"Paseo"

Narra Narrador:

Michelle había despertado antes de la hora habitual y dentro del mismo cuarto notó que su pareja Garrett Børns se estaba preparando para irse a trabajar. Lo vio ponerse su chaqueta y acomodar su camisa frente a un gran espejo.

-amor ¿ya te vas? -indaga saber algo preocupada por la respuesta-

Garrett ni siquiera se limitó a mirarla mientras se colocaba su perfume sobre su cuello.

-asi es cariño ¿Porque lo preguntas? -menciona el Børns-

Ella observó la ventana y vió también el reloj de su mesita de luz.

-es que hoy es sábado.

-¿Y eso que tiene que ver? -se gira alzando la ceja- yo tengo un cargo importante en la oficina y si falto el tío Till me postrara arriba de un poste de luz.

-es que Alex quería salir a pasear, ese niño se la pasa encerrado casi todo el día y no tiene un amigo con quién jugar.

-¿No tiene a ese perro pulgoso que le dió Ryan? -contesta Garrett restandole importancia-

-Dottie es un perro y no es lo mismo hacer amigos humanos que tener una linda mascota.

Garrett frunció su ceño antes poder tomar su portafolio, observó su reloj en la muñeca y se sorprendió.

-¡Oh! Mira la hora -abrio sus ojos- debo irme cariño. Después lo hablamos.

Børns aprovecho para huir de esa situación y Michelle no iba a quedarse de manos cruzadas, que fue detrás de él.

-¡Todo para ti es trabajo, Trabajo! -espeto abruptamente- ¿No sabe tu maldito tío que tienes una familia y debes pasar tiempo con nosotros?

-despues se lo dices, antes de que me maté -menciono apurado y caminó rápido hacia la cocina-

En la cocina estaba el pequeño niño juntando con Dottie sentado solitariamente en el suelo. Ambos adultos se sorprendieron de verlo allí.

-¡Alex! ¿Que haces aquí? -dijo la mujer agachándose, posando su rodilla al suelo y acariciando su pelo revuelto-

-no tenía sueño mamá -musita el pequeño-

Michelle con su dedo limpio sus mejillas.

-oh mi amor -dijo apenada y luego miro a su pareja de mala manera- ¿No piensas de decir nada tú?

-Si, que me tengo que ir, se me hace tardísimo. -Garrett agarro unos cuantos panecillos de la alacena y los guardó- cuídate campeón.

Michelle fue hasta él y lo tomó su manga para evitar que se vaya.

-¿No puedes tomarte un día siquiera para pasar con tu familia y sacar a pasear a nuestro hijo? -dijo molesta- en la vida no es todo trabajo, trabajo, trabajo.

-¿Porque no lo sacas a pasear tú? -se le ocurre decir- yo por culpa de las tonterías de Harry me dieron el doble trabajo y es inevitable faltar. Mañana salimos amor -se acerca a ella y le da un beso en su mejilla-

Alex observaba todo lo acontecido y le sonrió a su papá.

-pero si tú nunca me dejas salir -decia la azabache sin poder creerselo-

Garrett le pellizco su mejilla.

-¿A dónde no te dejo salir cariño? -alza la ceja- si yo nunca te prohíbi hacer nada.

Michelle abrió ligeramente su boca, incrédula de sus palabras. Quería pensar que le estaba bromeando pero Garrett quería zafarse de esa situación con mentiras. Así que Børns encendió la televisión para chequear la hora.

-Papá ten un buen día. -interrumpio el pequeño Børns-

-Gracias campeón -se acerca a su hijo y le da un pequeño beso en la coronilla de su cabeza- los amo.

Michelle de mala manera hizo una mueca de lado, no podía luchar contra Garrett porque siempre anteponía su trabajo ante que la familia.

Le dió pena ver cómo su pequeño hijo sólo pero sabía que era tímido, que jamás demostraría sus sentimientos y tampoco enojo contra su padre.

Desde la televisión se podía escuchar...

...así que si van a salir en la tarde tengan cuidado con la gran tormenta que se aproxima. Habrá muchos vientos y lluvia. Lleven paraguas...

Ella volteo a ver la televisión algo preocupada.

-¿Viste eso cariño? Va a ver una gran tormenta para la tarde noche -musita levemente-

Garrett observó a través de la ventana y vió un hermoso día soleado, con los pájaros cantar y una brisa fresca.

-no te preocupes, afuera está espléndido el día. -abrio el vidrio de la ventana y saco su cabeza hacia afuera para chequear, luego de comprobarlo con sus ojos volvió a mirar a su pequeña familia y sonrió arrogante- ¿Tu le crees que habrá una gran tormenta? La tele siempre miente cariño.

-Si, pero... -no sabía cómo decirle-

-no creas todo lo que ves en la televisión, son puras patrañas. -insto a decirle Garrett y tomó sus cosas-

-Solo ten cuidado ¿Si? -dijo algo preocupada-

Garrett asintio y luego salio de la casa para subir a su vehículo e irse. Michelle y su hijo lo acompañaron hasta la puerta y se despidieron de él.

Ella pudo observar que el día estaba hermoso, la brisa fresca recorrer su cuerpo y un magnífico día soleado. Quiso pensar que tal vez Børns tenía razón y debía de confiar en lo que veía antes de creerle a la caja boba.

-¿Mami a dónde me llevarás? -menciona el pequeño Alex sujetando a su perrita-

Michelle lo observa y sonríe.

-no lo sé aún mi amor pero te garantizo que nos vamos a divertir juntos ¿Que dices? -le propuso animadamente, al niño le brillaron los ojos de ilusión-

-¡Siii mami! -exclamo con un rostro feliz festejando que su madre lo sacaría a pasear-

Dentro de la casa la televisión siguió advirtiendo...

...tipo 19 hs la tormenta empeorará, así que tengan mucho cuidado...

