—En otras noticias. La reciente desaparición de la joven estudiante de la Universidad Nacional de Artes. Ammy Clin, ha causado total pánico dentro de la Universidad. Con esto ya van siendo el tercer caso de desaparición femenina de la Universidad en lo que va del año. Esperamos poder traer más información lo antes posible sobre la actual estudiante desaparecida y poder hablar con el director del establecimiento...

Dominik ignoro lo que la entrevistadora continúo diciendo en la televisión del comedor. Su atención estaba clavada en su desayuno, por básico que fuera, debía verificar la fecha de vencimiento de la leche de chocolate que tomaría esa mañana.

—Pobrecita... —escuchó a su madre decir, clavada en las noticias mañaneras. Cargaba su rojo delantal cuadrille en el brazo, lista para sentarse a comer su desayuno, que consistía en unas tostadas con mermelada de higo, junto a un cargado café—. ¿La conocías, Domi?

Dominik cerro de un portazo el refrigerador, y tras depositar su leche de chocolate, junto a una rebanada de pastel de fresa que su padrastro le había traído la noche anterior. Tomo asiento al costado de su madre.

—No suelo hablar con muchas personas, mamá —explicaba el menor, dando la primera probada a su pastel—. Aunque creo que un par de veces la vi besarse con su novio por los pasillos del campus.

—Debe estar desconsolado el pobre chico... —continuo su madre con su lamento—. Y ni hablar de sus padres... Dios mío, Domi, si te sucediera algo a ti, no sé qué haría, amor...

La mejilla del menor sintió la cálida mano de su madre, acariciarla. Dominik entendía la preocupación de su madre. En los dos años que llevaba en la Universidad, jamás se había presentado algún caso de desaparición ni mucho menos asesinato. Sin embargo, actualmente se había presentado el tercer caso de desaparición en menos de cuatro meses.

—Tranquila, mamá —le trato de calmar su hijo—. Soy un chico, y por lo que se ha visto recientemente, desaparecen mujeres.

Su madre guardo silencio unos segundos, entendiendo lo que su amado hijo trataba de decir.

—Tienes razón. Pero eso no quita que debes tener cuidado, hijo.

Dominik sacó su móvil para revisar la hora 08:13 AM iba un poco atrasado.

—Debo irme, mamá.

Dominik hizo ademan de levantarse y dejar su desayuno a medio comer, pero su madre lo detuvo de inmediato.

—Le pedí a tu hermano que pasara por ti.

El menor se detuvo en su lugar al escuchar a su hermanastro ser nombrado.

—¿Cuál de los dos? —se atrevió a preguntar, mientras bebía de pie lo que quedaba de leche en el vaso.

—Finn, cielo —respondió la mujer—. Su padre se lo pidió mejor dicho...

El menor guardo silencio.

—Ambos queremos que comiences a socializar más, amor. En especial con tus hermanos mayores.

Dominik tan solo frunció el ceño y tras agarrar su mochila junto al gran lienzo que debía llevar a clases, se encamino a la puerta principal.

—Pero, Domi, bebé...

El azabache no quiso escuchar más a su madre. Desde hace cuatro años que siguen con lo mismo. No porque su madre se haya casado con el padre de los hermanos Moorie, significaba que deba tratarlos como sus hermanos.

—Me voy, mamá. Puedes llamarlo y decirle que ya me fui.

Pero sus palabras fueron contradichas, al abrir la puerta. Ahí frente a él estaba Finn Moorie, el hermano menor de los Moorie, y a su vez, su hermanastro.

—Buenos días, Domi—le saludo el chico de castaños cabellos—. ¿Mamá ya te contó que hoy yo te...?

—No hace falta —interrumpió el menor, pasando por el lado del mayor e ignorándolo.

Finn cruzo un par de miradas con la madre de Dominik, y de inmediato se dio cuenta de la realidad. Dominik aún era reacio a querer aceptarlos como familia.

—Lo siento, Finnie. Trate de convencerlo, pero...

—No hay problema —sonrió el castaño. Dándole paz a la mujer—. Yo me encargo.

Finn no tardo en alcanzar a su hermano menor, quien caminaba con dificultad hacia la parada de buses más cercano.

—Eso se ve incomodo de cargar —habló el mayor, caminando a la misma altura que el menor.

Dominik no dijo nada y tan solo se dispuso a seguir su camino, sintiendo como el enorme lienzo se resbalaba de a poco de sus manos.

Hasta que lo inevitable sucedió. El lienzo dio contra el suelo, al ser deslizado en su totalidad por las manos del menor. Dominik de inmediato se detuvo en su lugar y agacho la cabeza, maldiciendo a su profesor y su estúpido futuro proyecto que aún no daba pistas.

—¿Queres que te ayude? —preguntó de manera suave el mayor. Dominik tan solo mordió su labio inferior al verse nuevamente rendido, para finalmente asentir—. Fantástico.

El mayor cargo el enorme lienzo y se encamino a la patrulla policial, seguido del menor. Abrió la puerta trasera y metió el blanco lienzo con cuidado de no dañarlo. Dominik por su parte, abrió la puerta del copiloto para tomar asiento, pero decenas de papeles en el asiento, se lo impidieron.

—Lo siento —se apresuró Finn para sacar todos los papeles y ordenarlos un poco en el asiento de atrás—. Alek deja sus papeles por todos lados.

Dominik asintió y tomo asiento, seguido de Finn, quien se dispuso a comenzar a manejar de inmediato, apagando la sirena de la patrulla de paso.

Como era lo habitual, Dominik no dijo nada y Finn entendía el silencio del menor. Pero eso no significaba que no le sacaría tema de conversación.

—¿Cómo van las clases? —comenzó por preguntar.

—Me preguntaste lo mismo la semana pasada y te dije que iban bien.

—Bueno... solo nos vemos una vez a la semana entonces...

El azabache clavo su vista en el camino que se veía por la ventana de la patrulla, dando por terminado el tema.

No tardó mucho la patrulla en estacionarse fuera de la Universidad, llamando un poco la atención de algunos estudiantes. Dominik bajo en silencio y abrió la puerta trasera para sacar su lienzo.

—Casi lo olvido —volvió a hablar el mayor—. Hoy con Alek iremos a cenar, ya sabes, cena familiar y esas cosas. Espero que esta vez no te encierres en tu habitación a jugar videojuegos como siempre lo haces.

Dominik no dijo nada y tan solo cerró la puerta trasera de la patrulla de su hermanastro, con un fuerte portazo.

—Nos vemos... —pronuncio Finn a la espalda de su hermanastro, siendo ignorado como era habitual.