"Intento"
Narra Narrador:
-Me parece a mi o ¿falta gente en la mesa? -pregunta Dallon notando que en la misma mesa donde ellos comían su almuerzo solo estaban la mitad de los presentes-
-Es verdad -dice Angeles concordando con su esposo y empezó a contar a los que estaban almorzando con ellos- Michelle, Benjamin, Leah, mi bebé y mi amorzt. -dijo y notó que la mesa estaba un poco callada al respecto- ¿Y Alex?
-Tampoco está Elliot. -dice Leah un poco preocupada- tampoco bajaron a desayunar...
-Yo les lleve el desayuno a Alex y estaba en la habitación con su padre. -comenta tranquilamente Knox a sus padres, él podía entender lo que sucedía con su mejor amigo-
-¿Y ahora que tramaran en mi contra esos dos? -dice la ojiazul no confiando del todo en el castaño y su hijo-
-Ben... ¿Ocurrió algo con Elliot? No lo he visto en toda la mañana -pregunta la ojiazul-
-La verdad no sé. -dijo en breve y no quería decirle la verdad, lo que había hablado con su hijo-
-¡Ire a verlo! -insta a decir la niña y se pone de pie llevando su plato, el cual estaba enfriandose en la mesa-
Flashback.
Llegados del shopping Benjamin no podía dejar de pensar en aquella extraña relación que su hijo estaba creando con la niña de Michelle. Ciertamente le preocupaba y no quería que ambos niños terminen lastimados sentimentalmente por lo que decidió, antes de que creen un vínculo de destruirlo antes de que sea muy tarde.
-Elliot. ¿Puedo pasar? -pregunta tocando la puerta de la habitación, sabía que Knox no estaba con él porque estaba en la mesa cenando con sus padres y Michelle estaba en su habitación con su hija, por lo que le pareció un buen momento para intervenir y hablar seriamente con su hijo-
-Si.
Cuando entró observo aquella habitación, estaba perfectamente limpia y ordenada, cerró la puerta para que nadie más interfiera en su conversación.
-Disculpa la hora Elliot ¿Estabas por ir a dormir?
El pelinegro estaba acostado en su cama con su móvil en mano y unos auriculares puestos, para prestarle atención dejo todo de lado para hablar con él.
Benjamín se sentó a su lado y estaba triste, porque sabía que no era un tema fácil.
-¿Sabes a qué he venido aquí verdad? -le pregunto pensando si su niño era inteligente sabría porque estaba allí con su seriedad-
-No exactamente pero puedo imaginarlo. -decia con su rostro triste- ¿Es por Leah?
-Si. -menciona seguro y también le doleria que sus palabras le afecten a futuro- Sé que ella esta muy entusiasmada contigo y ha tratado de cambiar su imagen pero... no puedo dejar de pensar que es una niña. No cualquiera, es la hija de Michelle, hermana de tu primo. Aunque no sean nada de sangre somos familia.
El pelinegro podia entender perfectamente la preocupación de su padre pero a veces lo que sentía no lo podía manejar y lo confundía.
-Lo sé y lo entiendo perfectamente pero... A veces no puedo controlar esto que siento... sé que es una niña pero la quiero... -confiesa mordiendo sus labios, hasta sintió vergüenza tener que decirle a su padre aquello que ni a ella misma podía decírselo-
Pero Benjamin quería que entienda que su relación era imposible.
-Elliot escúchame... Leah puede ser tu hermanita.
El pelinegro se sorprendió mucho cuando dijo aquellas palabras y no sabía que decirle.
-Tu tienes que salir con niñas de tu edad, pronto irás a la universidad. -menciona Barnes para tratar de animarlo y no se deprima, que su hijo vea que tenía un futuro próspero- Tienes una beca para estudiar literatura o tener la posibilidad de formarte como un profesional. No quiero ser muy duro contigo pero es mejor que no sigas, no quiero que la lastimes ni que sufras.
Benjamín quería ser lo más racional posible pensando en frío, no quería que su hijo se involucre en una relación sentimental e inmadura. Considera especial a la familia de Alexander y para él, la niña era sagrada.
Elliot no podía contener su angustia, no sé imaginaba otra vez sumergido en la oscuridad que tanto le había costado salir. Desgarrado tomo su pecho, su corazón dolía como su alma.
-papá no me digas eso... -Elliot comenzó a lagrimear, estaba angustiado y era otro sentimiento que regresaba para hundirlo- ¿Y ahora que hago con esto que siento?
Benjamín palmeo su espalda y no tenía tiempo para quedarse con el, tenía cosas por hacer pero quería dejarle en claro su postura.
-es mejor que lo olvides, lo superarás hijo. -Benjamin se pone de pie para irse y sonríe leve- Tu eres un niño inteligente y sabrás que hacer.
Elliot no sabía ni cómo reaccionar, que sentir. Abatido se rindió y se tiró en la cama, hundió su rostro en la almohada y puso sus auriculares en sus oidos, pensó que había alguna canción que sabría su sano juicio pero no podía dejar de pensar aquellas palabras de su padre y llorar en silencio, comerse la rabia y hundirse en la misma oscuridad con la que tanto habia lidiado.
Fin del flashback.
-¿Elliot estás ahí? -Leah golpea la puerta y cómo no obtiene respuesta la abre-
Cuando lo hace se da cuenta que la habitación está en plena oscuridad y solo había un poco de luz que entraba en la ventana.
-¿Elliot? -ella le dió mucha preocupación y buscaba al chico, hasta verlo acostado en su cama boca abajo-
Dejo la cómoda sobre una mesa y fue a verlo para ver que sucedía...
-¡Elliot! ¡Elliot! ¿Que sucede? ¿Estás bien? -ella se angustia un poco y no entendía lo que le sucedía, el chico apenas se movió y vio que sus ojos los tenía hinchados y estaba más pálido que de costumbre-
-Leah... -musita levemente y no se animaba a decirle algo, tampoco ahuyentarla, ella no tenía nada que ver con sus problemas-
-¿Estás bien? No has bajado a comer ni el desayuno ni el almuerzo -dijo la niña viendo que en la mesa estaba su desayuno frío y ahora su comida-
-No tengo apetito, gracias por preocuparte por mi. -menciono en voz baja y ella estando sentada a su lado en la cama empezó a acariciar su cabello-
-¿Que tienes Elliot? -indaga la niña y no puede evitar soltar una lágrima, estaba sumamente preocupada pensando que algo malo le ocurrió-
El chico se queda boca arriba mirando el cielo raso observando la nada, sus ojos ya no tenían ese brillo especial y solo había tristeza y lágrimas de dolor. No podía imaginarse ni poder decirle a Leah aquellos sentimientos que guardaba en su interior y lo especial que se sentía, de ser querido por alguien.
