C i n c u e n t a y c i n c o
Está bien si Jungkook es más feliz con Daeyeon y su bebé que conmigo.
Está bien si Jungkook quiere hacerse cargo de su bebé.
Está jodidamente bien si soy yo la que debe de hacerse a un lado.
Aquel día de la entrevista estuve muy distraída. Las preguntas que me hacían no eran de mi interés en responder pese a que estas estaban hechas con la finalidad de que el público me conociera mejor. Por suerte, el entrevistador no se tomó a mal mi comportamiento y paró la grabación para preguntarme si me sentía dispuesta a continuar con la entrevista. Tuve que posponerles para la siguiente semana, ya que sabía que en los siguientes estarían igual o peor que ese día.
Y pasó.
Giré una vez más la cuchara de té de plata alrededor de mi infusión. Era un miércoles por la madrugada, una semana después de haber entendido que Jungkook ahora solo quiere concentrarse en conocer a su hija. Me sentía bastante sola en mi casa, sentía el ambiente más frío y era terrible cuando despertaba en medio de la noche —como ahora— y extrañaba los abrazos de Jungkook en mi cama; la calefacción del departamento ya no era necesaria para mí desde que él empezó a dormir conmigo y ser él quien me proporcionara calor, pero ahora ni la calefacción podía cumplir con su función porque se había averiado. Por lo tanto, al no tener nada que volviese a hacerme dormir, lo único que me quedaba era beberme una infusión caliente; sin embargo, todo empieza a preocuparme cuando ya voy por mi cuarta taza, el sueño no viene a mí y ya falta muy poco para que amanezca —literalmente, mi reloj marcaba las 5:47 a.m.—. Era horrible que me hubiese acostumbrado a él en tan poco tiempo como para que ahora Jungkook sea el único el que pueda hacerme conciliar el sueño.
Camino por los pasillos de mi departamento, mirando las fotografías de Jungkook y yo que me había animado a colgar. A él también le gustaba aquel detalle, de vez en cuando lo había captado observándolas con detenimiento y luego sacar una minúscula sonrisa; una de sus favoritas era la fotografía que nos tomamos en el balcón del hotel en París, él salía con una pose seria mientras que yo estaba recostada de espaldas sobre su pecho con una sonrisa de lado. Me atrevo a mirar aquella imagen, me pregunto qué es lo que habría pensado Jungkook en ese momento, tal vez estaba conteniendo la sonrisa, o tal vez estaba pensando en que me apurarse para tomar la foto.
Desearía volver a esa semana en París. Todo había sido maravilloso, era feliz con él y no me había dado cuenta hasta ahora.
Horas más tarde, cuando ya mi celular marcaban las 8:23 a.m., me senté en un sillón individual para dibujar un poco. En la mesa de madera que se encontraba a mi izquierda, estaba mi taza de infusión solo por si me daba sed.
Me dije a mí misma que no pensaría en Jungkook —una promesa que me había hecho desde ese día después de mi cumpleaños—, pero, en realidad, no puedo evitarlo y necesitaba saber algo de él. Ahora pienso que la única que está mal aquí en este asunto, soy yo; porque Jungkook tiene todo el derecho de estar con Daeyeon y su bebé para pasar tiempo como la familia que son, Soo-hyun necesita mucho a su padre; es muy egoísta de mi parte enojarme por la decisión de Jungkook. Pero qué le costaba a él decirme que se la pasaría conociendo a su hija, porqué mentir diciendo que estaría ocupado trabajando cuando era mentira. No obstante, si un día llego a hablar las cosas —y a solucionarlas— con Jungkook, necesito tener un obsequio listo para su hija. Mucho mejor que el elefante de peluche. Y qué mejor obsequio que un vestido diseñado y hecho por mí. Solo para mostrarle que no estoy enojada con su hija, ella no tiene nada que ver en nuestros asuntos.
