D i e c i s é i s
«Tienes que venir»
«Necesito verte»
«Es urgente, ven»
«Tengo que hablar contigo»
«¿Ahora me vas a evitar?»
«En visto, otra vez»
«¿Al menos estás con vida?»
«No puedo entrar a tu casa»
Todas y otras frases más son las que llenaban mi buzón de mensajes luego de las insistentes llamadas de Jungkook. También contando los mensajes que me ha escrito algunas veces, cada una de ellas eran verdad.
Hasta mis seguidores de instagram estaban comentando en mis fotos preguntándome si estaba bien, ya que les parece raro que me haya desconectado de mis redes por dos semanas completas. Fue un largo tiempo en donde solo abría los mensajes de Jungkook y no le respondía.
La razón por la cual me he resguardo en cuatro paredes era bastante obvia como para explicarla tan detalladamente. Sentía mucho miedo de enfrentarme a Jungkook y no saber qué responder si él me llegaba a preguntar por Yoongi, estaba segura que su mirada tan intensa me haría hablar tan pronto me viera actuando de una manera distinta a las otra veces.
Es por ello que en la media mañana, luego de acabar mis clases, decidí ir a caminar un poco, algunos dicen que es un buen método para pensar las cosas y no sentirse tan agobiados. El clima de Seúl se sentía un poco frío apesar de que el cielo te mostraba el sol más radiante que ha aparecido en estos últimos días, las calles habían estado un poco vacías y con la mayoría de personas trotando o paseando a sus mascotas. La caminata la sentí pacífica, no podía describirla de otra manera; cuando iba regresando a casa, compré un sandwich y un café que tenía planeado tomármelo durante todo el camino.
Finalmente cuando llegué al edificio y ya estaba dentro del elevador, me puse a pensar si es que la caminata había tenido un efecto en mí. La verdad es que todavía me sigue angustiando que Yoongi se haya ido de Seúl, ni siquiera me dio una pista a dónde se iría; Jungkook también estaba en mis pensamientos, dramatizar situaciones que todavía no pasan elevaban mis latidos del corazón y hacían que sudara frío; sin embargo, apesar de todo, mi actitud cambió un 36% de la actitud que había tenido antes de salir de casa.
Suspiré con pocas ganas ante de que el ascensor abriera sus puertas en el octavo piso del edificio. Salgo sin dejar de mirar al suelo y voy hacia la puerta de mi departamento a la misma vez que le doy otro sorbo a mi café; sin embargo, unos zapatos negros muy bien lustrados llaman mi atención estando a unos pocos centímetros de mi departamento. Maldita sea la hora en la que levanté mi vista para encontrarme a Jungkook cruzado de brazos y con su gesto más serio de lo que ya podía ser.
—Al menos estás viva —dice murmurando. Tuerzo mis ojos por su mal comentario y paso de él sin decirle nada—. ¿Sabes? Es extraño que no hayas contestado mis mensajes y llamadas durante todo este tiempo cuando tú eres tan adicta a tu celular.
Inserto la clave de seguridad sin que Jungkook la vea e inmediatamente la puerta se abre por obra de magia. Intento cerrarla antes de que Jeon también entre a mi casa, pero él bloquea la puerta con su pie y logra pasar. Él mismo se encarga de cerrarla mientras que yo me dirijo a la cocina por un vaso de agua helada.
—No soy un puto fantasma, Blake —insiste al darse cuenta que lo estoy evitando—. Han sido dos semanas.
No vuelvo a responderle y sigo con lo mío. Por dentro estoy tratando de no perder esa calma que me costó encontrar en aquella caminata de hace minutos, pero Jungkook y sus palabras insistentes no me la dejaban tan fácil. Un secreto no podía ser tan difícil de guardar, ¿por qué ahora me afecta de sobremanera?
Claro, yo soy la chica chismosa que sabe de todos los que lo rodean. Hasta puedo decir que me sé la vida de todos mis vecinos por los rumores que se escuchaban por los pasillos.
