∞ 09 ∞

Las Hofferson se encerraron en la habitación de la mayor después de acabar con aquella reunión en el salón del trono, pues ella le pidió a su hija tener una conversación privada.

Ahora ambas estaban sentadas sobre su cama y Lagertha terminaba de contar parte de la historia de su pasado que Astrid no conocía, incluyendo por primera vez a Camicazi en los hechos.

-Todo está pasando como Cami lo predijo. Yo pensé que si prohibíamos la magia y desaparecía Heather Berserker, tal vez podríamos apartar al mal. Ella no estaba de acuerdo, ella creía que tarde o temprano el mal encontraría la forma de entrar y, cuando lo hiciera, la magia sería lo único que nos salvaría.- acabó con el lado de la historia que le contó, puesto que le ocultó ciertas cosas como qué le pasó a la salvadora- Pero hay más. No será fácil de escuchar esto, pero tienes que saberlo...- añadió jugando con sus dedos con nerviosismo, llamando más la atención de Astrid.

-¿Qué cosa, mamá?- cuestionó su hija incitándola a continuar.

-La sangre de Grimmel, su espíritu, sobrevivió. En mí, en tu hermano y en ti...- le dijo con seriedad tomándola de las manos- Camicazi tuvo una visión, nos dijo a Ragnar y a mí que un día ese espíritu regresaría para destruir Nuevo Berk, anoche yo también lo ví.- confesó mostrando su angustia en su rostro.

La princesa resopló antes de hablar y correspondió el agarre de su mamá.

-No permitiré que eso pase.- aseguró con determinación y luego apretó los labios con semblante lamentero- Lo último que Eret me dijo es que jamás iba a abandonarme y cuando lo dijo no me importó. Mamá, perdóname, por no escucharlos.- se disculpó, pero la aludida le sonrió.

-También perdóname, querida. Sólo ten mucho cuidado.- le pidió- Tenemos enemigos aquí y allá fuera.- terminó y la menor frunció el entrecejo.

Ir al rescate de su hermano, va a ser mucho más peligroso de lo esperado.

∞ ∞ ∞

Cuando el grupo estuvo en las puertas del castillo, listo para partir, Bocón se acercó a su muchacho, quien le daba los últimos retoques a las riendas de su caballo.

-Mandé a hacer esto como regalo cuando te fueras a entrenar para ser guardia.- le dijo cuando estuvo frente a él y le mostró una refinada espada- A un caballero lo define, no su habilidad en combate, sino los votos que cumple.- le recordó cuando Hiccup la tomó y la contempló maravillado.

-Espero que cuando nos volvamos a ver, sienta que merezco esta hermosa espada.- respondió mirándolo agradecido.

Sin embargo, antes de que su padre le conteste, la reina se acercó a ellos y, con una mirada, le pidió permiso a su Capitán para hablar con su hijo, por lo que Bocón retrocedió unos metros para darles algo de privacidad.

-El futuro del Nuevo Berk podría depender de su éxito o fracaso.- le dijo la ojiazul con diplomacia y Haddock la observó atentamente.

-No fracasaré.- afirmó con seguridad.

-Astrid es como su padre. Jamás dejará de buscar a Eret hasta encontrarlo.- aseguró la monarca desviando fugazmente su vista hacia su menor hija, quien estaba ya montada en su caballo a unos metros de ellos.

-No voy a dejar que le pase nada.- volvió a prometer el ojiverde y le sacó una leve sonrisa a la rubia.

-Tendrás que ser sensato cuando ella sea impulsiva. Confía en tu habilidad como en la de cualquier guardia.- aconsejó e Hiccup asintió con una sonrisa sin llegar a mostrar sus dientes, mientras que Astrid los miraba con cierta curiosidad desde su caballo, era raro esa interacción entre ambos.

No obstante, su mejor amigo se alejó de su mamá y giró su rostro para que ambos pudieran conectar sus miradas.

Verde contra azul.

Pero, tras ese breve momento de conexión, Hiccup subió a su caballo y  todos ya estuvieron listos para partir; así, bajo la mirada de los reyes de Nuevo Berk y Galadawn, emprendieron su misión.


