"La pesadilla de Angeles"

Narra Ángeles:

Había despertado abruptamente gracias a los rayos del sol que provenían de una ventana abierta y el ruido de una jauría de perros.

Me senté en la cama y observé mi mano que sudaba, hasta que me dí cuenta que algo en mi estaba mal. El cuerpo me dolía y tenía un leve dolor de cabeza. Observé por adentro de la manta que me cubría y note que estaba totalmente desnuda. Me cubrí más de la cuenta para no resfriarme.

-asi que ya despertaste, duermes demasiado -escuche una voz muy particular que me llamaba-

De pronto irrumpe en la habitación Brendon también desnudo, sin nada que cubra su formido cuerpo. Tapé mi rostro sonrojado ya que este mostraba su pene en todo momento.

-¡Brendon! ¿Que haces así? -dije alertada y lo señale con terror de lo que mi imaginación me daba a entender-

-solo estoy buscando mi ropa para tomarme un baño -contesta tranquilo- tú deberías de hacer lo mismo

Me sentí intimidada y agudice mis sentidos olfativos para oler dentro de las sábanas dándome cuenta que tenía un gran olor a sexo y vacelina. Con razón me dolía el cuerpo.

-¿No viste mi ropa interior? -pregunte atemorizada-

Brendon frunció su ceño.

-¿Búscate por debajo de la cama? -me señala con una leve sonrisa y fue cuando noté que mi braga estaba atrapada en su cabello revoltoso-

-¡Está en tu cabello Bren! -alerte sin darme cuenta que había elevado mi voz-

Brendon río por lo bajo y se la quitó de su cabeza para aventarmela.

-tal ves se me quedó ahí cuando meti mi cabeza adentro tuyo anoche jeje -se rascó la cabeza- no me di cuenta hasta el momento.

Me coloque al menos mi braga y volví a cubrir mi cuerpo.

-Angy, necesito que talles mi espalda -sugiere con una sonrisa traviesa- ven, no me hagas esperar...

Abrí mis ojos y mis mejillas ardieron ¿Cómo era posible que yo hiciera tal cosa pervertida?

-¡Apúrate! Por favor, que me congelo el trasero -ordeno con ímpetu el moreno-

Me sentí avergonzada y sabia que debía hacerle caso sino se pondría peor de mañoso.

Así que para hacerle caso me puse pie y tome la sábana para cubrir mi cuerpo y no entrar desnuda con él.

-¿Es solo tallar no? -pregunto inquietantemente-

Él solo se ríe y al voltearse para verme, enarco una ceja.

-¿A dónde vas vestida así? -inquiere saber y jala de mi sábana para desnudarme por completa- así está mejor -contesta y me toma de la muñeca para arrastrarme hacia el pequeño baño-

-¡Espera Bren... -quiso objetar pero este se negó a escucharla y ambos nos adentramos en el baño-

-¡Angy! ¿De que te avergüenzas? Si prácticamente tenemos sexo a diario -habla Brendon dejándome muda completamente- deja de ser tímida de una vez.

Me quedé helada viendo su trasero y su intimidad que estaba crecida.

-mira lo que haces -me advirtió con una sonrisa ladina- ahora ven...

Con sumo cuidado tomé una bara esponja para enjabonarle la espalda y huiria lo más rápido posible.

-solo te enjabonare y me voy ¿Ok? -le propongo-

-jajaja que graciosa eres -se ríe traviesamente-

Cada paso que daba y me acercaba lentamente a él sentía que debía escapar, cerré mis ojos y pase el jabón por su espalda, una vez que este se dió media vuelta. Una vez hecho el trabajo y cumplir con mi parte estaba por irme hasta que me atrapó.

-¿A dónde vas Angy? ¿No piensas salir de aquí e ir a ver a los niños con olor a sexo o si? Traviesa -hablo con un tono se voz sensual dejándome sin habla-

-¿Niños? ¿Que niños? -le cuestione sin saber a qué se refería-

-¿Que niños? Nuestros hijos cariño ¿Ya los has olvidado? -me pregunta imprudentemente-

No sabía que decirle puesto que sus manos me tenían nuevamente prisionera y me jalo pegando mi espalda a la pared del baño. El azulejo era frío y me queje de eso, pero a la vez el agua caliente caía como lluvia inundando nuestros cuerpos de calor y excitación.

El pene de Brendon comenzó a crecer prominente y sentí como rozaba con mi sexo. Me negaba a caer sobre sus encantos pero su aroma masculino y sus formidos brazos me tenían enredadas a sus encantos. Brendon me tomó del trasero y me elevó para que enrosque mis piernas sobre su cintura.

-asi me gustas -sonrió y levantó mi mentón para que lo vea a los ojos mientras el agua de lluvia caía por su cabello oscuro-

Una de sus manos paso por medio de nosotros para tomar su pene y prepararlo para meterlo de una estocada a mi intimidad, cosa que hizo sin mi consentimiento y con mis brazos lo rodee a su espalda clavando mis uñas en él.

Largue un gemido cuando arremetió contra mi y me dió sexo duro bajo la ducha. Agitada ví su rostro concentrado en el acto sexual mientras una de sus manos sujetaba mi trasero y la otra manoseaba mi seno.
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Me sentía abatida nuevamente ya que el sexo en el baño terminó con Brendon culminando su semen dentro de mi y él preparándose para ir a trabajar al parecer. Aunque hace un momento era más comunicativo ahora un enorme silencio inundaba está extraña habitación.

