Capítulo 17: "La perversa hermana"


Era una tarde soleada y tranquila, la brisa corría meciendo las hojas de los árboles, sonando el crujir de las ramas y el canto de las aves, pero en la casa de Eva, detrás del jardín estaba Nima enterrando a un gato muerto pero no era el único, tenía a otro amarrado, ella lo coge por las patas y aquel aterrorizado felino lo araña con desesperación, los rasguños se regeneraban muy rápidos haciendo que ella no sienta el dolor pero le era escurridizo mantenerlo quieto, enseguida optó con otro método, lo agarra de la cola y lo bataquea contra el suelo una y otra vez hasta que el animal sede del dolor y el agotamiento, lo remata lanzándolo hacia un muro y ya el animal está convaleciente pero se mantenía vivo.

A Nima se le ocurre otra idea, una idea divertida para ella pero bien sádica, va al cuarto de su mamá y agarra unos tacones bien altos y puntiagudos, el curioso Mac la ve colocándose esos tacones y le pregunta — ¿Por qué te lo pones?— ella con un tono enfadada y fastidiada le responde — ¡Que te importa!— el tímido niño se entrecoge y se echa para atrás pero presentía que algo estaba mal.

 Sale hacia el jardín preparada en subir al siguiente nivel de la maldad, se acerca hacia el gato, el pobre y lastimado animal le cuesta moverse y le veía con unos ojos tristes como si le estuviera suplicando piedad, a ella le vigorizaba esa mirada pues sentía que tenía el poder de dar como quitar la vida, comienza a deslizar la punta del tacón sobre su cabeza como si le estuviera acariciando y luego susurra en un tono sarcástico y fingido en la lastima —Uuyyy... Pobre gatito, es un pobre, triste y débil gatito— sonríe y comienza a saltar sobre él, aquel animal gime desesperado y chilla del sufrimiento, a Nima eso le sube el entusiasmo y sigue saltando, disfrutaba escuchar esos alaridos de dolor como si fuese una música para ella.

Sonaba el crujir de sus huesos como se reventaban una por una, la sangre comenzó a esparcirse como si estuviera aplastando una caja de jugo, ella ríe y ríe, sentía mucho placer en haberle causado una dolorosa e incesante muerte hacia ese indefenso animal.

De sorpresa aparece su tímido hermano observando con cierto desagrado lo que hizo su hermana, diciendo — ¡¿Por qué le hiciste eso a ese gato?!— Nima entrejunta las cejas de lo enfadada y le apachurra la cabeza crujiente con dos giros del talón, contestando — ¡Porque si!

—Pero ¿Qué te hizo?— pregunta Mac con un tono deprimido

—Es un tonto animal y estaba aburrida ¡¿Algún problema con eso?!

—Eehh... eehh... si...si

Se acerca de forma amenazante con los ojos intensos en la ira, lo empuja hacia la pared y le amenaza—Si le dices a mamá o a papá...— frota su puño sobre su mandíbula— Terminaras como ese estúpido gato ¡¿Entendiste?!— Mac de los nervios asiente con los ojos abiertos, Nima sonríe y le besa la frente diciendo —Eres muy inteligente mi querido hermanito— se aparte de él tarareando una música que conoce de forma inocente como si nada hubiese pasado.

Han pasado los días y  quería seguir subiendo otro peldaño más de la maldad, cada vez lo animales que lastimaba eran más grandes, ahora inicio con los perros. Vio en un basurero cerca de su casa a un macho callejero comiendo huesos de la basura, Nima sonríe y busca un poco de comida en su casa, se acerca al animal y le silva con la palma extendida ofreciendo un poco de torta que preparó su mamá, aquel hambriento canino se acerca sin pensarlo dos veces y ella le acaricia la cabeza, el inocente animal mueve la cola de la alegría, ahora lo tenía comiendo en la palma de su mano.