Mis pensamientos vuelven a lo que está pasando luego de que Jungkook me haya acorralado en la esquina de mi cocina. Mi cintura estaba fijamente pegada en los reposteros inferiores del lugar, los brazos de Jungkook estaban a mis costados mientras que su mirada tan penetrante y ese gesto fruncido aparecía repentinamente en su rostro. Intento alejarme, de verdad lo intenté, pero cuando quise escabullirme por debajo de sus brazos, las cosas empeoraron para mí y logro que Jungkook tome mi cintura con posesión y evite dejarme ir sentándose sobre el mesón de granizo de la cocina.
—No intentes burlarte de mi paciencia —gruñe, anclando sus ojos con los míos—. ¿Qué es lo que te sucede?
— ¿Tú preguntándome qué me sucede? —encojo mis hombro sin decir mucho más hasta poco después de unos segundos—. Es es realmente nuevo.
— ¿Por qué me evitas?
Toda esa inocencia y confianza que traté de mostrar, se esfumó tan rápido de mis gestos cuando recuerdo la vez en la que Yoongi volvió para despedirse. Increíblemente encontró un bus hacia otra parte de Corea ese mismo día que dijo que se iría de Seúl, el rostro de Yoongi no mostraba ni un sentimiento emotivo, solo frialdad; y ese mismo gesto sigue grabado en mi cabeza a la misma vez que repite las palabras de despedida de él. En ese momento me sentí tan triste por dejar ir al que es mi prometido por una acusación de homicidio, pero ahora siento todo mi cuerpo arder por el enojo que he estado tratando de ocultar.
Miro a Jungkook con el ceño fruncido y empiezo a golpear su pecho para que me diera espacio de huir de él.
— ¡Quiero que te largues! —vocifero si dejar de golpearlo—. ¡Solo estás jodiendo mi vida!
Jungkook se hace a un lado para dejar de recibir mis puñetazos y aprovecho en bajarme del mesón para ir hacia mi habitación y encerrarme. Sin embargo, Jungkook no se rinde tan fácilmente y vuelve a ir detrás de mí para apresar mi muñeca derecha y estamparme en la pared del pasadizo, mi cabeza choca contra esta y rápidamente experimento un fuerte dolor de cabeza.
—Lo siento por eso —dice Jungkook antes de soltarme. Ambos nos miramos enojados, ya no había ni una pizca de amabilidad entre nosotros; él suspira exasperado antes de volver a hablar—. ¿Eso piensas? ¿Que te esto jodiendo la vida?
—Si no es así, ¿entonces qué es? —replico.
—Tú aceptaste estar conmigo en esto —responde entre dientes. Su dedo índice me señala antes de golpear contra el centro de mi pecho—. Tú firmaste ese contrato, he tratado de ser bueno contigo...
— ¿Bueno? —repito esa palabra antes de bufar—. ¡¿Tú cuándo has sido bueno conmigo?!
Jungkook se queda en silencio y parece meditar mi pregunta. Su gesto cambia a una más neutra y pensativa.
—Nunca —me apresuro en responder por él—. Todo lo que has hecho es joderme. Y también me manipulaste.
Jungkook abre sus ojos fingiendo sorpresa. Sabía que se estaba burlando de mí, nunca me toma en serio y más parece que soy un objeto más que lo rodea.
—Eres un maldito psicópata. —Farfullo cansada.
Él asiente antes de separarse de mí y caminar en dirección a mi sala. Voy detrás suyo, Jungkook toma asiento en uno de mis sillones antes de recargar sus codos sobre sus muslos y rascarse el puente de su nariz.
Parece que está buscando calmarse, porque hasta el momento no me ha dicho absolutamente nada. Camino hacia su lado y me siento en otro sillón que queda en diagonal a él, ambos nos quedamos en silencio por unos largos segundos hasta que Jungkook ríe sin motivo alguno.
—Dices que no he sido bueno —musita—, pero esa vez te creí. Te creo.
Ahora soy yo la que frunce el ceño por no entender a lo que se estaba refiriendo. No recuerdo ni un solo momento en donde Jungkook haya sido bueno conmigo y me haya creído en algo que he dicho, casi todas las veces en las que yo decía algo, él terminaba subestimándome.
—Aquel domingo, cuando te llamé para tu interrogatorio —dice al ver mi rostro y entender mi gesto—. ¿Sabes? Si hubieses sido otra persona, créeme que ahora mismo estarías siendo investigada. Pero te creí porque, a parte de serías incapaz de realizar tal acto, había algo en ti que hizo que empatizara contigo y creyera en tus palabras.