Pongo un poco de música romántica en mi celular y comienzo a hacer unos cuantos trazos sobre la hoja de mi sketchbook. Dibujo las facciones de Soo-hyun y de lo que me acuerdo de la contextura de su cuerpo. Inicio borrando unos trazos de las extremidades para llevar una guía de cómo iban a ser los tirantes del vestido. Estos iban a ser con botones de color blanco. El vestido no iba a ser tan pomposo, solo unas cuantas capas de poliéster para que le diera ese estilo vestido princesa y estaría bien. El vestido iba a ser totalmente blanco, o tal vez un blanco color champagne. En la parte superior me encargué de dibujar con detenimiento algunas piedras que vendrían siendo como brillos, algunos eran más grandes que otros; luego dibujé el cinturón del cinturón, este estaba decorado con flores sencillas de color rosa pastel; y finalmente llegaba la parte de la espalda. En esta parte me inspiré en el diseño del vestido que lleva Elsa de Frozen en la segunda película cuando se convierte en el quinto elemento. En mi mente creativa e innovadora, ese detalle de las gemas y el estilo de tela iba a quedar muy bien con resto del vestido.
Me detengo unos segundos para darle otro sorbo a mi infusión y continuar dibujando. Perfeccioné algunas otras cosas hasta que lo terminé. Lo miré con detenimiento para saber si este modelo de vestido llega a la talla de mis otros diseños.
Era la primera vez que hacía algo como esto, es decir, un vestido para una bebé, y debo mencionar que el resultado me gustó bastante. Ahora solo quedaba hacer este diseño realidad.
En la parte inferior izquierda del papel, escribí «Little Snowflake» como nombre de este vestido. Agarré mi celular y le tomé varias fotos al dibujo, luego las subiría a Instagram.
El hecho de haber estado dibujando por alrededor de una hora y algo más, provocó que tuviese apetito de algo dulce como un pastel de crepes. Además, logró que me tranquilizara y los pensamientos que antes me atormentaban se fueran por completo de mi mente. Recojo mis piernas hasta la altura de mi pecho mientras abro en mi celular un aplicativo de delivery para poder desayunar.
La cocina no era algo que realmente me fascine, si lo hago es solo por instinto de supervivencia. Sin embargo, hoy no había amanecido con tantas ganas de ensuciar platos y sartenes que luego tendría que lavar. Me iría por lo más práctico y perezoso y me pediría todo un desayuno con cosas que puedan llenarme todo el día.
Después de haber elegido y pedido mi comida, fui a lavar la única cosa que ensuciaría en este día tan aburrido: mi taza de té. No obstante, el forcejeo de la puerta llamó mi atención.
Tenía a una persona en mente, pero me era imposible creer que de verdad estuviese aquí. Por ello, dejé mi taza remojándose dentro del lavado antes de asomarme por la puerta y ver a Jungkook cargando a Soo-hyun.
La bebé tenía una vincha de flores blancas que resaltaba mucho con el color negro de su cabello. También llevaba un pequeño vestido floreado de color blanco y con los pies descalzos.
Por otro lado, Jungkook tenía puesto unos jeans mezclillas oscuros y una camisa de algodón de color negro. Los dos botones de arriba se encontraban desabotonados. Un poco más de la mitad de su cabello estaba peinado hacia el lado izquierdo, dejando una abertura entre el otro lado para que fuese visible su frente.
—¿Qué estás haciendo? —le pregunto ni bien entra a mi casa.
—Me robé a Soo-hyun —responde como si nada. Sabía que estaba siendo sarcástico, ya conocía ese tono de voz suyo—. Quise verte. Dime ridículo o mentiroso, pero te he extrañado.
Bueno, para extrañar a su novia ha demorado mucho tiempo en venirme a visitar.
Me cruzo de brazos y arqueo una de mis cejas mientras me voy acercando a ellos.
Jungkook también se va acercando a mí hasta que me tiene frente suyo. Aprovecha en hacer a un lado a la bebé y me da un espacio entre sus brazos para darme un beso que ni es tan rápido ni tan duradero. Sus labios encajan con los míos y se queda ahí un rato antes de intercalar su labio inferior con el mío para luego mordisquear levemente mi labio.
