CAPÍTULO 19
//Sentimiento y Amistad \\
Omnisciente
Las puertas de la mansión son abiertas dando paso a las camionetas las cuales traen una tensión en el ambiente.
Los jóvenes son dirigidos a las habitaciones restantes y el ruso planifica la seguridad para que no vuelva haber otro percance de alta magnitud. La rubia que había desaparecido en todo el ajetreo aparece en el pasillo observando al ruso cargar a la castaña la cual está inconsciente.
El ruso pasa de largo. No la mira pero tiene una idea de por qué no estuvo en el atentando. Sin más, ingresa a la habitación de la castaña recostandola cuidadosamente esperando a que llegue el doctor. La observa acariciando las mejillas. Las cuales están un poco manchadas de sangre por la salpicadura que ocasiono el entierro de la madera en el pecho del hombre.
Todavía no se lo cree que su Dea aya podido hacer eso. Pero no lo descartaba, en cualquier momento sus intintos sádicos despertarian ocasionando esto. Y sucedió, no en el mejor momento pero paso.
-Mmm.
Mira como la castaña habré lentamente los ojos viéndose reflejaro en ese esmeralda único y tentador.
-Dea.
-Que..¿Dónde estoy?
Se semi sienta sobre la cama observando el lugar y notando que está en su habitación. Se mira las manos y luego el vestido el cual esta manchando toda la cama de rojo. La sangre de las personas que asesino. Esta en pánico al recostar lo sucedió llevándose las manos a la cabeza.
-No.. no yo. - mira al ruso el cual la mira expectante - ¿Yo hice todo eso? - asiente - Soy..soy un monstruo. Yo. - sus ojos se llenan de lágrimas al caer en cuenta de todo lo que a echo - tengo sangre manchando mis manos, Azael. Soy una asesina.
-Mírame. - la agarra de las mejillas haciendo que la miren fijamente - No esta mal. Lo hiciste para defenderte y defender a Alexei. Logre escuchar lo que le dijiste y déjame decir que fue lo mejor que pudiste hacer. Lealtad siempre esta entro nosotros y tú demostraste eso hoy.
-Alexei. Él está...muerto - solloza - yo..yo no pude ayudarlo.
El ruso niega abrazándola. Sabe que este episodio complica las cosas para su salud. Desde ahorra tiene que tener cuidado con los que hace o dice, un mal paso y todo se derrumba.
-No. - la castaña lo mira sin entender - esa rata solo le disparo en el brazo. Tu reacción ayudado a que no lograba dispararle en la cabeza. - los ojos cristalinos de la chica le dan a entender que quiere saberalgo más - el desmayo fue por la pérdida de sangre de la primera bala.
-Entiendo - se aleja de él abrazándose a ella misma - eso no cambia la situación de que ahora mis mejores amigos me ven como un monstruo.
Se limpias las lágrimas sintiendo el olor a sangre. No le repugna pero si le causa curiosidad. El ruso endurece su expresión al escuchar esa definición en la cual ella se cataloga.
-No digas mierdas. Ellos no te ven así.
-¡Tú no lo sabes!. No viste la expresión se Daniel cuando me vio bañada en sangre.
Se altera levantándose de la cama y yendo directamente al baño a quitarte el olor a sangre. No puede dormir con esa sangre de personas malas en su cuerpo.
-Atenea. Espera jdoer.
La sigue hasta el baño acorralándola en la pared.
-No eres un monstruo y guardatelo en la maldita cabeza. - se acerca más - Eres Atenea Wright. Y me tienes como un maldito esclavo arrodillado ante tu fuerza y belleza.
Ambos se miran, las respiraciones cercas y el deseo de volver a probar esos labios a la vista.
-Joder. Quería asegurarme de que no estuvieras más enojada conmigo para hacer esto, pero ya no puedo esperar más.
Y sin darle tiempo a reaccionar estampa sus labios contra los de ella. Sintiendo ese sabor a vainilla que no vuelve loco. Muerde un labio de ella logrando de que suelte un jadeo y aprovechando a meter la lengua sintiendo como sus fluidos de conectan. El beso es salvaje, agresivo, es como si ambos estuvieran descargando toda la furia, el miedo y la tentación que estuvo días acumulado.
