"Lo menos pensado"
Antes de leer, se recomienda discreción.
Narra Narrador:
Alexander había sido el primero en quedarse en la habitación donde los niños recibían sus clases particulares, con cuatro pupitres, un escritorio para la profesora, un armario, una pizarra y asientos.
Él llegaba un poco más apresurado para esperar al resto mientras chateaba con su novia, la cual a su vez estudiaba en USA y debía entrar a clases bien temprano.
Y como era habitual, Leah seguía molestándolo con el apodo que le causaba vergüenza entre los demás. No quería que lo vieran tierno para ser la burla, sino más bien el chico popular e independiente, fuerte, hábil y astuto.
-ash, maldita fea... -maldecia un adolescente castaño- me las va a pagar, ya me las voy a ingeniar para molestarla...
Pensaba en algo que podría molestarle a su hermana para jodería al rato.
-¿Porque estás molesto ahora amor? -le pregunta su novia en la videollamada que estaban haciendo mutuamente-
Alex le daba vergüenza decirle y se sonrojó un poco.
-la fea... Les dijo a todos el apodo que me puso papá. Ash -y eso le molestaba, que Leah se le burlara a diario-
Nicky quería saber que tan malo era para verlo molesto.
-¿Cómo es?
Él resoplo un poco de aire, no sabía si decirle pero la conocía mucho y sabía que no se burlaría... no de la manera que lo hacía su hermana.
-mi papá me puso inconscientemente "Ojitos dos", pero porque le hago acordar a mamá... -el deseaba que le dijeran de otra manera-
Pero Nicky se sorprendió y sonrió leve.
-que lindo... Me parece tierno... ¿En verdad te enojaste con tu hermana por eso?
-Si, pues... no quería que nadie lo supiera... -hace un puchero y pone una de sus caras de molestia- Ahora lo debe saber hasta el Cartero y lo usarán para burlarse de mi.
-¿El cartero? -ella no podía creerlo- Pues amor, estás exagerando.
Para cambiar de tema y no seguir con el mal humor notó que su chica estaba en un ventanal del colegio y con una blusa rosa, que le quedaba muy bonita.
-uhm... Nicky... ¿Que hora es allá? -pregunta para variar, nota que el sol en los Estados Unidos era muy radiante y allí donde estaban era todo el día nublado y fresco, a pesar de estar en epoca veraniega-
-apenas temprano, enseguida estaré por entrar a clases... -menciona la rubia que tenía sus clases por la mañana- ¿Y ustedes?
-Aun no podemos asistir hasta que demos el examen de ingreso a la preparatoria de Londres... Mamá ya nos encontró un colegio de paga como ella deseo siempre. -penso que su madre siempre terminaba ganando, no importarse el lugar o el tiempo, la vida le daba la razón-
-Te vas a ver súper lindo con tu uniforme... -Nicky imaginaba a su novio con uniforme y pensó lo lindo que le quedaría- Ay, desearía estar ahí contigo...
Ella imaginaba poder volver asistir junto a él y para eso debía en estos años estudiar mucho para sacar muy buenas notas e ir a la universidad con una beca a estudiar junto a su novio en Londres, con un plan estimado de dos años.
-Yo también... -Alex sonrió un poco, quería decirle que la chica se veía muy bonita pero justamente alguien interrumpe a su conversación-
De pronto llega la profesora y cuando nota que su presencia no es admirada ni le prestan atención lo suficiente, aclara su voz y se acerca al adolescente dejando su cartera en sobre el escritorio.
-¿Quien es? -se asoma a ver el teléfono del ojiazul a ver con quién hablaba que no le prestaba atención- Buen día rey, hoy me demoré un poquito al llegar pero traje todo lo necesario para las clases de geografía e historia. -menciona y le enseña los mapas, libros que traía encima lo cual el chico nunca se ofreció a ayudarla-
Alex esconde un poco su móvil de la profesora para que no mire sus cosas, sus relaciones eran privadas.
-Tengo que cortar amor, después hablamos... -menciona en voz baja y Nicky asiente saludando con un besito a la pantalla- Ya vino la vieja metiche.
-Suerte bebé y estudia mucho please que quiero pasar tiempo contigo en navidad. -le dice de buena manera, así fue el plan que tenían y le prometió a su madre que si le iba bien, pasaba de año podría su novia pasar las vacaciones de invierno juntos y en navidad o incluso año nuevo-
-Es verdad, que tengas un lindo día... -le hizo acordar aquella promesa- Saludos a Matt y Nick. -Alex se despide y corta la videollamada guardando su móvil en el bolsillo-
Taylor estaba un poco molesta porque esa niña acaparaba la atención del chico, desde que llegó ni siquiera la miró. Así que, aprovecho que no estaban los demás para acercarse más al adolescente y preguntarle...
-¿Quien es ella? ¿Tu novia Alex?
El ojiazul enarco una ceja sintiendo que la señora se metía en su vida privada que no tendría que interesarle.
-Señora no me tutee, para usted soy Alexander. Y si, es mi novia. -pone los ojos en blanco y se cruza de brazos-
-Esta muy joven para tener novia, con razón no prestaba atención en tu antigua escuela, estabas distraído mirando chicas lindas.
-¿Y a usted qué le importa? -lo que más le molestaba es que extraños se pongan a opinar de su vida-
Taylor estaba celosa de aquella niña, por lo poco que vio de ella era muy linda, incluso más que ella misma. Pero no dudaba de sus encantos como mujer y poder gustarle un poco a ese chico.
-Si me importa. Ahora eres mi alumno y no quiero que te distraigas. -menciona sería la profesora y se sienta arriba de su pupitre dejando ver con su falda corta un poco de sus piernas largas y delgadas- Además las niñas de esa edad sólo buscan pasarla bien con un niño atlético y lindo como vos, las novias no sirven... yo sé porque te lo digo...
Alexander no entendía que trataba de decirle, el tenía otros conceptos distintos a los de ella, jamás le daría la razón. No veía a Nicky como distracción.
-No se meta en mis asuntos, a usted le pagan por enseñar, no para darme sermones. Para sermones está mi mamá. -fue directo y se molestó aún más, muy aparte el ojiazul era rebelde jamás hacía caso-
La profesora se pone de pie y acomoda su ropa, sonríe de medio lado.
-eres difícil, me gustas.
De repente llega el niño Knox muy entusiasmado con su mochila cargada a su espalda.
-¡Alex ahora estudiaremos juntos!
-¡Hey Knox! -Alex le hace una seña para que se siente a su lado, así lo ayudará en sus estudios-
-Se que no necesito hacer el examen de ingreso, con mis notas Leah y yo entramos así nomás. Pero les haremos compañía a ambos para estudiar.
Pero nota que aún su primo y hermana no llegan a la clase, la profe espera sentada en su escritorio repasando los temas puntuales que eran la debilidad intelectual del chico.
-¿Y Elliot no va a venir a estudiar? -se queja el ojiazul y se indigna- Ah, a él no le dices nada profe, se la pasa de novio con mi hermana.
Taylor sabía que Elliot no estaría presente en esta ocasión porque debía ir a la casa de su abuelo, según indicó su padre y por la niña, no era su tutora responsable, si estaba o no presente no representaba interés en ella.
-Elliot sabe lo que hace, además él tiene buenas calificaciones. -fue la excusa que puso la profesora para no decir que el pelinegro se ausentará-
-bla bla bla cuando a usted le conviene... -Alex hizo una mueca de mal gusto, pensó que su primo tenía suerte de no tener que soportarla y escabullirse a gusto-
......
Leah estaba en su habitación pensando que haría en el día de hoy... Pensó... Su madre junto a Benjamín estarán ocupados con el tema de cuidar al papá de Alex, al igual que sus tíos ya que se supo que Ben contrató un nuevo asistente terapéutico para suplantar a su madre... Pero igual ella no iba a quedarse tranquila, hasta que dicha persona llegue ella estará cuidándolo.