Él toma su mano y la posiciona en su corazón...
-Me duele aquí..
Leah no entendía y pensó que podría tener un problema cardíaco por lo que pensó inmediatamente que la cura, para sanarlo lo tendría su tía Angeles.
-¡Espérame aquí! ¡Voy por ayuda! -dice en un intento desesperado pero él la sujeta fuerte del brazo y la sienta nuevamente en la cama-
-No te vayas Leah. Lo mejor que podrías hacer es quedarte conmigo...-menciona el chico y se recuesta de costado poniendo su rostro en su regaso, ella se sorprende mucho y con mucho cariño acaricia su rostro- lo siento por preocuparte...
Elliot no soporta su tristeza y llora en sus piernas, se aferra a su cintura y ella lo abraza para contener su angustia, tampoco puede evitar soltar una lágrima.
Luego de quedarse un rato a su lado Leah acariciaba su cabello, lo peinaba con sus uñas y dedos para relajarlo. Él no podía decirle nada pero en silencio sentía todo, incluso lo que ella no podía darse cuenta. El amor le estaba doliendo.
"Elliot escúchame... Leah puede ser tu hermanita"
No podía siquiera pensarla como una hermanita, porque la estaba empezando a querer de otra manera.
Leah para no hablar del tema ni presionarlo saca de su bolsillo un pendrive, sabía que con palabras no podía confesarse abiertamente a un chico mayor que ella misma pero... su libro hablaba más acerca de sus sentimientos con el chico, era lo más cercano y más real que se asemejaba a su realidad.
-Toma Elliot, cuando lo termines de leer no me juzgue, no me ignores por favor. -ella le entrega en su mano aquel pendrive y el levanta su vista, había cumplido con su capricho-
-¿Porque lo haría?
Leah no quería decirle abiertamente sus sentimientos, dejaría que el libro hable por ella misma.
-Tu eres mi inspiración en este libro y no está terminado... -menciona un poco avergonzada- es muy importante para mí que lo supieras.
-Gracias, me alegra saber que soy importante para alguien en este mundo. -dice el pelinegro y agacha la mirada porque ella también esperaba que escribiera su libro pero no ha tenido la inspiración suficiente para continuarlo, por lo que leer algo nuevo y fresco la ayudaría a motivarlo-
Leah se acomoda y se acuesta a su lado, ambos miran el techo.
-¿Aún quieres ir a la escuela Elliot? -pregunta la niña, ahora que lo veía así le preocupaba que cambiará de opinión-
-Si es contigo si, no me siento capaz de afrontar al mundo así de repente. No quiero lidiar está lucha solo. ¿Me ayudarás Leah? -pregunta Elliot y extendió su mano para pegarse al brazo de la niña y unir su dedo meñique con el suyo-
-Prometo no dejarte solo... quiero estar para ti siempre. -dice muy segura de aquellos sentimientos y no se atrevía a verlo aún, quería estar así, a su lado mirando la nada misma-
....
-¿Alex? ¿No vas a comer? -pregunta Ryan estando a su lado, el adolescente no había salido de su habitación desde el día de ayer y se negaba a comer-
Alex no estaba de humor, tampoco de ánimos. Estaba recostado a su lado mientras veía lo que él hacía con su laptop, de teclear y teclear.
-¿Estás trabajando papá?
-Estaba viendo algunas fotos tuyas, cuando eras niño. Me trae ciertos momentos nostálgicos. -le confiesa el castaño y le enseña la foto con la cual se encontraron en Disneyland- aquí estabas con tu osito de Mickey que Brendon te regalo.
-No me acuerdo mucho pero... -Alex trato de buscar en su caja de recuerdos, muy dentro de su memoria- Si, creo que los vi adentro de una sala de espejos o algo así. -tambien recordó cuando una señora rubia lo atacó ferozmente- una anciana me golpeó y tú me salvaste.
-Si, pero olvida eso. -Ryan acaricia su cabello- me dolió mucho haberte dejado, teníamos un hermoso vínculo, aún cuando supe la verdad casi llore de la felicidad... Cuando me abrazaste por última vez... Se me hizo un nudo en la garganta.
Alexander podía entender su dolor y ahora que lo recordaba, él también sufrió su ausencia.
-¿Puedo abrazarte? -dijo el ojiazul y se sentía dolido aún pensando que la incertidumbre si volvería a ver a sus amigos y su novia o no-
Ryan asintió y extendió su brazo para que se recueste sobre su pecho, cuando lo recibió no pudo evitar llorar... Cuando apoyo su rostro en su pecho el castaño lo abrazo fuerte para contener su angustia, podía perfectamente entenderlo porque había pasado aquella situación de no poder estar con el amor de su vida y atravesó aquel mundo oscuro que lo volvió frío durante muchos años, valiendo madres su vida pero Alex no era como él, no se atrevía a tanto, era un niño vulnerable a pesar que quería demostrar su faceta de ser un niño independiente de afecto.
-Alex en la vida vas a conocer hartas personas que serán valiosas en tu vida... pero el amor de tu madre, de un padre no lo encontrarás en ninguna parte del planeta.
Alexander podía razonar aquellas palabras y quería comprender el lado de su madre pero se trataba de él y su felicidad... de no perder amigos valiosos que considera parte de su vida.
-¿Tu perdiste a tu padre? O sea a mi abuelo... -indaga el adolescente, conocía del tema pero muy poco-
Ryan acomodó su flequillo un poco y Alex cerró sus ojos, podía sentir una conexión de cariño con su padre...
-Si, y no pude despedirme ni decirle cuánto lo amaba. A pesar de nuestras diferencias no lo odie.
-¿Y tú mamá? -le pregunta el adolescente conmovido por su historia-
Pensó que él era afortunado por tenerlos a ambos y a pesar de sus diferencias, que su madre no comprendía sus sentimientos y terminaban chocando.
-Tengo contacto con ella, ahora vive felizmente en Australia con su pareja, el padre de Benjamin.
-¿Te han prohibido algo tus padres? -pregunta el chico queriendo saber si era al único con tanta mala suerte-
-Creo que todo, menos a mis amigos. -contesta el Ross- Tampoco me dejaban tener novia, solo querían que estudie, me gradué y vaya a la universidad.
Como quería exactamente que haga su madre... y con lo que no estaba muy de acuerdo.
-¿Y como nací yo? -le pregunta directamente, porque a sus sospechas no encajaban los hechos- Supuestamente mamá me tuvo a sus 18 años.
Ryan trató de recordar aquellos tiempos, los cuales fue muy feliz en su adolescencia.
-Solo tuvimos un breve romance de medio año pero fue muy especial nuestro vínculo que duro por años... -no quería entrar en detalles pero si que el momento más emotivo fue cuando volvió a reencontrarse con su hijo hace algunos años atrás- Cuando la volví a ver tú tenías casi 6 años.
