¿Un alfa poco común?
— ¡Oh, Kirishima, buenos días!
— ¡Buenos días!
Kirishima Eijirou adoraba las mañanas en las que ingresaba a la comisaría y se encontraba con que en el pequeño comedor de planta baja ya se hallaban los deliciosos postres del restaurante "Pink And Spicy". Desde que ese lugar abrió hace dos años, se volvió su adicción personal el consumir sus postres en las mañanas con un buen café y era compartida por la mayoría de sus compañeros policías. Era una suerte que el jefe de la comisaría, el joven comandante Yorashi Inasa, estuviera en tan buenos términos con los dueños del famoso restaurante y ellos le mandarán a diario sus postres. De otra forma, pagarlos a diario sería un gran gasto para su dulzón estómago.
— ¿Me dejaron el conito relleno se naranja? —pregunto ilusionado, yendo hacia la caja y abriéndola de par en par — ¡Ah, aquí estás! ¡Ven a mi boca!
—Eres el único que puede comer eso —se rió uno de sus amigos —Es increíblemente ácido.
Sero Hanta era su amigo desde la preparatoria, después fueron juntos a la academia de policía y tuvieron la suerte de quedar juntos también en la comisaría. Como era un beta, el pelirrojo se sentía muy cómodo y feliz con él. A la mayoría de los alfas no les agradaba por tener una personalidad muy carismática, amigable y algo sensible en ocasiones —si "sensible" se podía definir cómo tener interés en las plantas, en tratar bien a todas las castas y llorar con las muertes de los animales en las películas— que lo hacían parecer débil y patético. Por eso, su amistad con el azabache era muy valiosa. Así como también la amistad que tenía con Denki Kaminari, el reciente novio de Sero, un lindo omega muy simpático y gracioso, que trabajaba en el departamento forense de la comisaría. El omega rubio y él tuvieron una conexión en el primer momento en que se reunieron los tres a beber y a hablar sobre sus juegos favoritos de la infancia.
En lo que el pelirrojo mordía su delicioso conito relleno y se ponía a preparar un café amargo, preguntó justamente por el omega rubio al azabache.
—Ha estado con mucho trabajo últimamente y dice que únicamente sus sobrinos le quitan el estrés, que no puede esperar para que los conozca —sonrió dulcemente el azabache —Solamente tiene que convencer a la mamá sobreprotectora de que me deje visitarlos.
— ¿Son bebés? —pregunto curioso el pelirrojo.
—No, tienen entre seis y cinco años, gemelos. Un niño y una niña —hizo una mueca el azabache —No me acuerdo sus nombres ahora pero Denki siempre los llama por apodos, Dai y Ki. Porque si los juntas suena parecido a el nombre "Denki".
—Los debe adorar.
En lo que el más alto asentía y seguían conservando acerca de otras cosas, un novato del departamento los vino a buscar, bastante nervioso informó que el comandante Yorashi pidió que el oficial superior Kirishima fuera a hablar con él a su oficina. Lo hacía parecer algo serio, pero el pelirrojo sabía que no había cometido ningún error —en su forma de actuar, en el papeleo no estaba tan seguro—por el cuál tuviera que tener miedo al encontrarse con su jefe. Además de que, el comandante podía parecer intimidante y aterrador, pero como jefe era bastante amable y considerado con sus empleados. Así que el de dientes puntiagudos estaba tranquilo.
Prometiendole a su amigo contarle todo lo que sucediera más tarde, el pelirrojo siguió al novato hasta la oficina del comandante, la cual se encontraba en el segundo piso de la comisaría. Fueron por las escaleras en vez del elevador y al llegar hasta las puertas de vidrio, el de ojos rojos pudo ver que había dos personas esperando en el interior de la oficina. Una, sin dudas, era su jefe. La otra le parecía conocida de los diarios pero no estaba seguro. El novato le dejo solo y él tocó la puerta, al recibir el "pase" de su jefe, entro y se paró derecho después de cerrar la puerta.
—Kirishima Eijirou, oficial superior, presentándose delante del comandante —se reportó a sí mismo y agrego en un tono menos rígido e informal —Me dijeron que quería verme señor.
—Es correcto. Toma asiento, Kirishima —indicó el comandante —Para que lo sepas, no estás aquí para ser regañado por algún error de papeleo ni nada, la persona aquí presente te quiere pedir algo.
