∞ 08 ∞

El amanecer ya había iniciado hace pocas horas, un radiante sol iluminaba al reino del Nuevo Berk logrando un lindo día para sus habitantes, quien eran ignorantes a lo que había sucedido en plena madrugada en el castillo y, por ende, del secuestro de su heredero. Sin embargo, esta situación era opuesta a la de la preocupada familia real y compañía.

Lagertha, después de despertar y menospreciado su adolorido cuerpo, mandó a llamar al príncipe de Galadawn al salón del trono para decir lo que vió del secuestro de su primogénito.

-Estaba en la torre, en mi habitación, no sabía qué hacer, soy un pacifista, no me gustan las peleas, por lo que quise mantenerme al margen en esta...- hablaba un nervioso Patapez a unos metros delante del imponente trono de la herida reina, quien no estaba sentada correctamente, sino que estaba recargada hacia el lado izquierdo y algo chorreada sobre su trono, mientras uno de sus brazos rodeaba su adolorido abdomen- Luego oí esa voz hablando en dracónico... O eso creo. Luego vi a una gran criatura, con enormes alas, elevándose y con alguien en sus garras. Como un alcón con su presa.- terminó de relatar el rubio, quien no pudo evitar desviar su mirada a su prometida.

Astrid estaba sentada sobre los pequeños escalones que separaban el trono de su madre con el resto del salón, ella tenía sus manos entrelazadas, con los codos sobre sus rodillas y su mird fija en el piso.

Mientras que Bocón, a un lado del salón, era atendido por Torsteinn, quien curaba la gran quemadura de su Capitán cerca de la clavícula.

Un silencio inquietante inundó el salón.

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-¡Oye!- Helga dió un pequeño salto al escuchar el regaño que vino en un susurro de su jefa- Eso no te concierne, niña.- le indicó la mujer alejándola de las puertas entreabiertas del salón.

-¿Qué no me...?- la pelirroja ni siquiera pudo terminar su pregunta- ¡Claro que me concierne! Están diciendo que a Eret se lo llevaron, tenemos que ir a rescatarlo ya, salir a buscarlo.- dijo al borde de la angustia.

-Sé que te preocupa el príncipe, pero es un asunto muy serio. Estoy segura que ellos harán todo lo que puedan hacer para regresarlo a salvo, es el hijo de la reina y heredero al trono después de todo.- le recordó para luego tomarla de la mano y caminar con ella de regreso a la cocina, sin darle tiempo a replicar.

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Aquel silencio que se formó entre todos fue acabado por la abrupta entrada de dos guardias con dos pelinegros que llevaban esposas inmovilizando sus manos delante de ellos.

-Los atrapamos en las afueras, tratando de robar un caballo.- anunció un guardia y el menor de los detenidos se removió.

-¡Completamente falso!- declaró Patán soltándose del agarre de su opresor y luego se dirigió a Lagertha- Estábamos revisando las condiciones de los establos, buscando el bienestar de los animales. ¿Es un crimen que eso nos importe? ¡Tenemos corazón!- quiso defenderse y terminó alzando la voz.

-¡Ya basta!- le gritó el rey Ingerman, quien estaba también en los escalones del trono, pero a diferencia de la princesa, él estaba de pie y al lado izquierdo de la reina.

-Yo voy.- la voz determinada de Astrid se alzó inmediatamente después- Yo voy.- repitió poniéndose de pie.

-Hazlo.- le dijo su madre con voz rasposa

-Madre, eh, dije que voy a ir al oeste, fuera de la barrera a buscar a Eret.- aclaró la ojiazul volteándose para mirarla con cierto desconcierto, pues no se esperaba que ella acepte su decisión así de fácil.

-Sí, te escuché.- dijo la mujer cerrando los ojos por unos instantes- Y estoy de acuerdo.- concedió para seguir sorprendiendo a su hija.

-Ah, ok.- atinó a decir Astrid anonadada.

-Majestad, si esa es su decisión, me ofrezco a ir con ella.- se pronunció Bocón a su reina y aún presionando su herida con un paño húmedo.

-Eres el Capitán de Guardia, no puedes abandonar esa responsabilidad para ir de cruzada.- le regañó su buen amigo Torsteinn, quien estaba a su lado- ¡Iré yo! Conozco al príncipe Eret desde que nació y es uno de los jovencitos a quien le tengo mucho aprecio.- se ofreció con honor haciendo una leve reverencia.

