"Lo que causa un Helado"
Narra Narrador:
Michelle le había encargado a Ryan de poder hablar con su hijo para que se sienta mejor y no esté de emo adolescente encerrado en su habitación.
Aprovechando la situación y que estaba sola, porque todos allí tenían algo que hacer a excepción de ella.
Ángeles tenía planeado ir a pasear con su esposo e hijo por la ciudad de Londres y hacer un tour, aprovechando la ocasión y las vacaciones.
Pensó que seguramente Ryan estará trabajando encerrado en su despacho y no tendría tiempo para molestarlo.
Y tampoco le apetecía limpiar la mansión, hoy se relajaría y dejaría a la señora Anette hacer su labor, para eso le pagaban su sueldo.
Mientras esperaba a poder concretar su salida con el apuesto medio hermano de Ryan, el guapo Benjamín. Ella aprovechó el tiempo en su habitación para arreglarse, ponerse ropa bonita, nada vulgar, arreglar su cabello y maquillarse.
Ángeles veía como ella se lookeaba delante del espejo, también quiso hacer lo mismo ya que su esposo la invitó a pasear a Londres por la tarde.
Narra Michelle:
-Te ves bonita amix. ¿A dónde vas? -me pregunta mí amiga Ángeles sentada en mí cama viendo cómo arreglo mí cabello-
-Benjamin me invitó a comer helados, sabes que no puedo rechazar una invitación. -le hago saber, y estaba más que entusiasmada por salir a pasear y recorrer la ciudad, era como un sueño-
-¿Porque es Benjamin? -me cambia de pregunta, de seguro sentía curiosidad-
Me puse pensativa y sonrojada...
-uhmm no se, no es cómo si todo el personal de la mansión se muere por invitarme a salir. -sonrie mientras peino mí cabello y lo desenredo-
-¿Y Ryan? -ahora sale con el nombre de mí ex novio, puse los ojos en blanco-
Me encogí de hombros, salir con Ryan es aburrido, siempre lo mismo.
-Que no chingue, con él no me puedo relajar -le digo porque cuando platicamos siempre me hace enojar- siempre está peleando por temas del pasado y está ocupado. Pero Benjamin es otra cosa... -lo decía porque no lo conozco y tenía buenas vibras positivas, lo que necesitaba en mí vida- es muy apuesto y gracias a Dios está soltero, no me sentiré culpable de nada.
-¿De comer helado? -enarca una ceja Angy, la veo recostarse en mí cama y observar mí cartera-
Sacó un labial color rosa y empiezo a pasarlo por mis labios...
-Jajjaja Siii.
Ángeles veía mí cartera que estaba repleta de maquillaje y se fija uno que le gustaba mucho...
-¿Te gusta Benjamin? -pregunta con una sonrisa, lo bueno es que con ella no tenía que fingir no teniamos filtros- No me digas que no, que siempre te veo que le echas el ojo.
Me regreso a ella y me lanzó a su lado en la cama, le hago una seña para que bajará el volumen a su tono de voz. Si estaría mí niño detrás de esa puerta pegaría el grito en el cielo...
-Shhh es un secreto.... No me expongas.
Ambas reímos y ella me pide un labial color rouge y se lo coloca pasando por sus labios, ese rimel le quedaba muy top pero usaría otro más natural.
-Mmm a Dally le gusta de este color...
-¿Van a salir? -le pregunto porque recordaba que ayer habían salido con Ryan y los niños- ¿No salieron ayer?
Ella asiente muy contenta.
-Si, pero fuimos de shopping y mi Dally me compró este collar hermoso -le enseña aquel collar en su cuello- ahora hace juego con mis labios..
-¡Ay! ¡Que bonito! -admiraba aquel obsequió de su esposo- eres muy afortunada.
-Ryan y Alex te eligieron un regalo para vos. ¿Te gustó?
Le enseñe mí nuevo reloj rosado, lo tenía puesto en mí muñeca.
-Si, de recompensa por limpiar y cocinar... -le digo sarcástica- ya me imagino que Ryan le obsequia algo a todas sus empleadas...
Ángeles se pone pensativa y me observa, seguramente estudia mis reacciones.
-Yo no creo. -menciona ella y nos sentamos en la cama- Pero es raro que esté soltero aún, con tanto dinero.
Me puse de pie inmediatamente para escoger la ropa para salir con Benjamín.
-Por eso prefiero mantenerme lejos de él, a ver si no me sale con que tiene alguna vieja escondida en su dormitorio. -le digo de espalda, no confiaba del todo en él-
-¿Fuiste a su dormitorio?
Negué ¿Para que lo haría?.
-no lo veo necesario -me fijo en mí reloj y Benjamín enseguida pasaría por mí a buscarme- ¿Y Alex? ¿Estará mejor?
Me intrigaba saber si mí niño estaba mejor, antes de irme iría a chequear que todo estuviese bien antes de salir.
Cuando abro la puerta para salir al pasillo me chocó sin querer a la pelo de nido, a ver cómo la llamaba el señor soberbio... Ah, Stefany.
-Ash... -chita en voz baja-
-Disculpa no te vi. -me disculpo amablemente y acomodó mí ropa-
La tipa tenía una jeta larga, cara de bruja envidiosa.
-pues fíjate la próxima. -me dice sin escrúpulos ni respeto-
La tipa se va dejándome sola, por suerte llega Ángeles por detrás mio-
-¿Disculpa? -enarco una ceja, pensé que había escuchado mal- desgraciada.
-¿Que ocurrió amix?
