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Spitelout se alejó de la joven mirándola con desconfianza, pues no tenía idea de quién era y el por qué los había seguido, por lo que su hijo se acercó y le susurró al oído que era una cocinera del castillo; mientras que Patapez la veía también por primera vez y se quedó perdido dentro de sus hermosos ojos verdes. Los gemelos empezaron a cuchichear entre ellos y Torsteinn se mordía la lengua para evitar reír con sus ocurrencias. Astrid, quien se acercaba a la jinete junto a Hiccup, bufó antes de hablarle.
-Ah, ah.- emitió con negación- Ni lo sueñes.- le advirtió con mucha seriedad.
-Quiero ayudar a rescatar al príncipe.- respondió Helga firmemente.
-Vete a tu casa.- ordenó la rubia con autoridad, no estaba de humor para soportar los caprichos de una chica de la lista de su hermano.
-No estás entendiendo, estamos enamorados.- se defendió la pelirroja.
-No quiero romperte el corazón, pero Eret se ha enamorado de muchas.- habló Hiccup alzando una ceja.
-Así no. No como nosotros.- refutó ella de inmediato- ¿Me creen una tonta? ¡Bien! Me da igual, lo que tenemos solo llega una vez si tienes suerte y no hay nada que no haríamos por el otro.- dijo con tal añoranza que, por poco, Astrid le creía.
-¿Has estado en alguna pelea?- le cuestionó la princesa rápidamente y la aludida apretó los labios.
-O sea, como... ¿Verbalmente?- respondió torpemente.
-Me refiero a defenderte de alguien que quiere hacerte daño.- aclaró Hofferson cruzándose de brazos.
-Claro que no.- negó la ojiverde con hartazgo- Puedo hacer otras cosas como atender a los caballos y alguien tiene que cocinar, ¿no?- añadió con una sonrisa de lado.
-¿Cocinas bien, preciosa?- intervino Patán con entusiasmo.
-¡Soy fenomenal!- exclamó ella orgullosa e ignorando el adjetivo que le puso.
-¡No vendrá con nosotros, Patán!- gruñó de inmediato Astrid, mientras fulminaba con la mirada al pelinegro.
-¡Pero es hermosa y sabe cocinar!- reclamó el susodicho- ¿Está celosa, princesa? No se preocupe, usted sigue siendo una valquiria para Patán, pero no creo que sepa cocinar, ¿o me equivoco?- desafío con una sonrisa de lado. Claro, que no se dió cuenta de cuatro pares de ojos que lo asesinaban por sus palabras, tres verdes y un par azul.
-¿Has dicho todo eso en serio?- le cuestionó Hiccup molesto, queriendo creer que todo era solo una broma.
-Oh, querido amigo flacuchento, no tienes idea.- habló una divertida Brutilda, pues ya que ella y su gemelo se encargaban muchas veces de cuidar las mazmorras del castillo, habían pasado mucho tiempo con los Jorgenson.
-Ya oíste a la princesa, volverás a Nuevo Berk al amanecer.- sentenció Torsteinn volviendo al tema importante, pero Hofferson lo volteó a ver inconforme- Pronto anochecerá, que se vaya mañana.- argumentó el mayor y la ojiazul rodó los ojos resignada.
-¿Qué puedes cocinar aquí?- le cuestionó Patapez a Helga, quien se había mantenido un tanto alejado entre los árboles.
-¡Por Loki, sí! Muero de hambre, hermana, ya ponte a cocinar que para eso estás.- exigió Brutilda sin sonar tan despectiva, pues se había acercado a la cocinera y la tomó de los brazos para moverla con esmero.
-¡Comida, por favor!- exclamó Brutacio con tono autoritario, alejando con brusquedad a su hermana de Helga- Tengo tanta hambre que me podría comer a Brutilda y eso ya es mucho.- le dijo en voz baja y exagerando una tonalidad gruesa.
La chica solo parpadeó un par de veces y se alejó de ambos para poder cocinar sin más perturbaciones.
Mientras la recién descubierta espía cocinaba algo de cenar, el grupo había montado su improvisado campamento alrededor de la fogata que la pelirroja había creado. Spitelout de recargó sobre un tronco caído, rompió una de las pequeñas ramas que sobresalían y se la llevó a la boca para comenzar a morderla mientras veía el fuego frente a él. Hiccup y Astrid colocaron sus mantas para dormir al lado del otro y se sentaron sobre ellas para esperar pacientemente la comida. Los gemelos se golpeaban entre sí. Patán se tapaba los oídos ante los perturbadores insultos que se lanzaban los Thorton y Patapez sacó una flauta y se dispuso a tocarla.