Observé a mi alrededor y no reconocía nada. Solo era una habitación pequeña con pocos muebles y una televisión antigua. La habitación era un completo desastre y desorden, además que olía raro.

-Bren ¿A dónde vas? -me atreví a decir pero este se encontraba vistiendose sin mirarme-

-a trabajar cariño -dice serio y voltea a verme- espero que puedas ordenar esto y cuidar a los niños. -camina hacia mi y besa mi mejilla- los amo, no me esperes despierta. Llegaré tardísimo.

Asentí ligeramente e iba a dejar que se marche, no sabía su repentina prisa pero le urgía irse y no podía detenerlo.

-Espera ¿Dónde están los niños? -indague, porque desde que había despertado no los había visto por ningún lado- ¿Que se supone que le daré de comer? Yo no tengo dinero -empece con reclamos pero a decir verdad, si planeaba dejarme sola con unos niños mínimo necesito dinero para prepararles algo de almorzar-

Brendon empezó a buscar en sus bolsillos algo y así como lo encontró me los tiró sobre la cama. Eran un puñadito de billetes arrugados y maltratados.

-aun no me pagan mi sueldo así que deberán conformarse con eso -menciona y trata de irse, pero yo empecé a contar aquella plata y no era mucho de lo que pretendía-

-¿Pero con $5 dólares que voy a cocinarles? ¿Cuántos niños son? -empece a cuestionarle-

-cariño, tuvimos dos hijos ¿No te acuerdas? -Brendon saco su billetera y buscaba algo en ella- UH, pensé que tenía una foto de ellos. Bueno... preparales unas hamburguesas o perritos calientes, son su comida favorita y no cuesta tanto, tal vez te sobre $2 dólares, guárdalos si o cómprame una cerveza para cuando llegue -insto a decirme apurado- Después nos vemos, se me hace tarde...

-pero no puedo darles de comer a mis hijos hamburguesas o perritos calientes, son niños y necesitan alimentarse bien -le contesto algo preocupada-

-amor, yo prácticamente viví alimentándome comiendo eso y no tengo nada. Soy más fuerte que el hierro -me mostró sus músculos por debajo de su playera- bye bye...

Me quedé atónita,como se cómo lograba escapar tan fácilmente poniendo cualquier excusa.

Resopló rendida. Aún no me lo creía. Empecé observando el lugar, no me gustaba, era muy chico y estaba todo desordenado, sucio. Empecé por limpiar el cuarto y encontré varios preservativos usados debajo de la cama con su semen incluído y seco. Me dió un pinche asco. Pase el plumero por las superficies de los muebles y abrí la ventana para que se ventilar y corra aire fresco.

Cuando pude hacer un esfuerzo y ordenar este chiquero, me sentía un poco más relajada y tranquila.

Hasta que un par de gritos infantiles me quitaron aquella paz mental que tenía.

Abrí la puerta y salí del cuarto, encontrándome con un pequeño living, todo desordenado y un par de niño tomándose de los cabellos, peleándose entre si.

-¡Ay! Dame Boyd, ahora me toca a mí ver la televisión -decia una niña de pelo oscuro y lacio-

-¡No te doy nada Sham! Tú ya viste -le contesto el niño que era lo más parecido a Brendon de niño, era su calcomanía- es mi turno

-¡No! ¡Te dije que me lo des! -ella lo jalaba del pelo para que suelte el control remoto-

Entonces intervine y se lo quite al niño de su mano.

-¡Oigan! ¿Porque tanto alboroto? ¿Que está pasando acá? -me entrometo en su pelea infantil-

-¡Mamá! -dijeron asustados al unisono-

Me hice la enfadada para que me tuvieran miedo, mientras que el control remoto estaba en mi posesión.

-¡Mami! Boyd no me deja mirar los dibujitos en el Discovery Kids, quiere ver ese tonto fútbol aburrido -decia la niña molesta con su hermano-

Él le codeó e hizo una mueca de disgusto.

-tú siempre estás viendo esa tontería Sham -se excuso el pequeño azabache-

Me cruce de brazos y les enseñe su maravilloso y valioso control Anti aburrimiento.

-Bueno ¿Y para eso hacen tanto escándalo? -enarque una ceja- ¿Porque no va uno de ustedes a ver en la televisión de mi pieza?

Ambos se miraron entre sí y Boyd fue el primero en empujar a su hermana para adelantarse e ir a mi cuarto.

La niña se quedó callada y le di el control para que viera sus dibujitos. Me sonrió y me quedé maravillada de lo linda y pierna que se veía así con su pelo revuelto y su ropa mal gastada.

Observé el lugar con más detenimiento mientras ella miraba la tv.

-Sham ¿Dónde duermen tú y tu hermano? -trate de indagar-

Ella sólo señaló el sillón cama donde estaba sentada. Había una gran colcha y un par de almohadas. Ropa tirada por doquier y muchos residuos de bolsas de frituras esparcidas por el suelo.

-¿Ustedes comen esto Sham? -volvi a preguntar a la niña que estaba cerca-

-papa a veces nos trae, pero eso se lo habrá comido él anoche -menciona sin prestarme atención-

Seguí buscando basura por debajo del sillón y encontré muchas botellas de cervezas vacías. Típico del Urie mayor.

