CAPÍTULO 20

//Rastros de un Secreto\\

Azael

Regresar a Rusia después de tres años no fue algo que tenía importancia. En algún momento sabía que volvería, pero al ver como están la cosas no tuve otro remedio.

Avanzo a grandes pasos por el pasillo de la mansión Smirnov seguido de dos escoltas más. El lugar siempre me a parecido impresionante, su arquitectura es tan lujosa que desprende poder y riqueza.

Me detengo en el pasillo frente a la puerta dorada custodiada por dos hombres de traje negro. Ruedo los ojos por su comportamiento lunático y avanzo dejando atrás a todos. Las puertas se cierran y logro ver a la mujer al otro lado de la alcoba. Sentada en el tocador observándose en el espejo de este.

-Que sorpresa no tan sorprendente querido.

Mascullé sin voltear. Solo asiento, avanzando un poco más observando el lugar. Sigue igual que hace tres años. Escucho un ruido de fondo y noto como se levanta de su silla caminando hacia mí. Me quedo estático sin mover un músculo esperando haber si hace otro movimiento.

-Me alegra tenerte aquí. Azael.

Su mano derecha se posa sobre mi mejilla y la miro directo a sus ojos azules oscuros. Krisha Smirnova a sido la primera mujer de la Bratva en doblegar las reglas. Nunca se a dejado pisotear por los hombres de la organización a pesar de que no la querían como su Koroleva por ser una mujer independiente y capaz de gobernar junto a mi abuelo.

Cosa que no resultó por que él le dio su lugar y una posición suprema en la organización. Ambos lideraban, juntos.

Mi abuela peleo a sangre y sudor para que nadie se vaya contra mi padre para el puesto de Boss. Ese puesto nunca fue por sucesión, sino que se ganaba.

Los enemigos siempre estuvieron ahí, hasta que lograron derribar a Mikhail Smirnov. Las cosas empeoraron y ella sola supo mover sus fichas hasta convertir a mi padre en lo que alguna vez fue.

El respeto que le tengo es tan grande que es una de las pocas personas que tolero que me grite, reclame o que me de consejos. A pesar de sus años sigue siendo una mujer sabia pero dura a la vez. Perder a la persona que ama la devastó pero subo trasformar el dolor en fortaleza para mantener en pie a la Bratva.

-Digo lo mismo - sonríe con arrogancia dándome a entender que no hará nada más para que diga las palabras que quiere escuchar. Orgullosa.

-Siempre siendo tan frío. Tienes que descongelar ese corazón tuyo. - se aleja sirviéndose una copa de vino - ¿Acaso esa muchacha no es lo suficiente buena para hechizarte?

-Te enteraste. - hablo calmado sin mostrar importancia. Si ella supiera que la pequeña Diosa en la protagonista principal de todos mis sueños y pensamientos.

-Claro que me enteraría. Las noticias vuelvan rápido y más al saber quién es y a quién involucra.

-Por que todo ello mundo me dice lo mismo. - gruño - Estoy harto de escuchar las mismas sandeces.

-Por que es verdad. - se encoje de hombres restandole importancia - tu sabes lo que conlleva tenerla. Ahora tienes que atenderte a las consecuencias de tus actos.

-Es muy jodido y frustrante.

-Lose y eso que ni siquiera a recuperado la memoria. - se abanica con el abanico azul mirándome sería. - Por que lo sabrá y ahí si tienes que estar preparado. A esa muchacha le han ocultado varias cosas. No traerá nada bueno cuando recuerde todo.

-Nunca lo hará.

Sentenció decidido, nunca dejaré que recuerde. Nunca dejaré que me deje de nuevo. No más.

-Tú pequeña obsesión con ella traerá una guerra Azael. Acaso no te das cuenta. - exclama inexpresiva - tienes a dos mafias tras tuyo. Cada minuto que no estás con ella, ella corre peligro al estar desprotegida.

-No lo esta.

-Claro que si. No importa cuantos hombres ayas puesto a su disposición. El peligro siempre está al acecho - la observo serio al saber que me esta ocultando algo.

-¿Que has hecho?

-Al saber que venias no tuve otra opción que mandar a un hombre de mi confianza. No conozco a esa muchacha, pero no dejaría que otro miembro de mi familia muriera. - toda una larga respiración - Tú madre no me lo hubiera perdonado.

La miro severo tratando de pensar a quien a enviado.

-¿A quién?

-Belial - mientras que mi sangre hierve ella esta tranquila. - está de vacaciones por lo sucedido hace días. Así que lo mandé a que cuide a tu preciada joya.

-No es gracioso.

-Tampoco es gracioso saber que tu nieto estaba a punto de morir calcinado en una fiesta. Que tu hijo casi muera baleado en la maldita cabeza saliendo de una reunión. Que tu familia esté en peligro por una guerra que acaba de empezar por obtener el poder. - tira el abanico pasándose las manos por el cabello negro molesta - Esto es un tira y gana y si tener a la muchacha a salvo es la única opción que tenemos lo haremos. No pienso romper mi trato con los Ferreri, por que ellos son piezas claves en esto y ten en cuenta que ellos todavía no lo saben.

