"La verdad"
Narra Ryan:
Después de darle una golpiza a Brendon por metiche y defender a Garrett. El profesor de deportes nos llevo a cada uno a la dirección de la rectoria.
Tuve que esperar en la sala bajo la atenta mirada del rector y ver la decepción en sus ojos. Garrett estaba tan calmado sentado de brazos cruzados en el otro extremo del cuarto. Me imaginaba que no era la primera vez aquí para él. Pero me preocupaba que deje a Urie inconsciente en el suelo sin darle asistencia.
Me hizo recapacitar que todo el odio que le tenía a Børns no servía de nada, lastime sin querer a un ser inocente por mi tonta fuerza interior de querer no ser pisoteado por ningún tonto.
El rector recibió una llamada y luego al terminar suspiró aliviado.
-Tienes suerte que tu compañero Urie este bien. -me dirigió la mirada- pero igual, no te salvarás. Tu madre viene por ti.
Mire hacia otro lado fastidiado, chasquee mis dientes.
No quería que todo esté problema llegase a manos de mi familia, fue algo inevitable y caí en la trampa de Børns.
Veo al rector con su típico semblante rígido mirando y examinando expedientes, analizando y corrigiendo cada hoja. Tenía una carpeta roja con mi nombre y apellido, la otra era azul y llevaba el nombre y apellido de mi enemigo que estaba sentado en silencio.
-Garrett Clark Børns puedes retirarte.
Lo miré y fruncí mi ceño. ¿Porque le daba a él la libertad de poder irse sin represalias? No dije nada. Lo ví levantarse de su lugar y paso por mi lado con una sonrisa victoriosa.
Lo detestaba.
A los minutos escucho un estruendo y unos criterios provenientes de una voz femenina. Tape mi rostro de la vergüenza al reconocer su voz. Trague grueso.
El rector salió del cuarto y a los minutos entraron al aula.
Ella se paró en frente mío y me miró con enojo.
-Ma...
Abrí la boca para defenderme pero fui callado al sentir su mano estallar contra mi mejilla. Ahora está ardía.
-Me decepcionas. ¿Te volviste loco o qué? ¿Cómo fue posible que hayas provocado una pelea y lastimado a un compañero? ¡Lo lastimaste! -no dejaba de mirarme con esa mirada intensa- Tu padre te enseño a defenderte de ti mismo, no para que andes proporcionando golpizas a quien se te da la gana. Nosotros no te enseñamos eso ¿Escuchaste?
Asentí y escupí hacia un costado. Mi madre estaba confundida, no sabía la verdad de las cosas y cuestionarle en estas instancias provocaría más las cosas y las agravaría.
-Señora Ross, además de la conducta irrelevante de su hijo. Entiendo que usted está al tanto de sus "bajas notas".
Mi madre dejo de enfocarse en mi y miró al rector sorprendida. Tomo un papel y lo agarró con sus manos estrujándolo.
-¿Que mi hijo que? -cuestiono más enfadada-
-aquí está detallado todo lo ocurrido en un mes, como bajaron considerablemente sus notas hasta sus faltas en clases, muy anormales en su hijo. Ya que era un estudiante excepcional.
Ella se acercó al rector y yo mordí mi labio inferior de la rabia contenida.
-espérame afuera. -solo atino a decirme-
Sin más hice caso y salí con las preocupaciones en mi cabeza.
No tenía miedo de lo que mi madre haría pero si, a mi padre. Y seguro que el rector chismoso le contara todo lo malo que hice que no le caerá para nada bien.
Mi futuro estaba sentenciado, solo debería de esperar a que las cartas se posicionara sobre la mesa para la próxima jugada.
Suspiré y pensé en Brendon, me sentí estúpido por haberle pegado. Todavía tenía en mi mente como lo deje inconsciente en el piso. Mi madre tenía razón, no podía pegarle a cualquiera por un enojo. Debía de ser premeditado. Mi padre me enseñó defensa personal pero no para hacer justicia.
