaba unos portafolios en una mano.

Ella alza la mirada hasta conectarla con la mía y bufa:

—¿Y tú qué ves? —Zanja molesta.

—Solo me río internamente de ti —le digo sin vergüenza alguna y entro rápidamente a mi oficina.

Veo que en la mesa de mi escritorio hay un papel amarillo pegado en la madera. Era un recado que unos de los oficiales de recepción me habían dejado. Aquel papel decía lo siguiente:

«Han llamado del cementerio Dulce Paz y han reportado el robo de dos cuerpos: Lee Hyun-joo y Kim Yeon-woo.»

El chico homosexual y la chica del bosque. Qué casualidad. Para este punto, lo único que puedo pensar es que los del equipo de basquet quieren ser descubiertos, porque supongo que este juego excitante de ser asesinos y no ser atrapados ya les está aburriendo.

No espero ni un segundo más y salgo de mi oficina para buscar a todos los compañeros, y Mireu, para tener una de las conversaciones más importantes que nosotros cuatro tendríamos sin tener que discutir.

La primera en ingresar es Mireu, luego vienen Namjoon y Jook-hyun. Atrás de ellos llega Seokjin, y mi mente me hace una mala jugada al pensar que faltaba Taehyung en venir. Su ausencia ya se estaba sintiendo.

—He recibido una llamada del cementerio de Dulce Paz de Yongsan-gu para reportar el robo de unos cadáveres. —Digo mientras cierro la puerta de mi oficina con seguro. Mantengo un silencio en el lugar hasta que llego a mi escritorio y me siento sobre la mesa, reparo en la mirada de cada uno de ellos con un semblante serio—. Eran Lee Hyun-joo, la chica que encontramos muerta debajo del puente en el bosque donde Jin Woosik trabajaba; y a Kim Yeon-woo, el chico gay que habían matado en el hotel de Jongno Hello.

—¿Y eso qué tiene que ver con nosotros? —Responde indiferente Mireu.

—He estado viendo sus expedientes sobre los casos que se les han asignado. Me he dado cuenta que no tienen ni una pista de quien, o quienes, podrían ser los culpable; pero yo sí sé quienes son, y por eso les quiero ayudar —contesto tan seguro de mí mismo. Veo cómo ellos se quedan callados y se miran entre sí pensado que ya he perdido la cabeza.

—Sí, claro. Tú que no has estado desde la primera desaparición vas a saber más que nosotros —Bufa Mireu—. No te metas en mi caso, Jeon. Te lo advierto.

—¿Y tú cuántas veces no te has metido en mi caso? —Sonrío burlón—. Y ya es tarde, ya he sacado mis conclusiones y quiero que las escuchen con atención.

—¿Qué es lo que tienes en mente, Jungkook? —Pregunta Jin.

A los cuatro les voy diciendo lo que había estado pensando desde hace un rato. Les expliqué hasta con pruebas que ellos no podrían contradecir. Y eso vi en sus caras, cuando ya iba concluyendo en mi explicación y a ellos parecía que se les había encendido ese foco que tienen en la cabeza.

—Y entonces ellos pudieron ser los que secuestraron a Jin Woosik porque ya tienen experiencia con el lugar —termina concluyendo mi idea Namjoon. Asiento con firmeza antes de volver a ver sus rostros, ahora parecía que me estaban creyendo más—. Tiene lógica. ¿Pero cómo quieres que los atrapemos?

—Las pruebas que tengo son sólo orales. Los cinco debemos llegar hasta el punto de partida de todo aquello, el cuál es la muerte de Sunhee...

—Ya entiendo todo —me interrumpe Mireu—. Todo esto te lo has inventado para que nosotros hagamos tu trabajo, ¿no, Jeon? ¿Al fin pudiste comprobar que no eras el policía que decías ser?

—Ignoraré tu comentario como todos los otros que has lanzado en todo este rato —digo ya un poco cansado de la actitud de ella—. Yo no quiero que hagan mi trabajo, bien puedo hacerlo solo. Pero ustedes ahora son parte de mi caso y se necesita que trabajemos juntos, ¿entiendes, Mireu?

Ella tuerce sus ojos y vuelve a sentarse en el sillón de mi oficina.

—Iré a ver el robo de los cadáveres. Quizás dejaron algo como una pista.

Y sin más que decirle a mi ahora grupo de trabajo, salí de la oficina para irme a recepción y ordenar un equipo de forenses que me acompañaran.