-¡Si nuestro estirado mentor va en la búsqueda de nuestro fornido y engreído príncipe, nosotros también iremos con él!- intervino Brutacio llamando la atención de todos, sin molestarse en ocultar ciertos adjetivos.

-¡Es una aventura para los mejores guardias del reino, nuestra reina!- le siguió su gemela, quien luego comenzó a reírse a carcajadas- ¿Oíste lo que dije? Dije reino y luego reina.- le decía Brutilda entre risas a su hermano, quien la miraba sin entender.

-Ella no es mi hermana.- dijo el de rastas dando un par de pasos lejos de ella.

-Gracias.- correspondió Lagertha con una leve sonrisa por las ocurrencias de los hijos de sus viejos y difuntos amigos.

-También iré yo.- declaró Hiccup acercándose donde estaba su mejor amiga, quien ahora estaba acompañada de Torsteinn y los Thorton- Si la princesa va, yo voy.- añadió queriendo cumplir su promesa de siempre estar a su lado para protegerla, logrando que Astrid le sonría con un brillo en los ojos.

-En ese caso, Patapez también.- decretó el rey, quien ya había detectado la química entre ambos, y para sorpresa de su hijo.

-¿Perdón?- cuestionó el mencionado.

-No, así estamos bien.- habló Astrid demostrando su disgusto- Ya somos muchos.- señaló a todos detrás de ella.

-¿Dejarías a tu prometida ir a viajar más allá de la barrera sin ti?- interrogó el adulto al ojiverde, mientras le advertía con la mirada.

-No es lo ideal, pero estoy seguro que lo superaría.- contestó Patapez tratando de no dejarse intimidar.

Sin embargo, su padre se acercó a él y se inclinó para susurrarle algo al oído, logrando que él apretara sus labios con impotencia. Luego, con resignación caminó hacia donde estaba la princesa, pero Haddock se coloca delante de ella mirándolo con seriedad, esa fue la señal para Patapez de dejar de avanzar y mantener distancia con ella.

-¡Spitelout Jorgenson!- habló fuertemente la reina observando a sus olvidados detenidos- Tú has cruzado la barrera.- señaló alzando las cejas y el mencionado asintió con la cabeza.

-Sí. Y no es un lugar para niños.- contestó mirando despectivo al grupo que se formó al lado derecho de la reina.

-Serás su guía y perdonaré todos tus crímenes.- manifestó ella sorpresivamente.

-¡Qué locura!- le exclamó el rey de Galadawn.

-Lo va a hacer.- arremetió Hofferson mirando con desafío al Ingerman, pero luego suavizó su semblante al volver a ver al Jorgenson- No por el perdón, no por mí; sino para saldar una deuda con un amigo.- indicó y él bajó su mirada soltando un suspiro, también volvió a asentir con la cabeza.

-Pero mi hijo vendrá con nosotros, claro está.- condicionó tomando a Patán por los hombros delante de él, Lagertha asintió- ¿Dónde lo buscamos? No puedo rastrear algo que vuela.- añadió tras su respuesta.

-Por esa razón, van a necesitar un hechicero.- respondió la monarca con calma.

-¿Hechicero? ¡Perfecto!- exclamó Patán con sarcasmo- Ok, siento ser yo quien le recuerde esto, su majestad, ya no existen hechiceros.- dijo con su característico fastidio.

-Hay una.- refutó tranquilamente Lagertha para asombro de todos- Vive en una aldea, Bog Burglar, cerca al río Frinn y tengo la corazonada de que los está esperando.- anunció con una satisfecha sonrisa y las ansias y el misterio aumentaron en el ambiente.














































¡Hola hola, genteeeeeeee!

Espero que les haya gustado el capítulo de hoy, lo hice con mucho cariño para ustedes. ❣️

Quiero agradecerles, porque estuvimos muy cerca de lograr la meta establecida de los 20 votos en el capítulo anterior, lamentablemente, no llegamos a conseguir la actualización doble. Sin embargo, si sirve de algo, prometo volver a proponer alguna doble actualización más adelante.

Y, por último, ¿qué tal les pareció este último capítulo? 👀

Bueno, eso es todo por hoy...

¡Nos leemos pronto! ❤️
































































































A_Hiccstrid

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