Ella sin poder contenerse levanta los brazos pasándolas por su cuellos y atrayendolo hacia ella teniendo una pelea por ver quien tiene el control. Las manos de él bajan por sus pechos hasta posarse sobre sus caberas apretando firmemente pegandolas hacia él haciendo que sienta su dura erección.
El beso se vuelve fogoso y el ruso sin autocontrol la sube sobre el lavado bajando una mano hacia sus muslos tomándolos suavemente. Ella gime al sentir el tacto y al sentir que le falta el aire se separa de él sintiendo la ereccion contra sus muslos.
-Tienes...
-No haremos nada hasta que estes conciente de todo.
Ella asiente sonriendo tímidamente y después de un baño el cual fue sola. Sale con una bata de seda y observa al ruso contra la ventana.
-Parto dentro de una hora. - ella se detiene a mitad de camino analizando sus palabras. - Hubiera querido quedarme por toda la mierda que paso pero no puedo. - se gira hacia ella observándola en ese conjunto de seda que le queda espectacular.
-Entiendo - musita ella al comprender que se quedará con la rubia.
Él capta su descontento y se acerca a ella sujetando sus mejillas.
-La señorita Klein y el idiota de Grand estarán contigo.
Esa lo mira sin entender entrecerrando los ojos.
-Se supone que no te cae Daniel.
-Y no lo hace - se encoje de hombros - no tolero que este cerca de tí pero lo que hizo hoy logro que le tenga un mínimo porciento de confianza.
-Prácticamente nada. - mascullé.
-Un 10% y no subo más.
Ella se ríe por su intento de ser amable y de repente de sa cuenta de todo lo que hizo con él. Hablaron, se besaron y ahora están riendo. Deja de sonreír al percatarse y se aleja.
El ruso al darse cuenta de su comportamiento suspira entendiendo. Esto es nuevo para ambos o quizás más para ella. Pero ahora así serán las cosas. Desde que ella declaró confiar en el todo a cambiado.
-Vas a dormir en mi habitación hasta que limpien esta. - ella siente sin refutar agarrando una foto de su mamá - estaré en el despacho si necesitas algo.
Se despide y cada uno se va por su lado. Dos caminos separados, dos mentes con pensamientos diferentes pero que ambos llegan a un mismo punto.
Algo esta creciendo entre ambos.
*****
Atenea
Me levanto exaltada, sentándome en la cama tratando de regular mi respiración. Las imágenes de ayer siguen impregnados en mi mente sin darme tregua a descansar. Todavía no me creo que aya echo todo eso.
Me levanto caminando hasta el ropero sacando un top amarillo y un short negro. Por todo lo sucedido el día de ayer la escuela mandó una notificación de que la clases serán suspendidas hasta el proximo lunes. Varias familias perdieron familiares, amigos y hasta parejas. Toda una masacre total.
Al ponerme el top me dispongo a sacarme en short de bata observando la herida la cual fue atendida en día de ayer después del raro momento que tuve con el ruso. Me dijeron que no puedo utilizar buzos que tapan la herida o empeorará. Así que toca estar con short todo el día.
Salgo de mi habitación sin hacer ruido. Cuando terminaron del limpiar la mía el mismo ruso me llevó a ella cargando. Fue raro pero relajante a la vez.
Al bajar saludo a los del servicio y a los demás hombres que custodian la casa. Al parecer no bromeaba cuando dijo que aumentaría la seguridad. Voy directo hasta el comedor encontrándome a la rubia sujetando una taza. Desde el momento del atentado no la eh visto hasta ahora. No se si esta bien pensar esto. Pero ella no me da confianza desde aye. Mentira, no me da confianza desde que apareció en mi camino. Avanzo observando cada movimiento suyo hasta llegar a mi asiento.
-Oh. Hola Atenea.
Saluda hablamente fijando su vista en mi.
-¿Qué tal? - agarro un pedazo de pan - no te eh visto desde anoche - le sonrió falsamente - Digamos que desapareciste antes de que todo de volviera un caos.
Entrecierra los ojos dejando la taza en la mesa colocando ambos brazos sobre esta con un mirada molesta.
