"La Partida"

Epílogo
[final de la primera temporada]

Narra Ryan:

Había terminado el entrenamiento junto a mi padre al mediodía antes de poder almorzar.

El día se había nublado y ya entendía el porque. Hoy era el día que me despediría de mi querida mamá y mi padre para aventurarme en la milicia. Por un lado sé que mi padre eligió el mejor camino para su hijo, o sea yo, para disciplinarme y no dejar que nadie me pisotee. Me haría un hombre echo y derecho con mucha más valentía. Al niño Ross que todos conocían dejaría de existir.

Luego de entrar a casa y antes de poder probar algún bocado fui directo al baño para asearme, estaba todo traspirado y con los pulmones agitados producto a los 5 kilómetros de trote bajo el sol sin descanso.

Luego de despertarme abrí la canilla del grifo me adentre a la ducha y deje que el agua fluyera en mi.

No podía dejar de sentirme extrañado hasta con mi propio cuerpo.

Observé como cada partícula de agua caía por mi rostro hacia mi torso y culminar por el desagote.

Acomode mi cabello mojado tirándole hacia atrás, ya lo iba a extrañar tenerlo así de largo. Lo primero que me imaginaba en la milicia era que me raparian mi cabeza.

Entrecerré los ojos, lo único que me aliviaba era que por lo menos pude aprobar los exámenes del instituto de cada materia desaprobada.

Al salir de la ducha me cambié de ropa por una más cómoda y fui a mi cuarto.

Me acosté sobre la cama y observé el cielo raso. En eso veo mi móvil destilar un brillo y vibrar a la vez. Quite el wifi de la casa al cual estaba conectado y mire aquel mensaje de mi amigo Spencer.

Hola Ry! Estamos reunidos en la casa de mi primo ¿No te sumas a la fiesta?

Mensaje no leído ✅

Suspiré y me deje caer de nuevo en la cama. No tenía ganas de festejar mi celebrar nada. En ese lapso de espera llega otro mensaje de él.

Estará Mich! Ehh 😉😊
Dice que desea verte y hablar contigo de algo importante.

No le contesté tampoco miraré la conversación para dejarlo en visto. Solo quiero que piense que estoy ocupado y no tengo tiempo para ellos. Así fue como esquivé cada salida con mis amigos durante los últimos meses con el pretexto de estudiar. Pero sabían que estábamos en receso y la universidad empiezá el mes que viene. Obvio, ahora no tenía excusa. ¿Pero que le diría? No, no puedo porque me tengo que ir lejos, me iré a la milicia. No me creerá.

Aún no he tenido el puto valor de contestarle a Michelle el último mensaje que me ha mandado en meses. No podría jamás. Quisiera irme y dejar que sea feliz, que se olvide de mi, no quiero confundirla. Porque siento que cuando más cerca de ella estoy más me cuesta despegarme y alejarme. Soy conciente de mis sentimientos pero reconozco que ella espera un hijo de Garrett, tengo que dejar que el tiempo la haga olvidar y que de alguna manera de lo nuestro se convierta en un grato recuerdo.

En estos meses me ha servido para reencontrarme a mi mismo. A pensar con claridad quien soy y que voy a hacer con mi vida.

Muchas noches replante mis sentimientos y aunque me vaya jamás la voy a olvidar pero siempre mi mente me mantiene alerta pensando que lo nuestro es más que imposible, no importa lo que haga. Ella ya es una mujer adulta y formará su familia dentro de poco. Eso me reconforta porque habrá alguien que la cuidará y amara por mi.

Mire mi brazo, específicamente donde estaba mi muñeca y veo aquel brazalete que me había obsequiado el día de la graduación, desde aquel jamás me lo he quitado ni siquiera por calor o por querer bañarme,me sentiría muy vacío sin él.

De pronto siento un golpe en la puerta

-esta el almuerzo Ry, te esperamos abajo -anuncio mi madre por detrás de la puerta-

No conteste, solo me senté en el borde de la cama y mire el cielo por la ventana. El sol no salía y así, como un día oscuro y gris me sentía de igual manera.