Mi casa se queda en silencio, no se escucha absolutamente nada. Ambos nos miramos fijamente antes de que Jungkook se levante del sillón y camine hacia la puerta de entrada de mi departamento.
—Supongo que estoy haciendo mal en bajar la guardia contigo, ¿verdad? —habla sin muchas ganas. Toma la perilla de la puerta y me regala una última mirada antes de volver a decirme algo—: Si tanto te jodo, estás libre a partir de ahora. Ya no volveré a buscarte.
Recibo una sonrisa fingida por parte de él antes de que cruzara la puerta del departamento y la cerrara con fuerza.
Medito por varios minutos todo lo que acababa de suceder, todo pasó tan rápido que no me dio tiempo ni de analizar muy bien las palabras de Jungkook. Todavía no podía creer que él me haya dado la razón y ahora se haya ido de mi vida; pensé que iba a ser un poco más difícil el hecho de querer ganar enfrente de Jungkook, pero todo terminó siendo muy distinto. Y eso no me gustaba.
¿Cómo se le ocurre dejarme con las palabras en la boca y tomar una decisión que nos compete a ambos?
Me levanto iracunda del sillón en donde me había sentado y voy dando largos pasos hasta llegar a la puerta del elevador. Por suerte Jungkook todavía no se había ido y eso me daba la oportunidad de enfrentarlo como se debía, y de paso darle una bofetada en su mejilla.
— ¿Y ahora qué? —dice antes de recibir mi último golpe.
—Eres un maldito manipulador. No sabes cuánto te odio —replico entre dientes.
Las puertas del elevador se abren y arrastro a Jungkook conmigo para entrar a ese pequeño espacio. Hago el esfuerzo de no mirarlo y presionar el botón que nos llevaría al primer piso; sin embargo, escucho una risa de su parte que hace que se me hierva la sangre, mi mirada fulminante hace que se detenga y volvamos a lo mismo de antes.
—Decías que te jodía la vida, ¿qué estás haciendo?
—Solo cállate —suspiro. Algunos de mis mechones los arreglo detrás de mí oreja antes de cruzarme de brazos—. No quiero que me digas nada, todavía continúo molesta.
Y así como se lo pedí, Jungkook no me dijo absolutamente nada en ese tiempo que estuvimos en el ascensor. Me llevó hasta donde estaba su auto para irnos directo hacia la estación de policías.
O eso es lo que yo había creído.
Tomó un desvío que nos llevó directamente al bosque que quedaba casi a las afueras de la ciudad. Ahí no habían casi nada de casas, era un lugar totalmente natural, vacío y un poco tenue. No comprendo qué es lo que estábamos haciendo justo ahí.
A los lejos puedo ver a Joo-kyun y a Namjoon hincados cerca del tronco de un pino. Taehyung también estaba en ese lugar guiando a un grupo de policías a inspeccionar por la zona.
— ¿Qué hacemos aquí? —le pregunto a Jungkook.
—La amiga de Yi-seul desapareció. Su madre nos dijo que ella siempre concurría a ir a este bosque para tener un momento a solas, pero ¡oh, sorpresa! Ella no llegó a su casa —responde tratando de no ser tan específico como otra veces.
— ¿Desde cuándo...
—Dijiste que no te hablara —contesta tajante—, si quieres saber más de lo que sucedió en estas dos semanas que no respondías a mis llamadas, dile a alguien más que te cuente el chisme completo.
Jungkook se va tan decidido a darme una lección por la forma en cómo lo había tratado hace un rato. Gruño para mí misma antes de irme a apoyar en el tronco de un árbol y observar a los profesionales en acción. Tal vez ya puedo decir que esto de los asesinatos e investigaciones policíacas ya se está haciendo una costumbre en mi vida, es decir, creo que hasta puedo decir que me sé los procedimientos que los policías siguen para cada escena del crimen: los forenses intentan sacar la mayor cantidad de pistas que puedan obtener en el lugar mientras que los policías inspeccionan el área, luego se buscan los sospechosos y posibles autores del crimen, y el cadáver es llevado a la morgue para que la familia reclame el cuerpo o se les haga una autopsia si la causa de su muerte no parece ser tan obvia.