-nada -niego con una sonrisa y pongo mí mejor cara, una vieja metiche no arruinara mí día- la pelo eléctricos anda rabiosa y yo no le hice nada.
Ángeles observa que la rubia se marcha y dobla en la esquina rumbo a otra habitación.
-no es la señora que siempre está pegada a Benjamín, capaz le gusta -me dice su suposición y me valía, porque Benjamín no era de su propiedad y tenía todo el derecho del mundo a invitar a salir a quien quiera, quien se creía está mujer-
Me encogí de hombros.
-Pues me vale... que reviente la ñora.
Nos reimos, porque nos parecía gracioso pero bueno, después de pasar el mal momento con la señora Ángeles volvió a su habitación con su esposo y yo me dirigí a la habitación de los niños, ellos no estaban allí. Había una niña acomodando las camas...
-¿Y tu quien eres? ¿Y que haces en el cuarto de los chicos? -enarco una ceja molesta-
La niña morena se voltea y vé mí seriedad en mí rostro.
-Ehm, soy empleada señora. Mí nombre es Dina -intenta acercarse y más fruncí mí ceño-
-Eres muy chica para ser empleada de aquí -menciono respecto a su edad, no le creía- ¿No serás hija de Ryan verdad?
Ella se asombra y niega.
-No, le digo que soy una empleada nada más. Mí madre es Anette, la cocinera -me dice la verdad y se asusta con mí interrogatorio-
Ahora tenía las claro que eran puras mujeres, eso le reclamaré a Ryan. No me gustaba que hayan tantas mujeres cerca mis niños, que los adultos hagan lo que quieran pero mí niño no.
-Señora disculpe... -pongo los ojos en blanco, odiaba que me dijeran señora- tiene un hijo muy hermoso, la felicito.
Me dice sonrojada y aún más me sorprendió, no quería que está niña se relacione románticamente con mí niño, jamás lo permitiría. Me acerco a ella para ponerla en su lugar.
-Primero: no soy ninguna señora y Segundo: te prohíbo enamorarte de mí niño y acercarte a él. -ella se queda helada- todo bien que seas una empleada pero mí hijo está para una niña mejor, que esté a su nivel. Si te atreves a desafiarme te pondré de patitas a la calle a vos y tu madre ¿Te quedó claro niñita?
Ella traga grueso y asiente con la cabeza a gachas, antes de que se vaya la detengo...
-¿Sabes dónde está mí hijo? -le preguntó seriamente-
-En la sala de música con el señor Ryan y el niñito Knox. -me dice tímida y se marcha-
Me quedo tranquila que mí niño ya no está encerrado en la habitación y está con Ryan divirtiéndose. Ahora podría salir tranquila.
Llegué a la sala del living principal y espere allí sentada a que Benjamin me recogiera, aproveche el pequeño tiempo para enviar mensaje a mí hija para saber cómo estaban allí en USA. No me contestó pero vi la hora y tal vez estaba en la escuela. No quise preocuparme, tal vez Garrett tenía todo bajo control.
-llegaron por usted. -escucho la voz de la pelo eléctrico quién miraba a través de la ventana y se derretía- uhm
Me puse de pie, una sonrisa, acomode mí cabello, mí ropa, mí cartera. Respire hondo y mentalicé que solo sería una helado y ya.
Cuando salí de la mansión me quedé sin habla... Benjamin estaba en su auto negro descapotado esperando adentro y sonriendome.
No sabía si estaba soñando o si era la verdadera realidad. Él estaba tan guapo con un traje color crema y camisa blanca.
-¿Estás lista? -me pregunta con una sonrisa y abre la puerta amablemente-
No quería emocionarme pero me sentía como una niña cuando estaba en los parque de diversiones.
Asentí y no le quise hacer esperar demasiado y me subí a su coche, por suerte él día de hoy el clima estaba agradable sin mucho calor y con sol.
Benjamín condujo primero salimos del barrio e íbamos directamente al centro de Londres.
-¿Y como te fue en la oficina? -le preguntó para tener una conversación y no estar con un silencio-
La brisa fresca hacia que mí cabello vuele al igual que yo, que me sentía en una nube. Benjamín tenía puesto sus lentes de sol y le quedaban muy top.
-Supongo que bien, estuvo tranquilo.
-Ay que bueno, ya quiero conocer también -le digo, porque sentía curiosidad de conocer la famosa oficina de trabajo de Ryan y Ben-
-¿La oficina? Te aburrirás, te lo aseguro -menciona un poco bromista-
-no lo creo, más que en casa. Ahí siempre tienen algo que hacer -le digo mí punto de vista y me sentía como un pájaro libre, porque el viento me recorría todo el cuerpo, jamás había tenido esta experiencia-
-Te creo. Aunque no quisiera que estuvieras todo el día limpiando y cocinando. -me dice el muchacho, yo lo observé-
-¿Porque? ¿Molesto? -me intrigaba saber si le molestaba a ellos que me metiera en sus asuntos o si alguna metiche como Steff o Anette estuvieron quejándose-
Benjamin sonríe y niega.
-no es para ti. Eres nuestra invitada y queremos que te sientas como una reina.
-Si, pero justamente eso no soy. No soy una reina. -le digo con una media sonrisa- y no quiero mal acostumbrarme...
Sé que él entendió mí punto y no me contradijo, yo tenía razón porque cuando me toque el turno de volver a casa no tendría tantas comodidades.
El viaje platicando se me hizo rápido y hablamos llegado a la ciudad más cercana. Estacionó su auto en un parking y decidimos caminar un poco. Ahora el día de habia puesto nublado de repente, eso amaba de este país.
-Yo elijo mí helado de crema.