Luego de tratar de ordenar dónde dormían los niños fui a la nevera para buscar comida y prepararles algo para que desayunen.

-¡Ma! Tengo mucha hambre -escucho gritar la voz del niño reclamando algo de comer, mi estómago se encontraba igual de hambriento-

Abrí la nevera pero no había muchos alimentos allí, solo algunas latas de atún, agua congelada y verdura podrida, en mal estado.

Luego busque en la alacena y encontré una caja de té y un paquete de galletas abiertas..

-¡Mami tenemos hambre! -reclamaron ambos-

Negué ladeando ya irritada. Busque un peine, jabón y ropa limpia para los niños para hacer las compras.

Los cambie de ropa, les lavé la cara y sus manitos y los peiné, a la niña le hice una coleta alta para que no le molestará su cabello largo.

-vamos niños a comprar para que coman -ordene y ellos festejaron que íbamos a salir a pasear-

-¡Yupiiii! -gritaron de alegría los dos-

Tome a cada uno de sus manos y salimos de casa.

Antes de salir observé aquel hogar, era pequeño, solo tenía un cuarto, un living comedor y un baño, todo muy pequeño.

Para salir a la calle tuvimos que rodear otra casa y caminar con un pasillo angosto.

-¿Quien vive aquí? -pregunte para mí misma pero uno de los niños me escuchó-

-aqui vive la abuela má -menciona Boyd- también la tía Kyla y el tío Matt.

Me quedé en shock imaginando mi vida viviendo en el mismo terreno que mi suegra y los cuñados. Me apresure en salir porque si son tan cercanos a Brendon tal vez le mencionen que salí, aunque haya tenido su aprobación.

Caminamos un par de cuadras y mientras los niños platicaban entre si cosas de infantes. Yo miraba hacia el horizonte hasta llegar al supermercado para comprar algo de comer.

Al entrar empecé a buscar algo para preparales a los niños, pero no tenía mucho dinero y a decir verdad, la cerveza de Bren no eran indispensables para la vida de nuestros hijos asi que se lo reemplace por leche entera para que tengan un poco de calcio en sus huesos.

-¡mami! Mira quién está allá -señala la niña a lo más lejos del extenso pasillo- ¡Es el primo Alex!

Ambos se soltaron de mis manos y corrieron hasta donde estaba el hijo de Michelle, de seguro ella también andaba de compras.

Apresure mi paso para dar con los niños y como el pequeño Alex cargaba algunos cereales en sus manos mientras platicaba con mis hijos.

-¿Alex está Michelle contigo? -inquiri saber preguntándole al pequeño-

Él asiente tímidamente.

-Si, mi mamá está con papá ahí a la vuelta -señalo el niño- solo vine por el cereal que quería.

Él nos guío y caminamos por detrás de su paso hasta encontrar a mi amiga y a Ryan.

-¡Michelle! ¡Ryan! ¿Que hacen aquí? -enarque una ceja, cuando el pequeño Alex menciono papás inmediatamente recordé a mi amiga con Børns, pero está vez no era así-

-¡Hola Amiga! ¿Cómo estás? Hace mucho no te veíamos -hablo Michelle dejando el carro y dándole la enorme lista de compras a Ryan-

-¿Brendon te dejo salir? -pregunto irónicamente el castaño-

-¿Cómo si me dejó salir? Pues vine de hacer las compras -conteste con la verdad-

-¡Ay que bien! Aquí mis dos hombres me ayudan con los compras -comenta con una leve sonrisa y noto un pequeño vulto en su vientre, ella se acerca a su hijo y le ordena- bebé ¿Te animas a traer cocoa y café para tu mami?

Alex asiente y obediente sale en busca de lo pedido por su madre.

-¿Están de compras los dos? -enarque una ceja- ¿No hay problema con que Børns los vea juntos?

Ryan frunció su ceño y busco cualquier cosa para irse.

-voy a buscar carne cariño, enseguida vuelvo -dice el castaño algo molesto y se marcha dejándome a solas-

Michelle ríe por lo bajo.

-Angy no menciones a Børns aquí, no ves que mi amor se pone celoso -se encoge de hombros-

-pero yo pensé... -no sabía que decirle, no quería hacer enfadar a mi amigo de mala manera-

-hace mucho termine con Børns, no se que sera de su vida pero me vale -contesto Michelle- hoy mi Ryro tiene el día libre y me acompaño para hacer las compras de la semana, mañana vuelve al trabajo.

Me quedé enormemente sorprendida.

-¿Hace mucho que estás con Ryan? ¿Cómo sucedió? -volvi a cuestionarle-

Ella se quedó pensativa y sus mejillas ardieron.

-cuando fue el baile de graduación nos quedamos platicando afuera y le dije la verdad, que esperaba un hijo suyo. Le costó entenderlo pero al final accedió. Termine con Børns y comenzamos una vida juntos. -fue breve y directa- a decir verdad, nos amamos mucho y Ryan es tan compañero y atento conmigo, me siento tan feliz de ser su esposa.

-¿Que? ¿Se casaron? -cuestione, y si ya estaba en shock ahora estaba peor-

Ella me mostró su anillo de bodas.