-¿Es en serio?- le cuestionó la princesa luego de unos momentos de música- ¿Trajiste una flautita?- le reprochó.
-Sí. ¿No fue buena idea?- cuestionó ahora Ingerman mirando su flauta- Mi abuela decía que la música es un bálsamo para el alma.- añadió sonriente.
-Esto no es una excursión o tu oportunidad de ver el mundo, es peligroso.- arremetió ella frunciendo el ceño- Y lo que sea que se llevó a Eret, no lo devolverá y ya. Tú explícale.- terminó pidiéndole al Jorgenson mayor.
Spitelout rió amargamente antes de hablar.
-Bueno, son tan inocentes que es adorable.- dijo él, ganándose una seria mirada de Astrid- ¿Qué? Jamás han sufrido miedo, hambre, dolor. Cuando atravesemos la barrera, no importará quiénes son sus padres o lo que creen que merecen, porque el mundo es más grande y cruel de lo que pueden imaginar.- les dijo con ímpetu observando a cada uno de los jóvenes, pero deteniéndose sobretodo en la princesa, quien sólo bajó la mirada.
-¿Caldo de yak?- le ofreció Helga a Patán, quien no demoró en tomar el tazón y dar la primera cucharada.
-¡Oh, wow!- exclamó el ojiazul tirando el cubierto a la tierra y llevando el tazón a sus labios con esmero.
-Fenomenal.- susurró la pelirroja para sí misma, mientras veía satisfecha cómo todos ya se servían en sus tazones sus propias porciones. Al final, se sirvió ella y se sentó en el círculo que se había formado- Sé que es una pregunta tonta, pero, ¿qué es la barrera en realidad?- se atrevió a preguntar cuando iba a la mitad de su caldo.
-Es un campo de fuerza creado para proteger el reino. Un refugio para los que querían más que una vida de supervivencia.- contestó Hiccup aquellas últimas palabras fueron acompañadas por una nostalgia que no pasó desapercibida para los demás, quienes se quedaron observando al castaño con curiosidad- Un pequeño grupo de mi tribu se dirigía a la Gran Entrada cuando nos atacaron, sólo yo pude sobrevivir o eso creo, no recuerdo era un pequeño de 5 años. Cuando llegué solo y destrozado a la barrera, fue Bocón quien me encontró y me acogió como su hijo.- relató mirando sus dedos con los que jugaba para concentrarse en algo más que en retener su tristeza.
Sin embargo, unos sollozos hicieron que levante su vista y vió a los gemelos abrazos y llorando sin control, Brutacio tomó una de las trenzas de su hermana y sonó su nariz con ella.
-Qué deprimente.- murmuró Patán sin mucha simpatía, Haddock le frunció el entrecejo, pero se relajó al sentir la mano de la ojiazul a su lado sobre su hombro.
-Sí, pero la barrera no está por eso.- comentó Spitelout limpiando su barba del caldo.
-Tiene razón. No se creó para proteger el reino, se levantó para Heather Berserker.- aclaró el guardia más viejo.
-¿Qué fue lo que le pasó?- interrogó la ojiverde con interés.
-Algunos dicen que está muerta, pero la profecía dice que algún día regresará para unir al mundo contra las fuerzas oscuras.- respondió el castaño sin poder ocultar cierta emoción, luego carraspeó y estuvo más serio, pero suejor amiga lo vió con gracia, ella sabía cuánto le gustaba la historia de la salvadora- Pero la verdad es que nadie sabe.- añadió el joven alzando sus hombros.
-Mi madre sí, de seguro mi papá también. Creo que él en una noche la sacó del castillo y se la llevó lejos donde nadie la encontrara y luego...- la princesa hizo una pausa para suspirar con pesadez- Se quedó con ella.- terminó con resentimiento.
-¿Eso es lo que piensas o lo que quieres creer?- interrogó Spitelout molesto, porque la hija de su amigo hablaba sin conocer las intenciones que hay tras su desaparición.
-¿Por qué querría creer que la eligió a ella antes que nosotros, sus hijos?- preguntó la rubia a la defensiva.