El pelirrojo asintió y se sentó en uno de los sillones de la oficina, delante de la otra persona que estaba presente, un hombre alto de un curioso cabello mitad rojo y mitad blanco dividido perfectamente a la mitad, con una cicatriz de quemadura en su ojo celeste izquierdo y que usaba un traje formal de color negro. No desprendía un aura intimidante y pese a tener una expresión seria, o más bien, estoica, a él le costaba asumir que estaba delante de otro alfa. Por el simple hecho de que no parecía arrogante, sino, tenía una apariencia serena y tranquila, quizás demasiado estricta, pero no daba miedo como todos los alfas que conocía.
Tenía mucha curiosidad porque ese hombre, al cual mientras más miraba más familiar se le hacía, le quería pedir algo.
—Es un gusto conocerte, Inasa me ha hablado muy bien de ti, Kirishima —dijo el bicolor iniciando la charla —Eres un policía muy trabajador, competente y tu actitud es diligente con todas las castas. He oído de Inasa que por un tema de una lesión, has estado en un servicio intermedio, ¿es eso cierto?
—Oh, sí. Una bala me atravesó el hombro derecho hace unos meses y todavía sigo el fisioterapia —respondió despreocupado el pelirrojo haciendo girar su hombro lesionado para que el otro alfa pudiera ver que debía hacerlo lentamente, de lo contrario, le daría un poco de dolor e incomodidad —No es tan grave, pero el comandante no quiere que vuelva a un servicio completamente activo hasta que tenga el visto bueno del hospital.
—A Inasa le importa mucho su personal —sonrió ligeramente el bicolor, causando que el comandante tosiera y le diera una mirada avergonzada, para no molestarlo más, siguió hablando con el policía sobre lo que le importaba —Es posible que mi propuesta le suene descabellada pero, espero que la tome en consideración. Es para un servicio de protección.
— ¿Un trabajo de guardaespaldas? —inclinó la cabeza el pelirrojo, confundido por el pedido tan extraño pero dispuesto a seguir escuchando lo que tuviera que decir el otro alfa —No estoy seguro de aceptar algo así, Todoroki. Es decir, sí, estoy herido y no puedo hacer grandes trabajos todavía, pero no me veo haciendo de guardaespaldas de otra persona.
—Por eso use la palabra "protección". Aunque, a decir verdad, es más una precaución —suspiro el bicolor y soltó lo importante de una vez —Quiero que cuide a un omega, mi ex-esposo, Bakugou Katsuki y a nuestros cachorros. Ha...estado siendo acosado por algunos hombres alfas en el edificio donde vive y a la salida del prescolar donde van los gemelos.
Eijirou hizo una ligera mueca. Había escuchado bastante de alfas pidiendo "servicios de protección" para sus omegas, una medida que odiaba. Más que proteger a sus parejas, lo que pedían los alfas era tener un control de sus movimientos y acciones. Qué lugares frecuentaban, las personas que veían y el tiempo que pasaban fuera de sus zonas de confort. Los alfas celosos y posesivos pedían este tipo de servicios a la policía, generalmente, a betas que lo harían por una suma de dinero adicional a sus salarios. La razón de pedir específicamente policías betas —con pareja, de ser posible— se debía a que, uno, no se iban a involucrar con un omega emparejado. Dos, hacían un trabajo más eficiente que los servicios privados y se veía, de alguna manera, más "legal" a ojos de la sociedad.
Sin embargo, en la prefectura de Yorashi nunca se había escuchado de esto y el pelirrojo trabajaba ahí desde hacia unos cinco años. Confiaba en el comandante. Y este hombre, parecía ser cercano al comandante.
— ¿Y qué quiere qué haga? ¿Que lo siga y ahuyente a los alfas a su alrededor? —interrogó con el ceño fruncido — ¿Qué le diga si tiene pareja o no?
—No, no. Katsuki es bueno ahuyentando a los alfas por su cuenta, tiene un carácter fuerte y es bastante directo —respondió el bicolor —Pero como lo acosan cuando está con los gemelos, él se descuida y se pone bastante irritable si los alfas no entiende el primer "no" que sale por su boca. Quiero que ahuyente a los alfas antes de que eso pase. No hace falta que lo sigas, ni nada más aparte de eso. Con que veas que este bien a la salida de su edificio por las mañanas y al recoger a los gemelos por la tarde, ya me harías un gran favor. Si te sientes muy incómodo, no tienes que aceptar, Kirishima.
El pelirrojo frunció los labios por un segundo y el más alto, se sentó a un lado del bicolor, dándole una mirada amable y luego viendo a el policía con tranquilidad.
—Kirishima, Todoroki en verdad tiene buenas intenciones para con su ex-esposo. Llevan una buena relación —aseguró el comandante —Le preocupa que termine herido.
O, más bien, le preocupa que se convierta en homicida.