-¡Lose!. Comprendo todo. ¿Pero por que él?. Sabes los malditos sentimientos que siente por ella.

-No te das cuenta. Tu hermano nunca a visto de otro modo que no sea de hermanos a Atenea.

-Eso es mentira. Lo he visto por años.

-Para ser de mi sangre a veces eres un poco idiota.

-Abuela..

-Deja de hablar. Me está entrando dolor de cabeza. - ruedo los ojos cuando se lleva la mano a la cien - Dile a Arinka que la quiero en el despacho en una hora.

-No soy si niñero para estar detras de ella. ¿Acaso no esta en las bodegas?

-Esa muchacha es una escurridiza. Debe estar en el spa o salón de belleza.

-¿Y sus escoltas?. La pueden traer ¿Por qué yo?

-Por que así lo quiero y punto. - se gira yendo hasta su armario - Tu padre te quiere ver. No lo hagas esperar.

Salgo sin decir nada. Todavía sigo cabreado por la noticia de Belial. Solo espero que no haga una estupidez, por que soy capaz de destruirlo si me llego a enterar que se atrevió a tocarla.

John se aparece en mi campo de visión sujetando algunos papeles. Al llegar a mi todo alterado me los entrega y quedo sorprendido.

-Apareció. El rey reanudó la búsqueda y lo encontraron en Suiza.

-Estado.

-Muy mal. Al parecer se a estado aferrando a las drogas y matando sin sentido.

-¿Cuando reanudó la búsqueda Zimmermann?

-El mes pasado. - avanzamos por el pasillo admirando los cuadros de la familia - El rey declaró que no dejaría a su primo a la deriva.

-El muy imbécil se dejó consumir por la ira y despecho. Acá las consecuencias. - nos detenemos frente al despacho de mi padre - Mantenme informado de todo. El pendejo tiene que estar bien para volver a liderar su puesto en la mafia como el líder que es.

Asiente alejándose con los demás escoltas. Me aclaro la garganta y entro sin tocar.

Tétrico y Oscuro.

Así puedo describir el despacho de mi padre. Un hombre duro que a pesar de las adversidades nunca dejó de lado a sus hijos. Aunque nunca expresar la tristeza de lo tener a mi madre a su lado, se que la extraña tanto como nosotros a ella.

-¿Acaso alguna vez tocaras antes de entrar?

-No.

Suspira resignado levantando la cabeza de los informes que estaba leyendo.

-Los hombres que enviaste hace algunas horas fueron despedazados por tu mascota.

-Aliah cumplió su deber. - me acerco al mini bar cogiendo un vaso de McDowell's - Para que querías verme. Tengo cosas que hacer.

-Isabella Dufour esta aquí. - bajo lentamente el vaso colocándolo sobre la repisa tratando de mantener la calma - Quiere hacer negocios contigo.

-No requiero tener ni un maldito trato con esa loca.

-Se lo deje claro pero quiere que tu personalmente se lo digas. A veces llega a molestar su insistencia.

-¿Y por que no la matas? - escupo la frase. Todo sería fácil si esa mujer está 36 metros bajo tierra.

-Ya tenemos una guerra por un objetivo. No necesito otro y menos quieto aplicar la ley de sangre por sangre.

-Mierda. Me las pagara por esto.

-¿Cómo esta ella?

Cambie el tema drasticamente. Y para mal tiene que preguntar sobre ella.

-Que te importa. - escupo serio.

-No eres el único que se preocupa por ella.

-Y eso me vale mierda. Con tal de que solo sea yo el que este con ella basta.

-Perp para ella no - contraataca - Su padre sigue alterado por lo sucedido en la gala. Me informó que no lo dejas acercarse a ella.

-Y no debería el muy cabrón. Solobde causa daño.

-Como tú.

Lo observo severo tragandome toda la rabia que me causa escuchar a ese maldito hombre preocuparse por ella.

-Ya me dijiste lo que querías. Me tengo que ir. Arinka esta que me jode y tengo que ir a buscarla.

-Tú prima será caprichosa pero es letal y peligrosa a la vez.

-Una convicción perfecta, como lo es esta familia.

Lo dejo en su despacho saliendo de la mansión y abordando el auto. Al parecer tener a la francesa aquí no significa nada bueno.

Solo espero que todo este en calma por allá. Espero que hagas bien tu trabajo hermanito.

*****

Alessandro

-Aló. Amore.

-Alessandro. Me alegra escuchar tu voz - oigo su respiración chocar contra el aparato - El plan está saliendo como lo planeamos.

Sonrió siniestramente.

-Me satisface escuchar eso. ¿Tú cómo estás?

Muevo mis dedos sobre la mesa de madera que tengo al lado viendo la foto de la mujer que a perturbado mi paz y espíritu por años.

Ni el deseo más grande se compara con el pecado de carne y hueso que es esta mujer de cabello castaño y ojos verdes.