Baje a comer y mis padres ya estaban sentados esperándome. Al sentarme mi madre sirvió algo de comida en mi plato y nos pusimos a comer.

Los minutos pasaron conforme pero la tensión, la seriedad, la incomodidad y el silencio se me era imposible digerir la comida. Veía a mi madre más desanimada que nunca y no podía hacer nada para cambiar su humor.

-¿Estás listo muchacho? -indaga mi padre y me mira serio- a las 18 hs pasarán a recojerte en un micro.

Asentí sin objetar nada, conocía a mi padre y un simple NO terminaría todo mal en la mesa.

Giré mi rostro y vi a mi madre sollozar en silencio mientras comía a bocanada su comida con lágrimas de angustia en sus ojos.

-nunca creí que este día llegaría -hablo con la voz quebrada, se la había fatal- no, mi bebé -largo en llanto y cubrió su rostro con sus manos,la angustia que contenía su corazón era palpable-

-Ryan debe hacerse un hombre, ya no es más tu bebé. Tiene 18 años. -espeta seriamente mi padre tomando un vaso de vino-

-¡Yo lo parí! -exclama eufóricamente pegando un golpe en la mesa y haciendo mover los utensilios, platos, vasos, todo lo que estuviera a su alcance, me hizo brincar del susto pero ví la reacción de mi padre y él estaba igual de estático, no parecía ni sorprendido ni mucho menos intimidado- ¡Es y será mi bebé Siempre! -grita mirándolo con sumo odio, luego lo señala con su dedo índice- ¡monstruo sin corazón! ¿Cómo puedes hacerle eso a tu único y propio hijo?

Me revompuse y me acerqué a ella para tratar de calmarla. De seguro la noticia la había shockeado y su estrés emocional hizo que explotará del coraje.

-tranquila mamá -musite leve-

Mi padre corrió su plato y limpio su boca con una servilleta. Para devolverle la mirada a mi mamá.

-yo tambien tuve su edad y mi mamá no anduvo llorando por mi. -habla sereno- Es más, me dió todo el apoyo. Ryan tú debes ir -luego voltea a verme- Enorgulleceme a mi. Hazlo por tu nación, defiendela con tus brazos.

-deja de chingar maldita sea -siguió contestando mi madre encabronada-

-¡Basta los dos por favor! -alce la voz ronca y profunda que tenía, me sentía mal por verlos pelear, no era esa la última impresión que quería tener de mi familia- Mamá, papá no me está obligando a nada, yo lo decidí por mi propia voluntad. Quiero hacerme un hombre fuerte y enorgullecerlos a ambos. -mire a mi madre- Por favor, que ustedes discutan frente a mi no hará la diferencia, solo me harán poner triste dudando de mi decisión final - tomé fuerte su mano para darle ánimos- Vendré pronto, ya verás

Mi madre no quedo del todo convencida con mi discurso pero necesitaba decirlo. Odiaba verlos discutir día y noche por mi decisión.

Sin más, regrese a mi cuarto y cerré con llave, necesitaba paz mental para ordenar mi mente, mis ideas y mis cosas. No faltaba mucho para irme. Las horas pasaban volando.

Así que empecé a buscar ropa cómoda y acordé a lo que suponía que usaría allá. Cómo no tenía instructivo solo imaginaba el campus de entrenamiento y mi posible habitación compartida, tal como uno lo ven en las películas.

Estaba doblando mi ropa en un pequeño bolso deportivo hasta que mi móvil empezó a timbrar en una llamada entrante sin mostrar el número del emisor.

Atendí como era de costumbre.

-Hola amigo ¿Que cuentas? -escucho una voz familiar e inmediatamente me suspiré- soy Spens ¿Te acuerdas de mí?