Alexander pensó que él podría hacer lo mismo, que su novia podría esperarlo hasta que se haga un adulto mayor de edad.
-¿Crees que Nicky me esperaría?
Ryan sentía que por más años que pasen, donde hubo amor la llama nunca se apagará por más obstáculos que ponga la vida.
-Si es amor verdadero si. -el castaño cuidadosamente saco su brazo y dejo a su hijo reposar su cabeza en su almohada y él se sentó, cerrando su laptop- Es el único que perdura por años...
Alexander pensó que por algún motivo él dijo aquellas palabras, sintió que aún su padre sentía algo por su madre, su mirada triste lo decía todo.
-¿Y el tuyo con mamá? -inquiere saber el adolescente y lo mira expectante- ¿La estuviste esperando todos estos años?
Ryan cerró sus ojos, no quería hablar de ese asunto, aún dolía pensar en eso. Decidió seguir todo como estaba antes de involucrarse con ella.
-Tal vez si, sin darme cuenta pero no quiero hablar de eso. -Ryan le devolvió su mirada y sonrió leve- Es extraño hablar contigo acerca de lo nuestro, no quiero incomodarte.
Alexander se quedó de costado y se sentía mal que por su culpa lo hayan involucrado injustamente.
-Me encantaría verlos juntos, no porque seas justamente mi padre pero ella... siento que te tiene un aprecio especial. -dice el ojiazul pensando que ella a veces era así de explosiva pero que no podía odiarlo sin una razon fuerte- No creo que te haya olvidado.
El Ross la conocía más que nadie y nego. Podría soportar que lo ignore y que no le haga caso pero solo que no quería perder la confianza con su hijo.
-No lo creo, prometi no mentirle y lo primero que hice fue ocultar tu noviazgo... me debe odiar pero no te preocupes Alex... -Ryan tocó su hombro- no me importa si me odia, no quiero perderte, tu eres muy importante para mí vida.
Alexander podía entenderlo pero no soportaba que fuera su culpa que ellos se hayan peleado indirectamente.
-Si, pero fue mi culpa... no tuya. -decia el niño y hundió su rostro en su almohada, luego lo miró- No puede odiarte por pedirte que guardes mi secreto. Sería injusto.
El ojiazul estaba por levantarse y hacer algo al respecto pero su padre lo detuvo...
-Dejalo asi... Si las cosas no funcionan ahora es mejor no forzarlo. -dice el Ross definitivamente- Creo que me estoy dando cuenta que lo nuestro jamás funcionaria.
El niño no entendía a qué venía sus palabras, su padre no quería que intervenga para que ellos estén bien.
-¿Lo has intentado siquiera o te estás rindiendo? -indaga el ojiazul sumamente preocupado-
Ryan se puso de pie en la misma habitación y puso una mueca de lado.
-Alex no hablemos de mi, estamos así por ti.
Alexander se quedó un poco arrepentido por lo ocasionado, tan así que se daría por vencido y le daría la razón a su madre para que ellos vuelvan a cómo estaban antes...
Pensarlo solamente en decirle eso a sus amigos y tener que romper el corazón a su novia y autodestruirse le dolía, sin querer solto una lagrima traicionera...
-Lo siento, es que me siento muy culpable. Por mis idioteces se pelean otras personas... -no sabía si dolía la culpa o tener que despedirse de gente que estimaba- Es mejor que le marque a Nicky y le diga la verdad... que lo nuestro no puede seguir. Es mejor eso a qué le mienta o me espere y sufra.
Ryan veía el rostro de su hijo y no podía soportarlo verlo así, le recordó a su época emo donde todo le valía madres, hasta su propia vida.
-Espera, no hagas nada aún. -dice el Ross para que no intente algo que después se arrepienta, justamente tocan la puerta de la habitación y cuando la abre se encuentra con su hermano- Ben...
-Ryan... -dice el Barnes y observa que en el interior estaba Alex acostado en su cama y boca abajo- quería hablar contigo acerca de un asunto... a solas si es posible.
Alexander se puso de pie y limpió sus ojos de aquellas lágrimas e hizo caso sin que le dijeran nada los adultos. Entendía que podía ser de suma importancia así que salió por un costado de su tío, lo cual este pudo notar la tristeza del niño pero no dijo nada al respecto.
Alexander frustrado volvió a su habitación, esperaba no encontrarse a nadie en el camino, ni a su madre. No estaba de ánimos ni mucho menos de humor.
Cuando entró a su habitación se encontró con que estaba su hermana Leah recostada al lado de su primo Elliot peinando su cabello con sus dedos para tranquilizarlo, lo cual le molestó mucho ver su presencia...
-¿Que haces acá Leah? -enarco una ceja al verla pegada a su primo, lo cuál le molestó mucho. Pensó que su hermana lo había expuesto a propósito frente a su madre para joderlo-
No podía perdonarla y que ella se salga con la suya. Leah levanta la vista y le resto importancia sin saber que el diablo se le echaría encima...
-Ah, estoy con Elliot... -dijo la niña tratando de ignorarlo, no quería verlo porque, con tal de oírlo podía sentir su mala vibra-
-Bueno, ve a tu habitación. -ordeno el ojiazul y camino hacia ellos-
-No quiero. -se voltea y le contesta, no quería dejar solo al pelinegro-
Pero Alexander no iba a dejar que ella gane, no quería verla. Así que la jaló de su brazo en contra de su voluntad para que se ponga de pie y se vaya...
-¡Te digo que te vayas a tu habitación! -le dice con mucho enojo y la jala fuerte-
Pero la niña no quería que la obliguen, así que se angustió...
-¿Que? ¿Porque? -arremetio Leah porque la estaba obligando-
Elliot se da media vuelta y nota que ellos estaban forzejeando, rápido trata de ponerse de pie para intervenir pero Alexander consigue correrla echándola afuera.
-¿Alex que te pasa? -pregunta desconcertado, no entendía él porque de su reacción y porque la atacaba injustamente- Déjala en paz
Lo que enfureció mucho al pelinegro, porque la trató muy mal y sabía que ella no estaba haciendo nada malo.
-No, que se vaya a su habitación. Está en mi habitación, de niños. No sé admiten niñas. -espeto en su contra y la cosa volvía a estar tensas entre ellos, así que Alex cerró con llave la habitación quedando encerrados los dos para que nadie más entre-
-pero.... -Leah intentó volver a entrar golpeando la puerta sin caso alguno- Ash maldito feo... -la niña se entristece al ver qué no podía hacer nada- ¡Déjame en paz, si yo no te hago nada!