Por casualidad escuchó durante esa mañana en la cocina que Elliot pidió las llaves del auto descapotado de su padre para salir de la mansión, lo cual le dio mucha intriga saber a dónde iría que nunca se lo mencionó...
No tenía ganas de pasar el día soportando a su hermano con su mal genio, para eso estaba Knox.
Y como no se quedaría en la habitación encerrada sin aportar nada bueno, tampoco puede meterse en cuyos asuntos no eran de su incumbencia y donde no la llamaban.
Apenas salió escabullida dejando su móvil en la mesa de luz, fue discreta pasando desapercibida hasta el garaje y cuando encontró el auto de Benjamín se escondió en los asientos de atrás cubriéndose con una campera junto a una maleta que había allí.
De pronto llega Elliot al garage y Leah se hace una bolita para no ser descubierta. Reza internamente que el pelinegro no la vea. Pero el chico estaba más pensando en su trayecto, ya que sería un viaje largo.
-Recien estoy saliendo, en una hora estaré llegando. -envio un audio de voz a X persona-
Leah podia escuchar lo que dijo y pensó lo peor, se puso triste pensando si Elliot estaba yendo a alguna clase de cita con una alguna chica. Llegaría hasta las últimas consecuencias para saber la verdad.
.......
Durante la clase de los chicos todo fue normal a excepción de una cosa, la profesora usaba su cuerpo para llamar la atención del adolescente ojiazul, quitando su abrigo, hablando sensual o incluso moviendo su cabello... Lo cual no fue desaparecido por el chico, que en ocasiones se quedaba perplejo observándola y se perdía en las lecciones, su coqueteo hacía que no se pudiera concentrar en sus estudios.
-bueno chicos, por hoy estamos bien. No queremos que la cabecita de Alex explote. -menciona la profesora con una media sonrisa-
-yo entendí todo profesora, gracias. -dice el niño Weekes guardando sus libros en su mochila-
-que bueno Knox, eres un niño muy inteligente. Serás un genio o incluso un gran científico.
-Gracias. Nos vemos la próxima clase. ¿Alex vamos?
-Enseguida voy, estoy terminando estos ejercicios. Son difíciles. -aun le costaba resolver ejercicios matemáticos y se estaba esforzando por aprenderlos-
-Es fácil, primero se resuelve esto y luego lo otro -menciona el niño Weekes señalando en su hoja-
-El chiste es que yo aprenda a resolverlo sólo Knox. -Alex ponía la cara de payaso-
-la profe lo explicó treinta veces, es fácil. -dice el chico con una leve sonrisa- no te olvides de dejar los libros en biblioteca cuando termines.
-Si si, ya vete a almorzar y guarda mí comida, que no vaya la fea a comerse mí almuerzo. -dice el ojiazul peleando mentalmente con los cálculos matemáticos-
Knox le hace caso y se marcha dejándolos a solas.
La profesora se baja un poco el escote de su blusa y se acerca al chico, sentándose a su lado.
-¿Quieres que te enseñe una vez más?
-no gracias, yo puedo. -Alex estaba sonrojado, no quería verla, la tenía muy cerca suyo, y al ponerse nervioso se encabrona al salirle mal el resultado- Ash...
Taylor sonríe al verlo nervioso, sin dudas pensó que el chico estaba cediendo a sus encantos. Así que se aproxima y toma su birome tocando su mano y le enseña otra vez.
-Porque lo estás haciendo mal... Préstame atención Alex... Es así. -ella junto a su mano le describe el error que Alex cometía en el ejercicio,y se pone tan cerca que su perfume hacia que el chico quede aún más pendejo- Y cuando algo no te salga bien, no te enojes, vuelve a intentarlo.
Alex niega negando todo lo que estaba pasando por su mente, se concentra intentándolo otra vez y cuando comprueba el resultado le sale positivo. Así que lo intenta del mismo modo con otro ejercicio.
-Yas, ahora si me salió. Gracias profe... Usted hace que todo sea más fácil.
-Todo podría ser más fácil conmigo si me darías una oportunidad... -dijo la rubia adulta tocando su hombro dejando en desconcierto al adolescente-
-¿Eh? ¿Que quiere decir con eso? -el ojiazul se queda impactado porque Taylor lo observa fijo a sus ojos e incluso ve que ella muerde sus labios-
Por unos momentos, Alex quedó perdido también en aquella mirada de la mujer y no sabía porque, pero su corazón latía fuerte en su pecho.
-Nada, que eres muy lindo. -ella estiró sus mejillas con mucho cariño y se aproxima a darle un beso de despedida cerca de la comisura de sus labios, dando a entender sus intenciones con el adolescente- bye, nos vemos mañana.
Alexander quedó totalmente en shock imaginando mil cosas por su mente, cuando ella se fue caminando lento hasta el escritorio moviendo su trasero y bajando un poco su falda hasta las rodillas, su mirada estaba puesta en ella, de ver su trasero, su pronunciado escote, sus delgadas piernas esbeltas, cada paso que daba al irse sentía como le coqueteaba con solo usar su mirada sensual y su perfume que lo tenía atrapado.
Pensó que Taylor era una mujer completa y perfecta, ahora no podía evitar tocar sus labios y pensar si en verdad la deseaba como mujer o fue solo su imaginación...
Trato de calmarse y reflexionar a la cuestión que le estaba pasando... porque ese deseo interno sexual nunca le sucedió con su novia, querer intentar algo más allá de un beso o tocarla. Mientras cargaba con los libros rumbo a la biblioteca su mente era un caos, al llegar a dicho lugar notó algo inusual y se escondió para ver qué sucedía...
-Oh, profesora... no sabía que usted estaba aquí. -Dallon casualmente estaba en la biblioteca buscando algunos libros de medicina-
Lo que no sabía es que, Taylor estaba a punto de irse pero cuando paso por dicho lugar se percato que estaba aquel hombre guapo que también llamó su atención desde el primer día y se hizo la mensa, simulando que también buscaba algo, todo para buscar una conversación.
-¿Tu eres...? -se hacia la desentendida y ponía su cara simpática-
Él estrecha su mano a la suya amablemente sin pretender algo.
-Dallon Weekes, el médico del paciente Ross. Usted le enseña a nuestros hijos sus clases particulares. -y especialmente a su hijo Knox que siempre hablaba de lo buena que eran sus clases de estudio-
Ella ahora sabía su nombre pero al saber que era médico más encantada estaba. Encontró un hombre guapo, maduro e inteligente. Justamente los de su tipo.
-Ah si, te recuerdo. Yo te confundí cuando llegue el primer día, lo siento mucho. -se disculpaba tímidamente e veía que Dallon traía un libro en mano- A todo esto ¿Que leía?
Dallon solo le enseñó la portada, nada especial. Solo para aprender un poco en el área de los huesos del cuerpo y ayudar con su sabiduría a la recuperación de su amigo Ross.
-buscaba algún libro de Traumatología, sobre rehabilitaciones médicas y todo aquello relacionado a la medicina.
Taylor queda maravillada y sonríe, quería intentar seguir platicando o coquetear con él pero justamente...
-Woow debes ser todo un maestro en la medicina... -lo halaga y toca su hombro con torso confianza a lo que incómoda al Weekes con su tacto y mirada- yo sólo buscaba algún libro para que los niños pudieran leer en la próxima clase de literatura. -mintio, solo entro a la biblioteca su verlo a él allí y quería crear un ambiente agradable para hablar a gusto y conocerse- si tengo alguna clase de gripa no dudaré en pedirte ayuda.
Pero Dallon en ese momento le suena su móvil con una alarma, era horario de chequeo a su paciente y no podía retrasarse, por eso mismo le pagaban un jugoso sueldo.
-bueno, debo irme. Enseguida tengo que supervisar la atención de mí paciente. -se despide rápido y se lleva el libro para leer más tarde- Un gusto.
Ella queda embobada saludandolo y viendo como su hombre perfecto se marchaba pero cuando se percató de alguien que la estaba vigilando sonrió de medio lado y caminó hasta allí para que saliera de su escondite. Pero no fue así, Alex dejo en el suelo sus libros y salió disparado hacia su habitación para encerrarse allí.
