Celos al teléfono.
[¡Hola! Debido a que me es más cómodo de esta forma la escritura, los capítulos se volverán un poco más cortitos. Espero que aún así los disfruten. Cómo siempre, muchísimas gracias por su apoyo❤️]
El miércoles por la mañana Kirishima escucho un ruido muy preocupante desde el departamento de Bakugou. Era casi de madrugada, alrededor de las cuatro, así que cualquier ruido a esa hora resultaba inquietante. Se alejó de su baño y camino lentamente por su sala de estar, el edificio tenía paredes gruesas pero los ruidos fuertes pasaban todavía.
Y él escucho el sonido de algo muy pesado cayendo. Dudaba que se hubiera equivocado con eso o que fuera producto de su imaginación. Realmente escucho un ruido muy fuerte y ahora, suavemente, podía oír que se arrastraba algo detrás de las paredes.
El omega le comento vagamente sobre que tenía un par de muebles nuevos en el departamento y unos cuantos electrodomésticos. En menos de una semana estaría en ese lugar con los gemelos y quería estar listo para eso. El pelirrojo pensó que, tal vez, un audaz ladrón se enteró de que una persona se mudaba al departamento de al lado y quería probar suerte con el dueño ausente. Sin embargo, esa posibilidad era muy baja, Sorahiko se aseguraba siempre de que su edificio fuera impenetrable para ese tipo de maleantes y las personas que vivían ahí jamás cometerían esos actos.
Puede que sea alguien de su mudanza. Un amigo o pariente que trae sus cosas.
El policía pensó que ese escenario era más realista. De todos modos, se puso rápidamente su ropa deportiva y salió a revisar. En el pasillo se hallaban lo que parecía ser el personal de mudanzas y un joven que se le hizo muy familiar, de cabello verde y ojos esmeralda, con pequeñas pecas en sus mejillas y nariz. Daba indicaciones en un tono suave a los hombres, claramente betas —ya que no tenían la menor reacción al aroma suave del omega— para que movieran en el interior del departamento un juego de mesas y sillones.
De acuerdo, todo parecía estar bien. Eijirou podría preguntarle al de pecas si era amigo del dueño pero no quería ser metiche y estaba decidido a volverse a su departamento, hasta que el mismo omega noto su presencia e hizo que se detuviera, caminando hasta él y haciendo una pequeña reverencia.
—Realmente lamento mucho los ruidos molestos —se disculpo el de pecas —No podía venir en otro horario y Kacchan estaba muy estresado porque los de la mudanza dejarán los muebles donde les daba la gana. Perdón.
¿Kacchan? ¿Llama a Bakugou de esa manera?
El pelirrojo se tapó la boca para no reírse. Era un apodo muy dulce y cariñoso para el omega huraño de ojos rojos. Podía estar seguro que únicamente el otro omega delante suyo osaba llamarlo de esa manera.
—Esta bien, ya estaba despierto de todas formas —le resto importancia el de dientes puntiagudos para que el omega pudiera levantar la cabeza y verlo, se le seguía haciendo muy familiar —Mi nombre es Kirishima Eijirou, ¿puedo saber cuál es el tuyo?
—O-Oh, b-bueno —tartamudeo nervioso el de ojos esmeralda —Eso es...
—Te me haces muy familiar —lo interrumpió el pelirrojo echando un buen vistazo al chico, era bajito y tenía un lindo aspecto inocente pero seguía siendo musculoso y atlético —Estoy convencido de que Kaminari me hizo ver una película donde salía alguien como tú, ¿eres un actor?
El omega estaba por negarlo todo y salir corriendo pero al escuchar el apellido del omega rubio de ojos dorados cambio de opinión. No esperaba encontrarse con un amigo de su amigo, pero estaba encantado con eso.
—Sí, me llamo Izuku Midoriya. Soy actor de cine. Mayormente películas de terror —reconoció el de ojos esmeralda viendo el asombro en el otro alfa —Pero te pido discreción, es muy temprano y no quiero causar un escándalo en el edificio donde vive Kacchan.
Izuku no era de dar su identidad a la primera. Pero Kaminari Denki era un amigo de Katsuki y suyo desde hace tiempo, sabía que trabajaba en un laboratorio forense y salía desde hace unos meses con un policía de cabello azabache, llamado Sero Hanta. El mismo omega rubio había nombrado el apellido Kirishima ahora que lo recordaba. Extraña y curiosa coincidencia.
Le preguntaría cuando se vieran.
—Claro, comprendo —asintió el alfa —Me vuelvo a mi departamento, tengo que prepararme para iniciar el día. Hasta luego, Midoriya.
Que agradable, no hizo un escándalo o pidió mi número de teléfono como la mayoría de los alfas.
El de pecas estaba acostumbrado al acoso como omega y al acoso por ser actor. Tenía sus formas de tratar con los alfas molestos pero el que acaba de conocer fue tan amigable y simpático que, si no fuera por la sensación de su aura dominante, le hubiera confundido con un beta. Pensó que sería realmente bueno para el cenizo y sus sobrinos vivir cerca de aquel hombre, no sufrirían la menor molestia.
Volvió a coordinar la mudanza cuando una llamada a su celular lo interrumpió e hizo que tuviera que salir a contestar. Se trataba de Bakugou, por lo que, de inmediato le respondió.