-VETE, bye bye. -le contesto por detrás de la puerta y vuelve a recostarse en su cama muy enojado-
Elliot no comprendía que estaba pasando entre ellos y las broncas que se traía su primo...
-¿Porque? ¿Porque la tratas así? -pregunta directamente Elliot tratando de entenderlo- Es tu hermana.
Alexander lo miro fijo y molesto. Para su entender, su madre se negaba que él tuviera novia, le haría imposible a su hermana para que no se relacione con nadie, así estarían parejos los dos.
-Justamente por eso, es mi hermana. -menciono cabron y saco su móvil para ignorarlo el resto de la tarde- No te metas en asuntos de familia.
Elliot chasqueo sus dientes y sin poder hacer nada volvió a su cama también, a la plena oscuridad con su primo. El ambiente estaba tenso entre ellos.
-Ash...
Leah se queda del otro lado de la puerta y no puede evitar sollozar culpa de su hermano. Se quedó recargada contra la pared y angustiada.
-¿Que paso Leah? ¿Porque lloras? -escucha una voz suave-
Ella levanta la vista y nota la presencia de Knox frente suyo, también estaba preocupado.
-El estúpido de Alex me corrió y cerró con llave. -menciono dolida y trato de limpiar sus lágrimas-
Knox sentía pena por la chica, de verla triste y no poder hacer nada al respecto porque era un problema que ellos debían resolver. Saco de su bolsillo una tableta de chocolate...
-Toma... -extiende su mano e intenta regalarle un chocolate- te lo regalo.
La niña levanta la vista y cuando ve el obsequio asiente, acepta su regalo de buena manera...
-Oh gracias Knox. -ella abre sus brazos y lo abraza para confortar su angustia, el niño se queda inmóvil pero intenta envolver sus brazos alrededor de su cuerpo y que ella recargue su rostro en su hombro- pinche Alex...si se le metió el demonio...
Cuando se separan ella queda mirando el suelo, su cara ya no luce tan feliz como antes.
-Tranquila, yo hablaré con él. -dice el niño Weekes para que no se preocupe, que tratara de hacerle entrar en razón a su hermano, luego recordó algo importante- Oye Leah... ¿Cómo te fue en el evento de música de la escuela? -inquiere saber el niño, porque el no pudo competir en aquel evento- ¿Ganaste la competencia?
Leah al recordarlo se enoja, obviamente no estuvo de acuerdo con haber ganado la competencia sin ganarle al mejor.
-¡Knox se suponía que íbamos a competir para ver quién era mejor en el piano y te fuiste! -espeto la niña no estando de acuerdo e infla sus mejillas- no se vale, me dejaste ganar fácilmente...
Knox agacha la mirada al suelo con culpa, sabía lo muy importante que significaba para ella poder ganarle.
-Es que... no podía dejar solo a Alex en esta aventura. -menciona el niño y pensando en su hermano- Es mi mejor amigo, el único que tengo.
Leah pone los ojos en blanco y se cruza de brazos. Podía entender lo tan significativo de una amistad pero hacerle caso a sus ideas fue una locura...
-Alex y sus estupideces. -dijo para si misma y suspiró, poso su mano sobre su hombro- Te entiendo, no te preocupes. Pero me la debes...
Dijo por último la niña y antes de irse con su chocolate, el niño se quedó pensativo hasta ocurrirle una idea...
-¿Que tal si practicamos un rato alguna canción y disputamos quien es el mejor? -propone como idea Knox para hacer sentir mejor a la chica y saldar cuentas-
-¿Cómo quien es la mejor? -dice un poco ofendida y enarca una ceja- obviamente, yo soy la mejor y no te voy a dejar ganar.
-Me parece perfecto. -asiente y van juntos hacia la biblioteca-
.......
A las 19 hs Benjamín se encontraba en su habitación acomodando su corbata para su cita con Michelle, mientras se colocaba su perfume en su cuello pensaba en su nerviosismo interno, hace mucho no salía con una mujer. La última vez fué con su esposa difunta hace muchos años atrás.
Luego de ponerse su saco negro y acomodó perfectamente su cabello hacia atrás, para verse más presentable para la ocasión. No esperaba nada. Solo quería pasar una velada tranquila.
Salió de su habitación y se encontró con su hermano Ryan, este solo lo observó con su look y quedó impresionado.
-¿Salís?
-Si, tengo una cita en una hora. -menciona mientras observa desinteresado su reloj de mano-
-Bueno, mucha suerte. -fue lo último dicho por el Ross quien llevaba comida (pizzas) a su habitación, para compartir con su hijo mientras veían una película de acción juntos-
Benjamín asintió y sabía que le dolerá a su hermano saber que saldría con la mujer que amaba pero él también quería saber si era atracción o si de verdad también empezaba a quererla de una manera especial.
Pero antes de salir intentó buscar a su hijo, quién no había bajado a desayunar, almorzar, merendar ni cenar le preocupó si sus palabras duras habían impactado en su forma de actuar y si, por aquella actitud su hijo sufriria al prohibirle algo tan sano como el amor.
En su habitación no estaba, tampoco estaba por los pasillos de la mansión fue a la biblioteca y se encontró con una dulce melodía...
-¿Elliot? -fue a investigar y se encontró con la pareja Weekes observando a los niños (Leah y Knox) tocando en dueto el piano- ¿Estás aquí?
-Oh Ben... -dice Angeles sorprendida al ver al adulto ya alistado para su cita con su amiga, la cual estaba enterada- no, tu niño no está aquí...
Los tres adultos se quedaron impresionados cuando ambos chicos tocaban una bonita melodía y Knox cantaba en voz baja por su timidez.
-Que bonito los niños... -menciono Barnes en voz baja mirando la escena tan linda y con un ambiente agradable-
Angeles volteo inmediatamente estando muy cerca y apegada a su esposo, escuchando a su hijo que los dejó maravillados con su talento.
-Quedamos sorprendido con nuestro niño, no sabíamos que sabía tocar el piano. -dijo Angy mirando a su niño mientras Dallon la abrazaba-
Y Dallon admiraba a su hijo a la distancia junto a su mujer...
-nuestro niño es muy inteligente cariño. Me gustaría llevarlo a conservatorio. -dijo el Weekes dando una idea para que su hijo aprenda música profesionalmente-
-Siiii, para que toque en una orquesta con grandes músicos... -concordaba Angeles con su idea de su esposo para que su niño aprenda a ser un mejor músico y hacer florecer su talento-
Benjamín sintió mucho gusto de ver a los niños de esa manera, así se quedaría tranquilo que Leah era para estar con el niño Knox. Pero justamente estaba con prisa y no podía retrasarse con el tiempo.
-me gustaría quedarme pero estoy con prisa... -se excusó rápido para buscar a su hijo y ver qué todo estaba bien con él-
Dallon podía ver qué estaba un poco preocupado y recordó haberlo visto.