Taylor sonrió ladina, ahora entendía que el niño había caído en su juego, tomo aquellos libros y los acomodó en la biblioteca...
Alexander mientras tanto en su habitación estaba con el pecho que le latía a mil por horas, no pensaba que podría haber ocurrido si su profesora lo descubría que la estaba vigilando. Tampoco pudo evitar pensar si ella era así con todos, porque también la vio muy cerca de su tío Dallon intentando coquetearle a escondidas de su madrina.
Mientras pensaba en ella se ponía inquieto y nervioso... aún tocaba la comisura de sus labios donde ella depositó un beso sensual en su piel.
Y cuando quiso percatarse que le estaba pasando su móvil mostraba en pantalla una videollamada de su novia, el cual ahora dudaba en atender. Miro por la ventana de su habitación hacia el patio delantero y vio que su profe salía, se iba a su casa... Estaba observándola a distancia y confundido con respecto a sus sentimientos de amor y deseo.
Se sentía decepcionado de si mismo sentir deseo sexual por una mujer adulta y por dentro, de fallarle sentimentalmente a su novia con la cual pensó esperar a dar el siguiente paso después del casamiento. Ya no estaba seguro de esperarla para quitar su virginidad.
.......
Por su lado Elliot llegó al departamento de su abuelo materno en pleno centro de la ciudad de Manchester en el auto descapotable de su padre. Cuando llegó a destino estacionó cerca y tenía en su móvil la dirección exacta, número de apartamento que le proporcionó.
-Hola, ya llegué abuelo.
-pasa mi niño, abro la puerta. -la puerta de entrada del departamento se abre automáticamente y Elliot se adentra al mismo-
Sin percatarse que Leah al ver entrar al pelinegro sale del carro y sin poder hacer nada, se queda afuera del departamento. Justo habían cerrado la puerta principal y no podía entrar sin autorización.
Miro hacia todos lados preocupada y porque la gente no parecía prestarle atención, era ignorada en la gran ciudad. Y sin querer hacía frío, como clima habitual en Inglaterra y ella no había traído un abrigo, con lo cual empezó a abrazarse así misma con sus manos para darse un poco de calor.
........
Mientras tanto en la mansión Michelle estaba un poco atareada limpiando trastes y vio que su ropa estaba lista para ser guardada en los placares de sus habitaciones.
-ash, no puedo con todo... ¿Angy no has visto a los niños? -le pregunta a su amiga quien ayudaba a barrer la cocina- Necesito que me ayuden a doblar su ropa limpia y que la guarden en los placares.
Ángeles recordó que su niño estaba cansado y decidió tomar una siesta, mucho pensar junto a Alex los desgastaron mentalmente.
-Alex y Knox después de almorzar se fueron a su habitación a dormir la siesta. A Elliot y Leah no los ví. -menciona la ausencia de ambos porque también no estuvieron presentes en el almuerzo-
-Elliot se fue a visitar a su abuelo, vendrá por la noche. -menciona Benjamin que también estaba en la cocina ordenando los alimentos en la alacena-
Michelle no podía creer que Elliot se atrevió a visitar a su abuelo sabiendo que no estaba del todo bien con su padre.
-¿de ese señor desagradable que me contaste? -y no quería faltarle el respeto a su difunta mujer, a ella le tenía mucho respeto por ser una persona importante en la vida de Ben- Lo siento por tú mujer, pero no confío en él.
Benjamín podía entender sus palabras y sabía que ella lo protegía de cualquier persona maligna que quisiera meterse con su persona.
-Si, y no te preocupes, yo tampoco pero, confío en mi hijo. Tampoco puedo prohibirle que no vea a su familia, sería un mal padre. -sonrio de medio lado y negaba aquello último, no sería capaz y ahora mismo que Elliot tenía más confianza con él no le prohibiría nada para que hiciera su vida felizmente-
-Tú eres un encanto, no como cierta rata que hasta se le olvidó que tenía una hija... -menciono dejando en claro desde que se fue Borns de la mansión ambos se bloquearon pero tampoco fue capaz de llamar para preguntar por su hija y saber cómo estaba- Ah, por cierto ¿Y Leah? Es muy raro que esté callada...
Angeles dejo de barrer por un momento y se encogió de hombros.
-No bajó a almorzar, pensé que estaba contigo.
Un sexto sentido en Michelle le decía algo, le hacía preocupar. Tenía una ligera sospecha pero quería asegurarse para quedarse más tranquila.
-Uhm que raro... Iré a ver... -deja todo lo que estaba haciendo y se apresura a chequear la biblioteca, su lugar favorito, cuando nota que no está, se dirige a la habitación de los niños pero tampoco nota su presencia, después chequea la sala de juegos- No, no está... Y con los niños tampoco... -empieza a desesperarse y correr por los pasillos buscándola, se cruza a algunas empleadas con lo cual les pregunta sin tener exito alguno en su búsqueda- Steff, Annethe y su hija no la vieron en toda la mañana... -luego se planta en medio del living tratando de pensar dónde podría estar escondida, tal vez leyendo un libro o meditando- ¿A donde se metió? -Michelle volvió a subir a la planta alta a su habitación y se le ocurrió una idea- Mejor la llamo, jamás se despega de su móvil... -pero cuando la llama a su móvil empieza a sonar sobre la mesa de luz- Pero su móvil está acá... -no podía chequear mensajes porque tenía contraseña- Uhm Leah, mi niña... -entonces al no tener éxito baja abruptamente a la planta baja en busca de ayuda- ¡Angy! ¡Ben! ¡Mi niña no está!
-¿Cómo que no está? -Angeles no podía creer lo que escuchaba-
Michelle estaba a mil con todo y sentía que no podía manejar más la situación, todo volvía a salirse de control y entro en shock.
-No, no está. -empezaba a sentir que su pecho se le cerraba- Ya la busque por toda la mansión, siento que si no aparece se me quitará el oxígeno del pecho... -sentia una angustia pensando lo peor e imaginarse que cierta persona la rapto en su descuido- Maldita rata malnacida...
Ángeles no quería decir nada malo o crear más preocupación, pero no creía que su ex apareciera de repente para llevársela.
-¿Tu piensas que Borns? Yo en ningún momento la vi salir de la mansión, debe estar escondida... -solo pensó que sería alguna clase de juegos de niños para llamar la atención de su madre, como ella no podía estar tan pendiente de sus hijos, lo hacían de broma- Iré a ver en la biblioteca y en la sala de juegos...
Pero Michelle la conocía perfectamente, Leah no era esa clase de niñas que hacía travesuras para llamar su atención, lo pensaría más de Alex.
-Yo... ¿Cómo pude ser tan descuidada con mi niña? -Ella entra en llanto y no puede evitar sentirse y pensar lo peor, necesitaba verla y abrazarla para calmar su ansiedad- Siempre estoy al pendiente de ellos... Cómo estoy al 100% pendiente de Ryan no pude darme cuenta que Leah desapareció en el almuerzo.
Benjamín también quería ayudar e imagino que su hijo podría haberla visto, porque siempre estaban juntos y era imposible que su niño no supiera dónde estaba la niña.
-Tranquila Michelle, le preguntaré a Elliot si la vió...
Michelle por las dudas no perdería tiempo y la buscaría por cielo y tierra, así tenga que remover la tierra de la mansión para encontrarla.
-Gracias Ben, ayudame a buscar en el patio ¿Si? -ella se apresura y toma su mano para que la acompañe en la búsqueda-
-Ok. -Benjamin igual estaba preocupado por la niña e igualmente llamo su hijo por teléfono para sacarse la duda-
.......
En Manchester.