-y yo de fresa -intente buscar dinero en mí cartera pero el amablemente sostiene mí brazo-
-deja, yo pagó. -musita leve en voz baja, su agarre hizo que me pusiera nerviosa y más al ver su sonrisa, sentí que me iba el aire, me quedé helada. Asentí de estúpida-
Con Benjamin entramos a la heladería y pidió nuestros sabores favoritos. Cuando salimos en vez de comer en el local le pedí amablemente recorrer un poco el centro, había gente comprando alegre.
-¿Te está gustando Londres?
Asentí mientras comía mí helado. Estaba delicioso.
-Si, superó mis expectativas. -admiraba el paisaje y después recordé que tenía que volver, me volvía a deprimir- Lástima que tenga que volver pronto, en unos días...
-¿Porque? Puedes quedarte a vivir en la mansión con nosotros y los niños, por mí no hay problema, Ryan tampoco supongo -me dice abiertamente pero el problema no era ese sino más bien lo que me esperaba en casa-
-Eres muy amable y me encantaría quedarme más tiempo pero tengo una niña en casa... -le enseño una foto que tenía guardada en mí móvil y la observa detenidamente- se llama Leah, es la luz de mis ojos mí niña hermosa..
Lástima que no pudo venir conmigo porque no me alcanzaba el dinero para el viaje y estadía sino me la traía conmigo... pero bueno, la está cuidando mí pareja.
Él observa la foto detenidamente y sonríe.
-es muy bonita, tiene tu sonrisa -dice Benjamín a lo que me sonrojo bastante- me encantaría conocerla algún día...
-Si, seguramente no sea la primera y última vez que venga a Londres. -pensaba que cómo Alex ya tenía su conexión con su padre él vendría más seguido a visitarlo- si es que Ryan no me echa jajaja
Me rei, no dudaba que lo hiciera pero uno nunca termina por conocer las personas.
-No creo que él lo haga, si lo hace te presto mí departamento, no está lejos de aquí. -me dice el muchacho y sonríe-
-¿Tienes un departamento y vives en la mansión? -digo aún más sorprendida, tanta fortuna tenían y yo llorando de a gratis por la rata de Borns-
-Si, nomás que está deshabitado. Pensaba regalársela a mí hijo cuando sea mayor pero no quisiera terminar solo. -era tan dulce este hombre, siempre pensaba en su hijo sin importar que, ojalá hubiera más como él-
Después a mí mente vino la imagen de Elliot...
-Que educado es tu hijo, siento una envidia de ti. -me sonrió a cabizbaja- él mío ya no sabe en qué lío meterse para llamar mí atención... es muy intenso y se niega a hacerme caso. Cuando le digo NO, para él es un SI. Sino se enoja y lo hace igual, no importa si se lo prohibo.
Contarlo ya me estresaba, porque Alexander era así. Muy rebelde.
-Y yo que me preocupaba por Elliot. Tú estás peor que yo.
-Pero tú niño parece callado y te obedece. -menciono y como un poco de helado- mejor te lo cambio
Él sonrie y me señala una mesa donde seguramente quería seguir platicando mientras compartian algo juntos. Amablemente me cedió un lugar para ponerme cómoda y se sienta a mí lado, siento mí corazón palpitar al sentir su perfume varonil tan cerca de mí.
Saca de su billetera una pequeña foto de su casamiento.
-Ella es Amanda, mí esposa. -dice Benjamín admirando aquella fotografía-
Yo la observo detenidamente y veo lo guapos que estaban.
-Es muy bella. ¿Cuántos años tenían? -le interrogó al ver que estaban muy jóvenes-
-Yo tenía 21 y ella 20 años, era la mujer perfecta, el amor de mí vida. -me dijo tranquilamente y guarda la fotografía- pero lamentablemente hace unos 5 años partió con Dios.
Vi su rostro ponerse triste y para animarlo apoye mí mano sobre su dorso para hacerle entender que tenía todo mí apoyo. Podía sentir su dolor por perder el amor de su vida, así me sentía yo a su edad cuando el señor soberbio desapareció.
-¿Que le sucedió? -me sentía curiosa por saberlo, porque notaba que él había superado aquella tragedia pero no sé si su hijo necesitaba ayuda
-Un accidente. Un coche a muy alta velocidad casi choca a Elliot pero ella se interpuso para salvarlo. No tuve tiempo para despedirme porque en ese momento estaba trabajando.
Me cubri la boca, no lo podía creer.
-Dios mio -murmure conmocionada- pobre de tu angelito que fue testigo de esa tragedia...
Él asiente. Llega la mesera y nos entregan una charola para servir a la mesa con la especialidad de la casa.
-Estaban en la plaza jugando con un balón. A Elliot se le escapó a la calle y cuando quiso buscarlo, ella lo siguió y terminó por protegerlo de ese accidente -cuenta en breve- Fue muy triste porque siento que Elliot aún le duele y no puedo hacer nada para hacerlo feliz.
Sentía que esa situación me podría haber pasado a mí con mí niño y negaba. Ellos no sabía lo tan importante que somos para ellos hasta que nos sucede lo peor.
-¿Podremos salir los cuatro juntos algún día? -le propongo como idea y él sonrió observando que aún tenía mí mano sobre la suya, después cai de cuentas y me sonroje- Ay dios, disculpa.
Él niega.
-Tienes la mano muy caliente.
Acomode mí cabello y sentía que él aún sin conocerme estaba siendo muy sincero conmigo, yo quería también serlo con él.