Algunas ramas y hojas secas que estaban esparcidas por todo el húmedo suelo del bosque, hicieron que notara la presencia de Taehyung a mi lado. Él siempre andaba con una sonrisa de oreja a oreja para todo el que se le cruzara, salvo en esos días en donde permanece serio por extrañas razones que nunca se atreve a contar. Ambos nos miramos por unos cuantos segundos antes de que él comience a hablarme.
—Hace mucho que no te veía cerca de Jungkook —dice bromeando.
—Quise descansar de él y de toda esta mierda que parece nunca acabar —contesto con el ceño fruncido. Mis brazos se cruzan luego de un par de segundos—. Además, ahora ando distanciada de él, por eso ahora no lo ves a mi lado.
— ¿Problemas de pareja? —inquiero sonriendo. Ya sabía que se trataba de una simple broma, pero aún así me hizo sentir algo melancólica.
Lo fulmino con la mirada sin siquiera seguirle el chiste. A los pocos segundos, él se disculpa y vemos a todas esas personas que están a nuestro alrededor. Una policía lo llama y se va tan rápido como puede, disculpándose una vez más conmigo por dejarme sola.
Yo vuelvo a deambular mi mirada de un lado a otro hasta que veo hacia ese árbol en donde Namjoon y Joo-kyun habían estado arrodillados hace un par de minutos. Dos policías con cargos menores que ellos estaban sosteniendo dos palas para excavar en aquel punto que les pareció llamar la atención.
Otros policías también se animan a apoyar en la excavación hasta que finalmente Joo-kyun parece haber visto algo. Saca su intercomunicador del bolsillo de su blazer y mira de un lado a otro muy al pendiente de ver a los demás trabajar.
— ¡¡Detective Jeon!! —De pronto se escucha la voz de Taehyung gritando el nombre de Jungkook.
El nombrado aparece tan pronto como pudo y se acercó a su colega. Los policías que ayudaron en la búsqueda, se acercan a él para inspeccionar aquella bolsa negra de plástico que habían encontrado. De esta sacaron un impermeable color amarillo con capucha, todos se miran entre ellos. Jungkook tensa sus gestos y vuelve a guardar aquella prenda de vestir en la misma bolsa.
— ¡Todos busquen a Lee Hyun-joo! —ordena Jungkook con una voz grave—. ¡No podemos malgastar otro día en lo mismo, cada segundo cuenta! ¡Recuerden, vestía un impermeable amarillo con capucha, una falda jean junto con una blusa blanca y unas botas de goma amarillas!
No sé si soy la única de aquí que piensa que probablemente Hyun-joo ya debe de estar sin vida. Me parece muy extraño que, de todo el perímetro del bosque, hayan encontrado una sola prenda de la desaparecida y que esta misma no haya aparecido en el mismo lugar en el que se encontró su prenda de vestir.
Conecto mi mirada con la de Jungkook antes de que él vuelva a irse por otro lado del bosque.
No pasa mucho desde esa pequeña interacción con Jungkook cuando escucho el zumbido de mi celular dentro de mi cartera pequeña. Lo saco para ver de qué se trataba y veo que eran unos mensajes de Yoongi después de mucho tiempo.
Amor ♡
Estoy en Daejeon
13:12 p.m.
Si no te sientes segura en Seúl, dímelo y te pagaré un boleto a Daejeon.
13:12 p.m.
Cuídate mucho 🖤
13:12 p.m.
La idea de escapar al mismo lugar en dónde está Yoongi, sonaba bastante tentadora; sin embargo, si ya de por sí tengo la mirada penetrante de Jungkook sobre mí, no quiero ni imaginarme cómo sería si es que yo llegase a desaparecer.
Levanto mi mirada hacia el frente una vez más y vuelvo a observar que Jungkook había regresado a mirarme cuando yo había estado distraída. Respondo los mensajes de Yoongi con un “Lo pensaré” antes de abandonar la conversación y dirigirme a otra parte del bosque en donde los mosquitos no estén comiéndose la muñeca d emi mano.
Más tarde, Joo-kyun y Namjoon sacan algo de lo más profundo del hueco que han hecho cerca del pino. Ambos extraen una maleta de equipaje negra, Jungkook vuelve a intervenir en aquel lugar y él se encarga de dar la orden de abrir la maleta.