De paso vi que la noticia del robo de cadáveres no había tardado mucho en ser difundida por todos los medios de comunicación, ya que ahora esa era la noticia que estaba saliendo en televisión. Luego Blake me mandó un mensaje preguntándome por lo mismo, así que, sabía que esto probablemente podría llegar a ponerse mucho peor si es que no nos movemos con prisa.

Salgo de la estación de policías y me dirijo rápidamente hacia mi auto negro. Solo esperaba a que los reporteros no estuviesen esperando con sus cámaras afuera del cementerio. Enciendo el auto tan rápido como puedo y comienzo a conducir hasta llegar al lugar.

Demoro unos cuantos minutos en llegar al cementerio, pero al final llego. Bajo de mi auto y me apresuro en caminar hacia la puerta. Atrás de mí llegaron el equipo de forenses que había pedido para este momento, así que los esperé y todos juntos entramos al lugar.

No hubo necesidad de preguntar dónde fue que había sido el robo de cadáveres, ya que la aglomeración en cierto punto de todo el cementerio nos lo decía con bastante claridad. Los lugares de los hechos estaba infestado de reporteros que no dejaban de hablar con los familiares y el dueño del cementerio; pero tan pronto como un reportero nos observó, dejó a la persona que estaba entrevistando para llegar a mí.

—Señor oficial...

—No rendiré declaraciones —dije serio.

—¿Por qué fue que los ataúdes fueron robados? ¿Quiénes son estos ladrones? —Pregunta una mujer rubia y de cara arrugada.

—Déjeme hacer mi trabajo.

Finalmente, los vigilantes del cementerio llegaron para llevarse a todas las personas presentes muy lejos de donde estábamos. Al fin podría hacer mi trabajo.

Al principio no veía absolutamente nada raro en la tumba de Kim Yeon-woo. Habían muchas pisadas marcadas cerca de la tierra, pero justo ahora han habido muchas personas que es imposible descifrar quien o quienes habían sido; por eso lo dejé de lado y me fijé adentro del hueco, en donde se suponía que debía estar el ataúd.

Los forenses comenzaron a fotografiar la escena del crimen. Por mi parte, observé que en las esquinas de la tumba había unas marcas de pisadas. Desde donde yo estaba mirando, deducía que los zapatos pudieron ser unas botas militares americanas de talla 42; pero necesitaba mirar más de cerca para confirmar mi suposición.

Rápidamente ordené unos protectores para mis zapatos. También pedí la compañía de uno de los forenses para que me ayudaran a fotografiar esas pisadas. Con ayuda de unas escaleras, bajamos hasta el fondo de la tumba.

—Toma foto de estas pisadas. Que salga lo más nítido posible —ordené.

Mientras el forense fotografiaba las pisadas de la parte inferior de la tumba, yo me puse a analizar las pisadas de la parte superior. Estas eran las que yo había dicho: Botas militar americanas, talla 45.

No sabía quién pudo haber sido. No creo que ninguno de los chicos del equipo de basquet pudieran medir esa talla de zapatos; solo una persona bastante alta —como de casi dos metros de estatura— puede medir esa talla.

Así que, no, no puedo decir quienes pudieron estar aquí.

—Agente Jeon —me llama Do Gahyeon, la forense—. Mire esto.

Doy media vuelta para mirar lo que ella me quiere mostrar y veo que está barriendo un poco de tierra con una brocha. No sé qué es lo que quiere lograr con esto; y estoy a punto de preguntárselo hasta que finalmente veo que una hoja de papel parecida al papel de los periódicos se va asomando entre la tierra.

—¡Necesito guantes! —Le pido a las personas que están arriba. Pero la que finalmente me da los guantes es Gahyeon.

Ella misma va desdoblando el papel bajo mi orden mientras que yo me iba colocando los guante de látex.

La nota no decía mucho, solo era como el juego de “Ahorcados”. En el lateral izquierdo estaba dibujado una horca mientras que en el lado derecho tenía diez pequeñas rayas dibujadas y la frase que formaba era la siguiente:

«Yo_ will di_»

«You will die»

—Hay algo escrito aquí atrás —digo, arrebatando el papel de las manos de Gahyeon—. Son los nombres de los desaparecidos.

Para este punto, esta pista estaba siendo todo un enigma, ya que las letras iniciales de los nombres no coinciden con la frase escrita; y, a parte, faltaba dos letras, aunque la frase sea clara. Supe que yo no iba a poder solo, por lo que esto tendría que discutirlo con los demás para saber qué se les ocurre.

Rápidamente, pido que me suban otra vez. Uno de los trabajadores del cementerio me alcanza otra vez la escalera y logro subir con rapidez.

Antes de irme, dejo a cargo a uno de mis forenses de confianza seguir con la investigación en lo que yo regresaba al departamento de homicidios.