Narra Michelle:
Luego de ver esa extraña pelea entre Ryan y Garrett me desesperé. Jale a Ángeles del brazo y ella fue directo a ver a su amado frenton a la enfermería. Yo en cambio me preocupaba Ryan y Garrett así que tome otro rumbo en la escuela. El cielo ardía y aún no pisaba el infierno. Me sentía culpable de ser la chica que despertó el lado oscuro de mi amigo Ryan. Él eran tan inocente y cariñoso, un chico con tantos anhelos y sueños.
Lo había corrompido y me sentía fatal.
Estaba entre la espada y la pared amando a dos hombres.
A pesar de estar con Garrett la indiferencia de Ryan hacia mi persona me dolía el pecho, el alma.
Corrí por los pasillos rumbo a la rectoría y me detuve en seco al ver a mi bello castaño sentado mirando el suelo con sus manos entrelazadas entre sí, estaba pensativo y serio.
Caminé lento y me detuve delante de él, este jamás levantó su rostro para verme a los ojos.
-Ry... Yo... -sentí mi pecho subir y bajar- lo siento...
-Olvídalo... Es mejor que te vayas. Garrett no está aquí. -soltó de repente levantando la mirada y su fleco cubría la mitad de su rostro, se veía jodidamente más sexy-
Retrocedí unos pasos y deje mis manos atrás en mi espalda. Mire hacia otro lado para que no viera mi evidente rubor.
-no vine por Garrett... Yo... -mordí mi labio, sé que sonaba estúpido pero lo amaba por dentro a este niño-
-no sigas, solo vete Michelle. Ve por tu novio que de seguro te está buscando. -evito mirarme a la cara y lo ví frunciendo su ceño un poco molesto-
Estaba por irme pero justo cuando me giré de talón para marcharme escuché el azote de la puerta de la rectoría. Giré mi rostro y ví a la madre de Ryan muy furiosa pararse frente a él.
-Tu y yo tenemos mucho de que hablar jovencito, vamos. -espeto la mujer-
Luego de lo dicho paso por mi lado con su mirada hecha una furia. Ryan camino en silencio yendo tras ella.
Paso por mi lado, caminando a paso lento, me miró de reojo con la mirada triste y efusiva.
Ahora podía ver su dolor, el mismo que yo sentía al no tenerlo a mi lado por mi pendejada. Trague grueso. Ví a Ryan desaparecer por los pasillos. Me quedé pasmada recordándolo.
Quería llorar pero no podía salir una lágrima de mis ojos.
.....
Las horas pasaron y no encontraba a Garrett para preguntarle lo que había ocurrido. Cómo en el colegio no estaba por ningún lado decidí ir a visitarlo a su casa.
Llegué a su hogar y note que la música estaba a todo volumen, caminé lento y sentí un olor abundante a humo producto a la marihuana.
Golpee su puerta y este salió de repente, estaba con una lata de cerveza en mano.
-Hola preciosa ¿Que tal la escuela? -pregunta divertido-
Me sonroje de solo verlo y él se hizo a un lado para hacerme entrar a su casa. Deje mi mochila sobre su sofá.
-¿Estas sólo? -pregunte-
Este asintió.
-¿Y tú familia? -le interrogue-
-mi madre trabaja todo el día y mi hermano mayor también -se excusó encogiéndose de hombros-
-ya veo porque eres así -murmure para mí misma, por suerte no me escucho-
-¡oye! linda, me imagino que viniste aquí para visitarme ¿no? -hizo una mueca traviesa en su rostro y se acercó peligrosamente a mi mordiendo su labio inferior-
-Yo... Quería saber si estaba todo bien... -trate de evitar mirarle fijo a los ojos, sino caería en sus redes- ¿Que paso con Ryan? ¿Porque se pelearon?
Él se rió torpemente y no contesto a mi pregunta.
-¿A quien mierda le importa ese niño? -dejo su bebida a un lado y camino hasta mi- está enojado porque obtuve el premio mayor y esa eres tú.