Era muy tarde para separarme y actuar de manera gélida con él, ya que ya había logrado su cometido; pero aun así lo hago y sigo con la misma pose de antes.
—Creí que con traer a Soo-hyun sería suficiente para que no siguieras molesta. —La bebé al escuchar su nombre, mira a su padre y pasa una de sus manos por su cara—. Ahora no, Soo.
—Sigo molesta porque mentiste, Jungkook.
—Sí, estuvo muy mal. Pero quiero que me respondas algo —Jungkook acomoda a Soo-hyun en su pecho antes de seguir hablando—: Si yo te decía que estaba con Daeyeon, ¿me hubieses seguido mandando mensajes o lo hubieses dejado así? La última vez que te lo dije no me respondiste más.
Sé claramente a qué vez se refiere Jungkook. Fue cuando me había dicho que estaba desayunando con Daeyeon y la bebé. Es verdad que me puse celosa y tuve envidia, pero no lo supe disimular y Jungkook terminó enterándose.
Respondiendo a su pregunta, tal vez sí hubiese actuado como la última vez; pero todo es mejor a que me esté mintiendo.
Así que, solo pude encoger mis hombros y dejar que Jungkook adivinara mi respuesta.
—¿No lo sabes o no lo quieres decir?
—¿A qué quieres llegar con esto? —Inquiero tratando de evadir la pregunta.
—A lo que quiero llegar es a ti. —Jungkook da un paso, seguro de sí mismo, con una sonrisa de lado.
Y como si esto se tratase de una maldita novela de la televisión, pude escuchar el sonido de cualquier canción romántica que utilizan esos programas para cerrar un momento al final del capítulo mientras que caen brillitos y la escena se va repitiendo una y otra vez con distintas tomas y distintos puntos de vista de la cámara.
Jungkook acerca una de sus manos a mi cabeza y empieza a acariciarme el cabello.
—Blake, eres muy importante en mi vida como para nunca estar lejos de ti, pero lamento mucho haberte hecho a un lado en estos días. —comienza a hablar y mi corazón solo bombea muy fuerte contra mi pecho. Mis ojos están en los de él, aquellos que ahora tienen un brillo único—. No fue mi intención. Te quiero.
Jungkook agranda un poco más esa sonrisa que trae en su rostro. Mis comisuras tiemblan un poco hasta que formo una sonrisa de lado que rápidamente desaparece.
—Estoy muy enamorado de ti como para repetirte una vez más, sin vergüenza alguna, que eres la única chica que ha conquistado a este hombre sin sentimientos —confiesa—. Si esto no significa para ti que lo nuestro es algo serio, entonces dime tú cómo puedo demostrártelo y pedirte que seas parte de mi familia.
—¿Q-Qué estás diciendo?
—Lo he estado hablando con Daeyeon y está de acuerdo, muy de acuerdo, en que tú, al ser mi novia, también seas parte de nuestra familia —parpadeo repetidas veces para que las lágrimas que tengo en los ojos se vayan. Vuelvo a sonreír y abrazo a Jungkook—. ¿Quieres ser la segunda madre de Soo?
—No sabes lo feliz que me haces —musito por lo bajo—. Pero sigo molesta.
Jungkook es el que se separa esta vez de mí y me mira irónico. Vuelca sus ojos y aplana sus labios.
—Te ves muy linda hoy, me gusta cómo está tu cabello.
—¿Gracias? —Jungkook asiente y se acerca una vez más a mí para darme un beso—. ¿Por qué esto es tan repentino?
—¿Acaso no puedo decirte que estás linda? —replica—. Eres muy extraña, Blake.
—No es eso. Solo que... No me lo esperaba.
Vuelvo a besar los labios de Jungkook y lo abrazo por el cuello con uno de mis brazos. Sin embargo, él empieza a alejarse y a reírse sobre mis labios sin razón alguna.
—Es divertido cómo puedo jugar con tu mente con tan solo decirte cosas bonitas y darte muestras de cariño —confiesa. Es ahí cuando me doy cuenta que Jungkook solo me había manipulado—. Eres una bebé.