-creo que ví a tú niño... estaba en la cocina. -menciono el Weekes por último para darle una idea-
Benjamín asiente y se marcha con mucha prisa.
-Gracias.
...
Cuando entró en la cocina vio que Elliot estaba buscando cosas en los muebles, tenía un libro sobre la mesa y su hijo estaba tan centrado en buscar utensilios y moldes que lo ayuden para cocinar.
-¿Elliot que haces? -indaga el adulto y se acerca a su hijo para investigar que tanto hacia buscando en los muebles batidora de mano, cuchara, rallador y algunos cuantos ingredientes-
-Nada padre.
Vió que su niño estaba con un libro sobre la mesa y justamente en la hoja mostraba como preparar una torta de chocolate.
-¿Quieres que te ayude? -pregunto, quería por lo menos darle algunos tips para que su pastel salga bien y no se eche a perder-
Pero el pelinegro no quería hablar con él, estaba destruido emocionalmente y estaba enfocado en solo cumplir con su promesa.
-no hace falta, prometí a Leah hacerlo solo. -fue breve mientras buscaba harinas, huevos y leche en caja de la alacena ignorandolo completamente-
Pero al Barnes adulto se le hacía difícil imaginar que su niño prepararía un pastel sin práctica.
-Nunca haz preparado algo. ¿Podrás?
Elliot buscaba cualquier cosa para no verlo directamente, estaba serio al respecto.
-No se si me salga bien pero quiero intentarlo.
Pero Benjamin le dolía ver a su hijo asi, nunca imaginó que se pusiera en su contra... Vio que su cena estaba fría sobre la mesa, parecía que el niño nunca la había tocado...
-No haz comido tu cena Elliot... -menciona el adulto y subrayó- Yo creo que fui muy duro contigo. Lo siento.
Se disculpó ante la culpa. Pero Elliot entendía su preocupación así que, tenía que hacer un doble esfuerzo para olvidar y enterrar aquellos sentimientos.
-¿No tienes que irte padre? -le dice fríamente el pelinegro a su padre para que lo deje en paz, quería estar solo sumergido en sus pensamientos-
Benjamín sintió lastima por el niño y hasta tristeza de pensar que si su esposa estaría viva, lo regañaria. Antes de irse y dejarlo sólo, se quedó en eso umbral de la puerta observandolo con total nostalgia...
-Elliot...
......
Narra Michelle:
Llegamos con Benjamin en su carro más o menos a las 20 hr en Marcus Wareing, un restaurante lujoso situado en el centro de Londres.
Cuando llegamos el muchacho del servicio de parking se llevó su auto para estacionarlo. Y al llegar a la entrada, en la puerta fuimos cordialmente recibidos por las camareras, nos especificaron a que mesa, la cual estaba ya reservada, podríamos sentarnos.
Benjamín muy amable dejo que vaya amarrada a su brazo hasta que llegamos a nuestra mesa, amablemente, como todo caballero tomo mi silla para darme el lugar. Era tan amable. Sonreí. Él se sentó de frente mío en la mesa y empecé a ver el lugar, se sentía tan tranquilo con una música de jazz de fondo y músicos que tocaban desprecio con sus instrumentos.
-Wooow que bonito lugar Ben, nunca me esperé a que alguien me invite a un lugar así. -dije sorprendida viendo cada detalle del lugar y para nada barato-
Él toma la cartilla del menú y me entrega uno a mi...
-Sabes, este lugar le da nombre su chef principal, que fue discípulo del afamado y reconocido Gordon Ramsey. -menciona y tenía la leve sospecha que ya había venido aquí anteriormente- este restaurante utiliza ingredientes de las islas británicas para elaborar recetas autóctonas de increíble sabor...
-¡Que genial! -se lo notaba tranquilo- ¿Y pensaste que podríamos pedir?
Él se pone pensativo un momento y sonríe de medio lado, ojalá no me sorprenda con alguna comida extraña de ricos...
-Pedire unos langostinos y ensalada. -me dice y asentí, ví la cartilla y no conocía ningún platillo- hace mucho quería venir aquí.. me lo han recomendado y parece un lugar, agradable.
Bebí un poco de vino y pediré algo simple pero no bulgar, sino algo delicioso que hace mucho tiempo no comia por culpa de mi niño y la rata, que hace años no me invito a cenar a ningun restaurante, solo se llevaba a nuestra niña.
-Yo igual, un plato de salmón con ensalada. -algo simple y no tan costoso, se que con Ben tendría que fingir que amo está clase de comidas finas pero yo soy mas como Ryan, de comer chatarras y no me importa si lo hacía en su carro, por eso el maldito me conocía perfectamente-
El mesero tomo nuestro pedido y fue hacia la cocina que que lo prepare el cheff. Mientras teníamos tiempo para platicar a gusto.
-¿Y hace cuánto que no salias con alguien? -pregunto un poco curiosa, no sé si aventarme a preguntar cosas picantes o ser más neutral con él, no quería terminar por ofenderlo ni mucho menos ponerlo incómodo-
-A una cita desde hace años, la última vez con mi esposa... -confiesa tranquilo y me daba ternura cuando hablaba tan bien de ella- solo lo hago en ocasiones especiales como reuniones con clientes o socios. Temas de negocios.
Me resultaba difícil que estuviera aún soltero a estas alturas... yo creo que si hubiera sido él no hubiera soportado.
-Es extraño, que un hombre guapo como vos no tenga a alguien... una mujer. -y no me refería a Stephanie, que siempre andaba de metiche besando su sombra-
-el problema no es que no tenga con quien, siempre hubo mujeres en mi entorno queriendo conquistarme pero... -esto me resultaba bastante interesante- el tema siempre fue que estuve pendiente de mi hijo, me he olvidado de poder rehacer mi vida y buscar una nueva felicidad. Elliot pronto será adulto y tendrá que hacer su vida.
Me sentí comprendida y a su vez lo entendía, me pasó exactamente igual cuando me separé de mi ex y estuve más de un año soltera y aunque hubieron pretendientes, no estaba enfocada en ligar a nadie. Pero sentía que mis niños estaban creciendo muy rápido y que si sigo tan pendiente de ellos se me pasará la juventud y moriré solterona.
-En ese sentido te entiendo.... -le hago saber porque era la misma experiencia pero en diferentes situaciones, él quedó viudo y yo soltera por las estupideces de mi ex- también estuve al pendiente cuidando a mis hijos pero ellos están creciendo y no quieren que intervenga en sus vidas.
Pensar en lo último me entristecía porque amaba a mis niños pero como decía Angy, la dura realidad que me estaba negando es que ellos ya no son más mis bebés, son adolescente y pronto serán adultos... No estarán para mi por siempre.