Pasan las horas y ya el sol se estaba ocultando, Nima se cansa de patear al pobre perro que yacía medio muerto y amarrado en una piedra, le observa la mirada y se entusiasmaba viendo sus ojos llorosos y perdidos en el dolor, gemía un poco pero no tenía más energía para seguir haciéndolo y como parte final, desata su pata y lanza el cuerpo hacia la playa, observando cómo se ahogaba aquel triste animal.

Cuando voltea sacudiendo su palma toda satisfecha, se tropieza con la presencia de su hermano que desde una pequeña distancia presenciaba con pavor aquel horrible espectáculo,  cierra sus puños y con los ojos fulgurantes inquiere — ¡¿Qué haces aquí?!

—Eehhh... desde mi cuarto escuchaba unos alaridos y quise ver que sucedía

— ¡Bien! Entonces ya vistes suficiente ¡¿o no?!

Mac de forma temerosa asiente pero absorbe un poco de aire y valor, enfrentando —No es correcto lo que estás haciendo

—Pfsss... eso es estúpido, no le estoy haciendo daño a nadie

—No para ese perro

Nima se entrecoge de brazo, proclamando —Baahhh... es un perro que no es de nadie y nadie le va a extrañar, además si no te gusta no tienes por qué seguirme

Mac baja la cabeza y dice de forma titubeante —Si...si...si lo sigues hacie...e..e.endo yo...yo...yo.. vo...

Ella suelta los brazos y camina directo hacia él, le coge de la manga del cuello, lo levanta rugiendo — ¡¿Tú que me vas hacer?! ¿Quieres que te recuerde lo que te va a pasar si me acusas con mamá y papá?

Se queda callado, no sabe que decir, tenía miedo pero a la vez sentía coraje, su hermana lo lanza al suelo y le hace una demostración pulverizando con una pisada un pedazo de ladrillo caído, se extiende el polvo, añadiendo —Quiero que imagines que ese ladrillo será tu cabeza— Mac tiembla con los ojos abiertos, del susto asiente, Nima se acerca, se agacha y le besa la frente diciendo con voz tierna —Mi dulce e inteligente hermanito...— ahora cambia su voz a uno intenso— ¡No lo vuelvas hacer! ¿Está claro?— el pobre e indefenso niño no le quedaba de otra que decir —Sí—con una voz triste. Enseguida sale Eva hacia la calle gritando — ¡NIÑOS VENGAN A CENAR!

— ¡Ya vamos!— grita Nima con una voz tierna y relajada

En la cena estaban los cuatro comiendo en la redonda mesa de la sala, Eva le pregunta a su esposo para entrar en alguna conversación — ¿Cómo te fue hoy querido?— Marcos con la comida en la boca, traga y responde —Me fue bien amor, hoy vimos unos delfines pasar cerca de la playa— Ella sonríe cortando la carne —Ooohh... que bello, como quisiera a verlo visto.

—Hehehe... si— bebe un sorbo de juego de durazno— ¿Niños como les fue hoy?— observa de forma cálida a Nima y Mac, La niña traga diciendo —Bien, me fue muy bien— vuelve a mascar

— ¿Ya no te has alejado mucho de la casa?— inquiere Eva

—No mamá, ya no, eh jugado con mi hermano todo el día— a Mac se le eriza la piel por escuchar tan pedante mentira en la cual el apetito se le va reduciendo—¡¿Enserio?!— pregunta Marcos, no por desconfiar de ella como todo inocente padre si no por la sorpresa que le dio

—Si— afirma Nima

—Oye que sorpresa hija, no esperaba a que compartieras con tu hermano, te felicito pequeña.

— ¡Gracias papá!— sonríe y vuelve a comer con entusiasmo

Enseguida Marcos gira a ver a su hijo todo cohibido comiendo, traga y pregunta —Hijo y ¿Qué jugaron?— a Mac se le acelera el corazón de los nervios ya que sabe que mentir es malo y como niño noble le cuesta hacerlo con su padre, ahora tenía que mentirle por culpa de su hermana, vacila diciendo —Eehh... eehh... yo... ju...uu..g...— su mano comienzan a temblar un poco y Nima se da cuenta al igual que su madre, sospechando de que algo estaba mal, la terrible niña le interrumpe —¡A las escondidas! jugamos a las escondidas— Eva con una voz de desconfiada pregunta —¿Eso es cierto hijo?— no soportaba la presión, estaba sudando y Nima le patea el tobillo derecho para que mintiera, observa los rostros desconcertados de sus padres pero luego vio la mirada amenazadora de su hermana, hasta que sede afirmando con la cabeza desviando los ojos.

