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Con los dolorosos gritos de Patapez haciendo de banda sonora, Spitelout trataba de todas las formas posibles el abrir aquella bóveda que se había encontrado en una de las paredes del castillo. El hombre estaba desesperado, con el deseo de descubrir lo que oculta, mezclado con la locura de sentir que la bóveda lo llamaba.

-¡Ya me cansé, maldita sea! ¡Te odio, puerta!- le gritó ofuscado luego de otro intento frustrado- No, no. Por favor, discúlpame. Estoy bien, todo bien.- cambió radicalmente su tono y pasó a acariciar con delicadeza la superficie de la pared.

Aquel arrebato e inusual comportamiento fue apreciado por su hijo y los gemelos, quienes estaban a unos pocos metros detrás de él.

-Oye, Patán, ¿soy yo o tu papá le habla a una pared?- cuestionó con burla la única fémina presente.

-Tu papá sí que es raro.- comentó su gemelo en medio de una risa.

El aludido volteó a verlos, claramente enojado, luego les lanzó una mirada juzgadora de arriba a abajo y gruñó por lo bajo. ¿Acaso aquellos dementes rubios, lacayos de Loki, le estaban diciendo loco a su padre? ¡Era lógicamente ridículo!

-¿Y lo dicen ustedes, cabezas de carnero?- reclamó cruzándose de brazos.

Antes de que los Thorton respondan, Spitelout lanzó un gutural gruñido, mientras palpaba sus ropas y se dió cuenta que algo le faltaba entre ellas.

-¡Yo abriré esa puerta, incompetentes niños!- se giró para gritarles, dedicándoles también una gélida mirada y se fue apresurado del pasillo.

-Alto. ¿Nos dijo incompetentes?- interrogó Brutacio llevando su mano al pecho indignado.

-Sí, hermano, lo escuché fuerte y claro.- afirmó Brutilda mostrándose sorprendida.

-¡Wow, ese adjetivo es nuevo!- exclamó el de rastas llevando ahora ambas manos a su rostro con emoción- Por lo general; nos llaman buenos para nada, idiotas, imbéciles...- enumeró mantenimiento la sonrisa en sus labios.

-Oh, no te olvides de estúpidos. Ese es nuestro favorito.- añadió la de trenzas, también esbozando una satisfecha sonrisa.

-¡Cierto!- secundó él- ¿Qué? Nos llaman así más que por nuestros nombres.- le explicó a Patán, pues este los veía con una expresión desconcertada.

-Oh, Thor.- musitó el pelinegro por lo bajo.

∞ ∞ ∞

Después de su pequeña disputa con Camicazi, Heather salió del salón del trono y caminó enojada hasta toparse con Astrid, quien estaba sentada contra una pared con las piernas flexionadas, sus brazos descansando sobre sus rodillas y su cabeza inclinada hacia atrás, apoyada contra la pared.

-¿Qué estás haciendo aquí?- cuestionó Hofferson apenas la vió y dejó de apoyar su cabeza para verla mejor.

-Necesitaba aire.- contestó Berserker rápidamente- Fue mi elección, ¿tienes algún problema?- añadió a la defensiva.

-No.- contestó la rubia algo anonadada por su brusquedad- Todo bien.- añadió.

Heather suelta un largo susto, decide sentarse cruzando las piernas en la pared paralela del pasillo, frente a la princesa y ambas escuchan los alaridos de Patapez desde el salón del trono.

-Todo esto está siendo muy duro, no creo que pueda con lo que todos esperan de mí.- tras unos segundos de inquietante silencio, la ojiverde optó por abrirse con la ojiazul- Tenías razón, Astrid. Fui estúpida al creer que podría salvar siquiera a una persona.- admitió derrotada.

Astrid vuelve a dirigir su vista a ella, la mira detenidamente, sopesando si debe confesarle lo que vió en el bosque. Tras deliberar consigo misma, exhaló.

-Escucha. Cuando Bocón te sacó de nuestro campamento, nos separamos para buscarte por el bosque y...- no continuó, porque se percató de la posturas de alerta que tuvo Heather en un instante, la cocinera movió sus ojos observando a su alrededor y luego los posó de nuevo sobre la rubia.

-¿Escuchaste eso?- interrogó en un susurro.

Sin embargo, la princesa sólo oyó otro alarido de dolor del príncipe de Galadawn.

-¿Qué? ¿Patapez? ¿Sus horrendos gritos?- respondió con obviedad, pero la salvadora se puso de pie- Oye, estoy tratando de contarte algo. ¿Podrías...?- Astrid no pudo terminar de hablar otra vez, la ojiverde la interrumpió.

-No.- negó de inmediato; avanzó lentamente, mientras vuelve a escuchar el desconsolado llanto de una mujer- Esa voz. La conozco. Ya la había oído.- dijo para luego correr por el pasillo y voltear a la derecha por donde seguía el camino.

-Espera. Yo voy contigo.- murmura Astrid resignada, se levantó y la siguió. No obstante, cuando giró a la derecha como Heather lo había hecho, ella ya no estaba más- Ay, carajo. Camicazi se va a enojar muchísimo.- se quejó mirando con sopresa el camino vacío frente a ella.

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Cuando el Jorgenson mayor lo dejó sólo nuevamente en su puesto de vigilancia, Hiccup esperó un poco más, antes de regresar al interior del castillo y caminar a través de los pasillos mojados. Él iba tratando de escurrir el agua de sus ropas y también pasaba sus manos por sus rebeldes cabellos para sacudirlos y secarlos más rápido.

Pero de repente, se detiene, porque llega a un corredor lleno de cadáveres, algunos más perturbadores que otros, y escuchó los gritos desesperados de una mujer.

-¡Hiccup, corre! ¡Corre!- escuchó con ímpetu por su espalda y creyó reconocer la voz.

-¿Mamá?- cuestionó abrumado, mientras giraba, pero no encontró a nadie.

Haddock inhaló y exhaló con profundidad, decidió volver a girar el cuerpo para tratar de reconocer algún cadáver; sin embargo, ya no habían más cuerpos inertes, sólo un escalofriante caballero alto, fornido y ataviado en una armadura negra. Hiccup se percató que no tenía rostro y solo tuvo un segundo para esquivar el ataque de su hacha.

-Vas a morir.- amenazó el sujeto, mientras lo volvía atacar y el castaño lo bloqueaba con su espada- ¡Sin piedad!-  exclamó ferozmente.

El joven herrero miró a su alrededor en busca de ayuda, divisó detrás de él una habitación abierta y no dudó en correr hacia allá, escuchaba los fuertes pasos del guerrero detrás de él. Apenas llegó cerró la puerta detrás de sí, luego sintió el tremendo choque del cuerpo del guerrero contra la puerta. De inmediato, el ojiverde movió estantes para crear una improvisada barricada.

-¡Ya basta!- gritó desesperado contra su barricada cuando aún sentía sus intentos por entrar.

-¡Morirás!- le contestó el rabioso sujeto.
































































¡Hola hola, genteeeeeeee!

Espero que les haya gustado el capítulo de hoy, lo hice con mucho cariño para ustedes. 💜

Como que este siniestro castillo está que les trae muchos problemas a nuestros protagonistas, ¿no? ¿Todos lograrán salir de él con vida o tendremos que despedir a uno de ellos antes de continuar con su camino?

Bueno, eso es todo por hoy...

¡Nos leemos pronto! ✨













































































































A_Hiccstrid

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