-¿Qué insinúas?
-Yo. Nada - me encojo de hombros - Aya tú si piensas que insinuó algo. Lo que me da a pensar que si hiciste algo.
Golpea con puño la mesa ocasionando un ruido molesto, ruedo los ojos por su comportamiento y sujetando el chullido de pan me echo chocolate.
-No tengo por que darte explicaciones. Azael sabe que nunca lo traicionaria.
-Claro. La lealtad es un arma fundamental en la Bratva. Lose.
-¿Por que hablas con tal ligereza de la organización?
-Por que puedo y por que quiero - lo primero es mentira y lo segundo es verdad. Aunque aquí entre nosotros, investige tanto de esta organización que ni un gato puede encontrar.
-Si el Boss te escuchara hablar así ya mismo estarías con la boca cerrada.
Amenaza con voz firme. Cosa que me hace reír.
-Si tuviera la boca cerrada seria por otra causa, aunque eso también lo involucra a él.
Sus orbes se vuelven oscuros apretando los puños haciéndo que sus nudillos se vuelvan blancos.
-Eres una descarada. Al parecer necesitas más sesiones de terapia por lo loca que te estás volviendo.
-Bueno, estaré loca pero no guardo secretos.
Me encojo de hombros y noto como sujeta el cuchillo de pan firmemente a mi dirección. No tiemblo, acabo de recibir un navajazo hace unas horas que volver a ver otros objeto punzantes no me causa nada.
-Maldita perr.....
Y así como nadie la invito a que me insultara, se calla abruptamente al ver a las dos personas ingresar por la puerta vestidos formalmente. Mi mejor amiga corre hacia mi abrazándome entre sus brazos como la mamá osa que es.
-¡Joder!. Pensé lo peor cuando el tonto del ruso te trajo en brazos.
Se separa de mi analizandome y me tranquiliza ver que en sus ojos no veo ninguna expresión de miedo o repulsión.
-Al parecer si cumplió su palabra.
Mascullé mi mejor amigo acercándose a mi abrazándome fuertemente. Me llena de paz saber que no me temen, que no me repudian por lo que vieron hace unas horas.
-¿Ustedes que hacen aquí? - escupe la rubia - ¿Quién los dejo entrar?
Mi amiga rueda los ojos mirando con ojos hambrientos al podre postre que esta sobre la mesa.
-Pasamos la noche aquí. Eso resuelve tu pregunta.
Miro a Daniel por lo que a soltado. Acaso Azael los dejo aquí. A eso se refería que ellos estarían conmigo.
-¿Smirnov los dejo entrar aquí?
Habla una desconcertada rubia parándose del lugar saliendo a toda prisa. Los tres la miramos con cara de locos y luego ambos se giran hacia mí con expresiones amables.
-Se lo que pasa por tu cabeza ahora y déjame decirte que las elimines - dice Laura - eres nuestra mejor amiga y te conocemos desde pequeños. Aunque tu no recuerdes mucho nosotros hemos visto y estado ahí cuando te descontrolabas.
Daniel asiente acercándose a mí.
-Y si, nuestra expresión hace algunas horas no fue la mejor pero fue la primera vez que llegaste tan lejos que nos tomó desprevenidos.
-Yo, yo pensé que me odiaban.
-Nunca te odiariamos mariposita.
Nos reímos, desayunando a gusto, ambos me cuenta que el ruso los dejó quedarse aquí hasta que regrese. Aunque todo eso me sorprendió y más al saber que los padres de mis mejores amigos estuvieron de acuerdo. Lo que me lleva a pensar que hay una historia de fondo.
-No puedo creer que este hombre tenga varias cosas. Puedes creer que hasta tiene una sillón de billar - me habla sorprendida - Ni mi padre tiene tanto.
-Lo sabía pero junta eh entrado.
-Estas loca, vives aquí desde hace tres semanas y no haz recorrido el lugar.
Termino mi taza de té encogiendome de hombros. La primera semana aquí no fue la mejor, discutíamos y no quería entrometerme en la vida personal del ruso.
-¿Entramos? - nos observa a Daniel y a mi con ojos de bebé. - ¿Si?
