OMG Especial de Link y Sidon
En Fungwarry existen infinidad de historias, por lo que decir que nuestros protagonistas de la franquicia de 'Mario Bros' son especiales, sería una mentira.
De hecho, años antes de Bowser y Luigi, ya existía otra pareja de enamorados secreta en su franquicia hermana 'The legend of Zelda'. Quien sabe, tal vez Miyamoto solo tiene mala suerte.
Fue en el año 2016 que el profesor llamó a los protagonistas de la franquicia para conocer a sus nuevos compañeros. Sin embargo, la pareja estaba teniendo problemas; aunque, siendo sinceros, siempre los tenían.
Zelda golpeteaba sus brazos con sus dedos mientras esperaba a que Link terminara de estar listo.
–Debíamos estar ahí hace cinco minutos– gritó la chica.
–¡Ya voy! No encuentro mi corbata– respondió Link.
Giró los ojos mientras se levantaba.
–Te lo he dicho cientos de veces, es totalmente inaceptable que una princesa llegue tarde a sus eventos– lo jaló del brazo.
–Entonces ve tú sola y en un rato te alcanzo– se zafó.
–¡No es correcto que llegue sola!
–Todo quieres, pero nada te parece– hizo una mueca –Ok, me rindo– cerró su cajón –Iré a pedirle a Mario una prestada– salió del cuarto.
Su novia lo siguió haciendo un gran esfuerzo por aguantar no decirle todo lo que estaba pensando.
Por su parte, Link odiaba como cada día tenían que discutir por las cosas más ridículas posibles. Sabía que él no era el hombre que Zelda esperaba, pero ella tampoco era lo que se le había prometido.
El asunto de los destinados dentro de Fungwarry era hermoso para casi todos, pero no para el chico.
Tal vez las cosas hubieran sido diferentes si su destinada de verdad fuera agradable, o al menos hiciera un esfuerzo por serlo. Sin embargo, él sabía que no tenían nada en común.
Zelda de verdad hacía un esfuerzo en cambiarlo para que pudieran combinar, pero Link no estaba dispuesto a ceder, mucho menos si ella no cambiaba en nada.
Después de conseguir la corbata, caminaron a paso veloz hacia el comedor donde habían sido citados.
–Al fin llegan– los miró Miyamoto.
–Una disculpa por la demora– habló Zelda –Alguien tuvo un inconveniente– miró molesta a su pareja.
–¿Aún alcanzo a comer?– la ignoró Link.
El profesor rio –Los platos no se han servido, toma asiento.
–Genial– fue hacia la mesa.
De nuevo era seguido por Zelda.
Soltó un gruñido, tan solo una vez quería sacársela de encima por lo menos cinco minutos.
Como un regalo del cielo, las únicas dos sillas libres no estaban juntas. Incluso estaban algo alejadas.
Se apresuró a sentarse, mientras que Zelda se quedó mirándolo con notoria molestia.
El chico de la silla junto a Link se levantó.
–Si gusta, puede tomar mi asiento, majestad– le dijo.
Antes de que la chica pudiera responder, Link habló –Oh, a ella no le gustará eso. Ya calentaste el asiento, cosa que le molesta– forzó una sonrisa –Querida, creo que la silla en aquel extremo está vacía– la señaló –¡Y mira! Está frente a unas flores, justo como te gusta. Hoy debe ser tu día de suerte– miró a su novia.
Zelda hizo un esfuerzo por no maldecirlo ahí mismo.
–Que considerado, querido– respondió –Te veré un rato entonces.
Se agachó para poder besarlo, pero Link no pareció entender el mensaje. Al final, ella solo giró los ojos y se fue.
–Al fin– se dejó caer contra su respaldo.
El chico a su lado soltó una risita.
El hyliano lo miró.
–Lo siento– dijo este –Eso fue inapropiado– escondió sus manos bajó la mesa.
