Capítulo 2: "Viejos amigos"
Han pasado 58 años. La niña oculta, continuaba congelada y dormida siendo observada minuciosamente, por un oficial superior; entró a la sala por simple casualidad y se llevó tremenda sorpresa — ¿qué es esto?— se inquieta. Revisa los antecedentes de la investigación, queda interesado pero a la vez intrigado.—¿Por qué no se finalizó el proyecto?— aquella inquietud giraba en su cabeza.
Siguió investigando más a fondo sobre el asunto, sin hallar respuesta en los archivos, algo decepcionado, logró entender lo que faltaba; el proyecto andaba a pocos pasos para culminar su desarrollo físico. Pidió consulta a unos de los científicos encargado en turno a ver si lo que él pensaba que era, es en realidad lo que es. Esperando respuesta, el científico le explica— Si. Falta una extraña proteína que le dieron por nombre P12. Es la última para hacerla despertar—. Entusiasmado por aquel descubrimiento le pide — ¿Puedes crearla?— . Le responden: — No. Porque desconozco este tipo de sustancia y de cómo crearla— aquel superior decepcionado, baja la mirada y de un toque le sugieren —Pero conozco a alguien que si pueda crear esa proteína, el hombre es un genio en genética y medicina y a parte fue amigo mio de la universidad— El oficial volvió a subir la mirada con aquella disimulada emoción —¿ y puedes hacer que venga para acá?— pregunta.
—Si. tal vez sí, pero tengo un año que no lo veo, ya que nos separamos por algún problema que tuvimos.
—Bueno, sea lo que sea que hayan pasado, necesito que lo convenzas de que vengan para acá, este proyecto nos puede traer un buen futuro para nuestro país y a ustedes le prometería fama y una enorme recompensa por su compromiso en este trabajo.
El tentado científico observa la tonalidad de su expresión y comprende de que hablaba enserio y de su ilusión sobre el experimento, enseguida le responde con seguridad.
— ¡De acuerdo!— afirma con la cabeza
—Excelente, haremos lo posible de que llegues hacia él, sin dificultad, a sí que cuento contigo— promete el hombre uniformado con medallas en su largo traje, muy satisfecho.
—Ok— responde a seca el sombrío científico pero con mucha seguridad en sus palabras.
Ahora, sin esperar muchos días, empaca sus cosas y emprende su viaje en busca de su compañero de la universidad. El científico encargado de la búsqueda de su colega se llama Derek Foster; es un hombre alto, de piel clara, ojos un poco claro guardando discreción, rasgos definidos, cabello oscuro liso sin peinar y delgado. Le dieron los últimos datos recientes sobre esa persona cuyo nombre es Jhons Streckel; un hombre de piel un tanto tostada pero clara, cabello ondulado oscuro, ojos oscuros y de estatura mediana, según los datos decía que daba clase de medicina y genética en la universidad de Harvard. Llegando a la universidad se queda impresionado por lo muy lejos que alcanzó su compañero, observa el campus una vez mas pero en tono nostálgico, camina a la entrada totalmente entusiasmado por estar adentro en la misma universidad donde ellos se conocieron.
Algo nostálgico, le invade el recuerdo como estudiante en aquella facultad, sin embargo se mantenía concentrado en la misión que se le encomendó. Entrando en recepción le pregunta a la recepcionista: —¿dónde puedo encontrar al profesor Jhons Streckel?
Ella investiga en la computadora — Está a punto de dar una clase en estos momentos. En el salón 204, subiendo al segundo piso, mano derecha—señala.
— Muchas gracias joven— asiente seguro.
Cuando lo encuentra, ve que escribe en la pizarra una fórmula para resolver en clase, estaba solo en el salón. Derek se queda tieso en el marco de la puerta abierta, observándolo algo inquieto sin decir ni una sola palabra — ¿Cómo reaccionará cuando me vea? — se pregunta. Enseguida Jhons voltea a ver quién es y lo ve; su rostro esboza una sorpresa, baja la Tiza con que escribía y le pregunta con aquel aliento de asombro —¿eres tu Derek?—... —Si, Jhons—, expresa con voz retenida. Aquel maestro se lanza sobre él para abrazarlo, Derek se queda inmóvil por aquella reacción amistosa de su amigo y no dice ni una sola palabra—Ha pasado mucho tiempo desde que te fuiste. Cuéntame ¿Cómo te ha ido y que has hecho?— dice restregándose los ojos.
Su viejo amigo le responde con un aliento de risa sarcástica: —¡Jhaa!... Si supieras—, enseguida los dos se quedan un pequeño rato hablando sobre sus vidas. Después de unos minutos, entran los estudiantes al salón—Quisiera seguir hablando pero tengo que dar clase, como me alegra volver a verte ¿ y a dónde vas?— inquiere Jhons.