-Si papá -hablaba por teléfono Elliot con su padre, con lo cual este le pregunto si vio a la hija de Michelle- no, no la vi desde anoche. ¿Que paso con ella? -ahi le cuenta Ben que la estaban buscando- no, no se. Yo apenas me desperte estuve contigo, luego desayuné que por ciento no la vi y me vine a visitar al abuelo. Tampoco me envió mensajes y eso. ¿Seguro no la vieron? Alex debe saber si siempre están juntos... -a el también le preocupaba pero no podía hacer nada a la distancia y cuando chequeo su móvil se percató que anoche olvidó su cargarlo y no tenía pila- papá no tengo batería en el móvil, por la noche regreso. Adiós.
-Tu padre... ¿Que cuenta esta vez? Se lo escuchaba un poco preocupado. -comenta su abuelo con una leve sonrisa removiendo un poco de su copa de vidrio-
-Nada importante, solo un tema familiar.
El señor quería saber que tanto hacía Benjamín, porque no podía creer que teniendo algo de dinero vivía en casa ajena dando lástima con su hijo.
-¿Aún están viviendo con su hermanastro? ¿No piensan volver a su departamento?
-Aun no lo hemos hablado pero así estamos bien, nos sentimos más queridos y acompañados con mí tío. -menciona Elliot, por su parte no quería irse de la mansión-
Pero el señor abrió sus brazos para que Elliot admire la vista de su departamento.
-mira Elliot, está vista es increíble.
-Es verdad. -el solo miraba de lejos, no quería acercarse a los vidrios-
Ahora que el chico observaba cada detalle del departamento y tenía su atención, ahora le tocaba al señor hacer su propuesta
-¿Y puede ser todo tuyo sabías?
-¿Eh? -Elliot no sabía que decirle-
-Planeaba hablar contigo a solas y te cité con este motivo para decirte que esté departamento es tuyo desde ahora...
-Pero abuelo... -el viejo quería darle las llaves del mismo pero él no estaba seguro, presentía que algo malo podía suceder y tampoco lo habló con su padre-
-Solo con una condición...
-¿Cuál?
-Debes vivir con nosotros, tu familia. Amanda hubiera amado que su hijo este a mí cargo y no, de ese infeliz que le creo tristeza a mí hija. -el señor odiaba a Benjamín y quería quitárselo, como judicialmente no podía porque era su padre biológico y además, Ben tenía medios económicos para sostener el bienestar de su hijo, el único medio que le quedaba era hacerle la propuesta directamente al chico-
-¿Y mí papá? -el no pensaba dejarlo sólo, su padre se moriría- No puedo dejarlo sólo.
-¿Tu crees que aún se acuerda de tu madre? Sólo piensa que tu eres de su propiedad, te quiere alejar de nosotros. Pero piénsalo bien, si vuelves a tu familia te reconoceremos como heredero de toda nuestra fortuna, ni tendrás que preocuparte por tu padre. Aparte él podrá rehacer su vida con alguna otra mujer sin que tu seas una carga, tendrá otros hijos... Y de ti se olvidará.
El viejo buscaba confundirlo al chico para crear una inseguridad en él, lo cual casi lo logra porque cuando dijo eso inmediatamente pensó en Michelle y su padre, si ellos tuvieran una relación seguramente su padre buscará tener más hijos. Tal vez si se olvidé de su madre y lo desprecie.
-Papa no sería capaz o ¿si?... -dijo dubitativo el pelinegro-
-El sólo buscaba separarse de mí hija cuando supo que nada le pertenecería, jamás dejaría que la herencia de Amanda le corresponda a un tipo desagradable como él.... -dijo con desprecio, luego pensó que hablar mal de él no serviría- Pero te veo mejor que la última vez ¿Cómo te está yendo? Cuéntame.
El señor se acercó para mirarlo más de cerca, ahora el chico no estaba tan reservado como antes ni su mirada había odio, lo veía mejor alimentado y bien vestido con buena autoestima.
-Yo...
De pronto tocan el timbre desde el portero de la planta baja.
-¿Quién será? -el señor observa por la pantalla que era una niña la cual pensó que era callejera y buscaba pedir dinero- Una niña jugando con el portero eléctrico... Que ganas...
Elliot vio que aquel portero tenía una cámara y podía ver quién llamaba a la puerta, cuando lo supo de quién se quedó helado, su corazón se detuvo.
-¡Abuelo abre la puerta! Voy a bajar -habla el pelinegro totalmente desesperado-
-¿A qué irás? ¿A atender a esa niña? Solo está jugando. -le resto importancia al asunto-
Elliot no le importó y salió disparado del departamento bajando por el ascensor, estaba tan preocupado por la niña que hasta se le olvidó toda la conversación que tuvo hace unos minutos...
Cuando llegó abrió la puerta y se encontró con Leah que estaba congelandose de frío y estaba recargada en la pared sin saber que hacer.
-¡Leah! ¡Dios mio! ¿Que haces aquí? -Elliot casi se le sale el alma al ver a Leah toda desabrigada y temblando de frío-
-¡Elliot! Lo siento... -se disculpa la niña, tenía miedo de que se demore y no quería estar en la vereda varias horas, el día empezaba a oscurecer- Quise saber a dónde ibas pero nunca imaginé que irías tan lejos de casa...
-Pero me hubieras avisado que querías acompañarme, le hubieras pedido permiso a tu mamá... -dijo el chico abrazándola pará darle calor a su cuerpo-
-Elliot ya lo sé... pero mamá jamás me hubiera dejado acompañarte... -penso la niña, ya conocía a su madre- Sé que esta mal lo que hice pero lo hice porque quería estar contigo...
Elliot amablemente se quitó su chaqueta y la arropó para que no sintiera frío.
-esta bien pero ya entremos, hace frío aquí... Toma mí abrigo... -luego estaba preocupado si algún tipo no quiso hablar con ella o proponerle cosas indecentes- ¿No te paso nada? ¿Ningun extraño te habló? Hay muchos tipos desagradables allí afuera...
-Solo algunos me decían cosas que no entendía, me preguntaban si estaba pérdida... -dijo sincera y mientras se adentraban al edificio que era inmenso la niña se quedó perdida pensando que hacía allí- ¿Y porque estás aquí? ¿Que es este edificio?
-Aqui vive mí abuelo. -ambos caminaron hacia el ascensor para volver al piso- No te preocupes, menos mal que justo le atinaste a número de departamento, son muchos.
-Lo sé, empecé a llamar a todos los apartamentos al azar hasta que dar contigo. Gracias a Dios te encontré. -ella lo abrazó para sentirse más tranquila-
Cuando los chicos volvieron con el abuelo este puso una cara de desagrado al ver a la niña llegando con su nieto de la mano.
-¿Y está niña quien es hijo? -enarco una ceja el señor pensando que la chica era una extraña de la calle- No me digas que la hiciste entrar porque vivía en la calle o algo por el estilo.
Leah no se quedaría callada a qué alguien la insulte y diga que es una vagabunda.
-¿Eh? Señor para que sepa yo... -pero Elliot antes de que Leah meta la pata calló su boca tapando con su mano-
Luego la mira y sonríe. Tomando su mano y la entrelaza a la suya para ser directo.
-Ella es mí novia abuelo, se llama Leah.
El viejo inspeccionó a la niña y podía notar a simple vista que no estaba desarrollada. Lo cuál pensó que no sería la novia indicada para su nieto.
-Pero está muy niñata para ser tu novia, pensé que saldrías con una chica atlética y con más curvas. -decia el viejo, pero a él le importaba poco su físico, total crecería pronto- ¿Cuántos años tienes niña?
-Eso no importa, la amo así tal cual es. No importa la edad. -subrayo el pelinegro-
El viejo no podía creer, pensó que todo esto es debido a los pensamientos de su padre.
-Estas mal y eso se debe a la clase de enseñanza que tu padre te da.
Elliot inmediatamente negó, porque todo lo relacionaban a él. Él podía decidir sobre su vida, su padre jamás influyó en nada sobre sus gustos, en como elegir a las buenas personas y amistades.