–Nah, lo que yo hice fue inapropiado. Lo tuyo una reacción natural, supongo– le sonrió –Soy Link, un gusto– le tendió la mano.
–Sidon– la estrechó.
–Es bueno ver de nuevo a los zoras después de un tiempo ¿Ya sabes qué papel tendrás en el juego?
–Casi el mismo que el de mi vida diaria. Príncipe.
Link sintió que se ahogaba con su saliva.
–Lo siento mucho, majestad– se apresuró a hacer una ligera reverencia.
Soltó una risita –No tienes por que hacer eso. En todo caso, yo soy el que debería mostrarte respeto ¿No crees? Después de todo, eres el protagonista.
–Solo soy un actor, nunca he hecho una verdadera hazaña o corrido un verdadero riesgo.
–¿Tienes un doble de riesgo?
–No.
–Entonces creo que si has corrido peligro. Aunque las amenazas estuvieran controladas hasta cierto punto, has hecho miles de peleas y acrobacias que podrían lastimarte.
–Eso es una manera muy positiva de verlo– forzó una risa.
–Me gusta ser positivo.
–Personas como tú se aprecian en el mundo.
–Personas valientes como tú también– le sonrió
Un ligero sonrojo brotó de sus mejillas –¿Sabes? En verdad espero que lleguemos a trabajar mucho juntos y no solo crucemos tres palabras en todo el juego.
–Lo mismo digo.
Para su fortuna, así fueron las cosas.
Cuando les entregaron sus guiones, Link se apresuró a buscar sus interacciones con el zora y quedó encantado al ver que aparentemente tendrían varias horas de grabación juntos.
Su química era innegable para cualquiera que los viera. Miyamoto incluso agregó escenas para que tuvieran más tiempo en pantalla compartido. Cosa que en parte fue buena, pues ¿A quién no le gusta ver a dos personajes llevándose bien? Sin embargo, por otro lado, ambos eran tan bromistas que terminaban interrumpiendo las grabaciones y alentaban todo el proceso.
Todo esto escaló tanto que Miyamoto tuvo que intervenir.
Citó a Link en su oficina después de que terminara su grabación de ese día.
–¿Qué está pasando?– se cruzó de brazos.
–¿Qué está pasando de qué?– lo miró Link confundido.
–No te hagas el tonto– hizo una mueca –Estás saboteando las grabaciones apropósito
–¿¡Qué!? No– desvió la mirada con un ligero sonrojo.
–Te agradó Sidon ¿No es así?– alzó una ceja.
–No tengo idea de donde lo sacaste, pero, por favor, trae más gente así al juego– respondió.
–¿Para que sigan atrasando mi grabación? No gracias. Oye, me alegra que hayan logrado tener ese vínculo; es lindo de ver en cámara; pero debe tener un límite y ustedes ya lo están cruzando. Incluso tardan en estar listos para la grabación.
–Perdón– giró los ojos –Solo nos quedamos platicando y...
–Si tanto quieren hablar, háganlo después de grabar ¿Quieren pasar tiempo juntos? Ambos tienen habitaciones donde pueden pasar tiempo juntos y, aun mejor, a solas.
Frunció ligeramente el ceño –No puedo invitarlo a mi alcoba, no sé si ya estamos en ese nível ¿Entiende?
–No y no me interesa– bufó –Solo dejen de atrasar mi proceso. Tengo una fecha límite para entregar el juego y no puedo retrasarme más– escucharon una alarma proveniente del celular de Miyamoto –Tengo que atender otro asunto, puedes retirarte– lo echó.
El chico soltó un bufido y metió las manos a sus bolsillos antes de salir al pasillo.
Nunca había sido fan de dar el primer paso en nada; ya antes lo habían molestado por ser demasiado entusiasta o insistente.
Había conocido a Mario seis años atrás y apenas hacía dos se había animado a invitarlo a su habitación ¿Ahora debía hacerlo con alguien a quien apenas conocía de días? Y aún peor, un chico que le atraía.