-si, soy la flamante señorita Michelle Ross -dijo orgullosa- es extraño que te lo cuente si tú misma con el frentudo asistieron a la boda. Fue algo increíble. -añoraba mi amiga-  aún recuerdo cuando fuimos a la playa y Ryan me propuso matrimonio -decia muy enamorada-

-amor, conseguí esto -volvio Ryan y note que traía varias bandejas de carnes envasadas, además, Michelle no mentia, el traía su anillo en su dedo- ¿Está bien asi?

Michelle asiente y toma su mentón para darle un cálido beso en sus labios.

-Si cariño, gracias -musita leve-

Ryan se sonroja y mientras ella toma el control del chango del supermercado, él la abraza por su cintura y recuesta su cabeza por sobre su hombro.

-no puedo esperar a que nazca nuestra bebita -menciona el castaño muy ilusionado-

-Shhh es un secreto amorcito -le contesta en voz baja-

Yo sonrió ladino y posó mis manos en mi cintura enarcando una ceja.

-¿Así que esperan otro hijo? ¿Cuando planeaban decirlo?

-aun no lo sabe nadie, estoy de tres meses y no le conté a Alex que pronto tendrá un hermanito o hermanita.

-se seguro se pondrá muy contento -conteste con mucha ternura- los felicito

-gracias -dijeron ambos tímidamente-

Luego de que llegaran los niños con la cocoa y café que Mich le había encargado.

-¿Que extraño que el patán de Brendon no vino contigo a hacer las compras? -me cuestiono mi amiga observando hacia todos lados y luego a mis niños- ¿Cómo están en su relación? ¿Todo bien? -trataba de averiguar Michelle observando mi rostro disconforme-

-fatal, Brendon sólo piensa en él mismo y es muy desordenado y desprolijo. -agache la mirada al suelo-

-era lo mínimo de esperarse de ese cretino -blasfemo Michelle- no se cómo pudiste al menos casarte con él, eso fue muy tonto. -se encogió de hombros-

Alex, el hijo de Michelle llevo a Ryan y a los niños para enseñarles algo. Aún no me creía lo último que me había dicho, me quedé conmocionada y abrí ligeramente mi boca.

-¿Cómo que Brendon y yo nos casamos? Estás de bromas ¿No? -enarque una ceja incrédula de sus palabras-

Michelle sonríe y se acerca a mi posando su dedo índice sobre mi frente.

-¡Oye Amix! ¿Que tienes amnesia? -me dice con una leve sonrisa- ustedes se casaron cuando te enteraste que quedaste embarazada de Boyd ¿No te acuerdas? -negue apenada-

-a ver, refrescame la memoria -le conteste para que me dijera más-

Michelle hizo una mueca de mal gusto y con su poca paciencia me contaría los sucesos perdidos en mi mente.

-Bueno, el patético Brendon te embarazó y en la fiesta de graduación del secundario te propuso casamiento frente a todo el instituto. -no quería escuchar su relato, porque de solo imaginar la vergüenza que habré sentido ese día me angustiaba- luego su boda llegó a los meses, el cual asistimos pero fue un desmadre. El idiota se puso ebrio cómo es de costumbre en el y casi arruino todo. -resoplo oxígeno y se cruzó de brazos- y yo pensaba que te quedarías con el profe Dallon.

Mi corazón se paralizó y recorde al profesor Weekes del cual estuve enamorada secretamente.

-¿Que sucedió con él Amix? -dije preocupada y ella trato de pensar-

-por lo que me dijiste, ustedes tuvieron un pequeño romance a escondidas de Brendon pero cuando supiste que te embarazó, terminaron esa relación. Yo te consolé porque estuviste llorando por semanas.

Me quedé helada y con una angustia atrapada en mi garganta.

-Dallon estaba muy enamorado de ti. -menciono con un tono suave- por eso no me creía como terminaste rendida a los brazos de Brendon.

-yo tampoco lo sé -conteste en voz baja, sentí mi presión arterial descender- ¡Ay Amix! Me siento mal. -mi vista comenzaba a nublarse y a sentir la falta de oxígeno, estaba perdiendo la noción de todo, así que solo me abracé a ella-

-¡Espera Angy! -me sujetó de mi brazo- ¡Amor ven, ayúdame!

Ryan acudió junto con los niños a dónde estábamos.

-¡¿Que sucedió?! -alzo su voz ronca y preocupado- ¡Angy ¿Estás bien?! -él me sujeto para apartar mi cuerpo de Michelle-

-no me siento bien -musite leve y vi a los niños preocupados tanto como mis amigos y su hijo-

-¡Te llevaré al médico! -respondio Ryan y luego observó a su mujer- cariño ¿Podrás ocuparte de las compras mientras? Llevo a Angy y a los niños en la guardia, después de que la revisen la alcanzó hasta su casa y voy contigo ¿Si? -propone el Ross, veo a mi amiga estar de acuerdo con su idea-

-toma las llaves del carro amor -ella le entrega unas llaves y Ryan se acerca para darle un beso a cambio- te amo, cualquier cosa llámame.