-Sabes... yo te dije que tenía pareja en Estados Unidos pero últimamente no estamos bien -menciono avergonzada- él me ha engañado a pesar de todo lo que hice hasta el momento.
Benjamin se asombra...
-¿Enserio? ¿Y porque sigues con él? -me pregunta sorprendido-
-Por los niños. -digo cabizbaja- nada más. No siento románticamente nada por él.
-Te entiendo y tienes todo el derecho de reservarte. -Benjamin toma un poco de café más sereno y yo hago lo mismo- Creo que él se lo pierde.
Me río ante su último comentario.
-¿Porque se lo perdería? -pongo mis ojos en los suyos, no puedo evitar que mi corazón empiece a latir fuerte-
-Por lo hermosa que eres. -dice sin titubear, ahora estaba toda mí atencion puesta en sus palabras- Lo menos que podría hacer por ti es dejarte libre para que rehagas tu vida.
Estaba muy de acuerdo con su idea y era lo que pensaba. No dudaba que en estos momentos él estuviera haciendo de las suyas (cuando él mismo prometió no hacer nada y portarse bien) y si, Borns era muy egoísta. Siempre fue así, no le importaba mí felicidad con tal de no perder contra Ryan u otra persona.
-Gracias, hace años que nadie me dice "hermosa" -agacho mí cabeza avergonzada- tu tampoco te quedas atrás, tienes a todas las mujeres muertas por ti en la mansión.
Él se ríe y cubre su rostro, tal vez ya sabía por quién lo decía.
-Si lo dices por Stefany es una empleada y amiga. Pero no me gusta.
Hice una mueca, claro me sentía invadida por la señora pero ahora que el me afirmaba que no sentía nada romántico por la señora me quedaba tranquila, tampoco tenía la impresión que le gustaba las señoras mal vestidas, si lo comparaba con esposa difunta.
-Tienes razón, no creo que tengas tan mal gusto. -me bebí otro sorbo de café- ¿Y Ryan? ¿Es verdad que no tiene esposa?
Benjamin sonríe para si mismo.
-¿Importa? -enarca una ceja-
-no es porque me interese por algún motivo pero me parece extraño que esté soltero. -le digo que solo siento curiosidad por conocer su pasado, el cual estuvo presente, conociéndolo no lo creo capaz de que esté sólo- él siempre tenía alguna zorra detrás suyo...
Él se acomoda en su lugar y se quita su traje quedando en camisa blanca.
-Es que no todos estamos preparados para el amor. Pero cuando conocí a Ryan lo veía muy preocupado, solitario y triste, pensé que era por algún motivo hasta que nos contó la verdad.
-¿Que la cagó conmigo y mí niño? -le digo así, un poco vulgar, pero era la verdad aunque el señor soberbio se ofenda-
-Si, de esa mujer que lo engañó y le hizo perder todo lo valioso. -lo decía por Sarah, que ni quería recordarla- Pero sabes, si eso no hubiera ocurrido hoy no estaríamos paseando aquí.
-¿Quién sabe? -le digo encogiéndome de hombros- igual ustedes ya eran familia.
Benjamín me puso más atención a mí desinterés, no quería que me vieran como la ex novia rogona del soberbio ni tampoco le lustrare los zapatos del señor por más dinero que tenga.
-Si Ryan te pide para volver ¿lo harías? -me pregunto directamente y poso su mirada ante mi-
-¿Porque la suposición? ¿Te dijo algo? -ya me asustaba y él negó ladeando su rostro-
-ah, que bueno -suspire aliviada y con respecto a su pregunta no dejaría pasar la oportunidad para decirle lo que pensaba- dudo que haga eso, es un cobarde. Con tantos años que pasaron de por medio, ya se habrá olvidado de mí.
-¿Quien sabe? -lo escucho decir un poco bromista, también me carcajee- ¿Y tú que sientes por él?
Me encogí de hombros.
-No se, crei que me emocionaria al verlo pero fue meeeh -hago un gesto desagradable- no estoy pensando mucho en él, solo en mis hijos.
-Cuando tienes niños a cargo suelen ocupar tu mente a diario y te distraen. -me dice, y es así, desde el minuto uno que decidí en ser madre de mis pequeños siento que cargo con una gran responsabilidad, no me importa mí bienestar sino el suyo y su felicidad-
Al terminar de tomar los café y pagar la cuenta, él amablemente me brinda su mano para caminar por la ciudad de lo que quedaba del resto de la tarde mientras seguíamos de platica en platica. Me sentia cómoda a su lado y podía confiar de pleno en sus palabras.
-creo que deberíamos volver, está anocheciendo. -vi mí reloj en mí muñeca y eran las 20 hs, tan rápido había pasado la hora que no nos dimos cuenta- Elliot debe estar en casa de su abuelo.
-Si y Alex debe extrañarme -menciono en voz baja recordando a mí niño- lo mejor sería volver.
-¿Te divertiste? -me pregunta con una leve sonrisa- mira que soy un poco torpe con las damas, hace mucho no salía con una mujer.
-bueno, yo tampoco salgo desde hace mucho pero no te preocupes, me gustó.
Benjamín se quedó viendo mis ojos, parecía hipnotizado. No sé porque, pero sentía que estábamos en el mejor momento para besarnos y romper con toda esta tensión sexual. Pero no sucedió ya que él recibió una llamada telefónica.
-de la oficina. -puso los ojos en blanco- mañana tendré que volver a la oficina.
Asentí y no debía siquiera decirme quién lo llamaba, no era mí esposo aún y darme explicaciones. Pero si, era un hombre amable y sentía puro relax a su lado.