Link nunca negó su atracción hacia los hombres; claro que intentaba convencerse de que también tenía gusto por las mujeres, solo no había conocido a la correcta aún.
Incluso pensaba que llegaría a sentirse culpable si lo invitaba, más que nada por Zelda.
–Ey– apareció Sidon frente a él.
–¿Uh?– se detuvo y lo miró –Oh, hola– le sonrió.
–¿Todo bien? Vi que Miyamoto te llamó a su oficina ¿Te metí en problemas?
–Para nada– mintió mientras le daba un ligero golpe en su espalda –Solo me decía que está feliz de que al fin hable con más gente.
–Que alivio, me sentiría muy culpable si te regañaran por mi culpa– rascó la parte baja de su nuca.
Tragó saliva y jugó con sus dedos.
–Oye– dijo Link con dificultad –¿Te gustaría comer conmigo?– tartamudeó.
–¡Claro!– le sonrió –¿Qué te gustaría?
–Hay un restaurante muy bueno en la ciudad.
–Oh, no puedo salir de Fungwarry.
–¿Cómo?
–Soy un zora, sería raro salir y que la gente me señale por ser un pez gigante.
–Pero no le harías daño a nadie.
–Es mejor ahorrarse problemas ¿No crees?
–Supongo– respondió no muy seguro.
–Pero si tú quieres ir está bien, podemos comer juntos otro día.
–No ¿Cómo crees? Lo que quiero es ir contigo.
Se hizo un pequeño silencio.
Sidon carraspeó –Pues, si quieres, podemos ir juntos al comedor y luego podrías venir a mi cuarto y pasar un tiempo juntos– desvió la mirada con un ligero sonrojo.
–Suena perfecto–lo imitó junto con una ligera sonrisa.
Al final, el plan de ir a la habitación de Sidon se vio frustrado cuando el zora recordó que este se encontraba bajo agua y, por obvias razones, el hyliano no podría sobrevivir. Entonces decidieron mudar el plan a la alcoba de Link.
Los dos reían al hablar de los temas más random que se les ocurrían, con las opiniones más ridículas en las que podían pensar.
–Ok, yo tengo una duda sobre ti desde hace rato– confesó Link –Pero no sé si sea ofensiva o algo así.
Arqueó una ceja –Me tienes intrigado.
–Es sobre la comida.
Ahogó una risa –¿Me vas a preguntar si como pescado?
–¿¡Qué!? ¡No!– gritó con las mejillas coloradas –Iba dirigida específicamente al sushi.
–Obviamente no como sushi, sería desagradable– hizo una mueca –De hecho, el filete que te comiste hace rato pudo bien haber sido mi tío.
–¿Uh? Amigo, enserio lo siento, te juro que no lo pensé– soltó con notorio nerviosismo.
Sidon soltó una carcajada –Te estoy molestando.
–¡De verdad me asusté!
–Lo sé, te veías lindo– se rascó la mejilla. El rostro de Link se pinto de rojo; fue entonces que Sidon cayó en cuenta de lo que había dicho –¡Lo que quiero decir es...
–Ya no quieras corregirlo– le lanzó una mirada burlona –Además, sí soy muy lindo– bromeó sacudiendo su cabello.
–Perdón– masculló –No quería incomodarte.
–Para nada– se acercó a él –Yo también creo que eres guapo– lo miró coqueto.
Sidon volteó hacia el suelo –Yo también tengo una duda.
–¿Ajá?
–¿Cómo es todo eso de tener destinada?
Hizo una mueca –Ah, eso– gruñó –Pues solo llegas a la academia y te presentan a quien se supone que es el amor de tu vida– apoyó su barbilla sobre sus manos –Pero es bastante estúpido. No buscan a tu media naranja, si no la de tu personaje.
–Veo que tienes problemas con Zelda.