Retrocedí unos pasos, Garrett no dejaba de mirarme con lujuria mis labios. Mi espalda chocó con algo parecido a una mesita o un mueble.
No sabía que contestar a su dicho. Garrett me tomo de las manos y las apoyo en su pecho. Con sus manos las apoyo en mi cintura y apegó su cuerpo al mío. Sentí sus ojos por encima de mi deleitando mi cuerpo, mi cuello, mis labios.
Rápido desabrochó su camisa y la apartó tirándolo al suelo quedándose con el torso al descubierto.
Con un movimiento atrapó mi rostro entre sus manos y me beso desesperadamente.
Su lengua buscaba la mía y era un juego interminable de quién tenía el poder. Podía sentir su erección palpitar por arriba de la tela y este la refregaba por encima de mi zona íntima haciéndome excitar.
Entre besos y gemidos cuidadosamente caí arriba de su sofá. Ví como se apartó el cinturón y su pantalón cayó al suelo. Mordí mi labio inferior al ver su miembro sobresalir por su bóxer que estaba húmedo al igual que mi intimidad.
Garrett saco de su pantalón una bolsita pequeña y por encima de la mesa de luz armó una línea blanca que luego con un papel armó un conito y se metió en la nariz aquel polvo blanco. Me quedé helada ante tal situación, nunca me imaginé que Garrett se drogaba con cocaína.
-Garrett ¿Tu te drogas con eso? -señale lo que había presenciado- ¿Desde cuándo?
-jeje -se río y estiró sus brazos, rápido se balanceo delante de mi cuerpo quedando a su merced- mmm, creo que Z me metió en este mundo... Pero que importa eso ahora... Tu disfruta.
No tenía escapatoria, Garrett fue directo a mi cuello y con sus manos arrancó mi camisa dejándome en sostén exponiendo mis senos. Su lengua fue directo a mi cuello, largue un suspiro al sentir sus manos entrar por adentro de mi jean hacia mi intimidad deseada de ser suya en ese momento. No podía dejar de imaginar la imagen de Ryan en mi mente, un gemido fue atrapado en sus labios y se los mordí. Cerré mis ojos y me deje llevar.
....
Narra Ángeles:
Luego de presenciar aquella pelea mi corazón quedó inquieto. No podía creer la reacción de Ryan frente a Garrett. Sé que esto es el comienzo de una guerra estúpida entre G y Ry. Una guerra interminable.
Fui directo a la enfermería a ver cómo estaba Brendon, lo había notado inconsciente siendo asistido por los demás compañeros incluyendo Spencer. Corrí por los pasillos y no sé en qué momento perdí de vista a mi amiga, no me importo mucho, seguro ella estaba más preocupada por sus amores.
Llegué a la enfermería y ví a Spencer sentado afuera. Me pare frente a él con mi semblante de preocupación.
-Spencer... -murmure, no me salían las palabras para articular lo que quería decirle-
Él levantó la vista y me miró a los ojos, sonrió de medio lado para dejarme más tranquila.
-él está bien, no te preocupes.
Señale el interior del cuarto que permanecía con la puerta cerrada.
-Si, ya despertó. Le están haciendo estudios rápido de salud para corroborar que todo en el está bien y darle el alta. Solo fue un golpe -se encogió de hombros- un duro golpe.
-A veces Ryan se sobre pasa -tape mi rostro, aliviada-
No podía enojarme con Ryan, él no fue con la intención de pegarle directamente a Brendon, por causa del destino y el enorme corazón de mi Bren por querer intervenir en esa pelea la ligo duro.
-¿Porque no pasas? -me propone- seguro el querrá verte.
Asentí con un leve rubor en mis mejillas. Abrí aquella puerta y lo ví a Brendon leyendo un libro, realmente me sorprendió lo tranquilo que se encontraba y de que estuviera leyendo algo, no creo que sea por aburrimiento, tenía una pequeña televisión pero estaba apagada.