Mientras tanto...

-¿Viste eso amorcito? Habrá una tormenta. -le comenta Keltie a su pareja mientras tomaban el té con galletas para el desayuno-

-Si ¿Y tú sales como a esa hora no? -indaga el Ross observando la televisión-

La madre del castaño abre la ventana para comprobar aquello pero él día estaba totalmente despejado.

-¿Ustedes dicen que habrá una tormenta? Porque el día está hermoso.

Ambos jóvenes se miraron entre sí.

-tal vez se equivocaron -le resta importancia la rubia- por las dudas llevaré un paraguas.

-¿A qué hora entras a trabajar Kelt? -pregunta el castaño para cambiar de tema-

-creo que ya enseguida saldré bebé. -observa su móvil- ¿Tú qué harás toda la tarde?

-voy a repasar los libros de cálculos que me mandaron de la universidad. -le contesto desinteresado-

-si no tuviera que ir a trabajar, te ayudaría con tus estudios -comentaba la rubia guiñándole un ojo-

-igual, yo puedo sólo. No te preocupes -le contesto para no seguir la referencia sexual de la Collen-

La madre observaba todo y la reacción de su hijo con su pareja, a decir verdad su mirada había cambiado y ella solamente lo había notado.

-¿Vas en Uber hasta el consultorio? -inquiere saber el Ross-

-Si, más que seguro. -vio como la rubia buscaba algo en su cartera- solo espero que no se largue esa tormenta.

-no creo -hablo el castaño en voz baja- pero igual avísame llamando al teléfono de línea.

Keltie se levantó y fué a la habitación dejando al Ross y a su madre a solas.

Ninguno se decía nada y era un silencio incómodo para la señora Ross.

Ryan estaba tan sumergido en sus pensamientos que no le prestaba atención a su alrededor.

Cuando volvió rápidamente Keltie ya cambiada y lista para irse, tuvo que disimular para despedirla.

-me voy amorcito, después nos vemos -ella le dió un beso en la mejilla al castaño para despedirse e irse a trabajar-

Ryan solo se quedó sentado observando su taza de té, admirando el líquido de su interior.

-¿Y a ti que te pasa? -pregunta su mamá y se sienta de frente a él-

Ryan levantó su vista y observó a su madre, de seguro pensó que algo intuía.

-¿A mí? -enarco una ceja- nada. ¿Que tengo?

-estas muy callado y extraño. ¿Sucedió algo con Kelt? -empieza a investigar la señora Ross-

Ryan frunció su ceño.

-no. ¿Porque siempre que tengo algo extraño la metes a ella? -contesta algo molesto- ella no tiene nada que ver con mis cosas -se levantó cabreado y tomó sus cosas para salir de su casa-

-¡RY! espera hijo... -quiso detenerlo pero ya era tarde, el se había marchado- la tormenta... Llega un abrigo o un paraguas.

Ryan escapó de su casa antes de que sus sentimientos explotarán. Se sentía extraño y enojado consigo mismo. Apretaba su puño porque de alguna u otra manera estaba perdiendo la cordura y su estabilidad emocional.

Sentía rabia internamente porque se estaba volviendo loco y no podía controlar lo que estaba naciendo de él.

Corrió con sus últimas fuerzas y se detuvo inconscientemente en la plaza que alguna vez le dejo tantos buenos recuerdos.

Se sentó frustrado en una banca y pensó que algo en él estaba mal pero no entendía la razón.

-¡Mamá! ¡Toma! -escucho una voz que perfectamente conocía- jajaja

Sus ojos se abrieron de par en par, su corazón empezó a latir con fuerza contra su pecho. Trago grueso de solo imaginar que lo que escucho sólo eran las voces de su cabeza.

-¡Así no se vale Alex! -escucho nuevamente-

Quiso pensar que internamente estaba delirando pero no era así porque aquellas voces seguían platicando entre si y para quitar aquella duda caminó lentamente hasta atravesar algunos arbustos encontrándose con Michelle y Alex jugando con una pelota. Refrego sus ojos unas cuantas veces para confirmar que lo que veía era cierto.

-¡Mich! ¡Alex! -musitó en voz baja-

Sus ojos avellanas admiraban como la joven azabache jugaba con el pequeño castaño.

De un momento a otro la pelota fue a parar hacia donde estaba y se quedó inmutado.

-¡Ryan! ¿Que haces tú también aquí? -dice la mujer no creyendo que el castaño también estaba en las cercanías, camino lentamente hacia él mientras el niño jugaba con la perrita- ¿Nos estás espiando?

Ryan sostuvo aquel balón y se lo entrego a la azabache.

-no es lo que piensas -se excuso el ojos avellanas- es pura coincidencia -y le entregó el balón con sus manos-

Ella sonríe ladino.

-esta bien, te creo -menciona la chica y luego voltea a ver a su hijo- justamente estaba jugando con Alex a la pelota pero ya me cansé. Pensábamos ir por unos helados ¿Te sumas o estás muy ocupado? -propone la mujer con una leve sonrisa-

-ocupado no estoy. -respondio el castaño-

-¡Ven! ¡Vamos! -le invitó la mujer-

Ambos caminaron lento hasta llegar con el pequeño castaño que jugaba con Dottie.

-mira Alex a quien me encontré -habla Michelle señalándole al Ross que caminaba a su lado-

Alex se sorprendió tanto de verlo.

-¡Ryan! -se puso de pie y lo abrazo-

El castaño correspondío a aquel abrazo por parte del niño y lo saludo, revolvió sus cabellos.

-¿Cómo estás pequeño Alex? -pregunto con una leve sonrisa y observó que también traía consigo a la perrita Dottie que él le había regalado- veo que trajiste a tu pequeña compañera.

-¡Si! -exclamo el infante- estábamos jugando mamá y Dottie a la pelota, pero mamá no es muy buena jugando.