–Yo no tengo problemas con Zelda. Ella en general es el problema– se recostó sobre la cama.
–No creo que sea tan malo– se dejó caer a su lado –Tal vez solo deben hablar y...
–Ella odia que hable. Me lo ha dicho miles de veces– miró el techo –Supongo que esperaba que fuera mudo.
Rio –En su defensa, yo también creía que ibas a serlo.
–Ja ja– hizo una mueca –Tal vez todo sería más fácil si lo fuera.
–No digas eso– lo miró –Si así fuera no estaríamos aquí ahora ¿No crees?
–Si así fuera tendría una relación estable y sería menos molesto.
–Dices querer una relación estable, pero ni siquiera parece que Zelda te guste.
–¿Eso qué importa?
–Es tu vida ¿Cómo puedes vivirla sin amor?– frunció el ceño.
–Te acostumbras– suspiró.
–Tonterías– giró los ojos –El amor es como una fuente de energía vital constante. Es una motivación más para levantarse y sonreírle al mundo.
Forzó una sonrisa –Aprovecha que eres un aliado y puedes gozar esa libertad.
Hizo una mueca y se levantó.
–No dejaré que te des por vencido en eso– lo obligó a incorporarse –Vamos a ver. Dime cómo sería tu tipo ideal.
–¿De qué servirá?
–Solo hazlo.
Gruñó –Bueno, primero que nada sería alguien que le guste hablar conmigo. No tiene que necesariamente tener mis mismos temas de conversación, pero al menos intentar entenderme. Alguien que mínimo finja reírse de mis chistes.
–¿Por qué fingir? Tus chistes son buenos.
–¡Gracias!– soltó –También debe ser alguien que le gusten las aventuras y estar al aire libre. Alguien que no odie la música ni salir de fiesta. Una persona a la que no le avergüence bailar a mi lado a pesar de que tengo el peor sentido del ritmo posible– una sonrisa se formó en su rostro sin darse cuenta –¿Pido demasiado?– llevó sus ojos a Sidon.
–Pides lo necesario para ti– le sonrió –Y eso es más que suficiente.
Forzó una risa mientras una lágrima resbalaba por su mejilla –De todas maneras, aunque esa persona existiera, no es posible.
–Estoy seguro de que puedes llegar a un acuerdo con Zelda. Solo deben intercambiar lo que les gustaría hacer con el otro y...
–No– lo interrumpió.
–Puede que en estos momentos parezcas que no se puede, pero...
–Sidon– rio –Hay una cosa más.
–No creo que sea la gran cosa como para que ella no pueda cumplirla.
–Mi tipo ideal es un hombre– confesó.
Ninguno dijo nada durante para lo que Link parecieron como horas.
Sidon solo lo miraba sin expresión alguna.
–Oh– masculló.
–Oh, en efecto– suspiró –Perdón si te incomodé. Entenderé si no quieres estar más aquí.
–¡No! ¿Cómo crees? Yo también soy gay, solo me sorprendí.
Link dio un ligero salto.
–¿Eres gay?
–Creí que era obvio. Al menos eso me dice mi papá.
–Pues yo no lo hubiera sospechado– rascó detrás de su nuca.
Sin darse cuenta, las mejillas de ambos ya estaban pintadas de rojo.
–En ese caso, supongo que tener una destinada es un asco.
–Una pesadilla total– lo miró –Pero está bien, es lo único malo de aquí– le sonrió –Por otro lado tengo grandes amigos, un pago por hacer lo que me gusta, un techo para dormir y comida deliciosa– hizo una pausa –Y te conocí a ti– tomó su mano.
–De todas formas, me gustaría que tuvieras el poder de elegir, sobre todo en una situación tan importante como elegir a tu compañero de vida– entrelazó sus dedos.
Ninguno reaccionó en ese instante, pero fue un momento en el que lograron sentirse seguros.