-Mi padre no tiene nada que ver con mis asuntos, yo la elegí aún teniendo su desaprobación. Y veo que a ti tampoco te importa mí felicidad, solo me están buscando con quién relacionarme, que debo estudiar, que herencia es mejor, que colegio es adecuado para mí. Por una vez en mí vida soy dueño y responsable de mis sentimientos y de mis actos, libre para elegir a quien quiero que se quede en mí vida y quién no. Y está niña, como la ves y desprecias con tus palabras, ha hecho más por mi que cualquier otra persona, ha estado en mis peores momentos y jamás dejó que me siguiera hundiendo, siempre se preocupa por mi al igual que mi padre y lo valoro. En cambio, tu solo tiras mierda a mi padre, que nada te ha hecho y no puedo tolerarlo.
Él estaba enojado y por primera vez estaba siendo rebelde en desobedecer a un mayor. Cuando se metían con alguien querido no podía tolerar que rebajen y humillen a esa persona, cuando juro asi mismo protegerla.
-Pero Elliot lo hago por tu bien, no puedes aceptar a una niña vulgar solo porque no tiene un hogar. ¿No tendría que estar con sus padres en vez de jugar al noviecito? -decia el señor tratando de detenerlo, no quería que se vaya y tampoco dejaría que una niña bulgar fuera parte de la familia-
Elliot estaba enojado pero jamás soltó su agarre, por una vez en su vida estaba seguro de sus sentimientos.
-Ella tiene un hogar y es conmigo. Gracias. -el la mira con una sonrisa y quería irse lo más pronto posible- Vamos Leah
-¿A dónde iremos Amor? -Leah estaba preocupada pero le haría caso, cualquier lugar sería mejor en donde los aceptarán-
-A dónde sea, a donde seamos felices y nadie nos juzgue. Pero vámonos. -Elliot aferró su mano y pensaba llevársela para irse juntos a otro lugar más agradable-
Pero el viejo le tenía que advertir que si pisaba la puerta, lo perdería todo.
-Elliot si te vas lo perderás todo, hasta incluso tu herencia y este departamento y mucho más de lo que tú mente podría imaginar en estos momentos.
Pero al adolescente no le importaba cuan lujoso era el departamento, solo quería ser feliz junto a su familia, junto a su padre, su tío Ryan, Michelle, Alex, Leah y sus amigos los Weekes.
-No me interesa los lujos... -y recordó una fase importante que dijo su madre antes de morir- mi madre siempre decía que lo importante es ser uno mismo y buscar su propia felicidad. Hoy en día elijo ser feliz, aún soy joven y si quisiera dinero debo luchar y obtenerlo con mi propio esfuerzo.
Sin mucho más que aclarar el pelinegro
-ash maldita niña, solo vino a arruinar todo. Casi lo tenía en mis manos... -el viejo se encabrona y tira todo a su paso, incluso su copa de vidrio estrellandola contra la pared-
De otra habitación contigua salía una mujer y se reía por la ocasión. También traía en su mano su champagne y dos copas adicionales.
-¿Aún sigues obsesionado con tener a tu heredero hombre en la empresa? -comenta la mujer con una sonrisa ladina- Ya date cuenta que Elliot es igual de rebelde que Amanda, y así le fue a la estúpida....
-Pues no estaría así si te pusieras a tener hijos y darme el heredero que necesito. -se molesto el viejo en contra de su hija menor-
Ella le sirvió champagne a su padre, aún estaba en pie su triunfo. Si Elliot seguía en ese plan de negarse a todo lo que le correspondía, no habría porque deshacerse de él.
-Amanda jamás te daría a su tesoro más preciado, a Elliot. La conozco mejor que vos, nunca van a aceptar tu herencia. -sostuvo la mujer y bebió un poco de su copa-
-No cantes aún victoria Angélica. Elliot volverá a mi, estoy seguro de eso. Aún es un niño que no salió de su cascarón. -y el viejo sentía coraje por no tener un hombre heredero lo cual reciba toda su fortuna, desgraciadamente Benjamín se tomó las molestias de desheredar a su hijo lo que le correspondía, su legado pero solo podía revertirse si él mismo lo acepta firmando bajo juramento ante escribano-
Angelina bebió su trago sintiéndose triunfante, su padre tendría que ceder en algún momento de su vida si no conseguía convencer a su nieto, y eso estaba muy alejado de su imaginación.
-jajaja ya veremos... a ver si lo que justamente no quieres se cumple... De que tú heredera sea precisamente una mujer, o sea yo...
El viejo le atino su mirada asesina, no quería que su hija se metiera en sus planes y deseos propios, ya que ambos estuvieron de acuerdo con deshacerse de Amanda gracias a que ella obtuvo un saludable niño que podría ser quien ocupará su lugar, pero hasta el momento sólo estuvo cerca de obtener y cumplir con su capricho, ahora no entendía que clase de macumba hizo Benjamín para revertir el odio de Elliot y que sea un niño normal.
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Los chicos volvieron en el carro de Barnes, luego de la desagradable discusión con el familiar de Elliot, ambos evitaron hablar del tema hasta cierto punto del trayecto.
-¿Ese es tu abuelo? Que tipo desagradable y no pude siquiera defenderme.... Quería decirle muchas cosas...
Elliot conocía a su familia, no dejaría que humillen a su chica y la desprecien.
-no le hagas caso Leah y volvamos pronto a casa, todos te están buscando...
Eso no podía creer al 100%, sabía que uno en especial no le importaría.
-Si, menos Alex que debe estar durmiendo tranquilamente sin mi presencia.
-no digas eso... -el pensaba que su hermano también estaría en su búsqueda y quería tener los menores problemas posible-
Pero la niña no quería volver inmediatamente a encerrarse a la mansión, nunca salían a ningún lado.
-Elliot espera, aprovechemos este momento... -espeta la castaña y lo observa, para dar su idea- Desde que volvimos de Grecia no tuvimos un tiempo para salir.... Podemos hacerlo ahora...
Él no sabía cómo tomarlo, una salida a solas y sin ningún adulto presenciado.
-¿Cómo? ¿Una cita?
Ella juntó sus dedos e hizo un puchero con sus labios, si ese encanto funcionaba en su madre para que sus hombres le hicieran caso pensó que a ella también.
-Si...
Elliot estaba bloqueado con la idea, jamás imaginó en su vida que una chica le propondría salir a pasear.
-Pero no se me ocurre nada que hacer aquí... no tenía planeado nada... -rapido se desanima- Lo siento.
Pero Leah tenía aprendizaje de su madre de ideas de citas ideales, siempre tomando en cuenta sus gustos personales de ambos.
-Podemos ir por unos tacos si gustas, buscaré en la guía del gps a ver cuál está cerca.... Ah y referencias, es lo más importante. -la niña estaba más que entusiasmada en poder ir a una cita a solas, era su primera vez-
-Leah... -murmuro el pelinegro su nombre, ella era increíble, siempre estaba con cada ocurrencia y era muy espontánea, en cambio él no le gustaba hacer algo sin planearlo previamente-
-vamos aquí... -vio un local que llamó su atención- ¡En marcha!
Cuando llegaron a "Tacos Box" ambos adolescentes pidieron sus tacos y se sentaron a platicar un rato. Elliot se sentía un poco nervioso pensando que fu familia si la están buscando y él estaba sin pila para avisarles que ella estaba con él.
-esta delicioso. ¿Lo probaste? -pregunto la niña al ver que el chico no sabía cómo comerlo, tenía problemas en poder llevarlo a su boca-
-no se cómo hacerlo... -decia con sus cubiertos en mano- si lo corto con el cuchillo en dos partes se desarmará.
Elliot no comprendía aún como comer ese tipo de comidas que desconocía.
-es que no se corta con cuchillo, se come así... -Leah le ayudó y le enseño cómo se come apropiadamente- Entero y entra a tu boca...
Él la imita y lleva su primer taco a su boca...
-Ah... Lo intentaré. -que por cierto le gusto- Uhm está delicioso ¿Como se llama?