-claro, porque soy una dama no un varón -se justifico la azabache sintiendo ladino- mejor vamos por unos helados amor...

Michelle le ofreció su mano a Alex para que se pusiera de pie y repusiera.

Ryan sintió una leve alegría que al menos lo incluían en ese pequeño grupo y parte de la vida de su hijo. Había olvidado por un momento su tonta confusión y él porque estaba molesto.

Michelle tomó la mano del niño y este le dió el collar al castaño para que llevara a Dottie.  Los tres caminaron hasta llegar a una zona más céntrica hasta encontrar una heladería para comprar una paletas heladas.

Ryan se sentía preocupado porque no había traído su billetera y notó como la madre y el niño estaban entusiasmados eligiendo sus gustos preferidos.

-¿Ryan que gusto vas a elegir? -le dice la azabache al castaño pero este se sentía decepcionado por no tener dinero y ser él quien pague por aquellos helados, cómo aún permanecía en silencio fue hasta él y se puso adelante de su rostro- ¿Que sucede?

El castaño casi se agarra un infarto con solo de tener a Michelle frente a su cara.

-Elige tu por mi. -dijo sonrojado- ¿Aún te acuerdas mi gusto favorito? -ella asintio-

-menta granizada con chocolate -contesto segura de sus palabras- bueno, si no cambiaste de parecer durante todos estos años.

Ryan negó.

-ok, enseguida vuelvo -ella se acercó al mostrador y eligió tres helados, volvió de nuevo con Ryan y el niño, entregándole su cono helado- toma.

Ryan lo acepto y le agradeció en voz baja.

-para mi elegí vainilla y para Alex limón con frutilla. -le enseñó-

-esta delicioso mamá, gracias -menciono el pequeño muy entusiasmado y probando un bocado de su helado-

-¡Ay mi vida! -tomo la mano de su hijo y salieron de aquel local para caminar hasta la plaza más concurrida del centro de la ciudad-

Está vez no era un lugar desolado sino más público. Había muchas bancas vacías, un radiante sol y muchas aves comiendo migas del suelo.

Ambos adultos se sentaron y el niño entre medio de ellos dos juntos con el canino.

Michelle observaba de reojo al castaño que estaba serio y poco comunicativo.

-Oye, ¿Y a ti que te pasa que estás muy callado? -indaga la azabache- con esa cara vas a asustar a mi bebé. -abrazaba al pequeño Alex por su hombro-

-¿Que tengo? -contesta el castaño-

-no sé, pero con esa cara de ogro vas a asustar a mi hijo. ¿Te levantaste con el pie izquierdo o te caiste de la cama? -alza la ceja- te invito a esta salida para que disfrutes al igual que nosotros.

-no tengo nada Mich -respondio tajante-

Alex se puso de pie y le entregó el helado a su madre para que se lo cuide.

-mamá mirá -señala el pequeño y vio a otros niños jugar con las palomas, así de entusiasmado fue a correrlas para jugar con ellas-

Después de dejar a los dos adultos y a Dottie con ellos. Un silencio inundó el lugar.

-me siento miserable que tengamos que salir y tú pagar por todo. Ni siquiera soy capaz de tener algo de dinero para hacer feliz a mi hijo. -hablo el castaño en voz baja y sin probar aquel helado que le habían comprado- Garrett tenía razón.

-¿Que Garrett que? -enarca una ceja incrédula- mira Ryan, a mí me vale lo que piense Garrett o lo que tú me digas, no me cuesta nada pagar por unos helados con tal de ver feliz a mi bebé. Sé que él dijo muchas tonterías la otra vez pero en algo estoy en desacuerdo. Él podrá tener mucho dinero pero le cuesta pasar un día con Alex porque siempre está priorizando el trabajo antes que su familia. -dijo un poco más tranquila y  luego lo observó- valoro mucho que pudieras pasar este increíble día con nosotros. Sé que no eres millonario pero a mí vale madres, siempre te quise por como eras, no por lo que pretendias ser.

Ryan abrió sus ojos sorprendido de aquellas palabras y se sonrojo.

-Gracias Mich -murmuro levemente-

-y si no cambias esa cara te golpeare. No quiero que se me pegue lo emo. -se excuso volteando su rostro y cruzandose de brazos-

El joven castaño se animó un poco más y empezó a comer su helado mientras jugaba con la perrita.

-¡Alex! ¡Tu helado se va a derretir! -alzo su voz la azabache captando la atención de su hijo-

El niño llegó casi corriendo y tomo su helado.

-¡Gracias! -musitó leve y se sentó de nuevo con ellos-

-¿Que te dije de andar corriendo a las palomas? Ten mucho cuidado en tocarlas porque traen enfermedades. -menciono y saco de su bolsa un spray de alcohol y le echo en sus manos antes de que comiera su helado-

-Má ¿a Papá que gusto de helado le gusta? -inquirió saber el pequeño dejando atónito a los adultos-

-¿A Garrett? -frunció su ceño y trato de recordar- no sé si el coma helado. Creo que los helados veganos de frutilla.

-¿Helado vegano? -dice Ryan sin imaginarse de que se trataba-

-Si, son unos helados a base de banana sin nada de lactosa.

-¡Wooow! Papá es genial ¿No mamá? -dice el niño con una sonrisa-

-Si, mi vida... Tu papá es tan cool en todo -menciona la azabache siguiéndole la corriente al pequeño Børns-

Narra Michelle:

Luego de comer el helado y mi hijo se comiera el suyo, solo faltaba Ryan. Como andaba prácticamente en las nubes trate de hacer que baje a la tierra y se apresure.