Ambos nos miramos como analizando la propuesta y resoplamos cuando nos damos cuenta que no podemos desistir. Laura chilla emocionada y al terminar el desayuno nos vamos a hacer turismo por el lugar.
Después de unas horas de estar jugando en el salón de juegos del ruso y de estar entrando a cada cuarto lleno de más sorpresas (odiando camianar cojeando) Laura y Daniel salieron a comprar algunas y a traer ropa y cosas que necesitaban. Mientras que yo me dedique a hacer mi trabajo final.
Solo logre avanzar la primera parte, pero algo es algo. Y para mi eso es un logro complicado, ya que elegí a la persona más complicada del mundo.
Apagó la laptop levantándome de la cama. Mierda, el calambre en la pierna por la mala posición en la que me supe hace que me caiga de cara al suelo.
Auch.
Eso si dolió.
Me levanto suspirando de dolor aguantando la punzada de ardor de la herida. Cojer, me mandan a cuidarme y terminó asiendo lo contrario.
Al pararme me acomodo el cabello y avanzo cojeando en el proceso, llego a una mesa que tengo al lado de la puerta y agarro mi cuaderno y lápiz. ¿Hasta cuando estaré así?. Salgo de la habitación caminando hasta llegar al primer piso sujetando las cosas que utilizo para dibujar.
Haber, necesito un lugar tranquilo y refrescante. Que grite calma a los cuatro vientos. La Piscina.
Me giro caminando por el pasillo contrario al comedor. Por lo que tengo entendió este es el lugar de dormitorios de los guardaespaldas. Sigo avanzando hasta que escucho voces en unos de los cuartos. Me detengo al reconocer la voz de Alexei y me acerco un poco más a la habitación de al lado tocando la puerta.
Escucho un pase por parte de una chica y a la hora de entrar noto a mi guardaespaldas tendido en la cama con rostro molesto pero a la hora de verme cambia a uno de alegría. Con tanta emoción y sin importar el dolor en mi entrepierna y el cojeo me tiro en la cama abrazándolo.
Y se preguntaran. ¿Desde cuando eres muy sociable?. Pues, desde nunca. Pero Alexei siempre a estado ahí cuando mis amigos no estaban. Y es la persona con la que tengo más tiempo durante el día. Ya que la mayoría paro sola.
-Señorita Wright - habla entre risa, me levanto cuidadosamente y la señorita encargada nos observa risueña.
-Me alegra que este aquí señorita Wright - me suelta Annie - El señor Petrov no quiere atender a las indicaciones del doctor.
Observo a Alexei el cual rueda los ojos y pone una mueca como la de un niño pequeño. Sonrió por tal escena y veo a Annie.
-Tranquila, él tiene que escuchar si o si -él me mira con una ceja alzada negando mandando la mirada hacia la señorita de cabello rubio la cual termina de ordenar la mesa.
Acaso.. mm. No puede ser.
-Y nosotras haremos que cumplas con todo eso.
Ambos me miran al terminar de decir eso. El moreno con los ojos abiertos y la rubia con un rubor en las mejillas. Bingo, aquí hay gato encerrado.
-De que esta....
-Con permiso. Tengo que atender otros labores - el moreno se queda con la palabra en la boca cuando Annie habla y sale de la habitación toda apurada.
Este es espectacular.
-Que fue todo eso señorita.
-Podrías dejar de hablarme formalmente. Se siente raro.
-No puedo hacerlo. Son órdenes del Boss.
Ruedo los ojos pasándome las manos por los muslos. Toda esta situación me a tenido alterada y un poco curiosa. Raro lo se.
Pero hasta ahora no logro entender el porqué de la gala. Los francés disparando a quemarropa y mas cuando todos ellos se aprecian a los hombres de él ruso mato en el estacionamiento de su empresa.
Y lo peor. Cuando hablaron de mi en su idioma ¿Jefe?. ¿Que tengo que ver yo en todo esto?
-Sabe que no tiene que cuidarme verdad. Ese es mi deber y además puedo sanar rápido.
-Ni que fueras un hombre lobo. - me concentro en él observando las suturas en la costilla y el brazo. Dos balas, dos balas recibió por salvarnos. Algo del cual estaré siempre agradecida.
