Capítulo 5
Cómo ser un héroe
—Soy Amel Khi de noticias al minuto, reportamos desde la comisaría central de la ciudad en donde nuestro queridísimo héroe arácnido a pedido al sargento mayor convocar una rueda de prensa para hablar con todos nosotros. Nuestro buen amigo arácnido nos dirá algo por primera vez sin que nosotros los reporteros hagamos preguntas primero ¿De que podrá tratarse?
Ambos nos encontramos dentro de la comisaría mientras el sargento en jefe calma a los periodista y responde algunas preguntas desde su propio desconocimiento. Wade se encuentra a mi lado, yo le tomo la mano cuidando que no seamos vistos por los pocos policías que aún rondan en el interior de la estación.
— ¿Estás nervioso? —cuestiono sin apartar la mirada de la televisión.
—Tan nervioso como podría estar un reportero por conseguir la noticia para su noticiero antes que nadie.
—Ellos no creo que se sientan nerviosos, más bien ansiosos.
—Pues eso.
Tenemos los trajes puestos y no podemos ver nuestras caras además de que la voz de Wade siempre suena como una constante broma, pero... Aún si no puedo comprobarlo, tomo su mano entre las mías y beso sus nudillos.
—Te irá bien.
Da un firme asentimiento, suelto su mano sin apartarle la mirada mientras me dirijo al exterior de la comisaría. Al traspasar la puerta diversas luces parpadean frente a mí rostro, desde las cámaras para fotografía hasta las de video que por alguna razón buscan una mejor iluminación que el sol, aún así les sonrío elevando la palma y dando asentimientos por aquí y por allá mientras me colocó tras el podio y el sargento en jefe me cede la palabra presentándome. Todos se silencian al verme inclinado sobre el micrófono tocando el aparato con el índice para comprobar que funciona.
—Uno, dos, uno dos, ¿¡Los del fondo escucha!? —cuestiono como si fuese un DJ en pleno concierto, la gente ríe — ¡Bien, entonces demos inicio a esto!
Sus voces se unen en coro y una ola de manos se levanta, elijo a una reportera de gafas cuadradas y corte de hongo — ¿Podría iluminarnos y explicar lo que ésto es?
Sonrío bajo la máscara agachando un poco el rostro — ¡Lo siento! De verdad soy muy malo para hablar con tanta gente, —algunos ríen incrédulos de eso —Pues... Más que nada es para presentar a un nuevo amigo dispuesto a proteger está ciudad. —las manos de elevan con prisa al igual que el coro de voces —Y no, no se trata del capitán América, Iron mal, Hulk, Thor o la viuda negra, tampoco de ojo de alcón o cualquier otro héroe conocido. Aunque también es muy conocido... Más o menos.
—Si es presentado por usted, es más que obvio que debe ser una buena persona, pero... ¿Por qué ahora?
—Por qué... Ser un héroe no es fácil. Yo no pido una recompensa tras los trabajos que hago para está ciudad, y no me estoy quejando de eso, lo hago de corazón, pero debajo de esta máscara existe un ciudadano común que está perdiendo su vida ordinaria por salir a enfrentar el crimen. Amo proteger a mi gente, pero... Todo héroe necesita un descanso.
Las manos de elevan frenéticas, escogí a un hombre mayor de rostro furioso y cansado — ¿Eso significa que el hombre araña se retira?
— ¡No! El hombre araña protegerá está ciudad hasta que ya no sea capaz de lanzar una telaraña para ir a luchar contra los criminales, yo seguiré ejerciendo mi rol como cuidador, pero mi nuevo compañero podría asistir en otras ocasiones. ¡Será como un relevo!
— ¿¡De quién se trata!? —cuestiona sin esperar mi señalamiento.
—He elegido a esta persona porque ha demostrado ser un buen ciudadano, capaz de seguir las reglas cuando sea necesario y muy entregado al cambio. Mi nuevo compañero para defender está ciudad no es nadie más que... ¡Deadpool!
Wade sale saludando como princesa de película con pasos graciles y una constancia a la hora de doblar una rodilla como si quisiera orinar con una urgencia abrumadora. Todos a nuestro alrededor susurran sus dudas, pero él viene hasta mi abrazándome por el hombro, yo lo mantengo a mi lado.
—Deadpool ha sido catalogado anteriormente como un villano por haber hecho múltiples desastres alrededor de la ciudad, pero durante este tiempo en el que no pude cumplir mis deberes de defender a la ciudad, he pasado tiempo con él, he hablado y he aprendido de él, y quiero que confíen en mí cuando les digo que Deadpool está listo para cambiar, para ser cuidadoso y salvar nuestra ciudad.