—Y tú eres un dolor de cabeza. —Bufo.
Jungkook me sonríe una última vez antes de irse a los muebles de mi sala y sentarse con Soo-hyun. Mira por todos lados hasta que se fija en lo que había estado haciendo antes, lo observa con detenimiento y luego repara en mí.
—¿Tú lo hiciste?
—Estaba aburrida y deprimida. Necesitaba algo con qué distraérme —respondo, haciéndome un espacio entre los brazos de Jungkook—. ¿Te gusta?
—Es lindo. —Contesta, dejando mi sketchbook donde lo encontró—. Ayer Soo-hyun cumplió cinco meses.
Jungkook y yo empezamos a conversar sobre la celebración de Soo-hyun. Me contó que conoció a los padres de la amiga de Daeyeon, quienes son como sus propios padres y los abuelos de la bebé; me dijo todo lo que hicieron todos juntos y los regalos que recibió Soo-hyun. Yo solo escuchaba atentamente al relato de Jungkook mientras que en mi cabeza aparecían preguntas que giraban entorno a Daeyeon y esa relación con los señores que Jungkook menciona, creí que ella estaba viviendo con sus padres o con cualquier otro familiar que tenga.
Después de haber hablado un rato, Jungkook se recostó en mi hombro para descansar un poco mientras que seguía con Soo-hyun en su regazo. Ninguno de los dos dijo nada por un largo rato, solo éramos nosotros estando cerca del otro para sentirnos un poco mejor. Me distraje jugando con los cabellos de Jungkook, él cerró sus ojos por satisfacción y se acomodó mejor en mí para que yo pudiera continuar. Por otro lado, Soo-hyun empezó a incomodarse por no poder moverse como quería; entonces, antes de que comenzara a llorar, ayudé a Jungkook a pasearla por mi sala, acercándola a las ventanas para enseñarle el paisaje de la ciudad. Finalmente logré que ella se olvidara de su incomodidad y regresara a los brazos de Jungkook feliz.
—Todavía no me acostumbro a la paternidad —confiesa Jungkook cuando yo fui a abrir la puerta de mi casa porque el pedido ya había llegado.
El repartidor me entrega la comida y se devuelve al elevador. Yo cierro la puerta y me voy a la mesa para dejar las dos bolsas que me entregaron.
—Me imagino.
—¿Podrías ayudarme a dormir a Soo? —pregunta Jungkook.
Agarro a la bebé entre mis brazos y voy directo al cuarto de invitados. Jungkook va detrás de mí y me mira arreglar la cama para Soo-hyun mientras que la sigo sosteniendo con un brazo. Pongo a la bebé boca abajo para luego acomodar varias almohadas alrededor suyo. Lo siguiente que hago es buscar mi celular y colocar cualquier canción de cuna que pueda relajar a Soo-hyun.
Jungkook me mira con el ceño fruncido pero sonriente.
—Me sorprende lo mucho que sabes de bebés.
—Tengo un hermanito pequeño, ¿lo recuerdas? —digo, calmada, distraída. Finalmente encuentro la canción que hace dormir a Jihyun al instante y la coloco—. Pero es sencillo después de todo. Te cansas rápido, eso sí.
—Algunas personas que se creen muy expertas en la ciencia biológica y psicológica, afirman que las mujeres tiene un instinto maternal —Jungkook se coloca a mi lado para apoyar mi cabeza sobre mi hombro y mirar a Soo-hyun—. Creo que tú lo tienes.
Esto se sentía extraño.
Hago un vistazo a lo que era el pasado y me provoca nostalgia recordar a aquella niña que jugaba con sus bebés de juguete mientras que soñaba que algún día lo podría vivir de una manera más real, con alguien a su lado que sepa amarla a ella y a su bebé. Los deseos se cumplen. Aunque no sucedió como realmente lo había imaginado, una gran parte de esta imaginación se cumplió porque ahora tengo a una bebé que no es mía junto a su padre que me quiere y que la está aprendiendo a cuidar y a querer también.
