Capítulo 38: "Nuevos planes"
— ¿Lo conoces? ¿Verdad?— inquiere Bersatán con una mirada malévola y sus finos labios desataban una línea de gracia, marcando sus definidos hoyuelos—Eeehh, si, lo conozco— suspira Mac con cierta mirada vacilante, no estaba del todo cómodo con tenerlo cerca — ¿Quién es?—repuso su maestro con un tono de muy poca inquietud— No sé cómo se llama pero... él fue el que trato de llevarme— señala el chico con un aire de rencor en su expresión.
— ¿Te hizo daño Mac?— pregunta con dulzura su maestro —Eeehhh... solo me abofeteo y olio mi cabello— vacíala bajando la voz, veía en su expresión mucho terror sin ver sus ojos tapados y su boca amordazada— ¿Estás seguro?— sonríe Bersatán—Creo que sí... ¿Por qué?— se devuelve en ver a su instructor— ¡Piensa!— agrega con un brillo de fuego en su mirada— ¿De veras cree que solo te abofeteo y olió tu cabellera?
Mac se queda pensando por unos minutos sin hallar la razón a su pregunta y de repente Bersatán le susurra — ¿Cómo sería de tu vida si este hombre no haya intervenido?— enseguida pensó en sus padrastros muertos, la terrible persecución y el sujetó que secuestró a sus amigos —Seguiría con mi vida de antes—murmura perdido en sus ideas—Exacto— afirma Bersatán caminando a su encuentro — ahora volviendo a la primera pregunta ¿Qué te hizo Mac?— Inquiere el elegante y oscuro joven con su sonrisa maliciosa, ahora el pobre chico se queda pensando con un aire de rencor en su mirada— Ellos, ellos...— balbucea entrecerrando los ojos— Seguirían con vida.
— ¿Quiénes?
— Mis padrastros, las dos personas que de veras me amaban, mi mejor amigo y su linda amiga.
Hay unos minutos de silencios siendo intervenidos por la respiración desenfrenada de aquel hombre — ¿Crees que es justo Mac?— intercede Bersatán pausadamente.
— ¿Cómo?— inquiere Mac confundido.
— ¿Crees que es justo que te haya hecho eso?
—No— niega con la cabeza muy desanimado—Para nada, no se lo merecían. Eran buenas personas— se restriega los ojos.
—A veces la vida suele ser injusta Mac, injusta porque personas buenas como la que mencionaste padezcan en manos de enfermos como este ser— señala con desprecio —Es por eso que las vidas de ciertas personas son un desagradable error, su existencia es un decadente pecado a todo lo que es moral y los más inocentes son los que pagan, ¡eso sí es injusto!
Mac asiente cabizbajo.
—Ahora ¿Cuál es su castigo?— pregunta con una mirada diabólica.
— ¿De qué hablas?— inquiere el chico guardando cierto rastro de misericordia en su alma, Bersatán suspira fastidiado —Mac, Mac, Mac ¿No lo entiendes?— enseguida detrás del joven se enciende otra luz y este revela una mesa con instrumentos quirúrgicos para cirugías y herramientas de cortes punzantes— Mi joven, inocente y piadoso pupilo—dice— es hora de que hagas justicia inquebrantable...
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—Rebeca no llores, ven, quiero sentir el calor de tu presencia— pide el chico de mirada triste y opaca.
—Lo siento Cristian— solloza— Por favor... es... que... no puedo contenerme— cae en llantos nuevamente. Su amigo se queda callado, aguardando en su silencio, recupera un poco la calma y se echan a sus brazos. Vuelve a desahogar toda su penosa amargura en el pecho de su amigo, él le acaricia la cabeza.
—Lo siento— dice con un soplido de sollozo.
—Tranquila. No lo lamentes, no es tu culpa— advierte el apacible y triste chico de mirada perdida—Sucedió, quise correr el riesgo y ya probé las consecuencias— se restriega sus ojos—Hay que ser fuerte— balbucea —Por Mac—gimotea tapando su boca. Hay unos minutos de amargos silencios, el tiempo suficiente para desahogarse de la terrible noticia. Cristian estaba vencido, se sentía inútil pero se mantenía estable para amortiguar el dolor de su amiga, el amor de su vida.
—Rebeca puedes hacerme un favor— murmura con la cabeza agachada pero sus labios en su oído, separa su cara de sus hombros atenta en escucharle —Si— asiente con seguridad como si ese favor fuese una necesidad para remediar su dolor.