Volvimos a la mansión nuevamente y no paramos de charlar, reírnos y platicar de cosas que nos gustaban como películas, series y recetas favoritas. No me había dado cuenta que teníamos mucho en común.
Cuando regresamos el primero en saltar a mis hombros y recibirme fue mí niño Alexander tan contento y emocionado de verme.
-¡Má! ¡Mami que bueno que llegaste! -me abraza fuerte- lo siento por hacerte preocupar...
Me quedé anonadada pensando que mal le había ocurrido...
-¿Que te había pasado que no querías hablar con nadie?
Él niega y su cabello mojado salpicaba hacia todos lados.
-No, nada. Ya está. -le restaba importancia pero a mí me daba curiosidad como madre debo estar al pendiente de sus necesidades e inquietudes- Papá me ayudó. Gracias.
-que bueno que tu padre sirva para algo -le digo sin pensar y sonrió-
Alex me jala de mí brazo para llevarme al comedor principal sin dejarme despedir de Benjamín por la salida. Él me quedo viendo y sonriendo a la distancia. Lo veo seguirnos por detrás nuestro.
-Espera Alex... ¿A dónde me llevas? -le digo porque me jalaba fuerte-
-¡A comer! ¡Muero de hambre! -espeta mí niño seguramente le rugía su estómago- el tío Dallon esperaba por ustedes... sino no nos deja empezar.
Cuando llegamos todos estaban en la mesa principal y habían preparado pollo al horno con verduras y para Alexander una pizza de pepperoni.
-¡Aquí está tía Angy! ¡Volvió viva! -anuncia Alexander a todo pulmón a los presentes-
Yo me paro en seco y frunció mí ceño.
-Ah bueno ¿Me extrañabas o solo querías comer tu pizza? -inqueri saber, parecía su manera de hacerse el amable para obtener su recompensa-
-¡Las dos cosas mami! -él se sienta en su lugar y me hace una seña para que lo haga a su lado-
Lo invito a Benjamín a sentarse a mí lado, ya que había un lugar vacío y aprovechando la ocasión... de frente estaba Ángeles, Knox y Dallon quien iba a bendecir los alimentos antes de empezar a comer pero sentía que algo o alguien faltaba... Si, Elliot. Pero recordé que Ben me dijo que estaría en casa de su abuelo. Después trate de pensar de quien faltaba en la mesa. No le di importancia y aproveché para comer a gusto.
-¿Y se divirtieron? -preguntaba Angeles como siempre, porque llegaba contenta y no le había contado nada ni un pequeño relato para calmar su curiosidad-
Asentí mientras cortaba un trozo de pollo.
-¿Y a dónde fueron? -Ahora que mí hijo me estaba con la intriga no me dejaría en paz-
-por unos helados al centro. -le dije desinteresada para que no estén de interrogatorio de FBI-
-Aaaaah yo quería -me decía mí hijo poniendo su cara- ¿Porque no me trajiste?
-Se iban a derretir. Para la próxima traemos para todos -le contestó amable Benjamín a mí hijo-
Alexander le echo el mal ojo pero no le contestó y se comía su pizza con su jeta puesta. Me sonreía porque en eso se parecía a su padre de celoso.
-¿Y Ryan no va a comer? -pregunte a los presentes porque todos estaban comiendo a excepción de él-
-No quiso bajar a cenar. -dijo Angeles, por sus caras nadie sabía porque el señor soberbio no estaba en la mesa- pues ni modo.
-Despues le llevarán su comida a su cuarto. -dijo Dallon seriamente-
-¿Y yo puedo comer en la habitación? -ahora me pregunta Alex como una sugerencia suya-
-Obvio que no, es muy descortés.
-¿Y porque papá si puede? Jum -se cruza de brazos y pongo los ojos en blanco... maldito soberbio que le pone ideas a mí hijo-
-Debe estar cansado. -dice Benjamín- hoy le tocó ir a la oficina y habrá venido con mucho trabajo.
-Ah siiiii ¡Eso! -menciono Alex muy emocionado- mañana iré a la oficina también con él.
-¿Y yo puedo ir contigo? -le pregunto porque quería conocer la oficina donde trabaja y el señor el soberbio es el presidente, a ver qué tanto hace-
-¿Para qué? Te vas a aburrir. -dice mí niño y no me observa porque estaba enfocado en comer su pizza-
-Tú justamente me vas a prohibir. Si tu vas, yo también voy -le hago saber porque no le creía nada que era un lugar aburrido, sino él no iría-
-Aaaaah mamá -pone los ojos en blanco- tú ya saliste y te divertiste...
-Tú siempre sales y te diviertes -le mencioné un poco ofendida- por una vez que salgo y te pones mamón...
Todos rieron en la mesa al ver nuestra escena. Pero luego al terminar de cenar decidí por mí misma levantar los platos sucios de la mesa con ayuda de Anette, aunque yo era su ayudante no teníamos nada de que hablar. Limpié y ordené la cocina.
Benjamin se acercó para despedirse de mí con un beso en mí mejilla.
-buenas noches.
-que descanses. Gracias por lo de hoy -le digo muy emocionada-
Él voltea y sonríe. Cuando se retira aparece Ángeles para hablar un poco conmigo.
-Amix... ¿Y? ¿Y? ¿Que paso en la cita? -estaba muy entusiasmada, incluso más que yo para saber-
Me quedé pensando... ¿Cita? ¿Porque tenían que clasificarlo así?.
-normal amix -ella frunce su ceño pensando que le estaba mintiendo- ¿Porque me miras así?
-no te creo jeje lo siento -se ríe por lo bajo a lo que enarco mí ceja-
Estaba un poco incómoda porque no podía mentir, no hubo una historia porno en mí salida.