-Si Spens, ¿Que quieres? -hablo directo y frio caminando lento hasta la ventana y observando el cielo gris-

-Eh ¿Cómo qué quieres? ¿No somos amigos? -me pregunta por lo que le respondo con un "Si" luego añade- te mande un WhatsApp invitandote a la casa de mi primo, estamos organizando una fiesta.

-¿Si? -escuche lo que tenía que decirme- no, no me llegó nada. -le mentí pero suponía que me conocía trate de vacilar un poco- Bah, recién tomé el celular tal vez no lo ví, ahora chequeo.

-espera -me alerta- no cortes. Quería avisarte que estará Angy y Mich con nosotros.

-¿En serio? -me hago el desentendido y miro la hora, ya eran las 17:27 hs de la tarde y el micro pasaría por mi dentro de media hora para recojerme- Lo siento, no creo que pueda asistir. Estaré ocupado.

-¿Con quien? ¿Con Sarah? -pregunta con un tono divertido cosa que no me causa gracia- Mira que no tienes excusa de estudiar para los exámenes finales si ya no hay clases.

-no, no tiene nada que ver con ella. -fui seco y directo, es más no he hablado con ella en los últimos meses, no tenía porque hacerlo, no éramos novios ni amigos-

-¿Que ocurrió la última vez en la fiesta de graduación? -pregunto curioso- O sea, se despidieron de nosotros y se fueron en auto juntos. -relata la última ves que nos juntamos como amigos y cada uno en pareja- ¿Algo debió pasar? ¿No le pediste para que sea tu novia? -indaga inmediatamente-

-No y no quiero hablar de eso -espete serio rodando mis ojos, no se porque todo lo relacionado a mi me lo involucraba con la Orzechowski-

-Michelle quiere verte y hablar contigo me confesó. ¿Porque no vienes? -me seguía insistiendo por otro lado-

-No puedo, la verdad que no estoy de ánimos.

-¡daleeee! -alarga su voz- no seas un emo amargado -me dice en broma-

Bufé rendido, sino le decía parte de la verdad no me dejaría en paz hasta conseguir lo que se proponía. No le veía salida a esta conversación, Spens siempre fue muy insistente en sus caprichos.

-Spencer escúchame atentamente. -trate de sonar lo más pacifico posible-No puedo, me tengo que ir en menos de media hora. Lo siento.

-¿Que? ¿A dónde vas? -me cuestiona una pregunta tras otra sin dejarme contestar- ¿A comprar?

Tome el móvil fuerte y mordí mi labio, no era capaz de decirle en si la verdad, solo sería borde y discreto por un lado.

-No, me iré lejos a lo que se asemejaría a un centro de concentración. -le dije con total seguridad-

-¿Queeee? -escucho como exclama más que sorprendido- ¿Y porque me entero de esto ahora? -de seguro se sintió ofendido por no haberle contado anteriormente-

-porque no quería que se enterará nadie y menos ustedes que son mis amigos, no soportaría verlos mal por mi partida.

-¡Eso es injusto Ry! -hablo indignado el ojiazul- no pensaste en nosotros, en Michelle... Ella quería hablarte acerca de su embarazo -habla con su tono de irritado y enojado, de seguro no acepta mi respuesta ni mucho menos mi partida, Spens era más que mi mejor amigo, lo consideraba casi como el hermano que nunca tuve-

-no me hables de ella. Me sentiría terrible tener que despedirme así. -agache la mirada cerrando los ojos sintiendo aquella puntada en mi pecho- Solo quiero dejar las cosas así como están y olvidarme de todo lo malo. -abri los ojos y trate de contener mis sentimientos, estaba desiquilibrado emocionalmente- Ella necesita rehacer su vida y si yo estoy cerca suyo nos confundiremos más y no quiero que eso pase. -con un dolor en mi corazón y la angustia atorar mi garganta fui capaz de decirle lo siguiente- Solo dile que la quiero y que la voy a extrañar mucho, a Angy también.