-Ryan me das un poquito de tu helado, quisiera probar el chocolate -le propongo, a lo que tímidamente me alcanza su helado que estaba sin terminar-

-¿No te alcanzo con comerte el tuyo? Mira que si comes mucho helado vas... -no quería que terminara la maldita frase diciendo que estaba gorda así que jale de su cono y se lo metí en la nariz para que se callará-

-jajaja dime gorda de nuevo y ya verás como te haré comer ese helado -me justifique y rei en voz baja, Ryan con la nariz verde y con chocolate se veía súper tierno y delicioso-

Él paso su lengua por su nariz para comer la crema helada.

-¡Ya verás Mich! -exclamo entusiasmado y rápido se levantó de su lugar- si me permites Alex -le entrego a mi hijo a Dottie y me apunto con su cono helado tratando de amenazarme-

Me levanté de mi lugar y corrí lo más lejos posible de él, ví que me perseguía e igual, con mis zapatos de tacos me imposibilitaba correr a más velocidad hasta que me dirigí al parque y quité mis zapatos, siempre manteniendo a mi vista a mi hijo.

Sentí sus manos atraparme y eso hizo que cayera al pasto, este me dió vuelta y cuando abrí mis ojos lo tenía frente a mi rostro, arriba de mi cuerpo impidiendome el paso.

-Ryan... Alex nos verá así - mencioné con el rostro sonrojado-

Escuché a lo lejos la carcajada de mi hijo, de seguro pensará que nos estábamos divertiendo pero nosotros no éramos unos niños como él, gracias al cielo no entiende las cosas de los adultos porque si no ya moriría de la vergüenza.

-te atrapé -solto de repente el castaño y posó su helado en mi nariz- la próxima vez que me hagas eso seré yo quien te castigue. -sonrió ladino-

Me quedé helada con aquella revelación, pensé inmediatamente que se había vuelto loco. Era mirada, esa voz casi sensual y seductor, su aroma varonil que me traía loca a diario.

Me ofreció su mano para levantarme y limpie mi rostro y mi ropa de las hojas secas.

-si que te volviste loco -musite levemente sin verlo-

Ambos volvimos con mi hijo y su perrita caminando lentamente, lo ví jugar con el canino y era admirable como disfrutaba de este día.

-hace mucho no veía así de feliz a Alex -mencione observandolo detenidamente- a decir verdad, yo me la paso en casa y haciendo cosas del hogar, Garrett está trabajando todo el pinche día... y Harry se encarga de sacarlo a pasear y jugar con él. -él castaño no objeto nada, solo me escuchaba- por eso siempre me pide ir a visitar a su tío, es lo más cercano a tener un amigo.

-¿Alex no tiene amigos en la escuela? -me pregunta directamente-

Negué.

-no, le cuesta hacer amigos por su extrema timidez, no es como Garrett o yo. -le comenté- en eso sí heredó de tus genes a diferencia que vos tenías al menos a Spens... Pero Alex... -dije un poco preocupada-

-tranquila, solo dale tiempo. Es un niño -me ánimo Ryan-

De pronto llegamos hasta él.

-bueno Alex ¿No quieres jugar un ratito a la pelota? -espeto el castaño dejándome asombrada-

Mi hijo muy ilusionado asintio. Entonces ambos me pidieron la pelota que traía en mi bolsa.

-yo me quedaré aquí sentada observando como ustedes juegan -espete, ya estaba un poco agitada y no tenía muchas ilusiones de ensuciarme mi ropa en juegos varoniles-

Ryan y Alex se fueron al parque con la pelota mientras a mí me dejaron a cargo de la perrita.

Sentada de una banca a la distancia observaba tiernamente una escena perfecta de padre e hijo, aunque él mío no sabía que Ryan era su padre. El castaño parecía que se entendía perfectamente con mi pequeño. Alex pateaba la pelota y Ryan atajaba.

Quise apreciar aquel hermoso momento y empecé a sacar muchas fotos sin que se dieran cuenta. Sonreí internamente, se veían tan lindos. Algunas de aquellas fotos tomadas se las envié a Ryan al móvil que le había regalado y otras preferí conservarlas.

Cuando ví que mi hijo estaba con pocas energías me puse de pie y con Dottie fuimos hacia ellos.

-¿Ya se cansaron? -sonrió de medio lado y posó mis manos en mi cintura-

Alex corre hacia mi y me abraza, luego levanta su cabeza y me mira con esos ojitos avellanas que amo de él.

-mami tengo hambre

Enarco una ceja no creyendo lo que me decía.

-pero si recien comimos helado bebé -le hice recordar-

Ryan también caminaba hacia nosotros y con el balón.

-yo también tengo un poco de hambre. No habrá un restaurante vegano o algo así -menciona extrañadamente el castaño mayor y observa a su alrededor-

-¿Desde cuándo te gusta la comida vegana a vos? -dije incrédula-

-no me gusta, lo decía por Alex -contesta- ¿No era que comía comida vegana como Garrett?

Sonreí.

-Garrett no está aquí. Podemos comer lo que queramos ¿No mi vida? -observe a mi hijo y peine su cabello- mientras no le digas a tu papá.

Él hizo un gesto de risa y cerró su boca murmurando algunas cosas. De seguro estaba contento de comer comida de verdad.

-¿Vamos por unos hot dogs? ¿Que dicen? -vi a Ryan no creyendo lo que proponía pero mi hijo estaba feliz y festejando-

-¡Siiii! -exclamo mi pequeño Børns-

Tomé a mi niño de la mano y le entregué Dottie a Ryan para que la lleve, nos dirigimos hacia algún puesto de perritos calientes. De sólo pensarlo me rugía el estómago. Para alentar el camino nos pusimos a cantar una canción con mi niño.

🎵... Si tú supieras lo que yo sufrí por ti
Teniendo que olvidarte sin saber porqué
Y ahora me llamas, me quieres ver🎵... -empece cantando con una dulce voz y Alex me animaba- y ahora sigues tú mi vida -mire a mi hijo- ¿Y como sigue?