-¿En qué regresaras a casa cariño? -indaga el castaño-

-en Uber con Alex y las bolsas del súper, una vez que termine de comprar todo. -menciona mi amiga-

-Vale, sólo cuídate -dice decidido Ryan y trata de llevarme hacia afuera del local-

Entramos a su carro que estaba estacionado en el estacionamiento y los niños se sentaron atrás del mismo, yo viaje en el asiento de copiloto. Con un leve mareo y mi boca seca.

-¿Estás bien Angy? -pregunta nuevamente Ryan algo preocupado por mi y pasa su mano por mi frente para tomar mi temperatura- mmm, lo bueno es que no tienes fiebre... ¿Quieres que le avisé a Brendon que te descompensaste?

Negué y moví mis manos en señal de negación, no tenía ni la más leve intensión que Brendon se haga presente y cargo de mi situación.

-pero es tu esposo, debe de saberlo al menos -insiste el Ross pero tenía tanta angustia atrapada que no quería verlo en estos momentos-

-no, no, no... No lo llames Ry, no hace falta que lo molestes, debe estar trabajando -trate de convencerlo pero su cara no estaba muy de acuerdo que digamos-

-ok -solo contesta no muy convencido mientras manejaba hacia el hospital- ¿Estás segura que no estás embarazada otra vez? -me cambia de tema-

-no lo sé, espero que no -respondi rápido y observé por afuera del vehículo- 

-¿Mami estás bien? -escuche la voz de uno de mis pequeños- tenemos hambrita

-¿Aún no desayunaron niños? -pregunta mi amigo Ryan a mis hijos y ellos tímidamente asintieron-

-Brendon solo me dejó $5 dólares para que almuercen -musite levemente y observé como Ryan se golpeaba su cabeza, de seguro no creía lo que le decía-

-¿$5 dólares? ¿En qué está pensando Brendon? Es un idiota -tomaba el volante y aceleró un poco más-

Lo mismo me preguntaba yo misma internamente. Cerré mis ojos hasta que sentí que el vehículo se detuvo. Ryan me ayudó a recomponerme y junto a mis niños fuimos al hospital más cercano.

Llegamos a la recepción y él hablo con una enfermera, se lo veía serio así que volvió conmigo y se sentó a mi lado en una de las bancas.

-voy a avisarle a Mich que ya estamos aquí, así no se preocupa -menciona el Ross, y a decir verdad él se veía distinto a lo que lo conocía, era más decidido y maduro, lo ví sacar su móvil y mandar unos mensajes, yo sólo asentí-

Cuando me llamaron él se puso de pie y me acompaño hasta la puerta de la guardia.

-Angy, estaré con Boyd y Sham en la cafetería. De seguro tendrán hambre, así que les compraré algo para que almuercen. Tu no te preocupes ¿Si? -me dice lo que tenía en mente hacer, asentó dejando a mis hijos a su cargo-

-no creo que se demoren tanto pero vale -dije en voz baja y saludé a mis niños, que me veía preocupada desde lo lejos-

Me despedí de todos y me adentre en el consultorio médico. Una enfermera me pidió amablemente que me recueste que pronto el doctor me revisaría.

Cerré mis ojos, ya no soportaba el dolor de cabeza y los mareos, mi estómago comenzaba a gruñir, y tenía ganas de vomitar a pesar que no había comido nada. Mire mi brazo y estaba pálida y delgada. Comenzaba a asustarme.

-Buenas, por lo que me indica la planilla usted es la señorita Angeles Urie ¿No? -escucho una voz familiar, asenti pero no me atrevía a abrir mis ojos- ¿Podrías decirme que tienes?

No soportaba tanta angustia colapsada en mi, abrí mis ojos levemente y me sorprendi hasta casi perder la noción otra vez. Tenía delante mío y con una bata de médico a ni nada más y menos que Dallon, este solo me observaba mientras mi brazo se extendía.

-Dallon -murmure mordiendo mis labios- digo, doctor Weekes. -corregi- no se que tengo. De pronto comencé a sentirme mal y me bajo la presión.

Dallon permaneció callado y anotando lo que le decía, su rostro estaba serio.

-ok, te haré una pequeña revisión. ¿Puedes sentarte en la camilla? -negue y él se ofreció a ayudarme- levanta un poco tu blusa, revisaré tus pulmones.

Hice caso y sentí su cálido tacto levantar apenas mi blusa, y pasar por mi espalda su... para ver si tenía bien el oxígeno.

-mmm ok -luego de revisarme me recostó y lo observé como una tonta, estaba más alto y apuesto de lo que lo recordaba-

Saco una aparato y lo puso en mi dedo índice para medir mi oxigeno en la sangre.

Luego cuando saco la jeringa me alarmé.

-te extraere un poco de sangre. Te haré un examen médico rápido.

Asentí y cuando me pinchó el brazo trate de mirar hacia otro lado.

-listo, llevaré esto al laboratorio y en media hora sabrás los resultados. -vi que intentaba irse, su indiferencia me dolía, sabía que trataba de comportarse lo más profesionalmente posible pero igual dolía, era como si su trato fuera paciente y doctor, como si nunca hubiéramos tenido algo-

-¡Dallon! No te vayas por favor -le rogué y a pesar que trate de alzar la voz lo más que pude él se detuvo delante de mi-

-enseguida vuelvo, no te dejare sola. -menciono y sonrió levemente, no entendía como pero mi corazón comenzó a latir fuerte otra vez-

Al rato volvió y cerró la puerta del consultorio, quedándonos a solas.

