Prólogo.
Si Shoto lo pensaba más se volvería loco. La situación se estaba volviendo tan repetitiva que su ex-esposo se conseguía una cita o se volvía un homicida. No veía un punto intermedio en esta situación. Además, los gemelos aseguraban que Katsuki ni se daba cuenta hasta que era muy tarde como para hacer algo al respecto y todo terminaba con alguien ofendido por su malhumor.
Los alfas podrían agradecer que no fueran golpes y solamente ofensas verbales. Él quería golpear a alguien cada vez que escuchaba a los gemelos y deseaba que su ex lo hiciera, pero la crianza de sus cachorros lo había vuelto tan tolerable y paciente, que eran escasas las ocasiones en las que verdaderamente se enojaba.
Oh, daría de todo porque se enojará. Quizás enviaría un mensaje al resto. Pero también quería decir que estuvo en una situación lo bastante mala como para enojarse en serio y eso solo lo alteraba más y lo hacía volver al mismo punto dónde su cordura estaba en riesgo.
¿Debería empezar a consultar abogados para sacar a su ex de prisión? ¿O qué otras medidas podía tomar...?
— ¿Todoroki? ¿Me estás prestando atención?
El alfa de cabello mitad rojo y mitad blanco se estremeció por el susto de que una mano, igualmente de grande que la suya, se apoyará en su muñeca de manera suave y le apretara. Estaba tan desenfocado, que no pudo evitar sentirse apenado cuando encontró los ojos de su acompañante y se dió cuenta que no escucho ni una palabra de lo que le estuvo hablando en los pasados veinte minutos.
—Lo lamento mucho, Inasa —se disculpo terriblemente avergonzado aún si su expresión no lo mostraba del todo —Mí cabeza estaba en otro lugar. Perdóname.
Inasa Yorashi sonrió de esa manera amable y salvaje que lo caracterizaba, se encogió de hombros en señal de que no le importaba y mantuvo su mano en el brazo del otro alfa, haciendo que se sintiera inquieto y acorralado.
A los alfas no les gustaba esa sensación. Pero al bicolor sí y mucho más si venía del atractivo alfa sentado delante suyo.
—Esta bien, de todos modos, ¿qué te preocupa tanto? —quiso saber el alfa rapado y de cejas gruesas —Hacías caras muy graciosas a tu soba.
—Yo no hacia eso —negó rotundamente el bicolor.
—Oh, sí que lo hacías, podría haber sacado una foto para tener pruebas —se burlo el más alto —Una lastima que prometí mantener los hábitos del trabajo en lo mínimo en nuestras primeras citas.
—Todavía recuerdo cuando hablaste sobre lo fácil que era robar en la estación de trenes, esa vez realmente...—antes de poder ser llevado por completo debido al ambiente de su cita, se le ocurrió una idea y parpadeando, miro con atención excesiva al alfa delante suyo —Inasa, necesito un favor.
Yorashi estaba a punto de tomar su copa de vino cuando escucho la última oración abandonando los labios gruesos del hombre delante suyo. Conocía bien a Shoto Todoroki, no era un hombre que pidiera "favores". Al contrario, el gran empresario de tecnología rara vez pedía eso a alguien. Incluso a su socia le costaba hacer que aceptará su ayuda en ocasiones. Por eso, que se lo estuviera pidiendo a él le hacía sentirse honrado, porque significaba que el alfa comprendía qué quería con su relación.
Que confiará en él. Que supiera que estaba bien pedirle ayuda. Evitó sonreír con alegría como quería hacerlo para no asustarlo y hacer que retrocediera, dejo la copa sobre la mesa y miro como se mordía los labios con un toque de ansiedad.
— ¿De qué se trata? —preguntó con suavidad.
—Es sobre Katsuki. Los gemelos me han dicho que ciertos hombres lo esperan en el estacionamiento, con el pretexto de "hablarle" y esas cosas, pero incluso ellos notan que le quieren coquetear y algunos incluso se atreven a soltar sus feromonas a su alrededor —gruño el bicolor molesto —Ninguno a sido agresivo con él pero me preocupa bastante de que se pasen con su acoso. Podrían hacerle daño.
—Comprendo. Bakugou es un omega dominante, no le afectan las feromonas y por eso no reacciona como ellos quieren, por mucho que lo intenten. Sí, tienes razón, es preocupante —asintió el alfa en acuerdo —Pero no entiendo qué quieres que haga al respecto, Todoroki.
El bicolor titubeó por un segundo pero, al final, soltó lo que quería conseguir al hablar sobre esto.
— ¿No podrías presentarme a uno de tus policías, por favor?
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