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Bajo la mirada de una tempestuosa tormenta y el manto lúgubre de la noche, el combate seguía vigente entre nuestro grupo de héroes y sus conocidos guardias poseídos.
En un limpio ataque, acompañado por un feroz grito de guerra, Bocón derribó a Astrid, quien tuvo que arrastrarse en el suelo hacia atrás y dejar a Hiccup pelear solo contra su padre adoptivo. Mientras que Patapez ve a Alexa en problemas y toma la decisión de salir de su escondite en su ayuda. Sin embargo, el príncipe era el que terminó teniendo problemas cuando tomó el lugar de la castaña; soltó un alarido de dolor cuando el guarda contra el que luchaba colocó su mano en su pecho y lo quemó. Alexa gruñó rabiosa, antes de atacar al oponente, el cual soltó al rubio, pero también utilizó su sobrenatural fuerza para lanzarla contra el inicio rocoso de la montaña que tenían al lado.
-¡Noooo! ¡Alexaaaa!- gritó Camicazi viendo el cuerpo inconsciente de su hermana caer al pie de las rocas.
Sus ojos azules, ya cristalizados por las lágrimas que se acumularon y se negaba a soltar, se desviaron hacia los demás; la vista no le gustó para nada, sus amigos estaban sufriendo, estaban perdiendo esta batalla. La mujer no pudo soportarlo más y, contra todo su esfuerzo de mantenerse con energía, estiró sus manos hacia el combate y lanzó un hechizo poderoso que mató al instante a los secuaces de Bocón, mientras él se dejó caer al suelo, aún con vida, pero agonizando. Y, con su victoria sobre aquellos hombres, Camicazi también logró cerrar el portal entre dimensiones que planeó usar Sersi para desterrar a Heather Berserker.
Hiccup mantiene su mirada sobre Bocón y sufre con la agonía de su padre y Astrid, aún en el suelo, los ve a ambos. Spitelout se aseguró que su hijo esté bien, los gemelos inspeccionaron a los soldados caídos y Heather ayudó a Patapez a ponerse de pie. Camicazi soltó un grito de dolor cuando terminó su hechizo, ella cae al suelo por el agotamiento y, finalmente, divisa a su hermana.
-¿Alexa?...- la llama en un susurro, pero ella no responde, sólo abre con hastío sus ojos- ¡Alexa! Yo te ayudo, puedo curarte.- se apresuró a decirle, mientras se levantaba y corría con torpeza hasta llegar a ella
-No gastes tu energía.- refutó la castaña dejándose abrazar por la rubia- Aunque hay algo que puedes hacer, Cami, dale un último abrazo a Assa de mi parte y dile que no tuve miedo, porque tuve una gran vida con ustedes y morí haciendo lo que debía hacer: proteger a mi familia.- declaró en medio de sus últimos suspiros y dedicándole una última sonrisa, antes de cerrar sus ojos para siempre.
La hechicera sollozó sin dejar de verla y las lágrimas no tardaron en rodar por sus mejillas.
-Perdóname. Perdóname, Ale.- le dijo con la voz quebrada y estrujándola contra ella más fuerte.
Al otro lado, Bocón se incorporó a duras penas, quedando arrodillado y sentado sobre sus talones, mientras sostenía la empuñadura de su hacha en forma de apoyo para no caer hacia delante. Hiccup, quien era ajeno a la pérdida que ocurría a sus espaldas, se acercó lentamente al rubio, aún con su espada en mano. Al mismo tiempo que los demás acuden con Camicazi, formando un semicírculo a su alrededor, a excepción de Astrid, pues ella sólo se puso de pie y se quedó allí observando a su entrenador y a su mejor amigo.
-Lo hiciste bien, muchacho. Nada mal para un mondadientes.- halagó el herrero utilizando su antiguo apodo e Hiccup se apresura en quitarle su casco de Capitán- Escúchame con atención, cada sendero que has recorrido te ha guiado hasta aquí, a este preciso momento. Tienes que protegerlos, si no lo haces, Nuevo Berk, Galadawn y el mundo entero sucumbirán ante el poder de la bruja. Pero ella tiene una debilidad, le teme a Heather Berserker. Heather debe llegar a la Ciudad Inmemorial...- le decía firmemente, antes de gruñir por el dolor y luego toser expulsando sangre, el ojiverde sollozó aterrado- Hiccup... Hazlo.- le pidió y él joven entendió rápidamente a lo que se refería.
-No puedo.- contestó de inmediato entre sollozos y un par de lágrimas cayeron en silencio por sus mejillas.
-Tienes que ser tú.- indicó- Estoy muy orgulloso de ti, Hiccup, entrenarte y criarte fue lo mejor que hice en mi vida.- confesó esbozando una genuina sonrisa.
-Has sido el mejor padre que los dioses eligieron para cuidarme ese día del ataque en la barrera. Gracias por encargarte de este molesto pescado parlanchín.- también se sinceró imitando aquella sonrisa.
Bocón usa sus últimas fuerzas para elevarse un poco, quedando solo arrodillado y colocó su mano libre sobre el hombre del Haddock.
-Y ahora estaré con mi gran y viejo amigo, Estoico, quien también está orgulloso de ti desde Valhalla. Estoy seguro que él también tuvo que ver en juntarnos aquel día.- señaló dulcemente y el ojiverde sintió su corazón estrujarse, Bocón nunca dejó de hablar sobre su verdadero padre- Ahora, por favor, libérame de mi agonía.- pidió una vez más y el castaño, por fin, asintió.