Por mi parte, siento bastante curiosidad de saber qué es lo que estaba escondido en esa maleta, y desde dond eyo estaba no sé veía mucho. Casi no se veía eso que hacía gritar y asombrar a todos los presentes por igual; es por ello que intento acercarme a ese pequeño círculo que habían formado, pero justo en ese momento, mis tacos se atoran en un pequeño desnivel de la tierra que no se veía por las hojas y ramas que la cubrían. No obstante, mis manos llegan a caer sobre el suelo y ahí siento algo más sólido como para considerarse una rama o una hoja muy grande.
Con mis manos me atrevo a averiguar qué es y descubrí que se trataba de una brújula que marcaba hacia el norte. Vuelvo a buscar con la mirada a Jungkook y veo que este se encuentra bastante ocupado sosteniendo las mascaras de unos payasos, también encontraron un overol de color rojo en donde metían las armas de manera sigilosa.
— ¡¡Jungkook!! —Grito con todas mis fuerzas para que él logre oírme.
Él deja las máscaras de los payasos a cargo de Namjoon y Joo-kyun antes de acercarse a mí. También vienen otros detectives para recolectar aquella brújula y guardarla en un sobre de plástico.
— ¿Dónde la encontraste? —pregunta Jungkook.
—Me caí y justo mi mano la tocó. Señalaba al norte —señalo la gran colina de tierra que separaba el bosque natural del bosque que habían remodelado—. ¿Y si existe un “asesino de la brújula”?
— ¡Vayan hacia el norte y busquen a Hyun-joo! —ordena Jungkook antes de hacer su cabello hacia atrás.
Jungkook me toma de la muñeca para llevarme adentro de una patrulla envés de resguardarme en su auto. Ahora no entiendo lo que quiere hacer conmigo.
—No salgas —dice demandante.
—Pero yo... —intento defenderme, sin embargo la mano de Jungkook sobre mis labios me detiene.
—No salgas —repite antes de irse de nuevo al fondo del bosque.
****
Veo a todo mi equipo rodeando aquel puente pequeño hecho de madera de roble. Todos están ensimismados en lo que hay por ahí. Luego de que Blake haya encontrado esa brújula que marcaba al norte, todos pensamos que probablemente el cuerpo sin vida de Lee Hyun-joo se encontrara en esa dirección.
La desaparición de esa chica me había tomado por sorpresa. Si bien es cierto, ella misma presentía que alguien la seguía a todas partes y temía por su vida, y que nosotros nos hayamos encargado de rondar una patrulla por su casa cada tres días, jamás nos esperamos que ella desapareciera en medio del bosque más grande y temeroso —en donde a veces se realizan suicidios y prácticas satánicas— de todo Seúl. Ahora ya no me quedaba ni un rastro de esperanza de poder encontrarla viva, ya que todos nosotros hemos actuado muy lento y nos hemos demorado en ejecutar un plan bastante perfecto como para encontrarla.
Pero sólo bastó con que llegara Blake a la escena del crimen para darnos una pista más acertada de dónde es que podría estar ahora Lee Hyun-joo.
— ¡Aquí está! —exclama un chico de piel morena y ojos pequeños—. ¡Está debajo del puente!
Los auxiliares le alcanzan una soga a aquel chico que se metió al pequeño lago para sacar el cuerpo atorado entre las vigas del puente. Ellos mismos se encargan de jalar hasta que al fin todos podemos ver el cuerpo sin vida de aquella chica hipster.
Su piel estaba totalmente pálida por la bajas temperaturas que el agua de la laguna suele adoptar por las madrugadas. Sus labios estaban totalmente morados, casi negros. En su cabello podían verse algunos rastros de hielo formado por el frío, en sus cejas y pestañas también podían verse ese detalle blanquecino. Todo esto apuntaba a que ella ya llevaba varios días desaparecida, más de lo que nosotros hemos podido estimar con las declaraciones de la señora Lee.
Los médicos forenses se encargaron de recoger el cuerpo rígido de aquella chica y meterlo en la gran bolsa de plástico. Los demás policías siguieron inspeccionando la zona para ver si podían encontrar algo más que nos pueda servir de índice; pero por mi parte, sentí que mi día de trabajo había acabado. Lo demás lo podía solucionar en la oficina el lunes temprano.