Asimismo, pienso en Jungkook, en su evolución como persona. Apostaría lo que fuese por saber si el Jungkook del pasado creería que su Jungkook actual es feliz estando conmigo, una chica a la que había subestimado y la trataba indiferente, y con su hija, cuando a él le daba terror hablar sobre familias e hijos. No ha pasado tanto tiempo desde que todo esto comenzó, apenas unos meses han transcurrido y todo se siente muy distinto. No obstante, esto no tiene porqué ser malo, Jungkook y yo hemos ido mejorando con el paso del tiempo, uno de los dos demoró más que el otro o fuimos evolucionando a la par.
Para finalizar este sobrepensar que me ha dado, tengo que admitir que nunca creí que volvería a ser parte de una familia; es decir, tengo a mi familia adoptiva a la que quiero mucho, pero ser parte de un familia como en la que Jungkook me está incluyendo, me provoca el mismo sentimiento de pertenencia que sentía cuando solo éramos mis padres biológicos y yo. Me hacía muy feliz.
Luego de haber hecho dormir a Soo-hyun con Jungkook, él y yo nos fuimos al comedor para poder desayunar tranquilos. A pesar de que Jungkook y yo nos podíamos contar de todo, siempre habían más temas de conversación, nunca se acababan. Supongo que eso era bueno.
Luego de comer, Jungkook regresó a la sala para acostarse en mis muebles y encender el televisor. Abrió Netflix y buscó cualquier película para ver los dos; sin embargo, Jungkook estoy más concentrado en mí y en besarme que en la película en sí. Finalmente, apagué el televisor y me subí sobre Jungkook para acostarme en su pecho y dormir unos minutos con él.
***
Por la tarde llegó Daeyeon a mi casa, ya que Jungkook la había invitado a venir. Por supuesto que primero me preguntó a mí si podía. Ella y yo empezamos a hablar de distintas cosas acerca de nosotras mismas solo para conocernos mejor, Daeyeon me depositó toda su confianza y me contó sobre su situación con su familia y de cómo estuvo criando a Soo-hyun sola.
Pude simpatizar con ella luego de haberla escuchado. Asimismo, entendí el porqué Jungkook era cercano a ella cuando todavía no encontraba a sus padres.
—Creo que te juzgué mal... —dije sin pensar. Daeyeon frunce su ceño, ladeando su cabeza, sin quitar esa media sonrisa que tenía.
—No te entiendo.
—No me malinterpretes —me justifico rápidamente—. Es solo que... Los amigos de Jungkook una vez me contaron de lo tuyo con él, y bueno, yo recién estaba conociendo a Jungkook como algo más que amigos. Y cuando te vi con Mireu ese día, creí que habías vuelto con la bebé para estar con Jungkook. Además, me sentía un poco celosa cuando Jungkook me contaba que estaba contigo y no podía irme a ver; yo lo conozco, sé que es incapaz de engañarme, o no sé en realidad. A ti te engañó con Mireu. —Daeyeon suelta una pequeña risa y asiente—. Lo siento. Como te decía, yo no te conocía, no sabía exactamente lo que tramabas. Creí que todas las salidas eran por insistencia tuya, pero no fue así. Tuve una mala imagen de ti desde que te vi junto a Mireu, y lo siento por creer así.
—Yo lo entiendo —dice ella con la mirada hacia abajo—. Es normal que tengas esos presentimientos hacia mí. Me alegra mucho que seas honesta conmigo y me digas todo lo que sientes y piensas. Eso habla bien de ti.
Daeyeon extiende su mano hacia mí para que yo la tome.
—Y te aseguro que entre Jungkook y yo solo habrá una relación económica y familiar. —Asiento con una sonrisa de lado—. Tú ya eres parte de esta familia. Estoy muy feliz que Jungkook encuentre un apoyo en ti, que demuestre su lado más humano.
—Hago lo que puedo con él —bromeo. Daeyeon sonríe, amigable.
