Capítulo 14.

Grupo: "Curso de inglés: Graduación"

Paola: Piensen que ahora estoy en un lugar mejor, lejos de tanta mierda.

Yara: Técnicamente Paola tiene razón, ya está mejor.

Alexa: No es Paola.

Yara: Quien sea, no importa, el caso es que ya está muerta.

Valen: Por culpa de Elio.

Elio: Lo siento.

Vicky: ¿En serio hiciste eso?

Elio: Si, Vicky.

Tyler: El que debió morir eres tú imbécil.

Elio: Él nos descubrió, no tuve opción.

Harold: Y aun seguimos sin saber nada.

Profesora: ¿Qué paso?

Paola: Todo normal, profesora, solo una menos.

Profesora: ¿Qué? ¿Alguien más murió?

Elio: Si, Paola fue asesinada hoy.

Tyler: Pablo no está nada bien.

Sueli: Lógico, murió su hermana.

Profesora: ¡Dios mío! Creo que tengo que cancelar las clases, no está bien seguir como si nada pasara.

Nahuel: Me parece bien.

Milena: La escuela esta maldita, solo nos ha traído desgracias.

Arthur: La escuela no, ustedes están malditos.

Paola: Tómenme como una maldición, porque nadie se salvará de mí.

Profesora: Es verdad, yo creo que la escuela debería cerrar por algún tiempo, solo hasta que todo esto acabe.

Vicky: Pero eso no arregla nada, igual ese maldito seguirá tras nosotros.

Maia: Me da tanta rabia que la policía no haga nada.

Vicky: Estamos acostumbrados, ellos tan solo veían como todo nuestro curso se reducía, y fingían ayudarnos, pero la realidad es que no lo hicieron nunca.

Alexa: Y ahora están haciendo lo mismo, todo es un Déjà vu

Tyler: ¿Ahora entiendes, Alexa? Paola y Pablo siempre intentaban ayudarnos, salvarnos mientras la policía no lo hacía, y lo único que hiciste fue ser una maldita mal agradecida, solo veías las cosas malas.

Alexa: Da igual, Paola está muerta, y creo que es el futuro que tendremos nosotros.

Paola: Me gustan esos pensamientos, resígnense a morir.

Nahuel: No lo haré, idiota, no somos unos cobardes, no te tenemos miedo.

Mathias: Yo si tengo miedo.

Nahuel: Mejor ni hables, idiota.

Valen: ¿Y ahora como vamos a descubrir quién es ese maldito?

Sueli: Con los nombres no podemos, todo eso fue una trampa

Harold: Algo debemos hacer, no es posible que nadie sepa nada.

Sueli: Claro que es posible, pero podría ser cualquiera, bueno, creo que él se ha referido a sí mismo como hombre, así que eso deja menos sospechosos.

Yara: No lo había pensado, es verdad

Harold: ¿Y que si se refiere a él como hombre para confundirnos y en verdad es mujer?

Maia: Muy poco lógico, por lo pronto todos los chicos son culpables.

Nahuel: Yo no soy un asesino, así que ni empiecen a quererme culpar.

Vicky: No hagan esto, es justo lo que el asesino quiere, vernos pelear.

Yara: Vicky tienes razón, pero no me vas a negar que es un chico.

Vicky: Pues creo, eso solo nos dejaría a Harold, Nahuel, Mathias, Elio, y no se quien más.

Valen: Voy más por Elio, por lo que le hizo a Paola.

Yara: Tenemos que entregarlos a la policía.

Sueli: ¿En serio? Esto es muy fácil, no debe ser verdad.

Mathias: Todo es posible.

***

Narra Sueli.

Mi madre estuvo hablando con mi tía sobre todo lo que está pasando en la escuela, ella cree que es una buena idea irme a quedar con ella algunos días, y la verdad no sé qué hacer, por un lado, está el que voy a estar a salvo, pero por el otro, estaré abandonando a mis amigos.

Y como veo la situación en el grupo las cosas están en verdad muy mal, ninguna maldita sospecha de quien pueda ser.

—Sueli, ya deja ese celular —mencionó mi madre molesta.

Lo puse a un lado en la mesa, luego me giré para ver a mi hermana Candy, ella quiere irse conmigo, y obvio que la llevaré, aunque no me lleve muy bien con ella.

—Mamá, lo haré —dije tomando otra vez su celular. —No quiero morir, y tampoco quiero dejar a mis amigos, pero no hay opción.

Mi madre sonrió y se levantó de la mesa, llevándose los platos.

—Yo también iré —dijo Candy.

Me levanto de la mesa rápidamente, me dirigí hasta mi habitación, tengo que comenzar a preparar mi maleta, quiero contarles a mis amigos en el grupo, pero temo que ese maldito quiera hacerme algo antes de que me vaya.

Al entrar a mi habitación, sentí el aire que provenía del pequeño balcón que está en mi habitación, pensé en cerrarla, pero decidí dejarla así, me gusta que entre algo de luz durante la noche.

—Sueli, quiero que me prestes tu maleta color purpura —mencionó Candy desde la puerta.

—Claro que no, es la que yo llevaré.

—Cuando mamá regresé le voy a decir —dijo Candy molesta.

Mi madre salió para hacer unas cuantas compras, por lo cual mi hermana y yo ahora estábamos solas.

—No me importa.

Un fuerte ruido hizo que soltara la ropa que tenía en la mano, me gire y este provenía del pequeño balcón.

—¡Sueli es alguien! —gritó Candy asustada.

Detrás de la cortina pude ver la silueta de alguien tratando de entrar a mi habitación.

—¡Ahhhhh! 

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Espero y les haya gustado.


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