-Michelle una mujer tan bella como vos... no creo que perdure mucho tiempo tu soltería. -me halaga con una leve sonrisa, ojalá fuera así que un buen hombre me conquiste- Tranquila.
Sonreí y así como se lo aclare a Ryan que evidentemente no entendió, no quiero, por el momento involucrarme sentimentalmente con nadie, yo sabré el momento... Aún debo sanar el tormento de mi ex. Odio tener que pensar en él de esta manera pero era lo único que me hacía recordarlo, la manera de como destruyó mi estabilidad emocional y creo inseguridad en mi misma.
-Si, el tema es que no busco nada serio por el momento...
Benjamín puso toda su atención en mi, tal vez le cause algo de intriga...
-¿Te da miedo relacionarte con alguien? ¿Es por lo sucedido con tu ex?
Acomode mi cabello hacia atrás y suspiré, tal vez si sea por su culpa.
-No se si sea eso, quiero disfrutar la vida, relajarme y sanar mi corazón. Para amar a alguien, debo aprender a recuperar la confianza en mi misma.
Benjamín bebé un poco de vino para relajarse, lo veo un poco tranquilo y mirar su reloj. Tal vez hablar del tema le trague recuerdos...
-Cuando perdí a mi esposa fue duro, me costo abrirme pero trate de salir adelante por mi hijo... -confiesa y su mirada era triste, seguramente aún la extraña- pero a él le costó demasiado poder superarlo.
Cuando nombró a su niño no pude evitar sonreír de medio lado, me impresiona su carácter a su edad, lo tranquilo que es y lo amoroso que ha sido con mi niña, que la trata bien y cumple con todos sus caprichos. Me pondría de pie para felicitarlo, por criar a tan buen niño, sano y sin amistades malignas o dañinas como hizo el mío.
-Elliot, es tan bonito tu niño... haría linda pareja con mi niña...
Pero el comentario no le cayó para nada bien, no entendía porqué... Si ellos se querían me parecía perfecto que puedan vivir un romance tan lindo como yo lo tuve en su momento con Ryan... es un amor sano y de niños... Confiaba que no harán nada malo.
-uhm no se. Si me preguntas no estoy de acuerdo. -su rostro se puso totalmente serio al respecto, no se que le podía incomodar, se trataba de la felicidad de su niño y pensé que tanto que le había costado superar la muerte de su madre, ver el lado de la vida y verlo enamorado sería muy tierno gesto de su parte que nosotros, como padres, se lo permítamos-
-Pero ¿porque? ¿Por la edad? -a todos les caía mal por ese motivo, si Elliot tendría la edad de Knox no sería un problema pero yo no le veía el lado malo, confiaba en mi niña, ella no me ocultaba secretos, no podía decir lo mismo de Alex-
-Elliot tiene una beca ganada para ir a estudiar a la universidad de literatura en Francia. -me dice y por su preocupación él estaba pensando en el futuro de su hijo, no en sus sentimientos- Por lo tanto, no quisiera que se involucre sentimentalmente con tu hija, no quiero que sufra. Ella solo lo ve como su crush y Elliot no conoce el amor.
En eso no estaba de acuerdo, entendía su punto pero ellos se quieren y no quiero que mi niña sufra, no después de todo el esfuerzo que estaba haciendo para conquistarlo.
-Pero... déjalos que disfruten, el tiempo que puedan estar juntos es muy valioso para ellos. -le contradigo con mis pensamientos de madre, yo también estuve en esa posición- Si le prohibes será peor. Tienes que pensar en los sentimientos de Elliot.
-No se, me da un poco de miedo pensar lo que pueda ocurrir con ellos. -lo mismo me confesó mi amiga y entendía su preocupación pero prometi vigilarlos-
Para darle más confianza tome fuerte su mano y le sonreí.
-Tu no te preocupes, yo los voy a supervisar, no harán nada malo. Son niños...
Él sonrió también, un poco desconfiado o aún no totalmente convencido.
-¿Y con Alexander? ¿Piensas lo mismo? -se atreve a preguntarme ya que en esta posición, a todos les parecía extraño que salga a favor y en apoyo de Leah que de Alex-
Y tristemente me estaba doblegando mi niño a orillarme a hacer algo que me preocupaba, de tener que aceptar a su novia, no más a ella, a los vagos no los quiero ver en figurita por aquí.
-Lo estuve pensando... tal vez de mala gana acepte que tenga a su novia. Entiendo que sea injusto pero... también los voy a supervisar para que no ocurra nada. -lo mismo con Leah será doblemente peor con Alex, si era como su padre no podría despegar un ojo de él- Le tengo más miedo a Alex... nunca ví su faceta de enamorado. No quiero perderlo ni muchos menos ahora, que me odie...
Benjamín pareció convencido un poco con mis palabras, fue a el a quien le pude confesar estos sentimientos. Alexander era muy especial para mí, tal vez como dijo él, por ser hijo de Ryan, quien fue mi primer amor.
-Michelle... no sé... somos diferentes y tan idénticos en algunas cosas. -me dice con una leve sonrisa y las facciones de su rostro parecen relajarse- Quisiera poder conocerte un poco más...
No sé a qué se refería con "conocerme un poco más", tal vez lo estoy mal interpretando. Pero justamente llega el mesero y sirve los platos en nuestra mesa. Se veía todo muy delicioso.
Ahora que estábamos comiendo y degustando con tranquilidad nuestra comida me quedé intrigada acerca de su propuesta de conocerme y yo también quería conocerlo...
-¿Que quieres saber de mi? -toda mi atencion se enfocan en él- Pregúntame lo que sea...
-¿Segura? -vuelve a decirme levantando su ceja, seguramente sorprendida-
-Si.
Benjamín empezó a cortar un poco de su langostino con mucha paciencia mientras negaba con una sonrisa, no se que clase de interrogatorio quería hacerme que me tenía expectante...
-Ryan... -la puta madre ¿porque él ahora?, bueno estaba preparándome para ver venir el dardo- La otra vez me confesaste que aún sentías cosas por él. ¿Sigue todo bien las cosas entre ustedes?
No sé que iba la pregunta que me dejó más atónita, lo de Ryan es especial, lo se. Pero no estamos en un buen momento ahora y no quería pensar en él. A veces tenía acciones y actitudes que hacian enfadarme.
-¿Porque lo dices?
Él corto un poco de su langostino y se llevó un trozo a su boca, bebió un poco para bajar y sonrió un poco cuando se limpio con la servilleta.
-Fui para hablar con él sobre empezar tu caso -no se porque pero ahora me tenia sumamente preocupada, comi un poco de Salmón, el cual estaba exquisito pero hablar de Ryan en una cita ajena a el me incomodaba- para presentar la demanda contra tu ex pareja pero no quiso hablar mucho al respecto... solo me dijo que hable contigo y me haga cargo de todo lo necesario para accionar.