Después de haber dejado muchas cosas en claro, Jungkook entra a mi departamento con Soo-hyun en brazos luego de haber comprado pañales y la leche en polvo que le había encargado Daeyeon. Él nos ve a ambas agarradas de la mano y frunce su ceño.
—Me he perdido de algo.
—Solo cosas de chicas. No creo que lo entiendas —le responde Daeyeon, soltando mi mano y yendo a por su bebé—. Iré a cambiar a Soo.
Daeyeon se va con la bebé hacia el cuarto de invitados dejándome a solas con Jungkook. Él por supuesto no pierde tiempo y se acerca a mí para darme un beso en la frente mientras que sus manos acarician mis hombros.
—¿Sabes qué he notado? —Jungkook ladea un poco su cabeza como respuesta a mi pregunta—. Tú supuestamente no sabes cómo demostrar tu cariño, pero cada vez que puedes o me besas o me abrazas.
—Tienes razón. Ni yo sé porqué lo hago —encoje sus hombros—. Creo que es mejor demostrarlo con acciones que con palabras.
—Yo prefiero demostrártelo con palabras, porque algo me dice que tú necesitas saber a través de palabras que alguien te quiere —junto mi frente con la de Jungkook y anclo mi mirada con la suya—. Eres como un niño pequeño, amor.
—Quizá —responde de manera secante—. Ahora hablemos de otra cosa, ya me enfermó tantas palabras cariñosas —me aleja de él y se sienta en un sillón.
Tuerzo mis ojos antes de sentarme en otro mueble y esperar a que Daeyeon regresara con Soo-hyun. Jungkook creyó que me había enojado con él por sus palabras, ya que luego se acercó a mí para jalarme del brazo y sentarme sobre su regazo; sin embargo, en realidad no estaba enojada ni nada por el estilo, pero se me hizo gracioso cómo Jungkook puede pensar que lo estoy por tan solo no hablarle o no haberle reclamado. Esto me hizo recordar a lo que él me había hecho en la mañana cuando me llamó linda solo para hacerme olvidar de mi molestia.
Daeyeon llegó a los pocos minutos con una Soo-hyun somnolienta entre sus brazos. Entre los tres seguimos hablando un rato más, Daeyeon y yo planeábamos algunas salidas para nosotros cuatro mientras que Jungkook solo escuchaba y se iba quedando dormido debajo de mí. A veces despertaba —solo cuando lo mencionábamos— para saber de qué se estaba hablando, luego volvía a dormirse.
Así la pasamos en lo que quedaba de la tarde hasta que llegó la noche y Daeyeon tuvo que irse con la bebé a casa para que ambas durmieran. Jungkook se despidió de ellas al igual que yo y se fue conmigo a mi habitación para nosotros hacer lo mismo. Ambos estábamos tan cansados que tan solo nos metimos debajo de las sábanas de mi cama para poder dormir.
En medio de la madrugada Jungkook se acercó a mí por detrás para abrazarme y continuar durmiendo. De vez en cuando murmuraba algo para mí que no lograba entender con claridad, supuse que estaba durmiendo. Pero hubieron veces también en los que decía las palabras con claridad y yo no podía hacer nada más que reír por lo bajo:
—Blake... También podrías llamarme papi... Soo lo hace.
En esos casos prefería creer que Jungkook solo estaba soñando y no sabe que tiene la manía de hablar dormido.
Finalmente, y sin ninguna otra sorpresa en la madrugada, me dispuse a descansar pacíficamente entre los brazos de Jungkook mientras que se me dibujaba una sonrisa de lado. Estar con este chico era increíble.
*****
Bueno, no tengo mucho que decir. Iba a hacer este capítulo de otra forma, pero creo que quedó bien así como está :D
Pueden acompañar el momento en donde Jungkook llega a la casa de Blake con música romántica o de dorama.
For example:
—Why de Shawn Mendes
—You are my world de Sung Hoon
—Everytime de Chen, Punch
En fin, espero que hayan pasado un feliz comienzo de año ✌🏻✨
Espero que les vaya muy bien a todas este 2023
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