Tendrá rostro de ángel y de buena samaritana. Pero detrás de toda esa luz se esconde una oscuridad inmensa y peligrosa, de tan solo verla quedas hechizado bajo su poder. Una Diavolessa con el objetivo de destruir todo a su paso.

-Bien, es muy aburrido y estresante estar aquí. Te extraño.

Dejo de ver la foto persignandome frente a la cruz que tengo al frente. Cada vez que tengo la imagen de ella, mi instinto me pide alejar esos malos pensamientos.

-También te extraño. Pero aguanta un poco. Bastian esta planeando hacer un ataque ahora que el ruso no está.

-Ese imbécil. Avísale que le tengo unas ganas de matarlo. Maldito idiota.

La oigo mascullar con rabia. Siempre lo mismo entre estos dos, salgo de la habitación directo hasta la sala observando a mi hermana en la mesa. Tomó asiento frente a ella escuchando los reclamos de mi novia.

-Te dejo. Acaba de llegar alguien. - cojo el cuchillo cortando la presa de carne que tengo delante - Y recuerda. Esta noche me tocaré pensando en ti y en lo delicioso que me follas amor.

Aprieto fuertemente el mango del cuchillo tratando de controlar el calor que se almacena en mi entrepierna.

-Cuidado con lo que provocas. No quieres salir perdiendo.

-Me gusta jugar con usted. Señor Santoro.

Y corta. Dejándome más caliente de lo que estaba antes.

-Que asco. No pueden hacer sus puercadas en otra parte. - dice mi hermana - me causa náuseas de tan solo escucharlos.

-Acaso quieres ser tu la que me complazca. - muestro una mirada perversa. - Como los viejos tiempos.

Sonríe con coquetería y perversión en sus orbes azules. Su piel blanca sale a flote favorecido por el vestido azul que lleva puesto. El cabello lo tiene en una coleta alta lo que me da acceso a su cuello desnudo.

-Si eso es lo que quieres. - retrocede con la silla abriéndose de piernas para mí deleite. Sonríe como inocente pasándose la mano por los muslos internos mordiéndose el labio en el proceso. La acción hace que mi polla se ponga más dura de lo que esta.

-¿Acaso ya estas duro hermanito?

-Cierra la boca.

Se ríe bajo negando y pasando las manos por encima de sus bragas. La posición en la que esta me da acceso a todo, solo falta que aparte esas diminutas bragas y tendré una exquisita vista de su coño mojado.

Es perverso y morboso estar viendo a alguien que comparte tu sangre haciendo estas cosas. Pero para nosotros es un deseo carnal que el señor nos otorgó por ser fieles santos a la devoción.

No podemos ni siquiera descartarlo, sería cometer un pecado eh ir contra la iglesia. Cuando el deseo es tan fuerte solo hay que dejarlo surgir y que poco a poco se vaya desapareciendo.

-¡Dios! - manda aún lado sus bragas metiéndose dos dedos penetrandose en el proceso. Bajo el cierre de mi cremallera sacando mi miembro totalmente duro y me empiezo a masturbar observando a mi hermana menor haciendo lo mismo. - Quiero tu polla dentro de mi Alessandro.

Me muerdo el labio inferior observando como sus jugos empapan todo su coño cuando mete y saca los dedos a una velocidad veloz. Subo y bajo la mano alrededor de mi polla calmando el deseo carnal sintiendo como estoy cerca de llegar al éxtasis.

-Mete un dedo más - le ordenó. Como la chica obediente que es lo hace gimiendo más fuerte por el placer que siente. Aumenta mis movimientos sintiendo el orgasmo cerca.

-Me voy a correr. - asegura.

No digo nada, solo observo hasta que noto como explota es una llamarada de puro placer, sus orbes se oscurecen volviéndose cristalinos por el gran orgasmo que tuvo y al segundo termiando derramandome sobre mis pantalones. A pesar de los temblores del orgasmo noto como me observa divertida.

-Mierda. Me derrame sobre la mano.

-Cuídate tus palabras hermano. Sabes que el señor lo ve y escucha todo.

Se recompone acomodando el vestido y parándose yéndose del lugar. La observo como mueve sus caderas hasta desaparecer de mi campo de visión.

Trato de arreglar el desastre hasta salir del lugar. Al llegar a las afueras de Nápoles voy directo hasta el lugar donde cite a la persona que nos ayudara en todo esto. Él también odia a los cuatro jinetes. A tener más aliados, más será la probabilidad de ganar.

Esta guerra empezó años atrás, pero el retraso que ocasionaron para pararla no iba a funcionar para siempre. Esto guerra a pesar de todo iba a pasar. Era inevitable.

Sonrió con maldad al verlo bajar del auto. Odio y Sed de venganza describen su mirada.

-Me enorgullece hacer tratos contigo.

Aaah!!

Apareció un nuevo personaje. Pero ya escucharon al Demonio.

Italiano Trantornado Demente Religioso.

Otro más que se suma a lista de competidores.

Y una cosa más. Conocieron un poco más de la familia Smirnov. Pero todavía faltan más secretos.

Nos vemos en el próximo capítulo.

Bye, Bye.

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