Una mujer exclama desde la parte trasera — ¡Sus armas son pistolas y cualquier cosa que obtenga muerte como consecuencia!
— ¿¡Y eso no es mejor!? —expone un joven del público con un cubre brocas evitando que conozcamos su rostro — ¡Te agradecemos tú trabajo Hombre araña! ¡Pero seamos sinceros! —gira hacia todo el público elevando las manos — ¿De que sirve capturar a todos esos delincuentes para solo tener repleta una cárcel? ¡Nuestros impuestos son destinados para darles comida, comodidad y diversión a esas personas que probablemente no cometieron un delito menor como robar un auto o asaltar a una persona mayor! ¡Pudieron matar, torturar, o violar a nuestros familiares o conocidos! ¡Ese tipo de gente! ¿¡No estaría mejor muerta!?
— ¡El chico tiene un punto! —exclama una mujer de unos treinta años — ¡La ley dictamina una sentencia según la suerte que tengas! ¡Si el lugar fue grabado, si hubo testigos y si tienes el dinero para pagar un abogado caro! ¡Y al final muchos de esos delincuentes terminan con sentencias cortas y salen mucho antes de lo previsto para volver a cometer los mismos actos! ¡Esa gente no mejora!
— ¡Eso no es verdad! El hombre araña logró que el hombre de arena se retirará, y que el hombre que parecía cocodrilo volviera a convertirse en humano, la gente puede cambiar.
La disputa continúa entre el público, los policías comienzan a intervenir mientras la gente se moviliza hacia aquellos que tienen sus mismos pensamientos creando dos grupos que se atacan ferozmente.
— ¡Oigan! —exclama duramente a través del micrófono — ¡Dejen de hacer idioteces! ¡No voy a matar a nadie! ¡Ya me he comprometido en dejar mis armas lejos de los civiles, pero son utilizables si se trata de un ser con poderes nada humanos! ¡Y yo soy un maldito hombre de palabra!
El sargento en jefe lo observa con cierta duda y se marcha entre las filas de gente para hacer que sus compañeros le ayuden a dividirlos por completo, yo por otra parte me meto entre Wade y el micrófono para poder hablar.
—Por favor escuchen antes de actuar. Deadpool y yo hemos hablado de esto muy seriamente, y el plan es que él salvará la ciudad del mismo modo en que yo lo he hecho en anteriores ocasiones, sin matar. Él trabajará durante las horas en que yo tengo que cumplir mis roles cotidianos, y en esas horas será vigilado por nuestras fuerzas policiacas que le brindarán la ayuda necesaria y darán el visto bueno al plan que él tenga para actuar. No habrá muertes que nazcan de sus manos.
— ¡Es mejor que los mate! —exclama una mujer del público — ¡Esa escoria debería estar muerta! ¡Muchos de ellos merecen morir!
— ¡Eso es en contra de la ley! —exclama desde el otro grupo.
Wade suspira a mi lado y se recarga del podio dándole la espalda a los dos grupos mientras me mirá.
—Sabíamos que no iba a ser sencillo. ¿Sabrás darle un fin?
—Haré el intento. —palmeo su hombro haciéndolo aún lado —Al menos no estuvieron en contra de ti.
—Yo diría que se encuentran muy a favor —comenta con gracia inclinando el rostro para que lo vea.
Ante nuestro jugueteo puedo notar como las cámaras dejan de enfocar a la muchedumbre y se centran en nosotros, me aclaro la voz muy dispuesto a acabar con todo.
— ¡No importa si piensan que lo mejor es matarlos! ¡No vamos a cambiar mi forma de trabajar y proteger a esta ciudad! ¡Yo no estoy aquí para juzgar, estoy aquí para defender! ¡Y si alguien se encuentra en peligro, yo y mi nuevo compañero —sujeto su hombro —nos haremos cargo! ¡Solo quería que lo supieran para que no se asustaran al verlo por las calles! ¡Deadpool es nuestro aliado!
Todos se quedan en completo silencio, el grupo que apoya el actuar de Wade se encuentra tan silencioso como el grupo opuesto, pero apenas lo guío a salir de detrás del podio ambos grupos se acercan alejándonos del otro, desconozco lo que le preguntan y lo que contesta pues estoy suficientemente ocupado escuchando y respondiendo cientos del preguntas al mismo tiempo.
Después de haber hablado con la comisaría y de que el sargento en jefe nos citara próximamente a una junta con todos los sargentos de las comisarías, salimos juntos, yo lo llevo básicamente colgado del cuello mientras nos desplazamos entre edificios y él ríe.
—Necesito proponerte algo más.
— ¿De verdad? —comento con gracia mirándolo de reojo — ¿Ahora qué?