***

—¿Ustedes qué dicen? —les pregunto a mi grupo luego de explicarles lo que había encontrado en el cementerio—. Si no le ponemos fin a esto nosotros mismo, entonces tendremos que llevar este caso a otra clasificación que sería intento de terrorismo.

—No puede ser terrorismo. Todavía no llega a ese nivel —replica Namjoon con cierto deje de cansancio—. Lo que tenemos aquí es a un grupo de asesinos seriales con una mente retorcida y con sed de venganza... ¿Hacia qué? No lo sabemos. Pero si fuesen terroristas, te aseguro que no estarían dejando estúpidas pistas como estas.

—Puede que hayan más personas desaparecidas. —Tercia Mireu, seria—. Nosotros solo sabemos de cinco personas. ¿Quién nos asegura que no hayan más personas? “You will die” es una oración larga... Si lo vemos en el punto de las letras, obviamente.

—La Y puede ser de Kim Yeon-woo —dice Jook-hyung mientras juega con los extremos de su lápiz.

—La W de Woosik —añade Seokjin.

—La L de Lee Hyun-joo —habla Mireu.

—I de Im Ha-kyung. —Alza su mano Namjoon para participar. Como si esto fuera un salón de clases y yo ejerciera el cargo de profesor.

Mientra que ellos siguen discutiendo por las siguientes letras y a los nombres a los cuales podría pertenecer, yo voy escribiendo todo lo que ellos me habían estado diciendo. En total, ya íbamos cuatro letras de diez que son, al menos es un avance.

—Jungkook —Mireu me llama para que la mire—. Dinos los nombres de todos los que han muerto hasta ahora. Por cierto, la D es de Do Mi-yeon.

Vamos cinco letras. Falta la mitad.

—Oigan —dice Joo-kyung, confundida—. Esto es como el juego de «Ahorcados», ¿No?

—Así parece —contesto.

—Entonces si es así, las letras que se repiten solo se dice una vez. En este caso sería la I y la L. —Namjoon asiente para darle la razón. Igualmente yo me acuerdo de las reglas del juego, y efectivamente, las letras que se repiten sólo se decían una vez—. Falta las vocales O, U y E.

—Jungkook, la lista de todos los fallecidos —repite Mireu.

—Ya voy —replico—. A ver, están: Son Sunhee, la principal de todo este caso; Son Nina y la madre de Sunhee, Ryu Gari, quienes fueron rehénes; Kim Yi-seul, aventada al Río Han; Lee Hyun-joo, hallada muerta en el Seoul Forest Park; el sadismo en el hotel Jong-no Hello, donde murieron: Kim Yeon-woo, Park Da-som, Joo Seung-ri, Oh Sophy y Lim Chaeyoul —les voy diciendo. Realmente es increíble que me acuerde de todos los nombres—. Y luego está el intento de homicidio a Hong Jang-suk en la Universidad de Sogang.

—Oh Sophy —repite Mireu—. Ahí está la O. ¿De su tumba no se sabe nada?

—Me pareció haber escuchado por Blake que la cremaron —le respondo. Mire tuerce los ojos y ladea su cabeza.

—Me parece muy extraño que escojan este juego para dar una pista de lo que está sucediendo con los desaparecidos. —Opina Namjoon con sus piernas cruzadas—. Puede que estemos yendo por buen camino, o puede que no. Lo que más me llama la atención de esta nota es la horca, ¿Por qué ponerla?

—Porque es parte del juego —le dice Seokjin.

—¿Y cómo me explicas la persona dibujada en la horca, que claramente no está colgada por el cielo sino por sus piernas? —Reitera Namjoon—. A mí me parece extraño.

—¿Y si se trata de un robo y secuestro a personas que tengan de inicial esas letras? —Joo-kyung tercia asombrada y salta de su asiento. Se forma una sonrisa de lado en su rostro antes de tomar mi lugar y ordenarme a sentarme con los demás—. La frase es obvia, faltan las letras U y E; letras que son casi difíciles de conseguir en un nombre que inicien con estas. Por eso dibujaron el muñeco.

—Tiene sentido —le dice Mireu con sus labios abultados—. Pero ahora la cosa es encontrar el lugar donde tienen secuestrados a los desaparecidos.

Me pongo a pensar en los posibles lugares en los que pueden estar los cadáveres y los secuestrados con todo esto que hemos avanzado. Lo primero que se me cruzó en mente es que, siguiendo este juego, las letras E y U son las iniciales del lugar en donde están y una posible víctima más; ya que este era el único rastro que ahora seguimos. Lo segundo fue que deben de estar oculto en una casa abandonado, o hasta en un contenedor quizá; sin embargo, esta idea no termina de desarrollarse muy bien en mi cabeza porque inmediatamente pienso en Park Samuel y sus creencias satánicas.

