"No es real"

Narra Michelle:

Apenas podía conseguir abrir mis ojos de la pesadez, la luz de la ventana y la misma se encontraban abierta. Cómo siempre yo acostumbraba a dormir de costado, abrazada a mi hombre pero lastimosamente, siempre que recuerdo Garrett sale disparado a la oficina y me siento tan vacía en cada mañana sin su presencia. Pero estaba acostumbrada, sólo podía admirar vacíamente el brillo de la luz, la casa con sus muebles eran puro adorno para mí, ya me daba cuenta que solo me gustaría despertar una vez en mi jodida vida junto a mi amado y no así desorientada, adormecida y desganada como cada mañana.

-Amor ¿Tanto vas a dormir? -escucho una voz conocida que me susurra a mi oído, con mi fuerzas volteo a ver de qué quien se trataba y me quedé helada al ver su cara, su pelo despeinado y sin playera con su torso bien formado a mi lado, abrazándome por mi cintura y regalándome una sonrisa- Buenos Días ¿Cómo has dormido reina? -me había quedado muda aún no asimilaba a quien tenía en frente de mis ojos- ¿Estás bien o estás con sueño aún?

Apenas abrí la boca, me había quedado estupefacta admirando la belleza de sus ojos y su rostro.

-estoy bien, gracias -me solté su agarre y trate de levantarme del shock que estaba comenzando a sentir-

Ryan se acercó a mi y beso mi mejilla, haciéndome poner más nerviosa.

-no hace falta que te levantes, seguro estás cansada por lo de anoche. Toma, traje el desayuno para ambos. -musita leve en voz baja-

Voltee a verlo, anonadada sin poder creer lo que veía.

-Dios mío -tartamudee-

Me volví a sentar en mi cama y tape mi cuerpo desnudo, por lo que persuadí es que Ryan y yo habíamos hecho el amor y no lo recordaba maldita sea.

-¿Alex está durmiendo? -pregunte con un hilo de dudas y también, desconfiada trate de mantener mi distancia con él, por más amoroso que se portará conmigo, no quería tenerlo tan cerca-

-no te preocupes, nuestro bebé está durmiendo aún. Enseguida lo despierto para llevarlo al colegio. -contesto Ryan con suma tranquilidad-

Él sonreía tan natural, su faceta adulta me había dejado estúpida. No podía creerlo, hasta pellizque mi brazo para saber si aún seguía dormida o no.

Luego de desayunar en silencio me preguntaba mentalmente dónde estaba Garrett. Parecía irreal, verlo ahí a mi lado. Parecía aún aquel niño del cual me enamoré.

Cuando me levanté para ir a ver a mi bebé admiraba la pequeña casa, no era tan espaciosa como la que tenía, pero era acogedora.

Habían muchos portarretratos en un muebles, con cuidado me acerque a ellos para observar las fotografías familiares.

Hasta el momento parecía que vivía una doble irrealidad. Sorprendida y en silencio me debatía mentalmente como carajos termine aquí.

Sude frío al ver una foto que me dejó los 5 sentidos alerta.

-¿Nos casamos? -muda casi había quedado, note a Ryan acercarse a mi y como yo no reaccionaba al ver las fotos de nuestro supuesto casamiento- ¿Desde cuándo?

Ryan sonrió tontamente y tomó aquel portarretratos con sus manos. Cuando divisé sus manos ahí ví aquel anillo en su dedo medular izquierdo.

-¿No nos habíamos peleados nosotros? -indague preocupada-

Él niega divertido.

-Amor, nosotros jamás nos hemos peleado. Es más, desde que nos pusimos de novios en la secundaria estamos juntos y hemos formado está increíble familia.

Él hablaba tan natural y paciente que no parecía recordar todo el mal que le había causado cuando lo engañe con Garrett hace muchos años atrás.

-pero yo pensé... ¿Y Garrett? -sin querer lo dije, es más porque él era mi hombre y no podía evitar no mencionarlo-

Ryan me observó borde y distante, volteo a girar la cabeza.

-¿Porque preguntas por él ahora? ¿Lo extrañas? -me interroga y siento un hilo de celos y toxicidad en su pregunta-

Su mirada era extraña y sé que esperaba una respuesta que lo dejará tranquilo.

-no, es que pensé que le había pasado algo. -me excuse rápido-

-No te preocupes por él, está viviendo fuera del país -espeto serio- según me contaron.

-¿Afuera del país? Que extraño -quise sonar desinteresada pero no podía, el alma me carcomía por saber de su paradero-

-Si, después de casarse con Z Berg se fueron a vivir a Londres -menciona el castaño-

Casi me muero al escuchar eso y esperaba que fuera una broma suya para asustarme pero su rostro totalmente serio me decía lo contrario.

-Oh dios mío ¿Y Spens con quién sale entonces? -dije al borde del abismo mismo-

Ryan se ríe en voz baja.

-Ay amor, es el padrino de nuestro bebé y lo vemos a diario. Que preguntas -lo veo taparse el rostro y de seguro de la vergüenza por las incoherencias que decía-

Cuando lo veo alejarse de mi lo tomo del brazo y lo sujeto, con mi rostro totalmente fruncido y enarcando una ceja demuestro que no estaba bromeando. Él rompe mi agarre.

