8

Habían pasado ya días desde que dormían de un lado y de otro, pero nunca en un lugar estable, la nieve comenzaba a caer aquella mañana de Diciembre, ya habían pasado varios meses de que Dumbledore los habia mandado al mundo muggle, los trabajos no eran estables y había días que tan solo comían una vez al día.

—Hay un lugar en renta al oeste de Londres—señalo Hermione el periódico Muggle que anunciaba una casa en renta.

—Esta muy lejos Granger— señalo Victor— No veo que existan muchas tiendas que requieran de empleados en esa zona y no podremos pagarla.

Draco observaba a un hombre patear la pelota con su hijo, el rubio fruncio el ceño, su padre jamás había jugado con el, se giro hacia su primo para preguntar pero cerró la boca "¿Como vas a preguntar esa estúpida estupidez?" Pregunto su mente "es hijo de un villano, no tuvo una infancia feliz y preguntas eso"

—Que tal aqui— señalo Fleur otro anuncio y luego hizo una mueca — Pero no se ve en un buen lugar ¿y si nos asaltan?

—¿Puedo comprar una de esas?—pregunto Draco y estiro su mano hacia Hermione quien guardo el dinero que habían logrado en su último trabajo.

Hermione se giro hacia la pelota de plástico que señalo Draco y se lo tendio. El rubio se alejo y Victor lo siguió.

—Donde compres una roja, la voy a reventar.

Fleur apartó la mirada y siguió buscando, después de varios minutos cerró el periódico y lo dobló dejándolo sobre la mesa de madera, los ojos azules de Fleur se posaron en una familia que hacía compras navideñas.

—Cuatro meses— exclamó la rubia.

Hermione la miro.

—¿Crees ya no poder aguantar?

Fleur le sonrio.

—Aunque no lo creas, ha sido lo mejor que me ha pasado, sin escuchar a mi padre y ver a mi madre callar cuando se le ordena, mi padre no es una buena persona...— miró a Hermione cuando la castaña apretó la mano de Fleur y le sonrio—No eres tan aburrida Granger.

—Basta de decirme así. Dime por mi nombre.

—Hecho Hermione— sonrio Fleur.

La pelota golpeo el rostro de Fleur derribandola al piso, Hermione grito y la risa de los dos jóvenes retumbó en el parque.

—¿Quien demonios...?— pregunto enojada la rubia con la pelota en mano.

Hermione apretó la boca para no reír. Fleur observo la pelota y luego sonrio mirando a Hermione.

—Toma las cosas Herms, y corre lo más rápido que puedas.

Hermione fruncio el ceño. Fleur tomó la pelota y salió corriendo del parque seguido de Hermione.

—¡Hey! ¡Devuelvan la pelota!— grito Victor— ¡Vamos Draco!

Hermione corrió hasta estar a la altura de Fleur y ambas soltaron una risa, se giro Hermione y río aún más cuando vio a los dos chicos corriendo detrás de ellas.

—¡Cuidado niñas!— grito un hombre.

Victor detuvo su paso cuando una familia salió de una de las tiendas lujosas con grandes bolsas de regalo, Draco se levantó en una banca de metal y señalo.

—Allá van

—Pues apúrate porque yo no puedo— señalo a la familia— ¿Que compraron toda la tienda?

Draco se bajo de la banca y miro las bolsas de regalo.

—Mira eso, una bolsa de piel de serpiente—señalo Draco.

Victor abrió los ojos y miró a su alrededor.

—¿Nagini?— pregunto temeroso.

Draco negó.

—No inventes Victor— soltó entre risas— De Nagini saldrían mil bolsas no solo una.

Un hombre encargado de repartir las bolsas a la tienda llegó en una camioneta blanca, dos trabajadores abrieron la cajuela y extrajeron varias bolsas de piel de serpiente.

—De acuerdo, ya me preocupe— exclamó Draco.

—¿Nagini?— pregunto Victor con tristeza y se sentó al lado de las bolsas que dejaron en el piso— Oh Nagini, por favor perdóname, no quería que terminaras hecha en bolsas...

¿Que demonios dices?— pregunto Nagini llegando hasta ambos jóvenes escondida en la alcantarilla.

—Oh, aún puedo escuchar tu horrible voz— exclamó Victor.

Draco miro a Nagini y soltó una sonrisa.

—Ve con las chicas yo me encargo— le murmuró.

Nagini siguió avanzando en la alcantarilla hasta perderse.

—Vamos Victor...

—No Draco, no— el pelinegro se aferro a la puerta de la tienda— Debo comprar la bolsas en memoria de Nagini ¡Draco!— grito cuando logro apartarlo.

Draco lo jalo del brazo bajo la mirada de las personas quienes lo observaban extraño hasta apartarlo de la tienda.

—Ahora si me va a matar mi mamá...—sorbio con la nariz y miro a Hermione y Fleur quienes observaban una casa—¿Que es este lugar?

Hermione observo su antigua casa, en donde paso parte de su infancia y adolescencia antes de que sus padres fallecieron. Nunca pudo venderla.

—La casa de mis padres—contesto con lentitud mientras se acercaba a la puerta.

Hermione abrió la puerta y la empujó, esta rechino hasta quedar abierta, dio un paso hacia adentro y sus ojos se posaron en las fotografías que tenía con sus padres, soltó un suspiro triste.

—Podemos quedarnos aqui— anunció.

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