Capítulo 40: "La Cacería"
—Rebeca ¿Eres tú?— susurra Cristian. Observa la silueta brillante de un cuerpo tirado, en una pantalla negra. Olfatea su dulce aroma —Si eres tú— murmura —Tengo que sacarte de aquí— la recoge y la sostiene entre sus brazos —Vaya que es pesada—. Piensa aferrando los dientes forcejeando con el peso hasta que busca una posición cómoda, — ¿A dónde voy?— extiende su nueva visión y advierte cada habitación; atravesando las paredes y todo objeto que contoneara una silueta, creando un camino. Mas al fondo logra percibir el laboratorio médico y escucha la voz de David como si estuviera cerca —Wow ¿Cómo logré eso?— piensa. Menea la cabeza arrojando su inquietud y se concentra en llevarla.
Saliendo al pasillo, ve unas figuras humanas transitando por sus lados, siente como suena los latidos de su corazón, se estremece nervioso pues se estaba adaptando. Sigue andando y algunos notan extrañados la chica que tenía entre sus brazos; vuelve en sí y se decide en seguir, siente en sus manos un hormigueo por sostener a su amiga, aquel hormigueo se hacía más débil —Aguanta Rebe— susurra— Tengo que llegar rápido pero ¿Cómo?— enseguida un extraño efecto se incorporó a su visión. De todas las siluetas desordenadas que le rodeaban, fueron opacándose, hasta resaltar las que le importaba. Su oído comienza a interceder y por medio de las vibraciones de sus pasos, se le arma una imagen más visible de la realidad en cuestión de segundos —Bien— suspira aliviado. Acelera el paso pero sorpresivamente alguien abre una puerta a centímetros de su cara, increíblemente todos sus sentidos trabajan concentrados en sus reflejos y de forma automática desliza girando sus pies evadiendo el inoportuno golpe — ¡Como hice eso!—exclama en la mente— ¿Cómo lo vi?— inquiere anonadado. Ahora sentía el calor de cada movimiento, calculando su llegada.
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Mientras tanto, andaba Mac emprendiendo su cacería. Eran la una de la noche, corría de techo en toche por cada casa que pisaba. Era tan rápido que nadie se molestaba en saber quién era; algunos deducían que era unos gatos, otros ni siquiera lo escuchaban, pues andaban transitando en el quinto sueño.
Como un águila avistando desde kilómetros a su pequeña presa, Mac andaba atento en seleccionar sus primeras almas. Desde una calle agachado sobre un techo divisa unos motorizados; era unos sujetos jóvenes muy delgados, piel oscura, de aspecto descuidado y actitud inquietante. Andaban bebiendo, fumando y escuchando reggaetón a esquina de un callejón, escondido de la luz del foco como si fueran cucarachas. Al poco tiempo se encontraban ebrios. Mac le seguía vigilando, su intuición le indicaba que son los candidatos ideales, no actúa porque aún le queda un poco de justicia en su oscuro corazón, esperando un verdadero motivo en elegirlos, una pizca de razón para secuestrar sus miserables existencias.
Enseguida, uno camina de forma vacilante como si estuviera cojo de lo ebrio en todo el medio de la pista. De su bolsillo saca una pistola y le dispara al cielo, estaba perdidamente borracho y reía a carcajadas. La gente que estaban cerca corrieron lejos muy asustados— ¿Quieren Más?— inquiere a risas el indeseable chico, a Mac se le calienta el corazón —Son <<malandros>>— susurra con desprecio.
Como una brisa de sombra aterriza cerca, escondido en la penumbra, uno de ellos se da cuenta de su llegada y avisa su avistamiento — ¡Miren!— señala. Todos giran como si fueran una sola persona y contraen sus rostros inquietos — ¿Quién es ese?— inquiere uno —No lo sé— dice el otro. El que disparó, con un aire de valor grita — Oye... sal de ahí y da la cara, perrita— sonríe con una mirada perdida.
Mac no se mueve. Tan solo aguarda en la oscuridad parecido a un león en la maleza, aquel se fastidia y sonríe en tono malicioso como un niño travieso —Si te la das de gracioso pues chúpate ESTO— apunta y dispara cuatro tiros fallidos, el ultimo le atina al brazo—Vaya perra— vuelve a reír doblándose de lo ebrio.