No tardo en mostrar una sonrisa de lado mientras tengo mi mirada perdida entre mis portafolios y María Antonieta. Rápidamente los chicos me miran como si se me hubiese ocurrido algo que nos ayude.

—No estoy pensando absolutamente en nada que sea con el caso —les digo en primera instancia. Me levanto de mi asiento y me dirijo a mis cráneos de adorno. Tomo cráneo de María Antonieta y reparo en la mirada de ellos—. Solo me acordé de Park Samuel, el chico satánico.

—¿Satánico? —Pregunta Seokjin sin creérselo. María Antonieta asiente en respuesta mía y Seokjin ladea su cabeza rápidamente—. ¿A qué te refieres con satánico?

—Que cree en la magia oscura como en los rituales. Cree en el demonio y le venera.

—¿Dijiste Park Samuel? —Mireu frunce su ceño—. He escuchado, por parte de mis abuelos, que hubo una familia Park en el siglo XVI en donde todas las mujeres eran brujas y los hombres eran una especie de hechiceros y practicantes de la magia vudú.

—¿Cómo sabían eso?

—Mi abuelo era historiador, y mi abuela era médium —Mireu encoje sus hombros—. Con esto no quiero decir que el chico sea un hechicero, porque de ahí tendríamos que sacudir todo su árbol genealógico. Simplemente me pareció una gran coincidencia.

Como ya había dicho anteriormente, las coincidencias no existen en casos como estos. Todo está relacionado por un hilo invisible. Ser agente policial es básicamente esto, hallar el punto de inicio y el punto final de toda la historia; durante este seguimiento descubrimos a los culpables, testigos, lugares de los hechos y las razones del asesino para matar a su víctima.

Dejo a María Antonieta en su lugar y voy hasta la silla de mi escritorio. Necesito investigar un poco de la familia Park en el siglo XVI.

—Ya pueden irse si quieren —les digo a los demás sin regresar a mirarlos—. Yo voy a trabajar.

—Si encuentras algo más, avísanos. —Contesta Seokjin—. Nosotros seguiremos por nuestra cuenta.

Cuando los chicos abrieron la puerta, oí que Mireu había bufado antes de decirle a alguien que se moviera. Luego, Joo-kyung fue la que me avisó quién había llegado a verme.

—Jungkook, tu novia llegó.

Alzo mi mirada a la misma vez que Blake le estaba aclarando a Joo-kyung y a los demás que no éramos nada.

—Hola —me saluda mientras se va acercando tímidamente a mí. Sonrío de lado antes de reparar en la mirada de los otros.

—Ya pueden salir. —Les ordenó neutral.

—Qué bueno que otra vez hayan hecho las pases —Fue lo último que dijo Namjoon antes de ser el primero en irse. Luego, Joo-kyung y Seokjin decidieron irse a otro lado.

—¿Tienes mucho trabajo? —Inquiere Blake.

—¿Has visto las noticias? —Asiente—. Bueno, eso ya responde tu pregunta.

Blake se sienta detrás de mí escritorio, de modo que queda frente a mí. Ella saca su celular para distraerse, lo cuál es señal para mí que ya no volvería hablar más para que siguiese trabajando.

En Google comienzo a buscar sobre algún tipo de brujas en el Corea del siglo XVI. Los resultados varían entre informes de investigación sobre los mitos que habían, otros eran de páginas paranormales que, desde lejos, se veía que lo que exponía era totalmente falso y fantasioso. Seguí bajando en la búsqueda hasta que finalmente di con un retrato de una familia de catorce integrantes y al lado la fotografía de una niña de no más de cuatro años.

El título que llevaba esta era el siguiente: «¿Cuál es la historia que está detrás del Campo Samag? Aquí te contamos la historia de la familia Park y la niña Baek Soo-yeon».

Oprimo en el título de esa página y comienzo a leer lo que cuenta:

A inicios de los años 70, nativos del campo de Samag comenzaron a hablar sobre las "malas sensaciones" que les brindaba aquel lugar.

Los más ancianos mencionaban haber visto llegar brujas y hacer bailes extraños en sus tierras, los más jóvenes prometían sentir espíritus y voces distorsionadas al entrar a lo profundo del campo. Los ganados de las pocas familias que habitaban en el lugar manifestaban que sus animales extrañamente se enfermaba hasta morir luego de pastorear por el terreno maldito.