—Prométeme que te convertirás en alguien fuerte, prométeme que salvaras a mi amigo y prométeme que seguirás con tu vida sin que yo esté presente— La expresión de Rebeca guardaba una sorpresa entristecedora — ¡Cristian! ¿Por qué me pides eso?—inquiere indignada— Lo voy hacer pero contigo a mi lado, esa es mi condición.
Cristian en lo más hondo sostenía un inmenso alivio pero no quería ser una carga, no quería ser alguien débil e inútil y sobretodo un estorboso invalido en frente de ella. Ese dolor le iba ser más grande que la simple noticia de quedar ciego—No— menea la cabeza.
— ¿Por qué?— exhala con un gesto fruncido— Si somos un equipo.
—No Rebeca, ¡es imposible que ahora hagamos ese equipo!— exclama con la cabeza gacha.
—Cristian pero contigo yo... me siento más fuerte— la última palabra lo dijo con la voz muy baja
— ¿Cumplirás mi promesa?— inquiere con una expresión muy tensa.
—Solo contigo cumpliré tu promesa
— ¿A caso no lo entiendes? ¡MIRAMEEEE!— La agarra con fuerza de sus hombros, acercándolo a sus caídos y tristes ojos llenos de dolor —Mírame bien— suspira— Te estoy viendo— dice ella muy seria.
Hay unos minutos de tenso silencios y jadeos por parte de Cristian— ¡Quiero que te vayas! por favor— la suelta y aparta su rostro— Cristian por favor, no me...— Vete— interrumpe— Solo vete, no quiero volverte a ver— esconde sus ojos llorosos lejos de ella.
Rebeca se levanta y retrocede —Cristian no dejes que ese dolor nos separé.
No responde.
Con mucho pesar por su lastimoso silencio, gira a punto de partir hasta que escucha —De hoy en adelante, no me dirigirás la palabra porque ya estoy muerto...
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En la mansión, escondidas en los bosques de Maryland casi cerca de un pueblo abandonado de Black Hill en los confines más recónditos de aquella gran casa, alcanzando los sótanos, mas al fondo, entre la oscuridad detrás de las paredes donde discurrían las pequeñas cucarachas, se escuchaba unos escalofriantes gritos, más abajo llegando a las escaleras del oscuro templo, se oía claramente los alaridos de dolor y desesperación; era tan fuerte que jamás se pensaría sentir el abrumador sufrimiento en tan solo un grito que seguía uno detrás del otro, con suplica de piedad y ruego en llantos con chillidos intensos, sin ningún efecto. Se podía escuchar el crujir de los huesos, uno por uno, como palo de escoba partido de par en par, el sonido de la carne siendo rasgada y desprendida como tela era algo que deberás no te dejaría en paz.
En cuestión de segundos, todo terminó en un intenso silencio, tan profundo como una paz sofocante de origen siniestro, detrás de él lo seguían unos jadeos, lleno de agotamiento y un poco de excitación. Si alcanzas a ver la luz del fondo, se podía apreciar al corrompido Mac, arrodillado en el suelo, respirando y solo respirando con la boca abierta como si hubiese corrido un largo maratón.
De sus manos sostenía una muy larga y filosa tijera, no era la típica que se usa en las manualidades, para nada, esta era para confines de jardinerías pero en este caso fue utilizada para acarrear una tortuosa venganza. De la oscuridad aparece Bersatán, alegre, no lo esconde por su sonrisa —Buen trabajo mi Mac, cumpliste tu primera lección porque de esta partirán otras que te conllevará a tu nuevo oficio— sigue de largo con toda comodidad.
Mac seguía respirando, baja sus ojos bien abiertos pero observa con pavor sus dos manos llenos de sangre, arroja la tijera asustado, como si volviera en sí, siendo sujetadas por las ataduras débiles de su conciencia, veía el cadáver picado por pedazos pululando en el suelo. Con ganas de salir corriendo, quería huir, se sentí despreciable — ¿Qué hice?— musita con una indignación en su tono de voz como si reaccionara a un paso del arrepentimiento.
— ¿Qué hiciste?— repite Bersatán muy serio con su voz severa— ¿Por qué te avergüenzas? ¡Deberías estar alegre!— señala— ¡Míralo bien!, lo que hiciste fue justicia, solo justicia. Este hombre te quitó lo que más querías en este mundo, pero tú, SI, SOLO TÚ, le diste un doloroso castigo. Lamentablemente este castigo es pequeño en comparación a lo que te hizo. De eso deberías sentir pesar.