-el está soltero, que extraño que no lo sepas. -suelta de repente-

Desesperadamente caí que algo no andaba bien. Corrí hasta el living por mi bolso e intente salir de casa pero Ryan me alcanzó y me sujeto del brazo.

-¿A dónde vas cariño? Tenemos una reunión hoy mismo y no podemos fallarle a nuestros amigos. -espeta el castaño mirándome fijo a los ojos-

Mi pecho subía y bajaba, sentía la presión estallar por los aires. Necesitaba respuestas y aquí no las conseguiría.

-¿Reunión a dónde? ¿Con quién? -pregunto, porque según para el era importante que vayamos ambos-

-cumple la hija de Brendon, es su primer añito y nos invitó a toda la familia.

Me quedé helada, ¿Desde cuándo ese frentudo tenía una hija?, Mi ceño seguía totalmente fruncido.

-a mi que me importa. No tengo tiempo para tonterías y menos de festejarle el cumpleaños a la hija del tipo que no soporto. Es más, no iremos, que se chingue.

Ryan se quedó sin habla y me soltó de su agarre lentamente.

-no podemos hacerle eso a Angy, la destruiría que sus mejores amigos no fuéramos a la fiesta que ella misma organizó.

Volví hasta el y lo tome del cuello de su camisa.

-¿Que Angy qué? ¿Me estás bromeando? -le grite en voz alta- Si ella me juro no volver a verlo, ni siquiera lo ama.

Él se molesto conmigo e hizo un gesto de desagrado

-¿Cómo no lo va a amar a Brendon? Si siempre salieron juntos, se casaron y tuvieron tres hijos. Dices disparates Mich. -ya harto se giró de talón y estaba por entrar a la casa- deja de actuar como si no supieras nada y entra a la casa de una buena vez.

Me quedé ahí parada como una idiota, porque en verdad toda esta confusión me estaba volviendo loca y me desesperaba no saber la verdad de la situación.

Cuando Ryan entro a la casa, por detrás de él visualice a mi hijo, a mi hermoso hijo Alex. La razón de mi existencia.

Lloré, desconsoladamente lloré como una niña. Nadie me comprendía.

-mami este no es tu lugar, debes volver a la verdadera realidad -musita leve mi niño con una linda sonrisa- ten mucha suerte.

Abruptamente abrí mis ojos, casi sudando frío. No podía reaccionar si era un sueño o un mal sueño. Me acomode y trate de tranquilizarme. Voltee de lado para sentir a mi Garrett pero me sentí triste al ver que no estaba a mi lado durmiendo. Respire hondo, no me sorprendía, siempre que despertaba su lugar estaba vacío. Por un lado sentía un incómodo vacío interior y por el otro, debía comprender que él se esforzaba mucho en la oficina para darnos lo mejor a mi hijo y a mi.

Suspire, aún no podía quitar aquella imagen de mi cabeza a Ryan, como aquel sueño me mostraba tanta naturalidad, como si fuera cierto. Pero eso jamás pasaría, él ya esta casado con una vieja.

Cómo la mujer fuerte que era, me levanté y fui a tomarme una ducha caliente.

Al desvestirme y verme al espejo desnuda, pude darme cuenta que mi cuerpo había cambiado. Tenía senos más grandes, los brazos y piernas largas y depiladas, mis caderas se habían ensanchado gracias a mi embarazo, claro, tenía estrías y un poco de celulitis, cosa que se podría arreglar con hacer ejercicios y tomando líquidos.

Me metí a la ducha y me relaje sintiendo el agua caliente caer sobre mi cuerpo, lo enjabone por completo y medite debajo de la tina.

-¿Cómo hubiera sido mi vida si realmente me hubiera casado con Ryan? ¿Sería feliz o sentiría este enorme vacío?

Negué esa rotunda imposibilidad, estaba fuera de lo irreal pensar que acabaría casada con Ryan.

Jamás podría ser.

Cuando había entrado al primer año de secundaria pensé que no haría amigos nunca. Tuve por coincidencia de conocer y amigarme primeramente con Ángeles, quien se acercó a mi para hacer un grupo, porque ella no tenía compañero para poder lograrlo. Nos hicimos amigas enseguida y además, nos entendíamos. Ella se comportaba un poco tímida pero notaba su entusiasmo. Hacíamos la mejor dupla. Antes de que el profesor dijera las consignas del trabajo por la puerta entraron varios alumnos y entre ellos uno, que resultaba ser al que toda chica admiraba y suspiraban. Era frenton y carismático. Bromeó al profesor junto a su amigo de tes morena y al terminar de burlarse, sentí la mano de Ángeles tomar la mía, cuando gire al verla note un brillo en sus ojos viendo a ese tal Urie, el chico arrogante y popular.

"Dios mío" pensé, no quería imaginar pero si, ella estaba enamorada de ese sujeto fastidioso.

Aburrida comencé a tomar notas pero de nuevo la puerta de abrió y apareció por detrás un chico.

Quedé muda al ver su belleza, adelante de el caminaba uno de pelo color castaño y ojos azules pero ese no me llamaba la atención, sino su compañero.

El profesor los había regañado por llegar tarde y ambos se excusaron que era por qué supuestamente "Spencer" se había olvidado la mochila y tuvieron que volver por ella hasta su casa.

El castaño de ojos avellanas se detuvo junto a su amigo delante mío y quedé anonadada.