-...🎵Me juras que has cambiado y piensas en volver🎵...- añadió Alex y yo lo observe y balancee mis manos con las suyas-

Ambos cantamos el resto...

-...🎵Si no supiste amar
Ahora te puedes marchar🎵.

Ryan quien caminaba a nuestro lado estaba callado.

-¿Vas a unirte al coro o te vas a quedar callado? -sugerí al castaño emo-

-no conozco esa canción. -se excuso-

-¿Cómo que no conoces al gran Luis Miguel? ¿En qué mundo vives? -enarque una ceja- Ahorita te pongo la canción -saque mi móvil y busque en mi Spotify la canción y la reproduci en frente de el-

Mientras reproducia la canción mi Alex y yo seguimos cantando alegremente.

-...🎵Aléjate de mí
No hay nada más que hablar
Contigo yo perdí
Ya tengo con quien ganar🎵.

Ryan rodó sus ojos y luego me jalo del brazo interrumpiendo mi buen humor.

-¿En serio Garrett no se va a enojar que Alex coma hot dogs? No deberías de desobedecerlo -me cambio de tema-

-Ry, te dije que no te preocupes. Me vale lo que él piense, también es mi hijo, no solo de Garrett. -me encogí de hombros- y quiero que él se divierta.

Fin de Narración de Michelle.

Narra Ryan:

Luego de que Michelle cantará esa extraña canción junto a Alex, me quedé un poco abrumado pero tranquilo. No sentí para nada aquella indirecta aunque era muy bueno para obviar las cosas importantes.

Llegamos al puesto de hot dogs y ella pidió tres. Le agregó las salsas que le pidió para el niño y yo le sugerí el mío. Aunque mi comida favorita eran las pizzas, unos hot dogs era pasable ante el hambre.

Después de comprarlos nos sentamos en una banca a comer los tres y Dottie se recostó en el suelo, debajo de nuestros pies esperando que le demos un poco o lo que sobre.

-esta delicioso mami, gracias -musitó el niño y comiendo su comida-

-Alex no hables con la boca llena -le contesta con una leve sonrisa y limpia su mejilla-

-mmm lo siento -se tapo su boca-

Rei por lo bajo y también decidí comer un poco, deje la parte última para darle a la perrita, de seguro ella también tenía hambre.

-¡Oh! Dottie -dijeron al unisono ambos al verme como alimentaba al canino-

Alex se arrimó y la abrazó, después lo veo alzar la cabeza observando un punto fijo hacia detrás de nosotros.

-má, mira... -señala el pequeño, ambos volteamos a ver y notamos que en el centro del parque habían muchos niños de su edad jugando a los juegos y columpios- 

Alex tomó a Dottie con su correa y lo llevó con él.

Michelle observó que su hijo se acercaba a esos niños para entablar alguna clase de amistad infantil. Sonrió con solo verlo y enfocada en aquella escena.

-mi niño -murmuro con una leve sonrisa-

Vimos como Alex se acercó a varios niños a jugar en el arenero y se veía extremadamente contento. Corrían y subían a los juegos del parque.

Decidimos no interrumpirlos.

-ahora que observó más detenidamente a Alex, me doy cuenta que me veo en un espejo. Me hace recordar a mi mismo cuando era niño -mencione sin verla-

Michelle voltea a verme con una sonrisa arrogante.

-Pues claro, si es tu hijo, menso -con su dedo índice me toca la mejilla-

Sentí arder mis mejillas y mi estómago revólverse. Mi corazón latía con fuerza y no entendía él porque aún ella me ponía de esta manera. No tenía una manera exacta de explicarle y dar a conocer mis sentimientos. Todo era muy confuso en mi.

-sabes, antes de irme estaba firmemente convencido que Alex era primogénito de Garrett. -le comenté ignorando todo a mi alrededor, ella solo me escuchaba atentamente-

-y si hubiera sido así como pensabas, tal vez nunca hubieras aparecido.

Negué mordiendo mis labios.

-no por cobarde, por no querer saber de ti o él. Quería comenzar de cero mi vida y no molestarte. -dije cabizbaja-

-¿Así que planeabas deshacerte de mi? Si que eres cruel Ryan -menciono seria y se cruzó de brazos- yo en cambio si sabía que Alex era tu hijo, tenía ese ligero presentimiento cuando estaba embarazada pero tenía miedo que nunca me creyeras y que luego Garrett me odie. -se justifico- capaz no hubiera podido con todo.

Abrí mis ojos sorprendido.

-¿Tu crees que no te hubiera creído? Si con todo lo que.... -no quise terminar la frase, me daba terrible vergüenza hablar de nuestro pasado y nuestras revolcadas-

Sentí mis mejillas arder. Observé el cielo como para divagar y las nubes grises opacaron la luz del sol.

Con todo lo acontecido a mi mente regresó en un flash todo lo que habíamos vivido, como si el tiempo en el transcurso que me fui no hubiera existido.

-bueno, primeramente admiro tu sinceridad. -rio por lo bajo- segundo, pareces un niño avergonzandote.

Tenía una pregunta que resonaba en mi mente y quería sacarme aquella duda existencial.

Volví a sentirme incómodo y acalorado. Trague saliva.

-Mich tu dijiste hace mucho que yo siempre te guste.... pero cuando éramos amigos en la infancia lo único que recuerdo es que siempre admitas estar loca por Børns.

Ella abrió sus ojos y tocó sus mejillas.

-¿Y porque te acuerdas de eso ahora? Es vergonzoso. -evito responderme a la primera-

Agache la mirada al suelo, debí sonar patético, apreté mis puños.