-¿Y no se besaron? ¿Nada?
Estaba limpiando los platos y los apilaba en la alacena. Me reía de medio lado por su suposiciones. Cuando me di media vuelta tenía puesta su mirada en mí.
-¿Porque me miras así? Jajaja no, no hicimos nada de eso. -le hago saber con sinceridad-
-¿Enserio?
-Creeme, Benjamín es un hombre amable y respetuoso al estilo inglés. No fue nada descortés conmigo. Me divertí tanto con ese hombre. -menciono y trato de no sonar interesada ni desesperada-
Ella trata de creerme a la fuerza y aunque no lo crea (ni yo tampoco) Benjamín no es Garrett, él jamás se aprovecharía de mí sin conocerme.
-esta bien. Llevaré esto a la habitación. -vi que ella sacó un rico postre de la nevera y se lo llevó consigo- mañana hablamos Mich, descansa.
Ella se despide de mí llevando dos postres a su habitación, seguramente lo disfrutara con su hombre en la cama. Lo bueno es que tenía siempre buena compañía, yo rogaba no tener que volver pronto a ver a Borns, la estaba pasando genial acá, con razón mí hijo no quería volver.
Lo que si, me daba curiosidad saber que sucedió que el señor soberbio no vino a comer a la mesa. Tal vez le mintió a todos y debe estar encamado con alguna zorra. Ya mismo iría a quitar su careta para que no me tomé de mensa, a mí y al resto.
Sin pensarlo y decidida iría a su cuarto...
Fin de narración de Michelle.
Narra Narrador:
Ángeles llevaba los postres hacia la habitación y tenía que pasar por el comedor para ir a los cuartos que estaban en la planta alta de la mansión hasta que escuchó un golpe en la puerta y la estremecio del susto.
Curiosa fue a observar de que podría tratarse... Hasta que escuchó una voz tenebrosa.
-¡Ash Maldito! -la voz varonil de hombre que gruñia y abría la puerta pesada como si fuera un papel- ¡BRENDON!
Cuando abrió la puerta se quedó impactada y se le cayó el postre al suelo. Lindemann llego y apenas vio a la muchacha se calmó...
-Uhmm disculpe señorita... -le pregunta porque estaba un poco irritado y desorientado- Busco al idiota del Urie.
Ella se puso pensativa y desde la última vez que lo vio en la mansión había pasado dos días sin cruzarselo.
-No Brendejo Puturie no está aquí señor. Disculpe. -dice Ángeles restándole importancia y trataba de juntar lo que había ensuciado en el suelo-
-JAJJAJA BRENDEJO, tu si lo conoces.
-Como no voy a conocerlo -pone los ojos en blanco- es insoportable.
Lindemann no quiso molestar a la muchacha pero le había caído bien.
-¿Trabajas aquí? -indaga el señor rubio un poco curioso-
-No, estoy de visita. Soy amiga de Ryan y usted es... -ella suponía de quién podría tratarse pero no quería suponer de más-
-Lindemann, Till. el diablo como todos me dicen -sonrie amablemente-
Ella lo observa y lo inspecciona detenidamente de arriba abajo, no le daba esa impresión.
-No me da esa impresión. Parece un hombre culto y con carácter. -le sonrie cabizbaja-
Luego ella observa que su esposo estaba en el balcón interno observando todo y serio.
-Bueno, me tengo que ir a dormir. -pone una excusa para despedirse del señor sin ser descortés- Es muy tarde.
Till se queda pensativo sin darse cuenta que estaba siendo vigilado a la distancia por el esposo Weekes.
-Entonces me dices que Brendejo no está aquí.
Ella se encoge de hombros.
-hace dos días que no viene. Por mí mejor pero usted lo necesita.
Till se molesta un poco y aprieta sus puños, tenía asuntos que hablar con él.
-Pinche estúpido... seguramente huyo como una rata a Nueva York... Ash.
Lindemann se volteó y se fue de la mansión nuevamente, así como entro se fue al ver que el Urie no estaba allí para desquitarse con él por sus cagadas en la oficina.
Ángeles subió a la planta alta y quiso darle explicaciones a su esposo que estaba más que serio.
-¿Quien era?
-Es Till Lindemann, el tío de Garrett. El dueño de todo esto... -le dice con su verdad- y del miedo que me dio tire el postre hum...
Él se acerca con una leve sonrisa y la besa en su cien para hacerle entender que no pasaba nada.
-no te preocupes, tienes otro postre para comer. -le murmura en voz baja-
-¿Enserio? -abre sus ojos y muy ilusionada con ojitos de estrellas- ¿De que se trata? Ya mismo tengo hambre.
-de algo muy rico y delicioso que morirás al probar... -le susurra a su oido-
Ella brinco aún más emocionada que se olvidó de todo, ahora tenían una cama súper espaciosa para hacer todo tipo de poses en ella mientras hacían el amor... sujetó fuerte la mano de su esposo y se lo llevó rumbo a su cuarto para comer su postre delicioso.
...........
Michelle después de limpiar y ordenar la cocina dejando todo perfecto para el siguiente día.
Antes de volver a su habitación para irse a dormir decidió ir a la habitación del castaño, antes de hacerlo llevó amablemente algunas porciones de pizzas para que el Ross comiera a gusto.
Cómo no había bajado para nada de su habitación dudaba que en algo extraño andaba. No dudaba de su poder extraño para poder desaparecer pero ahora no estaba para contarlo, ahora no se podría hacer el menso estando la ojiazul presente.