Mis mejillas comenzaron a arder y no entendía porque mi estómago sentía extrañas sensaciones y mil mariposas revoleteando en mi vientre.

Spencer fue el primero en chocar los puños con Ángeles, quien estaba a mi lado sonriéndoles. Luego él también, tímidamente lo hizo y hasta se paró frente a mi para saludarme a pesar que no nos conocíamos.

-¿Y ella quien es Angy? -pregunta curioso el ojiazul-

-se llama Michelle, es mi nueva amiga -contesta orgullosa mi compañera-

Ryan solo se limitó a mirarme y corrí la mirada hacia otro lado.

-mi nombre es Spencer y el se llama Ryan, un gusto conocerte. -se acerca Spencer e intenta estrechar mi mano con la suya- de seguro seremos los mejores amigos.

-Claro, por supuesto. ¿Por qué no? -sugiero con una sonrisa forzada intentando acoplarme a mi nuevo grupo de amigos-

Aún no podía despegar mis orbes de aquellos de color avellanas que tanto me había quedado hechizada.

Negué varias y varias veces.

Luego con él tiempo intente inoportunas veces de acercarme a él amistosamente para conocerlo mejor pero claro, cuando fue así la noticia de que él ya estaba enamorado de alguien más, y ese alguien era Ángeles me cayó como balde de agua fría.

En el siguiente semestre intente hacer todo lo posible para que deje de verme como su amiga llamando su atención y poniéndolo celoso diciendo que estaba locamente enamorada de Garrett Børns. Pero tampoco hubo caso y así paso tanto tiempo que me convencí a mi misma que si lo estaba y me olvidé de Ryan.

Palmee varias veces mi cara, ¿Cómo podía siquiera recordar aquellos momentos? Era obvio, él jamás se enamoro de mi, siempre fue una falencia. Creí que lo había convencido de que íbamos a ser la pareja perfecta pero no.... Ahora ya tiene a alguien a quien amar y yo también. No puedo perder mi tiempo pensando en él.

Caminé ya vestida por los pasillos y vi una nota en la mesa, de seguro era de Garrett. Siempre tenía tiempo para escribir estás tonterías pero no para pasar tiempo con su mujer e hijo.

Observé la nota y su recado.

Hola hermosa, buenos días. Discúlpame infinitamente por no despertar a tu lado, tenía un asunto pendiente en la oficina ya que mi tío despidió a la secretaria y me tengo que encargar de hacer su trabajo hasta que encontremos un empleado.

Quería avisarte que al mediodía llegará el correo con un paquete importante, no lo abras. Solo déjalo en mi despacho. Te amo, gracias.

Suspire rendida, pinche Garrett y su trabajo. De seguro planea dejarme sola todo el día y busco una excusa perfecta para zafarse.

-¿Amor porque no buscan una nueva secretaria?

-Si, le avisé a mi tío que yo no puedo hacer ese trabajo pero no me escucha. Tendré que hacerme cargo del asunto.

Luego pensé y pensé, si necesitaba un empleado de seguro el inútil de Brendon podría ayudarlo. Ya nos debe muchos favores ese desgraciado.

-¿Y que tal Brendon? Tu amigo -mire a Garrett y sus ojos se abrieron como platos-

-¿Brendon? -me pregunta y yo asentí-

-Si, puede ayudarte. De seguro está desempleado y necesita trabajo ¿No? -le sugiero de buena manera- aparte si lo contratas no tendrás porque pagarle el almuerzo, el desayuno o la cena. Le hará bien despejar esa mente.

-Olvídalo -contesto rápido y serio-

-no, en serio. Si él quiere conquistar de nuevo a Ángeles debe conseguir un mejor empleo que Dallon, mira que Angy no saldrá con ningún vago y encima pobre.

-no, olvídalo. Brendon es un sonso -aclaro Garrett- imagínatelo en la oficina todo drogado y melancólico. Haría un desastre y me causaría más problemas de los que ya tengo. No sirve para este tipo de trabajo.

Rei por lo bajo.

-que bien hablas de tu mejor amigo. -dije irónica no creyendo lo que escuchaba de sus labios-

-solo digo la verdad cariño. -dice serio y luego se enfoca en su móvil-

Ahora recordaba que ayer me lo había mencionado. Decepciones tras decepciones.

-mami, buen día -musita leve la voz de mi hijo-

Él logra llegar hasta mi y me abraza para darme los buenos ánimos como solía hacer todas las mañanas.

-mira... -el me tomo de la mano y me condujo hasta la cocina-

Sorprendida quede al ver en el centro de mesa unas flores encantadoras de color rosado y con un pequeño dibujo hecho a pulso sobre una hoja sobre nuestra familia. Quise llorar en ese momento pero me contuve

-¿Te gustó mami? -indaga el pequeño buscando mi aprobación-

-¿Que me gustó? Me encantó mi amor -lo alce y lo abrace con todas mis fuerzas- te amo mi cielo, quisiera que nunca me faltes -puse mi rostro en su pequeño hombro- tu eres el único hombrecito que vale la pena.

-mami, yo también te amo, jamás me voy a separar de ti -contesta alegre-

Amaba mi pequeño hijo y estaba satisfecha que al menos, algo hermoso podía tener. El lazo nuestro era inquebrantable.