-No lo sé. Tal vez, porque a veces es más fácil odiarlos.- bramó para dar fin a la conversación, puesto que ante aquella diminuta discusión, el resto del grupo guardo un tenso silencio.
Astrid solo se puso de pie y se alejó unos metros, necesitaba un tiempo a solas.
No quería odiar a su padre para ignorar con mucha más facilidad los sentimientos que genraba ante su ausencia, ¿o sí?
∞ ∞ ∞
A la mañana siguiente, Hiccup abrió con lentitud sus ojos, parpadeó unas cuantas veces para despavilarse y sonrió tiernamente al ver el rostro de Astrid durmiendo plácidamente. Ella, al igual que él, dormía de costado y sus rostros quedaban frente a frente, pero sus ojos verdes se desviaron a sus dedos, los cuales estaban sobre los de él.
Cuando sintió que la contempló por suficiente tiempo, se incorporó sobre sus mantas, ignoró la mirada pícara que Spitelout le lanzaba y se percató que faltaba una persona, miró a todos lados.
-Se fue, joven Haddock.- habló Torsteinn, quien intuyó que buscaba a la cocinera.
-Sí, bueno, una noche en el suelo frío puede despertar a cualquiera de sus fantasías románticas.- declaró un refunfuñón Patán, quien aún tenía cierto resentimiento por la reina por haber mantenido encerrado injustamente a su padre.
-A lo mejor se adelantó.- opinó el castaño.
-No.- negó retundamente el Jorgenson mayor- Si no encuentras la Gran Entrada, no puedes cruzar la barrera.- aseguró.
-Entonces, es mejor que nosotros sigamos.- anunció Haddock para luego observar al resto del grupo que aún dormía, no habría problemas en despertar a la princesa y, suponía, que tampoco al príncipe; pero con los gemelos iba a ser todo un problema.
∞ ∞ ∞
Helga se levantó al alba, no iba a esperar a que los demás despierten, menos a la exasperante princesa, y la envíen directo al castillo. Por lo que cabalgó hasta llegar a los límites de la barrera, sin embargo, tenía un problema.
-Carajo...- maldijo entre dientes al ver el gran abismo que se interponía entre ella y la barrera.
Giró su rostro hacia los lados para buscar una forma de cruzar sin caer al río metros abajo, divisó un grueso tronco caído que le podía servir como una especie de puente para cruzar. Se bajó de su caballo y se acercó al borde y dió un paso sobre el tronco, tragó grueso al ver directamente abajo y su corazón se aceleró; si caía, no sobreviviría. No obstante, recordó porqué ansiaba tanto salir del reino, así que se armó de valor y empezó a caminar sobre aquel tronco.
De repente, cuando ya iba a mitad de camino, un ligero temblor sacudió la tierra volviendo más inestable su camino, dió un grito cuando se desestabilizó y cayó abrazada al tronco, esperó que el sismo pase. Sin embargo, apenas se repuso y estuvo de nuevo en pie, cuando un terremoto sacudió con mucha más fuerza a su alrededor, supo que su improvisado puente caería, por lo que corrió como pudo hacia el otro extremo y saltó cuando el tronco cayó.
-¡Mierda!- exclamó en alivio cuando cayó de bruces contra el césped.
Jadeó unos instantes para recomponerse del susto y de la adrenalina, luego se levantó con pesadez, miró por última vez a su caballo y le dió la espalda para contemplar la barrera que tenía al frente. Se acercó, primero extendió una mano para tocar el cuerpo mágico, sintió una electricidad recorrer sus dedos cuando estuvo en contacto. No esperó más y usó las dos manos para separar un poco la magia de la barrera y atravesarla.
Ya estaba fuera del Gran Reino, no tenía marcha atrás.
¡Hola hola, genteeeeeeee!
Espero que les haya gustado el capítulo de hoy, lo hice con mucho cariño para ustedes. 💙
Aquí ya vemos que el grupo se va acoplando, se van conociendo y deberán permanecer unidos para enfrentar la aventura que recién comienza.
Algunos también acertaron de que era Helga quien los había seguido, los felicito por ello. ¿Ustedes supieron quiénes fulminaron a Patán con la mirada cuando se refirió a Astrid y a Heather? No es tan difícil, les dejé una pequeña pista. 👀
Bueno, eso es todo por hoy...
¡Nos leemos pronto! 💜
A_Hiccstrid
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