Nima suspira de alivio en su interior y se recuesta relajada en el espaldar de la silla pero su atenta madre que conoce bien a su hijo ese "Si" no le bastaba.

Después de la cena Eva acude a Mac mientras que Nima iba al baño a cepillarse los dientes, le habla con una voz suave— Hijo has estado muy callado ¿Qué tienes?

—Nada mamá— profiere de forma incomoda

— ¿Seguro? ¿No tienes nada que decirme?— él afirma con su cabeza tímidamente, Eva le besa la frente diciendo —Te quiero mucho hijo, sabes que puedes contar conmigo y nunca voy a permitir que alguien te haga daño, Nadie— baja la cabeza y afirma lentamente de nuevo pero esta vez de forma insegura, su madre se iba a retirar hasta que escucha —Mamá.

Gira diciendo—Dime hijo

—Sí, hay algo...

... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

Pasan los días y Nima no desiste en su nuevo pasatiempo, ahora quería hacerlo de forma más excitante, consiguió un pedazo de tabla y llevaba consigo un martillo y clavos, ya se imaginaran para qué los usará, ahora le faltaba coger algún animal de la calle, sale al exterior y busca por todo el vecindario, revisa las basuras, por debajo de los carros y nada, es como si todos hubiesen huidos, ella suspira desanimada hasta que se encuentra con una perrita de raza Poodles, era blanca, esponjosa, cariñosa, juguetona, parecía un peluche, a diferencia de los demás esta si tenía dueño, la perrita se le acerca  para que le sobe la pansa, ella por unos minutos pensó si lo hacía con ella, comenzó a maquinar de como torturarla sin que nadie la descubra, hasta que se le ocurrió como.

Agarra al animal por el cuello y la mete en una gruesa bolsa negra, el pobre ser, se retorcía por dentro para poder escapar y respirar. Emocionada se lleva la bolsa y sus instrumentos para clavarla, se mete en un sitio aislado en los montes, un lugar donde no se podían escuchar los alaridos de los animales y ese era su lugar favorito para las ejecuciones.

Suelta a la pobre perra al suelo y el animal hace un intento por escapar pero es cogida por el cuello otra vez, siendo apretada con fuerza, la levanta y la perrita gime retorciéndose desesperada por el susto, eso a ella la entusiasma más, agarra la tabla y la pone al suelo, amarra a la criatura de una pata y luego sujeta su cabeza con una mano y la otra sostiene el martillo para fracturarle las patas, estaba preparada para la diversión, con una sonrisa malvada, levanta su martillo lista para dar el golpe de gracia y en el momento que casi lo baja escucha —¡ALTOOOOOO!

Ella gira sobresaltada exclamando — ¡Mamá!— era Eva observándole con unos ojos de enfado pero al mismo tiempo de dolor, no podía creer lo que estaba viendo, tenía que estar allí para creerlo, ordena con una voz fuerte — ¡Suéltala!— obedece con un gesto malhumorada, le habían aguado la fiesta, se libera la perrita y sale corriendo coja, detrás de Eva aparece su hijo en recibirla y acariciarle con mucho amor, ella lo pilla y susurra cerrando los puños con ira —¡Mac!— sale su madre regañándole —No puedo creer que estés haciendo esas cosas tan horribles ¡¿Qué es lo que te sucede?!—  baja la cabeza entrecerrando las cejas y se queda callada, continúa Eva —De hoy en adelante no vas a salir de la casa y espera cuando tu padre se entere, así que ve a la casa antes que decida pegarte— Nima sale corriendo y Mac lo observa con la pobre perrita temblando entre sus brazos.