Prepare el desayuno para ambos y le serví primero a mi niño. Él amaba todo lo que cocinara, no era tan quisquilloso cómo su padre que siempre prefería desayunar en algún sitio de comidas rápidas.

Al terminar ambos, le pedí que se cambiara para llevarlo a la escuela y antes de eso, lo peine y arregle su vestimenta.

Me fijé que todo estuviera en su lugar y fui a llevarlo al colegio en un Uber, porque yo aún no logrará conseguí manejar un vehículo y Garrett, por otro lado se lo llevaba.

Al volver a casa trate de distraer mi mente limpiando y haciendo el aseo del hogar hasta que llegara el cartero con el recado de Garrett.

Escucho sonar el timbre e inmediatamente deje de hacer lo que estaba haciendo y salí disparada a la puerta principal.

Lo primero que hice fue abrir la puerta y al hacerlo quedé impactada....

Fin de Narración de Michelle.

Punto de vista Narrador:

-Mich... -apenas alcanzó a decir Ryan ante la susodicha a quien estimaba y buscaba respuestas inmediata y sincera ante una posible paternidad compartida-

Ella apenas abrió sus ojos como platos como si hubiera visto un fantasma.

El castaño no terminó de hablar que intento extender su brazo para alcanzarla pero ella fue más rápida y le cerró la puerta en la cara. Dejando a Ryan adolorido por el impacto de la puerta en su cara.

-¡Michelle! ¡Maldita sea! ¿Qué haces? -alza la voz un castaño un poco desesperado, enojado y con el ceño totalmente fruncido-

Ella en cambio, cerró la puerta con cerrojo y comenzó a llorar producto de la angustia ocasionada y por años que venía soportando tanto dolor a causa de su ausencia.

Su pecho bajaba y subía, sentía como la angustia comenzaba a estrangularla porque si Ryan estaba en su puerta y enojado era porque ya se imaginaba a qué venía, su principal temor, que le quite lo más preciado y adorado por ella misma, su hijo.

-¡Vete de aquí! ¡No quiero verte! Ni ahora ni nunca -exclamo eufórica una mujer totalmente al borde del colapso mental-

Ryan desde el otro lado no iba a dejar el brazo a torcer, no hasta saber la verdad.

-No me voy a ir nada Michelle, no hasta preguntarte unas cosas y si tengo que esperar a que llegue Garrett lo haré. Esperaré aquí sentado -doblego el castaño insistiendo en el asunto-

-tú y yo no tenemos nada de que hablar, déjame en paz maldita sea -siguió contestándole-

-bueno, entonces esperaré a tu esposo y hablaremos los tres más tranquilo ¿Te parece? -hablo en voz alta para que ella lo escuchará-

Michelle siguió llorando y apretó fuerte sus puños del coraje, mordió sus labios producto de la impotencia latente dentro de su ser. Conocía al chico de ojos color avellanas y sabía que hasta no conseguir la verdad no se iría a su casa.

Respiro profundo y recordó aquellos momentos dolorosos que pasó en su pasado sufriendo culpa suya. Ahora que había conseguido superarlo aparecía en su puerta por un interrogatorio.

Michelle resignadamente meditó la opción de poder despejar las dudas del Ross, entonces suspiro rendida antes de tomar aquella difícil decisión de hacerlo pasar.

Ryan, quien estaba del otro lado y con la prueba de ADN en sus manos, detestaba tener que esperar y con el silencio eterno.

Apenas abrió la puerta Michelle apareció ante su vista con los ojos con lágrimas y con su rostro de pocos amigos.

El castaño estaba por abrir su boca hasta que...

Un cachetazo con todas sus fuerzas pegó contra su mejilla que hizo arder su piel blanquecina.

Ryan había quedado anonadado y toco su rostro con sus manos en dónde ahora habla una marca suya.

No entendía él porque del golpe y luego cuando levantó su vista no pudo dejar de sentir un poco de culpa. Ella lloraba desconsoladamente y mordía sus labios.

-maldita seas Ryan -musitó con voz a punto de quebrarse-

-Mich... -el agachó su mirada al suelo y sintió que todo el enojo que tenía hacia ella había desaparecido con solo verla- lo siento. Yo no quería...

Él divagó mentalmente y corrió su vista hacia otro lado. Entendió al fin él porque de aquella cachetada.

-¡No! ¡Mich nada! ¡Eres un pinche egoísta!... -alzo la voz la mujer- desapareciste más de 5 años sin decirme a dónde te ibas o que ibas a hacer y te apareces de plano en mi casa sin avisarme. Te odio ¿sabes? -blasfemo la azabache encabronada-

-Ódiame todo lo que quieras, ya te pedí perdón por eso. -contesto rudo el castaño- solo vine a preguntarte ¿Qué carajos significa esto? -Ryan saco de su bolsillo las pruebas de ADN que anteriormente el doctor Weekes le había ofrecido-

Michelle pestañeo varias veces y se acercó a ese papel para leer de cerca.

Se lo arrebató de sus manos y lo leyó con detenimiento.

-¿Quien mierda te dio esto? -indago la chica, luego para restarle importancia le tiró el papel al suelo- no me vengas con tus bromas ahora Ryan, estoy ocupada aseando mi casa, no tengo tiempo para tonterías.