-Que la suerte viaje con ustedes.- murmuró Lagertha en voz baja, mientras los veía partir.

∞ ∞ ∞

Su viaje empezó, los días pasaron y, sin darse cuenta, ya habían pasado 3 días a caballo, cruzando los extensos bosques y campos que rodean el reino.

-¿Cuánto falta para la barrera?- se atrevió a preguntar Astrid cuando cabalgaban por un sendero rodeado de césped y solo unos cuantos árboles.

-Un día más, tal vez menos.- contestó Spitelout, quien iba a la cabeza.

-Los soldados en la Gran Entrada le reportan los movimientos cerca de la barrera al Capitán Bocón, si les mencionamos quienes somos, nos dejarán abastecernos de más provisiones antes de salir del reino.- comentó Torsteinn viendo de reojo cómo los gemelos se comían sus raciones de pan con poco disimulo.

-¡Más comida!- gritó Brutacio como pudo, pues tenía la boca repleta de pan.

-¡Yo quiero más mantequilla de yak!- le siguió Brutilda antes de morder otro pan.

El resto de jóvenes en el grupo los fulminaron con la mirada, la princesa se acercó a ellos y les arrebató las bolsas de pan con rudeza. Mientras que el Jorgenson mayor decidió ignorarlos y dirigir su vista al más viejo del grupo.

-¿Has visto la Gran Entrada?- le preguntó a Torsteinn.

-Así es.- él se limitó a responder, sin darle mucha importancia al tono desafiante que utilizó el pelinegro.

-¿Pero la has cruzado?- volvió a interrogar y el guardia canoso dejó de mirarlo para fruncir el ceño- ¡Tranquilo, hombre! Seguro he hecho muchas cosas que tú no.- añadió con una sonrisa soberbia.

-Creo que alguien nos sigue.- intervino Hiccup mirando detrás de ellos aprovechando que él y Astrid eran los últimos, pero no vió a nadie.

-¡Sí! Yo sentí lo mismo.- habló Patán delante de él- Luego pensé, solo un tonto nos seguiría, porque todos vamos a morir.- añadió irritado y después rió con ironía. Ingerman, quien iba a su costado lo miró aterrado.

-¿Crees que vamos a morir?- cuestionó con voz chillona- A mí nadie me lo dijo, me da mucho miedo morir.- añadió hablando con rapidez, empezando a alzar la voz al inquietarse, rápidamente Hiccup hizo que su caballo llegue a su altura y chasqueó para llamar su atención, luego se pegó el dedo a los labios para que se calle.

-Salgamos del camino.- les indicó el castaño con autoridad.

El grupo le hizo caso al ojiverde, quien aún estaba con sospechas de que alguien los seguía. Ocultaron a los caballos en el césped más alto, mientras que ellos se colocaban detrás de los árboles que adornaban el camino; esperaron unos segundos y vieron que, efectivamente, un encapuchado los estaba siguiendo en otro caballo. Spitelout se acercó con sigilo al misterioso jinete, esperó a que se adelante un poco y, por detrás, lo atrapó en sus brazos.

-¡Oye, suéltame!- exigió el jinete en el aire y luego fue depositado en el suelo, donde su capucha se deslizó hacia atrás revelando su identidad.

Cuando vieron quién era, nadie creyó que esa persona tenía la osadía como para seguirlos.





























































































¡Hola hola, genteeeeeeee!

Espero que les haya gustado el capítulo de hoy, lo hice con mucho cariño para ustedes. 🧡

¿Quién creen ustedes que siguió a nuestro querido grupo? ¿Les agrada la idea de Spitelout acompañando a nuestra pandilla? ¿Él se animará a contar a alguno de ellos sobre su pasado? ¿Quién creen que será el primero en sucumbir en la travesía?

Rayos, hay tantos misterios y detalles que quiero que ya los sepan, pero todo tiene su tiempo.

Bueno, eso es todo por hoy...

¡Nos leemos pronto! 😘















































































A_Hiccstrid

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