Los siguientes días siguieron acercándose cada vez más. Incluso podía decirse que sus coqueteos dejaron de ser discretos y se volvieron más constantes.
Ya era hasta extraño ver a esos dos separados. Cosa que claramente no pasó desapercibida para Zelda.
–¿De quién estás enamorado? Entró al chica de repente a la habitación de su novio.
–¿La de tocar no te la sabes?– la miró molesto.
–¿Quién es tu novia?– lo ignoró mientras se ponía frente a él.
–Tú– giró los ojos –¿Ahora qué te pasa?
–Siempre estás con Sidon, la gente está empezando rumores.
–¿La gente nunca ha tenido amigos?
–Los amigos no se tratan como ustedes dos. Compara tu relación con Mario y tu relación con Sidon, no son parecidas.
–Eso es porque Mario es mucho más serio. Lo estás sobre pensando demasiado– se sentó –Tú también tienes una amistad muy cercana con Peach.
–Es diferente, somos mujeres, es común que nos tratemos así ¿Pero tú? Ni siquiera eres cariñoso conmigo– se cruzó de brazos.
–Tú no lo eres conmigo.
–Escúchame– lo jaló por el cuello de su camisa –No sé qué jueguito estás jugando ahora, pero si me termina afectando, no sé cómo, haré que te despidan.
–Lo que tú digas– la hizo a un lado para después mirar su celular –Si me disculpas, me tengo que ir.
–¿A dónde?– se cruzó de brazos.
–No te importa– frunció el ceño –Adiós– salió de la habitación.
Era obvio que se encontraría con Sidon. Verlo siempre se convertía en el momento más valioso de su día.
Las grabaciones juntos habían terminado y debían aprovechar sus momentos el uno con el otro antes de las vacaciones.
Además, ese día sería importante, pues Link confesaría sus sentimientos al zora.
Recogió unas flores del arbusto de rosas amarillas y fue a reunirse con él dentro del laberinto.
Sidon ya estaba esperándolo con un pequeño día de campo junto al estanque.
–Perdón por tardar, tuve unos inconvenientes– le sonrió Link apenas lo vio –Pero te traje esto– le acercó las flores.
–Son hermosas– las recibió con un sonrojo –¿Todo bien con Zelda?
–Obvio no– giró los ojos –Pero no hablemos de ella ¿Quieres? Vamos a comer, aprendí a hacer comida vegetariana solo para ti.
–¿¡De verdad!?– se emocionó –Yo te busqué un reemplazo al sushi con casi el mismo sabor– lo sacó de la canasta.
Ambos esbozaron un par de sonrisas.
Conversaron sobre temas triviales y rieron como ya estaban acostumbrados.
No cabía duda de que ambos estaban más que encantados por el otro. El brillo en sus ojos siempre los delataba.
–Hay algo que quiero decirte– dijo Link cuando el sol se estaba ocultando.
–Yo también– le sonrió Sidon.
–Tú primero– dijeron al unísono –No, tú primero– rieron –Ok, yo lo haré ¡Me gustas!
Se quedaron callados.
–¿Qué dijiste?– lo miró Link.
–¿Qué dijiste tú?– lo imitó el zora.
Sus rostros se pintaron de rojo.
–¿Lo dijiste enserio o de broma?– masculló el rubio.
–¡Jamás bromearía con eso!– tomó su mano –Link, creo que eres asombroso y me haces sentir como nunca pensé que sería capaz. Y bueno, no voy a mentir, la verdad me pareciste atractivo desde que te conocí– se rascó la nuca.
–Me siento igual– murmuró –Nunca pensé que podría llegar a ser tan feliz como lo soy cuando estoy a tu lado.
–También yo– se acercó a él –Pero tengo miedo de lo que pueda pasar a partir de ahora. Zelda...
–Ella no me importa y lo sabes.
–Pero no quiero que te lastime.