-¿Te parece que es una tontería Mich? -volvió a contestarle el castaño un poco tajante- te pensas que...

-mira querido, a mí no me tutees, soy Michelle Børns para ti. ¿Ok? -atino a decirle con desprecio-

-Ash, ¿te pensas que tengo el tiempo suficiente para querer venir a molestarte y perder mi tiempo?

-que importa, si te la pasas perdiéndolo cuidando ancianas decrépitas. -rodo sus ojos y se cruzó de brazos-

Ryan enarco una ceja no creyendo lo que oía.

-¿Que yo cuido ancianas? ¿Te volviste loca o que? -le contesto el ojo avellanas-

-no estoy loca, te ví y no te hagas el sonso conmigo.

Ryan rodó sus ojos y repaso de nuevo sus cosas, debía hacer las pases y tratar de bajar los humos porque discutiendo con ella no llegaría a ningún lado.

-Michelle Børns perdóname por todo este tiempo que no pude estar para ti, lo siento. -musitó leve el castaño, ella abrió los ojos, luego de limpiar sus lágrimas, conmovida con sus palabras solo se quedó en silencio- sé que me odias por ese motivo, por irme tanto tiempo sin avisarte y sin poder comunicarme contigo. Créeme que si pudiera lo hubiera hecho. -el levantó su vista, en realidad estaba arrepentido por el mal y el dolor que causo en su corazón- no tendré el tiempo para reparar el mal que te he causado ni la misericordia de tu corazón para que me perdones. Si hay algo que pudiera hacer por ti, para que al menos...

Michelle fría y tajante resopló, y nuevamente volvió a aplicarle otra cachetada en su otra mejilla.

-Ay dios, Ahora ¿Por qué me pegaste? -inquirió saber el castaño adolorido en su rostro-

-por menso. Tú no sabes nada ni todo lo que sufrí en tu ausencia. Te valió madres mis pinches sentimientos y los hiciste a un lado. Egoísta, cabron y cobarde. -respondió borde y enojada con el muchacho-

-te dije que lo sentía -espeto serio- ¿Que? ¿Quieres que me arrodille? -Ryan se puso de cuclillas al suelo- mira que lo hago.

Michelle aún enojada puso sus manos en su cintura, ignorando el accionar del castaño, luego de a lo lejos divisó al cartero entrar a su propiedad distraídamente.

Tomó a Ryan de sus ropas y lo entro adentro de su hogar para que el cartero no lo viera.

Al llegar este simplemente sonrió.

-Hola, tengo un paquete para el señor Garrett.

-Si, el no se encuentra en estos momentos. ¿Quieres que se lo firme? -le pregunta-

-Si, señorita Børns. -cuando vio que Michelle firmo le dejo el paquete a su disposición, luego la observó detenidamente- ¿Se encuentra usted bien?

Ella sonrió forzosamente.

-Siii, ¿Por qué estaría mal? Jaja no te preocupes -intento fingir ser agradable y feliz, así se comportaba ella con todos-

-bueno, gracias -contesto amable- fue un gusto conocerla. Saludame al señor Børns. -saluda con un gesto en sus manos y se aleja lentamente saliendo de la propiedad-

Michelle cerró la puerta después de eso y vio al castaño enarcando una ceja.

-¿Te llevas muy bien con el cartero o me pareció? -indago el castaño-

-no te pareció -Ryan abrió ligeramente la boca para decir algo pero prefirió callar- él es un antiguo amigo de Garrett de la primaria.

-pensé que sus únicos amigos eran Brendon y Pete.

-¿Esos idiotas? -le contesta- si, son sus amigos rompe pelotas. Pero no te fijes en eso, mi amado Garrett siempre fue popular y tiene miles de conocidos. Cuando nos casemos supongo que no habrá cupo para todos.

-Así que ¿aún no se han casado? -inquirió saber el castaño sonriendo de medio lado- pensé que a estás alturas estarías casada con él.

-¿Viniste a indagar mi vida o qué? -enarca una ceja la chica- a ti no te importa, total no tenía planeado invitarte.

-igual no iría. -contesto rápido el castaño- ¿Para que? ¿No? Sería un estorbo.

Michelle camino hacia la puerta y la abrió.

-Bueno, si no te molesta tengo cosas por hacer. Así que por favor te invito a que te retires de mi morada. Gracias por haber venido y por dejarme tranquila que estás vivo al menos.

Ryan volteo a verla incrédulo de lo que escuchaba, ella quería zafarse de las preguntas que tenía para hacerle.

-espera, espera Michelle. -contesto el ojos avellanas reprimiendo su paso, Michelle lo empujaba hacia la salida casi al fuerza- Aún no has contestado mi pregunta.

-¿Que pregunta? -enarca una ceja incrédula- No me has preguntado nada menso y no tengo tanto tiempo que perder como vos. Estoy ocupada te dije.

Ryan se cruzó de brazos y bufo rendido. No encontraba la manera de doblegar el espíritu peleador de Michelle.

-Quiero que tú hijo y yo nos hagamos un examen nuevo de ADN. -espeto serio el castaño-

Michelle abrió sus ojos como platos.

-en tus sueños Ryan, mi hijo es mío y de Garrett, quien lo ha cuidado y educado. No voy a dejar que metas tus sucias manos en mi bebé para pincharle su brazo y le quites su sangre. -contesta tajante la chica-

Ryan se planta frente a ella sobre el umbral de la puerta. Molesto, saco de nuevo aquel papel con aquellos resultados.