Se acerca jocoso al ver el cuerpo, no hay nadie, su gesto burlón desapareció de forma instantánea como si viera la escena de su muerte y se le enfrió la sangre de forma estremecedora. Estaba serio — ¿En dónde está?— devuelve su atención a sus amigos y ya no están. Intuía que algo andaba terriblemente mal, vuelve a sentir ese sofocante frio a muerte en medio de su cuello; se pone blanco del miedo porque vio una mano negra extendida al frente con alguien atrás, como si fuera la aparición de un oscuro espectro. La mano se abre lentamente, disfrutando cada segundo de hacerle sentir vulnerable y de ella caen todas sus balas chillando en el suelo unas con otras, aquel joven se pone a temblar y escucha que alguien le susurra en el oído —Es mi turno.
La noche seguía pasando y la luz de la luna se estaba escondiendo detrás de las nubes como si quisiera ignorar un horrible espectáculo. Como un fantasma, Mac se movía de sombra en sombra, la oscuridad era hora estremecedora, <<pesadillesca>> para aquel que se aventure a su desafortunado encuentro y fría para alguien que sintiese su presencia. Las calles estaban solas en algunos sitios, si caminabas en las vías más altas de difícil acceso era todo pasivo. El verdugo Mac se fastidia por recorrer esos lugares pero inesperadamente atiende un movimiento; se aproxima a divisar quien era y pues es un hombre pasado de los treintas, se detiene y se mantiene más quieto que una sombra.
Aquel escuálido y velludo sujeto no estaba solo, lo acompañaba otro pero andaba más adelante. Intuía que, iban a robar una casa. Brinca de forma forzada y torpe a un muro no muy alto y desprotegido, escabulléndose en el patio. El otro le esperaba afuera, en cuestión de minutos le abren la puerta; al parecer el que entró consiguió las llaves, Mac a la distancia brinca el muro de un paso y cae como un suspiro de brisa sobre la oscura esquina debajo de la ropa tendida. Manteniendo su distancia.
Uno de ellos, entra a la cocina mientras que el otro vigila los cuartos. Al parecer era una familia de cuatro miembros, un matrimonio y dos niñas, aquel avista a las pequeñas y el otro desconecta la licuadora y un pequeño horno eléctrico. Mac entra sigiloso de pies y de velocidad fantasmal; sin hacer ruido, como si no existiera, pero su fría presencia le causa un pavoroso escalofrió a uno de ellos. Sentía un extraño miedo, no quería estar solo y va a la cocina —Oye... pfss... ¿Cómo va todo?
— ¿Qué haces aquí? Ve a ver dónde guardan sus celulares— señala alterado su compañero.
—No puedo— se contrae de brazos
— ¿Cómo que no puedes? Si se despiertan, te ayudo en amenazarlos— dice en voz baja y rápida
—No ¡No es eso!
—Entonces ¿Qué?
—No lo sé. Siento que alguien más está aquí— expresa con una mirada pavorida.
— ¡Por favor!—se golpea la frente— no seas estúpido. Deja la <<cagadera>> y actúa ya
—Ok
Mientras se va alejando, a unos pasos de entrar en la habitación de la pareja, escucha un quejido ahogado, acompañado de un golpe seco. Gira a ver qué sucede y no ve a nadie — Oye Kelbyn...— no hay respuesta — Ya déjate de broma y di algo— enseguida ve una sombra acercándose a él —Que alivio por un momento pen...— se queda pálido tonalidad cadáver y callado como una tumba, cuando distingue a la inquietante figura de ojos rojos grita desesperado.
La pareja se despierta de forma brusca y se ven las caras — ¡Las niñas!— exclama la señora, el señor se levanta de un golpe y enciende la luz de la sala, no había nadie, solo un saco tirado en el suelo con los aparatos adentro.
Ya se acercaba el amanecer. El cielo se torneaba de un azul más celeste pero oscuro, las calles seguían solas pero algunas personas con trabajos más lejos o de horario muy tempranero, salen de sus casas de camino a la estación del metro, como en todas las mañanas.
En una discoteca, un joven alto y elegante con cadenas de oro en su pecho, sale a la calle. Al parecer no era su noche, pues había peleado con su novia, insulta a la chica, intentando de provocarla pero ella le ignora devolviéndose al local. — ¡PUES VETE CON EL! Pedazo de Zorra— insulta escupiendo; se limpia la boca y arroja la botella que tenía en su otra mano. Busca alterado su llave en su chaqueta y camina hasta encontrar su camioneta; un hermoso Audi TTQ color blanco le esperaba, desactiva la alarma y abre la puerta. No muy lejos, le vigilaban dos parejas de motorizados encapuchados.