-Es taco, comida mexicana. -dice la niña fanática de la comida mexicana- Mi papá me compraba hartos cuando iba a buscarme a la escuela...
Hablando del tema, le extraño que a Leah no hablara mucho de su padre.
-¿No extrañas a tu padre?
-Solo un poco... -decia mientras degustaba la comida- tengo a mamá y hace que no me preocupe, Alex no te deja pensar que está de acá para allá y luego... estás tú, que siempre tienes mi atención en todo.
Cuando lo menciono como alguien importante en su vida personal lo hizo sentir querido y especial. Lo cual recordó algo...
-Leah lo siento si menti hoy. Espero que no te enojes conmigo
-¿Porque? -ella no sabía a qué se refería-
-le menti a mi abuelo que éramos novios...
-¿Y no lo somos? Jajaja -bueno, no lo eran pero parecian- obvio, no lo somos pero yo encantada de serlo... sólo que... No pense..-no sabía que decirle, ya que siempre expuso sus sentimientos desde un principio-. ¿También mentiste cuando le dijiste que me amabas?
-No, en verdad te amo y quiero que lo seas. -aclara el azabache y ahora sentía que era el momento adecuado para proponerle- ¿Leah quieres ser mí novia?
Leah deja sus tacos en su plato y se sienta en su regazo para abrazarlo.
-Si, si quiero amor... -dijo emocionada- Ay soy la niña más feliz del planeta... Gracias Diosito santo.... -ella se amarra a su hombro y lo besa en sus labios-
Cuando se besaron sellando aquel sentimiento mutuo y correspondido, Elliot por fin pudo relajarse.
-Hace mucho no te besaba... Extrañaba esto... -El volvió a besarla un poco más de tiempo para volver a sentir amor a través de sus venas-
-yo también... -Leah estaba súper feliz, el amor de su vida ahora lo había logrado, era su novio, lo inalcanzable fue posible- ¿No importa si caminamos tomados de la mano?
Elliot negó, no le importaba. Así que dejaron su comida sin terminar el platillo, lo cual había pagado anteriormente y salieron a caminar un rato por el lugar.
Llegaron a una plaza tranquila, aún había gente y se sentaron en una banca a apreciar lo bello del atardecer.
-sabes, nunca pensé que me adaptaría a este lugar... Estaba acostumbrada a mi vida en Las Vegas con mucho calor pero ahora entiendo a mamá... aquí es mágico y tiene unos atardeceres increíbles...
Él le daba la razón, tampoco conocía lugares cálidos, solo Santorini.
-hiciste un cambio 360°, cuando te conocí eras una niña rubia de pelo rizado... muy bonita. Ahora eres una chica de pelo castaño, como de mi edad... ni aparentas ser una niña... Eres inteligente, astuta y tienes una persona fuerte, arrolladora, no te dejas opacar y no le temes a nada. Me encantas, tienes esa personalidad que yo quisiera tener. -y había mucho que admiraba de ella, pero amaba su personalidad-
-Enserio, yo ojalá tuviera tu personalidad tranquila y serena, no se cómo haces para soportar a mi hermano... -porque siempre se lo veía reservado- Pero también eres dulce y muy inteligente. Aunque te falta demostrar más tus sentimientos.
-Si, lo sé. Lo estoy intentando. -decia el chico, era su punto débil, le costaba mostrar sus sentimientos a los demás- Pero tú siempre has sido muy sincera conmigo, ni siquiera te cause miedo.
Él pensó que le daría esa impresión, como al resto que lo conocía.
-¿Porque te tendría miedo? Jamás hiciste algo malo para que lo tuviera. -y ella pensó que más bien le atrajo ser el niño emo de la casa, le daba intriga- Así como eres me das más curiosidad de saber de ti, cómo hablas poco... Quisiera saber en qué piensas...
-Ahora estoy pensando en ti, en besarte otra vez... -dijo el chico mirándola de reojo con una leve sonrisa-
-Pues piensa menos y actúa más... -Leah se sonroja un poco, porque ella pensaba lo mismo-
La niña se sienta a su lado y lo mira perdidamente a los ojos, como si el resto no existiera. Ambos se dieron un cálido beso.
-Eres hermosa Leah... -dijo el chico Barnes acomodando un mechón por detrás de su oreja- Gracias por aceptar ser mi novia pero guardemos el secreto cuando lleguemos a casa, yo hablaré con mi padre al respecto.
Ella pensaba lo mismo, aún faltaba tiempo para decirle al resto. No quisiera que pusieran el grito en el cielo.
-bueno, tampoco quisiera que se enteren a la primera y nos prohíban... Pero bueno, lo dejaré en tus manos, yo también debo hablarle a mamá.
Ellos estaban perdidos en su mundo caminando por la plaza hasta que tres vagabundos que querían dinero decidieron seguirlos hasta que los chicos pasaron por una calle poca transitada yendo rumbo al carro estacionado.
Pero uno de esos vagos los interceptan a mitad de camino...
-Hey mira que tenemos aquí, una linda niña y su novio...
Elliot protege a Leah y la pone detrás suyo para que no le hicieran daño.
-¿Eh? ¿Quienes son ustedes y que quieren? -grita la niña que estaba molesta por interrumpir su cita-
-Leah deja ya, vámonos a casa. -dijo Elliot volteando y volviendo por el mismo lado, por dónde habían venido-
Pero otro de esos mismo vagos se les apareció por detrás sorprendiendolos.
-¿A dónde van?
Leah estaba fastidiada, quería volver al carro para volver a casa antes de que se haga tarde.
-Ash déjenos en paz vagabundos feos, nacos.
Ellos hicieron caso omiso a la petición de la niña, solo buscaban algo de dinero para comer y justamente ellos eran las presas perfectas.
-Denos su dinero...
-chinga a tu madre, no te daremos nada. -contesta la niña mostrando su dedo del medio y sacando su lengua-
Pero Elliot no estaba dispuesto a negociar nada, quería que lo dejen en paz. El dinero no era problema, si lo querían se los daría a cambio que no los lastimen.
-No Elliot no le des nada, que trabajen... -dijo la niña al ver que Elliot dejó su billetera en el suelo y se alejó, para que ellos la tomarán, ella rápidamente corrio y tomó su billetera teniendola en su poder-
-¡Leah!
Inmediatamente los vagos notaron que la niña agarró la billetera y estaba con todos sus sentidos alerta.
-agarren a la niña y tú al chico... -dice uno de los malvivientes-
Dos de ellos tomaron desprevenidamente al azabache de sus brazos, dejándolo inmóvil.
-¡Hey, suéltame!... -sus ojos se desviaron cuando su líder estaba de frente a Leah- Déjenla en paz...Ash suéltame o te la verás conmigo...
-Dame el dinero mocosa...
Leah era más astuta y rápida pero al ver que su novio estaba atrapado, pensó que podrían hacerle daño y no quería eso.
-Ah no... no es tuyo... -luego se arrepintió y lanzo lejos la billetera- Bueno, toma.... Pero ya vayansen...
El vago tomó la billetera y la guardó en su bolsillo, luego al ver el rostro de shock en el muchacho, que estaba paralizado sonrió ladino.
-mmm no... Mejor haremos otra cosa... -el vago empezó a removerse el cinturón y a mirar con otros a la niña- ¿Está linda la niña o no?
El vago aprovecho el terror en los ojos de la niña y corrió para tomarla del pelo... Miraba con lujuria su cuerpo, su belleza.
-tienes razón... Jajajaja -contesto otro de los vagos quien sostenía a Elliot entendiendo perfectamente lo que harían y disfrutarían de hacer con la burla-
Elliot se le detuvo todos los sentidos, se sentía encabronado y negaba jalando de los brazos para medir su fuerza con los vagos que lo sostenían.
-¿Que? ¿Que piensan hacerle? Ya le dio mi billetera, ahora sueltenla.
-Ay, me duele... -le tironeo su cabello con fuerza y empezó por la fuerza a querer quitarle su blusa- Ay no, ¡suéltame estúpido!