Las creencias de un lugar embrujado no pararon de crecer, incluso se hizo una débil barrera con troncos para que los más pequeños de la comunidad no estuvieran expuestos a aquel lugar maldito. No obstante, nada parecía poner seguro a los habitantes de esa zona y que el gobierno había olvidado desde que los rumores llegaron hasta la ciudad.

Sin embargo, Choi Ji-won, una famosa médium, decidió que iría a visitar el lugar y hablaría con los espíritus, conocería su historia y podría divulgarla.

Fue noticia nacional, Choi Ji-won entraría a lo profundo del bosque y saldría con noticias que podrían calmar los nervios de la población. Sin embargo, la médium sí entró, pero nunca salió.

Todos les tuvieron terror a esa parte del campo. Los poblados más cercanos hicieron lo posible para alejarse. Aunque cada vez que se movían, el campo parecía estar incluso más cerca.

Los niños curiosos, aún se acercaban a la barrera y decían escuchar al médium, otros decían sentir una corriente helada de aire.

Sin embargo, la mayor noticia de la situación se dio cuando una pequeña de nombre Baek Soo-yeon entró y logró salir. Al parecer era lo suficientemente pequeña para pasar por debajo de la barrera y tenía mucha curiosidad por ver lo que tantos temían. Volvió; pero sus ojos no brillaban, sus labios eran tan pálidos cómo el papel y se la pasaba llorando. Cuando trataban de hablar con ella, solo lloraba y gritaba oraciones sin sentido.

Murió al poco tiempo. Parecían causas naturales: un paro cardíaco. Pero cuando un chamán se acercó a su cuerpo sin vida, se largó a llorar de inmediato. Sus vibras negativas eran extremadamente fuertes y no podían enterrarla cerca. Finalmente la sepultaron debajo de la barrera lo más rápido posible y se prohibió rotundamente acercarse al lugar.

Para entender el origen de la maldición del campo Samag, los historiadores tuvieron que remontarse al siglo XVI, cuando Corea estaba sufriendo las invasiones de los japoneses.

Lim Junho, historiador nacional, nos regaló una entrevista para explicarnos la historia de una familia coreana que fue una de las primeras en habitar el campo de Samag en aquellos siglos. Esta familia llevaba el apellido Park, integrada por Park Soo-ho y Chae Ah-ro, padres de doce hijos.

“La familia Park se podría describir en tres palabras: Hijos del diablo. Las mujeres Park estaban destinadas a ser brujas, algunas con poderes benignos y otras con poderes malignos; los hombres Park, eran muy pocos quienes adquirían poderes como el de las brujas, pero sí habían uno que otro hechicero que se encargaba de hacer los rituales a su creador.” Manifiesta Lim Junho.

Ningún historiador pudo dar con el verdadero origen de la magia en la familia Park, todavía es un misterio que resolver hasta nuestra actualidad. No obstante, Lim Junho y otros historiadores nacionales coinciden que la magia negra se liberó de los descendientes Park cuando, en 1579, el rey de la dinastía de Joseon mandó a la horca a todos los descendientes de la familia Park, incluyendo a los recién nacidos.

“Actualmente, el apellido Park es muy conocido. Muy pocos saben la oscura historia que lleva este apellido; sin embargo, se estima que ningún Park sea descendiente de Park Soo-ho y Chae Ah-ro. Hay un rumor popular que rondaba por los XVII y XVIII, en donde se decía que luego de la horca de toda la familia Park, el rey Seonjo designó a algunas familias de Joseon a cambiar su apellido por el Park; las familias temían ante el apellido Park, pero luego fueron bendecidas por un sacerdote para que tuvieran más calma de que ninguna magia negra iba a acabar con sus vidas.” Aclara el historiador Lim Junho.

Actualmente, el campo Samag se encuentra muy lejos de la ciudad de Seúl. Está prohibido la estancia de pobladores en aquel territorio, pero igualmente es parte de la geografía de Corea del Sur.

Luego de leer todo el informe, me quedaron algunas preguntas sin resolver y una duda que debía de aclarar cuanto antes. Pero para esto, desgraciadamente, necesitaría la ayuda y cooperación de Lim Mireu.

—¿Qué pasa, Tokki? —Pregunta Blake.

—Por primera vez, voy a tener que trabajar con Mireu —le contesto con pesadez.

*****

No se suponía que el capítulo estaría divido en dos partes, pero para que no se haga tan largo y aburrido para ustedes, voy a tener que hacerlo de esta manera.

Esperen por la segunda parte ✌🏻

Pd. Toda la historia de las brujas es inventada, no vayan a pensar que es real :]

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