Enciende el vehículo y parte rápido. Sale del estacionamiento, mientras manejaba, nota por el retrovisor una moto detrás de él, chita la lengua fastidiado y le da espacio para que siga, pero la moto mantiene el mismo ritmo, enseguida acelera otro alcanzándolo, el semáforo da luz roja y se detiene esperando a que los motorizados se coman la luz como siempre (Pues pareciera que todo los motorizados fueran daltónicos xD) y desaparezcan de sus vidas.
Pues terriblemente no fue así, uno golpea su ventanilla, le hace un gesto para que baje el vidrio y le señala a su parrillero pues cargaba una pistola, se asusta y de los nervios pisa al fondo el acelerador. Se inició una persecución, las dos motos detrás de él y el carro corriendo en alta velocidad, se mete en las aceras golpeando cada bote de basuras que se le atravesaban y zigzaguea como si estuviera jugando Need for Speed en modo difícil. Intentando de esquivar un autobús, se desvía a una calle y terriblemente era ciega — ¡NOOOOOOOO...!— grita alterado e intenta retroceder, pero ya era demasiado tarde, andaban esperándolo atrás.
Se pone pálido del miedo —Me van a matar— musita con una expresión tiesa — ¿Qué hago? ¿Qué hago?— se contrae sobándose la cabeza con mucha ansiedad — ¿Dónde está mi celular?— revisa su chaqueta. Ve por el retrovisor a los dos parrilleros pisando tierra, de la desesperación pisa a fondo en retroceso y acelera atrás.
Los iba a chocar pero le disparan las ruedas, el vehículo se desliza en el asfalto y se detiene, los malandros están muy molesto por tener que tomar esa medida, pues se querían llevar el carro pero ahora no. El joven del pánico, se contrae y se arroja por debajo de la guantera, le parten el vidrio donde está el volante y abren la puerta —Pedazo de porquería ¿Te la quieres tirar de Superman? ¿HAAA...? Pues te vamos a joder— le patea la espalda.
—Vamos levántate— continua golpeándolo y aquel lloraba a moco suelto contraído como un armadillo. Se estaba meando los pantalones — Si no sales, te voy agujerear— dice con una diabólica sonrisa, saca su navaja observando su filo brilloso—Vamos, que esperas... ¡Mátalo de una vez!— dice su compañero impaciente a la distancia —Ahsss... ¡Cállate Airón!, por su culpa no nos podemos llevar el auto, ¡mal nacido!— lo último lo dijo con una voz más baja, llena de rabia y sed de venganza.
Sienten una fría brisa y aquel joven entre lágrimas babosas le rezaba a Dios un milagro, aunque no sea una persona devota a las creencias, en este caso rezó por primera vez. Enseguida escucha << ¡Oye tú!... el que está disfrazado de ninja ¿Qué estas mirando? >> No se escucha respuesta << si no te vas en los próximo cinco segundos, te voy agujerear lo suficiente para que nadie reconozca tu cadáver>> ocurre unos segundos de silencios, ahora se escuchan unos disparos "Bang... bang... bang... bang..." << ¿Qué? ¿Cómo es posible? >> — Murmuran del asombro — << ¿No murió?>> << ¡Vuelvan a disparar! >> —varias detonaciones despertaron a los vecinos de la zona, muy estremecidos— << ¿Qué cosa es eso? >> <<No lo sé>> <<Vámonos de aquí>>— se escuchan el motor de sus vehículos acelerando, chillando en el asfalto. << Oigan ¡ESPERENMEEE...! >> aguarda unos segundos de silencio << No, no, ¡déjame en paz!, aléjate, no NOOOO... HAAAAAAAAA >> aquel último grito fue estremecedor. Nunca escuchó nada igual.
— ¿Quién habrá sido?— se preguntaba nervioso, limpiándose la boca. Aguardaba a que esa cosa fuera tras él. Pasaron unos minutos, no ocurre nada, se destapa la cara y se levanta deslizándose en los asientos, cuando se expone cuidadosamente al exterior avista ese repentino milagro, pues no había nadie que le amenazara y seguía con vida.
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— ¿En dónde estoy?— inquiere Rebeca un tanto mareada y débil —Ah... ya despertaste— dice Ernesto devolviendo su mirada de forma natural — ¿Cómo te sientes?— pregunta observando su cabeza —Como si me hubiesen atropellado—masculla sobándose la frente un tanto adolorida, siente la áspera venda que envolvía su cabeza. Ahora recordó — ¡Cristian!— exclama — ¿Cómo está?— exhala de forma tensa.
— ¿Cristian? No lo sé... ¿Por qué no le preguntas?— inquiere con una leve emoción en su expresión.