Llega la noche y Mac estaba en el patio escuchando como Marcos regañaba y le pegaba a la malcriada de Nima, a él no le gustaba oír a su hermana llorando y berrinchando pero sabía que se lo merecía, era un precio muy bajo para todo el sufrimiento que les causó a aquellos animales, por ultimo oye — ¡Estas castigada hasta nuevo aviso, así que sube a tu cuarto!— ella sale corriendo berrinchando —¡NOOOO... ES JUSTOO... NOOO...ES JUSTOOO... NOOO ES JUSTO... HAAAAAA...!— pero antes de que subiera las escaleras observa a su hermano afuera y con lágrimas en los ojos cierra los puños y le hace una señal de guillotina en el cuello con el dedo indice, indicando "Estas muerto" el pobre chico traga saliva del miedo y comienza a temblar del susto.

Al día siguiente huía de ella, si Nima pisaba la sala Mac caminaba a la cocina, si Nima entraba al jardín él se metía a la sala, si  subía a su cuarto Mac cerraba la puerta del suyo, el pobre chico se sentía como ratón siendo cazado en su propia casa y ella lo sabía. Nima quería venganza pero por obvias razones no podía matarlo pero si causarle un gran dolor, como el niño era muy escurridizo ella se desespera. Como última alternativa va a buscar sus muñecos favoritos para destruirlos pero cuando va a la caja de juguetes no consigue nada, el inteligente niño se le adelantó y escondió sus muñecos, ella tensa la mandíbula y busca sus cuadernos de dibujo pero tampoco los consigue, también los había escondido.

Sale al patio a pasar su cólera y pensar en su venganza pero enseguida observa a su vecina que era una señora mayor regar sus flores y matas, hablaba con ellas, como si estuviera acariciando a un cachorro, se notaba que amaba a sus plantas, Nima se le queda viendo y se le ocurre otra perversa idea de cómo divertirse de nuevo.

En la tarde llegando la noche, salía humo del jardín de la vecina, la señora asustada sale a ver qué sucede y enseguida grita del horror y la desesperación observando como el fuego consumía a sus queridas plantas, los llantos de dolor se escuchaba hasta el patio de Nima, donde disfrutaba con una sonrisa el sufrir de la pobre viejita como si fuera música para sus oídos.

Más tarde llega su madre con unos uniformes, eran dos chemises blancas acompañado de un pantalón y una falda azul marino, anuncia — ¡Niños vengan!— enseguida baja Nima y... su hermano atrás guardando distancia, su madre les dice —Ya les compré sus uniforme— Nima revisa su ropa preguntando— ¿Por qué son del mismo color?

—Hija son así porque es la ropa que van a usar para estar en el colegio

— ¿En el colegio?— inquiere Mac

—Si

— ¿Qué es eso?

—Es un lugar donde vas a aprender y conocer a niños de tu misma edad

— ¿Enserio?

—Si— asiente Eva

Mientras Nima escuchaba las preguntas de su hermano, le brillaron los ojos pues siempre quiso ir a una escuela para conocer más personas y buscar otras maneras de divertirse mejor si eso implicaba en tener que usar a otro, interrumpe preguntando — ¿Puedo ir?

—Si hija, claro que puedes

— ¡Excelente!— exclama con una sonrisa malévola en su interior


Continuará...

Hola queridos Protylectores otro viernes de esta saga y me imagino que muchos de ustedes ya le están deseando la muerte a la pequeña Nima jejejeje... no los culpo, así que váyanse acostumbrando a ella por un buen tiempo Muajajajaja... pobre Mac con una hermana así yo viviría poniéndole llave a la puerta de mi cuarto y durmiendo con un ojo abierto porsiacaso jejeje... en fin. Siguiente intriga: Mac y Nima comienzan las clases, ahora ¿De qué otra forma se divertirá esa perversa niña? ¿A caso usará a su pobre hermano? ¿Lo meterá en problema? ¿Llegará a morir algún niño de ese colegio? Todo eso lo sabrán en el siguiente capítulo, un saludo ^^

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