Me quedé sorprendida que casi me atraganto con el pedazo de salmón, bebí vino para bajar y tosi un poco.
-O sea que... -no quería decirlo yo pero su cara me lo decía todo-
-no quiere involucrarse.
No podía creerlo, bueno de él nada me sorprende, por lo menos cumplirá con arruinarlo a mi ex pidiendo a Benjamin que me ayude, yo tampoco le voy a rogar.
-esta bien, no te preocupes -le digo para quedar bien y no ponga una alarma de preocupación entre nosotros- pero bueno, no quiero hablar de él justo en estos momentos, lo estamos pasando bien.
Y si, por ese mismo motivo acepte su invitación para olvidarme de sus estupideces como mentirme con algo tan importante. Aunque Alex le haya pedido que no me dijera nada, nos juramos que no habría secretos entre nosotros y obviamente destruyó mi confianza en él.
Que las cosas entre nosotros vuelvan a cómo estaban antes no me sorprendia para nada. Él siempre fue así, un cobarde. Por eso se vive escondiendo, por más que sea el jefe no se de qué... no tiene los huevos sobre la mesa ni siquiera para disculparse y hablar conmigo de lo sucedido.
-Es verdad, no quiero ponerte incómoda. ¿No quieres bailar? -me propone Benjamin bebiendo un poco sorbo de su copa de vino y limpia su boca con una servilleta, sujeta mi mano con mucha delicadeza y ambos nos ponemos de pie-
-Siiii. -comparti su decisión y dejé que él me llevé a la pista de baile, dónde estaban los músicos tocando su música jazz, también había otras parejas bailando en parejas-
Cuando llegamos hizo una seña con su dedo para que cambiarán de estilo en la música y empezamos a escuchar algo tranquilo y romántico. Me mira a los ojos y yo me sujeto a sus hombros mientras siento su mano pasar por mi cintura, empezamos a bailar al ritmo de la música. No podía dejar de mirar sus ojos y el alcohol empezó a hacerme efecto por lo que me empezaré a soltarme para decirle lo que pensaba y sonreí...
-uhm Ben, no sé si sea el alcohol pero... no entiendo porque eres tan perfecto. -me reí por lo que dije y hundi mi rostro sonrojado en su hombro-
-¿Perfecto yo? -dice así mismo con una bella sonrisa, asentí levemente, no solo lo pensaba sino que también ahora se lo confirmaba-
-Siiii no sé si sea tu cara, tus ojitos, tus manos, tu cuerpo, hasta tu aroma... -lo volví a mirar y sus ojos no dejaban de ver los mios pero empece a ponerme nerviosa al tener toda su atención, parecía que mientras me sostenía de la cintura y nos moviamos al compás de la música, todo el ambiente bonito hacia que este flotando entre sus manos- Tu amabilidad, respeto y tu forma de claridad de ver el mundo o todo, todo tu ser... Pero me tienes bien harta...
Me rei por lo último, él enarco una ceja. Es que su forma de ser me molestaba porque no me dejaba que de alguna manera lo deteste, me gustaba y mucho, eso era un problema para mí estabilidad emocional...
-¿Te molesta eso de mi? ¿Que sea así? jaja -el me sujeto aun más fuerte y me apegó a su cuerpo, su perfume me estaba volviendo aún más loca, no estaba ayudando en nada-
Para aclarar levanté mi vista y otra vez la maldita tensión entre nosotros que no dejaba de ver toda su perfección...
-No es que me molesta... -negue con una sonrisa y oculte mi rostro sonrojado en su hombro, me toque su pecho con mi dedo- digo "Woow, que hombre tan maravilloso, porque no puede ser todo mío?" -confese mis locuras, ya no estaba razonando nada- que afortunada fue tu esposa al conquistar tu corazón, que aún la ames como el primer día y la tengas tan presente.
Un silencio entre nosotros dos, sonreí, estaba por negar todo diciendo que era una broma y que lo olvide. No quería incomodarlo pero él habló primero...
-Lo de Amanda fue algo lindo que jamás olvidaré pero... -no se porque al escuchar eso todo mi mundo se detuvo, solo éramos yo y él- Podria ser todo tuyo, si me dejarás...
Trague grueso, me dejó sin habla y sujeto mi mano para llevarla a su corazón... No estaba soportando tanta dulzura de este hombre. Pensé que moriría en este preciso momento cuando sus ojos volvieron a ver los mios...
-Benjamin... -susurre su nombre y lento me acerque, poniendo en punta de pie para llegar a sus labios y depositar un cálido beso en sus labios-
El beso fue breve y mi pecho no dejaba de subir y bajar, volví a verlo y él me mira fijamente y acomoda su mechon rebelde por detrás de mi oreja...
-Michelle... esto es tan mágico. -me susurra leve- Tu eres... tan hermosa.
Él con su tacto tocó mis labios, lo ví morderse los suyo deseandome besar nuevamente y no lo solté por nada.
-Besame por favor. -confese sonrojada y él sin pensarlo volvió a hacerlo, se aproximó y me besó, ahora lo abracé por sus hombros para profundizar aquel hermoso beso entre nosotros, rompiendo toda aquella tensión que no estaba soportando-
........
Estaba un poco pasada de copas que no sabía ni cómo sostenerme, Benjamin me sostuvo de mi cintura cuando tuve un inconveniente con mi zapato, algo accidental.
-jaja ¡Ay que coraje! -exclame indignada y entre risas de lo que me ocurrió- justo cuando salimos del restaurante se me rompió el tacón de mi zapato... -el amablemente no me suelta hasta que me ayudo a caminar hasta la puerta de mi habitación- Gracias Ben por salida, la pasé increíble contigo.
Dije y me acurruque en su pecho señalando con mi dedo índice, oculte mi leve sonrojo. Benjamín levanta mi mentón y me da un beso en mi mejilla, haciendola arder. Inconscientemente me aferre a sus brazos.
-Que descanses... -se despide con una leve sonrisa en su rostro, estaba mi pecho que bajaba y subia-
Pinche ganas de echarmelo no me faltaban pero era nuestra primera cita, la cual fue un éxito.
Trate de tranquilizarme y suspire para olvidar lo ocurrido, bajar de la nube donde flotaba a la realidad.
Cuando entré a mi habitación estaba mi niña aún despierta viendo la televisión muy cómodamente.
-¿Leah? ¿Que haces? -pregunte sorprendida, era medianoche y pensé que estaría durmiendo- ¿Me estabas esperando muñequita hermosa?
Me quité mis zapatos y fui directamente a la cama para lanzarme a la cama, suspiré. Estaba estúpida sonriendo observando el cielo raso, no podía quitar de mi mente aquel beso con Benjamin.