–Solo fue un pequeño rasguño. Además, me prometió que ya no lo haría– suspiró –Y no tiene por que enterarse. Quiero estar contigo– acarició su mejilla.
–No podríamos ser públicos ¿Estaría cómodo con eso?
–Sí– se encogió de hombros –Por que no me importa lo que los demás crean sobre nosotros siempre y cuando yo sepa la verdad ¿Qué hay de ti?
–Un romance secreto suena como algo sexy– le lanzó una mirada coqueta.
Link rio –¿Puedo besarte?– le preguntó.
–¿No te molesta que sea un pez?
–Siempre he sido fan de los mariscos– bromeó.
–Mejor ven aquí antes de que me arrepienta– giró los ojos.
Cuando unieron sus labios, toda su vida pareció cobrar sentido. Por primera vez pudieron sentir cómo era que dos corazones se sincronizaran; cómo era sentirse seguro, pero al mismo tiempo ridículamente nerviosos.
Era oficial; estaban juntos.
Los meses pasaron y llegó Diciembre. Estaban próximas las vacaciones de invierno y Link se estaba volviendo loco tratando de buscar un regalo para su novio. Quería llevarlo a un restaurante en el pueblo cercano, pero al ser un zora las cosas se complicaban.
Soltó un pesado suspiro y caminó hacia la oficina de Miyamoto.
Tocó la puerta.
–Pase– escuchó desde el interior.
Abrió y asomó la cabeza.
–Hola– entró.
–¡Link! Que agradable sorpresa– le sonrió el maestro –¿Qué necesitas? ¿Ya terminaste de empacar?
–Uhm, aún no– agarró su muñeca –Yo quería preguntarle algo– se acercó al escritorio.
–¿Qué cosa?
–Quiero regalarle algo a Sidon por las fiestas y pensé en invitarlo a cenar, pero es un zora, lo cual complica las cosas, así que... No sé, pensé que usted podría tener algo mágico que haga que las personas no lo noten o algo así– empezó a balbucear.
El mayor arqueó una ceja.
–¿Por qué tendría yo algo así?
–Eso pensé– hizo una mueca –No perdía nada preguntando– suspiró y fue hacia la puerta.
–Aunque...
–¿Aunque?– regresó de golpe.
–Calma– rio –Hace unos meses le di una sorpresa a otro de los alumnos. Tampoco era humano– se levantó y revisó sus estantes hasta encontrar una caja –Echa un ojo a esto– la abrió. Se trataba de un montón de joyería.
–Uhm, es linda, pero ¿Qué tiene que ver con lo que pedí?
–Son mágicos, fueron creados y probados en nuestros laboratorios– le sonrió –Convertirán a cualquier criatura en humano– explicó.
–¿¡De verdad!?– se emocionó.
Asintió –Honestamente, no pensé que volvería a usarlos y pensaba en tirarlos, pero si tú quieres alguno puedes tomarlo.
Link los miró con detenimiento y se quedó admirando un anillo colgando de una cadena de plata.
Lo tomó.
–Este es lindo, discreto, pero estilizado– dijo.
–Es tuyo entonces. Eso sí. dile a Sidon que no lo use mucho tiempo o puede darle mareos y dolores de cabeza.
–Anotado– lo abrazó –Muchas gracias–se fue.
Tanto Sidon como Link habían mentido a sus familias con que pasarían las fiestas en la casa del otro. En cambio, ambos rentaron una cabaña para poder estar juntos y a solas.
El 24 de Diciembre se sentaron frente a la chimenea, cada uno con una taza de chocolate caliente.
Link se acurrucó en el pecho de Sidon mientras que este acariciaba su cabello.
–¿Quieres que te de tu regalo ya o quieres esperar hasta mañana?– le preguntó el zora.
–Mi regalo para ti es de dos partes, entonces no me importa– le respondió.
–¿Dos partes?– alzó las cejas –Ahora me siento mal con el mío.