-¿Cómo estás? ¿Te sientes bien? -comenzo a preguntarme algo preocupado y negué- te veo muy pálida Angy ¿Pudiste desayunar o almorzar algo? -tambien negué y capaz esa era la razón por la cual me sentía débil-

-cuando estén los resultados sabremos bien que tienes -menciona y revisa su planilla-

No sé porque pero al verlo me sentía con tantas ganas de decirle lo arrepentida que estaba por no haberme quedado con él. Lo amaba y me dolía aquella barrera y distancia que había puesto entre nosotros.

-¿Estará tu esposo para darle también el parte médico más tarde? -me pregunta directamente-

-él no vino conmigo -conteste en voz baja, no sé cómo había conseguido saber que Brendon era mi esposo, eso me desmotivada porque a pesar que lo tenía en la misma habitación no me veía a los ojos-

No quise hablar más del asunto y de tanto pensar comencé a sollozar de angustia.

Él abrió sus ojos y se acercó a mi para sujetar mi mano.

-¿Angy que tienes? -inquiere saber sin dejar de verme-

Mis lágrimas no casaban, sentía una piedra atravesar mi garganta y comenzaba a faltarme el aire.

-Dallon perdóname, perdóname por todo -solte entre lágrimas y evitando mirarle- yo sé que cometí un grave error al no elegirte, me siento totalmente arrepentida... -él solo me miraba sin comprender-

-no te preocupes, no te odio Angy. Yo pude entender que a pesar de todo elegiste a tu familia y está bien.

-¡no, no está bien! -cerre mis ojos inundando mi alma de dolor- porque te amo y de seguro ya te vale madres todo porque seguro en estos momentos tu tienes una linda novia y yo con mis hijos y ese pinche frentudo que solo me hace cada vez más infeliz y amarga mi existencia.

Dallon solo tomo mi mano y la cubrió con la suya.

-tranquila, no estoy con nadie y siempre he sentido lo mismo por ti, por años, eso no cambiará. -musita con un leve sonrojo- me aleje porque entendí que necesitabas tu espacio y respete tu decisión pero jamás te odie por eso.

No sabía que decirle ya que su cálida mano y sus ojos color agua me decían la verdad, él siempre había sido tan atento y amable conmigo.

-me da coraje no poder revertir las cosas. -dije con molestia conmigo misma, ¿como pude ser tan tonta en dejarlo ir?-

La puerta sonó de un pequeño golpe y él fue a abrir, un enfermero le alcanzó un café con varias galletas. Este le agradeció y cerró la misma nuevamente.

-toma, tienes la presión baja por no comer.-menciona con una leve sonrisa y deja la bandeja arriba de su escritorio- come tranquila, ahora vuelvo.

Dejo aquella bandeja que pidió él pero me la regaló a mi. Después salió del consultorio y se demoró un poco en llegar.

-aqui tienen tus resultados Angy -comenta con seriedad y revisa aquel papel, su rostro se puso serio nuevamente-

-¿Que tengo? Dime por favor -le suplique, no soportaba tanta intriga-

-estas anemica Angy -menciona serio- por eso la palidez y la debilidad. ¿Te estás alimentando bien? -pregunta-

Negué mordiendo mis labios.

-no, y mis hijos deben estar igual o peor que yo -comente en voz baja-

-entiendo. -agacho la mirada y busco en la cajonera de su escritorio algo que desconocía- toma, te ofrezco que tomes estás vitaminas para que recuperes fuerzas.

-¿Pero no te las debo pagar? -pregunte inquieta-

Él me lo entregó en mis manos y negó.

-quiero que estés bien, no te preocupes por eso -contesta Dallon muy seguro de sus palabras- acuérdate de comer un poco más.

-gracias, te lo agradezco mucho.

Antes de irme de su consultorio me recompuse luego de tomar nuevas energías gracias al desayuno que me regaló.

-Angy... espera -lo veo ponerse de pie y rodearme para que no saliera-

Tapo la puerta de salida antes de que no lo volviera a ver o con temor a eso.

-si necesitas a algo o a alguien solo dime, trataré de ayudarte en lo que pueda.

-pero tengo dos hijos Dallon ¿Cómo podría yo molestarte? -agache mi cabeza triste por la realidad-

Pero el levantó mi mentón y vio a través de mis ojos, atravesando mi todo mi ser.

-no importa los niños, me haría cargo igual de ellos si solo pudiera estar contigo nuevamente -sonrie levemente e intuía que decía la verdad por la claridad de sus ojos azules, Dallon siempre fue serio-

-si, pero no sé... -voltee de lado para no verlo, no quería que él se hiciera cargo de hijos que no le pertenecían-

-solo piénsalo -me entrega un pequeño papel- esa es la dirección de mi casa, por cualquier cosa.

Asentí amargamente pero no quería rechazarlo, guarde aquel papel y le devolvi la sonrisa, aunque fuera fingida.

Cuando abrí la puerta me encontré con mis dos hijos del otro lado y me abrazaron.

-¡Mami! -gritaron ambos muy preocupados-

Dallon admiró a los pequeños y sonrió.

-su mamá está bien, no se preocupen niños -le contesto el ojiazul con una sonrisa-

Ellos festejaron entre si de alegría y luego de despedirnos del doctor Weekes nos fuimos con Ryan a nuestro hogar.