—Necesito que me lleves a la nueva oficina de mi amigo.
—Uh... El rastreador informático.
—Le decimos comadreja, o puedes simplemente llamarlo Wiss. Es un colega mío desde hace un tiempo, bueno como amigo y como empleador y trabajador. Hemos levantado nuestra fortuna juntos. Y también es bueno para las finanzas.
—Bueno... Sí. Dime la dirección.
Wade comienza a señalarme las calles y yo sigo hasta un barrio bastante concurrido y sucio, hay bares y algún que otro centro nocturno de juego. Nos quitamos el traje en un callejón y Wade me toma la mano para guiarme hacia la calle principal en donde esquivamos basura y gente hasta adentrarnos en un edificio un tanto viejo.
—En nuestro lado de la ciudad, Wiss fundó un bar para mercenarios llamado Sister's Margaret, bien ambiente y mala compañía. Pero decidió dejarlo en manos de uno de sus subordinados porque quería hacer más grande el negocio al tomar clientes de este lado de la ciudad.
—Suena como... Un increíble empresario de los barrios bajos... —observo la pared sucia con distintas sustancias una más desagradable que la otra —aunque este sitio es...
—Una porquería. Su oficina también lo es. Sé lo dije.
— ¿Y qué tal le va el negocio?
—Creo que bien. Se han afiliado al menos diez tipos recomendados por sus antiguos clientes.
Al detenerse toma la perilla y simplemente la gira para adentrarse, de frente a nosotros hay una ventana y a mano derecha un escritorio repleto de papeles y artículos mecánicos, a la izquierda un sofá rojo bastante desvencijado con dos cojines sorpresivamente nuevos y de distintos tonos. Wade toma asiento en el sofá extendiendo los brazos sobre el respaldo y señalándome el sitio a su lado con la mirada, aprieto la mochila que hemos pasado a traer en donde tenemos guardadas nuestras máscaras, me siento a su lado y él sonríe inclinándose para besar mi mejilla.
— ¡Comadreja!
— ¡Estoy cagando! ¡Déjame cargar en paz!
—Es un encanto ¿No lo crees?
—Si... —comento ciertamente incómodo.
Mientras esperamos un tipo se adentra en la habitación saludando a Wade con un asentimiento y acomodándose contra la ventana para mirar al exterior, no tiene máscara ni nada especial, solo cuenta con una camiseta negra y unos jeans rotos de la rodilla, además de su apariencia de convicto que puede destrozarte con sus propias manos. El hombre que sale del baño subiéndose la bragueta con rapidez, es delgado y pequeño, un tanto torpe y muy... Muy sucio, su ropa tiene manchas por acá y por allá y parece no haberse lavado el cabello en suficiente tiempo, es sorpresivo que el cuarto no... No apeste.
—William, es un gusto.
— ¿Ya te depositaron?
—Si. —exclama con calma y abre una vieja caja fuerte contando el dinero frente a nuestras narices —doce mil. Completos, puedes contarlos
—No me has fallado, y si me fallas sabes que te cortaré la cabeza.
—Siempre es un placer tratar contigo.
El hombre se marcha y la atención del tal "comadreja" se centra en nosotros. Pude verlo, ante la amenaza del hombre calvo este hombre de apariencia debilucha tomó un arma de debajo del escritorio, también tiene un arma tras uno de sus cuadros mal acomodados y otra en la parte trasera de este sofá en donde Wade a metido la mano, parece haber alguna daga en la tierra de la maceta y... Juraría que al entrar pise una zona hueca.
—Tienes bastantes armas —comento.
—Sí... —expone con calma sin apartar la mirada de mi —apenas y note que te diste cuenta.
—Um... De seguro tienes más de las que he visto, pero... Algunas —palmeo el espacio entre Wade y yo —tienen un sitio muy fácil de localizar.
—Te dije que las del sofá se encajan en el culo con tan solo sentarse.
—Vete al diablo Wade. Cómo sea, —nos observa a ambos — ¿Por qué han venido?
—En primera. —rodea mi hombro señalándome con su palma —Conoce a Peter, mi... Pareja en la vida de héroe.
No hemos acordado ser una pareja en verdad, dormimos juntos pero no tenemos sexo, nos besamos y abrazamos pero no hemos formalizado absolutamente nada.
—He visto la noticia, por eso mismo me dieron ganas de ir a cagar. ¿Que piensas que haces masacre? ¿Ser un héroe? Disculpame chico, pero eso no tiene ganancia alguna.
—Tiene razón. —declaro sin vergüenza alguna —Ya has visto en donde vivo.