— ¿Preguntarle?— expresa fruncida. Se sentía fuera de tono a su pregunta.
—Si— asiente— Está afuera esperándote.
Sale del cuarto de forma delicada, aún le dolía la cabeza. Enseguida ve a su amigo sentado, su expresión era muy diferente; ya no tenía los hombros caídos, sus cejas no estaban fruncidas y su rostro volvió a recuperar su brillo cálido de antes, ahora cargaba unos lentes oscuros tipo piloto de avión que lo hacía ver más guapo — ¿Cristian?— dice sorprendida —Hola Rebeca ¿Cómo te sientes?— expresa con su voz segura y reconfortante de antes— Estoy bien— suspira de forma conmovida, se pone roja en tono sentimental, restregándose los ojos. —Lo siento—dice él recogiendo su bastón —Rebeca ¿Me escuchas?— inquiere de forma lenta y pasiva, mientras se ponía de pie. —Si— asiente — Te escucho.
—Hace días te pedí que cumplieras una promesa egoísta, ¡fui un tonto!, realmente estaba ciego, mi actitud no me permitía ver más allá y te lastimé sin ningún motivo. Quisiera prometerte otra cosa, te prometo que estaré contigo hasta el final, si me das la oportunidad, tu amistad es lo único que me importa en este momento, pues eres muy especial para mí.
—Oh... ¡Cristian!— se arroja a él y le abraza sollozando en sus hombros— No sabes, lo feliz que me siento por escuchar lo que me acabas de decir— Lo ve directo a los ojos, respira casi cerca de su aliento, por un momento ve sus labios; los notaba algo diferente y se perdía en ellos— Yo...— su corazón late con fuerza, se sentía nerviosa y un leve cosquilleo se desenvuelve en su barriga. El rubor subió en sus mejillas, sentía el calor de sus manos sosteniendo sus dedos, al parecer él estaba pensando en lo mismo —Te...— suspira en aliento mezclándose con el respiro de él —Quiero— en el momento en que por fin sus labios se acerca a milímetros de los suyos, una tercera voz interrumpe —Señor, señor... ¡Ya apareció!— era Ernesto corriendo justo al lado de ellos —¿Qué sucede?— inquiere Rebeca con la emoción cortada —No lo sé— declara Cristian con una voz más suave y lenta— ¿Qué pasa?— inquiere David tenso llegando a la sala de operaciones —Encontramos a la chica.
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Petare, en unos de sus barrios más peligrosos de Caracas, se hallaba Nima emprendiendo la cacería; era de noche, la vía estaba sola, pero adentro, en algunos oscuros callejones y pasadizos estrechos, habían grupos de jóvenes drogadictos consumiendo cocaína y marihuana. A ella no le interesaba esos adictos, le considera presas débiles y vulnerables. Quería unos bocados mucho más fuertes, que representara un vigorizante desafío, que pudiera sentir el placer de su sádica pasión. A diferencia de Mac, ella disfrutaba de su trabajo, pues cazaba y a la vez quitaba vida con toda libertad y como quisiera. Con una sonrisa inquietante y la luna detrás que le acompañaba, da inicio a su diversión.
— ¿En dónde se encuentra?— inquiere David muy inquieto.
—Según me informaron, está en Caracas, la capital de Venezuela— dice Ernesto serio.
Con un giro lleno de coraje saca su espada, fue tan rápido que el aire se corta generando un silbido sobre el metal, ve su reflejo sobre la hoja y lee el nombre de su hermano. Cristian y Rebeca entran intrigados a la sala y ella pregunta — ¿Qué sucede?— David vuelve su atención hacia ellos, de forma severa declara —Iré a cumplir mi promesa...
Continuará...
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Buenas noches, días o tardes dependiendo cuando me lean, feliz viernes para los que leen los días que publico para el resto feliz el día en que lean hehehe. Bien, nuestro tierno Mac ya dejo de ser tierno y se convirtió en un oscuro fantasma o algo similar, casi ciento lastima por esas personas pero nadie los mandan tomar ese camino ¿Qué piensan ustedes? En fin, siguiente intriga: ¿David cumplirá su promesa? ¿Qué pasará cuando se encuentren? ¿Cristian volverá a su vieja misión en encontrar a su amigo? ¿Cómo será? ¿Qué más cosas harán Nima y Mac juntos? ¿Acaso David tendrá que enfrentarse a ellos dos? ¿Acaso Rebeca le acompañará en la batalla? ¿Cristian estará preparado para ver la nueva actitud de su amigo? Todo eso lo sabrán en los siguientes capítulos, un saludo ^^
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