Leah estaba con el control remoto en su mano y para prestarme atención apagó la televisión...
-Siiii mamá, estaba viendo una serie... -me dice y se pone cerca mio- ¿Y como te fue en tu cita?
Por suerte no tenía porque ocultarle a mi niña nada, confiaba en ella.
-Super bien cariño, fue increíble.
Leah sonríe de medio lado, seguramente curiosa...
-¿Y te lo comiste al señor Benjamin? -inquiere saber mi niña, inmediatamente me sorprendi con su pregunta indecente y me sonroje-
-Leah, que vergüenza. -negue, no sabía si decirle... pero mi calor en mi rostro lo decía todo-
Me cubrí con mi almohada y me reía tontamente.
-¿Pero no era asi? -decia mi niña un poco dubitativa, tal vez pensó que lo dijo mal-
-Siiii cariño -confese con una gran sonrisa y ella me agarra del brazo muy entusiasmada-
-¡Woooow! ¿Y cómo estuvo? -indaga curiosa y pone toda su atención en mi- ¿Qué se siente?
¿Lo que se sentía? Inexplicable. Estúpida. Sentía que volaba en una nube rosa pero wooow, me dejó peor de lo que estaba. Rompió con todas mis expectativas en un hombre.
-Nada, se siente bien rico. Es inexplicable.
Leah se queda tranquila y maravillada pensando en mis palabras. Si ella quería sentirlo debía de experimentarlo... pero todo a su tiempo...
-Yo también quisiera sentirme así...
-Vas a flotar... -aclaro, me sentía que tenía su edad, parecía una adolescente dando su primer beso-
De pronto se escucha un golpeteo en la puerta pero solo uno. Me extrañó y hasta temi que fuera Ryan, ojalá no haya espiado por las cámaras cuando Benjamin me trajo.
-¿Quien será? -pregunte para mí misma pero ojalá no sea alguien que venga a interrumpir mi paz-
-Ojala no sea el menso de Alex. -escucho decir a Leah un poco fastidiada y se cruza de brazo, no entendía porqué ahora estaba molesta con su hermano-
Cuando abro la puerta no me encuentro con nadie, observé hacia todos lados y tampoco. Pero en el suelo había algo y estaba envuelto.
-Uhm no. -levante el paquete y lo desenvolví- Hay un pastel y una nota. -la cuál leí- "no me salió como esperaba pero lo hice con lo mejor que pude, lo siento. E.N.B.K".
No sabía quién podría ser pero ví a Leah levantarse como un rayo y venir hacia mi corriendo con prisa.
-¡Elliot! -grito muy emocionada y puso una carita de felicidad en su rostro, me quitó el pastel y lo sostuvo en sus manos- Que bonito, al final si cumplió con el pastel de chocolate... -cuando lo desenvolvío vio que no era como lo esperaba- No bueno jaja -el pastel estaba un poco caído- pobre, se habrá esmerado mucho.
Leah se lleva el pastel a la cama y lo reposa. Guarda el papel como un recuerdo en la cajonera de su mesa de luz.
-Lo importante es la intención mi niña... -le digo para que no se ponga mal, ni para que se decepcione. Es normal que a un niño sin experiencia no le saliera un pastel corriente-
Leah cortó una porción...
-voy a probar -me dice y lleva esa porción de torta en la boca- no está nada mal. -sonrie un poco y corta una porción para mi- ¿quieres?
Asentí, moría por comer un pastel de chocolate así como es mi postre favorito, también de mi niña.
-Un poco. -le digo, no quería comer mucho, estaba un poco llena, probé una porción- uhm Tienes razón. Solo que abrió muchas veces el horno y no dejo que levanté la masa del biscochuelo. -le digo la técnica por la cual no subió el pastel-
Degustamos un poco más del pastel y me quedé pensando lo que dijo mi hija hace un momento. El tema de Alex aún me inquietaba.
-hace un momento mencionaste a Alex... -le hago recordar y le pregunte, por si pasó algo con su hermano- ¿Que ocurrió?
Leah comía a gusto su porción de pastel y agachó la mirada, mi intuición no fallaba, algo sucedió...
-Es que anda bien mamón y ojete conmigo. -confiesa mi niña y estaba triste por la ocasión- Piensa que lo arruiné por contarte que tenía novia.
Me acerque a ella y la abracé para darle ánimos.
-bueno, pero entre tú y yo sabemos que no tienes la culpa de nada -Leah solo me observó- él solo cayó solito y se enredó en toda esta maraña cuando empezó a salir con esa niña y mentirme.
-El prometió decírtelo, por eso no dijimos nada. Tal vez tenía miedo porque sabia que lo ibas a regañar. -contesta y se recuesta en la cama- tampoco me gusta verlo así...
A mí tampoco me gustaba verlo mal y que me haga sentir que me pongo en su contra. Alex es bien necio, la única manera que yo acceda es que pusiera condiciones.
-Leah... ¿Que piensas de esa niña? ¿La conoces? -le pregunto directamente, no porque estoy interesada en conocerla sino porque mi hijo pensaba integrarla a la familia y tenía que ver o conocer si tenía algo especial que pudiera yo saber de antemano-
Leah se puso a urgar su móvil y divagó un poco.
-Solo un poco, es muy bonita pero me gustaría conocerla y ver qué tal.
Me sorprendi por sus palabras. ¿En verdad quería conocerla?
-¿Me dices enserio?
Leah asiente y sonríe de medio lado. No sé que tramaba.
-Siiii... Alex no es el único que se salvara -dice un poco arrogante- lo voy a molestar harto y me voy a vengar por joderme con Elliot.
Me río y me parecía perfecto, lo mismo pensaba hacer yo y obviamente vigilarlo a cada momento.
-No bueno jajaja -me reí por sus dichos y me puse de pie para ir a buscarlo y hablar con él- ahora vengo... -antes de irme le devolví mi última sonrisa- Espérame y no te comas todo el pastel.
Leah asintió.
Decidida fui a buscarlo pero imaginaba que en su habitación no estaría, así que fui directamente a la habitación de Ryan, ahí era su escondite para no verme, escondido detrás de su escudo millonario.
Golpee fuerte y fruncí mi ceño al tener que esperar para que me abra el lento de Ryan...
-¿Michelle? -dice sorprendido su padre y abre sus ojos al verme. No, no era un fantasma y no venía por el- Pero... ¿Que haces...?
No dejé que termine de hablar que lo empuje un poco y me adentre a su habitación para ver y hablar con mi hijo.
-Ryan hazte a un lado... vengo a hablar con mi hijo Alex...
-Continuara-
Holis, nuevo cap 🤗 espero que lo hayan disfrutado 😁
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