—Las ganancias no me interesan tanto si contamos con los tres restaurante lujosos que manejo, mis cuentas de inversión y lo ahorrado por ser un mercenario. Tengo dinero para estar tranquilo y vivir como Batman si así lo deseo, pero... No lo deseo, del todo.
—Del todo. —entorna la mirada bufando — ¿Qué quieres masacre?
—Pues... Que nos cuides la espalda, que borres toda información que puede llevar a la pista de su rostro, y... Que trabajes para nosotros.
—No pienso dejar mi trabajo como punto intermedio para los malditos mercenarios, te he dicho millones de veces que este trabajo me gusta Wade. No sean tan hijo de puta.
—Y... —expongo con precaución y me interpongo en su lucha de miradas —Wade, no me has hablado de nada de esto.
—Bien. —acaricia mi mejilla para regresar la mirada hacia su colega —Mi plan es comprar un sitio, el dinero que no quieres gastar de tus cuentas lo voy a gastar de las mías, te comprare un maldito sótano para que fundes tu Sister's Margaret dos, seguirás trabajando como intermediario pero también nos cubrirás la espalda e informarás antes que los policías.
— ¿Por qué quieres que informe antes que los policías? —cuestionamos al unísono sorprendiéndonos mutuamente.
—Porque, mis queridos amigos, la policía complica y hace que todos se sientan nerviosos. Si llego antes puedo detener todo antes de que de inicio. ¿Qué tal suena?
—Es... —asiente —posible. Durante los asaltos normalmente la gente siempre tiene el celular encima, ya sea un mensaje o un vídeo, son cosas que suceden primero que una llamada a la policía.
—Yo solo interceptó los radios policiacos. Pero... Si es posible, la verdad es que realmente no suena mal.
—Y, no bastando con darte un lugar digno y llamativo, te voy a enterrar en equipo tecnológico de punta... Tú serás nuestro Alfred.
— ¡Oh! Quieren ser como Batman y Robin.
—Al contarte lo del dinero ya debiste haberlo deducido comadreja. Soy un maldito tipo rico con armas que busca hacer el bien en la ciudad, claro que puedo ser Batman.
—Pero serías Robin —bromea su amigo —ya sabes, Batman es el líder y quién te está enseñando a ser un héroe es... El chico. Tú, mi querido amigo, serías Robin, así que puedes ir comprando esos calzoncillos enseña trasero que te quedarían horribles.
—Tengo un muy buen trasero comadreja.
Mi risa fluye por si sola. Ambos me miran y sonríen levemente para luego levantarse, Wade camina hasta el escritorio y sus palmas se estrechan.
—Pero sabes que soy más fan del gatito que de los murciélagos.
—En si no creo que Robin sea un murciélago. —terminando el saludo se dirige hacia mí — ¿Me permites mover datos tuyos y acomodarlos a mi antojo?
—Claro.
El resto de la tarde Wade le habla de los locales disponibles en la zona y de los posibles arreglos que podrían hacer para aquella base oculta que quiere tener, y yo... Yo escucho y opino y... Y lo veo, tan emocionado.
Wade y yo volvemos en taxi hasta mi apartamento, nos recostamos apenas llegamos y no puedo evitar sonreír al tenerlo a mi lado en la cama, giro de costado acariciando su mejilla... Y justo cuando estoy por besar sus labios puedo escuchar una sirena a la lejanía, él observa la ventana y vuelve su mirada hacia mí con emoción.
— ¿Listo para ser un héroe?
—Hasta me he atrevido a traer un poco de equipo.
De su mochila de hello Kitty saca algunos collares con micrófono incluido, comunicadores.
—Son de largo alcancé, Wiss los mejoró.
—Bien, un pequeño cambio al traje no es malo. Quítate la ropa y vayamos a la acción.
—Eso suena tan malditamente provocativo que ya siento que mi erección crece.
—Solo muévete.
Ambos nos deshacemos de la ropa de civil y en cuestión de segundos tomamos nuestras respectivas máscaras, salgo a la pared a cuatro patas permitiéndole colgarse a mi espalda, y apenas estamos listos suelto las manos dejándonos caer hasta que mi telaraña nos eleva. Wade ríe contra mi oído abrazándose a mi cadera.
Nuestra relación no fue lo común desde el inicio, y seguirá siendo poco común en todo el camino que tengamos que recorrer, pero... Me gusta estar con Wade, escuchar sus tonterías y verlo a todas horas y en todos los aspectos, me gusta saber que lo intenta, que se amolda, que cambia por mí aunque desde un principio nunca estuvo mal. No tengo idea de lo que nos espera, de como podremos con ello, pero... A su lado... Estaré bien. Estaremos bien.
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