Toco la puerta amablemente y espero a ser atendida.
Cuando él abrió apenas un poco y vio que era la azabache con comida.
-Hola, te traje la cena.
Ryan enarco una ceja pero no abrió la puerta, solo se observaba la mitad de su rostro.
-Ah, bueno. Gracias. -él recibió su comida y la dejó a un costado, sobre una mesita-
El castaño estaba por cerrar la puerta de su habitación pero la chica estaba indignada por su corta conversación...
-Ah, antes de que cierres.... ¿Que tenía Alex? -le preguntó por segunda vez-
-nada, estaba bien. -menciono breve-
La chica frunció su ceño y antes de que este cierre su puerta, ella metió el pie para que no la cierre en su totalidad y se mete a su habitación arremetiendo con todo.
-Ash te descubrí. -ella al ver la habitación se quedó sin habla-
Era aún más espaciosa que la suya y tan inmensa con detalles muy propios de él.
Pero para su desilusión no había ninguna mujer extraña metida en su habitación, solo estaba él con su laptop encendida en la cama y tenía unos auriculares.
-¿Ya está Mich? -le dijo un poco molesto el castaño y avergonzado- no hay nadie aquí.
Ella se cruza de brazo y hace una mueca de lado.
-Y entonces ¿Porque no bajaste a comer con nosotros? Te estuvimos esperando.
Ryan estaba cansado y no tenía ganas de platicar. Estaba con su jeta larga muy poco común en él.
-Porque no tenía ganas y ya. -le dijo el castaño- aparte ¿para que me quieres en la mesa si lo tienes a Ben?
Michelle le puso una mueca, odiaba las jetas.
-¿Que tiene que ver Ben contigo? -le dice la muchacha y parecía que ella se estaba enojando incluso más que él por su estupidez- Tú eres el padre de mí hijo, no él.
Ryan pone sus ojos en blanco, exhausto.
-Entonces querías que vaya por Alex, no es por ti.
Ella se cruza de brazos.
-Obvio.
Ryan se pone frente suyo, porque no la entendía.
-¿Y para que viniste hasta aquí? ¿Para decirme eso? -le dice franco el Ross-
Ella lo ignora y corre hacia su cama lanzandose a ella como una niña. La cama era muy amplia y podías rebotar en ella. Ya que estaba su laptop se quedó acostada y espió lo que miraba el Ryro, pensó encontrar algo que lo recrimine pero solo estaba haciendo en Excel cálculos y esas cosas de trabajo.
-¿Todavía estás trabajando? Que aburrido eres.
Ryan al ver que estaba muy encimosa fue a buscar su laptop y la tomó para llevársela a un lugar seguro, porque era muy importante cuidar esa laptop de que no se rompa.
-Si. Siempre estoy trabajando.
Ella se queda recostada en su cama y hasta le parecía incluso las cómoda que la suya.
-Pense que estabas viendo una película o escuchando música. Creo que me gustaba más el viejo Ryan. Era más divertido -menciona la muchacha pensando que el viejo Ryan era más cool y se divertía más, el adulto en el cual se convirtió era muy aburrido-
-Todos cambiamos ¿O no esperabas eso de mí? -decia el castaño y fue hasta ella para jalar de su brazo- pues si estás cansada ve a dormir a tu habitación...
-¿Me vas a hechar? Estamos hablando. -la ojiazul se ofende haciéndole un puchero-
-¿Porque no platicas con Benjamin mejor? -él recuerda perfectamente que ella había salido varias horas en compañía de su hermano y aunque era muy notable su enojo por ese motivo no le importó hacérselo saber-
Ella se sienta sobre el colchón y sonríe de medio lado, señala con su dedo su rostro de enfado.
-Aaaaah por eso estás así. Te enojaste porque salí a pasear con tu hermano. -decia la azabache, y aunque no lo admitía amaba por dentro verlo celoso-
Ryan la suelta y pone sus ojos en blanco.
-¿Porque estaría enojado yo? Es tu vida, haz lo que quieras. -trato de hacerse el superado y no admitir sus celos-
Ella le seguía el jueguito...
-Obvio que es mí vida y salgo con quién yo quiera. -despues la ojiazul recuerda que haber salido con Benjamin fue como salir con una estrella de Hollywood porque estuvieron todos al pendiente y hasta parecían paparazzis metiches, pensó que sólo faltaría que se entere Garrett desde USA para rellenar el cartón- Y no se porque tanto revuelo por salir a comer unos helados si tú no me invitaste a salir a ningún lado, siempre estás amargado trabajando y poniendo tus jetas.
Ryan no quería escuchar su hermoso relato de su cita perfecta con otro hombre, trato de meditar internamente y negar.
-bueno, es mí problema si soy un amargado y pongo "jetas".
El muchacho de ojos avellanas volvió a tomar de su brazo para quitarla de su cama, a ver si llegaba alguien y mal interpretaba las cosas.
-ya está Mich... es suficiente...
Ella se negaba a irse a la fuerza y también jaló e hizo fuerza para que esté cayera por encima suyo, pensando le soltaría el brazo pero no ocurrió. Ryan estaba arriba suyo y ella debajo de su cuerpo.
Ambos se quedaron callados y no sabían que haber o decirse... él trago grueso y ella mordió sus labios, sus piernas temblaban al tener al Ross en esa posición... estaba vulnerable. Si él hacía algo no podía salir con vida en estos momentos...