Apenas me vio trato de ocultar su libro dejándolo en un costado y sonrió.
-¿estas mejor? -pregunte. Camine hasta él y acaricie su rostro con ternura, él no dejaba de verme a los ojos-
-tu novio es bastante resistente, no tenías que preocuparte tanto -dice tranquilo tomando mi mano y sintiendo mi tacto en su mejilla-
-Siempre que te metas en problemas me preocupas -me senté en un asiento a su lado y vi aquel libro- ¿que leías por cierto?
El rasco su nuca y rió tontamente.
-Viaje a las estrellas -dijo desinteresado- es un viejo y tonto libro... capaz no sea de tu interés.
Tome aquel libro entre mis manos y recordé viejos recuerdos de mi niñez.
-¿que paso? -me pregunta-
Abrí los ojos sorprendida.
-no, nada... es que este libro es mi favorito -solté de repente y él se sorprendió-
-¿en serio? wooow que coincidencia -dice un poco nervioso- debemos estar conectados.
Sonreí pero algo no me dejaba tranquila sobre este libro, ademas de ser mi favorito es el libro favorito de Ryan. Lo reojie un par de hojas y fui hasta la parte del final donde una vez le escribí a Ryan algunas palabras de amistad y efectivamente era así. Me sorprendí con aquello.
-¿este libro te lo presto Ryan? -pregunte por cura curiosidad-
El se quedo inquieto y sonrió nervioso.
-Algo así, tenía que devolvérselo pero no creo que quiera ir a su casa en estos momentos, debe de odiarme.
Cerré el libro y sonreí.
-El no te odia, no te preocupes. Yo le devolveré el libro. -acaricie sus mejillas-
-Gracias, eres muy amable mi amor... no sé que haría sin ti. -sonrió tiernamente y tomo mi mano entrelazándola con las suyas-
-¿Cuando podrás irte de aquí? -le pregunte cambiando de tema-
-Creo que tiene que venir mi madre por mi a final de horas, están chequeando que todo este bien...
-no debiste meterte en esa disputa, sé que te preocupas por tus amigos y eres impulsivo pero Ryan no suele tener contenerse en cuanto se trata de pelear.
-Si, ya me di cuenta jeje y pega fuerte tu amigo... quise intervenir de la mejor manera posible para que no empeora... Garrett tampoco se contiene. -miro de lado- no quería que nadie saliera lastimado.
-pero al final saliste lastimado vos amor...
-Si es por dos amigos que no se peleen, resisto cualquier cosa.
Lo admiraba, admiraba su gran valentía y su corazón.
-Lo sé, eres un gran amigo, compañero y amante bebé -le guiñe un ojo haciéndole sonrojar-
Me acerque a él y le deposite un dulce beso en sus labios.
-¿Me llamarás mas tarde? -me inquiere Brendon-
Asentí.
-En la noche antes de acostarme te llamaré -le afirmo-
Estaba por irme, ahora mas tranquila sabiendo que mi novio estaba ileso. Suspire y lleve mi mano a mi pecho.
-Gracias por haber venido amor -escucho decirle, rápidamente voltee a verlo y estaba apenado-
Sonreí y cerré la puerta tras mio. Cuando salí con el libro de Ryan en mis manos note que Spencer ya no estaba afuera esperando. De seguro fue directo a la siguiente clase.
Ahora mi otra preocupación era Ryan pero no pude ubicarlo en los pasillos ni en la clase que nos tocaba. Michelle y Borns tampoco estaban por ningún lado. Otro suspiro.
En los pasillos e incluso en la clase todo el mundo hablaba de la pelea de Garrett con Ryan y hasta ahora, el castaño de mi amigo se había convertido en un héroe, las voces femeninas suspiraban por él ahora.
No le di tanta importancia al asunto y trate de pasar desapercibida porque cualquiera que supiera que yo era la novia de Brendon directamente me preguntarían por él. No quería ser el centro de atención de nadie.