-Pero soy un hombre del Boss y los hombres de Boss nunca sienten dolor ni mucho menos se quejan de las simples heridas.
-Pero somos humanos. - musito - Y esta bien sentir dolor, tristeza y miedo. Eso no nos hace ni más ni menos.
Se queda callado mirando a un punto fijo.
-¿Como esta usted?
Buena pregunta para cambiar el tema.
-Digamos que el cojear no es lo mío. Y solo duele cada vez que hago un movimiento brusco.
-Sanara. - dice tranquilo
-Si, solo la experiencia y la sensación queda. No siempre una persona recibe un navajazo en la entrepierna.
Nos reímos por lo estúpido que sonó eso. Hasta que la duda de si preguntarle aparece. ¿Será conveniente hablar de lo de anoche.?
-¿Sucede algo? - odio que siempre este de observador.
-¿Sabes quien fue el responsable de lo que sucedió en la gala?
Deja de mirarme moviendo los dedos sobre la cama. Esta claro que le sorprendió mi pregunta pero ahora mismo mi cabeza está llena de curiosidad y miedo al saber que algo peor oído haber pasado. Hasta perdí de vista a papá y aunque estemos peleados sigue siendo mi padre
-No mucho. Pero tengo entendido que fueron los mismos de la vez pasada.
La bomba en el estacionamiento. Claro, franceses. Pero no soy fueron ellos, también había italianos. ¿Qué tiene que ver ellos en esto?
Y lo pero de todo fue ese gas, cada vez que avanzábamos por el pasillo mis entrañas se retorcian por el olor en el ambiente. Fue horrible, sentir como la respiración se me iba y lo caliente que estaba mi cuerpo.
La imagen de esas personas disfiguradas sin poner respirar siempre quedará en mi mente.
-¿Pero si sabes que significa el DMD?
- Es una bomba - abro los ojos como plato al escucharlo - Una bomba que contiene oxígenos tóxicos capaces de matarte en segundo cuando absorbes el aire.
-Eso ocasionó la explosión.
-Al estar rodeado de electricidad crea una mezcla explosiva.
Ahora comprendo. La explosión, la dificultad para respirar, los gritos de los hombres que absorbían el aire.
Esa cosa los estaba matando por dentro.
-Nunca escuche un tipo de bomba como esa.
Una risa malévola brota de su interior mirándome serio.
-Son creaciones del Boss.
¿Qué?
Además de mafioso, empresario. También es un creador de armas nucleares. Joder, que más escondes Azael Smirnov.
-Whoa, es mucha información para procesar.
-Tranquila - se levanta quedando sentado sobre la cama - no tenía por que decirte esto pero a ver por todo lo que estamos pasando no quedaba de otra.
-Lo imagino.
Me quedo callada.
-Quieres saber de él. ¿Verdad?
Lo observo sin decir nada. No es preocupación pero mm. Aah. Pero el no saber nada de él desde que se fue me esta matando.
-¿Cómo está?
-Llegó hace poco a Rusia. Ahora mismo están en la mansión Smirnov. La abuela del Boss estaba muy cabreada por el suceso de ayer.
-Lo quiere mucho.
-Como no tiene idea.
-Oh. Te dejo descansar. Y me alegra saber que estas bien.
Me levanto caminando hasta la puerta deteniendome antes de abrirla. Sonrió malevolamente girando la cabeza.
-Le diré a Annie que te traiga algún postre.
-¿Qué?, no..
Y salgo dejándolo com la palabra en la boca, no se porque pero esta relación de ambos me gusta, aunque no lo quieran aceptar.
Estaba por irme hacia el jardín pero el tumulto de hombres formados en la sala me llama la atención.
Que esta pasando.
Me acerco a paso lento analizando la situación y notando como los nombres rodean a alguien. Al estar ya en la sala uno de ellos de la cuenta de mi presencia y se aleja dándome pase, lo mismo hacen los demás hasta que el círculo que creaban se desase dándome pase libre para ver a la persona.
No puedo ser.
-¿Tú?
Sorpresa, Sorpresa.
¿Quién será?
¿Qué les parece la relación de Atenea y Alexei?
Los veo en el próximo capítulo.
Bye Bye.
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