-Si no lo haces, entonces este papel es verídico. -Ross le enseño el papel frente a sus ojos- ¿Quieres que se entere Garrett de esto?

La joven estaba a casi nada de desesperarse y colmar su última gota de paciencia.

-¿Porque siempre tienes que meter a Garrett en nuestros problemas? Me tienes harta hasta la madre.

-no tienes opción. Vendré mañana y planeare contigo como haremos e iremos con tu hijo al centro médico a hacernos los estudios de sangre.

Michelle se cruzó de brazos e intentó hacer una media sonrisa de lado.

-que patético, ni siquiera te sabes su nombre.

Ryan ya cansado y agotado mentalmente comenzaba fastidiarle que ella lo tratará de mala manera.

-Ash, ¿Y como se llama? -indago el castaño de buena manera-

-Que ti. -contesto rápido la chica siendo irónica-

-¿Queti? -frunció su ceño, no creía que le había puesto tal nombre a su hijo-

-que te importa. No jodas.

Michelle harta de escuchar al castaño le volvió cerrar la puerta en la cara y el otro, quedó atrás de ella insistiendo. Michelle volvió a retomar sus tareas del hogar dejando al castaño confundido. El joven Ross no podía creer que la chica se comportara de tal manera, él había imaginado que sería una mujer casada y respetuosa pero tal parece que se equivocó.

Resopló rendido al ver que ella no le haría caso así que decidió salir de la vivienda y prefirió sentarse en la acera de la vereda a tomar aire puro. Muchas emociones encontradas pero nada lo conducía a la verdad.

Ryan cansado de esperar en la calle, a la hora vio a Michelle salir de su casa y tomar un Uber.

Ya desganado no tuvo de otra que ir hasta la plaza y relajarse un rato allí. Necesitaba despejar su mente y repasar lo acontecido.

Inconscientemente llegó hasta aquel árbol donde había dejado su marca y una promesa de amor que jamás cumpliría.

Solo lo observó y posó su mano ahí. Se sentía un completo idiota, porque ya recordando el pasado (el último día antes de irse al ejército), que en la última llamada de Spencer él le había mencionado que ella tenía algo importante que decirle que no podía ser postergado pero el insistió en no querer escucharla y marcharse de igual manera. Sino, todo su presente, pasado y futuro hubiera cambiado.

-todo este tiempo pensé que me iba a desligar de ella, no puede ser -suspiro rendido-

Agachó la mirada, caminando lento llegó hasta una banca solitaria y se sentó a meditar allí.

Prendió su móvil para ver la cantidad de mensajes y llamadas que tenía de su novia. Pero no quiso contestarle en ese momento.

Su mirada aún se enfocaba en el suelo y en ver las pequeñeces por la cual, pasaba de largo.

Cerró sus ojos y algo tocó su pierna. Al abrirlos se encontró con una pelota que estaba en frente suyo y trato de divisar si algún niño la había arrojado sin querer hasta él.

De los arbustos salió un jovencito de estatura promedio. Ojos color avellanas como los suyos y un cabello color castaño claro, tez blanca.

Tímido se acercó al joven con Ross con cautela pero no lo suficiente para pedirle amablemente su pelota de fútbol.

Ryan al verlo le causó ternura así que sonrió de medio lado y tomo aquella pelota para devolvérsela. Extendió su mano para que él amistosamente se acercará.

-Gracias señor -musitó el infante con un poco de timidez- pensé que la había perdido.

-no te preocupes -le devolvió el gesto- yo también fui una vez un niño como vos. De seguro te estás divirtiendo ¿No?

Asintió.

-estaba jugando con mamá, pero ella patio muy fuerte y la lanzo hasta aquí. -hablo por lo bajo el niño, tomando distancia del Ross-

-perdona que te moleste, pero quisiera saber cómo te llamas. -atino a decirle el castaño de buena manera, había algo en ese niño que particularmente le llamaba la atención-

-Alexander Bo... -no terminó de hablar que fue interrumpido por el ruido de los arbustos-

-¡Alex! ¿Dónde te has metido? -escucho la voz de su madre a todo pulmón llamarlo-

Ambos se quedaron esperando a la aparición de la mujer, el niño susurra por lo bajo "Oh no, es mamá" lo cual no deja pasar desapercibido el castaño. Se queda helado observando la silueta y cada acción del niño que le causaba tanta intriga. De alguna u otra manera lo hacía recordar cuando él era un niño de esa edad.

-¿Usted cómo se llama? -indaga el niño en voz baja, esta vez tomando la pelota de las manos de Ryan-

-Ryan... Mi nombre es Ryan -musita casi tartamudeando cuando nota en su pequeño brazo un brazalete el cual le era muy familiar- no puede ser.... -tapa su boca de la conmoción-

Michelle de los arbustos y vé aquella escena dónde su pequeño hijo y Ryan estaban teniendo un diálogo ameno.

Espantada lo llama a la distancia.

-¡Alex ven aquí! -grita de a lo lejos-

Él niño se percató del llamado de su madre y volteo a ver al Ross. Le sonrió y asintió.