-siempre admití eso porque estabas bien menso loco por Angy. Sólo en tu cabeza la tenías ella, ni siquiera te volteaste a fijar en mi. -espeto la azabache- no sabía cómo captar tu atención o hacerte poner celoso, por eso cometí el tonto error de salir con Brandon. -relataba un poco más tranquila- después cuando conocí a Garrett si en verdad estaba loca por él, ya me había rendido contigo pero te estimaba como amigo.

Me dolía de sólo pensar que también en estos momentos se rindió conmigo. Sentí una brisa fresca refrescarme el cuerpo.

-¿Y ahora? -solte inesperadamente-

Ella no sabía que decirme, escondió su rostro. De seguro estaba avergonzada.

Inconscientemente pose mi mano sobre la banca y la acerque lentamente hacia donde estaba la suya. Tenía esa horrible necesidad de tocar su piel, sentir que a pesar de los años sus sentimientos no hayan cambiado conmigo.

-Ry -murmuro y volteo a verme cuando toque su mano-

No quise decir mucho, me daba pena y sentía que en cualquier momento me ligaba una piña de su parte.

Quería decirle que era un idiota, que había fallado cuando me prometí hace años olvidarla. Estaba sintiendo una mezcla de desesperacion y necesidad de amarla, como sólo yo sabía hacerlo.

Con mi mano lento fui y recorrí su piel hasta llegar a su oreja, acomodé su mechón de cabello sobresaliente por detrás de su oreja. Ella sintió mi tacto y cerró sus ojos, al igual que yo.

Lentamente acerque mi rostro sonrojado al suyo para poder besarla en los labios. Estaba tan desesperado en poder lograrlo que mi corazón casi iba a estallar de la emoción.

-¡Mamaaaa! -ambos escuchamos la voz de Alex-

Abrimos nuestros ojos de par en par y tomamos distancia antes de él se acercará a nosotros. Sentía un calor en el cuerpo y en la entrepierna. Apreté mis puños para contenerme y voltear hacia otro lado.

-¿Que paso mi vida? -indaga ella a nuestro hijo-

-los niños se fueron mami -se excuso el pequeño y se encogió de hombros- y me quedé con Dottie sólo.

Ella limpió y acomodó su ropa, con su mano peinó su cabello.

Me puse de pie para estirar mis músculos y quitar toda la tensión de ellos, me sentía nervioso. Ahora que no había podido acercarme quedé en ridículo.

-¿Que tienen ganas de hacer? -propuse como para variar y olvidarme de lo que casi hago-

Ella y Alex solo me observaron y se miraron entre sí. El niño abrió su palma haciendo que una gota caiga sobre él.

-él día se puso nublado y mira el viento que se comenzó a levantar -menciono Michelle algo preocupada- Ash y eso que le dije al pinche Børns que iba a ver una tormenta y él "ay no, no le creas a la televisión" -hablaba exageradamente, tomó la mano de su hijo- creo que mejor sería volver a casa.

Cuando ella se puso de pie una gran ventisca azotó el lugar y la gente preocupada empezó a desaparecer de nuestro alrededor. Su pelo se había agotado hacia todos lados y un chubasco comenzó a caer del cielo con gran fuerza.

-¡Mami! Está lloviendo -menciona Alex también preocupado y señala la lluvia-

Michelle toma al pequeño a upa y lo carga, a pesar que el niño era un poquito pesado le costaba caminar bien. Sujete a la perrita y los seguí.

El viento y la lluvia no ayudaba mucho ya que la tormenta era bastante espesa y la vista a los 2 kilómetros era nula por la humedad y la neblina.

-¿De donde salió esta pinche tormenta? Si estaba el día soleado -dijo cabreada-

Ella caminaba a pasó apresurado y con una de sus manos libres se atajaba de que la ventisca no le nule la vista. Yo por mi parte estaba semi acostumbrado a estos clima, no me afectaba mucho.

Agitada de caminar algunas cuadras bajo a Alex para que pudiera caminar sólo. El agua de lluvia comenzó a subir y a tapar las napas, se estaba inundando todo a nuestro alrededor.

Estábamos todos empapados y mojados, que hasta el pequeño Alex tenia que pisar los charcos.

Nos detuvimos bajo un techo y Mich intento llamar un Uber. Esperamos por unos momentos. Para divagar recorrí mi vista hacia mi alrededor y el clima no se veía nada bien. Me daba mala espina, sujeté fuerte de la mano de mi hijo que estaba fría y él no estaba abrigado ni preparado para está tormenta. Lo observé bien y comenzó a temblar así que lo alce con mis brazos e hice que se sujetara de mi y tomara algo de mi calor corporal, después cargué a Dottie porque el agua estaba comenzando a llegar a nuestros talones.

Michelle seguía renegando con su móvil y refunfuñando porque de seguro se le dificultaba conseguir un Uber en este lugar. Comenzaba a ver su cara de desesperación porque querer apartar a Alex de este horrible ambiente.

Abracé a Alex y escuchaba que empezaba a toser y a estornudar.

-¿Mich no conseguiste un Uber, taxi o lo que fuera? -dije desesperado-

-¡Es lo que estoy tratando de hacer Ryan! -me alza la voz y guardo su móvil- ¡Rayos! -ella se acercó a mi y acaricio a su hijo levemente sobre su espalda- mi amor -empezo a sollozar de la angustia-

Sentí que se me partía el alma de ver la impotencia y no poder hacer nada.

-Mich toma... -le entregué cuidadosamente al niño y a la perrita para que los sostuviera un momento-

-¿Que piensas hacer? -dijo incrédula recibiendolo-

De puro enojo quité mi chaqueta y me quedé en playera. No me importaba nada y en lo que pudiera pasarme pero protegería a Alex hasta que llegue a su casa y este a salvó.

Le hice una seña a Mich que me entregará a Alex y a Dottie, ella me hizo caso y los cargué a ambos. Con mi única mano libre la usé para tapar a mi hijo y cubrirlo con mi chaqueta.

