Lucy Loud había experimentado los primeros síntomas del embarazo al igual que su hermana Lynn que no dejaba de quejarse de los mareos y los múltiples antojos raros que no la dejaban en paz por las noches. Lincold no estaba indiferente de la situación de la peli negro y la deportista que hacían de todo para ocultar su barriga en crecimiento, el peli blanco se enfrentaba nuevamente al riesgo que su descendencia por parte de sus hermanas le traiga más problemas que ventajas y el obvio repudio de sus padres si se llegara a revelar la verdad de su romance incestuoso. Lucy para evitar las numerosas preguntas de sus padres decidió hacer sus maletas e irse a la casa de su amiga Haiku que a su vez era una de las múltiples amantes de su hermano mayor y como era común en ese entonces, nadie de la familia Loud sabía de la vida alocada del único baron de los Loud, no fue más adelante cuando la primera chica tocó la puerta exigiendo una especie de compensación por la falta de interés de Lincold de hacerse cargo de su hija.

La gótica en su tiempo en la estadía de la casa de su mejor amiga pensaba seriamente en abortar sin decirle nada nadie, la gótica era consciente que no era cata de criar a un hijo que posiblemente nazca con problemas físicos y psicológicos que puede estropear sus futuros planes de vida, pero tristemente la persona con quién hiba a abortar sin cobrarle nada de dinero se fue de Royald Woods por motivos personales, Lucy intento varias veces expulsar al bebé por ella misma y en todas fallo, ya cuando el embarazo estaba bastante avanzado se rindió y acepto su destino como madre.

Lucy al tener su hija, los médicos le dijeron que la pequeña nació con complicaciones de salud y una piel delicada que no le permitiría estar debajo del sol. Al pasar el tiempo la condición de Lupa mostró ser peor de lo que se creía, Lupa llegaba a enfermarse con facilidad, tener problemas alimenticios e incluso insomnio. Los señores Loud llevaron varias veces a Lupa al médico no solo para que le pusieron sus vacunas como intento desesperado de que Lupa no sé enfermara con tanta facilidad, si no para tomarle muestras de sangré, una acción que se arrepentiría más adelante.

Al llegar los resultados, tanto el doctor como para los padres fue un momento incómodo e impresionante al descubrir de que la niña albina era producto del incesto. Lynn Loud padre llegó furioso a la casa, decidido a hechar a su hijo de la casa.

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En la oficina de Clyde, una niña albina de 12 años que no dejaba de dibujar en su cuaderno de dibujo siendo indiferente a lo que había a su alrededor, esperaba las primeras preguntas de su psicólogo asignado.

-Hola señorita Lupa ¿Cómo te encuentras hoy?- Dijo Clyde sonriendo.

-Normal... Con un poco de hambre- Dijo Lupa guardando su cuaderno y lápiz en su bolso negro.

-Si quieres puedo pedir algo de comer para ti o prefieres un postre- Dijo Clyde mientras tomaba su teléfono.

-Realmente no tengo permitido comer dulces por mis pequeños problemas alimenticios, es un milagro que no tenga diabetes. Me gustaría un sándwich de atún con queso y mayonesa- Dijo Lupa colocando sus manos dentro de los bolsillos de su chaqueta.

-Entendido- Clyde llamo a un restaurante de sandwiches para ordenar dos sandwich de atún y un refresco.

Lupa movía sus piernas de atrás a adelante esperando que Clyde terminará de hablar con la mujer de las órdenes.

-Listo, vendrá dentro de unos minutos, tiempo suficiente para hablar- Dijo Clyde mientras guardaba su teléfono.

-Gracias- Dijo Lupa con un tono de voz baja y relajada.

-Bien Lupa, cuéntame- Dijo Clyde acomodandose en su asiento.

-¿Decirte que?- Pregunto Lupa de manera indiferente.

-Como es tu vida con tus padres, algún inconveniente que no te deja tranquila, lo que tú quieras- Dijo Clyde sonriendo.

Lupa pensó un poco, ella era conocida por ser alguien directa a la hora de hablar, Lupa dió un respiro y se acomodo en su asiento porque lo que hiba a revelarle a su psicólogo cambiaría la manera de como la miraba ahora.