En el trascurso del viaje él le hizo una videollamada a Michelle y le comenté sobre mis resultados. Ryan bajo el consentimiento de su esposa accedió a comprarme algunos víveres en el supermercado más cercano a mi hogar, en principio me negué pero Ryan insistió en que al menos debíamos alimentarnos bien y no tuve de otra más que acceder a su humilde ayuda.

-Gracias Ry, no se como pagarte todo lo que han hecho por mi en el día de hoy.

-no te preocupes, eres nuestra amiga y para eso están los amigos -sonrie levemente-

Me ayuda con las bolsas de víveres hasta la vereda del hogar de la familia Urie. Antes de despedirnos él menciona algo...

-Angy, sé que no debo meterme en tu matrimonio con Brendon pero hay algo que debes saber -habla algo preocupado, volteo a verlo impresionada-

-¿Que ocurrió? -dije casi en un murmuro,por suerte el logro escuchar mi intriga-

Él resopló oxigeno, no sabía si decirme o no lo que estaba por contarme.

-Spens me contó que ya varias veces vio a Brendon en las afuera de los bares nocturnos. No es por chusma pero me dijo que lo vio en varias ocasiones con alguien que conocemos en una situación embarasoza.

No lo podía creer lo que me acababa de decir y si venía de Spencer y Ryan debía confiar en ellos.

-¿Y Spens que hacía en esos antro? -enarque una ceja-

-no sé, el siempre sale con su novia y anda por esos lugares.

-¿Te dijo con quién lo vió? -pregunte inquietantemente-

Ryan rascó su nuca, de seguro su nombre causaría un gran estruendo en mi corazón.

-no sé lo he dicho a Mich pero me dijo que lo vio besarse en varias ocasiones con Garrett Børns.

-¿Qué? ¡Eso no puede ser! -exclame sorprendido- si Garrett no es gay ¿O si? -enarque una ceja buscando alguna clase de respuesta- Mich nunca sospecho de Børns y su sexualidad.

-lo sé, pero tampoco le voy a andar preguntando. Lo que haga con su trasero es su problema. Yo tengo que ocuparme de ella y mi familia. -le resto importancia el castaño, aún le molestaba hablar del Børns- sólo quería que lo sepas, nada más.

Ryan se despidió de mi y de mis niños, para luego volver a su casa con su familia.

Yo entré nuevamente al calvario y los únicos felices era mis hijos.

Observé algunas fotos que estaban en una repisa y vi algunos retratos de recuerdos. Lo más extraño es que no recordaba nada y todo me parecía desconocido.

-Si, logré casarme con Brendon pero no lo recuerdo y tampoco conservo mi anillo. -pense por mis adentros dejándome con la intriga-

Fui directamente a la cocina a preparar la cena, mis hijos veían la televisión así que aprovechare para hacer la cena antes de que oscurezca por completo.

Mientras hervía algunas verduras aún me quedé con la imagen de Dallon invitandome a correr un gran riesgo, de dejar al Urie por ir con él y los niños a vivir bajo su mismo techo. Aunque no estaba muy de acuerdo con aquella idea, mi corazón me alentaba a hacerlo sin importarme nada.

Después de comer la cena y pasar un gran momento con mis hijos, los lleve a su sillón cama y los arrope allí depositando un cálido beso en sus frentes a casa uno. Ellos no tenían la culpa de infelicidad con Brendon, eran unos niños escandalosos pero tiernos.

Apague las luces de la habitación y me fui a la mía, quedándome sentada en el borde de misma con la luz apagada hasta que llegara ese cabron del Urie.

Alrededor de las 2 Am aproximadamente escuché que puerta principal se abrió y alguien caminaba en puntillas de pie. Primero se dirigió a la nevera y de seguro como no le compré sus asquerosa cerveza se aproximaba a nuestro cuarto sigilosamente.

Una sombra abrió la puerta y luego encendió la luz del cuarto encontrándome sentada y viendolo fijamente.

-¡Angy! ¿Que haces despierta? Te dije que no me esperaras -menciono tajante y frío como era de costumbre en él-

-estaba esperando a que mi esposo llegará y durmiera a mi lado como haría cualquier pareja casada normal.

-jajaja ¿Que es lo normal para ti? -se burló de mí y empezó a quitar su chamarra- sabes que trabajo hasta tarde

-creo que eres el único ser humano que trabaja más de 12 hs -le contesto molesta y sin pelos en la lengua- ¿De que trabajas?

-hago hamburguesas en un mc Donald amor ¿No lo recuerdas? -dice con una sonrisa nerviosa-

Me puse de pie para ayudarlo y tomar su abrigo hasta que me fijé bien sobre su cuello y tenía unas marcas raras moradas en él.

-¿Que tienes en el cuello Bren? -indago algo preocupada- ¿Es un chupón?

Brendon niega y se aparta de mi.

-deja de decir tonterías cariño. ¿Mira si voy a tener un chupón en mi cuello? -le restaba importancia y camino hacia el otro lado de la habitación para evitarme-

-¡Si! ¡Eso es un chupón! -afirme y tapé mi boca, comenzaba a sentir otra leve angustia-

-que no te digo, me golpee sin querer con un tronco -me mintió, porque ese motivo sonaba totalmente ridículo y estúpido-

-Si, justo en tu cuello -dije irónica y molesta- no se para que me molestó en estar contigo... Todo te vale madres y encima me engañas descaramente.