-Bueno, me tengo que ir con mamá. Adiós Ryan -musita por lo bajo-

Él corre hasta su madre que lo regaña a la primera y sujeta fuerte su brazo

-¿Que te dije de hablar con extraños Alex? ¿Qué te dije? ¿Quieres que te secuestren y te lleven lejos de mi y Garrett? -empieza a regañarlo la mujer muy eufórica caminando de lado contrario al Ross- No te permito que hables con ningún desconocido, ni vagos, ni nada.

-pero mamá, Ryan pareció un señor amable. No me hizo nada -contesta el niño-

-no me importa, no lo conoces. Así que -fue lo último dicho hasta llevárselo lejos-

Ryan se quedó conmocionado y con la boca abierta. Puesto que Michelle aún seguía enfadada, no tenía la intención de seguirla para ligar otros cachetazos más en su rostro.

Sin lugar a dudas, mudo había quedado con la presencia del niño que podía ser su hijo.

¿Si tuvieras un hijo? ¿Cómo lo llamarías?

-no sé, Alexander. ¿Por qué me preguntas eso?

-por nada Ry.

Ahora que lo recordaba. En la fiesta de graduación dónde justamente su última vez junto a Michelle ella le había preguntado.

Tapo su rostro de lo avergonzado e idiota que se sentía así mismo. Saco aquel papel de su bolsillo y observó bien el contenido de aquello que decía que la prueba de compatibilidad con el niño era más de 99%, que no había dudas que era su hijo.

Lastimosamente, su celular sonó y está vez atendió la llamada.

..........

-¡Ay amor! ¿Cómo te hiciste esto? -indaga Keltie tratando de pasarle alcohol y una taza en las mejillas del castaño-

-fue un accidente, perdóname que tenga que molestarte para que me hagas estás cosas -musita el castaño un poco arrepentido-

-curarte de tus males no es una molestia cariño -contesta la chica y luego de terminar su trabajo le dió un beso en su mejilla dejándolo a solas mientras iba al otro cuarto a lavar sus manos-

Ryan sintió una pesadez que se tiró a la cama observando el cielo raso de la misma.

Le daba tristeza tener que pensar que algún día Keltie y Garrett sabrán la verdad, porque  el estaba convencido de que era su hijo y no sabía cómo eso repercutiría en su vida.

Cuando la chica se acercó y se sentó a su lado, la observó detenidamente. Quería que su relación fuera exitosa como lo había obtenido sus amigas, pero ahora dudaba si Keltie aceptaría seguir en una relación con un padre soltero.

Trago grueso.

-Kelt, ¿Algún día piensas en tener bebés? -pregunto directamente a su novia, haciendo que está voltee y abra sus ojos plenamente-

Ella no sabía qué contestarle.

-Supongo que si, si la ocasión se da. -espeto la rubia- ¿Por qué me preguntas eso de repente? ¿Que? ¿Quieres tener uno?

-Discúlpeme Kelt, enseguida vuelvo. -Ryan se levantó de su cama y salió de su casa-

A pesar de los gritos de su novia por detenerlo no alcanzo para que esté se fuera desesperado en busca de respuestas.

Al llegar nuevamente a la casa de los Børns tocó timbre y espero a que lo atendieran.

La puerta se abrió y detrás de ella aquella mujer que había sido su novia años atrás.

-Hola amor, llegaste a c... -alcanzo a decir la chica quedando en shock al ver nuevamente al castaño frente a sus ojos- Dios mío, ¿Qué quieres acá? ¿No tienes tu casa? Te dije que me dejarás...

Ryan enarco su ceja y apretó sus puños producto del enojo. Si algo que no sabía controlar era su temperamento al enojarse por completo y ella estaba haciendo todo lo posible por sobrepasar sus límites.

-Escúchame bien Michelle, tú y yo debemos hablar y no me vengas con idioteces de querer echarme. Fui lo bastante amable para querer hacer las pases contigo y aún así... -hablo el castaño con el ceño totalmente fruncido-

Michelle callada y conmocionada escucho cada palabra pronunciada por el castaño.

-¿Porque nunca me dijiste que teníamos un hijo juntos? -pregunto directo- ¿Por qué tuve que enterarme todo a último momento? Siendo que nosotros antes de terminar el secundario nos hablábamos y no estaban las cosas del todo mal. ¿Por qué me lo ocultaste?

Michelle producto de su angustia solo mordió su labio tratando de contener tanta impotencia.

-¿Que querías que te dijera tonto? ¿Ibas a creer que este hijo era tuyo? -enarca una ceja- No, y posiblemente le echarías la culpa a Garrett y me hubieras dejado sola de igual manera. -lo miro fijo a los ojos- Lo único que hubiera cambiado es que yo en estos momentos estaría sola porque mis padres pensarían que me embarace de un fantasma o soy una puta. ¿Entiendes? -blasfemo la chica- A ti nunca te importo nada sobre mi, solo vienes por mi hijo, para arrebatármelo de mis brazos y destruir mi familia que con mucho esfuerzo construimos con Garrett. -sus ojos comenzaron a salir lagrimas- Así que no te preocupes por Alex, él está bien bajo mi custodia y Garrett es un excelente padre. Puedes irte y seguir rehaciendo tu pinche vida como se te da la gana. Al fin y al cabo, siempre hiciste lo que quisiste.