Mac apartaba su rostro, no quería ver el resultado de esa justicia, por un momento piensa, baja la cabeza y solo observa sus manos manchada de venganza, devuelve sus ojos y ve el cuerpo. Su tono indignado fue cambiando, levanta levemente las comisuras de sus labios, la idea en si se le estaba acomodando pero inesperadamente su estómago se regurgita por la asquerosa imagen y el sofocante hedor a sangre fresca, calló al suelo vomitando.
*********
Mientras, se hallaba la pobre Rebeca hablando con David, contándole lo que ocurrió después de la noticia, se restriega los ojos, estaba devastada—... Y..., y Mjs... por eso no quiere hablarme, Mjs... me dijo que está muerto— se entrecoge guardando su dolor.
—Lo siento— suspira— créeme que siento que tu amigo esté pasando por todo esto. Hicimos todo, de manera aceptable pero al parecer su cuerpo no lo aceptó del todo bien, lo lamento— desvía su mirada pues el dolor de culpa le hería amargamente. Rebeca se queda callada soportando aún la angustia.
— ¿Y ahora?— interviene David
— ¿De qué hablas?— suspira ella.
— ¿Qué vas hacer ahora?
— No lo sé— resopla en aliento.
— ¿Piensas abandonar la misión?
—Lo eh estado pensando, sin Cristian a mi lado no creo que haga gran cosa. Será mejor que me rinda
— ¿Estas segura?
—Creo que sí
—Quisiera contarte una anécdota. Hace años conocí a un chico que tenía un hermano, él era su mejor amigo, hacían un equipo junto, eran inseparables, siempre lo defendía y apoyaba como él le ayudaba en cosas que no manejaba bien. Un día tuvieron una misión, iban a rescatar a unos sobrevivientes de un ataque terrorista. Lamentablemente no hubo nadie que viviera y los atacó un fuerte enemigo, le quitó a la persona que más amaba y ¿Acaso crees que lo abandonó todo?
Rebeca se queda callada.
—Por él luchó para ser más fuerte, por él fue disciplinándose en cosas que no manejaba bien, no permitió que su perdida lo detuviera, al contrario se animó en seguir adelante pues siente que está a su lado como un equipo pero en su corazón, dice que no se siente solo y algún día cumplirá su promesa, una que le hizo antes de irse.
— ¿Enserio?— se asombra la chica
—Sí, porque ese chico está enfrente de ti contando su historia— los ojos de ella quedan completamente vislumbrada por la inspirante historia y de la persona que la cuenta.
—Rebeca— toca sus hombros— no des nada por perdido ni te rindas, puedes seguir luchando y a diferencia de mi tú tienes una ventaja y ¿Sabes cuál es?
— ¿Cuál?
—Todavía lo tienes— desvía su mirada al fondo— no se ha ido, está allá en esa habitación, solo necesita recuperarse, sentirse útil y tú eres la única que lo puedes inspirar a eso. Más bien él te necesita y estoy seguro que tú le salvaras.
— ¿De verdad?
—Sí—asiente— Rebeca en ti veo algo especial, eres una chica que puede lograr hacer más cosas de la que tú esperas. Solo tienes que creer un poco en ti misma.
Enseguida quedó tan conmovida, aquellas palabras le pegó en lo más hondo de su corazón, calló de lágrimas en sus hombros— Jamás nadie me había dicho lo que tú me dijiste— le abraza—Te lo agradezco mucho, a veces pensaba que era una inútil, me sentía como una chica tonta y frágil, pues todos me tachaban así— solloza y se restriega los ojos— Pero... ¿Qué hago ahora?
—Mi niña... ¡tú lo sabes! en lo más adentro de ti conoces esa respuesta. Solo que necesitas más confianza en ti misma para ejecutarla.
—Ok—Afirma repetidas veces, limpiándose los ojos.
Más tarde, en la habitación de Cristian entra ella, enciende la luz con una mano porque de la otra sostenía una bandeja con un tazón de sopa. Cristian seguía acostado sin ganas de soltar la cobija que lo cubría, quería dormir y solo dormir para no tener que encarar la inevitable realidad.
—Es hora de que comas— avisa ella colocando la bandeja en la mesa pequeña, él gira el cuerpo dándole la espalda, se cubre los oídos con la almohada.
— ¡Vamos! tienes que comer, no puedes estar toda la vida durmiendo— seguía resguardándose en su coraza de cobijas y almohadas como una burbuja, ella insiste jaloneando su sabana —Por favor, si no quieres hablarme entonces come y te dejaré tranquilo.