-¡Yo jamás te engañaría! -alzo su voz- deja de decir idioteces... Estamos hace años casados y tenemos dos hijos.

-Si, claro. ¿Y dónde está puesta tu alianza de bodas? -enarque una ceja para retrucar su mentira-

-¿Y la tuya? -fruncio su ceño y señaló mi mano-

Sentí angustiarme nuevamente y lo enfrente a pesar de todo.

-vete a la mierda Brendon -lo agarre del cuello de su playera puesta y sus marcas en su blanquecina piel aún estaba, estando cerca de él podía agudizar mis sentidos olfativos para darme cuenta que él antes de llegar a casa se había puesto ebrio, el olor a alcohol en su playera era impresionante. No podía evitar sentir la rabia e indignación que lo empuje haciendo que se golpee contra un mueble- me voy.

Brendon se enojo y me alcanzó hasta tomar de mi brazo.

-¡Tú no te vas a ningún lado! ¡Tu te quedas acá! -me jalo de mi brazo y me aventó hacia la cama- no me hagas enojar mejor.

-¡Maldito ebrio! ¡Déjame en paz! -cerre mis ojos-

Sentí una manos sobre mi cuello y ejercer opresión en él, me faltaba el oxígeno y abri levemente mis ojos para darme cuenta que lo tenía encima mío ahorcandome-

Trate de gritar pero mi voz se fué, intenté apartarlo pegándole golpes y patadas sin caso alguno, él tenía mucha más fuerza.

-¡Tú no te vas a ningún lado! ¡Tu eres mía! ¡Que no se te olvide maldita sea! -me gritó el cabron y con mis últimas fuerzas intenté quitar sus manos sobre mi cuello antes de que me asfixie-

Había perdido el conocimiento pero aún escuchaba sus gruñido y su tacto frío desabrochar mi blusa y besar mi cuerpo. No estaba consiente del todo pero luego sentí que bajo mi pantalón para dejarme en bragas, sentía una leve brisa fresca rosar mi cuerpo y las manos de pulpo del azabache manosearme.

Sentí su asqueroso pene meterse adentro de mi y hacer una bruscas estocadas. Molestaba, dolía. Pero su mano siguió en mi cuello apretando hasta que deje de hacer alguna clase contra su voluntad, mi mano quedó extendida sobre aquella cama hasta ya no recordaba más nada.

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Me desperté abruptamente con los ojos llorosos y mi pecho subiendo bajando. Mis manos y mi cuerpo sudaban.

Pero al abrir mis ojos me encontré con los orbes más lindos de este mundo.

-bebe ¿Estás bien? -me pregunta Dallon posando su mano sobre mi frente-

Sentí una gran emoción de con tal solo verlo, no quise decirle nada pero lo abracé y lo jale hacia mi.

-¡Ay mi amor!... -hundi mi cabeza por sobre su hombro- no sabes todo lo que viví.

-tranquila cariño, solo tuviste una horrenda pesadilla. Pero ya estoy aquí contigo. -me dijo con tranquilidad y tomó mi mano para entrelazarla a la suya-

Vi la hora sobre el reloj de la mesa de luz y note que mi esposo ya debía irse a trabajar, eso no me emocionaba mucho porque tendría ese mal gusto de esa pesadilla el resto del día.

-amor ¿No debías de ir a trabajar? -le cambie de tema e indague algo preocupada-

Dallon sonrió.

-justo estaba por salir a trabajar pero note que estabas gritando y murmurando algo que no entendía, pero eso te desperté. -dijo un poco serio y saco su móvil- llamaré a Collen para decirle que cancele todas mis citas de hoy.

-¿Que? ¿Porqué? -brinque en la cama, era una locura lo que quería hacer solo por mi-

-quiero asegurarme que estarás bien, no te preocupes bebé -devuelta su mano acaricio mi mejilla- solo así me quedare tranquilo.

-¡No puedes cancelar tus citas con tus pacientes solo por mi y porque tuve una tonta pesadilla! -me sentía culpable y tome su móvil y lo escondí bajo mis sábanas-

Dallon agachó la mirada y se puso pensativo hasta que levantó su vista para verme.

-entonces cámbiate cariño, te llevaré conmigo al consultorio. Yo te espero no te preocupes -propuso esa idea-

Me senté sobre la cama y apreté mis manos, no podía contener aquella idea de ir con él y  hacernos compañía mutuamente.

-entonces seré como un paciente especial -mencione con una leve sonrisa-

Dallon se acercó a mi y beso mis labios suavemente.

-tú no eres alguna clase de paciente especial. Eres mi mujer, mi persona favorita en todo el planeta y el amor de mi vida.

Él se puso de pie para dejarme más sonrojada y muda que nunca. Acaricie mi vientre y di un pequeño brinco en la cama. Mi corazón lo amaba con cada palabra, detalle que me decía y a decir verdad, me sentía enormemente feliz saber que internamente nunca me equivoqué en elegirlo a él.

-Continuara-

Este capítulo trata de un futuro alternativo de como hubiera sido la vida de Angeles con Brendon. Espero que les haya gustado 😊

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