Me senté en el parque con aquel libro que le había regalado a Ryan en su cumpleaños numero 12. Jamas le dije que era mi libro favorito pero no entendía como fue a parar a manos de Brendon.
Leí un poco de lo que le escribí aquel día.
Una niña llena de ilusiones, alegre de tener la mejor amistad a tu lado. Complacida de tu existencia, no puedo dejar de sonreír viéndote crecer y ser feliz.
En tu día especial quiero que sepas lo mucho que te aprecio, nunca cambies, porque asi eres especial. atte. Ángeles.
Una lágrima recorrió aquel instante por mis pómulos. Cambie de página para tratar de olvidarme. Ryan no era el mismo chico del cual me enamore, eso lo tenía presente pero muy en el fondo lo amaba.
Recorriendo hojas y hojas, husmeando las páginas me quede en shock en casi al final de unas palabras escrita en manuscrito por el castaño de mi amigo.
Ángeles ojala algún día abras aquellos bellos ojos y me mires de la manera en la que te miro y te deseo. Te amaré siempre.
Trague grueso ante esa pequeña confesión. ¿Ryan me amaba? ¿desde cuando? ¿porque jamás me lo dijo? No entendía nada.
Ví a Spencer caminar muy sereno por el pasillo principal, no se como lo percibí pero fui directo hacia él como un rayo de luz.
No sé cómo podía estar tan tranquilo después de todo este día alborotado que nos había ocasionado. Fue un verdadero estress.
-¡Spens! -grite para captar su atención, este se paró y giro al verme-
Parecía asustarse al verme acercar a toda prisa. Retrocedió unos pasos.
-Angy... ¿Cómo está Bren? ¿Se encuentra mejor?
Negué varias veces y le enseñé mi libro.
-Spencer dime lo que sabes -le señale lo que Ryan había escrito para mi- ¿Es verdad esto?
Este frunció su ceño y se encogió de hombros. Saco un envoltorio con un pedazo de sándwich y se lo comió.
-¿Me escuchaste lo que te acabo de preguntar?
Trago su comida y tosió para aclarar su voz.
-Ehm si, pero olvídalo -tomo mi libro y lo cerró- no le des tanta importancia, eso pasó hace mucho...
Fruncí mi ceño y lo zamarree tomándolo de sus hombros.
-¿Hace cuánto? -inquirí-
-desde antes de que empezará a salir con Michelle -rodó sus ojos-
-¿Michelle lo sabía? -lo mire fijo-
-todos los sabíamos excepto tú... -respondió tranquilo-
-¿Porque nadie me lo dijo? Me siento una tonta. -cubrí mi rostro que en estos momentos ardía de la vergüenza e impotencia-
Spencer apoyo su mano sobre mi hombro
-Tranquila, no lo hicimos porque Ryan quería hacerlo y decírtelo. No somos chismosos -contesto seguro-
-Lo sé, pero él jamás me dijo nada. -agache la mirada y suspiré-
Spencer se acercó a mí y posó su mano sobre mi espalda.
-No tuvo el suficiente valor para decírtelo, pero créeme que te amaba con locura.
Levante mi vista y lo miré confundida.
-Si es así ¿Porque se atrevió a salir con Michelle si en verdad sentía cosas por mi? No entiendo.
Spencer trago grueso y volvió a encogerse de hombros poniendo sus manos en sus bolsillos.
-La verdad que no sé, hay muchas cosas que desconozco del nuevo Ryan... Pero ya pasó algún tiempo de todo eso... ¿Porque no le preguntas directamente a él?
-¿Crees que me dirá la verdad? -baje la mirada y la puse sobre el libro que traía consigo, ahora esto valía mucho más para mi-
-no sé, con intentarlo no pierdes nada. -escuche decirle con seguridad y algo me decía que Spencer sabía más de la cuenta-
-es verdad, gracias amigo... -no pude despedirme como debía, tenía que encontrar al castaño de mi amigo sea donde sea que estuviese-
Corrí por los interminables pasillos y caí de lleno al suelo al tropezar sin querer con alguien al doblar la esquina.
