Capítulo 9

Y allí estaban, Imperio Español, junto a su ejército de soldados, estos rodeaban estratégicamente el pueblo, en ellos Mapuche y Chile, salieron de la ruca, Imperio Español sonrió con maldad, al ver a la joven.

-vale, tía, por que no vienes por las buenas? Tengo soldados en lugares estratégicos puedo ordenar abrir fuego, pero si vienes salvarás a tu pueblo. -dijo el líder invasor

-cobarde! -dijo Mapuche tomando su lanza con enfado

Chile por su parte no lo medito:

-bien, iré contigo.

-Chile no! -dijo Mapuche

Ella le miró, y le sonrió diciendo:

-confía en mí. Todo va a estar bien.

Le dio un beso en la mejilla y camino hacia el español. Imperio Español sonrió satisfactoriamente, estiró su mano hacia ella y ella aceptó.

Mapuche al ver como su hermana volteaba a mirarle con una sonrisa dulce pero algo maliciosa supo en seguida que algo planeaba.

Imperio Español se llevó a la joven.

Mientras se retiraban los demás aldeanos miraron a Mapuche.quien ya miraba la nada, en dirección a la que se fueron los españoles con su hermana.

Mientras tanto, en el bosque, Imperio Español sonreía mirando a Chile, se sentía victorioso se acercó a ella y le dijo:

-sonríe cariño, eres la pieza más exótica de mi colección.

-que me darás a cambio de venir contigo? -dijo de manera directa la joven

-qué más quieres a parte de que dejé vivir a tu pueblo? -dijo el

-que se me trate apropiadamente, que se me entretenga, y que no se sobrepasen conmigo. -habló Chile

-pibes demasiado. -dijo él riendo con gracia

Ella le miró, sonrió con cierta malicia y dijo:

-tu mismo lo has dicho... soy la pieza más exótica de tú colección. Es lo justo.

-suenas como niña mimada. -dijo Imperio Español

-es lo mínimo, para evitar que tu y tu ejercito no muera. -dijo ella

-si me aseguras que pronto me darás un hijo... entonces te aseguraré esos derechos. -dijo el

Ella dejó de caminar, todos dejaron de avanzar estando alertas. De pronto, ella comenzó a reír a carcajadas.

Esa risa... no aseguraba que alguien quedaría con vida en ese instante. Imperio Español y sus soldados lo sabían. Sobretodo cuando en ese instante los ojos de la chilena se tornaban rojos color sangre.

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Continuará

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