Derek con cierto nerviosismo en su mirada, responde— Tengo que hablar algo importante contigo— asombrado por su seria actitud le inquiere.
—Pero ¿de qué? ¿qué pasó?
—Prefiero hablarlo en privado ¿Esta bien?— responde con un tono misterioso
Algo extrañado por la actitud enigmática de su viejo amigo, asiente lentamente —Si— dice. Entonces, deciden en donde volverían a verse y se despiden con un apretón de manos.
En la tarde ya cercano a las 6:00 pm, concluye la clase, motiva a sus estudiantes a que sigan repasando para los últimos parciales. Una vez vacío el salón se retira, cierra la puerta todo pensativo y camina directo a un cafetín cerca de la universidad. Cuando llega observa a Derek leyendo el periódico todo despreocupado pero a la vez con un suspiro de frialdad en su mirada, lentamente camina hacia a él y se sienta. Con tan solo unos cuantos segundo hay silencio entre los dos, solo se escucha la música de la radio en el fondo. —y dime... — inicia Jhons— ¿a qué se debe tanto misterio? no has venido desde tan lejos a decirme hola ¿verdad?
Derek posando su mirada severa sobre él, le contesta: —hehehe... como siempre con una pizca de desconfianza hacia los demás amigo mío, nos has cambiado mucho.
—y tú tampoco has cambiado en nada. Sigues igual de misterioso ¡amigo!
Derek con una petulante sonrisa confiesa: —bueno... yo no he venido de tan lejos para volver a lanzar los trapos sucios en cara, tienes razón, vine para acá con un propósito; a buscarte— señala.
— ¿Por qué?—exclama asombrado.
–Necesito que vengas conmigo, la fuerzas secreta de este país han estado años trabajando en un importante proyecto y te necesitan.
—Pero ¿para qué?
—Eres el único que puede resolver un problema de ellos, para finalizar con su experimento—contesta con una voz pesada
—Pero ¿Cuál problema y cual experimento?
—Ya los sabrás cuando llegues.
—Y porque piensas que voy para allá o... ¿acaso te dijeron que me obligaras a ir?— inquiere con el cejo fruncido.
—En realidad no lo sé...— gira la vista levemente a la ventana, contestando— ¡Pero escúchame!— devuelve su mirada—tu país te necesita y a mí me dijeron que si el experimento tiene éxito, vamos a tener una buena recompensa.
— ¿Y qué pasa si no tiene éxito?
Con una ligera risa responde— Eso no pasará. Te conozco y sé que lo vas a resolver, confió en ti.
Jhons queda conmovido por la respuesta de su amigo, se queda pensando en el asunto y le expresa—sabes que tengo una hija pequeña y está enferma, no la puedo dejar sola ¡me necesita!
Derek afinca los puños por debajo de la mesa—ha... si, verdad ¿Cómo sigue ella?
Con preocupación en su mirada expresa—No ha sido fácil, cada año que pasa siento que la pierdo cada vez más. Su enfermedad la va consumiendo, sé que a ella no le quedaran muchos años de vida y la amo tanto que no la quiero perder, haría todo lo posible por curarla pero no puedo, parece imposible, es tan parecida a su madre que cada vez que la veo es como verla a ella también en su interior— Baja la cabeza, temblando para contener el llanto de su tristeza pero Foster, advierte las pequeñas gotas cayendo de su semblante salpicando la mesa, le toca el hombro izquierdo a su amigo en señal de consuelo.
—Enserio lo lamento Jhons. Pero, tal vez ellos puedan hacer algo por tu hija, solo dale una oportunidad.
Limpiándose las lágrimas de sus ojos objeta —no lo sé, déjame pensarlo ¿sí?— Derek conmovido por la tristeza de su amigo se queda por unos segundos callado, en vista fija y le contesta—Entiendo... bueno te dejo para que lo pienses esta noche, nos volveremos a ver mañana a la misma hora, en este lugar ¿De acuerdo?
—Ok
Se levanta de la mesa—recuerda— dice —si todo marcha bien, tal vez puedas salvar a tu hija— le da la mano y emprende su marcha con aquella tranquila frialdad como si ignorara la tristeza de su amigo "Tal vez". Jhons se queda sentado, absorto por su respuesta , si de verdad existe ese pequeño milagro para su hija...
Continuará...
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Para lo que leyeron este capítulo y se enteraron de que hubo cambios, no se preocupen la historia sigue siendo la misma tan solo estoy mejorando la redacción para que se entienda mejor, oh eso es lo que ando intentando hacer jejeje, gracias un saludo :-)
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