- Realmente, las cosas no son para nada buena en la casa para mí, desde que era pequeña fui llevada varias veces al médico por mi condición digna de una muñeca de porcelana, nunca supe que se sentía salir a la calle sin ser acompañada por un adulto responsable, además que las pocas veces que salía tenía que ponerme bloqueador solar para evitar las posibles quemaduras que recibiría por los rayos ultra violetas del sol y lo peor es que casi no funcionaba, igual tenía quemaduras, pequeñas, pero dolorosas. Todo esto que me pasa es culpa de la perra de mi madre que intento varias veces en abortarme, creo que fueron esos intentos combinados con mi origen me convirtieron en una enfermiza chica que solo conoce las cuatro paredes de su habitación y el frio del hospital.

Aunque viendo el lado positivo, mi mamá me apoya en mi amor sobre el arte, el dibujo y la escritura, lo puedes ver en mi cuaderno de dibujos-

Lupa le da su cuaderno de dibujo a Clyde.

-Wow, tu tienes un gran talento- Clyde reviso los demás dibujos de Lupa.

-Lo adoro... Me ayuda a olvidar mi mala suerte, yo cuando creesca haré mi propio comic- Dijo Lupa sonriendo.

-¿Te gusta los comic?- Dijo Clyde devolviéndole el cuaderno a Lupa.

-Si, nadie lo sabe, pero me gusta los comic, los monstruos gigantes y los juegos de rol, se que es imposible considerando mi aspecto gótico y por ser hija de Lucy, ya sabes, que debería gustarme todo lo que tenga que ver con la oscuridad y un enorme bla bla, pero no es así, solo porque me vista así no significa que no pueda tener mis propios gustos- Dijo Lupa mientras guardaba su cuaderno.

-Al mi también me gusta los comic, tu padre y yo cuando éramos jóvenes hicimos un comic que gane el primer lugar. Era sobre Ace Savy y Jack un ojo junto al maso completo- Dijo Clyde mientras recordaba sus momentos de diversión con Lincold jugando a hacer Ace Savy y Jack un ojo.

-Ya lo sé, mi padre es un famoso dibujante de comic y uno de sus mayores éxitos fue ese comic que dices- Dijo Lupa sería.

-Hablando de tu padre ¿Cómo es tu relación con el?- Dijo Clyde para luego acariciar el cabello de la albina.

-Pues, mi papá es para mí, alguien muy importante, estuvo conmigo en los momentos más difíciles incluso cuando mis abuelos lo echaron de la casa, mi papá en secreto me visitaba para ver cómo seguia de salud, creo que lo hacía por qué se sentía culpable de cierta forma por mi condición. El fue que me introdujo en el mundo de los comic dónde encontré mi pasión en el dibujo, sin duda Lincold Loud es el hombre perfecto- Dijo Lupa con un tono romántico.

-¿Eh?- Clyde miro a la chica con los ojos bien abiertos.

-Tal como oyes, yo entiendo a mis tías y esas demás mujeres, papa es el hombre que toda mujer desearia, es alguien inteligente, divertido, talentoso, amable, osea, ningún chico que haya conocido alguna vez no puede compararse con Lincold loud- Dijo Lupa con un sonrojo en el rostro.

Clyde en el fondo sabía que no debía impresionarse con lo que decía lupa, la joven creció rodeada en una familia donde reinaba el incesto y probablemente ese "Amor" que siente por su papá sea por las veces que a estado junto a el, recibiendo ese cariño que de seguro faltaba en su niñez y conociendo a su madre Lucy con más razón Lupa se haya sentido atraída por su figura paterna. Clyde anoto rápidamente en su libreta, necesitaba saber si Lupa únicamente se sentía atraída por su papá o obvia otra opción ya sea de su propia familia o alguien externo a esta.

-Y lupa ¿Solamente estás enamorada de tu padre o hay alguien más?- Pregunto Clyde pendiente de la respuesta de Lupa.