Se levantó, observó unos segundos más a su mentor de vida y alzó su espada para finalmente dejarla caer y hacer un corte mortal en su pecho. El cuerpo sin vida de Bocón cayó al suelo, Hiccup cayó también de rodillas y lloró libremente sobre su cuerpo, mientras lo abrazaba con fuerza.
Pocos minutos pasaron cuando Hiccup optó por alejarse de Bocón, mientras que Spitelout se encargó de cargar a Alexa en brazos y la dejó descansar al lado del resto de los caídos. Astrid fue quien se ofreció en llevar a Bocón con el resto de sus hombres, a pesar de su fuerza, le costó un poco cargar a su entrenador, pero lo consiguió. Ella observó con dolor al grupo de caídos y luego se acercó a Hiccup, quien estaba sentado sobre una roca limpiando su espada cubierta aún por la sangre de su padre adoptivo.
-Lo siento muchísimo, Hiccup.- le dijo en un hilo de voz y con un tono rasposo.
Él sólo desvió su vista hacia ella fugazmente y después siguió con lo suyo, la princesa dedujo que no querría hablar con nadie. No obstante, cuando ella iba a decir algo más, se atraviesa Patán entre ellos y llegó con los demás.
-Los caballos ya no están, se escaparon.- informó desesperado y luego señaló al sendero por dónde habían llegado- Y creo que hicieron lo correcto, porque el Camino Despiadado, pronto se convertirá en Lago Despiadado. No podremos salir por donde entramos.- dijo al ver cómo su camino se inundaba, gracias a la torrencial lluvia que empezó a caer por la tormenta.
-¿Qué hay de esos escalones?- preguntó Heather observando los escalones rocosos que ascendían por la montaña- Es otro camino.- dijo esperanzada.
-No. No podemos ir por ahí.- refutó Camicazi con rapidez.
-¿Por qué no?- interrogó ahora Hofferson, aún sentada en otra roca frente al ojiverde.
-Si ya usas tu magia, ¿no puedes sacarnos volando?- intervino Brutacio alzando una ceja.
-¡Siiiiii! ¡Suena divertido!- lo secundó Brutilda entre exclamaciones y pequeños saltitos alegres. Aquello consiguió que se gane un codazo por parte de su gemelo, quien le señaló con la mirada a los caídos en batalla, la de trenzas de disculpó con la mirada y sólo miró expectante a la jefa de Bog Burglar.
Sin embargo, la hechicera solo negó con la cabeza, recibiendo un bufido del Jorgenson menor y un gruñido del mayor, quien guardó su hacha en su espalda.
-Ya que te niegas, entonces, subiremos por esas escaleras.- indicó el hombre.
Y, sorprendentemente, fue Hiccup el que fue el primero en seguirlo en su objetivo de subir la montaña, estaba claro que su propósito era alejarse lo más pronto posible del lugar que fue el lecho de muerte de su padre.
Aún bajo la intensa lluvia, el fuerte viento y la furia de la tormenta, nuestros protagonistas suben la montaña con la lluvia encima. En todo momento, Astrid no le quitaba su azulada mirada al Haddock, quien caminaba delante del grupo, sólo detrás de Spitelout.
-¿Necesitas algo?- le preguntó la pelirroja con suavidad a una encorvada Camicazi.
-No.- negó la mujer de inmediato, estando cruzada de brazos- Solo tengo que descansar y luego seguiremos entrenando. Tienes mucho que aprender.- añadió mirándola severamente.
-¡Tal vez si tuviera la Varita Suprema...!- la ojiverde no pudo terminar su reclamo, ya que Patapez se desplomó detrás de ellas y es sujetado a tiempo por Patán para evitar chocar contra el suelo.
-¡Cara de Pez está herido!- gritó el pelinegro viendo a su amigo palidecer.
Camicazi camina hacia el príncipe heredero de Galadawn y le bajó el cuello de su camisa para descubrir la herida en su pecho. Los demás ven con temor al rubio.
-¡Tenemos que llevarlo a algún lado! ¡A un refugio!- les exclamó Heather angustiada.
-¿Sí? ¿Y a dónde sugieres, eh?- cuestionó Spitelout estresado, mientras se acercaba hasta quedar al lado de Hiccup- Estamos en medio de... ¡Ni siquiera sé dónde estamos!- gritó exasperado mirando y señalando a su alrededor.
-Yo sí.- intervino Camicazi firmemente.
-¿Y dónde estamos?- preguntó Astrid mirándola con el ceño fruncido y cruzándose de brazos, empezando a sentirse agobiada.
- En Berk.- contestó ganándose una mirada desconcertante de los demás.
¡Hola hola, genteeeeeeee!
Espero que les haya gustado el capítulo de hoy, lo hice con mucho cariño para ustedes. 💞
Por favor, les pido que no me maten por las muertes de hoy (sobretodo la de nuestro querido Bocón 🥺), porque sino no sabrán cómo termina la historia y tampoco sabrán los misterios que aún tenemos que resolver. Sin embargo, lo más importante que definitivamente no podemos dejar tal y como está es... ¡La relación Hiccstrid! Debemos llegar a su reconciliación, ¿no? 🤭
Pero sí puedo concederles un espacio para desahogarse respecto a las muertes de Alexa y Bocón ( ・ω・)☞
Bueno, eso es todo por hoy...
¡Nos leemos pronto! 🤍
A_Hiccstrid
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