-¡Mich tenemos que volver a casa! Antes de que todo se inunde -ordene serio y ella me escucho, atemorizada observó el panorama-

-pero Ryan... Mirá... -dice preocupada observando sus pies y como el agua había llegado a sus rodillas-

-¡No importa! Yo llevaré a Alex y a Dottie hasta tu casa para ponerlos a salvó. -ella le sujeto de mi playera-

-¿Seguro que podrás? -me pregunta, asenti levemente seguro de mis palabras-

Cubrí a Alex con mis manos con todas mis fuerzas y empezamos a caminar entre medio de la inundación. Veía que las ventisca eran fuertes y luchabamos en contra de la gran tormenta.

El niño seguía tosiendo pero hablaba mucho, solo quería tener a su madre cerca. Extendía su manita por arriba de mi espalda para hacer contacto con Michelle y tenerla cerca, se sentía más seguro si ella estaba cerca mío.

Corrimos varias cuadras a dónde el agua no podía subir, ya que en las alturas era mero imposible que se inunde todo.

Todo esto me traía viejos recuerdos, feos por así decirlo.

Flashback.

-¿Que piensan hacer cuando regresen a casa? -pregunta mi amigo y compañero Dan-

Brent y yo nos miramos entre si. No teníamos una respuesta concreta.

-¿Tu crees que volveremos a casa? -digo desanimado-

Me puse de pie y observé el ambiente oscuro que se veía afuera.

Habían varios compañeros acampando como lo hacíamos nosotros y otros haciendo vigilia. Tenía muy pocas esperanzas de salir con vida de esta pesadilla.

-suponemos que algún día volveremos -menciona Brent despreocupado- Ryan ¿tú no tienes a nadie quien espere por ti en casa?

Observó la oscuridad, la misma que azotaba mi corazón, sentir la melancolía y la desesperacion por sobrevivir.

-¿A qué te refieres? -volteo a verlo- pues tengo a mi mamá, mi papá y mis amigos.

Dan y Brent sueltan la carcajada delante de mis ojos.

-no hablaba de tus familiares o amigos. Decía si no tienes una linda novia que espera por ti, tu regreso a casa.

Inmediatamente a mi mente llegó la imágen de Michelle y nuestras miles de anécdotas. No quise verlos de nuevo puesto que me había sonrojado y evitaría que se burlen de mi.

-No.

Observé a la distancia y justo en una colina que se acercaba una gran tormenta de arena en medio de la oscuridad. Cerré la carpa y fui directamente a recostarme en la colcha para poder descansar.

-toma Ry -me entrega mi rubio amigo una taza de té y unas galletas- es para que te relajes.

Mientras el agua hervía ellos siguieron platicando entre si de cosas tribales y de los planes que tenían para cuando regresen a su casa.

El agua rompió hervor y extendí mi taza para que Dan me sirva de ella.

Cuando el chorro de agua empezó a caer lentamente sobre si taza, un zumbido se escuchó y la carpa empezó a moverse con brusquedad.

Todos nos quedamos asombrados escuchando algunos ruidos y gritos afuera.

De pronto el comandante entra.

-¡Escuadron 5 prepárense! Esos malditos rebeldes comenzaron a atacar en un radio de 5 kilómetros. -ordeno y se marchó-

Dan suspiró negando.

-ni un té negro te dejan tomar estos desgraciados -se puso de pie al igual que Brent, ambos buscaron sus armas y rifles para llevarlas consigo-

Brent me lanza un rifle con la que sostuve con mis manos. Aún no podía creer que todos estos años de entrenamiento en la milicia solo me estaban preparando para ser una máquina de matar.

-¿Porque todo esto no se termina de una vez? -mencione cabreado y apretando mis puños- yo no quiero matar a nadie... -cerre mis ojos frustrado-

Dan se acercó a mi y palmeo mi espalda.

-tranquilo, nadie quiere hacerlo amigo. -hablo tranquilo- nuestro deber es proteger la vida de los ciudadanos de este país y de los nuestros, del ataque de los rebeldes.

-Ryan haz de cuenta que protegeras la vida de la persona más importante de tu vida -menciona Brent ajustando su rifle-

Abrí mis ojos y no me imaginaba a la persona más importante de mi vida ser arriesgada o estar en una situación extrema o corra peligro. Tenía que estar listo y preparado para cualquier evento o suceso catastrófico.

Fin del flashback.

-Alex -pense por mis adentros mientras corría desesperado hacia la casa de la familia Børns-

Observé a Michelle que corría tras mío con dificultad.

No sé cuánto tiempo corrimos bajo la tormenta, contra los fuertes vientos y esquivando los charcos hasta llegar a su casa.

-¡Lo logramos! ¡Por fin lo logramos Ryan! -se expreso victoriosa-

Abrió la puerta de su casa y corrimos por el pasillo hasta llegar a la entrada de la misma que dividía el interior del exterior.

Acaricie al niño por sus cabellos, aún sentía que se movía tosiendo debajo de mi chaqueta.

Nos adentramos en el lugar y cerramos la puerta con llave para que los vientos no azoten la puerta.

-pinche tormenta ¿No piensa parar? -observo por la ventana-

Baje a Alex y lo veía extraño, Dottie camino unos metros de nosotros y se sacudió para quitar el agua de exceso que tenía en su pelaje.

-¿Cómo te sientes? -indague al niño que estaba muy callado-

Me agache a su altura y Michelle se volteo a verlo también, corrió hacia nosotros y me empujó haciendo que me caiga al suelo.

-¡Mi amor! ¿Estás bien? ¿Que tienes? -se agachó a su altura para luego alzarlo- vamos, tienes que tomar una ducha caliente sino...

-¿Mich conviene que Alex se bañé? -inquiri saber- Digo, ¿no empeorará su caso?.