-Oh disculpa, no ví por donde iba -me sobe la cabeza del dolor que sentía, abrí mis ojos y rápidamente dirigí mi mirada a la persona a quién había tropezado-
Aquella persona era una chica flaca que vestía de manera sensual, era delgada.
-la próxima fíjate por donde corres niñata... Los pasillos no son para correr por si no te enseñaron modales -respondió tajante y enojada-
Me levanté del suelo como pude y recogí mi libro, era lo más valioso que obtendría en este día.
-ya te dije que lo siento -le dije retándola con la mirada, está chasqueo sus dientes y me distancie de ella alejándome lo más rápido posible, se podía notar su alma tóxica a distancia-
Veo a Z Berg pasar por mi lado sin saludarme, igual me daba lo mismo. No me moría por su saludo e indiferencia. No era mi culpa que Michelle saliera con su Børns.
-Sarah ¿Estas bien? ¿Sucedió algo? -escuche decirle-
Me giré de talón de a lo lejos y las quede mirando. ¿Esa chica pretenciosa era la famosa Sarah Orzechowski? ¿Es la ex novia de mi novio? Negué varias veces. Ví como clavo su mirada asesina sobre mi, Z Berg le murmuró algo en su oído que pareció sorprenderle demasiado. Ambas rieron y eso hizo enfurecerme.
Ryan no luchaba sólo, ahora tenía mi propia guerra del cual debía prepararme.
Me di media vuelta e ignore todo acerca de aquellas arpías.
Solo me importaba llegar a Ryan, así que fui directamente a la rectoría y pregunte por el ahí.
La única información útil que recibí y por mala noticia es que Ryan fue el único suspendido y que fue acompañado de su madre a su casa.
Una amargura sentía en mi corazón... ¿Desde cuándo mi niño se comportaba de esa manera? Tristemente mi semblante cambio. Aún con aquel libro entre mis manos sentía la esperanza de poder encontrarlo.
Debía de darle tiempo, tal vez le dé una pequeña visita más tarde en su hogar. Conociendo a su familia todo en su hogar debe estar tenso y turbio.
...
Narra Ryan:
Llegué a casa junto a mi madre en su auto. No pude estar en paz conmigo mismo ya que mi madre como tan buena que es no dejo de taladrarme la cabeza con regalos, insultos y amenazas. Poco me importaba ahora, solo quería volver a casa y estar encerrado en mi cuarto.
Suspiré. Habíamos llegado a casa al fin y nos adentramos.
Deje la mochila arriba de la mesa y prendí la tv para no tener que escuchar a mi madre.
-¿Quien dijo que puedes ver Televisión jovencito? -se posicionó delante mío con más manos en su cintura y una mueca de disgusto en su rostro, rodé los ojos- Tu estás castigado.
No dije nada y tome el control remoto y apague el aparato.
-¿Puedo ir a mi cuarto? -sugiero-
-No -hace una mueca y se corrige- bueno Si. ¿Que piensas hacer en todo estos días que estarás suspendido sin ir a clases? A tu padre no le gustará la idea, ya sabes lo que te espera.
-Lo sé, gracias por hacerme recordar -me levantó de mala gana y tomo mis cosas para irme al cuarto- No tengo planeado hacer nada, quiero estar solo.
Mi madre desesperada tomo las llaves de su auto.
-Me voy al supermercado, no te vayas a ningún lado. -me señala y entonces niego ante su acusación ¿A dónde iría?-
Subí las escaleras para irme a mi habitación.
-igual, no tenía pensado salir -me encogí de hombros y le reste importancia-
Me adentre en mi recamara y encendí las luces, llegué hasta mi cama y me tiré en ella.
Tome aire y exhale. Me sentía vacío por dentro, un completo idiota.