–Nah, una la conseguí gratis– se encogió de hombros –¿Quieres ver?– se separó para poder mirarlo.
–Estoy intrigado.
–Espera aquí– se levantó y corrió a la habitación.
Había guardado la joya en una elegante caja roja con un lazo dorado encima. Se asustó un poco al darse cuenta de que sus manos estaban sudando por los nervios, pero no dejaría que eso lo detuviera.
Cuando regresó con Sidon, se sentó frente a él y tomó una bocanada de aire.
–Esto no es porque quiera cambiarte ¿De acuerdo? Solo me gustaría salir a tu lado y consentirte en las maneras que sé que puedo hacerlo– se la dio –Si no te gusta puedo conseguir otra cosa. También habían pulseras y relojes– rascó su mejilla.
Sidon la tomó y la abrió. Quedó extrañado al encontrarse con el anillo en el collar.
–Póntelo– dijo Link.
El zora obedeció. No notó el cambio al instante, pero le sorprendió la mirada anonadada de su novio.
–¿Qué pasa? ¿Me veo más guapo así?– bromeó aún sin ser consciente de lo que pasaba.
El chico sacó su celular y activó su cámara para que Sidon pudiera verse.
Sidon sintió que su alma abandonó su cuerpo al mirarse como un humano. Sostuvo el aparato con ambas manos e hizo diferentes movimientos y gestos solo para confirmar que si se trataba de él el hombre frente a sus ojos.
–Soy un humano– miró a Link.
Este asintió.
–¡Sorpresa!– formó una sonrisa nerviosa.
Empezó a entrar en pánico al ver que su novio aún no reaccionaba.
–¡No fue mi intención ofenderte!– se apresuró a decir –Si no lo quieres puedes no usarlo ¡Incluso puedo devolverlo!
–¡SOY HUMANO!– sonrió –Link, esto es aosmbroso. Ahora puedo ir a conciertos y a restaurantes y a cines y...
–¿Te gusta?– lo interrumpió.
–Me encanta– se levantó de golpe –¿Tú qué opinas?– se dio una vuelta –¿Me veo guapo?
–No más que como zora– se paró para tomar sus manos –Mañana me gustaría llevarte a cenar a uno de mis restaurantes favoritos. Tiene menú vegetariano, así que creo que te gustara.
–Estoy seguro de que sí– acarició su cabello –Muchas gracias por esto– besó su cabeza –Yo solo te compré una guitarra nueva, ahora me siento mal.
–Ver tu sonrisa es más que suficiente para mí– respondió –Por cierto, Miyamoto dijo que no lo uses tanto tiempo o puedes marearte.
Se encogió de hombros –Puedo vivir con eso. Aunque. tiene un pequeño problema– se lo quitó. Así regresando a su forma original.
–¿Qué cosa?– lo miró preocupado.
–Esto–sacó el anillo de la cadena –Creo que quedaría mejor así– se lo puso en el dedo índice –¿Tú qué opinas?– le enseñó.
–Que la gente pensara que soy territorial.
–¿Y no lo eres?– se burló.
Rio para después besarlo.
–Gracias por aparecer en mi vida.
–Gracias a ti por dejarme ser parte de ella.
–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.–.
¡JELOU!
Feliz Navidad, gente hermosa preciosa.
Muchas gracias por este año, sé que estuve más desaparecida y no actualicé tanto como me hubiera gustado, pero nunca acabaría si les dijera todas las cosas que me pasaron. Como sea, no estamos aquí para hablar de mis tragedias.
Les amo y espero que pasen unas hermosas fiestas con sus familias ya sean biológicas o elegidas. Son hermos@s y valios@s y porfa nunca se olviden de eso.
Les traje este cap como un regalo chiquito y de agradecimiento por su apoyo a este fic. De verdad les quiero y aprecio mucho.
Espero el próximo año poder actualizar cada semana como antes.
Los loveo <3
Y nos leemos pronto ;3
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