El bicolor pudo ver a través de los ojos cafés del más alto y ni tuvo problemas en dejarlo pasar. No quería exponer a su ex delante de alguien que apenas conocía. Si el pelirrojo aceptaba el trabajo, posiblemente, se daría cuenta que durante esta improvisada reunión lo estaba engañando por completo. Que, únicamente, quería que ahuyentará a los alfas porque Katsuki estaba llegando al punto culmine de su estrés dónde no le importaría que los gemelos lo vieran como un homicida, con tal de que los alfas dejarán de molestarlo.
En silencio, ambos esperaron la respuesta del policía pelirrojo que movido por la curiosidad e interés por lo que pedía este alfa poco común que era el hombre de cabello mitad rojo y mitad blanco, termino decidiendo aceptar la propuesta.
Todoroki soltó un suspiro de alivio cuando Kirishima acepto, le dió su número telefónico y la dirección de su ex-esposo, junto con la dirección del jardín al cual asistían sus gemelos de cinco años. De momento, no acordaron un número de pago por el trabajo, el policía dijo que si era verdad esto del acoso que sufría el omega, no tenía problema de ahuyentar a los alfas de manera gratuita. El bicolor se sintió un poco incómodo por esto, insistiendo que todo trabajo, por pequeño que sea, debía serle retribuido al policía. Al final, Inasa tuvo que hacer de mediador entre ambos y establecer que el pelirrojo tendría un par de días libres para trabajar en el caso del omega, lo que le daría descanso y serían pagos. Fue un trato que a los tres alfas les pareció justo y de esa manera, terminaron la reunión.
Al salir el policía de la oficina, el comandante se quedó viendo al alfa pensativo que estaba sentado a su lado, aprovechando la intimidad de estar a puerta cerrada, pasó un brazo por los hombros anchos del alfa y lo atrajo hasta su pecho, viendo las arrugas en su entrecejo en señal de ansiedad y preocupación.
— ¿Qué sucede, Todoroki? —quiso saber —Pensé que te agrado Kirishima. Es un buen alfa y uno de los mejores policías que están bajo mi mando.
—Me agrada. Parece un buen hombre —admitió el bicolor —Por eso mismo, me preocupa que si Katsuki se entera que lo envíe para cuidarlo, se enoje con él. Le avisaré por adelantado de esto.
— ¿Pero eso no haría que se enoje contigo? —repuso el comandante —No lo veo aceptando fácilmente que un alfa lo cuide.
—Prefiero que se enoje conmigo y no con Kirishima —dijo de manera tranquila el de ojos desiguales —Además, si le explico todas las razones una por una por las cuales es conveniente que Kirishima lo cuide unos días, cederá. Kishi y Daiki se han estado poniendo ansiosos cada vez que los alfas se ponen cerca suyo. Él también quiere que está situación se acabe.
—En verdad, los alfas que van detrás de omegas con cachorros son basura —gruñó el comandante molesto —Solo porque creen que son más vulnerables y tienen más necesidades, piensan en aprovecharse de ellos. Me dan asco. Ojalá Kirishima ayude a Bakugou. Al menos, hasta que se mude a su nueva casa...oh, por cierto, ¿cuando es la mudanza?
—En un mes más. Los gemelos han estado nerviosos por eso, porque van a tener habitaciones separadas —contó con una leve sonrisa —Katsuki hablo de conectarlas por una puerta pero no estoy seguro, ¿eso no les quitaría independencia? ¿o qué pasaría cuando empezarán a mostrar sus géneros secundarios? Touya-nii y Natsuo-nii apenas podían estar en una habitación a solas al ser ambos alfas extremadamente dominantes. Y a mí me daban náuseas cuando Fuyumi-neesan estaba en celo, emanaba un olor demasiado dulce y me mareaba bastante.
—Kishi-chan y Daiki-kun son gemelos, posiblemente no tengan esos problemas como los hermanos comunes. Su conexión podría hacer que ser alfa, beta u omega les sea indiferente —opinó el comandante —Si te preocupa mucho, sigue hablando con Bakugou sobre ello, seguramente harán lo mejor para los gemelos.
Shoto exhaló pesadamente y se apoyo en el hombro de Yorashi, sintiéndose confortado y a gusto. De sus labios, salió un suave "gracias" que el comandante sabía que era por la reunión con Eijirou, por escucharlo hablar de sus hijos, por compartir sus preocupaciones y básicamente, por todo. Su instinto protector estaba más que feliz de ver a su pareja más tranquila y menos ansiosa que los últimos días, le devolvió el abrazo y propuso que tomarán un café antes de que se fuera a su trabajo.
El bicolor aceptó sin complicaciones.
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