-Michelle yo... -murmuro el castaño como para romper el hielo-
Ella lo observó detenidamente, si aún conservaba en su interior aquel niño que amaba y no lo había perdido por completo en un adulto. Sin darse cuenta acaricio su piel de su cuello para acomodar su cabello semi largo hacia atrás de su oreja. Ella cerró sus ojos viendo cómo el Ross se le aproximaba para besarla... sabía que una que empezaba no se detendría...
Estaban a centímetros de besarse para romper aquella tensión sexual hasta que un teléfono empezó a sonar que termino por ponerlos a cada uno a caer en la realidad...
Era el teléfono de Michelle y Ryan se recostó a su lado mientras observaba sus reacciones.
-Es Garrett. Hasta parece adivino woow. -decia para si mismo la muchacha y atiende la llamada inesperada de Borns-
-Hola cariño. ¿Cómo estás? -hablo primero Borns desde la otra linea-
-Ah hola, bien. Estaba justamente por irme a dormir. ¿Vos? -le dice en breve
Michelle y se recuesta al lado de Ryan observando el techo-
-Lo mismo. ¿Estás sola para hablar un momento? -le dice Garrett, quería sacarse una inquietud-
-Si. ¿Con quien voy a estar? -pone los ojos en blanco por las estupideces que preguntaba y también por arruinar su momento-
-¿No está Ryan ahí?
-Él duerme en su habitación, los niños en la suya, Angy y Dallon también tiene una y yo también, por separados. -le dice la ojiazul y observa que lo tenía a su lado viendo su rostro, eso le incomodaba un poco- que él viva aquí no quiere decir que estemos juntos, él tiene que hacer sus cosas y ocuparse de Alex, casi no hablemos nada.
Ryan siente un alivio que por lo menos no habían pasado la raya de lo permitido sino no se la acababa, desde hace años no tenía nada sexual y terminaba enfocado en poner toda su energía en el trabajo para no pensar en eso. No podía evitar mirarla porque aún sentía cosas por la ojiazul aunque le costaba admitir abiertamente y no quería verse tan arrimado o desesperado. Mientras la muchacha platicaba amistosamente le acariciaba su cabello y sin darse cuenta que el castaño se había relajado mucho y acabó por dormirse.
-¿Cuando planean volver a Las Vegas? -le pregunta Borns directamente-
Ella no sabía si decirle o no, puesto que no quería irse pronto.
-Segun Angy y Dallon planean volver la semana que viene. Cuando terminen la vacaciones. -le dice en suposición porque en verdad no sabía- pero no le digas a Leah, se pondrá triste.
-Y si, son muchos días. -le contesta Garrett y no esperaba que fueran tantos días, para cuando acaben las vacaciones Michelle terminaría en brazos del Ross nuevamente, eso pensaba pero no sé lo diria- fíjate si puedes volver lo más pronto posible...
-Bueno, veré si los convenzo de volver antes. -le propone como segunda opción- cuida a mí niña por favor.
-Si, ella se porta muy bien conmigo. Estamos tranquilos aquí. -le dice en breve el pelilargo- sabes, te extraño amor...
Michelle pone los ojos en blanco y lo que pensaba era "que extraño" si seguramente se debe estar tragando a su rata.
-Yo extraño a Leah... -le cambia de tema- ¿Ella no está ahí contigo? Quiero hablar un ratito para saber cómo está...
-no, está durmiendo en su habitación. Mañana tiene su último día de clases antes de empezar las vacaciones. -el comenta Borns-
Michelle se dio media vuelta quedando cara a cara frente al Ross quien ahora dormía plácidamente en su cama. Tenía una cara de niño angelical mientras dormía, estaba vulnerable y le parecía hasta tierno que no podía resistirse.
-bueno, me iré a dormir. Me agarró sueño. -le decía porque no quería platicar con él- después hablamos. Bye.
No esperó a que Borns le contesté que le cortó la llamada para que no este de encimoso molestando y arruinando momentos como hasta hace un rato.
-Metiche. Gracias por arruinar mí reencuentro. -ella le acomodo el cabello al Ross y lo arropo como un niño, él ahora dormía sin darse cuenta de su presencia- seguramente él esperaba lo mismo que yo...
En lo único que podía venir a su mente era aquel beso que Ryan estaba por darle y no se concretó.
Se puso de pie porque debía ir a su habitación a dormir también. Pero antes de hacerlo se acercó a él para besar sus labios suavemente. No entendía sus sentimientos pero si que ahora le quedaba claro que esté muchacho le removía muchas cosas en su interior. Sonrió de medio lado porque ella había conseguido su objetivo y él no. Una victoria para ella en estos momentos.
Salió despacio de la habitación sin hacer mucho ruido al respecto y cuando volvió a la suya lo primero que hizo fue tirarse de plancha a la cama.
-Ay no, cálmate Mich. Controlate. Sólo fue un beso y ya. Él no lo sabe, así que no corres riesgo de nada. Cálmate y vuelve a ser la Mich fría y distante que no se de cuenta que mueres por él, tu lo superaste...
Se decía para si misma la muchacha y sus ojos ahora brillaban de una manera especial, había recobrado esa confianza que creyó pérdida en el pasado y que no tenía esperanzas de volver a amar. Ahora sabía que podía tener una ligera oportunidad con el Ross, que no tenía una esposa, que no escondía un amante y que no estaba comprometido a nada, salvo con tu trabajo y su hijo.
Imaginaba lo feliz que podía ser a su lado con sus niños y rodeada de lujos y el amor del castaño. Lo que jamás hubiera pensado hace algunos años estaba al alcance de su mano.
-Continuará-
Holis, nuevo capitulo 2/2 😅 Ahora que Mich se dio cuenta que no había superado al Ryro... ¿que sucederá?
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