—Buenos días actor de cuarta, ¿cómo están mis muebles?
—Buenos días para ti también, Kacchan —saludo el pecoso con una sonrisa divertida en el rostro por la manera en que el cenizo no cambiaba ni un poco con sus modos de hablarle —Han llegado todos intactos. Pero hubo un problema al subir uno, se les resbaló y cayó al piso. La empresa se hará cargo de pagar los daños.
El de ojos esmeralda escucho el pequeño gruñido y, una vez más, estuvo contento de haber sido él quien fue a verificar la mudanza. Al omega del ojos rojos le estaba por dar un pico de estrés si se contenía tanto para no estallar por sus bienes rotos.
— ¿Qué se rompió? —quiso saber.
—La cabecera de una de las camas. Se partió a la mitad —dijo directamente el de pecas porque cubrirlo no serviría de nada y de todos modos, figuraría en la factura —Ya he hecho los trámites para que se hagan cargo. Debería llegarte una nueva en menos de quince días.
—De acuerdo —se escucho un leve suspiro en señal de que el cenizo estaba bien con que fuera la cabecera la que se hubiera roto y no otra cosa —Deku, ¿qué pasteles quieres para cuando vengas a casa?
—Kacchan, no es necesario que hagas eso —aseguró el de ojos esmeralda, sabiendo que el cenizo no podía decir gracias verbalmente pero sí a través de sus deliciosos y tentadores postres —Estoy para que lo necesites.
—Deja el jodido teatro para tu novio sádico y dime qué tipo de postres quieres —demandó el cenizo —Haré dos de cada uno.
—Primero, Tenko-san no es sádico es...un poco intenso en la cama, es todo —admitió el omega que se arrepentía de todo corazón haberle contado a su amigo de la infancia de su noviazgo con uno de sus productores de reputación más que cuestionable —Segundo, ¿realmente harás dos de cada uno?
—Sí, ya que realmente me salvaste al ir a revisar el departamento —confesó a regañadientes el de ojos rojos —Haré dos postres de la mierda empalagosa que quieras y te los vas a tragar con Kishi y Daiki cuando nos mudemos.
— ¿Viendo alguna película mía? —cuestiono divertido el de pecas.
—Mis hijos no verán tus películas hasta los quince, ¿acaso quieres traumarlos, maldito?
Midoriya se rió justo en el momento en que Kirishima salía de su departamento con su uniforme de policía puesto. Él le saludo con la cabeza y le respondió con un "hasta luego" causando curiosidad en Bakugou.
— ¿Con quién hablas, Deku?
—Oh, con la persona que será tu vecino, Kacchan —contesto el de ojos esmeralda viendo como el oficial se detuvo y se volteo hacía él como si supiera que estaban hablando de su persona —Es un policía alfa bastante agradable.
—Lo sé, no vayas a mirarlo mucho nerd —advirtió el cenizo —Ya tienes a tu jodido novio pervertido.
El de pecas se sonrojo hasta las orejas y el pelirrojo vio esa expresión con curiosidad, preguntándose qué le habría dicho el cenizo —ya que por el apodo que soltó sabía que se trataba de él— para ponerlo de esa manera.
—Pasarme con él.
Todavía algo aturdido y avergonzado, el omega le pasó el celular al alfa que le miro con confusión, murmuró un "Kacchan quiere hablar contigo" que fue suficiente para que tomara el celular y se lo pusiera en la oreja, con una enorme sonrisa.
El omega de cabello verde empezó a entender un poco más la situación en la que estaba.
— ¡Bakugou, buenos días! —saludo con buen agrado el oficial —Estaba por irme al jardín a esperarlos.
—Realmente tienes un viaje jodidamente largo, ¿eh? Por acá recién se están despertando los demonios —se escucho como el omega se movía por la casa y de fondo, el sonido de un programa infantil —Ve con tranquilidad, Kirishima. Que dudo que lleguemos a tiempo hoy.
—No pasa nada, los esperaré —afirmó el de dientes puntiagudos — ¿Algo más que quieras decirme o le pasó el celular de vuelta a Midoriya?
—Sí...—afirmó el cenizo pero se quedó unos segundos en silencio hasta que soltó —Deku tiene novio. Así que no te atrevas a ponerle las manos encima, ¿entendido?
Eijirou se rió pensando en lo sobreprotector que podía ser Katsuki —pasando por alto que, en realidad, el cenizo estaba algo celoso— acerca de Izuku. Le aseguro que no haría nada y eso dejo al omega de ojos rojos tranquilo. Volvió a pasarle con el pecoso y se fue, no quería llegar tarde para esperarlos en el jardín de infantes.
Retomando la conversación, el más bajo tenía una sonrisa divertida en el rostro y mucha curiosidad que su amigo de la infancia debía satisfacer.
—Kacchan, a veces, en verdad que no te entiendo ni un poquito —fue lo primero que dijo el de ojos esmeralda —Podrías haberme dicho que tenías novio.
—No es mi novio. Y solo fue una advertencia —gruño el omega —Eres tan jodidamente encantador que Kirishima sería un idiota si no cae por ti al primer encuentro. Debía evitarlo.
—Solo di que estás celoso.
—Nunca.
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