Ahora debía de encargarme de otro asunto que me tiene muy inquieto: la repentina desaparición de Blake en mi vida.
En las dos semanas que ella no levantó su teléfono para contestarme las llamadas, sucedieron varias cosas, como la desaparición de Le Hyun-joo. También pude arrestar a mi primer cómplice en el caso de Yi-seul, y se trataba de un chico llamado Dan Sonhyung que era un jugador suplente del equipo de basquet. Otra cosa que sucedió fue que Jaesang había escapado de Seúl solo, esto era um total riesgo y temía que había sucedido lo mismo con Yoongi.
Y por supuesto mis sospechas incrementaron cuando Blake no respondía a mis mensajes y llamadas luego de aquel domingo en donde le demostré que ella tenía mi apoyo. Me sentí bastante defraudado, enojado y decepcionado de ella cuando se estaba ocultando de mí.
También me sentí impotente cuando fui por ella en la media mañana para traerla aquí. Blake era la segunda chica en la que he confiado y sentí un déjà vu cuando vi que ella se comportó de manera indiferente. Cuando la vi, había algo en ella que no me cuadraba en lo absoluto, esa mirada curiosa y temerosa frente a mi presencia en la puerta de su casa; ella me estaba ocultando algo. Y luego esa pelea sin sentido que ahora nos tiene tensos a ambos, estaba perdiendo esa esencia mía de poder descifrar a las personas con una sola mirada... O es que esto solo me pasaba con Blake.
Bien dicen que no debemos de creer en nadie tan fácilmente.
Llego a la patrulla en donde había dejado a Blake y abro su puerta. Ella se asusta por el ruido del seguro del auto, pero luego se le pasa cuando me ve y ambos nos dirigimos a mi auto para irnos de nuevo a su casa.
En el camino no nos dedicamos ni una sola mirada, todo el camino fue como en la ida en donde nadie hablaba por nuestro orgullo.
Cuando llegamos a su edificio, tomamos rápido el ascensor y nos dirigimos a su departamento. Ella se encargó de abrir la puerta de este, insertando el nuevo código de seguridad. La puerta se desbloquea y ambos pasamos, Blake deja que yo cierra la puerta.
— ¿Quieres un poco de agua? —Pregunta luego de cruzar la puerta de su cocina.
Voy detrás de ella sin responderle nada. La miro como si fuese mi presa y me coloco a su lado sin hacer cualquier movimiento, por el momento.
— ¿Sabías que Jaesang huyó de Seúl? —le digo como si a ella le fuera importar.
Inmediatamente puedo percibir ese parálisis suyo al escuchar la noticia. No se mueve por unos cuantos segundos antes de que regrese a verme, y otra vez estaba esa mirada que no me demostraba nada más que temor. Sus ojos marrones brillaban por la luz de su cocina y le daban ese toque de inocencia, con el que estaba combatiendo para no caer otra vez en esa mirada familiar.
Pasan segundos hasta que ella traga duro y alza sus cejas, fingiendo desinterés.
—No lo sabía —responde, yéndose lejos de mí.
Vuelvo a seguirla por su cocina que ella misma se acorrala entre mis brazos. Su espalda se va arqueando hacia atrás antes de poner sus manos en mi pecho para, aunque sea, todavía tener espacio entre nosotros.
—Estás cumpliendo lo que te pedí, ¿verdad? —Blake tarda en responder. Más parece estar ida en mis ojos—. Estás vigilando a Yoongi, como te lo pedí.
Ella asiente temerosa. Sus manos se aferran a mi camisa antes de soltarla y posar sus manos en el mesón de los reposteros.
Mi mano acaricia su mejilla lentamente. Blake vuelve a tragar saliva antes de temblar entre mis brazos.
—Buena niña —susurro estando muy cerca de ella.
La manipulación siempre funciona; pero todavía me falta volver a confiar en Blake.
****
Pero esa tensión que está creando Jungkook con Blake👀🔥... ¿Creen que él debería de tener cuidado si juega de esa manera?
Ojalá les haya gustado este nuevo capítulo luego del especial de navidad <3
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