-Solo mira lo que le vamos a hacer a tu noviecita. -dijo uno de ellos, quién lo sostenía e hizo a la fuerza que Elliot presencié con su mirada lo que harían- Pobre estúpido.
-Ay no me toques maldito estúpido... -Leah se removía por todos lados como un fideo para que ese tipo no la toque, sentía asquerosidad-
Elliot cerro sus ojos y al escuchar su quejido, molestia en la chica una fuerza sobrenatural hizo que con todas sus fuerzas rompa con aquel agarre y se enfurezca como un diablo.
-¡Te dije que la sueltes cabron!
...........
De regreso a la mansión en el auto de Barnes, el silencio incómodo era notable. El enojo del azabache por toda la situación anterior era palpable.
-Lo siento Elliot, fue mala idea venir... -dijo al ver un su piel roja en su muñeca y marcas- Mira como te dejaron...
-no te preocupes, estoy bien. -Elliot cubrió su muñeca con su camiseta así no te nota-
-¿Elliot? -pregunta Leah pero no obtiene respuesta del azabache-
El viaje fue incómodo e hizo sentir culpable a la niña, no estaba soportando el dolor en su pecho.
Pero cuando él se percató que estaba con sus manos limpiando las lágrimas de sus ojos no pudo evitar sentirse un monstruo, ella no merecía ser tratada asi.
-Leah ¿Porque lloras?
-Porque no me hablas, estás enojado conmigo. -dice sincera y evita mirarlo, su pecho sube y baja de la angustia-
Elliot inmediatamente estaciona su carro, necesitaba hablar con ella y aclarar todo antes de que lleguen a la mansión.
-¿Quien dijo que estaba enojado contigo? -dice el adolescente y extiende su mano para limpiar sus lágrimas con su mano- No lo estoy, solo qué... pensé lo peor... podrían haberte echo daño...
-Pero tú me protegiste, como todo príncipe que salva a su princesa de los monstruos... -a ella le parecía romántico, como las películas pero Elliot entendía que esto no era una ficción, sino la vida real-
-¿Y si no lo hubiera logrado? ¿Que hubiera pasado? -pensaba que aquellos sujetos podrían haber echo muchas cosas malas y dañarla-
Leah se levanta de su lugar y se sienta arriba de su regazo para abrazarlo por sus hombros.
-no pensemos en eso.
-Leah, por favor... -Elliot quería que entre en razón- no quisiera que nada te suceda pero trata de calmarte... Siempre te pones prepotente y terminan por querer lastimarte... No siempre estaré para defenderte.
Leah se quedó impactada por sus palabras pensando lo peor.
-Elliot no digas eso... ¿Vas a terminar conmigo? -ella recuesta su rostro y lo hunde en su hombro- Ni siquiera llevamos un día de novios y ya...
Elliot solo quería que no sea tan directa y que piense antes de meterse en problemas. Que no haga actos espontáneos.
-No te estoy terminando, solo quiero que entiendas para que la próxima vez no te veas involucrada a cualquier peligro... Eran tres tipos más grande que yo...
-Pero tu acabaste con ellos...
Ella recordó cuando Elliot recobró fuerzas sobrenatural y se convirtió en el mismo demonio para acabar con los malos.
-no se de dónde saque tanta fuerza... -el tampoco tenía una explicación para saber de dónde saco esa fuerza para devolver a esos malditos un poco de su propia medicina, pero no iba al caso- Pero prométeme que harás caso a tu madre y no te meteras en peligro...
-Lo prometo, pero porque tu me lo pides...
Él seguía enroscado pensando que hubiera sucedido si las cosas bo hubieran salido bien.
-si te hubieran hecho algo, no se con que cara miraré después a tu madre...
Pero Leah negó, no quería ser negativa y atrapó el rostro del azabache para que la mire a los ojos.
-no pensemos más, basta... -ella ladeaba su cabeza de un lago a otro, luego afirmo- Te amo, tu me amas, estamos juntos y somos novios... Aunque sea en secreto... Quiero abrazarte y darte muchos besos, mimos... -Leah toca con su dedo su nariz- Eres muy preocupon...
-Me preocupo por ti porque te aprecio, eres especial... La luz de mis ojos Leah... -dijo sinceramente, Leah era como el sol de cada día, no podía dejar de pensar en ella-
Ella agradeció sus palabras y se sentía mucho mejor escuchando aquellas palabras.
-Elliot sabes, agradezco por una vez en la vida que mí tonto hermano hizo algo bien en su vida... -lo decía recordando la travesía de Alex escapando de su hogar para aventurarse a lo increíble-
-¿Eh? ¿Porque? -el no sabía a qué se refería la castaña-
-Porque pude conocerte y contigo soy tan feliz, ni te lo imaginas. -decia la niña, ahora volvía a sonreír radiante tras aclarar las dudas que carcomía su mente-
-yo también...
-¿Y si vamos por helados? Aquí cerca hay un automac. -propone como idea la niña y vuelve a su asiento-
Elliot sonríe de medio lado, no podía negarse a cumplir con todos sus caprichos.
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.
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Cuando llegaron los chicos por la noche luego de su larga salida, Leah se hace presente inesperadamente ante su madre encontrandola en la cocina.
-¡Ma! Ya llegué -dijo la niña apenas llegó y alzo su voz para llamar la atención de su madre-
Michelle quien estaba platicando con Benjamin sobre dónde estaría su hija, se sorprendió al verla intacta y corrió a abrazarla...
-¡Leah! Hija mía. -ella volvió a la vida, casi sentía que su corazón se le salía del pecho, tocó su cabello lacio y vio que no tenía nada, estaba intacta- ¿Donde te metiste? Te estuvimos buscando por cielo y tierra, pensábamos lo peor...
Benjamin se acercó para ver a la niña y comprobar que todo estaba bien.
-ya estábamos por llamar a la policía. -menciona el adulto, era su última opción si no aparecía la niña-
De pronto llega Elliot un poco preocupado y pensaba hacerse cargo de la situación para que no la castiguen.
-Lo siento papá...
Inmediatamente Benjamin voltea a verlo y queda anonadado, no podía creer que su hijo este involucrado y además que le haya mentido cuando hablaron por última vez por teléfono negó estar con la niña.
-Elliot ¿Leah estaba contigo? -necesitaba saber su padre, su tono fue serio-
Pero Leah no estaba dispuesta a que su novio le echen la culpa de algo que no fue responsable.
-No fue su culpa señor Ben, solo mía. -menciono la castaña y miro a Barnes sintiendo culpa por meterlo en problemas- Me escabulli y lo seguí...
Michelle podía entender, su niña por amor hacia muchas locuras, así como su niño.
-¿Porqué hiciste eso cariño? -le pregunto Michelle hincandose de cuclillas al suelo para estar a su altura- Estaba desesperada buscándote por todos lados, pensé que te habían secuestrado... -luego la abraza fuerte y solloza un poco- Ay mi niña... No me hagas esto nunca más, por favor.
-No mami, lo siento... -se disculpa arrepentida- es que... Alex y Knox iban a estar estudiando, tu y Ben, los tíos están ocupados cuidando al señor Ross... ¿Y yo que iba a hacer sola y encerrada aquí? -mira a su madre, en la mansión se sentía inútil y nadie le hacía caso- Con Elliot me divertí, conocí a su abuelito, salimos por unos tacos y estuvimos en una plaza mirando el atardecer, comimos helados..., fue increíble.
-Ay Leah, casi me muero... ¿Porque no me avisaste que quería acompañar a Elliot? -observa a Elliot porque entendía que Leah siempre le agrado el niño y él era su único compañero, sin él ella estaría aburrida queriendo volver con su padre-
-Yo no sabía nada que ella venía conmigo. -dijo sinceramente el pelinegro, que no lo hizo a propósito-
-Me escondí en los asientos traseros jeje -reia porque su misión salió con éxito y pudo salirse con la suya- y no te dije porque seguro te ibas a enojar, ya te conozco mamá.