-De hecho si, veraz, yo no tolero tener que compartir a mi papá con mi mamá y mis tías que con el pasar del tiempo terminaron enamorándose de su propio hermano, quien diría que aquello que comenzó como un simple error o capricho terminará convirtiéndose en el caso de poliamor más grande que haya conocido Michigan.  Lincold es un hombre muy envidiado por muchos hombres por acostarse con tantas mujeres y si no fuera por el hecho de haber tenido tanta descendencia no deseada aún seguiría con su vida loca llena de mujeres y sexo desenfrenado. No soy quien para juzgar porque si mis padres no hubieran hecho eso, ahora no existiría o como diría mi hermana Loan, si existiría pero con la diferencia que mi papá no sería también mi tio, la vida es una mierda en todos los sentidos para mi, no solo porque soy una enferma si no porque también los únicos hombres que e amado son mi propio padre y mi hermano menor Lemy-

-¿Lemy?- Dijo Clyde curioso.

-Lemy fue el único hombre que no me ve como un estorbo, suele protegerme y cuidarme todo el tiempo, dice que soy su princesa de la oscuridad que debe cuidar todo el tiempo, al principio me molestaba por esa manera de ser tan atenta conmigo y después me di cuenta que eso era lo que quería, no lo quería admitir, mi ego me lo impedía verlo, me gusta que me traten como una princesa, que me protegen, me cuiden y que siempre estén a mi lado, Lemy fue un completo caballero conmigo.... Quiero volverlo en mi príncipe y que vivamos en nuestro propio castillo lejos de esta porquería de familia que solo nos trajo dolor-

Clyde veía como unas lágrimas bajaban por los cachetes de Lupa, la niña albina en el fondo deseaba que su amado Lemy no fuera su hermano, ella sabía que lo que sentía estaba mal, no solo por su enamoramiento con su hermano también por lo de su padre, Lupa no quería repetir el mismo circulo incestuoso de su familia sobretodo tomando en cuenta la cantidad de hombres que seguro le faltaba conocer. Clyde tomo un pañuelo y limpio las lágrimas de la pequeña que empezó a sollozar de vergüenza.

-Yo necesitaba decírselo a alguien, aunque tenga mis hermanas Lacy, Liby y Liena, no tengo la suficiente confianza para contarle algo tan íntimo por miedo que los demás se enteren. No soy idiota, yo se la inmundicia que rodea a mi familia y las cosas que cometieron, La violación de Lyra, los malos tratos de mi tía Lori a mi hermana Loan, las múltiples tareas que mi hermana Liena tuvo que afrontar a muy temprana edad, la fobia de Liby a las bromas, puedo continuar,pero prefiero que lo oigo por parte de ellos. Se debe estar preguntando cómo se todo esto, es que yo tengo la misma costumbre de mi madre en ocultarme en lugares donde sin querer puedo oír las conversaciones de los demás.

-Una pregunta Lupa, tu madre Liena me contó que tu madre te obliga ser algo que no quieres al igual que tus hermanas Lacy y Leia ¿Puedes explicarme el porque?- Pregunto Clyde.

-¿Crees que me gusta ser solamente la gótica de la siguiente generación Loud? Me gusta vestirme así, es verdad, pero mi aspecto no definen mis gustos, me encanta dibujar sobretodo hacer comic, los juegos de rol, las películas que combinan la fantasía con la ciencia ficción, que me traten como una princesa y los monstruos gigantes. Lo malo que cada vez que le contaba esto a mi mamá solo me respondía que mi manera de ser era una mezcla de su personalidad, los gustos de mis papa y la delicadeza de mi tía Lola como si ellos fueran los únicos en el mundo con esos gustos- Dijo Lupa cruzándose de brazos.

-Comprendo, las personas suelen guiarse mucho por el aspecto ignorando todas las cualidades que tenemos como individuos, Lupa tu eres libre de seguir tus pasiones y hacer lo que te guste, tu tienes mí completo apoyo- Dijo Clyde sonriendo y guiñándole el ojo.

Lupa dió una sonrisa de satisfacción que finalmente fue comprendida por alguien que no fuera su hermano Lemy. La albina aunque haya revelado algo tan profundo como sus sentimientos hacia sus propios familiares, no era capaz de decirle a su psicólogo que al fondo de su bolso hay una caja de cigarrillos. Lupa había llegado a un punto que ya no le importaba su salud aunque le gustaba que le tratarán como una princesa, la chica peli blanco en secreto salía de su casa a comprar cigarros en nombre de su abuelo, nadie sospechaba de la niña ya que Lupa era muy buena a la hora de ocultarse en las sombras a fumar unos cigarrillos, su salud ya era una mierda y si llegaba a morir almenos sería bajo su propia mano y haciendo algo que le gusta.