-haces mal amigo -bacilo un poco-

Una lágrima traicionera salió de mis ojos. Sabía que hablar con él de alguna otra manera me desbordaría. Me hacía sentir un cobarde que le escapaba a enfrentar sus sentimientos y a la verdad. Por eso, trate por todos los medios de distanciarme de mis amigos poniendo excusas innecesarias que solo provocaría esto al final, que me despida con un mal sabor a boca.

-Spens suerte, eres un buen amigo. -trate de hablar lo más normal posible, no quería que supiera que era un niño débil- El mejor que haya podido pedir. Te voy a extrañar mucho.

-¿o sea que te vas y no nos vas a contactar? -inquirió saber un poco preocupado-

-no me dejan llevar mi móvil, pero te puedo escribir alguna que otra carta en cuanto tenga libre. -le sugerí mi idea en la cual pensaba hacer para comunicarme con él-

-¿Por cuánto tiempo? -me vuelve a cuestionar-

-aun no lo sé, no está definido. -le soy sincero porque ni yo mismo sabía cuándo volvería- Sólo serán dos años por lo que tengo entendido

-¡maldita sea Ryan! -exclamo maldiciendome- ¡¿siempre tienes que ser tan reservado?! -hablo desesperado e irritada- con razón lo emo no se te quita. Todo te lo guardas.

-Lo siento. Sabes que te quiero un montón. -es lo único que pude decirle para que perdonará mi pendejez-

De repente siento un golpe en la puerta, era mi padre dándome aviso que ya debia prepararme para dar un paso al frente.

-Spens, tengo que irme. Gracias por comprenderme. -fue lo último que le dije sin escuchar sus objeciones, dijera lo que dijera la decisión estaba tomada y no había marcha atrás-

De seguro me odiara de por vida por no dejarlo hablar por eso decidí inmediatamente cortar con la llamada.

Baje al living con mis cosas y mi madre acomodaba mi atuendo con un silencio. La vi morder su labio de la angustia que le provocaba mi partida, siempre habíamos sido muy unidos.

Sus brazos me rodearon en un profundo abrazo, solo podía contener su dolor relajándome y dejar que me demuestre su afecto. Llegué a sentir su calidez y amor prometiendole que pronto volvería a casa.

-¡ay mi bebé! -me abrazo fuerte casi asfixiandome- te amo. Te voy a extrañar mucho -no dejaba de dar sus besos en mi mejilla, sin pensarlo mucho me di cuenta que mi madre era muy sobreprotectora conmigo, era lo lógico, yo era su único hijo-

-yo tambien. -solo alcance a decirle-

El timbre de la casa sonó y mi padre a quien estaba más cerca la abrió. Un oficial militar hizo el típico saludo respondiendo a mi padre en silencio. Y note como afuera, en el patio y en la vecindad comenzaban a caer pequeñas gotas producto a la llovizna que se avecinaba.

Saludé cordialmente a mi padre y al oficial. Y bajo la lluvia caminamos hasta el micro. Aborde en el y me di cuenta que el micro no estaba lleno. Nadie que viajaba aqui volteo a verme, todos llevaban sus caras de amargura. Así que ya no era el único emo.

Decidí sentarme solo en una asiento pegado a la ventanilla del vehículo para observar mejor el paisaje detestable, amargo, gris y un día de lluvia casual. El frío no ayudaba mucho. Solo hacia que me sintiera más vacío por dentro con la incertidumbre de saber que deparará mi futuro

Mire mi pulsera en mi muñeca nuevamente y apreté mi puño.

-Lo siento por no cumplir mi promesa, no podré verte en el hospital cuando nazca tu hijo. -pensé por mis adentros- Sé que sentirás sola por mi partida repentina pero sabes, me voy lejos pero mi corazón se queda contigo Mich. Te deseo lo mejor, sé feliz por ambos. Cuando regrese conocerás a otro hombre diferente.

-Fin-

Espero que hayan disfrutado la primera temporada, seguiré la segunda en consecuente a esta fic 😉 gracias por su apoyo

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