-Siempre sacas suposiciones de lo que yo hubiera hecho, tú no me conoces y no sabes nada de mi Michelle -espeta el castaño firme en sus palabras-

-Tú de mí tampoco Ryan. Y te agradezco por todo pero mi hijo es feliz así que no vengas acá. -le apunta con su dedo a su pecho-

-¿No ves? -contesto desesperado el castaño-  Otra vez suponiendo lo que yo tendría que hacer ¿No consideras mis sentimientos por el niño?

-¿Que sentimientos me hablas? -enarca una ceja- ¿Por qué hablaste dos palabras te supones que ya lo conoces de por vida?. Tú no sabes nada de Alex.

-Por eso mismo quiero pasar tiempo con él y aceptar mi parte, lo que me corresponde de mi paternidad con el niño. -habla el Ross serio en sus palabras- No es justo Michelle que me hicieras a un lado.

-¿Aceptar tu paternidad? ¿Te quieres hacer cargo de Alex y ni siquiera tienes un empleo digno? -le dice fría la chica haciéndole notar que Ryan en sus condiciones no podría hacerse cargo de su hijo- No vengas con tonterías.

Ryan rodó sus ojos, no caería en la trampa de ella de querer lastimar su orgullo.

-encima quieres sacarme a mi bebé... -ella quería contenerse y con sus puños evitar que las lágrimas de frustración salieran de sus ojos- No es justo... Te desapareciste por años y ni un mensaje tuyo he recibido. No te lo voy a permitir

-perdóname Mich... -Ryan sintió un dolor punzante en su pecho al ver cómo la chica lloraba en frente de sus ojos, quiso intentar abrazarla pero ella fue rápida y no lo dejo-

-¡No me toques! Todo lo que haces es mentirme -contesto fervora la chica retrocediendo unos pasos-

-dame una oportunidad, por favor Michelle. -le suplico insistiendo en el asunto el Ross-  Quiero ser parte de la vida de Alex, nuestro hijo. Lo necesito.

Por detrás de ellos el niño se acercaba y alegremente vio al joven castaño en la entrada de su casa.

Ryan se agachó de cuclillas al suelo para abrir sus brazos.

-¡Oh Ryan! Viniste -corrió el niño hasta él y lo abrazó-

El castaño con todas sus fuerzas se aferró al niño y hundió su cabeza en sus pequeños hombros. No pudo evitar llorar y sentir una parte suya en aquel infante que tanta alegría llenaba su corazón.

-Alex -musitó con voz quebrada-

Él se separó del niño, y a la vez observó a su mamá muy conmocionada. Era la primera vez que veía a su hijo hacer tal escena con alguien que apenas conocía.

-¿Porque lloras Ryan? ¿Mamá te reto? -indaga el jovencito Børns-

Ryan limpio sus lágrimas con sus puños y asintió, sonriendo un poco.

-quería decirte que hable con tu mamá y le pedí que fuéramos amigos ¿Qué dices pequeño? -pregunto el castaño-

Alexander primero sonrió y luego observó a su mamá, quien tapaba su rostro de la vergüenza.

-Me encantaría -espeta el niño y sale corriendo y se mete de nuevo al hogar dejando a los adultos conmocionados-

Ryan se puso de pie y sonrió viéndolo.

-es muy tierno -dijo Ryan para si mismo-

Michelle evito mirarle puesto que eso pensaba de el.

-Michelle -hablo el castaño y ella volteo a verlo- por favor, aún no quiero decirle a Kelt sobre mi hijo ni tampoco que Garrett se entere. Es una noticia muy reciente y les caerá como balde de agua fría. Vendré a ver a Alex y a jugar con él cuando tu me lo pidas.

-No lo hagas Ryan -musita la chica y muerde su labio-

Luego ven que el niño se aproxima a ellos.

-¿Mamá puedo ir con Ryan a jugar a la pelota al patio? -le pregunta amablemente a su madre-

-No, no puedes. -contesta borde- enseguida vendrá Garrett y tendremos que cenar juntos como la hermosa familia que somos. Aparte Ryan está cuidando a una abuelita y no tienes por qué molestarlo.

-¿Y otro día podrá ser? -insiste el jovencito Børns-

-Otro día. -la mujer rueda sus ojos restándole importancia al asunto- Ahora ve a tu cuarto a hacer la tarea o no habrá postre. -le ordenó imperiosa-

Alexander hace una mueca de lado y sin más remedio se fue para hacerle caso a las órdenes de su madre.

-¿Así que cuido a una abuelita? -dice indignado el Ross enarcando una ceja-

-Si, lastima porque las abuelas no pueden tener hijos. -sonríe victoriosa por la burla-

-ella se llama Keltie y es mi nov... -el castaño no pudo terminar de contestar que fue interrumpido-

-Da igual, es una anciana. -le resto importancia al asunto, total no iba al caso y no le importaba con quién salía-

Michelle le cierra la puerta al Ross sin despedirse de él. Dolida hasta la médula se deja caer hasta el suelo abrazando sus rodillas y llorando, desahogando todas sus penas.

Ahora su nuevo desafío era poder lidiar con Ryan Ross, el temible fantasma de su pasado.

-Continuara-

Del amor al odio hay un solo paso, podrán encontrar ambos la paz y reconciliarse?

Eso lo sabremos más adelante, gracias por leer ❤️

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