Seguía sin decir nada, su amargo silencio era la respuesta. Rebeca quería llorar por su indiferente trato pero traga un aire de fuerza y se contiene —Es sopa de pollo—dice con una mirada caída— lo tienes a tu izquierda y la cucharilla está adentro. Cuando tengas hambres te lo comes, no esperes a que se te enfrié— sigue adelante pero justo cuando llega a tocar la puerta, cierra con fuerza fingiendo irse y solo espera adentro manteniendo su silencio como si no estuviera.
En unos cuantos minutos Cristian se levanta sentado en la cama, gira su nariz en dirección a la sopa, gatea a su encuentro y busca la cuchara machándose los dedos dentro del tazón, quita la mano pues sintió el ardor del líquido caliente, corrige su posición y la extiende al otro lado, por fin coge la cuchara. Lentamente la levanta pero la derrama toda, estaba aprendiendo a adaptarse, lo hace de nuevo y se mantiene estable, echa un poco menos pero logra llevar el resto a su boca. Rebeca estaba alegre por su esfuerzo.
********
De regreso en la mansión, se hallaba Nima en el comedor sentada impaciente, golpetea con los cinco dedos de la mano derecha la mesa fastidiada. Ve el reloj de la pared, son las seis y cuarenta y cinco de la tarde, casi una hora después de lo acordado, chita con la lengua, bebe el resto del vino blanco que pidió.
—Esto ya es demasiado— murmura— ¡Que pérdida de tiempo!—arrastra la silla a pocos pasos de levantarse hasta que escucha— ¿Tan pronto te vas?— devuelve la vista y alcanza a ver a Bersatán entrando silenciosamente.
— ¿Por qué tardaste?— queja seria volviéndose a sentar.
—Mi pequeña Nima—sonríe— tienes que aprender a manejar la virtud de la paciencia. Sabes que lo mejor se hace esperar ¿A caso te lo vas a perder?— se sienta en su solemne trono de la sala, con toda su burlona elegancia. — ¿En dónde está?— inquiere ella con ápices de entusiasmo—Pronto—advierte el fondo oscuro— a pocos pasos y a pocos minutos veras el tan esperado y potencial resultado ¿Estas preparada?
Asiente intrigada.
—Allí, al frente veras al nuevo Mac— señala con la palma extendida— ¡Pasa adelante mi obra maestra!
Se abren las compuertas como si fueran automáticas, de ella entra una brisa fuerte y fría que mueve el enorme candelero de la habitación, las velas pestañean y las cortinas ondean como bandera, enseguida de la luz blanca intensa del fondo como si fuera la entrada al más allá aparece una sombra que se alargaba hasta donde alcanzara el brillo del suelo.
Agarraba mejor forma al escuchar sus pasos cada vez más fuertes. Por fin, allí está, aparece su figura, era él pero no parecía él sino otro — ¿Mac?— inquiere Nima impresionada y a la vez turbada "Sin palabras", parecería que estuviese viendo a otra persona.
Entra su hermano vestido de gabardina en intenso negro que se extiende hasta guardar su cuello, partes de sus manos estaban cubiertas y solo descubre los tres últimos dedos, de su cara solo su boca está tapada pero sus ojos, frente y cabeza se mantenían desnudos.
Lo que más sobresalía de su oscura aparecían eran sus ojos, su tono violeta oscuro se hizo más rojizo, tenía un brillo estremecedor enmarcado en la oscuridad de los huecos de sus pómulos, pero la mirada no se quedaba atrás, aquella caída y triste mirada había desaparecido. Ahora surgió otra completamente diferente, lleno de fuego y rugido, ahogada en el coraje y un débil remordimiento, aquel nuevo Mac era simplemente una abominación pero... ¿Quedara algo del viejo Mac?
Sonríe Bersatán, extendiendo su voz con dulzura e intenso placer, dice —Pasa adelante mi verdugo perfecto...
Continuará...
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Hola mi bien apreciados y queridos "Protylectores" espero que la hayan pasado bien esta semana. Ahora la historia se va volviendo más engorrosa; Cristian anda ciego y ya no le quiere hablar a Rebeca, David siente una culpa de responsabilidad y nuestro Mac se está convirtiendo en el villano. Al parecer el plan de Bersatán se está cumpliendo al pie de la letra. Siguiente intriga: ¿Cristian volverá a ver? ¿Volverá a hablarle a Rebeca? ¿Rebeca seguirá con la misión o por fin tendrá que abandonar a Cristian? ¿Qué pasará con Mac? ¿Ahora será el nuevo villano de la historia? ¿Acaso Eva tendrá que enfrentarse a sus dos hijos y matarlos? ¿O algún milagro pasará? Entre tantas intrigas conocerán la respuesta como siempre saben, en los próximos capítulos, un saludo ^^
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