Aunque quería hacerme el fuerte por dentro no podía olvidarme de Michelle y como ella me engañó. Sé que se siente culpable y hace lo posible para acercarse a mi para pedirme disculpas, pero no puedo aceptarlas. Aún no encontré consuelo para este corazón roto.
Pensé que no me iba a enamorar fácilmente de otra persona que no fuera Ángeles, al final sucedió pero no tengo a ninguna de las dos.
Mire el cielo raso y me quedé pensando en aquellos besos desenfrenado que nos dábamos.
Al menos fue la prueba de mi existencia de que experimente algo de amor y sexo en mi vida y quedará como anécdota para mis hijos. Sé que ella es una más del montón solo debía de esperar a que este corazón de hielo la olvide y continúe con mi vida cómo a todos los demás.
Escucho el timbre de la casa y de mala gana me tuve que levantar a atender. Dudaba que fuera alguien de mi familia.
Cuando abrí aquella puerta vaya sorpresa me llevé. Ángeles estaba parada frente mi puerta con un libro en sus manos.
-Hola Ry ¿Cómo estás? -me pregunta y me mira con curiosidad-
-Bien ¿Porque lo preguntas? -le devuelvo la pregunta- Yo no tengo nada físicamente ¿Cómo está Brendon? No he podido disculparme con él.
Ella mira hacia ambos lados y asiente.
-Él está bien, no te preocupes.
No dije más nada, solo ví aquel libro que hace algunos años atrás ella me lo había regalado para mí cumpleaños.
-¿Ese libro? -mire por simple curiosidad-
Ella sobre exaltó de un brinco.
- Te lo vengo a devolver, es tuyo -me confiesa-
Me mira expectante con su mirada suplicante para que la dejase entrar a la vivienda. La deje pasar y cerré la puerta detrás mío. Nos quedamos en el living.
-¿Y porque lo tienes tú? - enarque una ceja -
-en verdad, te lo vengo a devolver de parte de Brendon.
Me quedé más intrigado.
-¿El frentudo? ¿Que hacía con mi libro? No recuerdo haberselo prestado. -trate de recordar y hacer memoria-
-Tal vez le habrá gustado y por eso lo tomo prestado o habrá sentido simple curiosidad... No es que te lo quiso robar, él no es así... -me alcanza el libro en mis manos-
Recordé aquellas palabras que le había escrito en las últimas páginas. Rápido re ojee si todo estaba en su orden, esperaba internamente que ella o el frenton no lo haya leído.
Deje de prestarle atención a Angy y cuando me quise percatar de eso, y la tenía enfrente mío mirándome expectativamente, mientras mordía su dedo y jugaba con él.
-¿Que pasa? -le pregunto. Porque me miraba de una manera extraña y sensual, sus ojos no dejaban de ver los míos y eso me incomodaba-
-ehm nada -esquiva rápido a mi pregunta- bueno si, hay una cosa que quería preguntarte.
En un movimiento brusco toma el libro que me había dado y busca entre páginas algo. Me enseña lo obvio y me quedo impactado por aquello.
-¿Es verdad esto? ¿Tu lo escribiste? -me interroga y busca con su mirada alguna respuesta de mi parte-
Asentí, no quería ocultarle lo que ya sospechaba.
-es verdad, pero olvídalo -tomé aquel libro y lo cerré, tomándolo entre mis manos, cerré mis ojos recordando aquellos días en que todo en mis sentimientos eran sanos y puros- eso fue hace mucho.
Caminé unos pasos alejándome de ella y un jalón de mi brazo hacen que me giré de talón, rápidamente ella me atrapa con sus delicadas manos y funde nuestros labios en un desenfrenado beso.
Sus manos se enredan en mi cuello y sus besos hacen que pierda la noción de los sentidos.
-Continuará-
¡Hola lectores! Aquí nuevo capítulo, espero que les haya gustado. Disculpen la demora, entre el trabajo y las semanas en la que me enferme me ha costado retomar. Gracias por tanta paciencia y por su apoyo ;-)
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