-¡Cállate Ryan! -exclamo enojada- ¿Tú qué sabes del cuidado de un niño? Ni siquiera tienes uno -me dijo, enarque una ceja, de seguro ya estaba molesta-

Alzó al niño entre sus manos y se lo llevó a la planta alta dejándome sólo en la entrada, mojado y frío.

Pegue mi mano en frente. A veces no entendía a las mujeres o al menos a ella.

Saqué mi móvil para poder saber si al menos Keltie estaba bien y no había sufrido nada por parte de la tormenta. Quise llamarla pero no había señal con el móvil, se había caído.

Resignado caminé lento hacía la ventana y observé que el día estaba oscureciendo, la tomenta seguía y parecía no cesar.

Parecía que este día iba a ser eterno y no terminaría jamás.

Fin de Narración de Ryan.

.....

Narra Narrador:

Keltie terminaba de guardar sus cosas en la cartera como era de costumbre en la última hora. Dallon esperaba por ella para así ya cerrar el consultorio médico y poder ir a su casa con su mujer.

-¿Está todo listo Keltie? -pregunta el ojiazul desinteresado y observando su reloj de muñeca-

-Si doctor Weekes -contesto la rubia, tomo su abrigo y paraguas que era lo último que necesitaba-

La chica asintio y salió del consultorio observando si había dejado todo en perfecto orden y limpio.

Dallon se encargó de cerrar con llave.

-hoy si que fue un día agotador, no puedo creer que todos los pacientes que nos han visitado.

Ambos caminaron hacia el ascensor.

-si, muchos de ellos contragieron gripe y resfrío, es muy común en esta época.

-es verdad, yo al estar en contacto con gente así uso alcohol en gel para cuidarme y no contagiar a mi mujer. -menciona el Weekes y saco su móvil para intentar avisar a su chica que estaba yendo a casa- deberías de hacer lo mismo.

Keltie asintio. Admiraba que el señor Weekes era muy profesional y cuidadoso en su trabajo, su sabiduría destacaba ante ella.

Cuando el ascensor estaba listo ambos entraron en él.

Keltie sacó su móvil para chequear mensajes pero notó que no tenía señal en él. Agitó su teléfono, lo elevó para intentar que la señal regrese pero nada. Tampoco tenía alguna clase de llamada por parte del castaño.

-¿No tienes señal? Es bastante extraño. Yo tampoco tengo. -menciono el Weekes algo preocupado observando su móvil-

-entonces... -quiso acatar pero de repente el ascensor de detuvo haciendo que los dos brinquen y casi se caigan al suelo, por el colapso-

Ambos miraron hacia arriba algo atemorizados sin saber que ocurría afuera en el mundo exterior.

......

Mientras tanto con Garrett.

Un azabache irrumpe en la oficina de Børns, quien estaba súper concentrado leyendo unas carpetas.

-¡Garrett, Garrett! -exclama eufórico un moreno azotando la puerta-

Este alza la ceja sin poder creer el tremendo escándalo que hacía para solo llamar su atención.

-¿Porque tanto alboroto? ¿Que sucedió ahora Brendon? -indaga el pelilargo-

Brendon asustado y pálido, corre y se escuende detrás de su espalda.

-¡Se largo una gran tormenta allá afuera! ¡Tengo miedo! -hundió su cabeza en su hombro aterrorizado-

-¿Estás bromeando? -enarca una ceja y se sonroja por la repentina acción del moreno que lo tomo desprevenido-

-¡No! ¡Enserio afuera hay una gran tormenta!

Garrett suspiró rendido.

-no me refiero a eso. ¿Estás bromeando? Le tienes miedo a una tormenta? -enarca una ceja incrédulo-

-le tengo pánico -ahora se encogió en el suelo cubriendo su cabello- tengo miedo que venda un rayo y me parta la madre...

Garrett no creía lo que escuchaba decirle.

-¿Que? ¿Mira si un rayo va a partirte la madr... -no termino la frase que un estruendo azotó la ciudad y gran rayo cayó en sus cercanías haciendo brincar al Urie y al resto de los presentes-

-¡¡¡AAAAH NOS VAMOS A MORIR GARRETT!!!!

Brendon se tiró al suelo cerrando sus ojos y cubriendo su cabeza.

-¡Yo no puedo morir acá, soy muy joven y aún no le dicho a Angy que me perdone! AAAAAAHHHH -siguió gritando el Urie-

-¿Harry y el tío Till dónde están? -le cambio de tema para que se olvide del asunto de la tormenta-

-¡No lo sé! ¡No lo sé! -siguió con su berrinche negando con su cabeza-

Garrett se pegó en su frente y se puso de pie observando que el Urie seguía inmóvil en el suelo. Observó que el clima allá afuera estaba horrible y que la ciudad se estaba inundando por completo. Lo primero que pensó fue en su familia, intento sacar su móvil para hacer una llamada pero no había señal en el mismo, chasqueo sus dientes.

Luego resignado volvió a su lugar y de la cajonera de su escritorio saco un mazo de naipes Españoles para distraerse con Brendon y dejará este de hacer tremenda escena de niño chiquito.

-animate Bren, juguemos a algo -propuso el pelilargo, el azabache que estaba tumbado en el suelo lo observó- juguemos a lo que quieras.

-entonces de ser así... -se puso de pie poniendo su rodilla al suelo- apostemos Garrett -sonrió ladino y trono sus dedos entre sí- te advierto que no podrás ganarme.

-eso ya quiero verlo frenton -sonrie confiado y arrogante, porque no conocía las habilidades del Børns en el arte del azar-

Brendon se sentó frente suyo y comenzaron a barajar cartas olvidando que afuera se desataba el mismísimo infierno.

-Continuara-

Aprovechando mi estadía en casa por enfermedad, les traigo el primer capítulo de los dos que pensaba subir hoy. Espero que les guste 💖

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