Michelle suspira y pensó que sus niños eran igual de parecidos, salvó la mezcla genética con cada padre. Eso los diferenciaba.
-Ay Dios, menos mal que están bien los dos. -le dijo a Elliot viendo que también estaba bien-
Elliot sacó el móvil de su bolsillo y les mostró que estaba apagado.
-no pude avisarles porque tenía el móvil apagado...
Michelle suspiró más tranquila y ahora que su niña estaba en casa podía volver a la normalidad, a relajarse y ocuparse de otras cosas...
-bueno, lo importante es que ella está sana y salva, en casa con su familia y la próxima vez antes de hacer alguna tremenda locura nos avisas... Nadie va a prohibirte nada.
Benjamin estaba siendo testigo de la preocupación de la azabache y luego se sintió un poco mal por haberle pedido a Michelle se ocupe de cuidar a su hermano cuando ella en realidad tendría que estar cuidando a sus hijos.
Pensó que la mejor opción es llamar a un asistente masculino que se ocupe de todo con respeto a Ryan y así, Michelle no sentiría aquel peso de tener que cuidarlo y estar al pendiente de el. Ya tenía a alguien en mente para contratarlo temporalmente.
..........
Elliot no estaba del todo tranquilo luego del regreso y retorno a la mansión, así que para quitarse toda sospecha que nada malo sucedería entre su relación con la chica decidió ir a su habitación.
-¿Leah? ¿Estás ahí? -golpea la puerta antes de entrar-
Luego la niña que estaba con su móvil chateando con algunas amigas de su antiguo colegio, escucho la voz de su novio y se levantó como rayo a atenderlo.
-Sip amor ¿Que pasó?
-Solo quería verte un rato antes de irme a dormir... -dice preocupado el azabache y ella le da su espacio para que entre- ¿Se enojo tu mamá contigo?
Leah se vuelve a sentar en su cama y junta sus pies, tenía frío porque estaba descalza.
-No mucho..., le expliqué mis motivos y entendió, solo me pidió que la próxima vez no lo haga o que avise que estaré contigo...
-bueno, me quedo tranquilo... -Elliot se quedó más tranquilo que no la castigaron y planeaba volver a su habitación hasta que Leah lo detuvo tomándolo del brazo-
-Elliot ven... Alex no está... -menciona con una leve sonrisa y le hace una seña para que se recueste a su lado-
-¿Y dónde está? ¿No duerme aquí contigo? -miraba hacia todos lados esperando a que no esté escondido en algún armario-
-no se dónde se metió, capaz que está cuidando a su papá... -le resto importancia y abrió su colcha para que el azabache se acueste detrás suyo- Entra un ratito...
-me gusta tu cama, es más cómoda que la mía. -dijo Elliot haciéndole caso y se sentó en la cama, aún dudaba en acostarse a su lado pensando si algún adulto entra desprevenido y los sorprende juntos-
-pense que todas las camas de la mansión, los colchones eran iguales... -dijo sin pensar la niña y tomó su brazo a la fuerza obligándolo a que se recueste a su lado-
-¿Leah? -Elliot no podía negarse y se quedó detrás suyo abrazando su cintura, con cuidado para no tener demasiado contacto corporal sexual-
-quiero estar un ratito así contigo, se siente bien ¿No? -Leah se aferraba más a su lado para que se apague más a su cuerpo, la hacía sentir reconfortante- Que te abrace la persona que más amas... no lo supe hasta este momento, solo conocía el abrazo fraternal de mis padres pero esto... es como flotar arriba de las nubes.
Elliot entendió su punto y concordaba con que aquel nuevo sentimiento llamado "amor" era indescriptible. Hacia que su estómago sienta mariposas revoloteando en su interior.
-Leah shhh... -el pelinegro admiraba a la niña, su belleza y no podía evitar sentir que sus sentimientos más profundos salgan a flote, solo ella podía conocer aquella faceta suya, la cual desconocía- Cuando estás callada eres más bonita.
Leah se voltea y quedan mirándose perdidamente a los ojos, ella muerde sus labios.
-Elliot bésame... -y el chico le hace caso, porque él también deseaba besarla, luego se despegan para que no pase a mayores y él se pone de pie arropa sola con su colcha para que no tuviera frío- gracias. Dormiré en los brazos de morfeo.
-Me voy antes de que Alex llegue y haga un escándalo. -dice el adolescente Barnes y se aproxima para darle un último beso de despedida- Sueña bonito.
-que descanses amor.
Leah esconde su rostro bajo la colcha, estaba muy sonrojada y su corazón latiendo por mil.
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El pequeño Weekes buscaba a su amigo por todos los rincones conocidos esperando platicar con él, desde la mañana que estaba actuando extraño y pudo percatarse de ello. En ocasiones lo evadía y sentía que algo no estaba bien con él.
-ese Alex dónde se habrá metido... -caminaba en sentido a su habitación la cual compartía con su hermana temporalmente- faltaría que él también se desaparezca...
Pero sólo se cruzó con el azabache que salía de dicha habitación pensando con suerte que lo encontraría allí.
-¿Elliot? ¿No viste a Alex?
-No, recién vengo de su habitación y no estaba. -fue sincero el adolescente Barnes que también estaba yendo a dirección contaría, a su habitación la cual compartía con Knox-
Ahora el niño entendía todo, más porque inspeccionando el rostro levemente sonrojado y los labios rosados del azabache notó que algo se traía.
-Ah entiendo -dijo con media sonrisa entendiendo que él estaba a solas con Leah- con sus padres tampoco está... -y no quería preguntarle algo incómodo, lo obvio a su parecer- Bueno, voy a buscarlo para preguntarle algo y voy a la habitación.
Elliot trató por todos los medios disimular, nunca pensó que se encontraría a alguien en los pasillos.
-Sin prisa Knox.
Knox volvió a buscar a su amigo esperando con éxito encontrarlo. Descarto lugares que ya busco como la sala de juegos, la habitación de su padre, la cocina, el patio dónde estaba su cancha de básquet... Su intuición lo llevo a un lugar, al menos pensado.
-¿Alex? ¿Que haces aquí?
El niño había dado en lo cierto con su corazonada, Alex estaba leyendo algo en la biblioteca pero su rostro ya no era el mismo.
-Ah Knox... -dice el ojiazul cerrando el libro, el cual la trama hablaba de un amorío de tres personas y quería despejar dudas a su confusión- No, nada. ¿Que pasa? -guarda el libro lo cual no esa desapercibido por el Weekes- ¿ Mamá te mando a buscar?
-Nop, quería hablar contigo de algo pero... -Knox notó su rostro, que no era el mismo chico alegre de antes, pensó que algo en su mente lo estaba perturbado- ¿Porque estás así? ¿Te sientes mal?
Alex trato de hacerse el desatendido, porque a imaginaciones suyas no podía contarle que su profesora mayor de edad le coqueteaba y ese jueguito le gustaba, que le atraía. Si se llegarán a enterar en la mansión son capaz de correrla y no quería que eso sucediera.
-¿Que tengo?
-Nada... -no podía decirle que lo notaba extraño y para empezar que a Alex jamás le interesó la literatura o estar pasando tiempo en la biblioteca- ¿Que haces en la biblioteca? ¿Estudiando un poco? ¿O preocupado por los estudios?
Cómo no podía decir la verdad acerca de sus sentimientos, pensó en evadirlo, así como hacía su madre.
-Algo así. Pero solo un poco. -y no exactamente le preocupaba los estudios sino su confusión- No te preocupes, debe ser el cansancio.
El castaño se adelantó y para que no le estén interrogando fue directamente por los pasillos a la par de Knox rumbo a su habitación... No quería que empiecen a sospechar aunque el primero en hacerlo era su mejor amigo, a él nada se le escapaba.
-bueno, si tu lo dices...
-Continuara-
Holis, nuevo cap y estuvo extenso esta vez. Esperen a ver el próximo y ojalá sea pronto, y no tan largo.
Pd: feliz cumpleaños al desaparecido de Ryan.
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